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La sociedad cotidiana por medio de los campos figu-
rativos de La estación violenta (1958) de Octavio Paz
The Daily Society Through the Figurative Fields of The Vio-

lent Season (1958) of Octavio Paz
A sociedade cotidiana pelos campos figurativos de A Estação

Violenta (1958) de Octavio Paz
Jesús Delgado Del Aguila

Universidad Mayor de San Marcos
E-mail: tarmagani2088@outlook.com

Resumen
Este artículo tiene como propósito corroborar la cosmovisión de Oc-
tavio Paz, a partir de la inacción de la sociedad cotidiana, que es no-
toria en un fragmento del poema “Máscaras del alba” de La estación
violenta
(1958). Su crítica contra el sistema por la ausencia de com-
promiso social y político revela dos conceptos que fundamenta Mijaíl
Bajtín en Estética de la creación verbal: su intencionalidad como
autor y la expresión concomitante en función del género discursivo
empleado. Para comprobar estas dos premisas, incluiré como instru-
mento metodológico los campos figurativos o las provincias figurales
que aborda Stefano Arduini, que comprenden los tropos de la metáfo-
ra, la metonimia, la sinécdoque, la metonimia, la elipsis, la antítesis y
la repetición, además de sus variaciones..
Palabras Claves: Retórica, figuras retóricas, análisis lírico, cosmo-
visión, representación.

La sociedad cotidiana por medio de los campos figurativos de La estación violenta (1958) de
Octavio PazRevista Pucara, N.º 32 (37-53), 2022

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Abstract

This paper aims to corroborate the worldview of Octavio Paz, from the
inaction of everyday society, which is notorious in a fragment of the poem
“Masks of the Dawn” of The Violent Season (1958). His criticism of the
system for the absence of social and political commitment reveals two
concepts that Mikhail Bakhtin bases on Aesthetics of Verbal Creation:
his intentionality as an author and the concomitant expression according
to the discursive genre used. To verify these two premises, I will include
as a methodological instrument the figurative fields or the figurative
provinces addressed by Stefano Arduini, which include the tropes of
metaphor, metonymy, synecdoche, metonymy, ellipsis, antithesis and
repetition, in addition to its variations.

Key Words: Rhetoric, rhetorical figures, lyrical analysis, worldview, re-
presentation.
Resumo
O objetivo deste artigo é corroborar a visão de mundo de Octavio Paz,
baseada na inação do cotidiano da sociedade, que é notória em um
fragmento do poema “Máscaras da madrugada” de A temporada violenta
(1958). Sua crítica ao sistema pela ausência de compromisso social e
político revela dois conceitos que Mijaíl Bakhtín fundamenta na Estética
da criação verbal
: sua intencionalidade como autor e a concomitante
expressão a partir do gênero discursivo utilizado. Para verificar essas
duas premissas, incluirei como instrumento metodológico os campos
figurativos ou as províncias figurativas de que fala Stefano Arduini,
que incluem os tropos da metáfora, metonímia, sinédoque, metonímia,
elipse, antítese e repetição, além de suas variações.

Palavras chave: Retórica, figuras retóricas, análise lírica, cosmovisão,
representação.
Recibido: 13.10.2021 Aceptado: 19.11.2022

1. Introducción

Este trabajo toma como referente ideológico el libro Estética de la creación
verbal (1998) de Mijaíl Bajtín por la elucidación que se realiza en torno al
acto enunciativo. Este se diferencia por la volición del autor, que se ciñe
al compromiso que asume con respecto a un tema determinado. Se trata
de una subjetividad y un contenido semántico. Además, se distingue por
su expresión, tal como se aprecia en los elementos que configuran la obra
artística, como la composición y el estilo. Esta concatenación dual permite
evidenciar la construcción utópica que adopta Octavio Paz en función de la
cosmovisión que se infiere de las figuras retóricas expresadas en un frag-
mento de su poema “Máscaras del alba” de La estación violenta.

Según Bajtín (1998), el yo poético fragua un estereotipo utópico que se
infiere de la representación de la realidad, que tiene carácter colectivo, códi-
gos culturales, sistemas ontológicos, significaciones semánticas, semióticas
y simbólicas. Mediante ese reconocimiento, se va erigiendo una percepción
peculiar sobre la base de una colectividad, en tanto su establecimiento pri-
vado y público. En esta ocasión, prevalece una pretensión de exhibir un
lenguaje artístico que promueva un pensamiento progresista a partir del ac-
cionar en la realidad. Su crítica se caracteriza por propiciar y valorar todo
acto que está ajeno a una trascendencia humana: su actuar o su finalidad en
el universo social. Lo cotidiano, lo habitual y lo cíclico resultarán para él
una muestra del rasgo intransitivo de la vida, la cual se justificará a través de
las provincias figurales, concomitantes de la taxonomía que postula Stefano
Arduini.

2. Taxonomía en torno a los campos figurativos

Camilo Fernández Cozman (2012) define este concepto como la consolida-
ción que se considera de la realidad y los vínculos que se interrelacionan. De
igual manera, se compone por figuras retóricas específicas, ineludibles para
que el hombre tenga la oportunidad de revelar su lenguaje con sumo crite-
rio. Así lo plantea Stefano Arduini en Prolegómenos a una teoría general

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Octavio PazRevista Pucara, N.º 32 (37-53), 2022

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de las figuras (2000), pese a que este modo de exhibir las palabras solicitará
una adhesión no convencional entre significante y significado. Esta peculia-
ridad es planteada por Marco Fabio Quintiliano en Instituciones oratorias:
“Es una manera de hablar apartada del modo común y más obvio” (1887).
Desde esta taxonomía, el lector le atribuirá una orientación para conseguir
que la acepción constituida cuente con su propia autonomía (Lacan, 1998).

En sí, los tropos muestran una compatibilidad que provoca una organiza-
ción que se distingue por su manera de pensar en torno a la realidad. Des-
pués, se alcanza una conjunción que depende de las provincias figurales o
los campos figurativos, propuestos por Arduini (2000) y conformados por la
metáfora, la sinécdoque, la metonimia, la elipsis, la antítesis y la repetición.

Considerando la fundamentación de esta taxonomía, colocaré el fragmen-
to del poema “Máscaras del alba” (Paz, 1984) de La estación violenta, tal
como se encuentra en la versión publicada del Fondo de Cultura Econó-
mica. De esta manera, se entenderá cómo se plasma la percepción del yo
poético sobre la sociedad cotidiana a la cual critica por ser intransitivo.

Sobre el tablero de la plaza 1
se demoran las últimas estrellas 2
Torres de luz y alfiles afilados 3
cercan las monarquías espectrales. 4
¡Vano ajedrez, ayer combate de ángeles! 5
Fulgor de agua estancada donde flotan 6
pequeñas alegrías ya verdosas, 7
la manzana podrida de un deseo, 8
un rostro recomido por la luna, 9
el minuto arrugado de una espera, 10
todo lo que la vida no consume, 11
los restos del festín de la impaciencia. 12
Abre los ojos el agonizante. 13
Esa brizna de luz que tras cortinas 14
espía al que la expía entre estertores 15
es la mirada que no mira y mira, 16
el ojo en que espejean las imágenes 17
antes de despeñarse, el precipicio 18
cristalino, la tumba de diamante: 19
es el espejo que devora espejos. 20

2.1. Primer campo figurativo: la metáfora

Esta provincia figural tiene el propósito de identificar reciprocidades entre
términos. Por consiguiente, resulta necesario fijarse en las asociaciones
establecidas. En esta oportunidad, ese mecanismo es contundente a través
de la metáfora, la personificación y la alegoría.
1. La metáfora se logra mediante un reemplazo (Aristóteles, 1990), en el
que la confrontación es un elemento ineludible para asegurar su desen-
volvimiento (Quintiliano, 1887). Al ser certera su inclusión, se reconoce
rápidamente su valor estético en el discurso y lo operativo que es con res-
pecto a la transferencia de las emociones desde el lenguaje artístico, que
dirige los significantes a erigirlos con un discernimiento innovador de la
realidad (Arduini, 2000). Por ende, predomina un interés por revelar un
concepto con un signo diferente, con el objetivo de transformar su utilidad
y reponerlo (Fontanier, 1977). El significante se representará desde otra
configuración (Lacan, 1998). Con el fin de fundamentar la inclusión de
este tropo, me baso en el postulado taxonómico de Pierre Fontanier en su
libro Les figures du discours (1977) en torno a las metáforas adjetival y
verbal, localizadas en “Máscaras del alba”.
En principio, la metáfora adjetival surge al designarse peculiaridades a en-
tidades que no tienen correspondencia con los sentidos a los que se refiere.
Esta se conoce como sinestesia, caracterizada por mostrar un trastoque
de enfoque que produce un efecto artístico imprevisible en el receptor.
Para su funcionamiento, se consideran los órganos y los sentidos del ser
humano. Por esta razón, al mencionarse “golpe oloroso”, “impacto fuerte”
o “piel brillante” es visible esa constitución. En “Máscaras del alba”, están
perennes en los versos del 4.° al 10.°, en los que se aprecia la manera en
la que el adjetivo atribuye un rasgo inherente: la idea desencantadora de la
existencia humana (“estancada”, “podrida” y “agotado”).
Estos caracteres prevalecen por la denominación de ausencia de opti-
mismo y resignación a vivir de lo remoto para juzgarlo y suscitar una
autoaniquilación. Para Bajtín (1998), lo intransigente no es propio de

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una cultura. Es imposible invisibilizar propuestas heterogéneas. En el
fragmento de Octavio Paz, se muestra la idea de estatismo. Lo dinámico
resulta implícito. De igual modo, las ambivalencias conformadas revelan
la totalidad de esa sociedad. Sin embargo, al exponerse como rutinaria,
previsible, inalterable y homogénea, es un síntoma de que se detectan
factores que obstaculizan su natural avance constituido por consuetudi-
narias oposiciones: lo propio/lo ajeno, la injuria/la alabanza, lo interno/lo
externo, el amor/el odio, lo subjetivo/lo objetivo, etc. Una de las causas
que explican ese detenimiento es la presencia del poder. Este en sí trans-
forma, pretende una organización de grupos sociales (reordenamiento
asimétrico), que será aceptada o rechazada; pero, también, controla las
intenciones individuales.
Con la articulación del poder, se expresa un sometimiento y una incapa-
cidad para realizar acciones voluntarias, quienes están involucrados en
él como subordinados se despersonalizan (Doležel, 1999). Prevalece una
dependencia. De no querer asimilarlo, existe una actitud rebelde ante ese
sistema, tal como se evidencia en el poema, puesto que el control abso-
luto y diacrónico no es seguro. Al evidenciarse la crítica, se corrobora
ese anhelo por transgredir el orden de esa sociedad cotidiana. Por otro
lado, el otro tipo de metáfora, el verbal, se encarga de reemplazar el rol
habitual del sustantivo, reconocible a través de un sintagma. Este rasgo
se observa cuando se expresa “voltear la página” (redirigir los actos de
la vida) o “tropezar con la misma piedra” (reincidir en un error). En el
poema, esta figura retórica es explícita en los versos 2.°, 3.°, 4.°, 6.°, 7.°,
14.°, 15.° y 20.°. En ese sentido, el yo poético procura una reorientación
por la necesidad de interactuar con optimismo frente a otras personas
(Bajtín, 1998), al igual que forjar su código ético en la sociedad.
2. Para George Lakoff y Mark Johnson en su libro Metáforas de la vida
cotidiana (1995), la personificación genera la inclusión de objetos o fe-
nómenos naturales que son aceptados y vivenciados por el hombre. Esta
se evidencia al enunciar “el televisor descansa”, “la guitarra emitió un
sonido” o “la responsabilidad lo hizo cambiar”. Ocurre en los versos 2.°
y 3.° al tratarse de conceptos que se comprenden a partir de su rol activo

sobre los fenómenos naturales, ya que desempeñan actos determinantes:
“Se demoran las últimas estrellas” (verso 2.°) y “torres de luz y alfiles
afilados / cercan las monarquías espectrales” (versos 3.° y 4.°). Para Mi-
jaíl Bajtín (1998), lo inherente de las cosas parte de la actitud que tiene el
yo poético sobre estas. Esta las constituye. Se trata de un error designar
una propiedad con un rasgo delimitado. Por ende, esa intransigencia re-
vela un fortalecimiento de la ausencia de depuración en lo ideológico y
lo artístico.
3. La alegoría se consolida por la incorporación de elementos de un sis-
tema particular a un significante, que se integra en un contexto diferen-
te y disímil del primero (Quintiliano, 1887). Verbigracia, al retomar al
personaje el príncipe Mishkin de la novela El idiota (1869) del escritor
ruso Fiódor Dostoievski, se asocia con este tropo, debido a que connota
la sabiduría empírica con sus acciones y sus prédicas a la sociedad. De
manera panorámica, esto se observa en el poema de Octavio Paz por la
idea de “la representación”, como también en el título del poema, “la
máscara”. No se busca comprobar lo que cada uno adopta como suyo: las
expectativas optimistas son irrelevantes y los recuerdos gratificantes, in-
accesibles. Lo positivo se entiende como una alegoría de la existencia y
el éxito que conlleva vivirla; entretanto, lo opuesto resulta de la alegoría
de la muerte: la falta de acción humana. Asumir la expresión de ese modo
suscita confirmar la dualidad correlativa entre lo externo y lo interno
(Bajtín, 1998). El autor será quien proporcione una actitud en función de
peculiaridades de constitución compleja.

2.2. Segundo campo figurativo: la sinécdoque

La sinécdoque se enfoca en la detección de palabras relacionadas con un
rasgo afín. Esa asociación se puede evidenciar a través de los binomios
de género-especie o parte-todo (Arduini, 2000). Es diferente de la meto-
nimia por prevalecer la desunión considerada de términos, como acon-
tece al expresar el enunciado “sus pies actuaron por sí solos para llegar
a la iglesia” para abarcar una parte corpórea para referirse al desplaza-

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miento de una persona en general, y no de los órganos en específico. En
“Máscaras del alba”, se aprecian instantes en los que se efectúa la modi-
ficación por entidades que consiguen una adhesión más próxima con la
subjetividad. Verbigracia, para retomar ese tipo de vivencias, es notorio
el reconocimiento en los versos 2.° (“se demoran las últimas estrellas”)
y 5.° (“¡Vano ajedrez, ayer combate de ángeles!”); mientras que en el
1.er verso (“Sobre el tablero de la plaza”) se combina la noción de re-
presentar un objeto. En este último, se realiza el reemplazo de parte-todo
al sustituir “tablero” por “asiento”. En el siguiente, predomina un trán-
sito temporal al sostener “últimas estrellas”: la noción de que la noche
finaliza. Para terminar, en el verso 5.°, el “ajedrez” se comprende como
“entretenimiento”; entretanto, “ángeles” alude a “lo espiritual” y “lo des-
conocido”, pese a que esta atribución se basa en un cuestionamiento dife-
rente, porque esta figura retórica necesita una interpretación que requiere
mayor preparación cultural, como al confrontar con conocimientos que
concuerden con la Teología o la cosmovisión mexicana del siglo XX. El
autor es independiente de la realidad representada. Él proporciona un
sentido original ante cada situación (Bajtín, 1998). Esto es posible por la
naturaleza neutra de los enunciados. Se producen relaciones abstractas
(dialógicas o monológicas) para determinar una orientación con respec-
to a un entorno específico, que es autónomo. A través de ese proceso
dialéctico, no necesariamente simétrico (Doležel, 1999), se logrará una
percepción sobre una acción particular que suscitará configurar esa toma
de decisión o una visión de mundo que asume Octavio Paz.

2.3. Tercer campo figurativo: la metonimia

En esta provincia figural, se abordan patrones cercanos por su constitución
en un contexto específico. Esto conlleva ejecutar el cambio de conceptos
y disponer de los nuevos significados que van surgiendo. Así lo asume La-
can en El seminario. Libro 5. Las formaciones del inconsciente (1998). La
metonimia se manifiesta como continente-contenido, causa-efecto, con-
creto-abstracto, etc., con el propósito de que se designe una apreciación
a esa asimilación irrepresentable. Esto ocurre al mencionar el enunciado

“tengo un Mercedes-Benz”, en el que se deduce que “Mercedes-Benz” se
refiere a un automóvil y no al proveedor. Esto se observa en “Máscaras del
alba” con imágenes que cuentan con alusiones o adjetivaciones aceptadas
y sistematizadas por colectividades, por la identificación de conductas y
actos que han conllevado que se remita a una adaptación compatible con la
realidad. Esto acontece en los versos del 7.° al 11.°. Para Lubomír Doležel
(1999), ese saber es indispensable, ya que la historia y los cambios sociales
son incontrolables e imprevisibles para cada persona. Se presentan límites
y restricciones. Cada individuo únicamente cuenta con la capacidad de
afrontar su mundo interno y utilizar las circunstancias externas como estí-
mulo. Se funge así un vínculo del yo con el Otro.

2.4. Cuarto campo figurativo: la elipsis

Comprende toda clase de supresión, como se percibe por medio del eu-
femismo, el asíndeton y la reticencia.

1. El eufemismo está compuesto de todo lo que se expresa comúnmente
de forma grotesca para enunciar lo mismo, pero con un tratamiento os-
tentoso. Por ejemplo, se prefiere mencionar “dar a luz” en vez de “parir”.
En el verso 9.°, el yo poético (instancia que se dirige como emisor en
el poema) incurre en su conocimiento cultural para abordar sus compo-
nentes naturales y su constitución corpórea. Su volición es originar una
posibilidad de mejoramiento estético, tal como se corrobora a continua-
ción: “Un rostro recomido por la luna”. Esas evasiones son producto de
que existe una intención del yo poético. Se elige, se establece un valor
y se persiste en una determinada actividad. Se trata de una acción cons-
ciente (Doležel, 1999). Por esa razón, lo rutinario en la sociedad adopta
un significado culminante en la poesía de Octavio Paz. En caso de que el
propósito del autor se desvaneciera, lo natural ejercería un rol prioritario;
sin embargo, la crítica a la sociedad se evidencia también por este tropo.

2. El asíndeton se distingue por hacer mayormente exentas las conjun-
ciones y emplear solo los signos de puntuación. Verbigracia, se apre-

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cia en tres versos de Octavio Paz cuando no se concreta la oración:
“Gentes, palabras, gentes. / Dudé un instante: / la luna arriba, sola”,
en los que no es evidente la “y” para finalizar la enumeración. En tor-
no al poema analizado, las conjunciones se insertan adecuadamente.
Se observa implícitamente entre los versos 15.° y 16°, en los que no
se desarrolla una noción específica; por ende, se introduce una adhe-
sión complementaria para acabar esa idea. Para completar el sentido, es
imprescindible asumir un soporte racional (Doležel, 1999). Para ello,
debe considerarse que una estructura básica no solo comprende ele-
mentos previsibles y estáticos, sino antagónicos.

3. La reticencia surge al no concluirse una frase, para producir una
captación meritoria en el texto. Sucede en los versos del 36.° al 39.°
del poema “Elegía interrumpida” (2001) de Octavio Paz: “Abren un
corredor para el que vuelve: / suenan sus pasos, sube, se detiene... / Y
alguien entre nosotros se levanta / y cierra bien la puerta”, en los que
los puntos suspensivos revelan un dominio en el clímax. En “Máscaras
del alba”, no ocurre así, ya que se incluyen palabras que obstaculizan
el orden y la organización sintácticos, como la articulación de imáge-
nes creativas, emociones afines inconexas y empleo de la imagen por
su carácter autónomo. En los versos del 18.° al 20.°, no se percibe una
adhesión semántica, a pesar de que en estos se muestra su acepción
concomitante.

En ese sentido, se plantea que no existe necesariamente un interés por
brindar un mensaje exclusivo al lector (Bajtín, 1998), aunque esa acti-
vidad estética pretenda empatizar con él.

2.5. Quinto campo figurativo: la antítesis

Se distingue por la presencia de conceptos opuestos en el discurso lí-
rico. En esta ocasión, esto sucede con la antítesis, el hipérbaton, la
paradoja y el oxímoron.

1. La antítesis parte de la contradicción que surge de dos palabras (Ardui-
ni, 2000), que es peculiar o ajeno en el poema. Esto acontece al aludir a
dos versos del poeta peruano Manuel González Prada: “Si eres vida, ¿por
qué me das la muerte? / Si eres muerte, ¿por qué me das la vida?”. En
estos, no existe una vinculación lógica entre sustantivos. En el caso del
poema del escritor mexicano, se manifiesta esa figura retórica en el verso
10.° (“espera”), opuesto al 12.° (“impaciencia”). Originan una particu-
laridad con los sentidos que se encuentran en lo que significan, aunque
se rigen bajo un contexto delimitado: lo funesto. Igualmente, el verso
16.° (“es la mirada que no mira y mira”) no es un obstáculo. No asimila
ni cancela hechos, ya que lo contrario únicamente se exhibe a través
de la negación. Para Bajtín (1998), lo conveniente para un discurso es
continuar con la búsqueda de una palabra estéticamente adecuada, así se
generen distanciamientos y aproximaciones semánticos, puesto que al
final la interpretación es heterogénea.

2. Según Oldřich Bĕlič en su libro Verso español y verso europeo. Intro-
ducción a la teoría del verso español en el contexto europeo
(2000), el
hipérbaton se enfoca en la alteración que poseen las palabras en un sin-
tagma, al igual que en su desplazamiento semántico (Quintiliano, 1887).
Su propósito es producir un efecto ostentoso en el receptor. Verbigracia,
en tres versos de “Más allá del amor” de Octavio Paz, se enuncia “Más
allá de nosotros, / en las fronteras del ser y el estar, / una vida más vida
nos reclama”. En “Máscaras del alba”, ese tropo solo se destaca en el
verso 13.° (“el agonizante abre los ojos”). Si se busca emplear una gra-
mática utópica, se introduce el verbo desordenado en su reformulación.
El cambio conlleva un ritmo a la lectura y una desorganización sintáctica,
pese a que no se suscite confusión ni alteración en el sentido. Ese replan-
teamiento figurado será posible por la experiencia que brinda la colecti-
vidad: se produce la abstracción de una tipología (Bajtín, 1998), la cual
se comprende interiormente y exterioriza un efecto axiológico propicio.
La condición de un grupo es inalterable: diferente del hombre, quien está
apto para transmutar y desarrollarse, puesto que es multiforme. Cuenta
con un carácter independiente y dispone de muchos elementos estéticos.

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El capitalismo respalda ese estado de unicidad en sociedades clasistas,
en las que se excluyen y se rechaza cualquier atribución meritoria a la
labor en soledad.

3. La paradoja muestra una postura a lo que normalmente conoce la gente,
puesto que se basa en la modificación de lo que ya está estructurado y esta-
blecido por una colectividad. Se postula una oposición similar en el verso
8.°: “La manzana podrida de un deseo”. Allí ese término delimita las acep-
ciones. Con respecto a la fruta, se le designa todo lo que es apto y recomen-
dable para la alimentación y la salud, por su proximidad a lo natural. Lo
“podrido” se vincula con lo desalineado. Y el “deseo” retoma un depósito
de optimismo que se respalda de las necesidades particulares y básicas. En
consecuencia, el significado de “manzana podrida” revela un impedimento,
asociado con “un deseo”. Este es similar a una ruptura, por lo que al cotejar
la adjetivación incompatible generará una resistencia hacia lo preestable-
cido. Para Bajtín (1998), las imágenes se componen por una naturaleza
doble. Dependerá del yo poético cómo mostrarlas. Él está capacitado de
orientar esa intención a la que crea conveniente. En este caso, lo negativo
es lo que prevalece a causa de elementos cotidianos de la sociedad.

4. El oxímoron es la contradicción originada inmediatamente, como al
mencionar “de todo, un poco” o “un triste triunfo”. En el verso 4.° del
poema de Octavio Paz, persiste la composición de palabras “monarquías
espectrales”. Pese a que la distinción no resulta concreta, se adopta una
posición emancipada, porque la noción de presencia es asimilada por la de
falta, que se instala en la fundamentación de estas variantes. Al tratarse de
un ente fantasmagórico en la sociedad, no se supone su respectiva organi-
zación; algo que sí acontece con un imperio entre los que cuentan con vida.
Todo acto que se realiza en la realidad es identificable y analizado por las
personas (Doležel, 1999). De allí, se explica el alejamiento por el que opta
el yo poético de esa sociedad cotidiana; a ello, se le añaden experiencias pa-
sadas, sucesos del presente o acontecimientos posibles del futuro, con la fi-
nalidad de contar con una ideología propia que le permita tomar decisiones.

2.6. Sexto campo figurativo: la repetición

Esta provincia figural se erige de patrones caracterizados por la reitera-
ción constante de palabras o sonidos, como sucede con la sinonimia y la
reduplicación.

1. La sinonimia se consolida desde significantes que cuentan con un sig-
nificado afín. Así se revela con la palabra “compasión”, que se alterna
con “compañerismo” o “solidaridad”. En “Máscaras del alba”, se in-
cluyen “agonizante” (verso 13.°) y “tumba” (verso 19.°), que contienen
acepciones semejantes, debido a que son momentos identificables en los
que prevalecen sinónimos que denotan turbación; frente a lo optimista,
como “luz” (versos 3.° y 14.°) y “vida” (verso 11.°). Aunque semántica-
mente no sean explícitos, los ideales representados se articulan con los
conceptos de pérdida y esperanza. Esta forma de comprender la realidad
es de utilidad para el reconocimiento de uno mismo y la percepción que
tengan los demás sobre uno (Bajtín, 1998).

2. La reduplicación es la repetición de palabras similares en un discurso
poético. En el poema de Octavio Paz, se observa esta modalidad en los
versos 16.° (“Es la mirada que no mira y mira”) y 20.° (“Es el espejo
que devora espejos”). Para Doležel (1999), lo iterativo se rige por lo
individual y tiene un propósito específico, que lo orienta a actuar hacia
el futuro. En el caso de los versos citados, el yo poético propone que se
adopte una postura que se desligue de lo estancado para transmutar de-
liberadamente la situación desfavorable por la que atraviesa la sociedad.

3. Visión de mundo

Gérard Genette precisa este término en Ficción y dicción (1993) como
el ideal inherente que posee el hombre con respecto a su sociedad. Asi-
mismo, es una oportunidad para indagar en torno a los percances que lo
abordan como entidad existente en el mundo, no con un fin en sí mismo,

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sino como un medio de aprendizaje que se preocupa más en la forma que
en el fondo, sin propósitos meramente epistemológicos. La lógica adop-
tada se vale del accionar y posee una interpretación relevante, condicio-
nada al retoricismo del yo poético. En suma, comprende su ideología y
su estilo como prioridad.

Para Mijaíl Bajtín (1998), la visión del mundo surgirá como una repre-
sentación discursiva de las palabras y las formas de las múltiples que se
pueden hallar. En el poema de Octavio Paz, es notorio cómo las personas
no se separan de sus vivencias remotas, las cuales predominan al ser
evidentes la ausencia de movilización (estatismo) y la carencia de pro-
yectos. Lo que prevalece esperar de lo pretérito es difundir la turbación
y la autoaniquilación. Además, no consiste únicamente en actualizar las
ideologías y lo remoto, sino de manifestarlos con un enfoque pesimista.
Esa postura provocará que las conexiones suscitadas por la conciencia
tengan esa direccionalidad. Por ende, el yo poético se preocupa en adver-
tir que el recuerdo frecuente y funesto reduce los momentos imprescin-
dibles de la vida, que son omitidos. Después, conllevan que una persona
se encuentre en un estado conflictivo por su imprudencia y su rechazo al
tiempo actual y su contexto. Esta percepción origina que no se disfrute la
naturaleza y los procesos de la humanidad. Para Doležel (1999), la digre-
sión o la intransigencia en la representación es una valoración del mundo
real que permite el desarrollo de la historia: su articulación es necesaria
e inevitable para su funcionamiento, así sea para mal.

Conclusiones

En el texto Heterocósmica. Ficción y mundos posibles de Lubomír Do-
ležel
(1999), se propone que las acciones transitivas, de naturaleza asi-
métrica, son las que generarán cambios productivos en una sociedad. En
el caso de Octavio Paz, ese carácter estará representado por el compro-
miso que debe asumir el lector utópico de su poemario. Esto se demostró
mediante lo expresivo con las categorías epistémicas de Stefano Arduini:
las provincias figurales, que se basaron en la articulación de las figuras

retóricas, clasificadas según su postulado temático, como el de corrobo-
rar con el pensamiento metafórico, sinecdóquico, metonímico, elíptico,
antitético y repetitivo. Asimismo, se extrapolaron estos tropos para la
comprensión de la cosmovisión del yo poético. Esta fue precisada al fi-
nal con lo fundamentado por Gérard Genette, aunque se confrontó con
la parte teórica de Bajtín y Doležel. Esta explicaba la presencia de una
sociedad cotidiana, estática e intransitiva en el fragmento designado de
“Máscaras del alba” del poemario La estación violenta (1958), en el que
el discurso progresista se detectó implícitamente.

La sociedad cotidiana por medio de los campos figurativos de La estación violenta (1958) de
Octavio PazRevista Pucara, N.º 32 (37-53), 2022

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