Maskana. 2023, Vol. 14, No. 2, 19 - 28.

https://publicaciones.ucuenca.edu.ec/ojs/index.php/maskana doi: 10.18537/mskn.14.02.02

© Author(s) 2023. Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International (CC BY-NC-SA 4.0)

Artículo científico


Propiedades psicométricas de las escalas de actitudes emprendedoras para estudiantes y de inteligencia emocional de Wong y Law en una muestra de universitarios ecuatorianos

Psychometric Properties of the Entrepreneurial Attitudes for Students and Wong and Law’s Emotional Intelligence Scales in a Sample of Ecuadorian University Students

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William Ortíz-Ochoa*, iD David Tacuri-Reino, Paúl Árias-Medina, Marcela Domínguez Gómez


Resumen:

La inteligencia emocional es un factor que influye directamente en el desarrollo personal y podría influir en la capacidad de emprendimiento. Este trabajo tuvo como objetivos evaluar la validez de constructo, consistencia interna e invarianza métrica de la versión en español de la Escala de Inteligencia Emocional de Wong y Law (WLEIS-S) y de la Escala de Actitudes Emprendedoras para Estudiantes (EASS) y correlacionar los niveles de inteligencia emocional y emprendimiento en una muestra de estudiantes universitarios (n=558). El análisis de validez, fiabilidad e invarianza revelan adecuada bondad de ajuste, consistencia interna y equivalencia. Se encontraron correlaciones estadísticamente significativas entre todas las dimensiones de las escalas. Las escalas de emprendimiento e inteligencia emocional poseen propiedades psicométricas adecuadas. En la formación profesional, la inteligencia emocional actúa como destreza para la toma de decisiones y la capacidad emprendedora como factor de desarrollo futuro.


Palabras clave: inteligencia emocional, emprendimiento, enseñanza superior, actitudes, propiedades psicométricas, educación.


Abstract:

Emotional intelligence directly influences individual´s personal development and could influence entrepreneurship skills as well. The objectives of this study were to assess the construct validity, internal consistency, and metric invariance of the Spanish version of the Wong and Law Emotional Intelligence Scale (WLEIS-S), and the Entrepreneurial Attitudes Scale for Students (EASS) and correlate the levels of emotional intelligence and entrepreneurship in a sample of university students (n=558). The validity, reliability, and invariance analysis reveal adequate goodness of fit, internal consistency and equivalence. In addition, statistically significant correlations were found between all dimensions of the scales. The Entrepreneurship and Emotional Intelligence Scales have adequate psychometric properties. In professional training, emotional intelligence acts as a decision-making ability and entrepreneurial capacity as a factor for future development.


Keywords: emotional intelligence, entrepreneurship, higher education, attitudes, psychometric properties, education.

Universidad de Cuenca, Ecuador


*Autor de correspondencia: william.ortiz@ucuenca.edu.ec


Recepción: 02 – Febrero – 2023

Aprobación: 18 – Julio – 2023

Publicación online: 22 – Diciembre – 2023


Citación: Ortiz-Ochoa, W., Tacuri-Reino, D., Árias-Medina, P. y Domínguez-Gómez, M.(2023) Propiedades psicométricas de las escalas de actitudes emprendedoras para estudiantes y de inteligencia emocional de Wong y Law en una muestra de universitarios ecuatorianos. Maskana, 14(2), 19-28. https://doi.org/10.18537/mskn.14.02.02


image Publicado por VIUC - Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Cuenca 19

  1. Introducción


    Desde el año 1990 hasta la fecha, se ha avanzado de forma notable en el análisis del constructo de la Inteligencia Emocional (IE), durante estas tres décadas se han realizado grandes aportes con respecto a cómo evaluar, desarrollar y entrenar la IE de forma eficaz (Fernández Berrocal et al., 2022). Salovey y Mayer (1990) señalan que debe ser entendida a través de cuatro dimensiones, las mismas que deberían entenderse como habilidades: a) percepción, evaluación y expresión de las emociones, b) facilitación emocional del pensamiento que permite que lo cognitivo sea estimulado para un desarrollo eficaz, c) análisis y entendimiento de las emociones y d) regulación de las emociones y fomento del crecimiento intelectual. En el mismo sentido, se han formulado algunas teorías y modelos que buscan explicar la IE; entre los planteamientos más citados están los de Goleman (1995) quien explica la IE a través de un conjunto de competencias y destrezas sociales y emocionales.


    En 1997 Mayer y Salovey reformulan el constructo IE, lo definen como un tipo de inteligencia social que involucra la habilidad de monitorear las emociones propias, las de los demás, y usar esta información para guiar las emociones y las acciones propias. Por su parte Fernández-Berrocal y Extremera-Pacheco (2005) y Llamas‐Díaz et al. (2022), siguiendo el modelo de Salovey y Mayer, la describen como una habilidad de las personas para percibir, facilitar, comprender y regular de una forma adaptativa las emociones propias y de los otros, que incide en el bienestar. A modo de síntesis Fernández-Berrocal y Extremera- Pacheco (2005) sostienen que los planteamientos antes mencionados coexisten por la forma de asimilar y definir la IE y se diferencian ligeramente en su planteamiento teórico.


    La IE, lejos de ser una forma en la cual se trata exclusivamente de establecer prioridades en las emociones, permite dotar de inteligencia a la emoción (Acosta, 2015). Es decir, esta habilidad facilita un razonamiento más efectivo para percibir y comprender las señales en las interacciones sociales y del entorno para generar una respuesta rápida y controlada (Bosch, 2010; Fernández- Berrocal y Extremera-Pacheco, 2005). Walker et al. (2022) señalan también que el constructo está asociado a los resultados valiosos de la vida como el desenvolvimiento académico y laboral, el bienestar, la satisfacción en las relaciones de pareja y la salud física como mental.


    Además, la IE podría facultar las capacidades en el manejo de las emociones de futuros profesionales (Guzmán et al., 2022). La propuesta de García-Cabrera et al. (2015) sugiere que las orientaciones emprendedoras promueven la competencia, y estas habilidades no se desarrollan de forma independiente, sino que están estrechamente relacionadas con la capacidad cognitiva, especialmente la inteligencia emocional (IE). Estas autoras sostienen que incluso la IE podría ser considerada como un factor predictivo de las capacidades de emprendimiento, y proponen que

    esta variable debe ser investigada durante el proceso de emprendimiento. De igual manera, Palomeque et al. (2020) indican que existe influencia directa de la IE sobre la actitud, motivación y comportamiento emprendedor.


    Laspreocupacionesporanalizarlasaptitudesemprendedoras en universitarios y su estrecho vínculo que con la IE, se deben a las afirmaciones de investigaciones que destacan el valor de la formación emocional y al mismo tiempo la importancia de formar a nuevos profesionales en personas con sentido emprendedor. De hecho, el emprendimiento se puede comprender como una capacidad para traducir ideas en actos (Oliver, Galiana y Gutiérrez-Benet 2016). Moriano et al. (2006) definen al emprendedor como aquella persona que lleva a cabo una iniciativa empresarial como creador o asociado. Esta habilidad estará estrechamente vinculada con la capacidad de asumir riesgos en cuanto a recursos controlados. Rodríguez López y Borges Gómez (2018) señalan el perfil del emprendedor compuesto por siete rasgos distintivos: originalidad, proactividad, resiliencia, gestor de tiempo, libre, social y, creador de imágenes.


    En Ecuador, desde el 2008, la política pública ha apostado por favorecer la capacidad emprendedora (Samaniego, 2014). Estudios sobre el impacto de estas medidas señalan que el país se ubica sexto entre cuarenta y tres países estudiados, en 2019 la tasa de actividad emprendedora temprana fue del 36.2% y, comparado con países de américa latina, Ecuador es el segundo país con las tasas más altas de emprendimiento (Landsdale et al., 2012; Lasio et al., 2020).


    Frente a estas estadísticas, una posible justificación de este comportamiento puede deberse a dos factores: la necesidad y oportunidad. Si bien son aparentemente estadísticas positivas, la participación juvenil es únicamente del 6.5% y en los últimos años la actividad ha tendido a decrecer (Lasio et al., 2020). En este sentido, es de vital importancia que las universidades consideren al emprendimiento como una destreza a desarrollar en su formación profesional.


    Moriano et al. (2006) señalan que en Europa la opción de convertirse en empresario para un universitario no siempre es una opción muy anhelada, esto debido a los constantes riesgos que esto implica, incluso la formación en emprendimiento tiende a concentrarse a carreras de ciencias económicas y empresariales y, en general, tiende a formarse para cumplir el rol de empleado, mientras que pocas veces para formar autoempleo o emprender. Con el objetivo de analizar los valores predominantes en emprendedores, Moriano et al. (2001) distinguen dos grandes grupos: individuales, orientados a la independencia emocional, y colectivos, asociados al sentido de pertenencia y dependencia grupal. Desde esta diferenciación, una persona emprendedora estará mayormente inspirada por valores más individualistas.


    Por ello, referirse al emprendimiento y la conducta a la iniciación requiere un análisis más profundo. Moriano et al. (2006) plantean que es vital en una persona emprendedora considerar al menos tres aspectos: familiar: la forma de

    Ortíz Ochoa, W. et al - Propiedades psicométricas de las escalas de Actitudes Emprendedoras para Estudiantes y de Inteligencia Emocional de Wong y Law en una

    muestra de universitarios ecuatorianos


    soporte y «ejemplo» de gestión económica motivaría a una persona a desarrollar su idea de negocio; sociolaboral: tanto la educación, el apoyo social, la experiencia y las dificultades y obstáculos para la creación de una empresa, serían influyentes en la forma de establecer un negocio; y las características personales facilitarían la capacidad de plantearse, emprender y asumir objetivos. Sobre esta última, Moriano et al. (2001) recogen algunas características de personalidad de un emprendedor, entre las que destacan: una alta motivación de logro que les impulsa a mejorar, afrontar objetivos desafiantes y asumir riesgos calculados; alta necesidad de logro y baja necesidad de poder; mayor locus de control interno vs menor locus de control externo, que les permitiría asumir el éxito y/o fracaso de su conducta como resultado de su responsabilidad personal antes que dependiente del contexto; e iniciativa personal, que le permite tener una capacidad de planificación, persistencia, direccionalidad, automotivación y proactividad.


    En contraste, un estudio exhaustivo realizado por Oliver y Galiana (2015) resume las características de la personalidad emprendedora de la siguiente manera: proactividad, que se refiere a la capacidad de tomar la iniciativa, identificar oportunidades y planificar a largo plazo; ética profesional, que se entiende como la forma ética de trabajar; empatía, que es la habilidad para comprender las emociones y contribuir con los demás; innovación, que se refiere a la predisposición para crear, participar y respaldar nuevas ideas que conduzcan a nuevos productos o servicios; autonomía o “mentalidad independiente”; y, finalmente, la capacidad para tomar riesgos.


    Oliver, Galiana, Calatayud, et al. (2016) sostienen que los emprendedores comparten ciertas habilidades, como la creatividad, la iniciativa, la innovación, asumir riesgos y gestionar proyectos para alcanzar objetivos específicos. Sin embargo, no todos los emprendedores son iguales o utilizan los mismos enfoques. Es importante destacar las diferencias individuales y la influencia del contexto, ya que son estos factores los que determinan el éxito o el fracaso de cada emprendedor (García-Cabrera et al., 2015). A pesar de que existen diversas teorías que intentan explicar qué hace a alguien ser un emprendedor, como la teoría de los rasgos, los datos demográficos o el estilo de crianza (Kuratko, 2007; Louw et al., 2003; Patzelt y Shepherd, 2011), se plantea que la forma más precisa de identificar esta característica es a través de la inteligencia emocional.


    Investigaciones han demostrado que los estudiantes con un mayor nivel de inteligencia emocional tienen una mayor capacidad para mantener un esfuerzo constante y automotivarse (Fernández-Berrocal y Extremera-Pacheco, 2005). Además, se ha encontrado que distintos factores de la IE se pueden correlacionar con ciertos rasgos de personalidad (Tesoro et al., 2021). Según Hernández (2019), los atributos de la personalidad hacen parte de la fase inicial del desarrollo del emprendimiento a través de la intención emprendedora de las personas. Por lo tanto, la inteligencia emocional se presenta como una variable alternativa para explicar por qué las personas emprenden y en qué condiciones lo hacen. De hecho, Zampetakis (2011)

    incluso define la inteligencia emocional como un predictor

    del éxito o fracaso de un emprendimiento.


    En consecuencia, la evaluación de la IE y la actitud emprendedora (AE) se vuelve crucial como una actividad clave para analizar la formación profesional y motivar a los estudiantes universitarios a identificar y potenciar sus capacidades profesionales. Palomeque et al. (2020) señalan que por la importancia que tiene la IE en el éxito del emprendimiento es oportuno comprender la relación entre ésta y el comportamiento emprendedor. Las propiedades psicométricas del WLEIS han sido extensamente evaluadas. Por ejemplo, Merino et al. (2016) evidenciaron consistencia interna elevada y satisfactoria, aun considerando la brevedad del número de ítems en cada subescala. Sánchez (2016) concluye que la consistencia interna fue satisfactoria con un alfa de Cronbach de 0.79 a

    0.95 en todas las dimensiones que estuvieron fuertemente correlacionadas. Los investigadores Extremera Pacheco et al. (2019) encontraron que el modelo de cuatro factores tenía una buena bondad de ajuste, validez de criterio y adecuada consistencia interna.


    Otros estudios han evaluado el WLEIS en otros idiomas y contextos; en una muestra china, el modelo de cuatro factores de la Escala de Inteligencia Emocional de Wong y Law mostró un excelente ajuste a los datos con χ2 (98)

    = 386.74, p < 0.001, NNFI = 0.96, CFI = 0.96, RMSEA =

    0.050, SRMR = 0.032, validando así el instrumento (Kong, 2017). Otro estudio demostró que un modelo bifactorial también se ajustaba bien a los datos: χ2 (88) = 268.671, p

    < .001, CFI = .944, TLI = .923, SRMR = .043, RMSEA =

    .063 (90% CI: .054 – .071), y todas las cargas factoriales

    estandarizadas fueron significativas, oscilando entre .465 y

    .641 (Di et al., 2021).


