SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.10 número19Espacios en tránsito. Revitalización del paisaje cultural de la Vega de Granada índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Estoa. Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca

versión On-line ISSN 1390-9274versión impresa ISSN 1390-7263

Estoa vol.10 no.19 Cuenca ene./jun. 2021

https://doi.org/10.18537/est.v010.n019.a14 

Artículo

Espacio público e idendidad. Tres escenarios de interpretación en la ciudad contemporánea

Public space and identity. Three scenarios of interpretation in the contemporary city

Juan Manuel Bueno Carvajal1 

1 Universitat Politècnica de València, España, juabue@doctor.upv.es


Resumen:

Este estudio explora una aproximación conceptual sobre la identidad urbana, comprendida desde el espacio público como escenario que evidencia vínculos significativos con la ciudadanía. A partir de una categorización de distintas fuentes, se proponen tres escenarios que plantean situaciones sobre la identidad: la idea de la ciudad neutral, como tendencia hacia la estandarización y homogeneidad del espacio público en función del flujo y el movimiento que consolida una identidad global. La simulación del espacio público, que consta del fortalecimiento de experiencias de ciudad contenidas en la esfera privada a través de dinámicas de consumo y seguridad. Y el último, el enfoque desde el género y la diversidad, que incluye las manifestaciones de la espacialización de la identidad a partir del uso y acceso igualitario de las personas y sectores sociales puntuales al espacio público. Como resultado, es posible establecer que estos escenarios refuerzan formas de comprender la identidad urbana, que apuntan hacia una forma más universal y menos particular en el reconocimiento de la ciudad, la implementación de sistemas y hábitos urbanos desde el control y la predictibilidad, y un conflicto desde la espacialidad y los territorios que pueden dividir o, por el contrario, generar espacios urbanos inclusivos.

Palabras clave: identidad; espacio público; perspectiva de género; modelos urbanos; globalización

Abstract:

This study explores a conceptual approach about urban identity, understood in the public space as an urban setting that shows significant links with the citizenship. In a categorization of different sources, three scenarios are proposed that pose situations about identity: the idea of ​​the neutral city, as a trend towards the standardization and homogeneity of public space based on flows and movements that consolidates a global identity. The simulation of public space, which consists of strengthening city experiences contained in the private ambit through dynamics of consumption and security. And the last one, the approach from gender perspective and diversity, that includes the manifestations of the spatialization of identity through the use and equal access of people and specific social sectors to the public space. As a result, it is possible to establish that these scenarios reinforce ways of understanding urban identity, in a more universal and less particular way of recognizing the city, the implementation of urban systems and habits from control and predictability, and the conflict from the spatiality and the territories that can divide or generate inclusive urban spaces.

Keywords: Identity public space; gender perspective; urban models; globalization

1. Introducción

A partir de una revisión conceptual ha sido posible determinar que las ciudades contemporáneas se enfrentan a una situación compleja a partir del rol que ejerce la identidad urbana. Para poder comprenderla es necesario contemplar las interacciones que se desarrollan en la ciudad, en especial en los vínculos constantes entre sus habitantes y su entorno (García-Doménech, 2015), y justamente el espacio público puede comprenderse como un escenario de conflicto, puesto que es posible identificar en sus dinámicas estos complejos vínculos. Bajo esta premisa emergen insumos que permiten desarrollar un marco conceptual sobre los componentes de la identidad urbana, como el patrimonio colectivo, los lugares de relación en el espacio público, la identidad social, los vínculos de bienestar y la pluralidad de la ciudadanía -que puede entenderse desde el espacio público al ser un lugar que ofrece a la sociedad su carta de naturaleza, ya que las personas se identifican como ciudadanía cuando hacen uso del conjunto de funciones potenciales sin restricción (Rueda 2011)- , los cuales logran definir que en la ciudad se han desarrollado distintos fenómenos contemporáneos que rodean esta búsqueda de identidad y que de cierta manera apuntan hacia una dificultad en establecer significados en los espacios urbanos.

El objetivo general de la investigación se centra en comprender y definir los distintos conflictos de la identidad urbana reflejados en el espacio público como escenario principal a partir de varias posturas teóricas, y proponer una distinción de estas realidades a través de tres escenarios que se exponen a continuación,

El primer escenario es el de la ciudad neutral, que puede definirse como una tendencia en la creación de espacios urbanos generalizados, entendidos como aquellos que son diseñados de forma estandarizada, y que en medio de su simplificación, son el resultado de la función de dinámicas del flujo y movimiento. Estos espacios entran en conflicto con la construcción de identidades propias o particulares en las ciudades.

El segundo es el espacio público simulado, el cual desarrolla identidades alejadas de la importancia de lo público. Es posible explicarlo a partir de los casos privados de los conjuntos cerrados de vivienda y los centros comerciales. Estos dos casos se componen de elementos físicos y de dinámicas que imitan la estructura y el uso del espacio público y consolidan rupturas espaciales urbanas a través de cerramientos, los cuales además crean identidades basadas en la contención de actividades de consumo y seguridad.

