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Artículo científico / 2025, Vol. 16, No. 1, páginas 9 - 23


Violencia en el noviazgo adolescente y el empleo de estrategias de

afrontamiento en instituciones rurales de Cuenca (Ecuador) 2022- 2024


Adolescent dating violence and the use of coping strategies

in rural institutions in Cuenca (Ecuador) 2022-2024



Autores:


Xiomar Ortiz-Vivar* Marcela Cabrera-Vélez Juana Morales-Quizhpi Vanessa Duque Espinoza

Cristopher Zambrano Heredia

Universidad de Cuenca, Ecuador


Autor de correspondencia:


*Xiomar Ortiz-Vivar xiomar.ortiz@ucuenca.edu.ec


Recepción: 08 - Octubre - 2024

Aprobación: 10 - Enero - 2025

Publicación online: 30 - Junio - 2025


Citación: Ortiz, X., Cabrera Vélez, M., Morales Quizhpi, J., Duque, V. y Zambrano, C. (2025). Violencia en el noviazgo adolescente y el empleo de estrategias de afrontamiento en instituciones rurales de Cuenca (Ecuador) 2022- 2024. Maskana, 16(1), 9 - 23. https://doi. org/10.18537/mskn.16.01.01


doi: 10.18537/mskn.16.01.01

© Author(s) 2025. Attribution-NonCommercial- ShareAlike 4.0 International (CC BY-NC-SA 4.0)


Violencia en el noviazgo adolescente y el empleo de estrategias de afrontamiento en instituciones rurales de Cuenca (Ecuador) 2022-2024

Adolescent dating violence and the use of coping strategies in rural institutions in Cuenca (Ecuador) 2022-2024


Resumen Abstract


El noviazgo en la adolescencia en ocasiones muestra un dominio de la pareja debido a una lucha de poder, situación que da lugar al uso de estrategias de afrontamiento. Este trabajo buscó determinar la presencia de violencia en el noviazgo y las estrategias de afrontamiento a las que recurren adolescentes de instituciones rurales del cantón Cuenca. Instrumentos: Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI) y Cuestionario de Violencia de Novios (CUVINO). Participaron 133 estudiantes, en edades comprendidas entre los 12 y 18 años; 52 se encontraban en una relación de pareja. De acuerdo con los resultados, el 92.3

% manifestó haber vivenciado violencia; de estos, el 50 % sufrió violencia psicológica. Además, se identificó que la autocrítica y la resolución de problemas se relacionaban positivamente de manera leve con la coerción; asimismo, la edad mostró relación con el pensamiento desiderativo y la evitación de problemas. Se concluye que la violencia psicológica, en sus distintas dimensiones, se relaciona con algunas estrategias de afrontamiento.


Palabras clave: violencia, noviazgo, adolescentes, estrategias de afrontamiento, área rural.

Adolescent courtship sometimes shows a dominance of the couple due to a power struggle, a situation that gives rise to the use of coping strategies. This study sought to determine the presence of dating violence and the coping strategies used by adolescents from rural institutions in Cuenca canton. Instruments: Coping Strategies Inventory (CSI) and Dating Violence Questionnaire (CUVINO). A total of 133 students between the ages of 12 and 18 years participated; 52 were in a dating relationship. According to the results, 92.3% reported having experienced violence; of these, 50% suffered psychological violence. In addition, self-criticism and problem solving were found to be slightly positively related to coercion; likewise, age was found to be related to desiderative thinking and problem avoidance. It is concluded that psychological violence, in its different dimensions, is related to some coping strategies.


Keywords: dating, violence, adolescents, coping strategies, rural area.


Xiomar Ortiz-Vivar, Marcela Cabrera-Vélez, Juana Morales-Quizhpi, Vanessa Duque Espinoza, Cristopher Zambrano Heredia

  1. Introducción



    La violencia es definida como cualquier acto intencional cuyo fin es causar daño psicológico, físico o sexual, el cual incluso puede llevar hasta la muerte (Póo y Vizcarra, 2008). Según la Organización Mundial de la Salud [OMS, 2002)], la violencia puede ser ejercida hacia uno mismo o contra otra persona, grupo o comunidad. Es un asunto de salud pública por las consecuencias individuales, familiares y sociales que genera y, para las personas de entre 15 a 44 años, es la principal causa de muerte en el mundo. Otra cifra alarmante que da este organismo es que mundialmente 1.4 millones de personas mueren y muchas más sufren lesiones graves que pueden afectarles toda la vida.


    En cuanto a la violencia de pareja, la OMS (2016) la define como las conductas violentas, abusivas o coercitivas ejercidas hacia la pareja que provocan daño psicológico, físico o sexual. Para Rey-Anacona (2013), la violencia en el noviazgo puede ser física, e incluye cualquier tipo de golpes como patadas, puñetes, lanzamiento de objetos, empujes y ataques con armas; violencia psicológica, que abarca todo tipo de humillación, intimidación, amenaza o denigración, cuyas consecuencias pueden ser más graves y duraderas que la violencia física; y violencia sexual que abarca relaciones sexuales obligadas, uso sexual, cuyo fin es la manipulación y críticas por el desempeño a la apariencia sexual. Para entender la violencia en el noviazgo, existen tres grandes marcos teóricos: la teoría del apego, la teoría del aprendizaje social y la teoría feminista (Rubio- Garay et al., 2015).


    De acuerdo con la teoría del aprendizaje social, cuando la violencia es naturalizada en un contexto social y cultural, se dificulta la capacidad de identificarla (Durrant, 2021). Según Valenzuela-Varela y Vega-López (2015), “las relaciones de violencia son construidas y aprendidas social y culturalmente desde el hogar y las instituciones como la escuela, la Iglesia y medios de comunicación” (p. 164), por lo que el contexto familiar tiene un rol protagónico en la

    adquisición de parámetros de conducta y la forma de interactuar violentamente. En muchas de las ocasiones, estos comportamientos son vistos como normales e incluso son legitimados, razón por la cual es difícil reconocerlos (Fernández- Antelo et al., 2020; Viejo et al., 2024).


    Un estudio llevado a cabo por el Centro Reina Sofía en el 2005 sobre homicidios cometidos por parejas o exparejas reflejó que la tasa más alta se encontraba en jóvenes de 15 a 24 años (5 mujeres por millón) (Sarasua et al., 2007). De igual modo, según Bonomi et al. (2012), la violencia en el noviazgo en sus diferentes manifestaciones inicia en adolescentes entre los 13 y 19 años. Por otro lado, según Sánchez-Zafra et al. (2024), quienes han recibido violencia de manera temprana tienden a desarrollar menor sentimiento de bienestar y mayor victimización; por tanto, existe el riesgo de continuar con la violencia en el matrimonio. Por último, Pacheco et al. (2016), en Colombia, encontraron que la violencia emocional es la más frecuente en esta población.


    En Ecuador, según el Plan Nacional para el Nuevo Ecuador [PND] (2024-2025), el motivo más importante para la presencia de un embarazo adolescente es la violencia sexual. Una explicación que podría determinar el porqué de la violencia en esta etapa de la vida es que los adolescentes provengan de hogares violentos y, en las relaciones de noviazgo, las pautas de interacción que aprendieron puedan repetirse y continuar, o bien transformarse (Valenzuela-Varela y Vega- López, 2015). Este tipo de violencia no es el único factor de riesgo, de hecho, se conoce que también intervienen “factores interpersonales de tipo biológico, conductual, psicológico y relacional y factores situacionales como el entorno físico, familiar, económico, histórico, social y comunitario” (Rubio-Garay et al., 2015. p. 49).


    Respecto al factor económico y comunitario, se conoce que existe una mayor probabilidad de la violencia en las zonas rurales (Marquartet al., 2007; Spencer y Bryant, 2000) y en barrios


    urbano-marginales (Karriker-Jaffe et al., 2021). Además, según Marquart et al. (2007), la violencia comunitaria tiene un efecto que podría ser devastador en la violencia en el noviazgo, tanto para el agresor como para la víctima. Otro factor determinante en el noviazgo de los adolescentes es la influencia de sus pares con comportamientos agresivos contra sus parejas. En palabras de Gómez et al. (2014), los empujones o golpes pueden tratarse de estilos de interacción aceptables entendidos como juegos o bromas en sus contextos.


    En tal sentido, al hablar de la violencia en el noviazgo en adolescentes se debe partir del hecho de que esta etapa del desarrollo, caracterizada por la transición de la vida infantil hacia la adultez, implica un conjunto de cambios corporales que se despliegan y el desarrollo de las pulsiones sexuales, así como los deseos (Lillo Espinosa, 2004).


