ISSN 1390-0862

75

Vida, muerte y verdad: la angustia existencial
en la poesía náhuatl

Life, death and truth: the existential angst in the
nahuatl poetry

Yenny Ariz Castillo
Universidad de Concepción. Concepción, Chile

E-mail: yennyariz@gmail.com

Resumen
En los textos poéticos náhuatl se destaca la importancia del sacrificio

para el mantenimiento del mundo, creencia característica de la cosmovi-
sión náhuatl. Sin embargo, es posible apreciar en una cantidad considera-
ble de poemas atisbos de dudas, inseguridades o temores frente a la verdad
legitimada. El artículo analiza estas inquietudes, “trizaduras” poéticas de
la visión de mundo náhuatl, en las que subyace la insatisfacción ante las
respuestas oficiales. Se reflexionará en la dinámica resignación/ rebeldía
hacia esta cosmovisión, que inevitablemente conduce a la muerte para en-
contrar la realización del ser.
Palabras clave: Cosmovisión, sacrificio, vida, muerte, verdad.
Abstract

In náhuatl poetry it is emphasized the sacrifice importance for world
holding, as a characteristic belief of náhuatl cosmovision. However, it is
possible to see in a considerable number of poems some glances of doubts,
sureless or fears opposite to the established truth. The article analyzes the-
se concerns, as poetic “shreds” of náhuatl cosmovision, where dissatis-
faction in front of the official answers comes up. We will think about the
dynamic resignation/ rebelliousness in front of this cosmovision, which
undoubtedly leads to death for finding human being’s goal.
Key words: Cosmovision, sacrifice, life, death, truth.

Revista Pucara, N° 22 (75-86), 2010

(Recibido: 04-11-2009) (Aceptado: 30-11-2009)

76

Revista Pucara, N° 22 (75-86), 2010

La filosofía náhuatl destaca la importancia del sacrificio para el man-
tenimiento del mundo, creencia originada en mitos de dioses voluntaria-
mente inmolados para generar vida humana. El sentido de la vida consti-
tuye una misión: perpetuar la obra de los dioses. Agradecidos y en perma-
nente deuda con ellos, los nahuas convertirán el sacrificio humano en un
rito cotidiano y sagrado, fundamento de toda creación, que celebrará el don
de las divinidades. De esta forma, vida y muerte se entrelazarán en un ciclo
imperecedero, en el que la sangre constituirá el alimento del sol, centro de
la existencia.

Los textos poéticos náhuatl reflejan esta cosmovisión, que inevita-
blemente conduce a la muerte para encontrar la realización del ser. Sin
embargo, y a pesar de la precisión de las respuestas frente a inquietudes
por el más allá, es posible apreciar en una cantidad considerable de poe-
mas atisbos de inseguridades o temores frente a la verdad legitimada. Mi
trabajo analiza estas inquietudes, verdaderas “trizaduras” poéticas de la
cosmovisión náhuatl, en las que subyace la insatisfacción ante las respues-
tas oficiales.

El criterio fundamental para conformar el corpus fue seleccionar
textos representativos tanto de la visión de mundo náhuatl, en los que el
hablante se identifica con el colectivo, como de la aparición de dudas o
desconfianza, que contienen huellas mucho más personales del sujeto de
la enunciación. Lo más interesante ha sido rastrear la resquebrajadura de
la visión de mundo en textos sobre y desde la guerra. Sabemos que la cul-
tura náhuatl privilegiaba al guerrero por sobre los demás oficios; por ello
hemos favorecido el análisis de Cantos de Guerreros de los Cantares Mexi-
canos
, traducidos por Angel María Garibay, más un texto de Romances de
los Señores de la Nueva España
escrito por Nezahualcóyotl, traducido por
Garibay, y que posee otra versión de Miguel León- Portilla.

Dentro de los textos que afirman la belicosidad náhuatl, se encuentra
“Cantos de Guerrero 2” (2000 II: 611):

1 Ya se agita ondulante el agua sagrada y la hoguera
2 Allá estáis vosotros, príncipes chichimecas,
3 Amacatzin e Íztac Cóyotl.
4 Tomad prestados dardos y escudos
5 del que hace vivir al mundo

77

Vida, muerte y verdad: la angustia existencial en la poesía náhuatl/Yenny Ariz

6 En vuestras manos coloca la flor de la batalla.
7 ¿Quién de vosotros no la quiere?
8 ¿Quién de vosotros no la desea, príncipes chichimecas?
9 Con diligencia dais placer
10 al autor de la vida, con diligencia
11 dais placer al dios.
12 Ahora allí está en pie el tambor,
13 ahora allí están las flores:
14 os las ha dado en préstamo
15 el rey chichimeca Toteociteuctli.
16 Con diligencia con filas de Águilas
17 con escudos dorados
18 da placer a Cuauhtlehuanitl.
19 Quiere apoderarse, tener como suya
20 el autor de la vida su ciudad de Chalco y de Amaquemecan.
21 ¡Es su casa!
22 ¡Nadie tenga doble corazón,
23 oh príncipes chichimecas:
24 nadie esté titubeante.
25 Ha hablado el dios:
26 ¡esta tierra es su casa!

El sujeto “anulado” exhorta a un tú colectivo, los príncipes chichi-
mecas, al valor en el combate. Garibay señala que la expresión del primer
verso “agua sagrada hoguera” se refiere al “gráfico modo de expresar la
guerra sagrada que se hacía para capturar víctimas que sacrificar al dios
solar, Huitzilopochtli […] Hace alusión al mito de la transformación de
Nanáhuatl en quinto sol.”(XCVIII). Según el estudioso, los nombres alu-
den a guerreros de Chalco; por el poema, sabemos que son chichimecas,
reconocidos por su violencia en relación con los toltecas, más pacíficos
y artísticos. Ambos grupos son relevantes en la conformación de la etnia
náhuatl, pero conducen a dos cosmovisiones opuestas.

Los chichimecas eran los más aguerridos por excelencia, por lo tanto
ningún titubeo, ni “doble corazón” podía aceptarse; el poema transcrito
representa y legitima la cosmovisión náhuatl; el tema del texto es eviden-
temente “la glorificación de la batalla”, que deducimos de la reiteración del

78

Revista Pucara, N° 22 (75-86), 2010

mismo a partir metáforas bélicas y exhortación de los guerreros a luchar.
Ahora bien, me interesa destacar la anulación de huellas textuales del su-
jeto de la enunciación, que a mi juicio obedece a que se configura como
vocero de la deidad solar. Los versos que cierran el texto así lo confirman:
“Ha hablado el dios: /esta tierra es su casa!”. Tener el “corazón endiosado”
significaba la fusión absoluta con la divinidad; el elemento importante es
el dios, mientras el humano figura como mero receptáculo. Creemos que la
situación comunicativa poetizada en el texto puede esbozarse así:

Dios solar envía mensaje(texto poético → príncipes chichimecas
“traducido” por el vocero) ↓ Presente en el texto
↓ Presentes a través de a partir de referencias
intermediario“ausente” apelación constante. como “ autor de la vida”
Sujeto de la enunciación “el dios” Anulación huellas textuales

Es importante mencionar que el mensaje es hacia un colectivo, donde
se individualiza a ciertos príncipes, pero prevalece el carácter de grupo.
Ello se afirma en la visión de mundo estudiada, que realza a la comunidad.
El texto poético utiliza diversos procedimientos para animar el valor de los
guerreros: gramaticalmente, formas verbales en modo imperativo; estilís-
ticamente, preguntas retóricas, énfasis de las ideas centrales a partir de los
paralelismos, metáforas de la batalla como la que asocia la “flor”, con los
futuros prisioneros de guerra. Se subraya que la acción guerrera no se logra
con sólo ir a la batalla; es necesario “querer”, “desear” (vs.7-8) la lucha.
Por ello resulta significativo el verso 22: “¡Nadie tenga doble corazón”; es
impositivo no tener dudas, titubeos, no escindirse entre un yo amedrentado
y uno violento; Un corazón endiosado no admite disección, es uno simple-
mente: el corazón del dios traspasado al humano.

Sin embargo, esta visión del sentido de la vida se resquebraja en al-
gunos cantos guerreros. En el texto “Canto de un guerrero desolado” (2000
II: 50), se enuncia:

1 ¿Qué remedio? ¡Hazlo!
2 ¿Qué remedio? ¡Anhélalo!
3 Son las flores del dios que da la vida…
4 ¡Oh, tú por quien todo vive:

79

Vida, muerte y verdad: la angustia existencial en la poesía náhuatl/Yenny Ariz

5 es por tu ayuda por la cual venimos a vivir
6 en esta tierra, nosotros tus siervos!
7 ¡Cuán grande es la riqueza de tus flores
8 del Águila que allá se hayan tendidas…!
9 ¡Ah, mi corazón teme…!
10 ¿cómo podré lograrlas?
11 Así en breve tiempo
12 en el campo de combate,
13 en medio de la batalla,
14 donde el polvo del escudo se alza,
15 donde crujen los escudos y llueven los dardos
16 y caen vibrando sobre el campo,…
17 ¡Ah, mi corazón teme…!
18 ¿cómo podré lograrlas?

Si comparamos este texto con el anterior, nos encontramos con una
perspectiva diferente de la misma situación, los momentos previos a la
sangrienta batalla. Es la visión de un guerrero temeroso confrontado a la
concepción de mundo que lo impulsa a matar a otros y además, a arriesgar-
se a la muerte propia.

La disposición de los versos divide el poema en dos “voces”, que
constituyen perspectivas simultáneas y divergentes de la voz enunciante.
Del verso 1 al 8 se presenta la visión del mundo nahua; desde el verso 11
al 16 se habla desde la misma cosmovisión, destacándose metáforas típicas
del imaginario nahua sobre la guerra. Es decir, la mayor cantidad de versos
confirman la cosmovisión; no obstante ésta se triza por el contenido y la
disposición de los versos 9-10 y 17-18: el medio o centro del texto y su
final, a lo que agregamos los versos iniciales del texto que manifiestan una
profunda resignación, junto con constituir indicios de la macroestructura
del poema; una recreación de diálogo del sujeto consigo mismo, escindido
entre el yo resignado y angustiado y el yo obediente a su misión: debe ha-
cer y anhelar la guerra porque no le queda más alternativa.

El “yo” del sujeto es representado por el órgano humano más impor-
tante para el nahua: el corazón. Si bien la mayoría de las imágenes son bé-
licas, la guerra no es celebrada sino temida, en la intimidad del “corazón”.
Temor que presumimos inconfesado además, porque las huellas textuales
del sujeto desaparecen de la poetización del campo de batalla; sólo a sí

80

Revista Pucara, N° 22 (75-86), 2010

mismo confiesa el miedo, en el interior de la máscara guerrera; hacia el
exterior, es un consagrado del Sol.

Sujeto de la enunciación
Yo interior Yo proyectado al exterior
Huellas textuales marcadas(Vs.9-10, Huellas textuales colectivas o ausentes
17-18) (un ser humano angustiado) (un guerrero más)
Su rostro (personalidad): representado Su rostro: Presumimos el uso de una
por el corazón máscara guerrera (quizá águila)
Temor, incertidumbre en el corazón Guerrero que proyecta la supuesta
valentía del corazón a partir de su más-
cara
FILOSOFÍA GUERRERA ENGLOBA
INTERIOR – EXTERIOR

El sujeto sabe que para la guerra no basta con cumplir con lo exterior
–matar– sino que debe cumplir su propósito desde lo más íntimo. Se dice
a sí mismo “¡Hazlo!” “¡Anhélalo!”, formas verbales impositivas de una
voz, que siendo la suya, proviene en realidad del dios, de su cultura y su
comunidad.

En este punto quiero retomar la representación del sujeto en la figura
del corazón, de los “versos trizaduras”. Es sabido que rostro/ corazón con-
forman un disfrasismo que alude a persona; aunque el disfrasismo no apa-
rezca como tal en el texto, he creído oportuno traerlo a la memoria, en tanto
el sujeto-guerrero oculta su rostro en el combate tras una máscara, y con
ello sepulta la manifestación de sus emociones; su dolorosa resignación se
disfraza de valentía tras este atavío, básico de cualquier “elegido del sol”.
Metafóricamente el disfrasismo rostro/corazón y la máscara bélica repre-
sentan las dos voces en las que el sujeto de la enunciación se escinde: el ser
humano temeroso y el guerrero valiente.

El sujeto no llega a cuestionar el orden del mundo impuesto por los
dioses; más bien lamenta su falta de coraje para obtener los beneficios de
la guerra. Sin embargo, evita mencionar el objeto de su temor: que en el in-
tento por asesinar, la muerte lo encuentre a él primero. ¿Por qué temer, si la

81

Vida, muerte y verdad: la angustia existencial en la poesía náhuatl/Yenny Ariz

recompensa está asegurada más allá? Es la duda esencial que triza la visión
de mundo; el miedo a morir, ¿por qué existe en corazones guerreros? No
es un detalle, sino una brecha fundamental, porque es el corazón del sujeto
el que está en juego, el centro de la vida y del compromiso con los dioses.
A pesar de la resignación del sujeto, el miedo a la muerte incrementa la
distancia entre la voz de los dioses y su propia voz.

La muerte y el más allá, la llamada “Región del Misterio” se mani-
fiesta de forma recurrente en los textos náhuatl, por ejemplo en “Angustia
del poeta” (2000 II: 94):

1 Me llega al alma cuanto yo digo,
2 oh amigos míos:
3 He andado haciendo vagar mi corazón por la tierra,
4 lo he andado tiñendo tal como vivimos:
5 lugar de placer, lugar de bienestar, de dicha junto a otros.
6 ¡No soy aún llevado a la Región del Misterio!
7 Bien lo sabe mi corazón,
8 con verdad lo digo, amigos míos.
9 Todo el que hace plegarias al dios,
10 daña su corazón al entregarlo.
11 ¿Es que aún no más en la tierra?
12 ¿Acaso no es posible nacer dos veces?
13 ¿De verdad se vive allá en la Región del Misterio,
14 dentro del cielo?
15 Se es feliz solamente aquí.

Aunque el texto parezca un Icnocuicatl,o canto de angustia, su dispo-
sición en los manuscritos lo inserta en los cantos guerreros. En este senti-
do, todo el texto constituye una trizadura de la postura guerrera. El poema
se configura como una especie de diálogo entre el sujeto de la enunciación
y los “amigos” interpelados. Una vez más, las huellas textuales del sujeto
resultan significativas, pues mientras se manifieste más rebelde, más apar-
tado de lo permitido, se ocultará del “colectivo” en el enunciado, es decir,
se “enmascarará”.

La percepción que se tiene de la vida terrenal es feliz. La única expe-
riencia que resta es la muerte, metaforizada como un viaje involuntario en

82

Revista Pucara, N° 22 (75-86), 2010

el verso 6. Es interesante la aparición del concepto de “verdad” en el verso
8, fundamental en la cosmovisión náhuatl: sólo la divinidad puede perso-
nificar a la verdad. Según el sujeto de la enunciación, la verdad estriba en
que no se debe entregar el corazón al dios, ni se debe creer en el efecto de
las plegarias. En suma, el propósito de vida trazado por la colectividad es
una mentira, un daño al corazón. Solamente es posible lograr la plenitud en
la tierra, mientras el más allá se vislumbra incierto.

El temple del sujeto varía en el transcurso del texto; al principio mar-
cado por las dudas y la incertidumbre, condición que se evidencia también
en las preguntas. La díscola sentencia que aparece en el centro del poema
(versos 7 al 10) se enuncia firme, segura, sin titubeos, resultado quizá de
la sabiduría adquirida con los años y las múltiples experiencias aludidas.
Si bien no se duda de la existencia del dios ni del más allá, subyace en el
texto una visión negativa de la divinidad y sus beneficios. Éstos como tal,
no existirían, como tampoco existe la bondad de los dioses para con los
humanos. Para el sujeto de la enunciación, el ser humano sólo se realiza
en la tierra, lo que, en cierta forma, nos proporciona una respuesta ante la
pregunta que dejamos en suspenso ¿por qué el miedo en corazones guerre-
ros? Porque quizás no se cree en la vida después de la muerte que instruye
la religión.

La angustia por la muerte conduce a una inquietud mayor: ¿Es verda-
dero el más allá del cual hablan los sacerdotes? Y la mayor transgresión: El
Dador de la Vida, epíteto de la divinidad, ¿es verdadero? Garibay señala:

No se sabe quién es [el que hace vivir las cosas]. De ahí nace
el sentido de un fatalismo que ha de estudiarse también en porme-
nor algún día. No es fatalista el poeta náhuatl, pero raya en ello. No
sabe de dónde viene, a dónde va, por qué hoy es sujeto de amores y
mañana de desdenes. Y concibe al numen como un ser que se burla
y se mofa de sus mismos amigos […] De tal concepción nace la de
la inermidad y desamparo del hombre (2000 II: XVI).

En concordancia con lo anterior, existe una serie de textos que evi-
dencian resignación porque los sujetos no se sienten dueños de sus actos,
ni de su destino. Uno de los poetas más significativos en cuanto a la re-
flexión sobre la divinidad y su vínculo con el ser humano es Nezahualcó-
yotl (1402-1472), quien fuera rey de Tezcoco, poeta y constructor.

83

Vida, muerte y verdad: la angustia existencial en la poesía náhuatl/Yenny Ariz

El poeta no sólo razonaba escépticamente sobre la existencia de la
divinidad, sino que llegó a cuestionar el sacrificio, esencia de la mística
guerrera. Nezahualcóyotl atesoró la herencia tolteca, que desde su recono-
cida sabiduría, le parecía más acertada que la sangrienta política impulsada
por Tlacaélel, quien convirtió al sacrificio humano en el objetivo central
de la vida nahua.

Uno de los textos de Nezahualcóyotl que evidencia un cuestionamien-
to a la existencia de El Dador de la Vida, es el que se titula en la versión
de León-Portilla recogida por José Luis Martínez: ¿Eres tú verdadero...?
(1990: 191):

1 ¿Eres tú verdadero [tienes raíz]?
2 Sólo quien todas las cosas domina,
3 el Dador de la Vida.
4 ¿Es esto verdad?
5 ¿Acaso no lo es, como dicen?
6 ¡Qué nuestros corazones
7 no tengan tormento!
8 Todo lo que es verdadero
9 [lo que tiene raíz]
10 dicen que no es verdadero
11 [que no tiene raíz].
12 El Dador de la Vida
13 sólo se muestra arbitrario.
14 ¡Qué nuestros corazones
15 no tengan tormento!
16 Porque él es el Dador de la Vida.

Conociendo la visión náhuatl del mundo no resulta incomprensible el
ocultamiento del sujeto de la enunciación. Por una parte, ya he señalado
que en la cultura náhuatl se reconocen las necesidades del colectivo antes
que el individuo; por otra, el poeta está cuestionando el Fundamento, la ex-
plicación del sentido de la vida. La pregunta por la verdad de la existencia
de la divinidad “[tienes raíz]” es significativa. La verdad, el Fundamento,
se asocia en este texto a la tierra, única certeza del sujeto. Lo que existe
sin pertenecer a la tierra se ubica en lo inmaterial, imposible de comprobar

84

Revista Pucara, N° 22 (75-86), 2010

estando vivo y, por lo tanto, susceptible de ser creación humana, invención
que conducirá ineluctablemente a la nada.

La versión de Garibay de este texto (2000 I: 52) agrega la condición
del sujeto de la enunciación también enmascarada: “Alguno ha llegado a
desvariar” (v.2). La indeterminación de “alguno” enmascara la situación
del yo poético. El verso nos lleva a una ambigüedad: el desvarío tal vez
se produce en “aquel” que duda, es decir, dudar es locura; pero también,
el desvarío puede constituir el poema mismo, en tanto se configura como
un discurso contradictorio, donde el sujeto inquiere y luego desdeña su
pregunta.

En ambas versiones, se reconoce una doble angustia en el sujeto: por
una parte, la duda de la existencia de la divinidad, pero asimismo la angus-
tia de la enunciación, de decir lo que no se puede decir, la angustia de la
autocensura, que reconocemos tras el ocultamiento del yo. De ahí que se
produzca una suerte de esquizofrenia al interior del enunciado: el yo que
exhorta a no caer en la desesperación dialoga no tanto con la divinidad
–destinatario aparente– como consigo mismo en su faceta delirante, an-
gustiada, principal destinatario en mi apreciación. Significativamente, en
las dos traducciones, el sujeto se percibe desolado, huérfano y a la deriva.

La poesía náhuatl en sus diversas manifestaciones o géneros nos evo-
ca la existencia de un mundo de leyes inflexibles, avezados conocimientos
y profundo misticismo, que aún guarda posibilidades de análisis para futu-
ros trabajos. Ahora bien, si realizamos una visión de conjunto de los textos
comentados, es posible reconocer algunas constantes:

1. La recreación de una situación comunicativa dialógica al interior
del enunciado poético: en el primer texto el diálogo es configurado como
una arenga hacia los soldados; en los poemas restantes se ofrece como una
estructura apropiada para manifestar los cuestionamientos, las dudas o ra-
zonamientos con respecto al sistema imperante o a la divinidad. El diálogo
es la estructura comunicativa que le da forma a la escisión del sujeto.

2. La profunda desconfianza de las promesas felices del más allá y de
la benignidad de los dioses. Aunque se mencione la existencia de la Región
de los muertos y del Dador de la Vida, se piensa a la primera como el cese
de la vida y la felicidad, y al último como arbitrario.

3. El sujeto de la enunciación finalmente se resigna ante la autoridad
de la divinidad o el entramado cultural en que se inserta. Aunque existan

85

Vida, muerte y verdad: la angustia existencial en la poesía náhuatl/Yenny Ariz

cuestionamientos desgarradores, el sujeto termina resignándose o confor-
mándose con la única certeza: la vida terrenal.

4. Unido a lo anterior, la enunciación poética se vislumbra como la
única alternativa propicia para ejercer rebeldía, que incluso puede generar
más angustia, al decir lo prohibido, como en el caso de Nezahualcóyotl, o
al omitir de su discurso los temores más recónditos como en “Canto de un
guerrero desolado”. A ello se agrega la oportunidad que brindan las flores y
los cantos de hacer coexistir voces y estados divergentes –la excitación de
la batalla, la angustia– y las contradicciones del alma náhuatl.

¿Qué conclusiones obtenemos de todo esto? Conviene resaltar los da-
tos que se vinculan al sujeto de la enunciación:
Sujeto impersonal (Ausen-
cia de huellas textuales) “Yo” colectivo “Yo” personal

*Voz del dios (poema 1) o
de la comunidad (poema 2):
representa cosmovisión.
* Rebeldía /cuestionamiento
(poemas 3, 4)

* Voz de la comunidad
(poemas 2, 3, 4)

* Relacionado directa-
mente con temple anímico
del sujeto: sentimientos de
temor (poema 2) y tristeza
(poemas 3, 4)

Escisiones del sujeto de la enunciación a propósito de las dos voces que
luchan en su interior “Yo personal” angustiado, y el “yo comunitario”. Ambas
conforman una estructura dialógica (poemas 2, 4 en forma más evidente).

Si bien la rebeldía es posible a partir del enunciado poético, el sujeto
de la enunciación y por extensión el poeta náhuatl, nunca es completamen-
te libre al poetizar. En la medida que la poesía se consideraba de origen
divino, el poeta no creía factible traspasar por completo su propio ser al
texto, o no lo consideraba adecuado. De ello nos habla la ambigüedad en
relación con el uso de la impersonalidad en los textos. Difícilmente las
huellas textuales de los sujetos se hacen cargo de cuestionamientos que
confrontaban la visión de mundo. Se prefiere la impersonalidad, que es
también, por otra parte, la manifestación del rostro del dios, frío y distante.
Asimismo, es evidente que el uso del yo colectivo obedece a una cultura de
índole comunitaria. Vivir breve, feliz o con sufrimiento, es, según los tex-
tos analizados, la experiencia que marca hondamente a la cultura náhuatl,
ante lo cual, como es el destino de todos, lo único que queda es resignarse.

86

Revista Pucara, N° 22 (75-86), 2010

Resulta palmaria la relación directa e intrínseca entre la utilización de
huellas textuales de un “yo” personal con un temple anímico angustiado,
triste, mas no rebelde, lo cual es terreno de lo impersonal, de lo que tal vez
“otros dicen”.

Las escisiones de los sujetos de la enunciación nos hablan de la “dua-
lidad” que no sólo identificaba a los dioses, sino también a los humanos; la
confianza en la religión, la sombra de las dudas. Para Garibay, los poemas
que permiten vislumbrar sentimientos personales en desmedro de la visión
comunitaria eran de por sí raros, a lo que se agregan los problemas de con-
servación de estos textos. Obviamente la memoria colectiva privilegiaba
cantos que identificaban al grupo. De esta manera, los textos que acuñan
reflexiones personales y que se conservan hasta hoy son verdaderas joyas
del pensamiento náhuatl, en tanto representan a la visión que disiente, se
aparta, cuestiona. En este sentido no es extraño que estas pequeñas pero
significativas brechas constituyan a veces uno o dos versos dentro de un
texto mayor. Quién sabe si esos versos son sólo vestigios de otros numero-
sos que se perdieron. Lo asombroso es que, en algún momento, el corazón
del náhuatl, obligado a enmascararse resignadamente, tuvo siquiera un ver-
so que no consagró a los dioses, sino a su propio lamento.

Bibliografía
Caso, Alfonso. El pueblo del Sol. México D.f., Fondo de Cultura Económi-

ca, 1986.
Garibay, Ángel María. “Introducción”, “Romances de los Señores de la Nue-

va España” y “Cantares Mexicanos” en Poesía Náhuatl. Tomos I y II. México D.F.,
UNAM, 2000.

Leander, Birgitta. Herencia cultural del mundo náhuatl (a través de la len-
gua)
. México D.F., SepSetentas Diana, 1980.

_________. “La poesía náhuatl. Función y carácter”, en Etnologiska Studier.
31. Suecia: Gotemburgo, 1971.

Martínez, José Luis. Nezahualcoyotl, vida y obra. México D.F., Fondo de
Cultura Económica, 1990.

Matos Moctezuma, Eduardo. Vida y Muerte en el Templo Mayor. México
D.F., Fondo de Cultura Económica, 2003.

Segala, Amos. Histoire de la litterature nahuatl (sources, identités, repré-
sentations)
. Roma, Bulzoni, 1989.

Vargas, Ángel. “El pensamiento náhuatl me dio una visión estética del mun-
do”. Entrevista con Miguel León-Portilla. La Jornada, 18 de noviembre de 2006
en http://www.jornada.unam.mx/2006/11/18/