El tercer escenario se puede contemplar desde el género y la diversidad, revisando el uso y acceso igualitario del espacio público desde la perspectiva de género, que se comprende como un recorrido que ha intentado reclamar y construir una lógica espacial inclusiva y significativa. Esto permite comprender que es un escenario que logra desarrollarse de manera más específica que los anteriores, justamente para plantear reflexiones sobre la espacialización de la identidad a través de ejemplos particulares de sectores sociales específicos como el caso del colectivo LGBTI.

Para poder desarrollar estos tres escenarios, y antes de abordar propiamente una dimensión urbana, es pertinente discernir sobre la noción de identidad social, que como punto de partida puede ser relacionada con el principio de libertad desde la visón del filósofo Michel Foucault, entendido como las acciones de dejar hacer, pasar y transcurrir; implicando las posibilidades de movimiento, la circulación de la gente y de las cosas (en un sentido muy amplio, como el desplazamiento, el intercambio, el contacto, la forma de dispersión y también de distribución) (Colpas, 2015), y propiamente responde al hecho de que no habitamos un espacio vacío. Por el contrario, vivimos dentro de un conjunto de relaciones que permiten definir emplazamientos irreducibles unos a otros y en superposición (Foucault, 1984).

De esta forma, la identidad puede referenciarse también a partir de la territorialidad, la cual se refleja en las acciones de las personas por internar influenciar, efectuar y controlar determinados acontecimientos en un área. Es por ello que la territorialidad puede ser simbólica, puesto que es posible interiorizarla como una estructura que permite la construcción de la realidad. Incluso es posible establecer que el territorio es apropiado por personas de una comunidad, que incentivan el sentimiento de que ese espacio es su espacio común (Emiliozzi, 2013). Ahora bien, adentrando en el ámbito urbano, es posible asumir las anteriores visiones desde el espacio público1, ya que es la plataforma común de la ciudad que tiene una importante facultad de generar actividad y vida urbana, como indica Gehl (2013), afirmando que es el medio urbano que permite humanizar e integrar a la ciudadanía, ya que las ciudades están vivas en la medida en que la energía social es más relevante que los espacios construidos (Gehl 2013).

Es pertinente indicar la capacidad intrínseca del espacio público de ser un medio generador de identidad, posible de valorar desde la escala de barrio hasta abordar toda la ciudad, a través de lugares puntuales con los que logramos, como ciudadanos, establecer significados que atribuyen características diferenciadoras y junto con distintas dinámicas (el encuentro, caminar, la permanencia, etc.), podemos interactuar con la ciudad y otras personas, generando una construcción colectiva que repercute en la construcción misma de la identidad. Nel·lo (2015) vincula esta idea con el concepto del patrimonio colectivo, explicando que es el conjunto de bienes constituyentes para una colectividad. Estos elementos pueden ser ambientales (el agua o el paisaje natural), y los que hacen parte del medio construido (los monumentos, los centros históricos y el espacio público). Incluso, hacen parte del patrimonio colectivo los derechos sociales que una comunidad goza por el hecho de pertenecer a ella y disponer de los medios para ejercerlos, como el derecho a la educación, la vivienda o la salud (Nel·lo 2015). Es posible afirmar que a través del espacio público se establece una construcción de significados que conforman la identidad del lugar. Ubicarnos adecuadamente en nuestro mundo psico-socio-ambiental es fundamental para establecer vínculos con nuestro entorno, y así la identidad emerge como un elemento clave para para nuestro bienestar subjetivo y social (Valera 2014).

También es posible establecer que esta construcción colectiva requiere justamente de manifestaciones de grupos, los cuales al interactuar en el espacio público crean impactos derivados de las actividades que establecen, donde se puede afirmar que la apropiación depende de una estrecha relación con la variedad o versatilidad de los usuarios de lo público. Distinguir o establecer contrastes ya no es del todo válido, puesto que en palabras de Salcedo:

la clasificación y diferenciación entre individuos y colectividades, así como su jerarquización concomitante han operado eficazmente en torno a las categorías sociales mencionadas (genero, raza, etnia) durante un largo tiempo en la modernidad […] Ahora bien, en la actualidad se vive un proceso de vaciamiento social de estas categorías identitarias del mundo moderno (2020, p. 6).

Con ello, es pertinente reconocer que que la diversidad está implícita en el conjunto de usuarios, vistos como la pluralidad misma de la sociedad y que contribuye a una autorregulación del espacio público que permite que los significados sean plurales, llevaderos y se forjen.

Podría plantearse que existe una constante acción de búsqueda de identidad en el ámbito urbano, que depende en gran medida de las actividades que se generan a través de las distintas interacciones de las personas a través de los usos, frecuencias y coincidencias que se efectúan en el escenario del espacio público. Es así como las cualidades que definen al espacio público hacen posibles las distintas determinantes que aseguran que sea un generador de identidad urbana, lo cual permite consolidar significados que han de transmitirse en la continuidad de las actividades desarrolladas. Es la búsqueda de la identidad una acción permanente e inherente a la ciudadanía y al espacio público.

2. Metodología: compilación y categorización

La metodología implementada consistió en la exploración de distintas fuentes contemporáneas sobre las nociones de identidad y espacio público. Durante esta búsqueda fue posible comprender que es posible discriminar estas investigaciones en tres grupos: uno, que se compone de fuentes de Latinoamérica y de España que exponen distintas ideas que permiten enlazar los conceptos de identidad social, territorialidad y espacio público como escenario de la problemática. El siguiente grupo expone nociones sobre el consumo y los modelos del centro comercial y los conjuntos cerrados de vivienda, y se compone de referencias que provienen de Latinoamérica, principalmente por el desarrollo y los impactos urbanos de estos fenómenos en la región. Y el último, se compone en su mayoría de autores latinoamericanos (Colombia, Argentina, Costa Rica…) con un recorrido importante en torno a los temas de la diversidad y el género.

Con este compilatorio ha sido posible determinar que el alcance geográfico de esta investigación está enmarcado en Hispanoamérica, y que por lo tanto es un análisis general que contiene realidades comunes para este contexto, y en ello reside la pertinencia de su alcance. Gracias a estos recursos teóricos se ha desarrollado el marco referencial y se ha enfocado el objetivo de comprensión de los conflictos urbanos en torno a la identidad en la ciudad contemporánea, y a través de esta categorización de fuentes se ha estructurado la investigación, desarrollando los tres escenarios propuestos en el artículo.

Con los resultados se ha planteado un ejercicio que ha permitido generar un comparativo entre los tres escenarios para consolidar elementos claves sobre las problemáticas de cada escenario, y así contribuir a la comprensión del conflicto formado desde la identidad en la ciudad y el espacio público. El valor de dicho ejercicio es la revisión teórica como aporte al desarrollo de esta compleja temática de estudio abordada desde distintos enfoques interdisciplinares y que está en función de la evolución de la vida urbana.

3. Resultados:

Los conflictos de la identidad urbana en tres escenarios de estudio

3.1 La ciudad neutral

La ciudad neutral se refiere al diseño y construcción de espacios urbanos que no permiten el desarrollo de alguna relación duradera entre los ciudadanos y los contextos en los que se implantan en la ciudad. Estos lugares se consolidan y extienden a través de lo que Delgado (2007) denomina como la tendencia de predisposición a repetir una función, lo cual puede interpretarse como el sometimiento de lo urbano a través de la simplificación y así contraponerse a la complejidad misma de la ciudad, expresada en la indefinición, lo ambiguo y su propia naturaleza indeterminada.

En este contexto, el espacio público es un escenario que, desde la gestión y la planeación de las ciudades, ha sido valorado a partir de un enfoque funcional, dando prioridad a las acciones y actividades que están en función de la movilidad y la fluidez, con el objetivo de comunicar y vincular eficientemente los distintos servicios en la ciudad misma y con respecto a otras. Es posible plantear que, a raíz de estas acciones, el espacio público ha construido significados deseables, comprendidos desde los mecanismos de control que pretenden garantizar la previsibilidad y la seguridad. Así, resulta posible incluir como una estrategia utilitaria la estandarización de los elementos que componen el espacio público, justamente por sus características visuales y funcionales, como el caso de la señalética y el mobiliario urbano.

Esto conduce a la definición de los no-lugares, los cuales son espacios que no pueden crear vínculos duraderos con la gente que los frecuenta, exceptuando vínculos esporádicos derivados de la función espacial, que generan sujetos de consumo (Mesa 2016). De igual manera, es posible sugerir que una de las ideas notables de la configuración tanto urbana como arquitectónica, enmarcada desde finales del siglo XX y tendencia en el siglo XXI, son los no-lugares, que proponen la transformación de lo general en una identidad. Pueden ser reconocidos principalmente desde la constitución de equipamientos de usos que implican la movilidad, por ejemplo aeropuertos y estaciones de tren, donde el mismo carácter funcional hace que sean lugares de paso.

En la figura 1 es posible reconocer un notable ejemplo de la estandarización, homogeneidad y la neutralidad de espacios comunes de las ciudades, y es el caso de las estaciones de metro. El lenguaje visual, la materialidad y la disposición funcional, son factores elementales para la definición de estos espacios. Su reconocimiento es común sin importar el sistema de transporte o la ciudad en la que se encuentre, consolidando lecturas universales para unificar la función de movilidad.

Fuente: Elaboración propia

Figura 1: Estación de metro Marítim-Serrería de València. 

La construcción universal de la ciudad es un asunto complejo y una realidad cercana a todos los escenarios urbanos, que es posible de definir desde la identidad como una tendencia que consolida una imagen general que se repite y estandariza sin importar los contextos. Los no - lugares abren paso a otras variables de esta globalidad urbana, que puede incluir la pérdida de la función de sociabilidad del espacio público a través de lugares socialmente homogéneos (Aramburu, 2008). Es pertinente también mencionar el concepto de ciudad genérica, el cual no es un sinónimo de los no - lugares, pero conduce a comprender que es un efecto de la globalización económica, que crea una ciudad que garantiza un volumen amplio de flujos que rentabiliza las inversiones (García-Vázquez, 2004), por lo que desde esta perspectiva, la identidad puede cumplir, además, con una construcción de una ciudad rentable.

3.2 La simulación del espacio púiblico

Puede definirse como aquellos espacios privados que logran simular lo público a partir de su estructura física y de las actividades que proponen, los cuales han impulsado un conflicto importante en las ciudades a partir de su notoria influencia como elementos que han sido implementados como modelos articuladores de distintos desarrollos urbanos (como la expansión urbana). Para este caso se expondrán dos espacios: el centro comercial y los conjuntos cerrados de vivienda. Ambos ejemplos pueden ser comprendidos desde la identidad como componentes urbanos que forman parte de las ciudades contemporáneas.

El fenómeno comercial en la ciudad no se puede entender sin su contexto urbano (habitacional y accesibilidad), puesto que desde un aspecto general pueden darse en la ciudad tipologías comerciales respecto a la movilidad y a la consolidación de sectores (Schlack, Hidalgo, Villarroel, Arce y Fariña, 2018); por lo que dentro de las diferentes formas de comercio podemos encontrar la figura del centro comercial, que consolida un modelo cerrado que hermetiza la función comercial en el sentido de crear una atmósfera interior que incentiva actividades de consumo.

A partir de la construcción de la identidad,

las investigaciones desde las ciencias sociales comenzaron a identificar las estrategias de los individuos y grupos sociales para apropiar y resignificar los bienes, servicios y experiencias de consumo a los que tienen o no acceso, y, así, construir sus estilos de vida e identidades individuales y colectivas. En este sentido, se ha observado cómo la cultura material -en cualquier contexto- cobra unos matices diferentes y es apropiada por los sujetos de formas múltiples (Aristizábal, 2020, p. 90).

Así, las acciones derivadas del consumo propician identidades que se generan y asocian con un ámbito construido, que en el caso del centro comercial, logra simular el espacio público a través de las actividades comerciales (y otras complementarias de carácter recreativo) y su configuración física.

La simulación del espacio público en los centros comerciales es potente a partir de su diseño, el cual logra muchas similitudes a partir de las zonas duras de tránsito, zonas blandas y el mobiliario (bancas, canecas, farolas, etc.); estos elementos pueden configurar la escenografía completa de una calle, una plaza o un parque. En la figura 2 se puede evidenciar esta capacidad de simulación a través de un espacio exterior de un centro comercial en una cubierta transitable, que podría pasar por algún espacio público en la ciudad por sus características físicas y por las actividades generadas.

El centro comercial es un modelo urbano con un claro significado enfocado en el consumo que se ha valido de la reconstrucción de la experiencia urbana del espacio público por estar controlado, vigilado, climatizado y protegido del medio exterior (Mesa 2016). Su influencia en la urbanidad contemporánea contribuye a un conflicto en la experiencia que ofrece, que puede traer como efecto una confrontación de usos que fomentan procesos de privatización de la ciudad que gradualmente seguirán generando fisuras para forjar una red discontinua del espacio público (Silva 2011), lo cual consolida su identidad desde la simulación.

Fuente: Elaboración propia

Figura 2: Cubierta transitable de un centro comercial en Bogotá. 

El otro espacio que compone este ámbito son los conjuntos cerrados de vivienda. La necesidad de tranquilidad y el alejamiento del centro de la ciudad son algunas de las principales razones de los propietarios de estos complejos cerrados para vivir en situación de encerramiento (Cabrera, Escobar y Ugarte, 2020), además de la idea de seguridad que generan estos espacios a través de elementos físicos, como rejas y muros (ver figura 3), a lo que se suma el mantener un control y vigilancia en el que solo pueden ingresar los propietarios y externos autorizados.

Los conjuntos cerrados de vivienda han sido un elemento urbano que puede ser explicado desde la identidad, a partir de la importancia de la propiedad privada con un uso colectivo, la cual genera valor en lo restringido y devalúa al espacio abierto y público de la ciudad (Martínez, 2016). Y también desde la contribución que genera en la fragmentación social urbana, consolidando la experimentación de un mejor sentimiento de ciudad, apta para beneficiar las interacciones entre residentes y generar relaciones voluntarias a través de mecanismos que permiten proteger la vivienda adquirida (Chevalier y Carballo, 2005).

Por lo anterior, la identidad cumple con una construcción independiente de ciudad, la cual aísla unidades de residentes bajo un principio de simulación de una ciudad que se encuentra cerrada, la cual puede constituir un reconocimiento de un sistema urbano que convive con el resto de la ciudad a pesar de que su cerramiento genere rupturas en la continuidad urbana desde el espacio público y el tejido urbano, evidenciando brechas sociales y la construcción de una idea alternativa de seguridad. Han forjado un posible sentimiento de idealización de la experiencia de ciudad a partir de su configuración cerrada.

Fuente: Elaboración propia

Figura 3: Ejemplo de cerramientos de los conjuntos cerrados en Bogotá. 

3.3 Sobre el género y la diversidad en el espacio público

El género permite identificar desigualdades sociales que se estructuran en torno a la sexualidad. Puede ser entendido como una categoría relacional que se construye desde oposiciones situadas que varían y se intersectan con otras dinámicas de desigualdad, como la raza, etnia, clase, generación, etc. (Pérez, 2017). Es por ello que la diversidad puede considerarse al interior del concepto mismo de género y en cómo la experiencia urbana evidencia estas distintas facetas.

Es posible partir de que estos aspectos se relacionan a través del trazado de huellas en el territorio, como indica Emiliozzi (2013), que son determinadas a partir de formas de vida, historias, costumbres, códigos y lenguajes, por lo que el territorio es hablado y se define por prácticas históricas sociales que lo conforman y transforman (Emiliozzi, 2013). Desde el género, es posible hablar en el espacio urbano en términos de democracia sexual, ya que se ha transformado en un sinónimo de secularismo, valores democráticos y una renovada forma de modernidad que parece definir los límites en occidente (Sabsay, 2016). La perspectiva de género en particular, es pertinente de reflexionar a partir de la consideración del tratamiento igualitario2 en el marco de la democracia sexual, del uso e interacciones que se desarrollan en el espacio público.

Se pueden reconocer algunas posturas que indican una construcción de identidad desigual, que ha condicionado el ámbito público. La noción de la ciudad androcéntrica señala que los espacios públicos fueron (y en varios casos aún lo son) pensados, desarrollados y diseñados por y para ser usados por hombres que hacen parte del centro hegemónico de la vida social (Cavalo, 2019). El riesgo, la desconfianza y el temor, como parte de la experiencia urbana, genera inseguridad de manera directa para el caso de las mujeres. Esto es consecuencia de la persistencia en las trayectorias, la limitación en el uso de ciertos itinerarios, o la autoexclusión de algunos lugares (Soto Villagrán, 2007). Lo referido indica que la construcción de identidad desde el género está condicionada por la libertad de usos del espacio público, relegando a las mujeres y a otros colectivos a no poder acceder libremente a los escenarios urbanos.

Al considerar la ciudad desde la perspectiva de género se logra pensar en una ciudad a través de todas las escalas a partir de la diversidad y como centro a las personas. Justamente, la perspectiva de género que se aplica al urbanismo busca poner en igualdad de condiciones las exigencias derivadas del mundo reproductivo y las derivadas del mundo productivo, o sea, las necesidades cotidianas de atención a todas las personas (Muxí, Casanovas, Ciocoletto, Fonseca y Gutiérrez, 2011).

Es importante considerar que los anteriores argumentos pueden agruparse bajo el concepto de la espacialización de la identidad y que, vinculado al ámbito urbano, es posible definir a la ciudad y al barrio como marcadores territoriales que espacializan la pertenencia imaginaria de una comunidad, por lo que la noción de pertenencia es central y además indica la presencia de un límite o frontera entre las personas pertenecientes a la comunidad o barrio y los que no (Sabsay 2011).

Este asunto podría denominarse como los nuevos amurallamientos, los cuales pueden definirse como un fenómeno contemporáneo de sectores de la ciudad que consolidan significados a partir de la identidad de grupos sociales específicos3, que como resultado forjan significados que de cierta manera crean nuevas formas de cerramiento que no son físicas y que dividen a estos grupos del resto de la ciudad, causando interpretaciones ambiguas, ya que por un lado las identidades creadas con la ciudad y el espacio público son claras y definidas, y por otro pueden llegar a causar una autoexclusión y la misma delimitación. Es posible mencionar al colectivo LGBTI4 como ejemplo de interés para el estudio urbano en este caso, incluyendo la comprensión de los distintos códigos de comportamiento que resultan de la convergencia de personas que han sido segregadas o silenciadas (Rojas, 2014).

Justamente la ciudad y el espacio público son modeladores de territorios, rutas de desplazamiento, establecimientos y rutinas cambiantes que van ajustando una respuesta desde la identidad. En el caso del colectivo LGBTI, se han construido imaginarios relacionados con la inseguridad, el miedo y la homofobia, que se han desarrollado en distintas épocas y contextos, generan maneras de segmentación social y la demarcación de nuevas fronteras sociales y urbanas, por lo que el avance de tales formas urbanas está sustentado en la segregación y concentración, y tiene como consecuencia reforzar y legitimizar la desigualdad en el acceso y el derecho a la ciudad (Boivin 2013).

Este ha sido un proceso posible de comprender a través del paso del ámbito privado al público: la socialización inicia en espacios tradicionales ocultos como refugio (bares y clubes nocturnos), en donde personas del colectivo han ocultado su sexualidad a través de la autocensura, reduciendo oportunidades de permanecer en otros lugares, eligiendo para su visibilización y sociabilidad estos espacios (Ortíz, 2007). Luego, al pasar a lo público se han desarrollado de forma paralela los nuevos amurallamientos, que rodean y consolidan sectores, barrios y calles como una oportunidad en la ciudad de expresión.