    Para Pick (2001), la violencia en el noviazgo en adolescentes se refiere a todo acto mediante el cual un integrante de la pareja busca dominar o controlar a su pareja y ejerce poder frente a ella a través de distintos actos de abuso sexual, físico, emocional y hasta aislamiento social. Y, si bien es cierto que la violencia psicológica es más frecuente de manera bidireccional, cuando esta escala tiende a ser unidireccional se identifica mayor prevalencia en las mujeres (Paíno-Quesada et al., 2020).


    Ante esta realidad, las estrategias de afrontamiento cobran relevancia. Uno de los factores más importantes para el funcionamiento personal y que incluso permite una adaptación adecuada a los diferentes estresores que puedan presentarse en la vida, como dificultades en las relaciones de pareja, son las estrategias de afrontamiento (Lazarus, 1966). Existen varios modelos teóricos que explican las estrategias de afrontamiento, todos ellos se nutren de un enfoque cognitivo- conductual (Chanmugam,2015) y forman parte medular de la teoría del estrés (Tobin et al., 1989). En función de estos criterios, las estrategias de afrontamiento se entienden como la acción específica que una persona lleva a cabo ante un momento importante (Pelechano, 2000); es decir, son todo esfuerzo cognitivo y conductual

    constantemente cambiante que se desarrolla para manejar las demandas internas o externas que desbordan los recursos del individuo.


    Existen dos tipos de estrategias de orden superior: las centradas en el problema y las estrategias centradas en la emoción; sin embargo, diversos estudios también hablan de siete estrategias de afrontamiento: resolución de problemas, retirada social, apoyo social, reestructuración cognitiva, autocrítica, expresión emocional y pensamiento desiderativo (Tobin et al., 1989). Cano et al. (2007) agregan una división secundaria, la cual plantea afrontamientos adecuados dirigidos al problema (resolución de problemas y reestructuración cognitiva) y dirigidos a la emoción (apoyo social y expresión emocional), afrontamientos inadecuados dirigidos al problema (evitación de problemas y pensamiento desiderativo) y dirigidos a la emoción (retirada social y autocrítica).


    Ahora bien, las estrategias de afrontamiento tienden a variar a lo largo de la vida, mucho más en la adolescencia porque la transición entre la niñez y la vida adulta los lleva a usar distintas estrategias cognitivas, emocionales y conductuales que incluso dependen de las circunstancias que atraviese cada persona (Kahn et al., 2020). En este sentido, estudios previos advierten que las situaciones de violencia en relaciones de pareja se mantienen cuando existe un aislamiento social y soledad (Addy et al., 2021; Lausi et al., 2021; Momeñe et al., 2022), las cuales también se relacionan con malas relaciones dentro del ámbito familiar, en la medida en que desencadenan falta de confianza para comunicar los hechos vividos (Pastor-Bravo et al., 2023). En adición, la etapa en la que se encuentre la relación influye en el uso de estrategias de afrontamiento; es así que, en las primeras etapas, se tiende a usar estrategias maladaptativas que no permiten salir del círculo violento, mientras que en etapas posteriores se emplean estrategias de resolución de problemas de manera más frecuente (Puente Martínez et al., 2022). Por otro lado, un estudio realizado por Bauman et al. (2008), encontró que las estrategias centradas en las emociones de las mujeres no permitían lidiar con los sentimientos de violencia.


    Con base en este antecedente y considerando que la violencia en el noviazgo precede a la violencia matrimonial e intrafamiliar (Cáceres y Cáceres, 2006), se propuso esta investigación, cuyo objetivo general fue determinar la relación entre las manifestaciones de violencia en el noviazgo adolescente y las estrategias de afrontamiento;

    para ello, se buscó describir las expresiones de violencia en los adolescentes que mantienen una relación de pareja y relacionar las expresiones de violencia y características sociodemográficas, como el sexo y edad en los adolescentes en una relación de pareja.


  2. Materiales y métodos



    Este estudio manejó un enfoque cuantitativo, con un diseño relacional comparativo y un corte transversal (Espinoza-Pajuelo y Ochoa- Pachas, 2020). Se trabajó inicialmente con toda la población de estudiantes de entre octavo y décimo de Educación Básica de dos instituciones educativas rurales de la zona sur del cantón Cuenca: 133 estudiantes, 70 mujeres (52.6 %) y 63 hombres (47.4 %), quienes se encontraban en edades comprendidas entre los 12 y 18 años,

    Los criterios de inclusión fueron estos: (1) que los adolescentes tengan una edad comprendida entre 12 y 18 años; (2) que estén matriculados en cualquiera de las dos instituciones rurales de la zona sur del cantón Cuenca; (3) que mantuvieran una relación de pareja. Los criterios de exclusión fueron haber finalizado su relación de pareja o no haber mantenido relación alguna.


