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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos:
¿causas para el cierre de la Facultad de Filosofía y

Literatura en Cuenca?
Positivism, legal reforms, autonomy and resources: causes
for the closure of the Faculty of Philosophy and Literature

in Cuenca?

Positivismo, reformas legais, autonomia e recursos: causas
do fechamento da Faculdade de Filosofia e Literatura de

Cuenca?

Marco Ambrosi De la Cadena
Università Vita-Salute San Raffaele

E-mail: m.ambrosi1@studenti.unisr.it

Resumen

Con motivo del sesquicentenario de fundación de la Universidad de
Cuenca se emprendieron investigaciones con la finalidad de recuperar su
memoria y vocación humanista. En este contexto, el artículo tiene como
objetivo revisar la historia institucional entre 1867 y 1897 de la Facultad
de Filosofía y Literatura para establecer posibles causas de su extinción.
Posterior a un estudio bibliográfico y archivístico se sugieren factores a
considerar: falta de autonomía y recursos, constantes reformas legales
y, predominancia de un discurso positivista-cientificista en autoridades
nacionales y universitarias como los Presidentes García Moreno, Eloy
Alfaro y el primer Rector Benigno Malo Valdivieso.

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

Abstract

On the occasion of the 150th anniversary of the University of Cuenca
several research works were undertaken to highlight its memory
and humanistic vocation. In that context, the article aim is revise the
institutional history of the Faculty of Philosophy and Literature, between
1867 and 1897, in order to establish possible causes for its closure. After
a bibliographic and archival analysis three factors are suggested: lack
of university autonomy and resources, constant legal reforms, and the
predominance of a positivist and scientist discourse in national and
university authorities such as Presidents García Moreno, Eloy Alfaro and
Benigno Malo Valdivieso the first Chancellor.

Keywords: University history, positivism in Ecuador, University of
Cuenca, Faculty of Philosophy.

Resumo

Por ocasião do sesquicentenário da fundação da Universidade de
Cuenca, foram realizadas pesquisas para recuperar sua memória e
vocação humanística. Nesse contexto, o artigo tem como objetivo revisar
a história institucional entre 1867 e 1897 da Faculdade de Filosofia e
Literatura para estabelecer possíveis causas de sua extinção. Após um
estudo bibliográfico e de arquivo, sugerem-se fatores a considerar: falta de
autonomia e recursos, constantes reformas legais e predominância de um
discurso científico-positivista em autoridades nacionais e universitárias,
como os presidentes García Moreno, Eloy Alfaro e o primeiro reitor
Benigno Malo Valdivieso.

Palavras chave: História universitária, positivismo no Equador,
Universidade de Cuenca, Faculdade de Filosofia.

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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

1. Breve historia académica de la Facultad de Filosofía y Literatura1

Este artículo busca resaltar la tradición humanística de la Universidad
de Cuenca presente desde su fundación y plasmada en la conformación
de la Facultad de Filosofía y Literatura instancia pionera en la región
para la formación en Humanidades. Para este fin, la metodología aplicada
fue revisión bibliográfica, trabajo de archivo y análisis del marco social,
político e ideológico de la época en estudio.

Ahora bien, la Universidad de Cuenca tiene como antecedente institucional
a la Corporación Universitaria del Azuay creada bajo Decreto emitido por el
presidente de la República Jerónimo Carrión el 18 de octubre de 1867, cuya
vigencia efectiva data del 1 de enero de 1868. Previo a su funcionamiento
una comisión integrada por autoridades y docentes del Seminario y Colegio
Nacional emitió una reglamentación inicial denominada “Acuerdo” el 18 de
diciembre de 1867 (Malo González, 2001). Esta normativa en concordancia
con la Ley Orgánica de Instrucción Pública de 1863 estableció entre otros
aspectos la siguiente estructura académica:

Art. 2 La Corporación Universitaria comprende las
facultades siguientes:
De Filosofía i Literatura,
De Ciencias,
De Jurisprudencia
De Medicina i Farmacia i
De Teolojía [sic]
Art. 3 La facultad de Filosofía i Literatura se divide en
dos seccio-nes:
De Retórica i Humanidades
I de Ciencias Filosóficas (Malo González, 2001, p. 67)

1. La finalización del presente artículo fue posible a la beca de doctorado
otorgada por la Università Vita-Salute San Raffaele, mis profundos agradecimientos
al Centro di Ricerca Interdisciplinare in Storia delle idee (CRISI) y al Vicerrectorado
de la Universidad de Cuenca.

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

A pesar de establecerse cinco facultades en la legislación, la Corporación
del Azuay inició con cuatro: Medicina y Farmacia, Jurisprudencia,
Teología y Filosofía y Literatura, esto debido a la falta de recursos y
de personal docente capacitado particularmente en Ciencias. Desde su
apertura la Universidad estuvo estrechamente ligada al Seminario de
Cuenca y al Colegio Nacional ya que compartían instalaciones, equipos,
docentes y autoridades. Por lo tanto, la novel institución no contaba
con plena autonomía académica o financiera, situación que se refleja en
discusiones y decisiones de la Junta Universitaria relativas a gestión,
personal docente y recursos. Además, en la estructura de la Corporación
Universitaria se evidencia la ausencia de una marcada separación entre
dichas instituciones, al contrario, se caracterizaban por una dependencia
orgánica.

Gráfico 1: Estructura de la Corporación Universitaria del Azuay 1867-
1897

Elaboración: autor
Fuente: Archivos de la Universidad de Cuenca.

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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

La Facultad de Filosofía y Literatura contó inicialmente con los siguientes
profesores: José Miguel Rodríguez Parra, Vicente Cuesta, Pio Márquez,
Romualdo Bernal, David Granda Espinoza, Antonio Aguilar, Benigno
Ramírez y Luis Cordero (Lloré Mosquera, 1968), quienes ejercían la
docencia simultáneamente en el Seminario y el Colegio Nacional. Esta
concentración de funciones era resultado de la falta de personal que
cumpla los requisitos exigidos para la cátedra universitaria en la ciudad
de Cuenca. Es importante indicar que para el año 1867 el único centro de
instrucción superior vigente era la Universidad Central del Ecuador en
Quito2. Por ello, los primeros docentes de la Corporación azuaya habían
obtenido sus grados académicos bien sea en el extranjero o en la ciudad
capital.

Por otra parte, la estructura curricular de la Facultad de Filosofía y
Literatura se definió de acuerdo con el Reglamento General de Estudios
de 1864 con las siguientes asignaturas: Gramática General, Retórica,
Poética, Erudición, Cronología, Historia y Conocimientos de la Fábula,
Poetas, Prosadores Castellanos y Latinos, Historiadores de más Nota
Antiguos y Modernos, Oradores, Lógica, Crítica, Sicología, Metafísica,
Derecho Natural, Filosofía Moral, Fundamentos de Religión, Historia de
la Filosofía, Filosofía de la Historia (Malo González, 2001). En resumen,
la orientación académica estuvo acorde a la tradición clásica (de corte
medieval escolástico) predominante en las universidades quiteñas y
seminarios desde los tiempos de la colonia.

En el ámbito institucional, la instrucción superior enfrentó continuas
modificaciones legales en el Ecuador en la segunda mitad del siglo XIX,
fueron un total de cinco entre 1863 a 1897. En 1869 a poco más de un
año de creación de la Corporación azuaya, García Moreno emprendió
una reforma a la Ley Orgánica de Instrucción Pública de 18633 entre

2. Precisamente uno de los motivos para la exigencia de la creación de la
Corporación Universitaria del Azuay fue el rechazo al centralismo quiteño.

3 Legislación aprobada durante su primer mandato constitucional (1861-1865).

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

las principales modificaciones se establecieron los grados académicos a
conferir en las universidades:

a) Grado de bachiller: otorgado exclusivamente por la Facultad de Filosofía
y requisito para la licenciatura.

b) Grado de licenciado: otorgado por todas las facultades disponibles y
requisito para el doctorado.

c) Grado de doctor: otorgado por todas facultades disponibles posterior a
evaluaciones escritas y orales.

Esta reforma permitió a la Facultad de Filosofía mantener una
competencia exclusiva que garantice su existencia académica que, desde
el principio, estuvo sujeta a discusiones y revisiones. Es el caso, en
octubre de 1868, cuando la Junta Universitaria del Azuay debatió reducir
la duración del curso de Filosofía de cuatro a tres años; inicialmente la
propuesta no fue aprobada que debió esperar hasta agosto de 1869 cuando
se resolvió definitivamente la supresión del cuarto año. La permanencia
de las Humanidades siempre cuestionada se puede explicar por la falta
de recursos y especialmente por la preeminencia de un discurso oficial
antagónico como se analiza más adelante.

Otra dificultad para la Facultad de Filosofía en Cuenca fue la falta de
autonomía académico-administrativa frente al Colegio Nacional y
al Seminario como se señaló previamente. A esto se suma, el espíritu
centralista de la normativa aprobada por el garcianismo4 que concentró
toda la dirección académica y administrativa en un órgano denominado
Consejo General de la Instrucción Pública conformado por el Ministro
del Interior, Arzobispo, Rector del Colegio Nacional y de la naciente
Escuela Politécnica, así como, los Decanos de las facultades existentes.
Este órgano plenipotenciario tenía entre sus funciones la designación de
docentes y autoridades, definición de cátedras, facultades y materiales

4. Es importante indicar que en 1869 García Moreno retoma el poder a través
de un golpe de estado y la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

de enseñanza; por lo cual, las facultades no tenían potestad alguna para
dirigir sus actividades académicas y administrativas.

Además, con la mencionada ley las Corporaciones Universitarias
con sus instancias respectivas5 fueron extinguidas y, en su lugar, las
facultades existentes de Jurisprudencia, Medicina, Teología y Filosofía
fueron adscritas a los Colegios Nacionales. Esta grave vulneración a la
incipiente autonomía universitaria del Ecuador colocaba a la instrucción
pública al servicio del proyecto político de García Moreno con amplia
influencia eclesiástica que se expresó en la ley de 1869 como se denota
a continuación:

Art. 9, 5a Impedir que se enseñen en los establecimientos nacionales i
libres, doctrinas contrarias a las instituciones republicanas, a la Relijion
[sic] católica, a la moral i buenas costumbres (…)

Art. 10. El Poder Ejecutivo, de acuerdo con el Consejo jeneral [sic] de
instrucción pública, designará las facultades que hayan de establecerse
en los colejios [sic], según lo permitan las circunstancias, i nombrará a
los profesores de ellas, i de, entre estos, a los que deban de desempeñar
el cargo de Decanos de las respectivas facultades. (…)

Art. 44. El Poder Ejecutivo, de acuerdo con el Consejo jeneral [sic],
determinará el número de cátedras de cada una de las secciones
precedentes (facultades), i el que haya de haber en las otras facultades.
(Convención Nacional del Ecuador, 1870).

Estos pocos artículos evidencian la orientación religiosa y centralista
que se impuso a la instrucción pública ecuatoriana. Una vez suprimida
la Corporación Universitaria del Azuay su dirección fue encargada a la
orden de la Compañía de Jesús que también se hizo cargo del Seminario

5. Se suprimieron de la normativa las figuras de Rector de Universidad, Junta
General de Gobierno, y Junta Universitaria.

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

y el Colegio Nacional de Cuenca (Malo González, 2001). Entonces, la
autonomía y la Universidad misma como institución académica eran
inexistentes ya que toda decisión académica y administrativa estuvo
supeditada al Consejo General en Quito y a la orden jesuítica. Por ello,
no es coincidencia que entre los Decanos de la Facultad de Filosofía
y Literatura de la época consten dos sacerdotes como fueron Enrique
Capelletti y Federico González.

Esta condición de subordinación académica se extiende hasta el año de
1878 cuando el gobierno de Ignacio de Veintimilla – posterior al asesinato
de García Moreno en 1875 – promulgó la Ley de Instrucción Pública
(Asamblea Nacional, 1879) que disponía reconstituir la institucionalidad
de las Juntas Universitarias con sus respectivos rectores y eliminar las
Facultades de Teología como contraposición a la influencia eclesiástica.
En la Corporación del Azuay una primera expresión de autonomía se
cristalizó en febrero de 1878 cuando la Junta Universitaria resolvió que
“cada Facultad defina las materias que deban cursar los alumnos en cada
año y que resuelvan también, si los exámenes han de darse por separado,
o en un solo acto…” (Junta Universitaria, 1867-1878).

La legislación de Veintimilla tuvo un carácter transitorio al igual que
aquella promovida por Luis Cordero Crespo en 1892 que creaba en
papel las facultades de Ciencias Matemáticas y de Ciencias Físicas y
Naturales, mismas que no llegaron a concretarse en universidad alguna
durante dicho periodo. Ambas normativas fueron propias de un momento
intermedio entre el garcianismo y el liberalismo laico de Alfaro, ejemplo
de ello fue la conformación del Consejo General de Instrucción que aún
mantenía al Arzobispo o su delegado.

Precisamente para determinar las posibles causas del cierre de la Facultad
de Filosofía y Literatura es necesario analizar diversos acontecimientos que
tienen lugar posterior al triunfo de la Revolución Liberal en 1895. Una vez
nombrado como Presidente Constitucional del Ecuador, Eloy Alfaro inició
un conjunto de reformas educativas como parte de su proyecto político.

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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

Es el caso del Decreto de febrero de 1897 de la Asamblea Nacional que
ordenaba por un periodo de dos años la “libertad de estudios”:

Art. 2.- Durante este tiempo podrán los alumnos de los Colegios
y Universidades, rendir los exámenes que á bien tuvieren, sin más
requisito que el de matricularse en el curso correspondiente.
Para matricularse en una Facultad Mayor, no se requiere haber obtenido,
previamente, el grado de Bachiller en Filosofía. (Asamblea Nacional,
1897, pág. 2).

Esta medida constituyó una nueva vulneración a la autonomía
universitaria y desencadenó en el debilitamiento de las estructuras
académicas, particularmente, de las facultades de Filosofía al eliminar
como requisito de ingreso el grado de Bachiller en Filosofía. Esta
disposición demagógica, en términos académicos, se entiende como un
‘favor político’ en beneficio de los simpatizantes del liberalismo. El
artículo 3 del mismo Decreto estipulaba que los estudiantes integrantes
del “ejército regenerador”, el “gobierno regenerador” o que hayan
servido a la “causa liberal” en la prensa, estaban exonerados del pago
de derechos de matrícula, exámenes y grados durante los dos años de
libertad de estudios.

Asimismo, en el mandato de Alfaro existió una continua oposición a
la institucionalidad de las facultades de filosofía existentes en Quito
y Cuenca para aquel momento. Muestra de ello, es el Decreto de la
Asamblea Nacional de abril de 1897 que dispuso la anexión de dichas
facultades a los Colegios Nacionales de la República para recibir el
examen previo al Grado de Bachiller y conferir el respectivo título.
Posterior a esta resolución la Facultad de Filosofía y Literatura de la
Corporación Universitaria del Azuay cesó su existencia institucional
y el Grado de Bachiller fue ofertado por el Colegio Nacional de
Cuenca.

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

El proceso de reforma educativa liberal continuó con la expedición
de una nueva Ley de Instrucción Pública en junio de 18976, entre sus
principales disposiciones constan:

- Modificación de denominación de Corporación Universitaria del Azuay
por Universidad del Azuay.

- Exclusión de la Iglesia en el Consejo General de Instrucción Pública.
- Ratificación de autonomía de las facultades frente a Colegios Nacionales

y Seminarios.
- Elección de Rectores por el Congreso y de Vicerrectores por una Junta de

Doctores quienes deben cumplir el requisito de ser “seglar”.
- Homogenización de textos de enseñanza escolar para la “difusión de las

luces” por el Consejo General de Instrucción Pública.
- Prohibición para órdenes religiosas de fundar y dirigir escuelas públicas,

únicamente se autorizan escuelas particulares.

En cuanto a la estructura orgánica de las Universidades se estableció lo
siguiente:

Art. 43. Quedan restablecidas en la Universidad Central todas las
Facultades determinadas en esta Ley; mas, la Universidad del Azuay y
del Guayas continuarán funcionando con las Facultades que actualmente
existen, mientras el estado de sus rentas permita el establecimiento de
las demás Facultades.
Art. 88. La Facultad de Filosofía y Literatura, tiene el derecho de
conceder el grado de Bachiller. (Asamblea Nacional, 1897).

En consecuencia, se dispuso la creación y restitución de todas las
facultades7 descritas en la normativa, incluyendo la Facultad de Filosofía

6. La reforma liberal en la educación se plasma de forma definitiva en la ley de
instrucción pública de 1906 que no analizamos para nuestros objetivos.

7. Las facultadas indicadas eran: Jurisprudencia; Ciencias Matemáticas, Físicas
y Naturales; Medicina, Cirugía y Farmacia; Filosofía y Literatura.

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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

y Literatura con su competencia para conceder el Grado de Bachiller.
No obstante, la ahora denominada Universidad del Azuay no contaba
con dicha facultad como resultado del Decreto de abril de 1897 que la
integró al Colegio Nacional. A esto se suma a una delicada situación de
la Universidad que no contaba con local propio y, cuyos recursos eran
escasos como consta en reiteradas ocasiones en las actas de la Junta
Universitaria. Por lo tanto, no se dio cumplimiento a las disposiciones
legales de 1897, la Facultad de Filosofía será refundada en el año de
1952.

En resumen, la historia del primer periodo de la Facultad de Filosofía –
de toda la Corporación Universitaria inclusive - en la ciudad de Cuenca
se caracterizó por una constante inestabilidad académica, institucional y
normativa. Por ejemplo, la designación de Decanos no cumplía con las
Leyes de Instrucción Pública desde 1869 que establecían su nombramiento
por decisión docente colectiva por cuatro años. La gestión mayoría de
autoridades académicas es intermitente como se observa en la cronología
detallada por Lloré Mosquera (1968): José Miguel Rodríguez Parra
(1868), Antonio Cáceres (1869), Enrique Capelletti y Federico González
(1871), Manuel José Proaño (1872), Ambrosio Fonseca (1873), Roberto
Loza (1875), Luis Cordero (1876), José Romualdo Bernal (1877),
Manuel Coronel y Benigno Palacios Correa (1878), Tomás Abad (1885),
Tomás Alvarado (1890), José M. Landin (1892) y Agustín J. Peralta
(1896-1897).

Esta inestabilidad también deriva de los continuos cambios legales y
políticos en la educación ecuatoriana, en los 30 años de funcionamiento
de la Facultad de Filosofía y Literatura existieron cinco Leyes de
Instrucción Superior que modificaban la gobernanza universitaria y su
estructura orgánico-académica como se sintetiza a continuación:

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

Tabla 1: Reformas y Leyes de Instrucción Pública 1863 - 1897

Normativa
Estructura
Orgánica

Universitaria
Modificaciones

Académicas
Presidente

de la
República

Ley Orgánica
de Instrucción
Pública 1863

Presenta 5
Facultades
(Filosofía y
Literatura,
Ciencias,
Jurisprudencia,
Medicina y
Farmacia,
Teología).

Establece
las Juntas
Universitarias.

Fundamento
para decreto
de 1867 de
creación de
Corporación
Universitaria.

Gabriel
García
Moreno

Ley Orgánica
de Instrucción
Pública 1869

Elimina las
Universidades
y sus instancias
respectivas.

Mantiene 5
facultades sujetas
a los Colegios
Nacionales

Crea el Consejo
General de
Instrucción
Pública.

Divide a la
facultad de
Filosofía en:
- Retórica y

Humanidades
- Ciencias

Filosóficas

Gabriel
García
Moreno

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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

Normativa
Estructura
Orgánica

Universitaria
Modificaciones

Académicas
Presidente

de la
República

Ley de
Instrucción
Pública 1878

Elimina facultad
de Teología

Restituye
Corporaciones
Universitarias
de 1867

Ignacio de
Veintimilla

Ley de
Instrucción
Pública de 1892

Crea facultades
de Ciencias
Matemáticas;
Ciencias Físicas y
Naturales

Amplía
reconocimiento
de títulos.

Luis
Cordero
Crespo

Ley de
Instrucción
Pública 1897

Fusiona facultades
de Ciencias
creadas en 1892

Modifica la
denominación
de la
Corporación
Universitaria
del Azuay a
Universidad del
Azuay

Eloy Alfaro
Delgado

Elaboración: autor
Fuente: Registro Oficial y Archivos.

2. Positivismo y cientificismo: ¿razones para suprimir la Facultad de
Filosofía y Literatura?

Este acápite profundiza el análisis sobre la extinción de la Facultad de
Filosofía y Literatura de la actual Universidad de Cuenca. Las recurrentes
modificaciones legales y la escasez de recursos económicos fueron un

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

impedimento para la consolidación de dicha instancia académica. Sin
embargo, es posible considerar como la principal causa la predominancia
de una visión positivista y cientificista en el pensamiento de la época. Para
este fin, se revisan discursos oficiales de los presidentes García Moreno y
Eloy Alfaro y del primer Rector de la Corporación Universitaria Benigno
Malo. En general podemos colegir que existía una postura contraria a la
difusión de disciplinas denominadas como “clásicas” vinculadas a las
Humanidades y Artes, al ser concebidas como fútiles para el desarrollo
de la nación.

Benigno Malo Valdivieso durante su discurso de inauguración de la
Corporación Universitaria hace referencia al valor de la razón humana y
de las ciencias exactas para el desarrollo de la humanidad. Es palpable
en sus palabras un optimismo sobre la apertura de las aulas universitarias
como un aporte a la emancipación intelectual y la regeneración social por
ser “el más grande bien que el cielo nos pudiera enviar”. La creación de
la Universidad significó una reivindicación política frente al centralismo
quiteño, pero especialmente la oportunidad de alcanzar el anhelado
progreso de la técnica que resolvería los problemas sociales y económicos
de la región. El flamante Rector expresó lo siguiente en su discurso:

Bien está, Señores, que la razón humana, fiera con sus
victorias en los campos del mundo material y en las ciencias exactas,
siga en pos de nuevas conquistas y gloriosos descubrimientos. (…)
somos los primeros que aplaudimos a la razón en su marcha triunfal,
que reconocemos su competencia en estas materias y que vitoreamos
sus útiles e incontestables progresos (…)

Inútil sería, Señores, venir en este momento a recordaros la
importancia de las Ciencias Naturales: parece que todos estamos de
acuerdo sobre este punto esencial; pues conocemos que, sin su auxilio,
no puede dar un paso la Medicina, la agricultura, las manufacturas, las
artes y todo lo que está conexionado con la necesidad y el bienestar de
la humanidad. (…) el poder ya no se apoya tanto en la espada, como en
la ciencia (…). El porvenir, pues, de Cuenca, su rango, su influencia, su

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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

bienestar están librados al descubrimiento y desarrollo de las riquezas
naturales que abundan en su suelo; riquezas ignoradas y que solo el
ojo de la ciencia puede descubrirlas, explotarlas y ponerlas a nuestro
alcance (Malo Valdivieso, 1890, pp. 41-43).

En estas palabras es notable la influencia del pensamiento positivista que
ya para la época se desarrollaba en el Ecuador y apuntaba al fomento de
las ciencias exactas y naturales para aprovechar los recursos existentes
y conseguir el desarrollo nacional. Aún más allá, el positivismo tiene
como trasfondo filosófico la noción del bienestar de la humanidad como
resultado de la “marcha triunfal de la razón” guida por el avance científico.
En este marco, la universidad se concibe como un instrumento para la
superación del atraso social y el desperdicio de las riquezas naturales.

El discurso inaugural esbozaba un proyecto educativo – integral en
términos contemporáneos – que incluía tanto al Colegio Nacional para
la enseñanza de ciencias físicas como al Seminario para conocimientos
abstractos, lenguas sabias, doctrinas teológicas, forenses, médicas
y literarias. Para Malo Valdivieso el porvenir de Cuenca estaba
condicionado a los beneficios de la manufactura, industria y ciencia,
que permitirían una regeneración social con el acceso de las clases
obreras al conocimiento. La integralidad del proyecto pretendía igualar
académicamente oficios, artes y ciencias; se preguntaba el Rector si no
fuese una gloria para Cuenca declarar la igualdad entre laboratorio y
taller, entre bellas artes y literatura, “colocar a igual altura el cincel de
Vélez y la pluma de Solano”. A criterio de Malo González (2001) esta
posición representó un discurso equilibrado en cuanto al cultivo de las
letras, las artes y los oficios; visión ecuánime que ha caracterizado a la
Universidad de Cuenca hasta nuestros días.

Postura antagónica a la de García Moreno para quien la instrucción superior
ecuatoriana requería de un exhaustivo desarrollo de las ciencias exactas.
La instrucción superior se había concentrado en la enseñanza exclusiva
de Jurisprudencia, Teología o Medicina que resultaba “perniciosa” para

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

el progreso de la República. Para cumplir dicho proyecto se quebrantó
la institucionalidad universitaria nacional con la extinción de las noveles
Corporaciones de Cuenca y Guayaquil y la clausura de la Universidad
Central del Ecuador por ser “innecesaria”, condición que se mantuvo de
1869 a 1875. En su lugar, se fundó la Escuela Politécnica Nacional en
agosto de 1869 con el objetivo de formar ingenieros civiles, profesores
de tecnología, arquitectos, maquinistas, ingenieros en minas y profesores
de ciencias. El Decreto de creación de la Escuela Politécnica estipulaba:

1. Que las empresas nacionales sobre construcción de carreteras,
caminos de herradura, mejora material de ciudades i [sic] puertos
así como la necesidad premisa de desarrollar ciertas industrias
llamadas a influir poderosamente en el progreso i felicidad de la
República exigen con urgencia la formación de hombres capaces
de desempeñar con acierto i lucimientos los destinos públicos que
requieren conocimientos fundamentales en matemáticas, ciencias
naturales i otros estudios indispensables para el ejercicio de ciertas
profeciones [sic] de importancia.

2. Que desde que los gravos [sic] anexos a las facultades de jurisprudencia
y medicina pueden optarse en muchos colegios de la Nación, la
Universidad de Quito ha dejado de ser un establecimiento necesario
en el sistema de instrucción pública (Convención Nacional del
Ecuador, 1869).

Estas disposiciones resumen la visión educativa y social del garcianismo;
el “progreso y felicidad de la República” son alcanzables gracias a las
matemáticas y las ciencias naturales, a “hombres capaces” de guiar el
destino público con profesiones de importancia que miran al futuro
conducidos por la línea ascendente e infinita de la modernidad. La Escuela
Politécnica en el pensamiento de García Moreno es el camino para dejar
atrás el pasado representado por las disciplinas clásicas e innecesarias
como la Jurisprudencia o Medicina. La Filosofía no es nombrada por
el Presidente, lo cual, podría resultar de su sujeción disciplinar a la

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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

Teología en los Seminarios y de su reducción institucional a los Colegios
Nacionales como mero requisito para la obtención del grado de Bachiller.
Este sesgo ideológico también se plasmó con la orden de trasferir bienes,
recursos y docentes de la Universidad Central y las Corporaciones de
Guayaquil y Azuay a la Escuela Politécnica, Seminarios y Colegios
Nacionales respectivamente.

Por otra parte, históricamente el gobierno de Eloy Alfaro se ha definido
como opuesto al de García Moreno, no obstante, encuentran un punto
común en su concepción de la instrucción superior. El discurso positivista y
cientificista está también presente en las reformas educativas del alfarismo
aunque desprendidas de la influencia eclesiástica del garcianismo. La
Revolución Liberal prometía una profunda modernización del Ecuador
como resultado de su posición filosófica-política y del “boom cacaotero”
que permitió incrementar la inversión social y productiva del país.

En sus intervenciones públicas Alfaro expresó en reiteradas ocasiones su
desazón con la situación de la educación universitaria como se manifiesta
a continuación:

Es lamentable la limitación de la Enseñanza Superior; puesto
que (…) los mejores talentos se ven como obligados a optar sólo entre
la Facultad de Jurisprudencia y la de Medicina. Por este modo, el
número de Profesores en esas Facultades, se multiplica ilimitadamente;
y el Doctorado llega casi siempre a ser un medio inútil contra las
necesidades de la vida. Es, por lo mismo, indispensable abrir nuevas
sendas y nuevos horizontes a la juventud estudiosa e intelectual;
estableciendo Escuelas Politécnicas y de Aplicación, único medio
de utilizar todas las aptitudes y todas las energías, de desarrollar las
Ciencias y las Industrias, y de acrecentar la riqueza pública y la riqueza
privada. (Alfaro, 2012 [1908], p. 90).

…vuelvo a insistir en la observación que tuve la honra de
haceros en mi Mensaje del año anterior, (…). La fundación de Escuelas

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

Politécnicas ha venido a ser una de las necesidades más apremiantes
ya que sin la enseñanza de ciencias prácticas, de aplicación lucrativa
inmediata, el progreso de la República tendrá que ser lento, y la riqueza
nacional se menoscabará ó [sic] mantendrá estacionaria, por falta del
debido desarrollo en las industrias. (Alfaro, 2012 [1909], p. 103).

Estos extractos pertenecen a los Informes del Presidente de la República
al Congreso Nacional de los años 1908 y 1909; para aquel entonces,
las facultades de Filosofía no habían recuperado su institucionalidad
posterior a su anexión a los Colegios Nacionales por decisión del propio
Alfaro en 1897. La contraposición del liberalismo a las disciplinas
clásicas se debe a su convicción acerca de su inutilidad para resolver
“necesidades de la vida” y especialmente generar riquezas. Las ciencias
teóricas o los Doctorados no contribuyen al aprovechamiento lucrativo
de la nación y más bien detienen su avance, por ello, las Escuelas
Politécnicas son medios para la añorada industria del siglo XX que abrirá
“nuevas sendas” fundamentadas en el goce de los recursos disponibles.

El liberalismo apuntó a una dinamización económica a través de la
intensificación de la agroindustria y la conectividad comercial del país.
En este ideal, la educación superior cumpliría un papel esencial con
el desarrollo de la técnica en un país sumido en el retraso material y
académico. A pesar de este anhelo positivista el ‘progreso’ debió esperar
porque no se creó ninguna Escuela Politécnica durante la Revolución
Liberal, hubo que esperar hasta 1922 para la fundación de la Escuela de
Oficiales Ingenieros8 por el presidente José Luis Tamayo.

3.Conclusión

El presente artículo tiene como objetivo establecer las posibles causas
para la extinción de la Facultad de Filosofía y Literatura de la Universidad
de Cuenca a finales del siglo XIX; posterior a la revisión bibliográfica

8. Actualmente denominada Universidad de las Fuerzas Armadas - Escuela
Politécnica del Ejército (ESPE).

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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

y archivística podemos sugerir tres factores que influyeron en su cierre.
Primero, la Corporación Universitaria del Azuay en sus primeros años
de historia se caracterizó por una intermitencia institucional derivada de
la falta de autonomía y recursos. Con la reforma de García Moreno en
1869 se extingue y las todas las decisiones sobre gestión y enseñanza se
centralizaron en el Consejo General de Instrucción en Quito. La Facultad
de Filosofía y Literatura pasó a depender tanto del Seminario como
del Colegio Nacional con una inevitable afectación a su estabilidad y
permanencia por ser una entidad de reciente creación. Su institucionalidad
se recuperó con la ley de 1878 aunque no terminó de consolidarse por
la carencia de ingresos que impedía inclusive la creación de todas las
facultades9 determinadas en las sucesivas leyes de instrucción pública.
Además, la reforma de Alfaro de 1897 dispuso la restitución de la
Facultad de Filosofía y Literatura, posterior a su disolución el mismo año,
de acuerdo a la disponibilidad de recursos situación que no su cumplió en
la Universidad del Azuay10. Es decir, entre 1867 a 1897 la Facultad como
entidad autónoma fue transgredida en dos ocasiones.

Segundo, la inestabilidad universitaria era acorde a las constantes
reformas legislativas que respondían al vaivén de las diferencias político-
ideológicas de los gobernantes de turno. En los cortos 30 años de la
Facultad de Filosofía y Literatura se emitieron cuatro leyes orgánicas
de instrucción pública y una reforma parcial, lo cual, demuestra que la
educación no fue ajena a la disputa político-ideológica de fines del siglo
XIX en Ecuador. Prueba de aquello es la inclusión del representante
de la Iglesia en el Consejo General de Instrucción como parte del
Concordato de García Moreno con el Vaticano o la “libertad de estudios”
decretada por Eloy Alfaro como favor político a quienes colaboraron
con la Revolución Liberal. Entonces, la organicidad y funcionamiento
de una facultad reciente era inviable en un contexto de continua reforma

9. Por citar la Facultad de Ciencias Matemáticas o la Facultad de Ciencias
Físicas y Naturales estipuladas en la ley de 1892.

10. La Facultad de Filosofía y Letras es refundada en el año de 1952 en la
posteriormente denominada Universidad de Cuenca.

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

que impedía una planificación institucionalidad y menos aún un fomento
académico pertinente.

Tercero, a nuestro criterio el factor determinante fue el predominio
del discurso positivista y cientificista en autoridades nacionales y
universitarias. La escasez de recursos y las múltiples reformas legales
no fueron impedimento para la creación y apoyo de diversas facultades
de ciencias y escuelas politécnicas. La extinción de las facultades de
Filosofía fue un efecto de la instrucción superior concebida como camino
al progreso a través de la racionalidad técnica e industrial. En este contexto
ideológico, la universidad es el espacio para la aplicación lucrativa
de las ciencias exactas y, consecuentemente, una facultad de filosofía
representaba un obstáculo, una inversión innecesaria para el avance de
la nación que requería ingenieros antes que licenciados y doctores. La
“inutilidad” de las Humanidades y Ciencias Sociales dentro del proyecto
modernizador en Ecuador de finales del siglo XIX, se entiende por su
aparente intangibilidad e incapacidad de producir riquezas o bienes
materiales frente a iniciativas industriales como el ferrocarril, apertura
de caminos, el Observatorio Astronómico o el alumbrado eléctrico.

El empeño de explotar los recursos, en el pensamiento de la época,
pretendía ser una respuesta a Alexander von Humboldt quien afirmó que
“los ecuatorianos (…) viven pobres en medio de incomparables riquezas”.
Justamente, la visita del científico alemán a Ecuador a inicios del siglo
XIX provocó un interés por el conocimiento de la geografía nacional
para su aprovechamiento industrial e investigativo. La Universidad
entonces era la llamada a sacar a la nación de una pobreza injustificada
en medio de la abundancia, pero explicada desde la carencia de ciencia,
industria y razón.

Para finalizar es importante apuntar que los problemas aquí revisados
todavía representan una dificultad para la educación superior en Ecuador
como son la relación entre academia y política, vulneración de la
autonomía universitaria o la inversión e impulso a las Humanidades y

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Positivismo, reformas legales, autonomía y recursos: ¿causas para el cierre de la
Facultad de Filosofía y Literatura en Cuenca?

Ciencias Sociales. Es decir, las discusiones de la segunda mitad del siglo
XIX no encuentran una respuesta efectiva porque la educación todavía se
concibe como un ‘botín político’ para los gobiernos.
En el caso de la Universidad de Cuenca la búsqueda de un proyecto
educativo integral es todavía parte de su misión institucional y, por ello,
se ha planificado la creación de una carrera en Humanidades con una
visión interdisciplinar entre Historia, Filosofía, Literatura y diversas
Ciencias Sociales. La intención es retomar la tradición humanística a
través de un enfoque actualizado y contextualizado para el desarrollo de
estudios socioculturales en la región.

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Revista Pucara, N.º 30 (71-93), 2019

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