    Para la versión italiana de la escala, el análisis factorial

    confirmatorioapoyóunmodelodecuatro factores conχ2 (98)

    = 200.45, CFI = 0.981, RMSEA = 0.047, proporcionando un buen ajuste con los datos y describiendo adecuadamente las relaciones entre las variables observadas y los factores latentes (Iliceto y Fino, 2017). En India (RMSEA = 0.10, GFI = 0.94, y CFI = 0.90; Traymbak et al. 2022), Corea (RMSEA=.07, GFI=89, CFI=.95 y TLI .93; Jeong et al. 2020), Chile (RMSEA=.031, SRMR=.077, CFI=.967,

    TLI=.959; Acosta-Prado y Zárate Torres, 2019), Colombia (RMSEA < 0.08; CFI > 0.95; TLI > 0.95; and SRMR <

    0.06; Acosta-Prado et al. 2022).


    Los análisis factoriales confirmatorios realizados por Oliver y Galiana (2015), sobre la Escala de Actitudes Emprendedoras para Estudiantes (EAEE), mostraron una adecuada consistencia interna y validez de constructo, concluyendo así que el instrumento contaba con propiedades psicométricas adecuadas. Posteriormente Oliver, Galiana y Gutiérrez-Benet (2016), con el mismo instrumento, concluyeron que: “Los estadísticos descriptivos muestran una presencia elevada de los rasgos de personalidad emprendedora” (p.186), en los estudiantes participantes. De igual manera, los resultados en Oliver, Galiana, Calatayud y Piacentini (2016) indicaron un análisis

    factorial confirmatorio con un ajuste general adecuado y saturaciones factoriales elevadas y significativas.


    García-Cabrera et al. (2015) concluyeron que, tanto la influencia directa y positiva de la inteligencia emocional sobre la actitud, intención y comportamiento emprendedor del sujeto, así como la influencia indirecta de la misma a través de diversos factores –tales como: la creatividad y proactividad del emprendedor, su propensión a la innovación o su preferencia a asumir riesgos—, son facilitadores del emprendimiento; además de los rasgos de la personalidad del emprendedor y la confianza que el emprendedor sea capaz de generar en otros. En tal sentido, la novedad de este estudio está orientada a la evaluación de las propiedades psicométricas de los instrumentos.


  2. Método


    Esta investigación de tipo descriptiva correlacional, con enfoque cuantitativo, busca analizar las posibles relaciones entre las diferentes dimensiones de inteligencia emocional y emprendimiento. Para la recolección de información se utilizó las escalas digitalizadas mediante el portal Formularios de Google.


    1. Participantes


      Los participantes fueron seleccionados mediante un muestreo no probabilístico por conveniencia: se invitó a estudiantes del periodo lectivo marzo-julio 2018 de la Universidad de Cuenca (368 mujeres, 190 hombres, con una edad de M= 21.09) a través de la visita por cada uno de los cursos. Los criterios de inclusión fueron: a) que acepte libre y voluntariamente participar en la investigación y b) esté matriculado en alguna de las carreras. Sobre el estado civil, el 92.7% eran solteros y el 7.3% estuvo distribuido entre casado, unión libre y divorciado; las mayores áreas de conocimiento fueron las de salud con el 46.8% y sociales con 45.5% y el 5.6% y 2.2% fueron de administrativas y técnicas.


    2. Procedimiento


      Para la aplicación de los instrumentos, se solicitó los permisos respectivos para poder abordar a cursos en las diferentes facultades, en donde, luego de haber dado su consentimiento para participar, se les proporcionaba el enlace para ingresar al formulario desde sus teléfonos inteligentes. La aplicación fue realizada en un tiempo aproximado de 25 minutos por cada grupo.


    3. Instrumentos


      La Escala de Inteligencia Emocional de Wong y Law (WLEIS-S de aquí en adelante) de inteligencia emocional, adaptada por Extremera Pacheco et al. (2019) es un instrumento que consta de cuatro factores evaluados a partir de 16 preguntas de tipo escala de Likert, en la cual 1 equivale a «completamente en desacuerdo» y

      7 «completamente de acuerdo». Las dimensiones que

      considera este instrumento son: apreciación de las propias emociones, apreciación de las emociones de los demás, uso de las emociones y regulación de las emociones.


      La escala de Actitudes Emprendedoras para Estudiantes (EASS, de aquí en adelante) de Oliver Galiana, Calatayud, et al. (2016) evalúa rasgos de la personalidad emprendedora mediante 18 ítems integrados en las dimensiones de: proactividad, ética profesional, empatía, innovación, autonomía y toma de riesgos, y presenta adecuadas propiedades psicométricas (GFI = .906, CFI = .959, SRMR

      = .044, RMSEA = .040). El instrumento ha sido adaptado para su uso con profesores y ha mostrado evidencias de validez y consistencia (CFI =.963, TLI = .953, SRMR =

      .011, RMSEA = .071).