Este proceso de identidad puede ser explicado bajo el concepto de comunitarismo, que como lo plantea Fernández (2007), se refiere a la congregación espacial de grupos con intereses en común y con prácticas determinadas de socialización. Esta reunión determinada en el espacio urbano tiene como resultado los barrios gay, sectores que frecuenta la comunidad LGBTI, que establece territorios con actitudes sociales abiertas que contrastan ,o evidencian a otros que continúan siendo sensibles a prejuicios y tendencias homofóbicas (Fernández, 2007). La formación de estos barrios (que incluyen enclaves habitacionales y comerciales) se puede considerar incluso como un ideal para la expresión de la diversidad de la ciudad, y resulta ante la segregación geográfica y la exclusión social en términos de espacios, tiempos y vínculos que las minorías padecen en otros contextos sociales y urbanos (Boivin, 2017).

Ahora bien, estos amurallamientos también pueden ser temporales y estar en función de dinámicas urbanas como el ocio y el comercio, y aparecer en determinados momentos, como también pueden consolidarse y delimitar de manera permanente. Están sujetos a un proceso de construcción social que integra el género, la cultura, los lugares y paisajes, y por lo tanto una de sus principales características es que están concedidos de valores y características que surgen de este proceso de construcción, y mutan y cambian con el tiempo (Rojas, 2014).

Desde la identidad es posible comprender que en este caso hay una complejidad territorial con un resultado dual, que puede ser de inclusión o de autocerramiento, en donde se pone a prueba la capacidad de adaptación e itinerancia del espacio público. Una experiencia de ello es la celebración de la fiesta del orgullo, que se ha consolidado en muchas ciudades del mundo, y que por lo general consta de una marcha a lo largo de las calles más representativas y concentraciones masivas en puntos localizados (ver figura 4). Esto indica la capacidad del espacio público de lograr identidades transitorias5, que para este caso puntual, es un espacio significativo de visibilidad y de expresión concentrado en la actividad, puesto que en otros momentos (como en la cotidianidad) y lugares, no siempre es posible desarrollar libremente por distintos conflictos asumidos desde la espacialidad misma de la identidad.

Fuente: Elaboración propia (2019)

Figura 4: Marcha del orgullo en València. 

Tabla 1: identidad y espacio público. 

4. Conclusiones

A través de un ejercicio comparativo presentado en la tabla 1, se visualizarán los tres escenarios desarrollados en el marco de la identidad y el espacio público, en donde se plantean dos nociones como resultado: que es posible identificar la creación y desarrollo de posibles significados creados, y por otro lado, un estado de conflictos o consecuencias de dichos significados. Con estas dos nociones es posible construir un punto de partida para desarrollar las principales ideas que formulan las conclusiones.

4.1. Neutralidad a favor de lo global

La ciudad neutral contiene dos facetas, una hacia un aspecto físico, que se moldea desde el diseño del espacio público y de otras estructuras urbanas con una tendencia a homogenizar y estandarizar sus componentes, lo cual responde a un enfoque funcional a favor de la fluidez. La otra faceta corresponde a la ciudad neutral, que resulta del efecto predominante de la globalización, y que puede anteponerse a los significados tejidos a través de la apropiación de los territorios, dotando a la ciudad de mecanismos de aprovechamiento de su rentabilidad, eficiencia y competitividad. Esta construcción aproxima a comprender que la identidad se pueda leer desde una lógica global, funcional y económica.

4.2. Los espacios públicos y experiencias de ciudad desde lo privado

La simulación del espacio público es un aspecto en el que interviene la identidad desde un ámbito construido; es decir, genera impactos en el espacio urbano a partir de elementos edificados. Con esto, el conflicto repercute en cómo se concibe el espacio público desde componentes de la esfera privada, de la simulación de la ciudad y de sus dinámicas, y a partir del desarrollo de modelos urbanos contenedores que han sido asimilados y se han consolidado, ofreciendo una identidad urbana paralela, denominada así por la capacidad escenográfica de generar dinámicas internas encerradas.

Esta realidad es posible de identificar en algunos elementos urbanos, de los que se han destacado el centro comercial y los conjuntos de viviendas, puesto que son la respuesta a varios conflictos urbanos que les han permitido fabricar una identidad de espacio público y ciudad a partir de la oferta de seguridad, comodidad y consumo, que pueden ser entendidas como realidades previsibles y controladas.

4.3. La brecha social desde la diversidad y el género

El aporte del enfoque de la perspectiva de género permite comprender la diversidad intrínseca de la experiencia urbana, lo cual es pensar en el espacio urbano afirmando y declarando sus diferencias, y con ello no hay cabida a pensarlo desde la desigualdad. Pueden generarse conflictos en el espacio público como escenario de batalla, por el choque formado por distintos imaginarios creados en sectores sociales hasta la cotidianidad de la convivencia entre vecinos. Ahora bien, a través de estos conflictos es posible reconocer, y visibilizar distintos colectivos diversos, y grupos sociales que por su particularidad son señalados por otros ciudadanos que han tejido un ideal social que no concibe esta convivencia. Es posible considerar que este choque es una de las principales razones que estimulan la existente división urbana, donde es visible una identidad que ha levantado a estos denominados nuevos amurallamientos que se encargan de demarcar las diferencias sociales.

Es de alto interés la relevancia que tienen los movimientos sociales, como el caso del colectivo LGBTI, en el aporte de la diversidad en la identidad del espacio público, que gracias a las distintas dinámicas y manifestaciones sociales se hace variable, establece rutinas y se puede adaptar a estos cambios, con consecuencias duales y contradictorias como la generación de la inclusión, o la separación más marcada a través de brechas y límites para agrupaciones sociales, religiosas o étnicas que consolidan espacios públicos y barrios desde de su identidad.

4.4. La constante búsqueda de la identidad

Es posible poner en valor el rol del espacio público como plataforma urbana que propicia un escenario diverso que construye y consolida la identidad de la ciudadanía, y es por este aspecto que se evidencia su importancia para las ciudades. Es un aspecto complejo que sin duda está a disposición de los distintos intereses que, afortunados o no, dependen de las acciones colectivas y sociales, que pueden ser espontáneas y surgir al margen de la planeación urbana a través de distintas acciones que surgen desde manifestaciones participativas de iniciativa ciudadana.

La identidad es así uno de los aspectos más inquietantes para el estudio contemporáneo del espacio público puesto que es un elemento que debe ser tenido en cuenta desde los mecanismos de intervención urbana, a través de la gestión, el diseño y la planeación, que en muchas ocasiones han quedado en deuda con el universo simbólico construido a través de la ciudadanía y su relación con su entorno. Es necesario continuar indagando desde un enfoque teórico sobre estos conflictos, y que la investigación permita aportar distintas perspectivas como contribución a la comprensión de estas realidades urbanas.

Finalmente, se hace un importante llamado a todos los agentes vinculados a los asuntos urbanos, incluyendo a las administraciones, la academia y agentes privados para desarrollar e incentivar intervenciones y actuaciones en el espacio público como eje estructural de la búsqueda y desarrollo de la identidad. Como iniciativa, se propone explorar distintos enfoques sociales, que encuentren sentidos comunitarios, que ofrezcan soluciones integrales y rompan con las tendencias exclusivas de lo funcional y lo físico en el quehacer urbano.

Cómo citar este artículo/How to cite this article:

Bueno-Carvajal, J. M. (2021). Espacio público e identidad. Tres escenarios de interpretación en la ciudad contemporánea. Estoa. Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca, 10 (19), 161-169. doi: 10.18537/est.v010.n019.a14

5. Referencias bibliográficas

Aramburu, M. (2008). Usos y significados del espacio público. ACE: Architecture, City and Environment, 3 (8), 143-151. https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2099/6586/ACE_8_SE_26.pdf?sequence=7&isAllowed=yLinks ]

Aristizábal, D. (2020). Estudios sociales sobre el consumo. Trayectorias disciplinares de un campo de estudio en construcción. Revista de Estudios Sociales, (71), 87-99. https://doi.org/10.7440/res71.2020.07Links ]

Boivin, R. (2013). Formas de inclusión y exclusión de las minorías sexuales en la ciudad. Seminario Internacional ”Construcción de ciudad desde la diversidad”. Bogota, Colombia. https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-00872498Links ]

Boivin, R. (2017). La noción de visibilidad en la investigación sobre las geografías de minorías sexuales. Revista Latino-americana de geografia e gênero, 8(2), 284-315. https://doi.org/10.5212/rlagg.v.8.i2.0014Links ]

Cabrera, J., Escobar, A. y Ugarte, M. (2020). Cochabamba en fragmentos: un acercamiento al fenómeno de los barrios cerrados. Investigación & Desarrollo, 19 (2), 83-108. https://doi.org/10.23881/idupbo.019.2-6eLinks ]

Cavalo, L. E. (2019). Androcentrismo y espacio público: análisis exploratorio sobre la subrepresentación femenina en la nomenclatura urbana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Feminismo/s, (33), 249-271. https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/92994/1/Feminismos_33_11.pdfLinks ]

Chevalier, J. y Carballo, C. (2005). Los espacios cerrados residenciales: en busca del entre-sí; estudio comparativo entre el norte y el sur del continente americano. Cuadernos de Geografía, (14), 5-14. [ Links ]

Colombia Diversa. (2018). Un parche que resiste. AltaVoz Editores. https://colombiadiversa.org/colombiadiversa2016/wp-content/uploads/2018/08/UnParche_queResiste.Final-impresión.pdfLinks ]

Colpas, J. (2015). El concepto de espacios de poder desde la mirada de Michel Foucault. Amauta, 13(25), 51-66. [ Links ]

Delgado, M. (2007). La ciudad mentirosa. Fraude y miseria del modelo Barcelona. Catarata. [ Links ]

Emiliozzi, M. (2013). El territorio hecho cuerpo: del espacio material al espacio simbólico. ABRA, Revista de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional, 33(47), 17-25. http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/abra/article/view/5579/5413Links ]

Fernández, V. (2007). Comunidad gay y espacio en España. Boletín de la A.G.E., (43), 241-260. [ Links ]

Foucault, M. (1984). Des espaces autres. Architecture, Mouvement, Continuité, 5, 46-49. [ Links ]

García-Doménech, S. (2015). Estética e interacción social en la identidad del espacio urbano. Arte y Ciudad, 2015(7), 195-212. https://doi.org/10.22530/ayc.2015.n7.252Links ]

García-Vázquez, C. (2004). Ciudad Hojaldre. Visiones urbanas del siglo XXI. Gustavo Gili. [ Links ]

Gehl, J. (2013). La humanización del espacio urbano: la vida social entre los edificios. Reverté. [ Links ]

Martínez Barrios, H. (2016). Origen, causas y consecuencias de los conjuntos residenciales cerrados en Valledupar Colombia. Prospectiva. Revista de trabajo social e intervención social, (21), 137-156. [ Links ]

Mesa, J. (2016). El lugar del centro comercial en Cali: el caso del Parque Comercial Río Cauca y Unicentro. Trans-pasando fronteras, (10), 97-118. [ Links ]

Muxí, Z., Casanovas, R., Ciocoletto, A., Fonseca, M. y Gutiérrez, B. (2011). ¿Qué aporta la perspectiva de género al urbanismo? Feminismo/s, (17), 105-129. [ Links ]

Nel·lo, O. (2015). La ciudad en movimiento. Crisis social y respuesta ciudadana. Díaz & Pons. [ Links ]

Ortiz, A. (2007). Hacia una ciudad no sexista. Algunas reflexiones a partir de la geografía humana feminista para la planeación del espacio urbano. Territorios, (16-17), 11-28. https://revistas.urosario.edu.co/index.php/territorios/article/view/838Links ]

Pérez, I. (2017). Consumo y género: una revisión de la producción historiográfica reciente sobre América Latina en el siglo XX. Historia Crítica, (65), 29-48. [ Links ]

Rojas, L. (2014). Aprender a correr en tacones: producción de espacio urbano de las minorías diversas en San José, Costa Rica. URBS. Revista de Estudios Urbanos y Ciencias Sociales, 8(2), 39-62. [ Links ]

Rueda, S. (2011). El urbanismo ecológico. En J. M. Ezquiaga Domínguez y L. G. Alfaya (Eds). Transformaciones urbanas sostenibles (pp. 234-267). Universidad Internacional Menéndez Pelayo. [ Links ]

Sabsay, L. (2011). Fronteras Sexuales. Espacio urbano, cuerpos y ciudadanía. Paidós. [ Links ]

Sabsay, L. (2016). The political imaginary of sexual freedom. Palgrave Macmillan. [ Links ]

Salcedo, M. (2020). Vergüenza, territorio e identidad social: aproximación al fenómeno de la migración transnacional voluntaria desde la psicología social. Revista Colombiana de Sociología, 43(1). https://doi.org/10.15446/rcs.v43n1.79083Links ]

Schlack, E., Hidalgo, R., Villarroel, K., Arce, M. y Fariña, C. (2018). Three types of shopping precincts three different ways to influence the public sphere of neighborhoods. Revista INVI, 33(92), 89-122. https://doi.org/10.4067/S0718-83582018000100089Links ]

Silva, M. (2011). ¿...Más 'centro' que 'comercial'? URBS. Revista de Estudios Urbanos y Ciencias Sociales, 1(1), 27-48. [ Links ]

Soto, P. (2007). Ciudad, ciudadanía y género. Problemas y paradojas. Territorios , (16-17), 29-46. [ Links ]

Valera, S. (2014). La identidad social urbana como instrumento para mejorar el bienestar humano. En D. Sánchez González y L. A. Domínguez Moreno (Eds.). Identidad y espacio público. Ampliando ámbitos y prácticas (pp. 97-119). Barcelona: Gedisa. [ Links ]

1Podría comprenderse al espacio público como un componente urbano estructurado como un sistema que se compone de cuatro componentes: la referencia física, la función sociopolítica, la constitución histórica y por las relaciones que establece con el arte.

2Este tratamiento se considera para todas las personas, no es exclusivo del rol de hombres y mujeres. Se consideran distintos individuos que enmarcan la diversidad, desde la población infantil, mayor y de distintos colectivos y sectores, que debido a una estructura física y social han sido afectados y su acceso al espacio público ha tenido distintas limitaciones, que incluyen la libertad de expresión y la libertad de movilidad física.

3Podrían incluirse por ejemplo los migrantes, agrupados por lugares de origen, las etnias, las personas trabajadoras sexuales, entre otros.

4Más allá el significado de estas siglas (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales) es posible acotar el término en un marco de diversidad social, el cual incluye dos conceptos: primero la orientación sexual, que se refiere a la capacidad de cada persona de sentir y mantener una atracción y relaciones emotivas, sexuales y afectivas por otras personas de un género distinto (heterosexualidad), o del mismo género (lesbiana o gay) o de más de un género (bisexual). Segundo, la identidad de género, que se refiere a la vivencia individual del género, como cada persona lo siente, la cual puede o no, corresponder con el sexo asignado desde el nacimiento (masculino o femenino), incluyendo expresiones de género (modo de hablar, vestimenta) y la vivencia personal del cuerpo (Colombia Diversa 2018).

5Como puede ocurrir con muchos otros eventos programados o espontáneos que acontecen en las calles, como manifestaciones de eventos religiosos, protestas, celebraciones de festividades culturales, jornadas culturales, etc.

Recibido: 02 de Abril de 2020; Aprobado: 25 de Octubre de 2020

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons