SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.5 número8La calidad del paisaje costero, a través de Sistemas de Información Geográfica (SIG) hacia un manejo territorial sustentable Bahía de Banderas y Puerto Vallarta-MéxicoLa escena: construcciones dinámicas en la generación de espacios índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Estoa. Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca

versión On-line ISSN 1390-9274versión impresa ISSN 1390-7263

Estoa vol.5 no.8 Cuenca ene./jun. 2016

https://doi.org/10.18537/est.v005.n008.03 

Artículo

Claves epistemológicas para descifrar el derecho a la ciudad de Henri Lefebvre

Epistemological clues to figure out the right to the city of Henri Lefebvre

Pedro Jiménez Pacheco1 

1Universidad Politécnica de Cataluña


Resumen:

El artículo plantea la necesidad de la teoría crítica urbana para dar forma a un pequeño espacio de esperanzas en medio de una crisis global, urbanizadora del neoliberalismo y crisis del urbanismo como tal. En consecuencia y en un intento por ampliar el campo de la teoría urbana, se muestra uno de los primeros pasos en la investigación doctoral del autor, con el cual a través de una prospección epistemológica sobre los campos esenciales del pensamiento de Henri Lefebvre, se pretende contribuir a una fiel comprensión del Derecho a la Ciudad, proclamado en 1968 y hoy sistemáticamente convertido en eslogan. El análisis parte de la noción de espacio radical humano como restitución original del pensamiento del joven Lefebvre entre 1939-1958 y profundiza en aquello que el autor considera la llave de la obra completa de Lefebvre: la crítica de la vida cotidiana.

Palabras clave: Derecho a la Ciudad; teoría urbana; vida cotidiana.

Abstract:

The article presents the need for urban critical theory to shape a small space of hopes, in the midst of a global crisis, urbanizing of neoliberalism and urbanism crisis as such. Consequently, and in attempt to expand the field of urban theory, it shows one of the first steps in the doctoral research of the author, in which, through the epistemological survey on essential fields of Henri Lefebvre’s thought, is intended contributing to a true understanding of the right to the city, proclaimed in 1968 and today become slogan systematically. The analysis arises from the notion of radical human space as original restoration of the young Lefebvre’s thought between 1939-1958 and delves into what author considers the clue in the complete works of Lefebvre, the critique of everyday life.

Keywords: Everyday life; right to the city; urban theory.

1. Introducción

La teoría crítica urbana y Henri Lefebvre

Neil Brenner1 junto a Marcuse P. y Mayer M. publicaron en 2009 un artículo denominado Urban criticism, a fundamental discipline, en el cual se plantea la importancia de la crítica urbana para identificar las estrategias de transformación social, entendiendo la naturaleza de los modelos contemporáneos de reestructuración urbana y analizando sobre esa base las implicaciones para la acción. Los autores consideran que los estudios críticos sobre lo urbano no proporcionan un campo homogéneo de investigación, al no estar fundados sobre bases muy estrictas o paradigmáticas; al contrario, su desarrollo ha estado marcado por numerosas divergencias sobre lo teórico, metodológico y político. Así mismo, se destaca que ante el incesante movimiento de urbanización capitalista en el mundo, estos enfoques críticos han evolucionado considerablemente en la forma, el contenido y los temas; pero hasta ahora, no han perdido la fuerza de la década de 1970. Por tanto, hoy en día es posible distinguir una rama urbana “crítica” coherente, capaz de contrarrestar el enfoque tradicional en este ámbito.

En el mismo documento se describen los objetivos generales de las aproximaciones críticas a los estudios urbanos: analizar las intersecciones sistémicas, determinadas por la historia, entre los procesos del capitalismo y la urbanización; estudiar el desequilibrio entre fuerzas sociales, relaciones de poder, iniquidades geográficas y estructuras políticoinstitucionales que dan forma y son moldeadas por la evolución de la urbanización capitalista; descubrir la marginación, la exclusión y la injusticia -ya sea en relación con la clase, la etnia, la ‘raza’, el género, la sexualidad, nacionalidad u otro- cotizadas y banalizadas en configuraciones urbanas existentes; descifrar las contradicciones, las tendencias de la crisis y las líneas de conflicto, potencial o real situadas en las ciudades contemporáneas; y, sobre esta base, definir y politizar las estrategias esenciales que fomentan las formas de vida urbana basadas en el progreso, la justicia social, el empoderamiento y el desarrollo sostenible (Brenner et al., 2009). En este sentido, Brenner en su celebrado artículo: What is critical urban theory? recomienda a los autores que se posicionen dentro del universo intelectual de los estudios urbanos críticos, apoyarse, al menos en términos generales, en la concepción de la teoría crítica que proviene de la Escuela de Frankfurt articulada a través de cuatro claves:

La necesidad de argumentos teóricos abstractos sobre la naturaleza de los procesos urbanos bajo el Capitalismo, al tiempo que el rechazo a la concepción de la teoría como ‘esclava’ de las preocupaciones inmediatas, prácticas o instrumentales.