      Ambas escalas son instrumentos de autoinforme en donde el sujeto debía marcar el nivel que creyere como conveniente sobre las preguntas formuladas.


    4. Análisis de datos


      Posterior a la recolección de datos, se hizo un filtrado en la base de resultados de formularios de Google de cada una de las respuestas. El análisis se realizó en el software R Core v 4.4.0 (R Core Team, 2021).


      Debido a la naturaleza ordinal de los ítems, se realiza un análisis confirmatorio con estimador DWLS (Mínimos Cuadrados Ponderados Diagonalizados, por sus siglas en inglés) y una matriz de correlaciones policóricas. Para la evaluación de bondad de ajuste se toman el índice absoluto chi-cuadrado, la razón chi-cuadrado/grados de libertad, los índices incrementales CFI (índice de Ajuste Comparativo), TLI (índice de Tucker-Lewis), RMSEA (error cuadrático medio de aproximación) con su intervalo de confianza de 90% y SRMR (media cuadrática residual estandarizada). Los puntos de corte para la interpretación se toman de Hu y Bentler (1999) y Jöreskog y Sörbom (1993).


      La consistencia interna se evalúa por cada subdimensión mediante el alfa de Cronbach policórico y el coeficiente de confiabilidad omega jerárquico. Además, se analizan los resultados de la correlación ítem-total.


      El análisis de invarianza se lo realiza entre hombres y mujeres mediante análisis factorial confirmatorio multigrupo.


      El análisis correlacional utiliza el coeficiente de correlación de Spearman y los puntajes factoriales obtenidos en el análisis factorial confirmatorio. Las comparaciones entre variables sociodemográficas, se realizan utilizando pruebas no paramétricas.


  3. Resultados


Los resultados de bondad de ajuste y de consistencia interna se muestran en la Tabla 1. En la EASS se plantea un modelo de seis factores correlacionados de primer

Ortíz Ochoa, W. et al - Propiedades psicométricas de las escalas de Actitudes Emprendedoras para Estudiantes y de Inteligencia Emocional de Wong y Law en una

muestra de universitarios ecuatorianos


orden. Para la WLEIS-S se toma un modelo de 4 factores correlacionados de primer orden.


Tabla 1: Bondad de ajuste y consistencia interna de WLEIS-S y de EASS


Escala

Dimensión

α

ωH

χ²

gl

χ²/gl

CFI

TLI

SRMR

RMSEA RMSEA IC 90%


Emociones propias

.853

.585









LEIS

Emociones de otros

.831

.827

301.880 98.000 3.080 .995 .994 .047 .064 .056 - .072


W

Uso emociones

.888

.875



Regulación

.896

.867



Proactividad

.918

.775



Ética profesional

.883

.844



SS

Empatía

.924

.912

190.130 120.000 1.584 1.000 .999 .027 .034 .024 - .043


EA

Innovación

.962

.951



Autonomía

.952

.933



Riesgo

.890

.853


Nota. α= alfa de Cronbach; ωH= omega jerárquico; χ²=chi-cuadrado; gl=grados de libertad; CFI= Índice de Ajuste Comparativo; TLI= Índice de Tucker

Lewis; SRMR= raíz media cuadrática residual estandarizada; RMSEA= error cuadrático medio de aproximación


La estructura factorial de los dos instrumentos junto a sus cargas factoriales y correlaciones entre las dimensiones se muestra en la figura 1



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E1


E2

0.87

0.83

0.96

AE1

E3

0.91

E4


E5

0.72

0.93

0.89

AE2

0.72

E6

0.73 0.76

E7


E8

0.87

0.96

0.89

AE3

0.81 0.85

E9

0.79 0.84 0.82

E10


E11

0.94

0.95

0.96

AE4

0.78 0.79

E12

0.84 0.71

E13


E14

0.92

0.92

0.96

AE5

0.76

E15

0.86

E16


E17

0.78

0.92

0.86

AE6

E18

image

I1


I5

0.65


0.85


0.87


0.74

IE1

I9


I13

0.72

I2


I6

0.69


0.83


0.60


0.89

IE2 0.79

I10


I14

0.66 0.73

I3


I7

0.74


0.82


0.84


0.87

IE3 0.55

I11


I15

0.65

I4


I8

0.77


0.91


0.72


0.89

IE4

I12


I16

Figura 1: Cargas factoriales obtenidas mediante CFA

Nota. IE1= Apreciación de sus propias emociones; IE2=Apreciación de las otras emociones; IE3=Utilización de las emociones; IE4= Regulación de las emociones; AE1= Proactividad; AE2= Ética Profesional; AE3= Empatía; AE4= Innovación; AE5= Autonomía; AE6= Toma de Riesgos.



El rango de la correlación ítem-total de la EASS fue 0.61 - 0.86, mientas que de la WLEIS-S fue 0.46 - 0.73.


La invarianza entre sexo de WLEIS-S y EASS se realiza en etapas: a partir del análisis de invarianza configural se añaden restricciones y se evalúa el cambio en la bondad de ajuste (tabla 2)


Las características de inteligencia emocional de los

participantes se reportan en las figuras 2 y 3


La distribución de puntajes factoriales, gráficos de dispersión y correlaciones entre las dimensiones de actitudes hacia el emprendimiento y las dimensiones de inteligencia emocional se presentan en la figura 2.

Tabla 2: Análisis de invarianza de medición


Escala

Invarianza

CFI

RMSEA

Δ CFI

Δ RMSEA


Configural

.99

.063




S-S

Métrica

.99

.062

<.001

.001


LEI

Fuerte (cargas factoriales e


.99


.058


.001


.005


W

interceptos)






Medias

.99

.058

<.001

<.001


Configural

.99

.009




Métrica

.99

0

<.001

.009


EASS

Fuerte (cargas factoriales e


.99


0


<.001


<.001


interceptos)






Medias

.99

.018

<.001

.018


La distribución de los puntajes de inteligencia emocional y actitudes emprendedoras muestran sesgo hacia la izquierda, es decir, los participantes tienden a obtener puntajes altos en todas las dimensiones. Así mismo, no se observa ningún dato atípico superior, pero sí se evidencian varios atípicos inferiores


20 20


image

image

AE1

AE2

15 15


10 10


5 5


20 20


AE3

AE4

15 15


10 10


5 5


20 20


AE5

AE6

15 15


10 10


5 5


IE1

IE2

20 20


10 10


IE3

IE4

20 20


10 10


Figura 2: Características descriptivas de las dimensiones de inteligencia emocional y actitudes emprendedoras entre hombres y mujeres

Nota. AE1= Proactividad; AE2= Ética Profesional; AE3= Empatía; AE4= Innovación; AE5= Autonomía; AE6= Toma de Riesgos; IE1= Apreciación de sus propias emociones; IE2=Apreciación de las otras emociones; IE3=Utilización de las emociones; IE4= Regulación de las emociones.


Correlograma



image

IE1

IE2

IE3

IE4

AE1

AE2

AE3

AE4

AE5

AE6

Corr: Corr: Corr: Corr: Corr: Corr: Corr: Corr: Corr:

0.786*** 0.857*** 0.798*** 0.584*** 0.588*** 0.553*** 0.512*** 0.559*** 0.580***

Corr:

0.727***

Corr:

0.621***

Corr:

0.549***

Corr:

0.550***

Corr:

0.551***

Corr:

0.483***

Corr:

0.506***

Corr:

0.524***

Corr:

0.711***

Corr:

0.696***

Corr:

0.709***

Corr:

0.607***

Corr:

0.609***

Corr:

0.636***

Corr:

0.644***

Corr:

0.451***

Corr:

0.457***

Corr:

0.435***

Corr:

0.405***

Corr:

0.437***

Corr:

0.414***

Corr:

0.955***

Corr:

0.771***

Corr:

0.807***

Corr:

0.891***

Corr:

0.874***

Corr:

0.780***

Corr:

0.856***

Corr:

0.890***

Corr:

0.850***

Corr:

0.828***

Corr:

0.833***

Corr:

0.776***

Corr:

0.875***

Corr:

0.811***

Corr:

0.907***

0.6

IE1

0.4

0.2

0.0

1

IE2

0

-1

-2


1

IE3

0

-1

-2


1

IE4

0

-1

-2

1

AE1

0

-1

-2

-3

1

AE2

0

-1

-2

1

AE3

0

-1

AE4

-2


1

0

-1

-2

-3

1

0

-1

-2

-3

1

0

-1

-2

-2 -1 0 1 -2 -1 0 1 -2 -1 0 1 -2 -1 0 1 -3 -2 -1 0 1 -2 -1 0 1 -2 -1 0 1 -3 -2 -1 0 1 -3 -2 -1 0 1


AE5

AE6

-2 -1 0 1


Figura 3: Correlograma de la relación entre las dimensiones de emprendimiento e inteligencia emocional

Nota. IE1= Apreciación de sus propias emociones; IE2=Apreciación de las otras emociones; IE3=Utilización de las emociones; IE4= Regulación de las emociones; AE1= Proactividad; AE2= Ética Profesional; AE3= Empatía; AE4= Innovación; AE5= Autonomía; AE6= Toma de Riesgos.

Ortíz Ochoa, W. et al - Propiedades psicométricas de las escalas de Actitudes Emprendedoras para Estudiantes y de Inteligencia Emocional de Wong y Law en una

muestra de universitarios ecuatorianos


  1. Discusión


    Este artículo describe las características de inteligencia emocional y emprendimiento en una muestra de adultos universitarios luego de evaluar propiedades psicométricas de consistencia interna, validez de constructo e invarianza de los instrumentos WLEIS-S y EASS.


    Ecuador es uno de los países con mayores tasas de emprendimiento de la región, en especial las mujeres. La tasa de actividad emprendedora temprana es la segunda más alta de la región, superada solamente por Chile, y la más alta entre las economías de ingreso medios (Lasio et al., 2020). Por tanto, no es de extrañar que la población joven de este estudio tienda a puntuar muy alto en estos ítems. Considerando los análisis psicométricos posteriores, la explicación del contexto cultural es la más plausible. En el caso de WLEIS-S, la asimetría de los ítems no es tan pronunciada como en el caso de EASS, estas son moderadas. Los ítems de los dos instrumentos presentan valores adecuados de dificultad y discriminación (correlación ítem-total).


    El análisis factorial confirmatorio de los modelos originales de EASS y WLEIS-S revelan excelente bondad de ajuste en todos los coeficientes con la excepción de RMSEA de WLEIS-S, que supera ligeramente el valor de corte convencional (RMSEA = .06). Sin embargo, el límite inferior del intervalo de confianza es menor a este valor. Respecto a la consistencia interna, los valores de alfa de Cronbach muestran que esta es excelente o muy buena. Los valores de omega de McDonald lo corroboran; el coeficiente omega más bajo se lo encuentra en la dimensión de actitud emprendedora proactividad (ωh = .775). En los dos instrumentos, las cargas factoriales obtenidas mediante análisis factorial confirmatorio son salientes y significativas. En el caso de WLEIS-S, el ítem que presenta el valor más bajo es el 10, que también presenta la correlación ítem-total más baja. A pesar de ello, los resultados expuestos no justifican ninguna modificación o eliminación de esta pregunta. En el caso de EASS, ninguna carga factorial es inferior a .7


    Sobre el análisis de invarianza entre sexo, fundamental para realizar comparaciones entre puntajes totales, observamos que, a medida que se añaden restricciones, el cambio en la bondad de ajuste (ΔCFI) es inferior a .001. Es decir, los instrumentos son invariantes.


    Una vez definidas las propiedades psicométricas de los instrumentos, se compararon los puntajes de cada dimensión entre las categorías de sexo. En general, se observan comportamientos similares en las distribuciones de los puntajes, mismos que son ligeramente más asimétricos en el caso de las mujeres. Además, se observa una gran cantidad de datos atípicos inferiores, especialmente en la EASS. Estos resultados son coherentes con la explicación realizada al inicio de la discusión acerca de la marcada tendencia de los participantes a puntuar alto en los ítems debido al contexto cultural.

    Se encontraron correlaciones positivas muy altas entre todas las dimensiones de EASS y de IE. La correlación alta entre dimensiones de un mismo instrumento sugiere que los ítems podrían pertenecer a una sola dimensión (por ejemplo, la dimensión 5 y 6 correlacionan rho = .907). Sin embargo, debido a que el modelo de seis factores presentó adecuada bondad de ajuste y consistencia interna, y que, por tanto, existe coincidencia entre los constructos estadísticos y los constructos teóricos, se recomienda conservar el modelo de seis factores correlacionados hasta que una versión teórica y estadística más adecuada sea presentada.


    Algunos autores coinciden en señalar que la regulación de las emociones permite a los sujetos realizar un mejor procesamiento de la información emocional que se presenta en sucesos cotidianos, favorece mayores niveles de bienestar y el manejo de estrategias para la solución de problemas (Peña Garrido et al., 2012; Salovey et al., 1999). De la misma forma Extremera Pacheco y Fernández Berrocal (2004) destacan que buenos niveles de IE favorecen la capacidad empática, las relaciones interpersonales y menores niveles de agresividad. Además, Guzmán et al. (2022) señalan en su estudio que el desarrollo de las habilidades emocionales permite a un profesional gestionar emociones propias y de otras personas.


    Acerca del rendimiento en las AE, las puntuaciones alcanzadas por los participantes señalan que un rasgo predominante es la empatía, precedido por autonomía, mientras que el nivel de ética profesional es un rasgo con menor nivel de puntuación. Aunque las puntuaciones muestren diferencias, estas no son significativas ni menores a la media.


    Las medidas de la EASS presentan niveles altos, consistente con los resultados obtenidos en otras investigaciones con estudiantes universitarios. Oliver, Galiana, Calatayud y Piacentini (2016) y Oliver y Galiana (2015) señalan que los resultados descriptivos reflejan distribuciones asimétricas positivas en todas las actitudes emprendedoras, con características muy similares para mujeres y hombres, esta información, señalan las autoras, puede ser útil como base de valores de partida en dimensiones susceptibles de intervención, así como de seguimiento de su desarrollo.


    La empatía es una de las actitudes con mayor prevalencia, con una diferencia mínima con la autonomía. En un estudio sobre actitudes emprendedores de estudiantes universitarios peruanos, coinciden los resultados respecto a esta actitud, señalando que la empatía es de vital importancia en las intenciones emprendedoras, puesto que así el emprendedor consideraría las necesidades propias y ajenas (Bustos, 2016; Olson, 2013).


    Esta relación significativa, indicaría que habilidades para reflexionar, manejar y prolongar los estados emocionales (Mayer y Salovey, 1997) y las características propias de la proactividad: mantener un pensamiento y comportamiento anticipatorio, adaptativo y auto motivante, están estrechamente relacionadas y favorecerían el desarrollo de conductas emprendedoras e innovadoras (Oliver y Galiana, 2015).

    En este mismo sentido, para Lumpkin y Dess (1996), la innovación manifiesta una tendencia a crear, generar y apoyar ideas nuevas, mientras que la autonomía potencia estas habilidades y permite que el individuo actúe libremente sobre ellas, por lo que un adecuado manejo emocional permitiría gestionar adecuadamente esta habilidad.


    Si se considera que los estudiantes universitarios con niveles altos de IE, según Ciarrochi et al. (2000), muestran una mayor empatía, una satisfacción ante la vida más elevada y una mejor calidad en sus relaciones sociales, estos deberían recibir una educación en emprendimiento que les dé mayor valor a su labor profesional, pues según Oliver y Galiana (2015), una educación en emprendimiento favorece la competencia e intenciones hacia el autoempleo.


    Si bien la política pública en el Ecuador ha apostado por el emprendimiento, no siempre las condiciones socioeconómicas y burocráticas dan las garantías necesarias para emprender. Sin embargo, el intra-emprendimiento puede ser una opción cuando no tomar riesgos es una alternativa para quien se encuentra laborando dentro de una empresa. Moriano et al. (2009) distinguen que una persona intraemprendedora se caracteriza por sentirse identificada con la organización, tiende a innovar y asumir riesgos en favor del lugar y colectivo con el que trabaja.


    Incluso la forma de establecer un buen compromiso laboral estaría estrechamente relacionada con niveles mayores de afecto positivo (Gorgievski et al., 2014). En contraste, un buen manejo emocional permitiría mejores interacciones positivas y menores interacciones negativas (Extremera Pacheco y Fernández Berrocal, 2004). Si en los ambientes de educación superior se favorece el desarrollo emocional y de emprendimiento, se podría apostar entonces por una formación de competencias de futuros profesionales, con habilidades en el manejo emocional y laboral.


  2. Conclusiones


    Los datos encontrados, evidencian que la inteligencia emocional y los rasgos emprendedores son aspectos personales que van empatados entre sí, concluyendo que, si existe una buena inteligencia emocional, existirán rasgos positivos de emprendimiento. Si se analiza de una forma más teórica, se podría hipotéticamente distinguir elementos como el locus de control interno, relacionado con la capacidad de apreciación de las propias emociones, y el locus de control externo, vinculado con la apreciación de las otras emociones, la empatía con la utilización y regulación de las emociones. En concreto, ambas destrezas tendrían una estrecha relación.


    Siendo más específicos, es crucial destacar que la inteligencia emocional muestra relaciones positivas y estadísticamente significativas con la actitud emprendedora, por ende, la hipótesis de investigación que planteaba la relación entre estos constructos se corrobora. En este caso, las relaciones a destacar incluyen regulación de las

    emociones y proactividad, o regulación de las emociones y toma de riesgos.


    Cabe señalar que estas puntuaciones predominaron en todas las dimensiones con puntuaciones superiores a la media, motivo por el cual sería pertinente analizar con una población más extensa, con datos que tengan una distribución normal. Se podría incluso establecer un análisis cualitativo que permita confirmar la hipótesis de la posible relación teórica.


    Por otro lado, debemos indicar que al ser este un estudio de tipo transversal, los datos no podrían definir estrictamente que tanto las variables de inteligencia emocional y actitud emprendedora modifiquen la relación entre la intencionalidad de emprender y mantenimiento de una idea de negocio. Sería interesante a futuro establecer un estudio de caso que permita analizar el alcance de la relación de estos dos constructos en función del tiempo.


    Esta revisión teórica y los distintos análisis realizados han permitido evidenciar que la inteligencia emocional tiene un papel fundamental en la formación profesional, e invitan a que instituciones de educación superior como la Universidad de Cuenca, deban entrar en círculo virtuoso de formación formal con la integración de la IE y el emprendimiento en sus mallas curriculares, programas académicos, investigación e intervención, de tal manera que beneficie tanto a sus estudiantes y como a sus docentes.


    Las escalas EASS y WLEIS-S tienen adecuadas propiedades psicométricas y pueden ser utilizadas para la práctica profesional y de investigación.


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