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Estoa. Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca

versión On-line ISSN 1390-9274versión impresa ISSN 1390-7263

Estoa vol.7 no.13 Cuenca jul./dic. 2018

https://doi.org/10.18537/est.v007.n013.a10 

Artículo

Artesonados: planos póstumos y reconstrucción. La Iglesia de la Concepción (Los Realejos)

Coffered ceilings: posthumous plans and reconstruction. The Conception’s church (Los Realejos)

Antonio Marrero1 

1Universidad Adolfo Ibánez España, antoniomarreroalberto@hotmail.es


Resumen:

El hallazgo de los planos de las armaduras mudéjares policromadas de la Iglesia de la Concepción en Los Realejos (Tenerife), realizados con inmediata posterioridad a su pérdida en el incendio de 1978, permiten plantear, tanto su reconstrucción de manera fidedigna, como su estudio desde una perspectiva histórica y estructural. La preocupación de sus vecinos por la recuperación de la iglesia y sus bienes, así como la reconstrucción casi completa de una de las techumbres, son el motor y resultado de una serie de reuniones y reivindicaciones para reconstruir siguiendo como modelo al original, lo cual resulta antagónico al modo de proceder generalizado en Canarias, donde las reedificaciones seguían las modas del momento. Se analiza así una reedificación ejemplar desde una perspectiva historicista y absolutamente fiel al edificio primigenio.

Palabras clave: armaduras; incendio; Los Realejos; reconstrucción

Abstract:

The discovery of the plans of the polychrome Mudéjar coffered ceilings of the Church of the Conception in Los Realejos (Tenerife), made with immediate after its loss in the fire of 1978, allow to raise, both its reconstruction in a reliable way and its study since a historical and structural perspective. The concern of its neighbors for the recovery of the church and its goods, as well as the almost complete reconstruction of one of the roofs, are the engine and result of a series of meetings and reclamations to reconstruct following like model to the original, which results antagonistic to the generalized way of proceeding in the Canary Islands, where the reedifications followed the fashions of the moment. An exemplary rebuilding is thus analyzed from a historicist perspective and absolutely true to the original building.

Keywords: coffered ceilings; fire; Los Realejos; reconstruction

1. Introducción

A lo largo de la Edad Moderna, el municipio de Los Realejos crece en importancia y población. Fruto de ello son los numerosos conventos y edificios religiosos que lo jalonaron y las familias de renombre que lo eligieron como lugar de residencia. Su cercanía a la Villa de La Orotava y al puerto de la misma (Puerto de la Cruz) favoreció que creciera en importancia y riquezas, aparte de que contaba con una entrada marítima para las piezas de arte que viajaban en las bodegas de las galeras con las materias con las que comerciaban.

Desgraciadamente, el crecimiento de la ciudad a costa del derribo de edificios patrimoniales y los incendios que devastaron gran parte del patrimonio eclesiástico, han hecho que, en un visionado actual, el visitante no pueda hacerse una idea de lo que fue en el pasado esta localidad norteña.

De entre todas estas desgracias, destaca el caso de la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, que se incendió en el año 1978. Más allá del patrimonio que sucumbió pasto de las llamas, centraremos nuestro artículo en las dos techumbres mudéjares policromadas que existían en la iglesia, que cubrían la Capilla Mayor y la colateral de la nave de la Epístola, y la disponibilidad y trabajo de los vecinos para reproducirlas siguiendo fielmente el original perdido.

2. Armaduras mudéjares en Canarias.

El desarrollo del lenguaje mudéjar en Canarias a partir del siglo XVI se vio circunscrito a la construcción de armaduras de madera que, con la lacería y las soluciones constructivas propias de la herencia musulmana en territorio español, produjo numerosos ejemplos que atestiguan, no sólo la pervivencia de este estilo, sino también la libertad gremial y la toma de licencias constructivas, compositivas y estructurales, por parte de los carpinteros de lo blanco en las islas.

Decimos que el Arte Mudéjar sólo tuvo reflejo en las techumbres mencionadas porque no encontraremos decoración en yesería, ni un triunfo de su cerámica (muy al contrario de la holandesa y del Norte de Europa, que exportó numerosos ejemplares al archipiélago), y mucho menos del ladrillo, que sólo encontró expresión en casos aislados como el de la Iglesia de San Agustín en el municipio de Icod de los Vinos (Tenerife), algo nimio si lo comparamos con el uso estandarizado de la piedra basáltica propia de la naturaleza volcánica de las islas.

La explicación de la democratización del uso de las techumbres de madera se debe a la extraordinaria calidad del Pino Canario, especie de la familia de las coníferas, endémica de las islas, que debido a su configuración estructural es un buen material constructivo. Tal es así que su uso se sigue desarrollando hoy en día, quedando ejemplos tanto de carpinteros que trabajan este tipo de bienes, como de techumbres neomudéjares (Capilla del Sagrario de la Iglesia del Carmen en Los Realejos, Tenerife).

También justifica su empleo el hecho de que Canarias funcionaba como lugar estratégico de obligado paso para los navíos que conectaban y comerciaban entre el Viejo y el Nuevo Mundo, pero también como laboratorio urbanístico y artístico del cual saldrían soluciones positivas que se emplearían en las nuevas zonas conquistadas. Debido a los procesos de evangelización, la rapidez constructiva y la frecuencia de seísmos, el Mudéjar, con el privilegio que le otorga el material lígneo, se decantó como la solución constructiva idónea.

Fuente: propia.

Figura 1: Armadura de la Capilla de Ánimas, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, La Laguna (Tenerife, Islas Canarias). 

Si ya de por sí resultan espectaculares por sus dimensiones, ganan en magnificencia los que están policromados, no habiendo dos iguales. En Canarias encontramos casi un centenar de este tipo de bienes, sin contar con aquellos que, por los motivos que sean, como el caso que es objeto de nuestro estudio, han desaparecido para siempre.

3. Armaduras mudéjares policromadas de la Iglesia de la Concepción (Los Realejos).

La iglesia de Nuestra Señora de la Concepción fue construida entre los años de 1697 y 1701. La materia prima utilizada fue la piedra de cantería extraída de la cantera del camino de Icod; piedra de la Dehesa para las cornisas y más de doscientas losas de Los Cristianos para el resto. En 1790 se edifica la sacristía, quedando con la disposición actual: capilla mayor con sacristías colaterales y camarín posterior, con tres naves y capillas laterales.

Consideradas por Arriba y Sánchez (2004, p. 118) como obras de arte, lo que se ha escrito sobre las armaduras hasta el momento, y partiendo de las fuentes documentales primarias, afirma la autoría de Lorenzo Hernández para la armadura que cubría el presbiterio y Julián Sánchez para la de la capilla de la cabecera de la nave de la Epístola o de Nuestra Señora del Rosario.

Desgraciadamente, y como ya comentábamos anteriormente, el malogrado edificio sufrió un monstruoso incendio el día 5 de noviembre de 1978, que acabó con estas dos joyas de la arquitectura lignaria de las islas. Toda la prensa escrita de la época se hizo eco del desastre y nos es imposible hablar de la iglesia del Realejo Bajo, que es como se le conoce en el lugar a este edificio, sin mencionar dicho acontecimiento.

Unos hacen referencia a su rico patrimonio mueble e inmueble,

(…) afectada en la década de 1970 por un voraz incendio que destruyó todo su interior: sus ricas cubiertas en madera, su patrimonio escultórico y pictórico. (…) Así, elementos góticos, mudéjares, renacentistas y barrocos confluían en esta construcción (Fraga González., 1998, p. 137).

Otros hacen especial hincapié en las armaduras que son objeto de nuestro estudio, enfatizando su importancia y dándonos datos en cuanto a su autoría: “[…] El incendio acaecido en 1978 destruyó todo este edificio religioso, perdiéndose para siempre sus bellos artesonados de raíz mudéjar, realizados por Lorenzo Hernández y Julián Sánchez” (AA.VV., 1995, pp. 54-55).

Son numerosos los investigadores y viajeros que hacen referencia a las armaduras que investigamos, aunque citaremos aquellos que más ahondan en su construcción. La que se menciona más a menudo es la que cubre el presbiterio, ya sea por su ubicación o por lo espectacular de su composición.

Como primera fuente, cabe destacar lo escrito por la catedrática Carmen Fraga, especialista en Arquitectura Mudéjar, que en su tesis publicada dice de la armadura de la capilla mayor:

Sobre un recinto rectangular se alza este bello artesonado, donde la lacería que cubre todos los paños se distribuye en espacios cuadriculados, cuyo centro ocupan rosetas pensadas para ser doradas. Las uniones de los faldones se realzan asimismo con largueros, cuyo ornato son dibujos geométricos, los cuales conjugan perfectamente con la riqueza del estribado, decorados con temas vegetales. Una gran piña de estalactitas pende del almizate, así como de cada una de las pechinas de los ángulos, con lo que la obra de carpintería “calada” no se sustrae a la belleza de este elemento mudéjar. Armó esta techumbre el carpintero de lo blanco Lorenzo Hernández, quien la llevó a cabo hacia 1697, constando que en 1708 ya estaba dorada (Fraga, 1977, pp. 100-101).

Mientras que de la capilla colateral destaca su carácter arcaizante en relación con la anterior, apreciación compartida por Camacho y Pérez Galdós (Fraga, 1977, p. 99).

Fuente: Isidro Felipe Acosta.

Figura 2: Incendio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción en 1978 (Los Realejos) 

El investigador Guillermo Camacho, estudioso del patrimonio del municipio de Los Realejos, aporta documentación de archivo llegando a las siguientes conclusiones:

Lorenzo Hernández, maestro de la obra de carpintería, es el autor de las techumbres de la capilla mayor y de las naves; llevó mil ciento diecinueve reales por sus manos y hay varias partidas por costo de los viajes que hicieron al lugar este Lorenzo Hernández y Julián Sánchez: los dos grandes artífices de la obra tendrían que atender a otros empeños. En 1708 ya estaba dorada la techumbre de la capilla mayor, “lo cual costió el Señor Don Diego Llanos, del oro y oficiales y todo lo demás”. (…) En los techos de la capilla mayor y de la colateral de la Epístola, las alfardas principales y los elementos del estribado se cubren con ricas molduras de hojarasca más bien renacentista y allí donde se cortan los elementos de la complicada lacería hay florones y estrellas del bellísimo efecto, aumentado por el oro y la brillante policromía. En la capilla mayor no se puso el tirante de madera exigido por su planta rectangular, sino uno de hierro, prácticamente invisible, que permite contemplar mejor el conjunto de faldones y almizate (Camacho, 1983, pp. 13-14).

Información que ya había sido recogida y expuesta por el mismo autor varios años atrás (Camacho, 1970, pp. 17- 19).

Con los años, algunos han atribuido la composición de la armadura del Rosario a Julián Sánchez, contando con diferentes arquitectos para ambas techumbres:

En las cuentas correspondientes al período 1697-1708, aparecen continuos descargos para la adquisición de materiales de construcción, caso de las maderas que serían empleadas en la realización de los artesonados; el carpintero Lorenzo Hernández se encargó de ejecutar el que cubría la capilla mayor y las tres naves; Julián Sánchez pudo haber llevado a cabo los correspondientes a las capillas del Rosario y Corazón de Jesús, siguiendo el modelo de la anterior. Las más interesantes por sus labores artísticas fueron, sin lugar a dudas, las dos primeras (…) (Fuentes y Rodríguez, 1996, p. 136).

Si atendemos a la documentación primaria consultada, se desprende la siguiente información en cuanto a hacedores de mampostería y muros, y a los trabajadores del material lignario, sobre todo en lo que se refiere a sus nombres y el salario por sus trabajos. Titulado: Fábrica de la dicha Iglesia, que se hizo nueva, y descargo de los sesenta y ocho mil setecientos quarenta y dos reales y doce ms. que se sacaron de limosna para dha. fabrica, subdivide entre mampostería y carpintería: Mampostería: 296 reales por la comida de 460 peones; 1859 reales pagados a Bartolomé Rodríguez (maestro) y su mozo; 4130 a Julián Sánchez (maestro de La Palma); 147 a Joseph Saforín (oficial); 2106 a Juan Perera (oficial); 2644 a Diego Rodríguez (oficial); 1008 a Cayetano Rodríguez (oficial); 1140 a Francisco Hernández Socarras y su hijo; 2313 reales y 24 maravedís a Antonio Hernández Moreno (oficial); 1935 reales a Domingo Fernández Crespo (oficial de La Palma); 216 a Domingo Francisco (maestro); 110 a Gregorio González y su hijo; 270 a Francisco González; 48 a Benito González; 42 a Mateo González; 55 a Gaspar Estévez (oficial); y 25 a Bartolomé González. Carpintería: 10119 reales a Lorenzo Hernández (maestro); 87 reales y dos cuartos a Domingo de Aguiar; 498 reales a Juan de Abrantes (oficial); 177 a Nicolás Francisco (oficial).1

3.1 Armadura de la Capilla Mayor.

El carpintero encargado de su construcción fue Lorenzo Hernández, aunque el policromador y/o dorador sigue siendo anónimo.

Item diez mil ciento y diez y nueve rs. pagados a lorenzo herns. mro. de la obra de Carpintería de hazer la Capilla maior, las dos naves, todas las zimbras como cosnta de su reçivo; y en esta partida entran 455 rs. que tubo de jornales en la nave del medio.2

La construcción del mismo se comenzó en 1697 y se procedió a su decoración colorimétrica en 1708.

Fuente: Carmen Fraga González (1977).

Figura 3: Fotografía de la Armadura de la Capilla Mayor antes del incendio de 1978, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Los Realejos). 

La armadura es de planta rectangular, ochavada y a lima moamar. Mide 10’28/12’73 x 8’39 x 12’1 m. aprox. Las ruedas o lazos de ocho invaden toda la techumbre. El almizate presenta ocho cuartillejos, fruto de las ruedas antes mencionadas y, del mismo modo, los faldones se construyen siguiendo este esquema, muy similar al de la techumbre del Presbiterio del Santuario del Cristo de los Dolores de Tacoronte. A su vez, los cuartillejos están delimitados por calles ataujeradas y las limas presentan decoración tallada en el interior. La lacería es más abundante que en el caso tacorontero, ocupando también el lugar de la cinta del almizate. Al apreciarlo a través de plano y no contar con fotografía de detalle, no conocemos la disposición compositiva de los cuadrantes, ni de la solera.

En cuanto al desarrollo constructivo y el montaje hay tres niveles de trabajo: el almizate, los faldones con sus limas y los cuadrantes, los dos primeros conseguidos a partir de la repetición de lazos de ocho, mientras que del cuadrante desconocemos su diseño.

Al no contar con fotografías en color, el estudio fotográfico se hace muy complicado, por lo que no podemos aseverar los motivos representados en la techumbre, aunque muy probablemente los tuviera. Lo que sí es más que probable es que las rosas que centran los cuartillejos, estuvieran doradas.

La techumbre actual es reciente, rectangular, a lima bordón, sin ningún tipo de lacería, con cuadrales y solera sencillos. Aunque poseemos los planos para su realización, la ausencia de fondos disponibles ha hecho posponer su realización.

3.2 Armadura de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.

La techumbre, aunque atribuida a Julián Sánchez, permanece en el anonimato pues no existe ningún documento que referencie a su creador, nombrando al dicho Julián como pedrero. Lo mismo ocurre con el policromador, del cual desconocemos los datos. Su realización se data entre 1697 y 1708, por lo que ambas hechuras son contemporáneas.

Así mismo, en el año de 1708 sabemos de la renovación e intervención de los muros del templo, pero en ningún momento se habla de ampliaciones ni modificaciones en la estructura de las cubiertas, haciendo hincapié en el precio en reales de dichos trabajos: 309 en ladrillos y oficiales para enladrillar la nave de arriba; 67 en ladrillos y oficiales para enladrillar la nave de abajo; 235 en ladrillos y oficiales para enladrillar la capilla mayor.3

La techumbre es de tipo cuadrangular, ochavada, a lima moamar y mide 8’74/10’06 x 6’09 x 6’58 m. aprox. El trabajo lacérico es completo. El almizate octogonal, delimitado por una cinta ancha con trabajo en relieve de tipo vegetal, se centra con una piña colgante de diferentes niveles y con presencia de hojas talladas con cuatro pequeños pinjantes rodeándolo. La lacería que se extiende por toda la techumbre forma crucetas, rombos y diversos motivos geométricos. Las limas presentan decoración tallada y los cuadrantes, aunque se ignoran en los planos (al igual que en el caso anterior) se han reconstruido a base de lacería en forma de crucetas con rosas insertas en las estrellas que se generan, al igual que en los faldones. La cinta perimetral es sencilla, de varios niveles, y la solera desconocemos cómo se componía.

El inmueble presenta tres niveles de trabajo: el almizate, los faldones y los cuadrantes, todo con lacería.

En cuanto al color, en la reconstrucción, la lacería se ha policromado en rojo y blanco, al igual que la superficie dejada por la lacería, que se ha policromado en variados colores, siguiendo una iconografía de corte vegetal sobre fondo blanco. Las rosas debían estar todas doradas, aunque por falta de financiación económica, no se ha podido llevar a cabo todavía en la techumbre reconstruida.

Aunque reciente, reproduce fielmente su estado primigenio, hecho en el que el plano que se muestra en el siguiente capítulo tiene un papel protagonista.4

Fuente: Biblioteca de la Universidad de La Laguna, Fondo “Miguel Tarquis”.

Figura 4: Fotografía de la Armadura de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario antes del incendio de 1978, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Los Realejos). 

4. Planos póstumos. Intención y realidad.

4.1 Cronología en torno a una reconstrucción.

Al analizar el proceso de recuperación de las techumbres policromadas mencionadas, destaca la conformación de la Junta para la Reconstrucción del Templo de la Concepción de Los Realejos inmediatamente posterior al incendio, como atestigua la reunión qua la Reina Doña Sofía mantuvo en el Aeropuerto del Sur con un pequeño grupo de vecinos presididos por el Obispo, un día después del desastre (6 de noviembre de 1978), comprometiéndose a interesarse ante el Gobierno para su pronta restauración.

El 13 de noviembre de 1978, el vecindario de Los Realejos se reúne en el Teatro-Cine local- eligiendo, por voto secreto, al sacerdote D. José Siverio como organizador y presidente de la Junta para la reedificación del templo de la Concepción. El obispo ratificará la elección y la corporación municipal, en sesión plenaria, acuerda apoyar las decisiones tomadas por dicha Junta. Sus estatutos serán aprobados oficialmente por el Obispado en 17 de noviembre de 1978.

El Prelado Diocesano, en diciembre de 1978, presenta en la Dirección General de Arquitectura (MOPU), la memoria del templo y solicitud de ayuda para la reconstrucción. D. Alonso Soriano, Presidente de la Junta pre-Autonómica de Canarias, durante su estancia en Madrid, solicita apoyo al Gobierno para la dicha reconstrucción. Dos arquitectos visitan el lugar del siniestro para realizar un informe solicitado por la Dirección mentada, la cual, ante el interés de S.M. la Reina, se plantea asumir el importe de la reconstrucción de las cubiertas y obra arquitectónica. Nuevamente, Dª. Sofía muestra su interés por la reedificación ante la prensa canaria en Madrid. Al mismo tiempo, el Gobernador Civil, D. Luis Mardones comunica que el Gobierno ha concedido una subvención para los trabajos de desescombro. A su vez, se inicia la campaña de subscripción popular.

En enero de 1979, el Presidente del Gobierno, D. Adolfo Suárez, cartea al Ayuntamiento de Los Realejos, lamentando el desastre acaecido y prometiendo ayuda económica para la reconstrucción del edificio. El susodicho, durante su estancia en Tenerife en febrero de 1979 y por gestión del Comité Provincial de UCD, recibe al padre José Siverio y otros miembros de la mencionada Junta, mostrándose receptivo a intervenir en favor de esta obra.

D. Jesús Javier Rebollo, Gobernador Civil, en su visita al Ayuntamiento de Los Realejos en junio de 1979, acogió con interés la necesidad de reconstruir dicha iglesia, que le expuso el presidente de la Junta, prometiendo hacer las gestiones pertinentes en el Gobierno. Tres meses después, se hace llegar al Sr. Sancho Roff, Ministro de Obras Públicas, y por mediación del Gobernador Civil de Málaga, D. José Estévez, una misiva remitida por esta Junta, relatando las gestiones realizadas y la preocupación del vecindario por la lentitud de la Dirección General en tomar decisión sobre la reconstrucción, recibiendo contestación y promesa de agilización. Dicha Junta, que contaba con la cantidad de seis millones de pesetas, prometía hacerse cargo de las reformas del interior del templo, si la Dirección se ocupaba de las cubiertas y del pavimento.

Durante la visita a la provincia de Santa Cruz de Tenerife del Ministro D. Sancho Roff en noviembre de 1979, recibió al presidente de la Junta y le prometió seguir interesándose por la reedificación de la iglesia. El mes siguiente, el Sr. Rebollo y el Delegado Provincial del MOPU se trasladan a Los Realejos, visitando las ruinas del edificio y comunican que la Dirección General de Arquitectura se hará cargo de la reconstrucción durante el cuatrienio de 1980 a 1983, y que en el primer trimestre de 1980 los técnicos de dicha Dirección se desplazarían al municipio para empezar los estudios necesarios para elaborar el proyecto técnico.

En febrero de 1980, el presbítero de esta Junta es recibido en Madrid por el subdirector General de Obras y Proyectos de la Dirección de Arquitectura, Sr. Villamarín. Éste le explica que este asunto está a cargo de la Dirección General de Arquitectura, pero que el desplazamiento de los técnicos al municipio no está previsto hasta después de unos meses. Incluso de los técnicos peninsulares se aconseja que el proyecto lo confeccione y redacte algún técnico de la isla.Finalmente, un mes después de la anterior visita a Madrid, en el Programa de Inversiones 1980-1982 del MOPU en Santa Cruz de Tenerife, de UCD provincial, figura la obra de reconstrucción de la Iglesia de la Concepción de Los Realejos con la Clave TF 81/2/2, dotado con 40 millones y pendiente proyecto, para los años 81, 82 y sucesivos.

En el mes de octubre de 1980, cuando la Junta finaliza y firma estos dos años de búsqueda de financiación, cuenta con once millones de pesetas en efectivo. Su pregunta a esas alturas es si la Dirección General de Arquitectura se hará cargo de la redacción del proyecto técnico o si lo asumirá dicha Junta, lo cual instan a que se resuelva de inmediato, pues es de sumo interés para sus integrantes y para todos los municipios, ya que está a punto de cumplirse el segundo aniversario de la tragedia.

Desconocemos que ocurrió en los años siguientes, pero la reconstrucción debió ser inminente, pues los planos para la reedificación del edificio y de las techumbres mudéjares que adjuntamos en el siguiente capítulo, están firmados y fechados en 13 de julio de 1981.5

4.2 Planos para la recuperación veraz de las armaduras.

Fuente: Archivo Parroquial de Nuestra Señora de La Concepción, Los Realejos (en adelante APNSCR).

Figura 5: Levantamiento del perfil de dos cortes transversales, 1981, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Los Realejos). 

Fuente: APNSCR

Figura 6: Levantamiento del perfil de dos cortes longitudinales, 1981, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Los Realejos). 

Los planos que se ofrecen a continuación reflejan las techumbres que, con todos sus elementos de lacería y decoración, cubrían la Capilla Mayor y las Capillas de cabecera de las naves de la Epístola y del Evangelio (ésta última, aunque muy interesante, no estaba policromada). Los firman el arquitecto Sebastián Matías Delgado Campos y los aparejadores Hernando García Ramos, Adrián Alemán de Armas y Juan Labory Molowny.

En soporte físico, se trata de planos muy grandes, de entre 1 y 3 metros en sus lados mayores, doblados en varias caras y cuyas dobleces empiezan a afectar a las tintas, borrándolas, y al soporte, que amarillea y se vuelve quebradizo. Dichas piezas gráficas, de delicada calidad y por la importancia atestiguada, requieren de unas condiciones óptimas de conservación.

Fuente: APNSCR

Figura 7: Plano de la Armadura de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, 1981, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Los Realejos). 

Fuente: APNSCR

Figura 8: Plano de la Armadura de la capilla de la cabecera de la Nave del Evangelio (o de Nuestra Señora de Los Dolores), 1981, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Los Realejos). 

Fuente: APNSCR.

Figura 9: Plano de la Armadura de la Capilla Mayor, 1981, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Los Realejos). 

4.3 Realidad actual y perspectivas de futuro.

Como comentábamos anteriormente, la recuperación del edificio siguiendo los planos vistos y una filosofía cercana a los principios de la restauración histórica, donde prima devolver al edificio a su estado primigenio, se produjo a partir del año 1981. Esto no implica una rápida ejecución, más bien lo contrario, ya que el plan de recuperación del templo era integral, es decir, incluía la hechura de retablos y otros bienes perdidos en el incendio, lo cual, unido a que los costos se sufragaron, en gran parte, con las donaciones y limosnas de vecinos y de votos, supuso una andadura lenta en cuanto a la realización de las obras.

Tal es así, que debemos recurrir a la prensa escrita moderna, para conocer la fecha de finalización de las obras: el miércoles 23 de mayo de 2007. Ese día se presentan ante las autoridades las últimas intervenciones: la armadura y el retablo de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, costeado por la Cofradía del mismo nombre que había conseguido reunir 120.000 euros. Aunque las tareas fueron realizadas gracias al aporte desinteresado de los vecinos, no sólo económicamente sino con su propio trabajo, hemos de mencionar dos artesanos en particular, Hernández Siverio y Pablo Martín. Para la recuperación fue necesaria una recopilación fotográfica de la iglesia antes del incendio, pudiendo reproducir así hasta el más mínimo detalle. Citando las palabras del diario La Gaceta:

La primera fase de la reconstrucción comenzó en la segunda mitad de la década de los 80 en la que se acometió la recuperación del antiguo baldaquino y la creación de nuevas medallas. En los 90 se inaugura el nuevo templo y a finales de la década se inicia una segunda etapa de los trabajos que consistió en la talla del segundo cuerpo del retablo de Nuestra Señora del Rosario, la puerta del sagrario y su columnata. La tercera ha consistido en la reconstrucción del artesonado de la capilla, tallado, pintado y decorado con pan de oro (2007, p.16).

Hemos de puntualizar que este último procedimiento, el dorado, no se ha llevado a cabo, sino que se quedó en una intención que por falta de fondos no se realizó, siendo, aún hoy, una de las tareas pendientes en la reconstrucción completa de los bienes vinculados al templo.

Fuente: propia.

Figura 10: Reconstrucción de la Armadura de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Los Realejos). 

En cuanto a la reconstrucción de la armadura que cubría la Capilla Mayor, ha sido imposible proceder a su realización, pues su complejidad constructiva y decorativa exige un desembolso de dinero mayor al que se produjo con la techumbre de la Capilla del Rosario. En la actualidad se cierra con una techumbre rectangular a cuatro aguas, sin lacería, jalonado de alfardas, con cuadrales sencillos y solera. Las dichas alfardas de los lados mayores, en su continuidad, conforman el almizate. Con ausencia de dorado y policromía, y sin el elaborado entramado de la lacería y las flores talladas, la armadura actual es eminentemente funcional, quedando en este caso los planos para un posible proyecto futuro.

Fuente: propia

Figura 11: Estado actual de la Armadura de la Capilla Mayor, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Los Realejos). 

Fuente: Biblioteca de la Universidad de La Laguna, Fondo “Miguel Tarquis”.

Figura 12: Fotografía de la Armadura de la Capilla Mayor antes del incendio de 1978, Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción (Los Realejos). 

5. Conclusión

La existencia de estos planos, cuya realización es inmediatamente posterior a la desaparición del bien, nos asegura dos cosas: la posibilidad de una reconstrucción cercana al original y la documentación histórica de los mismos, ofreciendo una imagen gráfica de cómo eran y su constitución. Los archivos canarios, tanto históricos como parroquiales, guardan tesoros de este tipo, ya sean planos como diagramas, trazas o perfiles, de armaduras, retablos, esculturas, etc. Es evidente su importancia como fuente documental de primer orden para historiadores del arte, arquitectos, conservadores y restauradores, y todos aquellos que deseen abordar el estudio del patrimonio histórico-artístico. En el caso que nos ocupa, la existencia de dichos planos nos ofrece una valiosa imagen de uno de los conjuntos de armaduras mudéjares policromadas más importantes de las Islas Canarias.

Este tipo de intervención, a simple vista denostada por el hecho de constituirse como un falso histórico, responde a la necesidad de la sociedad canaria, eminentemente creyente, de recuperar para el culto todos aquellos elementos que le son familiares, como en el templo que trabajamos. No será un caso aislado pues en otras iglesias incendiadas, como la de Nuestra Señora de los Remedios en el municipio de Buenavista del Norte, se opta por la misma filosofía a la hora de reconstruir lo perdido. La pervivencia de las soluciones constructivas mudéjares en Canarias hasta la actualidad, evidente en la Basílica de Nuestra Señora de Candelaria (Enrique Marrero Regalado, 1945) o en la Capilla del Sagrario de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Los Realejos, sólo vienen a favorecer la posibilidad de reconstruir las techumbres mudéjares que se pierdan, así como aquellas destinadas a otros fines, salidas de la gubia de carpinteros isleños que mantienen la tradición constructiva de la carpintería de lo blanco.

Bibliografía

Finaliza la reconstrucción del retablo y el artesonado de La Concepción. (26 de mayo de 2007). La Gaceta, p. 16. [ Links ]

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1Archivo Diocesano de Tenerife (en adelante ADT). Libro de Cuentas de Fábrica (I), 1650-1730, Nuestra Señora de la Concepción, Los Realejos. Libro 47, 20/XII/1701, fº. 133 v – 145 v.

2ADT. Libro de Cuentas de Fábrica (I), 1650-1730, Nuestra Señora de la Concepción, Los Realejos. Libro 47, 20/XII/1701, fº. 143 v.

3ADT. Libro de Cuentas de Fábrica (I), 1650-1730, Nuestra Señora de la Concepción, Los Realejos. Libro 47, 216/V/1708, fº. 154 v – 155 r.

4Para el estudio estructural, compositivo e iconográfico de ambas techumbres, consultar la Tesis Doctoral del autor.

5La sucesión de datos aquí expuesta, puede consultarse en la documentación mecanografiada de la Junta para la Reconstrucción de la Iglesia de la Concepción de los Realejos, en el archivo conservado en dicha parroquia.

Recibido: 04 de Septiembre de 2017; Aprobado: 17 de Noviembre de 2017

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