    Tabla 1: Características de los participantes.

    Fuente: Elaboración propia.


    Características Sí No Total



    n

    %

    n

    %

    n

    %

    Sexo

    Mujer

    27

    51.9

    43

    53.1

    70

    52.6


    Hombre

    25

    48.1

    38

    46

    63

    47.4

    Edad

    De 12 a 15 años

    32

    61.5

    75

    92.6

    107

    80.5


    De 16 a 18 años

    20

    38

    6

    7.4

    26

    19.5


    Mayor a 6 meses

    35

    67.3

    0

    0

    35

    67.3

    Tiempo de relación en pareja

    1-2 años

    15

    28.8

    0

    0

    15

    28.8


    Más de 2 años

    2

    3.8

    0

    0

    2

    3.8


    Xiomar Ortiz-Vivar, Marcela Cabrera-Vélez, Juana Morales-Quizhpi, Vanessa Duque Espinoza, Cristopher Zambrano Heredia

    con una edad media de 14.3 años (DE = 2.1); la mayoría pertenecía al grupo etario de adolescentes entre 12 y 15 años. De ellos, se identificó que 52 (el 39.1 %) se encontraba en una relación de pareja y que el 67.3 % mantenía una relación mayor a 6 meses. Los detalles se aprecian en la Tabla 1. El tamaño de muestra responde al cálculo previo utilizando el software G*Power con un tamaño de efecto medio p=.3; un error del 5% y poder estadístico del 95%.


    1. Instrumentos


      Ficha sociodemográfica: este instrumento de elaboración propia buscó encontrar características básicas como sexo, edad, relación de pareja, tiempo en la relación.


      Cuestionario de Violencia en el Noviazgo (CUVINO): este instrumento ha sido validado en España, México y Argentina. Su objetivo es evaluar las relaciones interpersonales en las parejas e identificar la manifestación o no de violencia dentro de estas y puede ser aplicado en jóvenes y adultos. Está compuesto por 42 ítems, divididos en 8 dimensiones: desapego, humillación, sexual, coerción, físico, género, castigo emocional e instrumental. Los ítems deben ser respondidos en un formato de tipo Likert de frecuencia de cinco opciones (0 = nunca y 4 = muy frecuentemente). Las cargas factoriales de los ítems oscilan entre

      .37 y .77 (Rodríguez-Franco et al., 2010). Para este estudio el valor de alpha fue de .939.


      Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI): es adaptada por Cano et al. (2007). Es un instrumento que sirve para conocer la frecuencia con la cual un individuo utiliza una estrategia de afrontamiento específica al enfrentarse a una situación estresante. Las estrategias que incluye son estas: resolución de problemas (ítems 1, 9, 17, 25, 33), autocrítica (ítems 2, 10, 18, 26,

      1. , expresión emocional (ítems 3, 11, 19, 27,

      2. , pensamiento desiderativo (ítems 4, 12, 20,

      28, 36), apoyo social (ítems 5, 13, 21, 29, 37),

      reestructuración cognitiva (ítems 6, 14, 22, 30,

      1. , evitación de problemas (ítems 7, 15, 23, 31,

      2. y retirada social (ítems 8, 16, 24, 32, 40). Está planteado en una escala likert de 0-4, donde 0= en lo absoluto, 1= un poco, 2= bastante, 3= mucho y 4= totalmente. Para la interpretación se comprende que a mayor puntaje mayor presencia de la estrategia. El alpha de esta adaptación, de

      .959, mostró una buena consistencia interna, que

      oscila de .72 a .94 para cada estrategia.


    2. Procedimiento


      Se contactó con dos instituciones educativas rurales del cantón Cuenca para que participaran en la investigación; cada una de ellas recibió información sobre los objetivos del estudio; así también, se indicó que, por su participación, los estudiantes recibirán talleres preventivos para tratar estos temas dentro del aula de clase. Posterior

      a su aceptación, se solicitó la aprobación de los padres de los participantes, quienes firmaron un consentimiento informado. Los adolescentes, luego de contar con el consentimiento de sus padres, firmaron el asentimiento informado. La investigación siguió los lineamientos éticos de la Asociación de Psicología Americana [APA], 1992, y de la declaración de Helsinki (WMA General Assembly, 2008), esto es, el respeto a la confidencialidad, voluntariedad y anonimato de cada participante. Posteriormente, se aplicaron los cuestionarios. La duración aproximada fue de 20 minutos.


    3. Análisis de datos


      Para analizar los datos de la investigación se utilizaron procedimientos estadísticos descriptivos e inferenciales. Inicialmente se emplearon frecuencias absolutas y porcentuales para identificar la presencia de violencia y medidas de tendencia central y dispersión para identificar la intensidad de estas manifestaciones y las estrategias de afrontamiento. Para evaluar la asociación entre la presencia de violencia, el sexo y grupo etario se utilizó el estadístico Chi-cuadrado (X²) y el tamaño del efecto se visualiza mediante V de Cramer. Para relacionar la intensidad de violencia con el sexo y la edad se realizó la prueba U de Mann-Whitney (U) y el tamaño de efecto se relaciona mediante la correlación biseral por rangos debido a que el comportamiento de los datos era no normal según la prueba Kolmogorov Smirnov (p<0,05). Finalmente, se exploraron las relaciones entre las estrategias de afrontamiento utilizadas por los estudiantes y las manifestaciones de violencia recibidas mediante el coeficiente de correlación de Spearman (rs). El procesamiento de información se realizó en el paquete estadístico SPSS V 29 y la significancia estadística considerada fue del 5 % (p<0,05). Para la interpretación del tamaño del efecto se utilizó la recomendación de cohen (1998) para estudios psicológicos >0.17 pequeña,

      >0.43 mediano y >.84 elevado (Brydges, 2019).


      Xiomar Ortiz-Vivar, Marcela Cabrera-Vélez, Juana Morales-Quizhpi, Vanessa Duque Espinoza, Cristopher Zambrano Heredia

  3. Resultados



    Para evidenciar el cumplimiento de los objetivos, primero se describirán las expresiones de violencia en los adolescentes. En este caso, se identificó que en el 92.3 % de los estudiantes con una relación de noviazgo se manifestó alguna expresión de violencia, el 50 % de violencia exclusivamente psicológica, el 11.5 % de

    violencia psicológica y violencia física de forma simultánea y el 1.9 % de violencia psicológica, violencia física, instrumental y violencia sexual de forma simultánea. En la Tabla 2 se describe el mapa de combinación de violencia en los estudiantes.


    Tabla 2: Mapa de violencia.

    Fuente: Elaboración propia.


    Expresiones de violencia

    Sin expresiones de violencia

    n %

    4 7.7


    Violencia sexual




    1

    1.9


    Exclusiva



    26

    50.0

    Violencia psicológica

    Violencia sexual



    4

    7.7


    Instrumental



    3

    5.8


    Física



    6

    11.5


    -

    Violencia instrumental

    Violencia sexual

    1

    1.9


    Violencia física

    -

    Violencia sexual

    2

    3.8


    1-2 años

    Instrumental

    -

    4

    7.7


    Más de 2 años


    Violencia sexual

    1

    1.9


    Los índices de cada uno de los tipos de violencia se pueden observar en la Tabla 3. Se puede apreciar que el 90.4% se refirió a violencia psicológica y el 25% violencia física.


    1. Presencia de violencia según sexo y edad


      Al relacionar la violencia con el sexo y el grupo

      etario de pertenencia, se identificaron relaciones

      en la violencia física tanto en sexo como en edad: el 40 % de hombres con una relación de pareja reportó sufrir violencia física frente al 11.1 % de las mujeres con un tamaño de efecto leve (X2=4.34 ; p=.037; V=.333); así como el 37.5 %

      de estudiantes de entre 12 y 15 años frente al 5

      % de estudiantes de entre 16 y 18 años (X2=5.31

      ; p=.009; V=.365). La intensidad con la que se manifiesta cada tipo de violencia no fue distinta en relación con el sexo y la edad (Tabla 3).



      Tipo de violencia

      Sexo

      Tabla 3: Violencia según sexo y edad.

      Fuente: Elaboración propia.

      Mujer Hombre

      Edad

      De 12 a 15 años De 16 a 18 años



      n (%)

      25

      (92.6)

      23

      (92.0)

      30

      (93.8)

      18

      (90.0)

      General

      X2 (p)


      0.000


      (1.000)


      0.00


      (1.000)

      n=48; 92,3%

      V de Cramer


      .011




      .068



      M=14,56








      Me=8.0

      Mediana

      6.0


      9.00

      9.5


      5.5

      Rango= 1 -104

      Rango

      (1 - 51)


      (1 - 104)

      (1 - 104)


      (1 - 22)


      U (p)

      r

      214.0


      -.256

      (.128)

      341.0


      .263

      (.132)



      n (%)


      25


      (92.6)


      22


      (88.0)


      29


      (90.6)


      18


      (90.0)

      Psicológica

      X2 (p)


      0.008


      (0.928)


      0.00


      (1.000)

      n=47; 90,4%

      V de Cramer


      .078




      .010



      M=12,87








      Me=6.0

      Mediana

      5.0


      8.0

      7.0


      5.5

      Rango= 1 -102

      Rango

      (1 - 45)


      (1 - 102)

      (1 - 102)


      (1 - 22)


      U (p)

      177.0


      (.036)

      297.5


      (.430)


      r


      -.356



      .140




      n (%)


      3 (11.1)


      10


      (40.9)


      12


      (37.5)


      1


      (5.0)

      Física

      X2 (p)

      4.34


      (0.037)


      5.31


      (0.009)

      n=13; 25.0%

      V de Cramer

      .333




      .153



      M=2,15









      Me=1.0

      Mediana

      1.0


      2.0


      1.5


      1.0

      Rango= 1 -8

      Rango

      (1 - 1)


      (1 - 8)


      (1 - 8)


      (1 - 1)


      U (p)

      -


      -


      -


      -



      n (%)


      5 (18.5)


      4


      (16.0)


      7


      (21.9)


      2


      (10.0)

      Sexual

      X2 (p)

      0.000


      (1.000)


      0.53


      (0.454)

      n=9; 17,3%

      V de Cramer

      .033




      .153



      M=3,78









      Me=4.0

      Mediana

      4.0


      2.5


      4.0


      1.5

      Rango= 1 -11

      Rango

      (2 - 1)


      (1 - 11)


      (1 - 11)


      (1 - 2)


      U (p)

      12.0


      (.706)


      12.0


      (.176)


      r

      .200




      .714





      n (%)


      4 (14.8)


      5


      (20.0)


      8


      (25.0)


      1


      (5.0)

      Instrumental

      X2 (p)

      0.016


      (0.899)


      2.18


      (.129)

      n=9; 17,3%

      V de Cramer

      .068




      .257



      M=3,56









      Me=1.0

      Mediana

      3.0


      1.0


      1.5


      1.0

      Rango= 1 -11

      Rango

      (1 - 10)


      (1 - 11)


      (1 - 11)


      (1 - 1)


      U (p)

      14.0


      (.348)


      -


      -


      r

      .400








      Nota: X2= prueba Chi cuadrado, U= prueba U Mann Whitney, p= significancia estadística, V de Cramer =evalúa la fuerza de la asociación entre dos variables categóricas; r = tamaño del efecto para la U Mann Whitney (correlación biserial por rangos). Las pruebas sin registro de relación es debido a la insuficiencia de variabilidad en cada grupo.



    2. Relación entre manifestaciones de violencia y estrategias de afrontamiento


      La frecuencia de uso de estrategias de afrontamiento y la intensidad con la que se manifestaban los diferentes tipos de violencia no presentaron relación general; sin embargo, la edad se vinculó levemente en sentido positivo con el pensamiento desiderativo (r =.288; p=.038) y la evitación de problemas (r=.287*, p= .039).


      Al considerar que existen diferentes dimensiones

      de violencia psicológica, se tomó la decisión de


      desagregarlas con la finalidad de relacionarlas con las estrategias de afrontamiento. Es así que se identificó que las manifestaciones de coerción percibidas por los estudiantes se relacionaban positivamente en una intensidad leve con la resolución de problemas (rs=.279; p=.045) y la autocrítica (rs=.276; p=.048). Así también el castigo emocional se relacionó levemente en sentido positivo con la resolución de problemas (rs=.307; p=.027), la expresión emocional (rs=.281; p=.043) y la reestructuración cognitiva (rs=.349; p=.011). (Tabla 4)


      Tabla 4: Relación entre manifestaciones de violencia y estrategias de afrontamiento.

      Fuente: Elaboración propia.




      Coerción

      Género

      Desapego

      Humillación

      Castigo

      emocional

      Resolución de problemas

      rs

      .279*

      .092

      .092

      .066

      .307*


      p

      .045

      .515

      .516

      .643

      .027

      Autocrítica

      rs

      .276*

      .147

      .160

      .163

      .259


      p

      .048

      .299

      .257

      .249

      .064

      Expresión emocional

      rs

      .201

      .184

      .092

      .175

      .281*


      p

      .153

      .192

      .514

      .216

      .043

      Pensamiento desiderativo

      rs

      .192

      .033

      -.025

      .015

      .216


      p

      .173

      .815

      .862

      .914

      .124

      Apoyo social

      rs

      .047

      .145

      .190

      .184

      .237


      p

      .738

      .305

      .176

      .190

      .091

      Reestructuración cognitiva

      rs

      .151

      .113

      .077

      .134

      .349*


      p

      .284

      .424

      .587

      .343

      .011

      Evitación de problemas

      rs

      -.012

      .113

      -.026

      .087

      .217


      p

      .934

      .425

      .856

      .538

      .122

      Retirada social

      rs

      .205

      .102

      .126

      .140

      .199


      p

      .145

      .472

      .374

      .321

      .158

      Xiomar Ortiz-Vivar, Marcela Cabrera-Vélez, Juana Morales-Quizhpi, Vanessa Duque Espinoza, Cristopher Zambrano Heredia

      Nota: rs= coeficiente de correlación rho de Spearman, p= significancia estadística


  4. Discusión



    La violencia en el noviazgo adolescente es cada vez más frecuente (Cuccí et al., 2020); además, el aislamiento que tiende a generar el adolescente por el uso de las redes sociales y de la dificultad en

    desarrollar habilidades sociales está marcado por la sociedad actual, por lo que es un factor de riesgo para que esta situación se mantenga (Addy et al., 2021; Lausi et al., 2021; Momeñe et al., 2022).


    En este sentido, el objetivo de la investigación fue determinar la relación entre las manifestaciones de violencia en el noviazgo adolescente y las estrategias de afrontamiento, y para ello se describieron las expresiones de violencia en los adolescentes que se encuentran en una relación de pareja y se relacionaron las expresiones de violencia y características sociodemográficas como el sexo y edad en los adolescentes en una relación de pareja.


    Se encontró que la mayoría de los adolescentes manifiesta alguna expresión de la violencia y que la mitad de ellos manifestó haber vivido violencia psicológica, exclusivamente; resultado explicado desde la teoría del aprendizaje social que sugiere que las relaciones de violencia son construidas y aprendidas en los distintos contextos en los que se desarrolla el individuo. Esto concuerda con lo encontrado por Gómez et al. (2014), que la violencia más frecuente en los adolescentes es la emocional y verbal, independientemente de ser hombre o mujer, y entra en contradicción con la investigación de Pérez-Castejón et al. (2021) que encontró que la violencia prevalente es la física. Además, el 40.4 % presentó una combinación de violencia psicológica con los otros tipos de violencia, lo que se asemeja a los datos reportados por Théorêt et al. (2021), según los cuales, basados en una muestra de 3100 adolescentes, el 19 % percibió tanto violencia física como psicológica.


    Con respecto a las características demográficas de edad y sexo, se encontró que la edad más frecuente en la que se percibe la violencia física fue de 12-15 años, lo que concuerda con Gómez et al. (2014), quienes concluyeron que la violencia física es más prevalente en la adolescencia temprana, mientras que a mayor edad mayor manifestación de violencia sexual. Respecto al sexo, los hombres perciben mayor violencia física en comparación con las mujeres, dato que se asemeja al hallado por Allen y Bradley (2018), pero que contradice los resultados de Cyr et al. (2006), quienes señalan que no existe una diferencia marcada y que la violencia es bidireccional, es decir, ambos integrantes de la pareja se violentan; y también es discordante con el estudio de Sanmartín-Andújar et al. (2023), que encontró que las mujeres son quienes perciben mayor violencia por parte de los hombres. Esto se puede entender desde el

    enfoque cognitivo conductual que sostiene que las conductas se observan y se refuerzan desde su relación con el entorno, las interacciones sociales y el desarrollo cognitivo individual propio de la adolescencia.


    Así también, la intensidad con la que se manifiesta cada tipo de violencia no fue distinta en relación con el sexo y la edad, lo que puede deberse a que actualmente la violencia se ha normalizado en las relaciones entre los adolescentes que la justifican y toleran (Fernández-Antelo et al., 2020). Sin embargo, los resultados también señalan que la violencia psicológica tiene una excepción, ya que se aprecian mayores manifestaciones percibidas por los hombres, lo que contradice lo expuesto por Théorêt et al. (2021), quienes encontraron que las manifestaciones de violencia psicológica se presentaban en un mismo grado entre hombres y mujeres; además, no concuerda con lo reportado por Cuadrado-Gordillo et al. (2023), que los hombres perciben de menor manera la severidad de la violencia, en comparación con las mujeres.


    Por último, los resultados indican que las manifestaciones de coerción percibidas por los estudiantes se relacionan positivamente en una intensidad leve con la resolución de problemas; es decir, los adolescentes buscan usar estrategias cognitivas y conductuales para evitar la situación vivida (Cano et al., 2007); aunque también existe una relación con la autocrítica, por lo que es frecuente que puedan autoinculparse por encontrarse viviendo una situación de presión o amenazante (Cano et al., 2007). Asimismo, el castigo emocional se relaciona con la resolución de problemas, expresión emocional y la reestructuración cognitiva, por lo que quienes viven manipulados emocionalmente tienden a buscar escapar de esas actitudes, buscan expresar lo que sienten e intentan darle otro significado para aliviar el dolor (Cano et al., 2007).


    Estos datos pueden indicar que los adolescentes se mantienen en un círculo violento, sin encontrar una salida, a pesar de desearlo (Puente-Martínez et al., 2022). Esto puede deberse a que las relaciones en la adolescencia se tienden a romantizar (Cuccí et al., 2020) por el consumo de medios digitales (Jaureguizar et al., 2024). Por tanto, las estrategias de afrontamiento negativas como la autocrítica


    pueden intensificar el riesgo de victimización. Estas estrategias impiden abordar los conflictos de manera efectiva y pueden exacerbar la vulnerabilidad de los adolescentes al mantener una visión negativa de sí mismos y evitar enfrentar problemas de manera constructiva.

    Las estrategias negativas pueden intensificar los efectos de la violencia al evitar enfrentar y resolver conflictos, lo que puede llevar a una mayor exposición a la violencia y a una menor autoestima (Hagen et al., 2020).


  5. Conclusiones



    En conclusión, la violencia en el noviazgo adolescente es un fenómeno preocupante que se exterioriza de diversas formas; es así que los adolescentes manifiestan al menos una forma de violencia, donde la psicológica es la más prevalente. Estos hallazgos refuerzan la teoría del aprendizaje social y resaltan la alta frecuencia de violencia física y verbal en este grupo.


    Respecto al sexo, los hombres reportan mayores índices de violencia física; además, los adolescentes más jóvenes muestran una mayor prevalencia de esta forma de violencia, lo que podría estar vinculado a una creciente normalización de conductas agresivas en la adolescencia.


    Por otro lado, las estrategias de afrontamiento empleadas, a menudo son poco efectivas, como

    la resolución de problemas, la autocrítica, y la reestructuración cognitiva, y están en relación con los tipos de violencia experimentados, lo que sugiere un intento para manejar el dolor emocional y las presiones de manera diversa; sin embargo, los mantiene atrapados en un ciclo de violencia del que les resulta difícil escapar e intensifica su vulnerabilidad.


    Estos resultados destacan la importancia de abordar estas manifestaciones desde una perspectiva multifactorial donde se consideren influencias contextuales y se fomente las estrategias de afrontamiento positivas, de tal fotma que se proporcionen herramientas para resolver los conflictos sin recurrir a la violencia ni permanecer en relaciones abusivas.


    Xiomar Ortiz-Vivar, Marcela Cabrera-Vélez, Juana Morales-Quizhpi, Vanessa Duque Espinoza, Cristopher Zambrano Heredia

  6. Recomendaciones



    Se recomienda efectuar estudios más extensos y con mayores instituciones educativas rurales; también es posible comparar los datos encontrados con los hallados en otras instituciones, en especial privadas, para de esa manera determinar otros factores que puedan considerarse de riesgo ante las situaciones violentas. De la misma manera,

    de acuerdo con los datos obtenidos, resulta imperativo promover una psicoeducación sobre estrategias de afrontamiento más constructivas que permitan a los adolescentes gestionar las dinámicas de sus relaciones de manera más saludable para evitar normalizar la violencia.


  7. Agradecimientos



    Agradecemos a la Universidad de Cuenca, en especial a la Dirección de Vinculación con la Sociedad, por su financiamiento y apoyo en la implementación de este proyecto de vinculación con la sociedad. Asimismo, extendemos nuestro

    reconocimiento a la Coordinación Política de Mujeres, a los directivos y estudiantes de las instituciones educativas involucradas y, de manera especial, a la Facultad de Psicología.


  8. Referencias bibliográficas



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