Empresarios y producción espacial en torno al club de Fútbol León en México

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Empresarios y producción espacial en torno al club
de Fútbol León en México

Entrepreneurs and space production around club de
Fútbol León in Mexico

Empreendedores e produção espacial ao redor do
club de Fútbol León no México

Jonathan Montero Oropeza
Universidad de Guanajuato y UNAM
E-mail: jonathanmon06@gmail.com

Recibido: 10: 08: 2018 Aceptado: 21:10:2018

Resumen

En el presente trabajo se analiza desde la geografía humana el proceso de
producción espacial en torno al futbol convertido en negocio empresarial
en León, Guanajuato. Se hace hincapié en las relaciones de los empre-
sarios inmersos en el futbol profesional y su impacto en la producción
espacial, las relaciones Estado-Empresa y el proceso identitario a través
del futbol en León.

Palabras clave: Empresarios, Espacio, Futbol, León

Abstract

In the present study analyzed from human geography the production
process space around football developed business in Leon, Guanajuato.
Emphasis in the relationships of employers engaged in professional

Pucara, Nº 29, 9-30, 2018
https://publicaciones.ucuenca.edu.ec/ojs/index.php/pucara/issue/archive
ISSNe 2661-6912

Empresarios y producción espacial en torno al club de Fútbol León en MéxicoRevista Pucara, N.º 29 (9-30), 2018

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football and its impact on the spatial production, the relationship between
State-Company, and the identity process through soccer in Leon.

Keywords: Entrepreneurs, Space, Soccer, León

Resumo

No presente trabalho, o processo de produção espacial do futebol, trans-
formado em um negócio em León, Guanajuato, é analisado a partir da
geografia humana, com ênfase nas relações de empreendedores imersos
no futebol profissional. e seu impacto na produção espacial, nas relações
Estado-Empresa e no processo identitário através do futebol em León.

Palavras chave: Empreendedores, espaço, futebol, León

***

Introducción

Este estudio inició con motivo de los estudios de Maestría titulado El
proceso de producción espacial en torno a la empresa del futbol en León,
Guanajuato (1943-2014)
. En las siguientes líneas, se analiza el papel de
diversos actores sociales empresariales que se relacionaron con el mane-
jo administrativo de un equipo de futbol profesional en México, el Club
León. El objetivo radica en comprender por qué diversos empresarios
buscaron ser protagonistas de las relaciones de poder espaciales para au-
mentar su capital económico y el volumen de su capital social a través de
su intervención en la propiedad de una asociación deportiva.

Un escrito de este tipo se justifica debido a la relevancia que tiene el
futbol en su versión profesional en León, Guanajuato, y en México, tanto
en el ámbito económico, como en el aspecto identitario. En ese sentido,
vale la pena reconstruir el proceso espacio-temporal del Club León, para
desentrañar los vínculos Estado-Empresa y comprender cómo las élites
empresariales configuran el espacio geográfico mediante una actividad
deportiva altamente lucrativa, lo cual incluso llevó a un sector del empre-
sariado y del Ayuntamiento de León a mantener una disputa legal por el
estadio Nou Camp, lo cual revela las relaciones de poder que mantienen
los actores sociales hegemónicos de una ciudad media mexicana.

Como sustento teórico se retoma la perspectiva del geógrafo inglés Da-
vid Harvey, puesto que permite analizar las relaciones de poder en el
espacio y sus implicaciones en el ámbito urbano. Su posición será de
utilidad para interpretar las acciones y alianzas de los empresarios que
fungieron como propietarios del Club León en diferentes periodos.

La metodología que sirvió como base a esta investigación, tuvo su pri-
mera etapa en el Archivo Histórico del Municipio de León (AHML),
para indagar sobre los diferentes dueños del Club León. Posteriormente,
se realizaron una serie de entrevistas semiestructuradas a actores sociales
involucrados con el medio futbolístico y empresarial local, para desen-
trañar el proceso de producción espacial y las relaciones de poder sobre
este equipo de futbol profesional.

En el primer apartado, se presenta el contexto geográfico de la ciu-
dad de León, con el propósito de mostrar las particularidades de
esta ciudad mexicana, sus transformaciones espacio-temporales y
el papel que en ese proceso tuvo la élite empresarial local y la clase
política. En el segundo punto, se explica brevemente el contexto
histórico-geográfico sobre cómo surgió el Club de Futbol León.
El tercer apartado plasma las implicaciones espaciales de la cons-
trucción del estadio Nou Camp, para mostrar las relaciones terri-

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toriales Estado-Empresa y la importancia que tuvieron en la ciu-
dad de León los megaeventos deportivos que ahí se albergaron. En
el cuarto punto, se describe cómo ante las crisis de la economía
mexicana, los empresarios leoneses dejaron de solventar econó-
micamente al Club León y de qué manera diversos empresarios
foráneos tomaron las riendas del equipo.

1. Contexto geográfico de León, guanajuato, México

La ciudad de León se localiza en el estado de Guanajuato, en lo que se
conoce como la región del Bajío. En términos geográficos e históricos, el
Bajío se asocia más a Guanajuato que a las zonas de los otros estados que
también conforman la región: Michoacán, Jalisco y Querétaro (Chávez,
2012: 21). León es el foco económico, político y empresarial del Bajío,
debido a las industrias zapatera local y automotriz transnacional con las
que cuenta, los centros de congresos y convenciones que alberga, los
servicios de los ramos hotelero y restaurantero que posee, la oferta edu-
cativa de nivel superior (pública y privada) que ofrece, la infraestructura
vial que tiene y la conectividad carretera que posee.

León se convirtió en un espacio geoestratégico entre Ciudad de México y
Guadalajara, Jalisco, las dos ciudades más importantes de México. Ade-
más, mantiene profundos vínculos económicos y culturales con los Altos
de Jalisco, una región mexicana que se identifica por su tradición ganadera
y el conservadurismo católico que profesan la mayoría de sus habitantes.

El estado de Guanajuato es una de las pocas entidades federativas en
México donde la capital (la ciudad de Guanajuato) no tiene la preponde-
rancia económica y política. De hecho, se puede hablar de Guanajuato
como uno de los estados menos centralizados del país. A pesar de esta
circunstancia, la infraestructura económica en Guanajuato, se concentra
en los municipios de León, Irapuato, Salamanca, Celaya, Guanajuato y
San Miguel de Allende.

¿En qué momento León tomó el protagonismo económico y político
en el estado de Guanajuato? Hacia mediados del siglo XIX, tras la
decadencia de actividad minera, la capital de Guanajuato, la ciudad de
Guanajuato, perdió su potencial como espacio económico, mientras
León, paulatinamente despuntó como consecuencia de la producción de
rebozos, la confección de artículos de piel y las migraciones realizadas
por los habitantes de los Altos de Jalisco. Desde inicios y mediados del
siglo XX, la capital estatal dejó de ser el espacio focal de la economía
guanajuatense. El reconocido escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia
(1928-1993) hizo alusión a la rivalidad entre ambas ciudades en su novela
Estas ruinas que ves. En esa obra, parodia el marco social de Guanajuato
y León, a las que cambia el nombre por “Cuévano” y “Pedrones”, respec-
tivamente, y señala que mientras los habitantes de la primera se sienten
“Atenas” los segundos confunden “lo grandote con lo grandioso”.

Cabe resaltar que una peculiaridad de León, es su marcada adscripción al
conservadurismo católico, herencia de la guerra cristera (1926-1929) y
de las migraciones de los habitantes de los Altos de Jalisco. A la influen-
cia de la Iglesia Católica, hay que añadir que los grupos de poder empre-
sariales y políticos de León conformaron un discurso donde se enaltece
la idea de Guanajuato como una de las entidades federativas más repre-
sentativas del país, donde se gestó la lucha de la Independencia, ade-
más del surgimiento en su seno de íconos de la “mexicanidad”, como el
charro del Bajío y en donde nacieron relevantes intérpretes de la música
ranchera, como José Alfredo Jiménez, Jorge Negrete y Flor Silvestre.

León se caracteriza por su vocación industrial en la producción de calza-
do, por ser la cuna de movimientos sociales identificados con la derecha
y la ultraderecha, la profunda religiosidad de sus habitantes, el carácter
conservador de la educación, el poco atractivo del electorado por los
partidos vinculados con la izquierda y un fuerte sentido de adscripción
local. En ese contexto, el equipo de futbol Club León, juega un papel
primordial en el proceso identitario al interior del municipio de León.

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2. Génesis del Club León

Durante las primeras tres décadas del siglo XX el beisbol y las corridas
de toros eran algunos de las principales atractivos que León ofrecía a sus
habitantes. Paulatinamente el futbol tomó un papel preponderante, como
consecuencia de la organización de equipos auspiciados por las empre-
sas curtidoras y zapateras que emergían en la ciudad, o bien por algunos
sacerdotes locales. El objetivo, tanto de los dueños de las fábricas, como
de los presbíteros, radicaba en evitar o retirar a los jóvenes y obreros de
vicios, para así mantener un estado físico y mental saludable, en armonía
con el higienismo social y los preceptos morales católicos.

Hacia 1942, el IX Campeonato Nacional de futbol se celebró en Irapuato,
Guanajuato, ciudad que albergaba un moderno estadio de concreto, a di-
ferencia de la mayoría en México, que eran de madera, por ese entonces.
La Selección de Guanajuato –que estaba encabezada por varios futbo-
listas de la ciudad de León- resultó la ganadora del torneo al derrotar a
la Selección de Jalisco. En ese año, se reavivó la polémica concerniente
a si el Campeonato Nacional de futbol mexicano, debía continuar en su
formato amateur o profesionalizarse. En realidad, eran torneos de corte
semiamateur, puesto que los futbolistas recibían remuneraciones econó-
micas por jugar; además en los estadios se cobraba la entrada y se ven-
dían bebidas y botanas, es decir ya existía una comercialización en torno
al futbol. El primer torneo de futbol profesional en México se efectuó en
1943.

La Federación Mexicana de Futbol (Femexfut), admitió al representativo
de la ciudad de León, el cual hasta ese momento se llamaba Unión de
Curtidores, equipo auspiciado por futbolistas de corte amateur. La Fe-
mexfut admitió al equipo, bajo ciertas condiciones: contar con una can-
cha reglamentaria para la celebración de los partidos profesionales; cons-
tituir una Asociación Civil no menor a 150 socios; y cambiar el nombre
del equipo por el de León. Para la Femexfut resultaba atractivo que los
conjuntos futbolísticos de ciudades relevantes llevaran el topónimo del

espacio geográfico que representaban, muy al estilo del futbol europeo o
de los deportes estadunidenses.

De tal manera, una serie de empresarios leoneses aprovecharon la opor-
tunidad para administrar esa asociación futbolística y quitar el nombre
de Unión de Curtidores -referente a una de las actividades laborales y
gremiales de mayor tradición en el municipio- para colocarle el nomina-
tivo de la ciudad. Así surgió el Club León, cuando empresarios zapateros
y comerciantes locales, conformaron una Asociación Civil para sostener
colectiva y económicamente al equipo, el cual fue aceptado para par-
ticipar en la liga mexicana en 1944. El Club León, jugó sus primeros
partidos en el estadio Patria y posteriormente en el estadio Enrique Fer-
nández Martínez, coso deportivo edificado en 1945, como parte de una
promesa del gobernador a los jugadores leoneses que participaron en la
Selección Guanajuato campeona del torneo amateur en 1942. Bourdieu
(1991) plantea que el poder simbólico es bien representado en cuanto a
los nombres propios se refiere, porque revelan muchas cuestiones so-
ciales y culturales que nos forman como individuos. En ese contexto es
que debe comprenderse que el nombre del estadio, llevara el nombre del
gobernador en turno, como una referencia así mismo.

Posteriormente, se conformó otro equipo en la ciudad, el San Sebastián
(nombre que aludía al santo patrono de León). Sus propietarios, edifica-
ron un estadio denominado La Martinica, el cual en 1947, pasó también
a ser el espacio de los partidos como local del Club León. El León, se
volvió un equipo protagonista del futbol mexicano, puesto que en su nó-
mina figuraban varios de los mejores jugadores mexicanos de la época y
los más destacados futbolistas extranjeros que llegaron a México en ese
momento. Esta situación no era fortuita.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el empresariado za-
patero se favoreció debido a la demanda de calzado que se requería en
Estados Unidos, puesto que este país al involucrarse en el conflicto béli-
co, abrió sus fronteras para atender la demanda interna de distintos pro-

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ductos, como los zapatos y las botas militares, por lo que en México se
intensificó su fabricación y exportación. Además, durante los sexenios
presidenciales de Manuel Ávila Camacho (1940-1946), Miguel Alemán
Valdés (1946-1952) y Adolfo Ruiz Corties (1952-1958) como parte de
un discurso mundial vinculado a la modernidad occidental, el Estado
mexicano impulsó como una de sus políticas “calzar al país”, es decir,
que todos los ciudadanos mexicanos accedieran al uso de zapatos en su
indumentaria cotidiana, aspecto visto como un elemento de progreso y
avance social.

Este contexto de bonanza económica de los empresarios zapateros, sirvió
para solventar al Club León mediante la Asociación Civil que lo aus-
piciaba monetariamente, por lo que se diseñó un equipo competitivo.
Los resultados no tardaron en llegar, puesto que el Club León logró los
campeonatos en las temporadas 1947-48, 1948-49, 1951-52 y 1955-56,
lo cual lo convirtió en el equipo hegemónico del momento y colocó a la
ciudad zapatera dentro del imaginario del aficionado al futbol en Méxi-
co. En ese entonces, el equipo tomó el mote con el que se conocía a los
leoneses en México, los “Panzas Verdes”, debido a las manchas en los
delantales de los obreros del sector cuero-calzado que trabajaban en la
ciudad.

3. La construcción de un espacio deportivo: el estadio Nou Camp

La Asociación Civil del Club León, en busca de generar mayores ganan-
cias económicas a través del equipo y aumentar el volumen del capital
social de los empresarios involucrados en su administración, gestionó en
1965, a través de dos de sus miembros, Manuel Ortega y Adolfo Sánchez
López, la realización de un nuevo estadio, y así obtener mayores recursos
económicos para la institución. El entonces gobernador de Guanajuato
entre 1961 y 1967, Juan José Torres Landa, realizó la donación de una
serie de terrenos para la construcción del nuevo estadio y detonar la ur-
banización en esa zona de la ciudad.

El nuevo estadio se contempló dentro del “Plan Guanajuato”, un proyec-
to urbano cuya intención era dotar de equipamiento vial, industrial, edu-
cativo y deportivo al estado, y que tenía como objetivo transformar a una
entidad federativa especialmente rural en un espacio de ciudades medias
interconectadas. Por ello, en términos generales, el “Plan Guanajuato”,
tuvo la aceptación de la ciudadanía, la Iniciativa Privada y el Gobierno
Federal, puesto que en el discurso oficial del momento, los procesos de
urbanización e industrialización se percibían como elementos de moder-
nidad. En su Primer Informe de Gobierno, Torres Landa, señaló:

“Desde hace casi cinco siglos, la estructura social de este mundo viene
transformándose de agraria en industrial. La base de este proceso consis-
te en que la agricultura va siendo sustituida gradualmente por la industria
como eje de la vida económica” (Torres Landa, 1961: 19).

El discurso es paralelo a la tendencia del entonces Presidente de México,
Adolfo López Mateos, por disminuir la inversión pública hacia el campo
y aumentar la industrialización del país, puesto que se percibía a ésta,
como un elemento de modernidad y progreso. En ese contexto, se cons-
truyó en León el Boulevard López Mateos. A partir del decreto 74 del
Congreso del Estado, se aprobó la construcción de esta vialidad que en-
carnó una transformación urbana en la ciudad de León (García, 2010: 97).

En consecuencia, la localización del nuevo estadio, se propuso en lo que
eran los límites espaciales de la zona urbana de León, a un costado del
novedoso boulevard López Mateos y de las instalaciones de la Feria de
León, inauguradas en 1962. En agosto de 1965 se inició la edificación
del estadio Nou Camp, a cargo de la empresa ARVA S.A., una empresa
inmobiliaria jalisciense.

El estadio Nou Camp se inauguró el 1° febrero de 1967, en un torneo
al que fueron invitados los equipos River Plate de Argentina y Santos
de Brasil, este último contaba entre sus jugadores con la estrella Edson
Arantes do Nascimento “Pelé”. El caso de la construcción del estadio

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Nou Camp, revela cómo la producción del espacio mediante la dotación
de infraestructura, permite a los involucrados intervenir territorialmente
y generar diferencias geográficas que permitan consolidar sus intereses
políticos y económicos. El gobernador Torres Landa, consiguió entre va-
rios sectores de la ciudadanía legitimación social, tras la generación de
un elemento espacial que marcó las pautas de urbanización en el muni-
cipio de León. La directiva del Club León obtuvo un inmueble deportivo
propio y mejoró su situación económica a corto plazo. La inmobiliaria
ARVA, logró ganancias económicas y consolidó su reputación como em-
presa constructora. El proyecto fue bien recibido por la ciudadanía, pues-
to que la idea se promocionó como una necesidad del Club León, uno de
los elementos de identidad territorial de la ciudad; además al considerar
el coso deportivo dentro del “Plan Guanajuato”, el proyecto se percibió
como un catalizador de la urbanización en el municipio.

El espacio no es estático, cambia constantemente su fisonomía, su apa-
riencia y junto con ello, sus relaciones. La construcción de un estadio
por lo regular redefine las funciones de una zona de la ciudad y puede ser
un mecanismo para que ésta se inserte en un proceso de competitividad
(regional, nacional o incluso global), debido a los espacios complemen-
tarios que se originan. Depende de la capacidad de los diferentes actores
sociales para generar la legitimidad social del proyecto, la infraestructura
vial y la accesibilidad para desplazarse al inmueble, el impacto ecológico
de la obra, la aplicación de tecnología en la construcción y los usos alter-
nativos que puede tener un estadio, como conciertos, mítines políticos o
eventos religiosos.

En este sentido, hay que recordar que el espacio no es un soporte de la rea-
lidad donde se localizan elementos, ni mucho menos un simple espejo de
la sociedad, como se pretende analizar desde la concepción espacial empi-
rista y la del reflejo. Existe otra manera de interpretar el espacio, compren-
diendo a éste como un producto social dentro de un sistema de relaciones
sociales (Ortega, 2000: 362). La construcción de un estadio ocasiona que
una ciudad, o más bien dicho, una región al interior de la ciudad, modifique

su aspecto, puesto que se originan a su alrededor espacios complemen-
tarios que repercuten en los procesos territoriales de sus habitantes, a la
vez que los ciudadanos depositan ahí sus lealtades, lo cual configura en el
espacio geográfico prácticas sociales y relaciones de poder.

Para David Harvey, existe un papel cambiante de la espacialidad en la
sociedad contemporánea, puesto que los capitalistas se muestran, cada
vez con mayor sensibilidad a las cualidades espacialmente diferenciadas
dentro de la geografía mundial (Harvey, 1989: 326, 334). Por tanto, es
posible que los poderes que controlan esos espacios los modifiquen con
el fin de ser más atractivos para el capital, puesto que la identidad se
convierte en un tema importante porque cada sujeto ocupa un lugar de
individuación (Ibíd. 334).

En este tenor se debe considerar el papel del estadio Nou Camp en los
Juegos Olímpicos México 68 y los Mundiales de Futbol de 1970 y 1986.
La celebración de siete partidos de futbol en León durante los Juegos
Olímpicos México 68, permitió a las élites empresariales y políticas lo-
cales percatarse de las ganancias económicas que arrojaba el arribo de
turistas. Un año después, en 1969 y previo al Mundial México 1970, se
inauguró en León una nueva Terminal de Autobuses. Posteriormente, el
Mundial de México 1970 fue exitoso para las élites políticas y económi-
cas de León.

Otro aspecto que es importante resaltar es que para el Mundial México
1970 se eligieron a cinco urbes como sede: Ciudad de México, Gua-
dalajara, Puebla, Toluca y León. A diferencia de Guadalajara, Puebla
y Toluca, León no era capital estatal, lo cual demostraba la hegemonía
empresarial, económica y política de la ciudad, la cual albergó siete
partidos del certamen futbolístico. Para el Mundial México 1986, León
repitió como sede para el megaevento, mientras que otra ciudad gua-
najuatense, Irapuato, también se designó como asiento del certamen,
lo cual revela la capacidad de gestión de las elites empresariales gua-
najuatenses para conformar a través del futbol profesional, espacios

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atractivos para el gran capital y para el máximo organismo regulador
del balompié en escala global, la Fédération Internationale de Football
Association
(FIFA, por sus siglas en francés).

Se debe agregar que la celebración de los tres megaeventos deportivos,
permitió a las élites empresariales leonesas percatarse de la atracción
de recursos monetarios como consecuencia de la actividad turística. De
hecho, previo a los tres certámenes, creció el número de hoteles en la
ciudad, lo cual modificó la imagen urbana de León e implicó el afian-
zamiento de desarrollos geográficos desiguales en la urbe, mediante la
dotación de infraestructura en algunas regiones específicas al interior de
la ciudad.

4. Nuevos propietarios del club León y disputas espaciales en torno
al estadio Nou Camp

Hacia mediados de la década de los setenta y a lo largo de los ochenta
y los noventa, del siglo XX, las empresas del sector cuero-calzado
en León experimentaron una debacle financiera. En primer término,
hubo una crisis de insumos para la producción. Además, muchas com-
pañías zapateras tuvieron dificultades en la transición generacional de
la administración de sus empresas. Se suma también, la dificultad que
tuvieron para adaptarse al nuevo proceso de globalización contem-
poránea; paulatinamente la introducción más frecuente a México de
calzado procedente de China y Vietnam, afectó a las pequeñas, me-
dianas y grandes factorías de calzado de León. Al ser más barato, un
amplio sector de consumidores se declinó por adquirir los productos
asiáticos. A estos factores debe agregarse las crisis económicas que se
vivieron en México durante 1976, 1982 y 1994.

La conjugación de factores socioeconómicos locales, nacionales y
globales, condujeron al empresariado leonés a reestructurar sus es-
trategias de acción empresarial. La administración de la Asociación

Civil Club León, no fue la excepción. La disminución en la tasa de
ganancia de las empresas zapateras y de distribución de calzado, se
manifestó en la debacle deportiva del equipo cuando éste descendió a
la segunda categoría del balompié mexicano en 1987.

Ante esta compleja situación, los empresarios que financiaban y enca-
bezaban al Club León, decidieron transformar la personalidad jurídica
del equipo hacia una Sociedad Anónima, al vender sus acciones a un
único capitalista. Después de un breve periodo en que empresarios
agroindustriales y del calzado deportivo procedentes de San Francis-
co del Rincón, Guanajuato, administraran al Club León, en una tran-
sacción poco clara, el empresario y político leonés Roberto Zermeño
Vargas se hizo de la propiedad del equipo, constituyendo así al Club
León como Sociedad Anónima.

Después del ascenso a la Primera división en 1990, bajo el manto
de Zermeño, el Club León logró el campeonato del máximo circuito
del futbol mexicano en 1992. Dos años después, en 1994, Zermeño
transfirió el equipo al empresario inmobiliario Valente Aguirre Meza,
quien fungió como propietario del Club León hasta 1999, cuando
aceptó una oferta realizada por el propio Zermeño para que este to-
mará nuevamente la propiedad del equipo. Roberto Zermeño admi-
nistró al equipo entre 1999 y 2002, año en que descendió a la Segunda
División.

Tras el fracaso en 2002, Zermeño vendió al Club León al inmobiliario
argentino Carlos Ahumada Kurtz. Este empresario adquirió al equipo,
como una manera de acercarse al entonces Presidente de México Vicen-
te Fox Quesada, simpatizante de los “Panzas Verdes”. Sin embargo la
Femexfut le quitó la propiedad de la franquicia, tras los escándalos de
corrupción en que se vio envuelto el empresario, cuando él mismo evi-
denció una serie de videos en los que otorgaba grandes sumas de dinero
a servidores públicos para ser favorecido en las licitaciones de obras en
la Ciudad de México.

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Tras el bochornoso suceso conocido en México como los “videoescán-
dalos”, el Grupo Pegaso, vinculado al sector de las telecomunicaciones
adquirió la propiedad del Club León. Tras múltiples fallidos intentos por
ascender a Primera División y el rechazo de los aficionados al proyecto
de este conglomerado empresarial, en el año 2009 vendieron la franqui-
cia a un grupo de inversionistas procedentes de Torreón, Coahuila, la
familia Batarse, quienes se especializan en comercializar calzado, ropa y
artículos electrónicos. La familia Batarse era nueva en el negocio del fut-
bol profesional y tras las cuantiosas pérdidas económicas se deslindaron
del equipo y lo vendieron al Grupo Pachuca en 2010.

El Grupo Pachuca es un conglomerado empresarial, con base en el esta-
do de Hidalgo y cuyo Presidente es Jesús Martínez Patiño. Las unidades
de negocio de este grupo, se basan en la propiedad y el manejo admi-
nistrativo de equipos de futbol, entre los cuales se encuentran Tuzos de
Pachuca, Club León, Mineros de Zacatecas y Coyotes de Tlaxcala en
México y el Everton de Viña del Mar en Chile.

El cimiento de su proyecto inició en 1995. Tras la derrota en la final por
ascender a Primera División contra el representativo de Celaya, Martí-
nez Patiño compró al entonces gobernador del estado de Hidalgo, Jesús
Murillo Karam, la propiedad de los Tuzos de Pachuca.1 A partir de esa
transacción, Martínez Patiño generó una serie de contactos en red con
el Partido Revolucionario Institucional (PRI), organización política que
nunca ha perdido una elección por la gubernatura en el estado de Hidal-
go. Las alianzas Empresa-Estado permitieron a Martínez Patiño consoli-

1 Los ojos del mundo voltearon a ver a Murillo Karam, varios años después, en
2014, cuando era el Procurador General de la República en México. Ante la desaparición
de 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa, Guerrero, por parte de policías municipales
y grupos vinculados al narcotráfico, se desató por parte de la ciudadanía y de organiza-
ciones internacionales una ola de fuertes cuestionamientos ante la escasa transparencia
en las investigaciones. Ante las refutaciones en su contra, en una conferencia de prensa
mencionó la frase “Ya me cansé”, por lo que diversos sectores ciudadanos en México
y diversas organizaciones internacionales expresaron su repudio e inconformidad a sus
palabras y a su deficiente labor como de Procurador.

dar sus negocios y expandirlos geográficamente en la ciudad y producir
espacios con la marca de la institución que preside.

En Pachuca, Hidalgo, el Grupo Pachuca es propietario del estadio Hidal-
go, inaugurado en 1993, gracias a la donación de terrenos por parte del
Ayuntamiento de Pachuca y el estado de Hidalgo. Posteriormente conso-
lidaron el proyecto de la Universidad del Futbol y Ciencias del Deporte,
lo cual les brinda la oportunidad de incidir en el ámbito educativo. De su
propiedad también es El Museo de Futbol Salón de la Fama, un proyecto
el cual avala la FIFA. En el ramo hotelero participan a través del Hotel
Camino Real
. También auspicia el Tuzo Fórum (Centro de convencio-
nes con capacidad para 2000 personas), un centro comercial denominado
Tuzo Plaza y una cadena de artículos deportivos llamada Tuzomanía. En
el mundo restaurantero participan mediante Tuzo Tacos, El Buen Bife y
Escargotes y poseen franquicias de Domino´s Pizza. Además participan
en el ámbito inmobiliario a través de Tuzo y Mar-Fas, dos empresas que
especulan con terrenos y rentan espacios a Banorte y Home Depot, quie-
nes a su vez son patrocinadores del Club Pachuca.

El éxito del modelo de negocios del Grupo Pachuca, llevó a que desde
la adquisición por parte de la familia Martínez, el equipo consiguiera
dos campeonatos de Segunda División (1995-1996 e Invierno 1997), seis
títulos en la Primera División de México (Invierno 1999, Invierno 2001,
Apertura 2003, Clausura 2006, Clausura 2007, Clausura 2016,) cinco
torneos de la Liga de Campeones de la Confederación de Norteaméri-
ca, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) (2002, 2007, 2008,
2009-10, 2016-17) y una Copa Sudamericana (2006).

Para expandir sus negocios e incrementar el volumen de su capital so-
cial, el Grupo Pachuca adquirió al Club León en noviembre de 2010 y
se nombró como su Presidente a Jesús Martínez Murguía, vástago de
Murguía Patiño. Después de diez años en la segunda categoría del futbol
mexicano, en mayo de 2012, los “Panzas Verdes” ascendieron a Primera
División, lo cual les redituó en la legitimidad por parte de la afición hacia

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el proyecto de la directiva. Ese mismo año, en el mes de septiembre, se
anunció que Grupo Pachuca creaba una sinergia con el empresario Car-
los Slim, uno de los hombres más ricos del mundo.

Slim había tenido dificultades para entrar el mundo del futbol profesional
como propietario de algún equipo, debido a las diferencias con Emilio
Azcárraga Jean, dueño de la empresa Televisa y del Club América. Por
tanto, el capital económico de Slim sería una pieza fundamental para in-
vertir en el recién ascendido Club León, lo cual en consecuencia, le bene-
ficiaría al Grupo Pachuca, para fortalecer su capital social y económico.
Este tipo de alianzas revelan como el capital social de un actor social es
útil para quienes forman parte de la asociación, puesto que sus contactos
le son redituables al grupo al que pertenece.

Los éxitos deportivos del Club León no tardaron en llegar. El tener una
de las nóminas más caras de la Primera División les redituó para ser
campeones en los torneos Apertura 2013 y Clausura 2014, contra el Club
América y el Club Pachuca, es decir, contra el equipo del rival empre-
sarial de Slim, Emilio Azcárraga Jean, y contra el otro equipo del Grupo
Pachuca. La sinergia entre Grupo Pachuca y Slim culminó en septiembre
de 2017, cuando el segundo no quiso renovar la sociedad, la cual se pactó
por cinco años.

En el año 2018, el Grupo Pachuca anunció “con bombo y platillo” la
puesta en marcha del proyecto de un nuevo estadio para el Club León, el
cual se tiene previsto inaugurar en el año 2022. La propuesta en la inver-
sión de un novedoso coso deportivo es necesaria para el Grupo Pachuca,
puesto que el Nou Camp se encuentra en litigio por su propiedad.

Uno de los antecedentes que se tienen sobre los conflictos por la apro-
piación del estadio Nou Camp se remiten a 1999, cuando el entonces
gobernador de Guanajuato por parte del Partido Acción Nacional (PAN)
Vicente Fox Quesada, donó y escrituró una serie de terrenos aledaños al
estadio -sin que estos fueran propiedad del estado de Guanajuato- a favor

del entonces dueño del Club León, Valente Aguirre. Esta situación causó
suspicacia entre los palcohabientes del estadio, encabezados por perso-
najes vinculados al PRI. Este conflicto por la apropiación del estadio
Nou Camp, debe entenderse también dentro del marco de confrontación
entre el PRI de León y el PAN del estado Guanajuato, puesto que en ese
momento Fox se perfilaba como precandidato Presidencial de México.

Un sector de la cúpula empresarial de León, al querer dar un giro al
municipio, hacia una ciudad de turismo de negocios y congresos, plan-
tearon la realización del Polifórum León, con el argumento de que éste
sería un foco de atracción para eventos empresariales, académicos y so-
ciales. El entonces dirigente del Consejo Coordinador Empresarial de
León (CCEL), José Arturo Sánchez, el director del proyecto Polifórum,
Gerardo Alderete, y el Presidente del Patronato Polifórum, Roberto Pla-
sencia Saldaña, gestionaron los terrenos circundantes al estadio para la
realización de la obra. De esta manera, se habilitaron las hectáreas sufi-
cientes en los terrenos aledaños al estadio Nou Camp, para sostener este
proyecto. Si bien el equipo de futbol Club León podía devaluarse, no así
los terrenos colindantes al inmueble, debido a su posición geoestratégica
dentro de la ciudad de León.

El problema legal por el estadio Nou Camp, continuó en el año 2000
cuando Roberto Zermeño Vargas, quien ya era propietario del Club León
en ese momento, firmó a favor de que el estadio quedara en manos del
Municipio, por lo que renunció a los derechos sobre el inmueble a cam-
bio de unos terrenos contiguos solicitados al Ayuntamiento de León.
Como ya se mencionó, Zermeño vendió al Club León a Carlos Ahumada,
quien en 2004 fue encarcelado. Zermeño Vargas aprovechó la situación
y anunció que un juez le había devuelto la propiedad de la franquicia y
el manejo del estadio Nou Camp. En el año 2007, el Ayuntamiento enca-
bezado por el panista Vicente Guerrero Reynoso, adjudicó al Municipio
de León como único dueño del estadio Nou Camp, acción que desató un
conflicto legal, puesto que el estadio pasó al Ayuntamiento y Zermeño
Vargas comenzó a reclamarlo. De hecho, Roberto Adán Zermeño Reyes,

Empresarios y producción espacial en torno al club de Fútbol León en MéxicoRevista Pucara, N.º 29 (9-30), 2018

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hijo Zermeño Vargas, interpuso una demanda para reclamar la propiedad
del estadio en el año 2011.

A pesar del litigio jurídico por el estadio, durante 2012 y 2013, el Ayun-
tamiento de León, Grupo Pachuca y empresas patrocinadoras, invirtie-
ron 20 millones de pesos en trabajos de remodelación en el estadio Nou
Camp, entre las obras que se realizaron se encuentra la remodelación
de las taquillas, los vestidores, la instalación de un circuito cerrado de
seguridad y la construcción de una tienda deportiva. El Ayuntamiento de
León 2012-2015 (encabezado por la priista Bárbara Botello Santibáñez),
otorgó dos millones de pesos para la remodelación del estadio. El punto
anterior sirve para percatarnos de las relaciones Empresa-Estado y cómo
se regenera un espacio (en este caso deportivo), a pesar de los conflictos
por su apropiación. Para la Alcaldesa de León entre 2012 y 2015, Bár-
bara Botello Santibañez, resultaba importante legitimarse socialmente,
por lo cual aprovechó un referente espacial entre los leoneses como el
estadio Nou Camp.

Cabe apuntar que en mayo de 2014 se informó al Ayuntamiento de León,
que el Juez Tercero de Distrito resolvió a favor de Roberto Adán Zermeño
Reyes, la devolución de los derechos de propiedad sobre el estadio Nou
Camp. Grupo Pachuca no participa de manera abierta en el conflicto jurí-
dico por la apropiación del estadio, siendo el Ayuntamiento de León quien
pugna por la propiedad del inmueble. Puesto que los propietarios del Club
León son inversores de considerable envergadura, los diversos Presidentes
Municipales que han encabezado el Ayuntamiento buscan consolidar su
relación con los dueños del Club León y recuperar la propiedad del estadio
Nou Camp, para abrir la inversión a estos grupos capitalistas.

Al fundarse el estadio Nou Camp, en 1967, este se localizaba en los
límites de la ciudad, por tanto se convirtió en un espacio que detonó la
urbanización por la gran infraestructura que se asienta a su alrededor.
Actualmente el estadio, forma parte de un complejo cultural, donde se
encuentra el Polifórum, el Domo de la Feria, el Parque Explora, el Fórum

Cultural Guanajuato, el Museo de Arte e Historia de Guanajuato, el Tea-
tro Roberto Plasencia Saldaña y la Universidad de Guanajuato. En este
sentido, sale a relucir una vez más, que mientras el estadio es un espacio
simbólico para los aficionados, en contraparte para los empresarios y po-
líticos representa la oportunidad de obtener prestigio y legitimidad social
y aumentar sus capitales económico, social, simbólico y político.

Consideraciones finales

La revisión del proceso espacio-temporal del Club León, permite com-
prender las relaciones de poder empresariales en el futbol mexicano y
cómo los actores sociales generan estrategias de acción e intervención.
Por ello, en este texto se procuró identificar en León las relaciones espa-
ciales, empresariales, históricas, culturales, económicas y políticas, que
configuraron al futbol profesional como un mecanismo para que diversos
empresarios locales dieran a este deporte en su versión profesional un
uso utilitario, en contraste con la apropiación simbólica de la afición.
Hacia las décadas de los cuarenta y cincuenta, los empresarios locales
leoneses supieron aprovechar la bonanza económica de sus empresas, al
conformar un equipo muy competitivo, el cual forjó en esas dos décadas
su pasado dorado.

Uno de los símbolos de la identidad leonesa es el Club León. La época
dorada del equipo (entre 1944 y 1960), se encuentra impregnada de la
oposición leonesa con respecto al centralismo de la Ciudad de Méxi-
co y la preponderancia de Guadalajara en el occidente del país. Los
“Panzas Verdes” representaron en ese momento histórico una vitrina
para que la nación mexicana volteara a esta ciudad, la cual empezaba
a catapultarse como el corazón de región del Bajío, a la vez que fue un
mecanismo para que las élites locales ejercieran un poder discrecional
ante la población.

La crisis económica por la que atravesaba el país y las dificultades del
sector cuero-calzado al interior de la urbe, afectaron a muchos de los

Empresarios y producción espacial en torno al club de Fútbol León en MéxicoRevista Pucara, N.º 29 (9-30), 2018

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empresarios en León, por lo que mantener a un equipo de futbol, se
convirtió en una práctica insostenible. Este suceso no es aislado, puesto
que en el futbol mexicano desaparecieron las Asociaciones Civiles que
administraban a los clubes de futbol profesional y se dio paso a Socie-
dades Anónimas, las cuales se encuentran respaldadas por las empresas
hegemónicas del país, cuyos propietarios buscan en el futbol profesional
aumentar la acumulación de sus capitales.

Eso explica que el Club León, desde 1990 y hasta el año 2019, tuviera seis
propietarios diferentes, los cuales buscaban más un usufructo económico
que fortalecer la cohesión social de los leoneses, con base en este em-
blemático equipo de futbol. León es una de las ciudades mexicanas más
dinámicas, en los ámbitos económico, político, urbano e inmobiliario. Para
Harvey (1989: 327) “las ciudades forjan una imagen distintiva y crean un
atmósfera del lugar y la tradición, la cual actuará como señuelo tanto para
el capital”. Por ello, no es casualidad que diversos actores sociales capita-
listas participaran como propietarios del equipo, puesto que la ciudad de
León y la región del Bajío, les brinda una fuente para aumentar el volumen
de su capital social e incrementar las ganancias económicas de sus em-
presas. En contraparte con la perspectiva utilitaria, los simpatizantes del
Club León, profesan una lealtad singular al equipo, a pesar de los fracasos
administrativos y futbolísticos que ha tenido la institución, pero que para
ellos se equilibra gracias a los campeonatos obtenidos.

Si consideramos que para Claval (2002), el espacio es una traducción de
aspiraciones, proyectos y planes para los seres humanos, se comprenderá
cómo los dueños del capital aprovechan el deporte profesional para im-
plementar sus proyectos espaciales, sociales y económicos para incidir
el territorio. No en vano, Milton Santos (1986), afirma que gran parte de
las transformaciones espaciales se llevan a cabo a través de las empresas
y de las instituciones que sistematizan la vida social.

Este marco también conduce a comprender las disputas espaciales por el
estadio Nou Camp. De acuerdo con Lefebvre (2013: 213), un grupo se

apropia de un espacio para servir a sus necesidades y posibilidades. En
ese sentido, alrededor del estadio Nou Camp y en sus terrenos circundan-
tes, existen una serie de intereses económicos e inmobiliarios. El alegato
jurídico deja de manifiesto cómo los empresarios capitalistas y el Estado
ven en el estadio y las instalaciones circundantes un espacio utilitario,
ideal para incrementar sus capitales y afianzar su hegemonía; en contra-
parte con los aficionados al equipo, para los cuales el estadio representa
un referente espacial y un espacio simbólico.

Revista Pucara, N.º 29 (9-30), 2018

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