El conocimiento de las cuestiones urbanas, incluidas las perspectivas críticas, debe ser históricamente específico y mediado a través de las relaciones de poder.

El rechazo a las formas de análisis urbano instrumentistas, tecnocráticas y dirigidas por el mercado que promueven la conservación y la reproducción de las formaciones urbanas existentes.

La preocupación por excavar posibilidades de formas de urbanismo alternativas, radicalmente emancipadoras que están latentes pero sistemáticamente reprimidas dentro de las ciudades contemporáneas (Brenner, 2009).

Fruto del conjunto de las reflexiones en el campo de la teoría crítica urbana planteadas fundamentalmente por Brenner, es posible sostener que en medio de las hipótesis sobre los procesos de transformación y urbanización planetaria - analizadas por autores como Davis, 1955 o Lefebvre, 1970- arrastramos modelos urbanísticos del capitalismo avanzado que reproducen sistemas urbanos estandarizados y homogeneizantes, tendentes a una sofisticación neoliberal en un momento, en que las ciudades, sobre todo de países con economías emergentes, experimentan procesos acelerados de reestructuración con incertidumbre social. Este fenómeno está ocurriendo por default, al margen de las ideologías de los gobernantes de turno y sin que las instituciones, ni la sociedad puedan revertir las relaciones de poder en la supremacía de fuerzas de la urbanización del capital sobre la vida del ser humano.

Fuente:http://www.villadelrey.ec/blog/tag/casas-de-ventaen-urbanizaciones-de-guayaquil/#sthash.E1FWUlRh.dpbs (n/a)

Figura 1: Villa Del Rey, conjuntos residenciales económicos, Guayaquil, 2015. 

Dichos sistemas de neoliberalización urbana transforman la ciudad, sometiendo a los ciudadanos al dominio o control del mercado y de las mismas instituciones que la gobiernan. En este campo, las operaciones de reestructuración urbanística a través de dispositivos y protocolos concretos -acreditados por planes, normativas, políticas, políticos y grupos de poder- están contribuyendo eficazmente al desarrollo insostenible, promoviendo espacios de destrucción creativa, gentrificación, injusticia y desigualdad espacial en todo el planeta. Dentro de este escenario alarmante de realidad y prácticas urbanísticas implacables, considero que existe un solar de esperanzas renaciendo en medio de una profunda crisis global del capitalismo -de mercados: financiero e inmobiliario en 2007; petrolero y de materias primas en el 2015- lo que implicaría potencialmente el inicio de un período de transición hacia otro sentido en las prácticas urbanas del futuro. Esto se puede observar recientemente en un número indeterminado de actuaciones urbanas que aunque territorialmente dispersas y teóricamente intuitivas, contienen soluciones en común de resistencia anticapitalista en defensa del ser humano.

Para dotar de dimensión, contenido y escala a este pequeño espacio de esperanzas, en la primera parte de mi investigación doctoral parto de la necesidad de construir un andamiaje teórico crítico que exprese y designe un espacio radical humano contemporáneo, que extienda y encienda (como un faro) la tradición teórico-crítica del espacio marxista con los aportes genealógicos realizados hasta la actualidad y que sea lo más fiel posible a la epistemología lefebvriana. Dicho de otro modo, para designar este nuevo concepto espacial habrá que intentar complementar el campo de la teoría crítica urbana con el de la crítica de la vida cotidiana.

En el marco de esta problemática y habiendo fijado un horizonte en el materialismo dialéctico, este artículo pretende mostrar uno de los primeros pasos en la investigación, plantando un cimiento epistemológico construido a partir de los campos esenciales de la teoría espacial-urbana del filósofo y sociólogo Henri Lefebvre. Se establece como episodio de partida una interpretación original de sus primeros trabajos entre 1939 y 1958. A partir de esta construcción personal como es la noción de un espacio radical humano, profundizaremos en aquello que considero la llave maestra en la obra completa de Lefebvre, y que él mismo la denominó en una referencia muy corta como la “teoría crítica de la vida cotidiana”. El objetivo específico de este trabajo, a través de la prospección epistemológica, es contribuir a una restitución apropiada del Derecho a la Ciudad, anunciado por Lefebvre en 1968 y convertido en eslogan por los “hacedores de derechos”, que casualmente son también quienes los vulneran.

Cabe destacar el reciente interés académico y repercusión científica que ha cobrado la revisión del pensamiento espacial-urbano de Lefebvre. Cuentan al menos una decena de libros sobre su vida y obra publicados entre 2008 y 2015 así como varios seminarios internacionales especializados, por ejemplo: Rethinking Theory, Space and Production: Henri Lefebvre Today (Delft University of Technology, 11-13 de noviembre, 2008), Urban Research and Architecture: Beyond Henri Lefebvre (ETH Zurich, 24-29 noviembre 2009), Henri Lefebvre. ¿Une pensé devenue monde? (Nanterre 27-28 septiembre 2011). También la importante publicación de la revista URBAN del Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la UPM (Madrid, 2012), dedicado a los Espectros de Lefebvre, con una convocatoria internacional destacable. Finalmente varios seminarios regionales celebrados en Sao Paulo, México D.F., Santiago de Chile y, al menos, un centenar de estudios empíricos influenciados por sus teorías han sido publicados en los últimos veinte años.

Durante un periodo de más de sesenta años el filósofo y sociólogo Henri Lefebvre (Hagetmau, 1901-1991) escribió algo más de setenta libros y un número incluso mayor de ensayos, artículos y conferencias sobre una amplia variedad de temas. Se puede considerar que estuvo profundamente comprometido en todos los debates importantes de la vida política e intelectual francesa del siglo XX y que contribuyó originalmente a alguno de ellos, primero como parte del Partido Comunista Francés (PCF) durante tres décadas (1928-1958) y después durante otras tres fuera de él (19581990). En este largo período de producción científica e intelectual, Lefebvre podría presumir de haber refrescado y ensanchado el pensamiento marxista de posguerra; de haber desarrollado los conceptos de vida cotidiana y sociedad burocrática de consumo dirigido; de haber teorizado sobre el espacio, el tiempo y el ritmo; de haber planteado la autogestión generalizada, y el derecho a la ciudad y a la diferencia. Lefebvre fue un pensador prolífico, ecléctico y original, sin duda, pero no siempre preciso o metódico (Goonewardena, 2011).

2. Noción de un espacio radical humano2

Lefebvre inaugura la tradición teórico-crítica en su preocupación por lo urbano (Brenner, 2009) y son sus planteamientos a partir de 1939, nuestro punto de partida concreto. Aproximarnos a su contexto multidimensional - por el momento aislado de quienes se han influenciado de su obra- nos permitirá mostrar limpiamente el cuerpo teórico que nos interesa discutir. Por tanto, diremos que no sería posible interpretar adecuadamente sus proposiciones sobre lo urbano, sin entender primero su teoría y método en las consideraciones filosóficas, sociológicas y políticas en que fueron enunciados. Y son las categorías de la dialéctica, la crítica de la vida cotidiana y la teoría de los momentos en veinte años del pensamiento de Henri Lefebvre (1939-1958) las que arrojan luz, para proponer un espacio radical humano con su potencia epistemológica. Para el abordaje de este cuerpo temático como vertiente original, poco estudiada en el pensamiento espacial de Lefebvre, nos enfocamos en tres obras:, Le Materialisme dialectique impreso por primera vez en 1939 (por el cual se clasificó a Lefebvre como “el padre de la dialéctica” durante al menos dos generaciones de estudiantes en todo el mundo)3; el primer volumen de Critique de la Vie Quotidienne (1947); y, La Somme et le reste, editada en dos volúmenes en 19581959 (obra exuberante y poco difundida fuera de Francia que contiene su teoría de los momentos).

En Le Temps des meprises ́ (1975) Lefebvre iba más allá de lo que son unas notas autobiográficas y trasponía ante un magnetófono la densidad de su vida y su obra, sin que sea posible separar la una de la otra. “En buena medida diré que mi obra, mi sola obra, es mi vida.” (Lefebvre, 1976:10); afirmaba no estar de acuerdo con los fragmentos y eslabones separados producidos por la ciencia en lo que concierne al marxismo, la vida cotidiana, el espacio, la arquitectura y el urbanismo:

(…) un fluido único recorre el conjunto; he querido restituir la teoría de Marx en toda su integridad y amplitud, intentando al mismo tiempo su aggiornamento (renovación) después de un siglo de grandes cambios; el materialismo histórico y el dialéctico tan potentes en el plano teórico no se pueden sostener dogmáticamente (1976:9).

Henri Lefebvre nos muestra a través de esos tres momentos originales transcurridos entre 1939 y 1958 -vertebradores de toda su obra- dos escenarios: el primero de la vida real, fertilizante de su crítica; y, el segundo, de lo posibleimposible, de donde germinan sus propuestas emancipadoras. En el escenario de la crítica se encuentra la alienación del hombre y de la vida social en la comunidad: el aislamiento del hombre excluido de su comunidad o aparentemente admitido por razones políticas en su alienación ideológica y sin una participación real, mientras que en el otro lado están quienes hacen de la comunidad un medio para mantener sus privilegios. Para Lefebvre la vida de la comunidad humana está fragmentada y la actividad creadora -liberadora- se ha convertido en medio para el individuo que termina por separarse de su comunidad. Esta alienación se extiende a toda la vida social, hasta un punto en que el individuo de la sociedad moderna y contemporánea cree que se realiza al aislarse, anticipándonos quizás lo que ahora llamamos urbanizaciones cerradas y que en ese momento no eran más que los modernos bloques periféricos de vivienda.

En segundo lugar, en el escenario de lo posible, Lefebvre permite imaginar a un hombre desalienado en la desalienación radical de la vida social, en la realización del hombre total en estrecha relación con su comunidad. En la medida de que los individuos no podrán vivir y desarrollarse más que en la vida de la especie humana, es decir en la comunidad, tendrán que superar sus alienaciones; de tal forma que las relaciones se reintegren al cuerpo social y a su vida misma, viviendo unidos libremente en la comunidad, en una comunidad que exprese una vida natural humanizada y organizada. Lefebvre nos señala que su organización inaugurará el período verdaderamente humano, en el cual el hombre dominando al destino intentará por fin resolver los problemas humanos: los problemas de la felicidad, del conocimiento, del amor, la muerte y la desigualdad biológico-social.

Fuente: http://oscarenfotos.com/2013/02/01/galeria_fotografia_hu manista/#jp-carousel-7508

Figura 2: Doisneau, R. (s.f). (n/a). 

En este escenario de lo posible-imposible, la teoría de los momentos nos permite ir más allá para intentar alcanzar la realización total de una posibilidad -la posibilidad se ofrece, se revela a sí misma, desear vivirla como una totalidad es agotarla y también satisfacerla- nos dice Lefebvre porque el “momento” quiere ser total -libremente- y se agota en el acto de ser vivido; sus únicos límites serán el tiempo y el espacio. Precisamente esa dimensión espacial que no fue explorada por Lefebvre en su juventud, es la que proponemos empezar a considerar a través de su huella epistemológica. Un espacio radical de vocación transformadora y carácter inalienable que se traduzca a la vida cotidiana, que no excluya al ser humano de su comunidad, que contribuya a la igualdad social, que alimente de instantes los momentos de los personas comunes con el objeto de intensificar el rendimiento vital de lo cotidiano. Un espacio radical apropiado para el ser humano en donde una persona común logre su individualidad en una identidad colectiva; un espacio radical humano que al igual que la crítica de la vida cotidiana busque cambiar la vida.

Entrados los años sesenta y desde su peculiaridad marxista, Lefebvre intensificará su preocupación por lo urbano, el urbanismo, la ciudad, la vida cotidiana, el tiempo y el espacio. Sin embargo, en nuestro interés por dar continuidad al hilo de los fundamentos epistemológicos trasversales de la totalidad de su obra, revisaremos dos de sus trabajos imprescindibles publicados en 1968: La vida cotidiana en el mundo moderno, libro que sintetiza y extiende los dos primeros volúmenes de Critique de la Vie Quotidienne (1947, 1962), así como el fundacional Derecho a la Ciudad que constituye en buena parte la acumulación de la teoría y la experiencia sobre lo urbano desarrollado por el autor durante esa década. como la primera obra teórica importante que expuso una reconstrucción del pensamiento de Marx como un todo a la luz de los manuscritos de 1844.

3. Miseria y grandeza de lo cotidiano (1968)

Lefebvre considera un solo camino: describir y analizar lo cotidiano a partir de la filosofía para mostrar su dualidad, su decadencia y su fecundidad, su miseria y riqueza. A esto señala como el “proyecto revolucionario de una liberación que desgaje de lo cotidiano la actividad creadora inherente, la obra inacabada” (Lefebvre, 1984:22).

De esta forma, declara a la vida cotidiana objeto de la filosofía en tanto que ‘no filosófica’ y al mismo tiempo como el objeto filosófico. Será él quien proponga el estudio de la vida cotidiana como un terreno de encuentro para las ciencias parcelarias (Filosofía, Sociología, Economía, Urbanismo, etc.) y algo más que pone de manifiesto es el lugar de los conflictos entre lo racional y lo irracional en la sociedad para determinar así el lugar donde se formulan los problemas de la producción en sentido amplio: la forma en que es producida la existencia social de los seres humanos, con las transiciones de la escasez a la abundancia y de lo precioso a lo depreciado (Lefebvre, 1984).

Es imposible aprehender lo cotidiano como tal aceptándolo, viviéndolo pasivamente, sin tomar distancia. Distancia crítica, contestación, comparación; todo ello va junto (…) el análisis crítico de lo cotidiano revelará unas ideologías, y el conocimiento de lo cotidiano incluirá una crítica ideológica y, por supuesto, una autocrítica perpetua (1984:39).

Lefebvre indica que existe también lo cotidiano en su trivialidad, compuesto de repeticiones, gestos, movimientos mecánicos del cuerpo, de las piezas y dispositivos, horas, días, semanas, años; repeticiones lineales y cíclicas.

Entonces, la crítica de la vida cotidiana implica concepciones y apreciaciones a escala del conjunto social, nos conducirá a ello. Por tanto, Lefebvre sugiere incorporar a la crítica variables estratégicas, como la estrategia del conocimiento y de la acción. Esta crítica consiste en caracterizar a la sociedad en la que vivimos, que engendra la cotidianidad, la modernidad y el ahora. Se trata de definirla, de definir sus cambios y sus perspectivas, conservando lo esencial de los hechos aparentemente insignificantes, ordenándolos.

La cotidianidad no solamente es un concepto, sino que puede tomarse tal noción como hilo conductor para conocer la sociedad, situando lo cotidiano en lo global: el Estado, la técnica, la ciudad, la cultura -o la descomposición de la cultura-, etc. Para Lefebvre esta es la mejor forma de abordar la cuestión: “El camino más racional para aprehender nuestra sociedad y definirla penetrándola” (1984:41).

Según el análisis marxista una sociedad es en primer lugar una base económica: fuerza de trabajo productor de objetos y bienes materiales, división y organización del trabajo; en segundo lugar, es una estructura: relaciones sociales estructuradas y estructurantes a la vez, determinadas por la base y determinando unas relaciones de propiedad; finalmente tenemos las superestructuras que comprenden unas elaboraciones jurídicas, unas instituciones y unas ideologías.

Lefebvre considera que la interpretación admitida de este esquema reduce la superestructura a un simple reflejo de la base, restando al materialismo de dialéctica y volviéndolo dogmático.

Ante tal reduccionismo, plantea que la producción y reproducción de las relaciones sociales se encuentran en el seno de un movimiento complejo que comprende: la acción sobre las cosas y la acción sobre los seres humanos, la dominación sobre la naturaleza y la apropiación de la naturaleza -de y por el ser humano-, la praxis y la poiesis. Este movimiento no se realiza en las altas esferas de la sociedad -superestructuras: el Estado, la ciencia, la cultura, es en la vida cotidiana donde se sitúa el núcleo racional, el centro real de la praxis (Lefebvre, 1984).

Lefebvre hace referencia al esquema marxista para renovarlo y formular que en él existe un equilibrio momentáneo, provisional, en el interior de unas relaciones de producción -las del capitalismo- determinadas entre producción y consumo, entre estructuras y superestructuras, entre conocimiento e ideología. La vida cotidiana se encuentra en el lugar social de este equilibrio.

Este lugar despreciado y decisivo aparece bajo un doble aspecto: es el residuo de todas las actividades determinadas y parcelarias que pueden considerarse y abstraerse de la práctica social; y, es el producto del conjunto social.

Cuando los individuos en la sociedad así analizada ya no pueden vivir su cotidianidad, entonces comienza una revolución. Mientras puedan vivir lo cotidiano, las antiguas relaciones se reconstituyen: Esta concepción ‘revisionista’ o ‘derechista’, en relación con los esquemas dogmáticos, acarrea en verdad una actitud política extremista (‘izquierdista’). En lugar de reconstruir la sociedad francesa en crisis y de pretender el poder en calidad de líder de la reconstitución ¿no será mejor utilizar esta profunda crisis para cambiar de vida? (Lefebvre, 1984:46).

Desde su introducción a la crítica de la vida cotidiana (1947), la exploración crítica de la realidad, de lo cotidiano está ligada a un humanismo relacionado con el clima de la liberación de postguerra; su crítica de la vida cotidiana pretende renovar el viejo humanismo liberal y reemplazarlo por un humanismo revolucionario. El objetivo de este humanismo no es la retórica ni la ideología de modificar las superestructuras sino cambiar la vida.

En el marco de categorías abiertas al sentido común, Lefebvre propone dos paisajes plenamente contrastados para comprender la totalidad de su crítica de la vida cotidiana:

Primer tablero, miseria de lo cotidiano:

Las tareas fastidiosas, las humillaciones, la vida de la clase obrera, la vida de la mujer sobre la que pesa la cotidianidad. El niño y la infancia eternamente repetidos. Las relaciones elementales con las cosas, con las necesidades y el dinero, así como con los comerciantes y las mercancías. El reino del número. La relación inmediata con el sector no dominado de lo real (la salud, el deseo, la espontaneidad, la vitalidad). Lo repetitivo. La supervivencia de la penuria y la prolongación de la escasez: el dominio de la economía, de la abstinencia, de la privación, de la represión de los deseos, de la mezquina avaricia. (Lefebvre, 1984:49).

Fuente: Ruiz, P. (2016).

Figura 3: Carnaval en La Décima entre Robles Chambers y El Oro, Ciudadela La Chala, Guayaquil.  

Segundo tablero, grandeza de lo cotidiano:

La continuidad entendida como la vida que se perpetúa establecida sobre este suelo; la práctica desconocida de la apropiación del cuerpo, del espacio y el tiempo, del deseo. La morada y la casa. El drama, irreductible al número. El latido trágico de lo cotidiano. Las mujeres: su importancia - agobiados objetos de la historia y de la vida social, y, sin embargo sujetos esenciales, cimientos, fundamentos-. La creación de un mundo práctico-sensible a partir de los gestos repetitivos. El encuentro de las necesidades, los bienes y el goce, más raro que los bienes, pero potente. La obra y las obras -la capacidad de crear una obra a partir de lo cotidiano, de su plenitud y de su vacío; la posibilidad de hacer de la vida cotidiana una obra, por los individuos, los grupos, las clases-. La reproducción de las relaciones esenciales, es decir el equilibrio entre la cultura y la actividad productiva, entre el conocimiento y las ideologías, el lugar de nacimiento de las contradicciones entre estos términos, el lugar de las luchas entre los sexos, generaciones, grupos, ideologías. El conflicto entre lo apropiado y lo no apropiado, entre el informe de la vida subjetiva y el caos del mundo -de la naturaleza-. La mediación entre estos términos y, en consecuencia, el intervalo hueco en el que surgen, en estado incipiente, los antagonismos que estallan en los niveles superiores -instituciones, superestructuras- (Lefebvre, 1984).

4. El derecho a la vida urbana (transformada)

Como opinaba Goonewardena (2011) se ha reivindicado a Lefebvre con distintos fines desde colectivos muy variados, incluyendo a marxistas, heideggerianos y nietzscheanos así como anarquistas, postmodernos y liberales de variadas denominaciones. Su nombre es invocado de forma sistemática en debates disciplinarios de diversa índole, incluidos los de arquitectura y urbanismo. Sin embargo, es poco probable que esta enorme variedad de apropiaciones de su obra le hubieran gustado mucho. Un buen ejemplo es la reciente popularidad del concepto de “Derecho a la Ciudad”, que actualmente es un lugar común en el campo de los estudios urbanos, el planeamiento y la arquitectura. Citado tanto por David Harvey como por el Banco Mundial, la Unión Europea, ONU-Hábitat o el Banco Interamericano de Desarrollo con intenciones radicalmente divergentes. Y dado que es imposible estar de acuerdo simultáneamente con el Banco Mundial y David Harvey, nos debemos preguntar: ¿Cómo han podido las instituciones o los bancos domesticar el “Derecho a la Ciudad” en un marco de neoliberalismo urbano cuando, de hecho, el programa político específico de Lefebvre expresado en este eslogan, hoy tan popular, era sencillamente cambiar la ciudad para cambiar la vida? Esta pregunta no la responderemos en este artículo, pero al menos trataremos de restituir los fundamentos epistemológicos que significan la esencia de ese popular eslogan para concurrir en la dirección que Lefebvre realmente proponía.

Cabe mencionar como antecedente las doce tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo que Lefebvre a propósito del centenario de El Capital de Marx escribió en 1967, las cuales sintetizan en gran medida el esfuerzo por teorizar el derecho a la ciudad publicado un año más tarde.

En la advertencia de la edición original (1968), Lefebvre amenaza a los lectores con que su obra resultará ofensiva e incluso agresora porque ellos estarán buscando un conjunto de ideas sistematizadas o en vías de sistematización y su escrito pretende romper justamente los sistemas, aunque no para substituirlos por otro sino para abrir el pensamiento y la acción hacia unas determinadas posibilidades de las que se enseñará su horizonte y su ruta. De forma provocadora señala que tanto el urbanismo como los sistemas están de moda, que las cuestiones y reflexiones urbanísticas trascienden los círculos técnicos de especialistas y de intelectuales que se pretenden vanguardistas y, simultáneamente, el urbanismo se ha transformado en ideología y práctica.

En cambio, las cuestiones relativas a la ciudad y a la realidad urbana no son del todo conocidas y no han tomado todavía en el nivel político, la importancia y el sentido que tienen en el nivel del pensamiento -la ideología- y en el de la práctica. El objetivo del libro no es solamente hacer una crítica desde la raíz de las ideologías y prácticas urbanísticas, también consiste en introducir esta problemática en la conciencia social y pasarla a los programas políticos -a la acción-.

El cuerpo del trabajo parte de una aproximación a la ciudad y a los procesos de industrialización, como fuentes de las transformaciones de la sociedad en los países desarrollados en ese momento. En adelante concibe una crítica radical de la realidad urbana: crítica a la parcelación científica en el estudio de la ciudad, a la abstracción filosófica de la cuestión de la ciudad, al economismo urbanístico, al urbanismo como ideología, al organicismo y evolucionismo simplificador de los historiadores de la ciudad, al continuismo de los estudios sociológicos, etc. En un segundo bloque, aunque también crítico, encontramos un tono más reflexivo de análisis de la ciudad como una obra de arte para la creación y creadora a la vez. Este análisis multidimensional del fenómeno urbano parte de la relación entre la ciudad y el campo, así como de la importancia de la historia crítica de los procesos de urbanización, proponiendo otras miradas sobre la forma urbana y una visión espectral de la ciudad que permita desenmascarar tanto la ilusión urbanística como a quien la crea.

En la parte final, en un plano más político y teórico, Lefebvre proclama su “derecho a la ciudad” llamando a encontrar ese nuevo humanismo revolucionario e insertando elementos novedosos como la transducción: una operación intelectual que puede proseguirse metódicamente y que difiere de la inducción y la deducción clásicas, así como de la construcción de ‘modelos’, o de la simulación, del simple enunciado de hipótesis. La transducción, a partir de informaciones relativas a la realidad -la vida cotidiana-, así como de una problemática planteada por esta realidad, elabora y construye un objeto teórico, un objeto posible. La transducción supone un equilibrio incesante entre el marco conceptual utilizado y las observaciones empíricas. Su teoría -metodología- conforma determinadas operaciones mentales espontáneas del urbanista, el arquitecto, el sociólogo, el político, el filósofo. Introduce el rigor en la invención y el conocimiento en la utopía (Lefebvre, 1978).

También introduce el concepto de la utopía experimental:

En la actualidad, ¿quién no es utopista? Sólo los practicistas estrechamente especializados que trabajan por encargo sin someter al menor examen crítico las normas y condiciones estipuladas, sólo esos personajes poco interesantes escapan al utopismo. Todos son hoy utopistas, incluidos los prospectivistas, los planificadores que proyectan el París del año 2000, los ingenieros que han fabricado Brasilia, y así sucesivamente. Pero hay varios utopistas. El peor es sin duda el que calla su nombre, el que se reviste de positivismo, el que con ese título, impone las condiciones más duras y la ausencia de tecnicidad más irrisoria (1978:129).

La utopía por necesidad tiene que ser considerada experimentalmente, estudiando sobre el terreno sus implicaciones y consecuencias. Bajo estas consideraciones, Lefebvre se pregunta ¿cuáles serán esos lugares con éxito social; cómo detectarlos, con qué criterios? y ¿qué ritmos de la vida cotidiana se inscriben, escriben y prescriben en estos espacios de felicidad?

Frente a este derecho o pseudo-derecho, indica Lefebvre, el derecho a la ciudad se anuncia como llamada, como exigencia. Este derecho, a través de sorprendentes rodeos - la nostalgia, el turismo, el retorno hacia el corazón de la ciudad tradicional, etc. - camina lentamente. Mientras que la reivindicación de la necesidad por la naturaleza, el deseo de gozar de ella, desvía el derecho a la ciudad. Esta última reivindicación se enuncia indirectamente como tendencia a huir de la ciudad deteriorada y no renovada porque la vida urbana alienada debe existir “realmente”. “La necesidad y el ‘derecho’ a la naturaleza contrarían el derecho a la ciudad sin conseguir eludirlo. Sin embargo esto no significa que no sea preciso reservar vastos espacios ‘naturales’ ante las proliferaciones de la ciudad desintegrada” (Lefebvre, 1978:138).

Por tanto, este derecho a la ciudad no puede concebirse como un simple derecho de visita o retorno hacia las ciudades tradicionales; sólo puede formularse como derecho a la vida urbana, transformada, renovada. Poco importa que el tejido urbano encierre el campo y lo que subsiste de vida campesina, con tal que ‘lo urbano’ -lugar de encuentro con prioridad del valor de uso, inscrito en el espacio de un tiempo promovido al rango de bien supremo entre los bienes- encuentre su base morfológica, su realización práctico-sensible. “Ello supone una teoría integral de la ciudad y que la sociedad urbana utilice los recursos de la ciencia y del arte. Únicamente la clase obrera puede convertirse en agente, vehículo o apoyo social de esta realización” (1978:139).

Fuente: Les tabliers de la rue de Rivoli) http://oscarenfotos.com/2013/02/01/galeria_fotografia_hu manista/#jp-carousel-7517

Figura 4: Doisneau, R. (1978). 

Casi al cierre de su obra, Lefebvre nos recuerda la importancia de dejar de considerar por separado a la industrialización y la urbanización y así percibir en la urbanización el sentido final o la finalidad de la industrialización. Es necesario además no enfocar el crecimiento económico en cuanto crecimiento, se trata de orientarlo, replanteando las formulaciones difundidas que pasan por democráticas como el crecimiento para el bienestar común o el interés general, que pierden su sentido en una ideología neoliberal o de planificación estatal centralizada, con las consecuencias de una reducción prospectivista que tiende sencillamente al aumento de salarios o el mejor reparto de la renta nacional.

Finalmente insistiremos en algunas proposiciones nodales en sus declaraciones últimas, en las que expresa que el derecho a la ciudad se manifiesta como forma superior de los derechos y los orquesta, el derecho a la libertad, a la individualización en la socialización, al hábitat y al habitar. El derecho a la obra (a la actividad participante) y el derecho a la apropiación (muy diferente del derecho a la propiedad). Nos resulta útil al final, traer de forma textual las palabras de Lefebvre, que cerraban sus ‘doce tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo’, encauzadas hacia su futura obra La revolución urbana (1970) y que para nosotros abren el compromiso de renovarlas y realizarlas, respondiendo a nuestra realidad urbana en medio de una crisis global no sólo del capital, sino considerada también de transición hacia nuevas formas civilizatorias:

Esto reclama una revolución cultural permanente al lado de la revolución económica (planificación orientada hacia las necesidades sociales) y la revolución política (control democrático del aparato estatal, autogestión generalizada). Entre estos niveles de la revolución total no hay incompatibilidad, como no la hay entre la estrategia urbana (reforma revolucionaria que apunta a la realización de la sociedad urbana sobre la base de una industrialización avanzada y planificada) y la estrategia que apunta a la transformación de la vida campesina tradicional por la industrialización. Es más, en la actualidad, en la mayoría de los países, la realización de la sociedad urbana pasa por reforma agraria e industrialización. Ninguna duda cabe de que es posible un frente mundial.

También es cierto que en la actualidad este frente es imposible. Esta utopía, aquí como en muchas otras ocasiones, proyecta sobre el horizonte un ‘posible-imposible’. Por suerte o desgracia, el tiempo, el de la historia y la práctica social, difiere del tiempo de la filosofía. Aún si no produce lo irreversible, puede producir lo que será difícilmente reparable. Como escribiera Marx, la humanidad sólo se plantea los problemas que puede resolver. Algunos creen hoy que los hombres sólo se plantean problemas insolubles. Desmienten a la razón. Sin embargo, quizás haya problemas de fácil solución con la solución a mano, muy cerca, y que las gentes no se plantean.

Fuente: Cartier-Bresson, H. 1968. http://oscarenfotos.com/2013/02/01/galeria_fotografia_humanista/#jp-carousel-77877.

Figura 5: Manifestación estudiantil, París. 

Bibliografía

Anderson, P. (1979). Consideraciones sobre el marxismo occidental. Madrid: Siglo XXI. [ Links ]

Brenner, N. (2009). What is critical urban theory? City 13:2, 198-207. Londres. [ Links ]

Brenner, N. & Marcuse P. & Mayer M. (2011) (2009). La critique urbaine, une discipline fondamentale. Métropolitiques. Recuperado de http://www.metropolitiques.eu/La-critique-urbaine-une-discipline.htmll Links ]

Brenner, N . & Schmid, C. (2014). “The ‘urban age’ in question”. International Journal of Urban and Regional Research (Leibnitz), 38:3, 731-755. Londres. [ Links ]

Brenner, N . & Schmid, C (2015). Towards a new epistemology of the urban? City 19:2-3, 151-182. Recuperado de http://dx.doi.org/10.1080/13604813.2015.10147122Links ]

Gardiner, M. E. (2000). Henri Lefebvre: philosopher of the ordinary. En Critiques of Everyday Life (71-101). New York: Routledge. [ Links ]

Goonewardena, K. (2011). “Henri Lefebvre y la revolución de la vida cotidiana, la ciudad y el Estado”. URBAN (1-2): 25-39. Madrid. [ Links ]

Hess, R. & Deulceux, S. (2009). Sur la théorie des moments. Explorer le possible. Chimères, 3:71, 13-26. [ Links ]

Jiménez Pacheco, P. (2016). “Introducción al espacio radical humano. Tres momentos de creación en Henri Lefebvre para anticipar su noción”. Ponencia, Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona. [ Links ]

Martínez Lorea, I. (2013). Henri Lefebvre y los espacios de lo posible. En H. Lefebvre, La producción del espacio (9-28). Madrid: Capitán Swing. [ Links ]

Merrifield, A. (2006). Henri Lefebvre. A critical introduction. New York: Routledge. [ Links ]

Lefebvre, H. (1975) (1976). Le Temps des méprises. París: Stock. Ed. español, (1976). Tiempos equívocos. Barcelona: Kairos. [ Links ]

Lefebvre, H. . (1978) (1968). El derecho a la ciudad, Barcelona: Ediciones 62. [ Links ]

Lefebvre, H. . (1984) (1968). La vida cotidiana en el mundo moderno, Madrid: Alianza Editorial S.A. [ Links ]

Lefebvre, H. . (1991), (1947). Critique of Everyday Life: Volume I. Londres: Verso. [ Links ]

Lefebvre, H. . (1999), (1939). El materialismo dialéctico. Buenos Aires: El Aleph. [ Links ]

Lefebvre, H. . (2009), (1958). Théorie des moments. Chapitre VII. En La Somme et le Reste (629-647). París: Economica-Anthropos. [ Links ]

Lefebvre, H. . (2013), (1974). La producción del espacio. Madrid: Capitán Swing. [ Links ]

Lukács, G. (1970). Historia y conciencia de clase. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales del Instituto del Libro. [ Links ]

Shields, R. (1999). Lefebvre, love and struggle. Spatial dialectics. Londres: Routledge. [ Links ]

Stanek, L. (2011). Henri Lefebvre on Space. Minneapolis: University of Minnesota Press. [ Links ]

Stanek, L. . (2011). “Teoría, no método-Henri Lefebvre, investigación y diseño urbanos en la actualidad ”. URBAN (1-2): 59-66. Madrid [ Links ]

1Neil Brenner, filósofo y urbanista, dirige junto al geógrafo-sociólogo Christian Schmid (ETH-Zurich), el Urban Theory Lab, fundado en 2011, con sede en Harvard Graduate School of Design; proyecto encargado de repensar las categorías, los métodos y las cartografías de la teoría urbana, con el fin de entender la influencia de las formas emergentes de la urbanización planetaria.

2Resultados del artículo Introducción al espacio radical humano. Tres momentos de creación en Henri Lefebvre para anticipar su noción, presentado por el autor y aprobado para ponencia en el VIII Seminario Internacional de Investigación Urbana, organizado por la Universidad Politécnica de Cataluña, en Barcelona (junio de 2016).

Recibido: 22 de Octubre de 2015; Aprobado: 07 de Diciembre de 2015

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons