DOI: 10.18537/puc.34.02.02

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Artículo científico

Revista Pucara N.º 34. Vol. 2, 2023
e-ISSN: 2661-6912





















USOS, SIGNIFICADOS Y PERCEPCIONES DE LOS
CAMINOS ANTIGUOS EN EL CANTÓN SÍGSIG
Uses, significations and perceptions of ancient roads in Sígsig Canton

Usos, significados e percepções de estradas antigas no cantão de Sígsig

Fredy Dominguez Iñiguez
Investigador Independiente

fredydominguez23@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0009-0003-9464-0008


Recibido: 09 - 12 - 2023
Aprobado:
17 - 12 - 2023
Publicado:
29 - 12 - 2023

Cómo citar:

Dominguez, F. (2023). Usos, significados y percepciones de
los caminos antiguos en el cantón Sígsig. Pucara, 2(34).
https://doi.org/10.18537/puc.34.02.02


Resumen: Los caminos dentro de la antropología son mucho más que simples
medios geográficos que conectan puntos, pues este siempre va ligado a
interpretaciones, necesidades y ecologías que van superponiéndose con el paso
del tiempo, las actividades realizadas en este y los contactos culturales con otras
zonas. El presente trabajo pretende recuperar las acepciones en torno a las
antiguas rutas de a pie del cantón Sígsig, mediante el uso de métodos
etnográficos, los cuales permitan evaluar la importancia de las redes de caminos
tradicionales y elaborar un discurso que justifique su relevancia, con el afán de
proyectar nuevas investigaciones sobre el terreno que aporten con una mirada
más profunda del mismo.

Palabras clave:
caminos antiguos, Sígsig, memoria oral, significados.

Abstract:
Pathways within anthropology are much more than simple
geographical means that connect points, as they are always linked to
interpretations, needs, and ecologies that overlap over time, the activities carried

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out on them, and cultural contacts with other areas. This current work aims to
recover the meanings surrounding the ancient footpaths of Sígsig Canton
through the use of ethnographic methods, which allow for an assessment of the
importance of traditional road networks and the development of a discourse that
justifies their significance, with the aim of projecting new field research that
contributes to a deeper understanding of the same.

Keywords:
Ancient pathways, Sígsig, oral memory, meanings

Resumo:
Os caminhos dentro da antropologia são muito mais do que simples
meios geográficos que conectam pontos, uma vez que estão sempre ligados a
interpretações, necessidades e ecologias que se sobrepõem ao longo do tempo,
às atividades realizadas neles e aos contatos culturais com outras áreas. Este
trabalho atual visa recuperar os significados que cercam as antigas trilhas a pé
do Cantão de Sígsig por meio do uso de métodos etnográficos, que permitem
uma avaliação da importância das redes rodoviárias tradicionais e o
desenvolvimento de um discurso que justifica sua importância, com o objetivo
de projetar novas pesquisas de campo que contribuam para uma compreensão
mais profunda do mesmo.

Palavras chave:
Caminhos antigos, Sígsig, memória oral, significados













1. El cantón Sígsig y los caminos, un vínculo desaprovechado

La virtud del camino antiguo reside en su profundo vínculo con las prácticas
que sobre este se realizaron y realizan aún en la actualidad. Con el carretero
automotor como nuevo protagonista de la segunda mitad del siglo XX en lo que
a movilidad humana se refiere, los más estrechos y empinados senderos de
tracción humana y animal perviven decididamente en el medio rural, al conectar
sectores igual de relegados como las viejas trochas que los conectan a las vías
de un infame “progreso” del que no todos pueden disfrutar. Tal es el caso del
cantón Sígsig, cuya relevancia a nivel regional reside en su componente cultural
y patrimonial al ser un foco de conservación de distintas actividades ligadas al
Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) como la tejeduría de sombreros de paja
toquilla, la producción de chicha, lácteos, construcción de guitarras y presencia
de vestigios arqueológicos y naturales de afiliación kañari, utilizados hoy en día
para incentivar el turismo de aventura matizado con un importante corpus de
memoria oral que da cuenta de Sígsig como sitio de surgimiento mitológico de
este pueblo originario.

Bajo esta premisa, el camino antiguo podría fungir como punto de conexión, no
solo física, sino también ideológica de todo lo que Sígsig puede ofrecer no solo
en el ámbito turístico, sino también para dotar al cantón con una identidad propia
acorde a sus percepciones sobre el espacio que habitan y sus rasgos culturales.
La necesidad de estudiar el sentido de espacialidad, significados y percepciones
de los usuarios de estos caminos, comprende el uso de la observación
participante, aunque es fundamental la aplicación de herramientas como la
entrevista, bajo el método de la “no directividad” (Guber, 2011, p. 69), la cual
abarca, en gran medida la manera de extraer información significativa de cómo
la gente percibe o percibió su contacto con los caminos y la acción de caminar;
el uso de cartografía social (Arrain, et al, 2019) para tener claridad en las
relaciones espaciales que los pobladores tienen sobre su medio, al tener visiones
de proximidad, funcionalidad o abandono; todo ello con la finalidad de
establecer un discurso histórico centrado en la memoria (Neira, 2020), aunque
sin dejar de prescindir de la fuente escrita, la cual se utilizará para corroborar
los resultados de la etnografía.

La visión “de campo” ha de ser complementada con un importante cimiento
bibliográfico, que sustente desde una visión histórica y arqueológica la

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“antigüedad” de los caminos estudiados, por lo que se acude a fuentes históricas
como la crónica de Cieza de León (1554/2005), el trabajo descriptivo de Wolf
(1879) y recopilaciones como la Monografía del Azuay de Mora y Landázuri
(1926); así como fuentes modernas, sobre todo de carácter arqueológico, como
lo son los trabajos de Ernesto Salazar (2004), Jaime Idrovo (2000) y Catherine
Lara (2009), entre otros, cuyas obras ayudan fundamentalmente a construir un
una visión holística del denominado valle de Cuenca y sus procesos de
poblamiento, enfocados a tres centros poblados: San Bartolomé, Sígsig y Jima,
al ser puntos clave del movimiento humano en el cantón a estudiar. De manera
más implícita que explícita, el testimonio de los antiguos caminos azuayos,
muchos de ellos precolombinos, subyacen bajo las descripciones de los autores,
en un camino de migajas que se extiende por más de 500 años de fuentes escritas
en el Ecuador.

Para poder lograr un seguimiento objetivo, la investigación se ha nutrido del
ejemplo de trabajos anteriores sobre caminería, en especial prehispánica, donde
encontramos monografías apegadas al concepto megalítico del denominado
Qhapaq Ñan incaico, como la obra cumbre de John Hyslop (2015), o el análisis
sur ecuatoriano de Anne Marie Hocquenghem et al. (2009), quienes dan cuenta
de la importancia de los caminos pre-incaicos como precedente a la hora de
establecer sus longitudinales vías (Hyslop, 2015), asentadas y ampliadas sobre
caminos milenarios que surcaron el actual Ecuador y otras naciones
sudamericanas. Es por esto que también se hace énfasis al ejemplo de trabajos
enfocados al análisis de caminos que atraviesan biomas, importantes a nivel
andino por el manejo de “pisos térmicos”, como señala Bautista Vargas et al.
(2021, p.26) y estar regidos, más no limitados, a una serie de condiciones
geomorfológicas y ambientales junto con las conexiones que hay entre ellas
(Gutierrez, 2019).

2. El territorio a los ojos de sus habitantes
Para poder establecer ciertas significaciones y percepciones, es imperativo
analizar cómo los habitantes conciben el espacio en el que se desenvuelven
diariamente. Dicho esto, es importante mencionar que la investigación ha
centrado su estudio en tres áreas de importante movilidad humana del cantón
Sígsig: las dos primeras: el centro cantonal y San Bartolomé de Aroxapa,

ubicadas al norte y de importante conexión con el occidente; y la tercera en Jima,
con amplia tradición migratoria al Oriente y vínculos con el sur. Claro está, toda
esta explicación previa al análisis de casos es una mirada totalmente sesgada por
el contexto y opiniones del autor, como veremos a posteriori, las miradas de los
habitantes de estos dos focos podrán variar significativamente, o extrapolando
al camino antiguo la postura de Mancini et al. (2016) sobre el sitio arqueológico:
“para las comunidades son parte de su vida cotidiana y fuente de memoria.”
(p.81), lo cual saca a relucir visiones que un foráneo tardaría en dilucidar, o de
plano, no lo haría nunca.

Para favorecer el análisis de las acepciones de sigseños y jimeños acerca del
espacio que habitan, se ha optado por utilizar la cartografía social, definida por
Arrain, et al. (2019), como: “el conjunto de representaciones que una sociedad
realiza sobre el espacio, siendo una práctica que se puede rastrear en el tiempo
y no exclusiva del ámbito científico académico” (p.6), siendo así que dicha
herramienta, ayudará a establecer así mismo un discurso histórico. Los
ejercicios que se presentarán a continuación fueron realizados en dos talleres de
cartografía social, realizados en conjunto con el proyecto de investigación-
vinculación: Materialidades, educación y público: usos y significados sociales
en el patrimonio arqueológico en el Sígsig, de la Facultad de Filosofía de la
Universidad de Cuenca. El primero fue realizado en la comunidad de Chobshi
al grupo de mujeres que gestiona el museo de sitio de las denominadas Cueva
Negra e Ingapirca de Chobshi; mientras que el segundo taller se llevó a cabo
con la colaboración de los representantes del Gobierno Autónomo
Descentralizado Parroquial (GADP) de Jima.

2.1. Cartografía social en Sígsig
Cualquiera pensaría que el complejo arqueológico de Chobshi, alabado muchas
veces como “cuna del hombre ecuatoriano”, está gestionado completamente por
instituciones estatales, sin embargo, la mayor parte de la gestión de los diversos
sitios aledaños, son manejados por un importante esfuerzo de turismo
comunitario, coordinado principalmente por un grupo de cuatro mujeres que
habitan el sector, y sus familias. La premisa para el desarrollo del ejercicio era
establecer una suerte de límites del espacio y una vez definidos, se debía
proceder a representar todos los atributos del lugar que ellas considerasen parte

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del patrimonio de Sígsig, ubicando las propias dentro de los límites del territorio,
así como los aspectos ajenos en los distintos espacios limítrofes, tal como se
aprecia en la figura 1.

Figura 1.
Cartografía social de Sígsig (centro cantonal) Fuente: Proyecto de
investigación-vinculación: “Materialidades educación y público: usos y significados del
patrimonio arqueológico en el Sígsig” (2022).



Fuente: Elaboración propia.

Los límites que se establecen son con las poblaciones de San “Bartolo”, en la
parte inferior izquierda, representado por una guitarra; Guel en la superior
izquierda, y Jima en la parte derecha, representado por una vaca y queso
amasado. En la parte superior sitúan la Cordillera Real, representada por los
cerros Fasayñán, Mesaloma y Ayllón. Cerca del centro urbano se dibuja un
sombrero de paja toquilla, labor tradicional del cantón y más abajo se encuentran

las playas de Zhingate, foco recreativo del mismo. Ubicado a la derecha, hacia
Guel y el cerro Fasayñán se ubica la población de Vigsol, donde se realiza
trabajo de alfarería; en la subida al Ayllón se ubica a Dacte, representado por un
manzano, que denota la manzana como un producto muy apreciado. En la parte
derecha se ubica todo el sistema arqueológico reconocido por las cartógrafas:
está la laguna de Nárig con sus botes y los álamos blancos sembrados en su
orilla; más abajo en Shabalula identifican a la “casa del reluciente”, la “cabeza
de la culebra” y la “casa del cacique” rodeadas de vegetación, y a continuación
discurre el carretero de Chobshi, seguido del “Capacñan” que también
denominan como “camino kañari”, aquel que sube hacia San Bartolomé.
Finalmente ubican la cascada del Pailón, el sitio de Ingapirca, al cual relacionan
con el Inti Raymi, rodeado por hitos como la “casa kañari” y las piedras
“astronómica”, “energética” y del “sacrificio”, limitado por la quebrada del
Puente Seco.

Como se puede apreciar, las colaboradoras destacan, sobre todo, la zona en la
que viven, ya que comúnmente realizan en el lugar trabajos de guianza a
aquellos turistas que vienen en pos de conocer los atractivos naturales e
históricos del cantón. La tradición oral a la que han estado sujetas, además de
sus experiencias diarias, ayudan a encontrar posibles interpretaciones de las
estructuras e hitos arqueológicos que se encuentran en la zona, por ejemplo, en
cuanto a los caminos prehispáncos, supieron manifestar que existieron dos
ramales: uno que va, se entiende, por la actual carretera; mientras que otro
atraviesa la orilla del Santa Bárbara por los grandes cortes: “hay otro camino
que va siguiendo la orilla de aquí del río, entonces esos iban hacia aquí, porque
el camino este decían que era solo para los chasquis, el camino que ingresaban
en la parte baja” (comunicación personal, 27 de mayo de 2022), lo cual ayuda a
esclarecer el porqué de los caminos estudiados parecen seguir la orilla del río.

Así también, las colaboradoras conciben las distintas rutas de salida del cantón,
sobre todo resaltan la vía a Cuenca a través del ya mentado “camino kañari”,
donde “hay la historia que cuando viene la Virgen María Auxiliadora, y viene
por aquí, […] viene por Cuenca y el primer descanso que hacen para que llegue
la virgen al Sígsig, hacen aquí en la capilla de Chobshi” (comunicación personal,
27 de mayo de 2022), o testimonios sobre el paso al oriente, relacionados con el

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mismo camino. Para estas gestoras culturales sigseñas, el camino antiguo evoca
sobre todo la conexión con el exterior, aunque también representa un firme
sentimiento de afiliación cultural y a la tierra: “es tierra de los kañaris, y es neta
kañari porque usted conoce la piedra que cuando trabajan los inkas la piedra
labraron. Ya entonces de nosotros es kañari porque es la piedra de canto rodado,
es piedra rústica” (comunicación personal, 27 de mayo de 2022), mencionan
cuando se les pregunta por qué se refieren al mentado camino como “kañari”.

2.2. Cartografía social en Jima
La parroquia Jima, totalmente opuesta a la situación de Sígsig ofrece otro tipo
de visión, principalmente porque los colaboradores del ejercicio cartográfico
pertenecen a otro contexto, no solo espacial, sino también ocupacional y
cultural. Factores como la menor densidad poblacional y un acceso más remoto
para la población foránea, parecen haber influido a que Jima mantenga una
mejor unidad social, hecho que quizá tenga raíces históricas dentro de los
procesos de reubicación de las comunidades indígenas en el período colonial
(Poloni-Simard, 2006), y el cual parece haber ayudado a mantener una suerte de
unidad fraternal que en Sígsig no se aprecia, a pesar de las movilizaciones
históricas que se registran de la gente jimeña hacia el valle de Cuyes (Lara,
2009), con quienes parecen compartir estos lazos fraternos. Para el ejercicio de
cartografía social, se realizó un taller con tres miembros del GADP de Jima: su
presidente y dos vocales.

Al igual que lo observado en el caso anterior, la responsabilidad de establecer
los primeros trazos dentro de la cartografía recae en el participante de mayor
experiencia, en este caso uno de los vocales, quien tiene amplio conocimiento
acerca del espacio territorial de la parroquia. Los otros dos participantes van
colaborando activamente, al destacar aspectos que puedan pasarse por alto. A
diferencia del ejercicio en Sígsig, los participantes ubican más o menos el
espacio como el que se ve en los mapas, situado cardinalmente (ver figura 2).
Se hace con una larga línea el esbozo de los límites parroquiales y se señalan las
vecindades con las que limitan: al norte con San José de Raranga y Ludo, sin
señalar un punto fronterizo en específico; al sur con Nabón, como frontera el río
Quillocachi; al este Morona Santiago con la cordillera del Moriré de por medio;
y al oeste con Cumbe, cuya línea divisoria es la cordillera de Tinajillas. De igual

manera, se trazan las vías principales de conexión con el cantón, situando al
centro parroquial con dos círculos concéntricos, las carreteras se dirigen hacia
Cuenca, Sígsig, Nabón y Gualaquiza, destacando también a modo de frontera la
vía principal hacia el sur del país, que surca Tinajillas y va hacia Loja.

Figura 2. Cartografía social en la parroquia Jima. Fuente: Proyecto de investigación-
vinculación: “Materialidades educación y público: usos y significados del patrimonio
arqueológico en el Sígsig” (2022).


Fuente: Elaboración propia.


A efectos de los objetivos de investigación, una de las aristas que se destacan
para la misma, es la de conectividad, la vialidad es de suma importancia para
estos funcionarios parroquiales, puesto que de manera histórica, los carreteros
han sido razón de gran orgullo para la comunidad jimeña, sobre todo porque
gran parte de ellos se han construido gracias al esfuerzo comunitario: como
ejemplo está la aún inconclusa vía hacia el Valle de Cuyes, la cual es vista, y no

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es para menos, como una importante proeza local (Argudo Zhunio, 2009). De
igual manera, otra arista a destacar es la profunda relación que los colaboradores
señalan en cuanto a los elementos naturales, como se puede apreciar, los
recursos hídricos son un factor relevante en su mapeado: el río Moya se presenta
como un “río bravo”, pero también guarda aspectos festivos; Zhuruguiña se
muestra como una laguna “encantada” (comunicación personal, 6 de junio de
2022), pero lo son más los cerros, puesto que en la cima de cada uno, existe una
cruz, que los colaboradores incluso relacionan con un sincretismo
precolombino.

Al tocar el tema arqueológico con los participantes del taller, surgen varias
zonas, todas ellas relacionadas con cerros, de las cuales la más notoria es
Zhimazhuma, del cual destacan: “parece que es el más representativo incluso de
la parroquia, al parecer, porque tiene mucha leyenda y eso indica que fue
importante en el pasado.” (J. Argudo, comunicación personal, 6 de junio de
2022), aunque enfatizan también el conjunto montano de Zhirizhi-Palpal, el
cerro Gulazhi, el Pucara de Zhipta y el cerro Pillauzho, de los cuales incluso
presumen una posible interconexión, comparando la festividad actual de las
cruces con dinámicas andinas precolombinas. Es así como se puede evidenciar
la importancia del camino para Jima, el cual causa tanto alegrías como
amarguras, ejemplo de la precaria vía que va hacia el Sígsig, que justifica esta
desconexión con el norte de su propio cantón, provocando ánimos de secesión
y aislamiento.

3. Los significados construyen identidades

La definición de ciertas características espaciales que los pobladores identifican
en su territorio, ayuda a establecer una comprensión de cómo se estructuran las
dinámicas en el sitio de estudio. Esto es muy importante al momento de analizar
las mentalidades que rodean al camino, puesto que este es el vínculo entre estas
mentadas dinámicas y las personas que las vivieron. “Los caminos son
expresiones territoriales concretas que, si bien cambian su sentido de uso, no se
modifica su valor cultural, ni mucho menos las memorias de quienes lo
recorrieron” (Bautista Vargas et al., p. 97), es por esto que la memoria oral
resulta tan importante para establecer un discurso histórico, gracias a que esta
conserva un aspecto muy importante: los significados. La estructura de un

discurso puede cambiar, actores pueden ser reemplazados por otros modernos,
como es el caso del sincretismo andino-cristiano, en donde la máscara cambia,
pero los significados, en esencia, se mantienen. A lo largo del camino, el
viandante puede formarse una serie de acepciones, ligadas a fenómenos
naturales y sociales, que se prestan para configurar significaciones que se
comparten entre los mismos.

Es necesario revisar la influencia de estas rutas dentro de sociedades que aún
utilizaron tales medios con fines estrictamente necesarios, es decir, la ruta de a
pie, sobre o en compañía de animales de carga, como método único de
movilidad hacia un lugar. La importante diferencia entre estos caminos antiguos
y la vialidad moderna reside sobre todo en la diferencia de apreciación del
paisaje. Horvath y Szakolczai (2018) expresan la acción de caminar, de la
siguiente manera: “walking is also fundamental and foundational because of the
kind of experiences it provides us” (p.16), el caminar es mucho más que un
mero transitar (Caraballo y Ramírez, 2021), puesto que el contacto directo con
el medio natural, propicia la explosión de las capacidades abstractas del ser
humano, quien utilizará su experiencia dentro de estos espacios, donde las
sociedades otorgan una serie de representaciones y significados al camino, así
como los individuos sumergidos en este, en el que se forman distintas
percepciones acerca de los mismos.

3.1. Destino, labor y compañía
El significado más obvio y repetitivo en torno, no solo al camino antiguo, sino
también a nivel vial en general, es la conexión, término que define por
antonomasia a la vía, sin embargo, mientras que en la carretera moderna esta
conexión parece minimizarse, por la facilidad misma en los accesos, la realidad
del camino antiguo magnifica su relevancia. La conexión representa no solo la
entrada y salida del ser humano, sino también de producto material, comercial,
informativo y laboral. Los ejemplos de la importancia de la conectividad entre
sitios y poblaciones surgen, principalmente, de la necesidad de acceder o
comunicarse con un lugar y, por otro lado, se pierden cuando distintos procesos
históricos generan el distanciamiento o rivalidad entre poblaciones, como lo es
el caso de Jima y Sígsig, cuya vía llegó a la parroquia sureña recién en 1992:
“Antes hacíamos a caballo, […] Y para irse a caballo allí por lo menos 6 horas,

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pero siendo buen jinete y buen caballo” (J. Argudo, comunicación personal, 6
de junio de 2022), lo que se puede identificar con respecto a la conexión Jima-
Sígsig, es que se ha ido perdiendo, la aparición de mejores vías ha derivado en
que los jimeños abandonen este vínculo con Sígsig, relacionándose a
poblaciones territorialmente ajenas.

El camino, sobre todo para la población rural, representa labor y comercio,
teniendo en cuenta que todo producto llegaba y salía por estos “caminos de
herradura”, o “trochas” de a pie, es común escuchar a los pobladores hablar de
“caminos de arrieros”, “camino del contrabando”, “camino a las minas” o
incluso “camino de chasquis”. Las labores están completamente relacionadas
con el sendero y para con el sendero, puesto que estos debían ser reparados
continuamente en pos de una funcionalidad óptima, como en las mingas, labor
que se ha extrapolado a la apertura de las vías carrozables cuya construcción fue
un deber nacional de los habitantes de las comunidades: “antes era como una
cedula, se llamaba la conscripción vial, entonces cada mes tenían que trabajar 4
días en el mes” (A. Atariguana, comunicación personal, 7 de marzo de 2022).
Un camino bien conservado era motivo de satisfacción, así como uno más
incómodo causaba el desasosiego del viajero, tal es el caso de Wolf (1879) en
las minas sigseñas: “El camino a las “minas de Ayon y de Santa Bárbara” es
infernal […] y practicable solamente a pie.” (p. 21), cuestión en la que tenía que
ver la razón de uso del camino, así como la jerarquía de los sitios a los que se
accedía.

Las actividades laborales en torno al camino también se llegan a jerarquizar en
varios niveles de importancia. El símbolo de comercio en estos caminos lo
representaba el arriero “míndalo” y su “acémila” (Argudo Zhunio, 2009, p. 360),
el caminante que recorre los diversos senderos, llevando su carga a lomos de
mula por los poblados rurales, es sin duda un individuo célebre en la memoria
del camino, para su sustento llevaban “fiambrito”, como cuenta Don Ángel
Atariguana: “por este camino se iba con maíz, con habas, con todo grano, a
mula” (comunicación personal, 7 de marzo de 2022), y traían los productos de
primera necesidad. Así también, se recuerda bastante al contrabandista de
aguardiente, que subía por las yungas del oriente trayendo el preciado licor a los

asentamientos interandinos (J. Llanos, comunicación personal, 27 de mayo de
2022), en dinámicas de comercio tanto dentro como fuera de la ley.

Finalmente, en cuanto a labores, no se puede dejar de hablar del uso de animales
domésticos como fuerza de trabajo, sobre todo a la hora de acarrear distintos
tipos de carga. La compañía del animal se puede rastrear desde milenios atrás,
mediante el uso de camélidos, siendo reemplazados tras la inserción de los
equinos, en cuyo favor se reconfigura la altura y nivel de pendiente en los
caminos (Lippi, 2000). Para este punto resulta fundamental la experiencia de
don Gerardo Ruilova, maderero que reside en Chunucari, quien llevaba su
producto a lomos de caballo: “se les amarraba así en contra de la pera, del
lomillo y se le trincaba bien, entonces ya jalaba el caballo” (comunicación
personal, 16 de febrero de 2022), la fuerza del animal de carga era fundamental
para los viajes a través en la geografía andina, cosa que revaloriza a la bestia por
su condición de herramienta indispensable de sustento, e incluso adquiere una
suerte de valor sentimental: “Los caballos yo les crie, les crie allá en el otro lado
que vivía les crie, y vinieron acá. Aquí vinieron a morir los caballitos” (G.
Ruilova, comunicación personal, 16 de febrero de 2022), testimonio que
demuestra el vínculo que desarrollan amo y animal, en una suerte de
conveniente simbiosis al depender uno del otro, sin dejar de lado también el
factor de la compañía, como es el caso del perro (Argudo Zhunio, 2009), que
brinda seguridad al viajero en la soledad del camino.

3.2. Encuentro, peligro y leyenda
Una vez superados los significados más “exteriores” o “materiales”, se
procederá ahora a desentramar otros más profundos, interiorizados en la mente
de los viajeros quienes se han visto imbuidos en la parte más abstracta y
simbólica del camino que está “lejos de la planeación y la proyección, lejos de
su concepción como conexiones seguras y lineales entre puntos” (Caraballo y
Acuña, 2021, p. 13). El caminar carece de garantías, ninguna salida será igual a
la anterior, puesto que se trata de una zona de paso, de convergencia, pero las
casualidades que se encuentran en el camino, ciertas circunstancias repetitivas
u otras azarosas, encienden el mecanismo de la abstracción humana, la cual
busca coincidencias ahí donde la razón parece salirse de contexto, perdiéndose
entre hechos y coincidencias que, de buenas a primeras, por la impresión o falta

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de agudeza, no son posibles de digerir o explicar con facilidad. Los caminos,
por un lado, representan comercio, unión, sustento y progreso; pero a cambio,
sus características impredecibles, se llevan a modo de trueque las impresiones
de los viandantes.

Una de las principales razones de imprevisibilidad, eran los encuentros fortuitos,
el camino era sinónimo de contacto con diferentes tipos de individuos
vinculadas a numerosas y variopintas actividades. Las personas que andan solas
por el camino, ante la presencia de ciertos grupos, tienden a esconderse, como
narra José Llanos, “veo tres luces, digo “son mineros”, yo paj me escondo
porque yo esperaba a otro compañero” (comunicación personal, 27 de mayo de
2022), el viajero no está en un espacio que pueda controlar, por lo tanto, es una
lotería determinar con qué tipo de personas se puede encontrar un individuo, que
así como trae complicaciones, ofrece soluciones, siendo que un sendero entre la
maleza ayuda al viandante, de buenas o malas intenciones, a ocultarse.
Peligrosos en cierto caso eran también los encuentros entre contrabandistas y
guardas del estanco, que en situaciones desesperadas podían llegar a resultados
de violencia. En otra situación, Argudo Zhunio (2009), destaca un caso curioso,
que es la segregación social, el autor menciona que un sector del camino Jima-
Cumbe era guarida de leprosos “quienes supuestamente perseguían a los
viajeros para “extraerles la sangre” (p.590), ante estos casos, el viajero debía
optar por la compañía para evitar encuentros desafortunados.

Ya se ha visto como Wolf (1879) tilda al camino del Ayllón como “infernal” y
Argudo Zhunio (2009) califica la subida al moriré como un camino de
“valientes” (p.161). Los trechos que surcan ambientes hostiles fraguan en las
mentes de quienes los recorren, una serie de significados que evocan al peligro,
no de un individuo a otro, sino del medio hacia el individuo, con la distinción
de la muerte, implícita en aquellos senderos hostiles que se han hecho de un
nombre por la cantidad de vidas que toman. El cruce del Moriré es el más
reputado entre los habitantes de Jima: “páramos, lodazales, camellones; como
consecuencia de esto, la gente y los animales se fatigaban y no pocas veces se
quedaban muertos.” (Argudo Zhunio, 2009, p.161), tales situaciones fatales
nutren el imaginario popular, sobre todo del páramo, estas consecuencias
dramáticas motivan a la formación de memoriales en las cimas de estos cerros:

“en la punta digamos, que estaba botado eso al Oriente, […], esa parte dice que
hay una parte donde es puro cruces, como tipo cementerio” (J. Llanos,
comunicación personal, 27 de mayo de 2022), hitos que honran a los fallecidos,
pero también advierten al viajero que la senda deberá ser tomada enserio.

Para concluir, se ha de tocar de forma un tanto breve el ámbito de la leyenda,
que representa en su forma más pura esta abstracción de significancias en los
caminos antiguos. Si tratamos de buscar respuestas lógicas a los diferentes
relatos que esta investigación ha recopilado, podemos atribuirle motivos como
el cansancio, la embriaguez, la fiebre, el soroche, la obscuridad u alguna otra
condición que limite las percepciones de los individuos, pero resultaría en vano,
este tipo de anécdotas, sobre todo vistas desde la otredad, no dan cabida a
discusiones de credibilidad. La memoria tiene también esa característica, los
individuos narran con emoción las vivencias sobrenaturales experimentadas en
el camino, las recuerdan muy claras en la mente, donde se vuelve común la frase
“clarito vi”, utilizada para reafirmar la veracidad del relato, experimentado en
primera persona. La leyenda en torno al camino evoca admiración, miedo e
incertidumbre, transmitida de manera oral y generacional, consta de muchos
puntos en común, de significados populares.

A continuación, se sintetizan las características de algunas de ellas, extraídas de
las entrevistas y talleres de cartografía social realizados, las cuales serán
complementadas con el rico testimonio de leyendas recopiladas por Argudo
Zhunio (2009). En primer lugar, tenemos aquellas leyendas que se apegan a la
tradición precolombina, sincretizadas sobre todo con la extirpación de idolatrías,
por ejemplo: el oro de los antiguos, del que Don Ángel Atariguana cuenta que
tiene propiedades adversas, causando la enfermedad del “antimonio” a la gente
que se encuentra tales objetos, o desentierra las tumbas de los mismos
(comunicación personal, 7 de marzo de 2022). En torno a los kañari e inka, las
leyendas se entremezclan, los lugareños asocian el camino antiguo a una u otra
identidad y miran con ojos lejanos la presencia de estos antepasados, de los
cuales, unos dicen sentirse herederos, mientras que otros los observan como
habitantes de un mundo arcaico y poco civilizado.
Por otra parte, se encuentran las leyendas de apariciones, con el camino como
escenario predilecto, en el que cada generación re-vive dichas creencias, las

Usos, significados y percepciones de los caminos antiguos en el cantón Sígsig.

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cuales aún son muy valederas en el ámbito rural. Don Ángel Atariguana da
cuenta de varias leyendas en torno a caminos: encuentro con una mujer
disfrazada o con individuos misteriosos que ofrecían cosas a los caminantes,
también destaca haberse encontrado con un perro negro que camina por delante
del viajero, y finalmente asegura que tuvo un encuentro con el duende, al cual
describe como:


… “un hombrecito pequeñito con el terno blanco, sombrero

grandote, con sus bigotes, bueno, de ahí pues yo le vi, porque me alzó
el toldo, se rio y yo estaba en desesperación pues, yo pedía a Todos los
Santos (risas)… solo se ríe, solo se ven los dientes nomás, brillando,
amarillos, de oro”. (comunicación personal, 7 de marzo de 2022).

Las apariciones que Don Ángel menciona concuerdan con muchas otras
recuperadas por Argudo Zhunio (2009) en la zona de Jima, donde la mayoría de
entrevistados de este trabajo, enfocan más la leyenda hacia el páramo y el
Oriente. El relato jimeño se apega mucho a lo aventuresco más que a lo
tenebroso, por la misma influencia de curiosidad que propicia la amazonia.
Finalmente resta una de las leyendas más comunes: la visión de intensas luces
que aparecen de repente en el camino, de la cual comenta José Llanos, de una
manera que concuerda con la visión de estas ciudades perdidas, donde “se
prendieron más y más y se nubló así, todas luces así, se llenó de luces esa zona.
[…] era como un pueblo, un pueblo en esa zona” (comunicación personal, 27
de mayo de 2022).

3.3. Lo que el caminante percibe
Como cierre de este análisis, resta hablar de las percepciones alrededor del
camino antiguo, estas se ciñen más a las opiniones personales de cada viandante,
y a diferencia de los significados, no se comparten de manera generalizada entre
todos los pobladores. Las percepciones surgen del contacto personal de cada
individuo con relación al camino, sus experiencias propias y las conclusiones
que este ha logrado sacar de sus vivencias. En los casos de José Llanos o Jorge
Argudo: el camino lleva a lugares impresionantes, bellezas naturales que pocos
han contemplado, porque caminarlo requiere un esfuerzo físico, una
determinación para alcanzar zonas remotas, olvidadas por las vías y la

modernidad. Así también, estos dos entrevistados han nutrido su aprendizaje en
torno a los caminos, adquiriendo conocimientos sobre medicina tradicional,
fauna y geografía. Así también, el camino antiguo es fuente de empleo, de
turismo: la historia, el patrimonio y la cultura les sirven de sustento al motivar
a la gente a visitar estos sitios, considerados de gran valor turístico, aunque
también les recuerda sus raíces étnicas y los modos de vida tradicionales.

Otros testimonios son neutrales, como el de Doña Lucía Pacheco, que aprecia
la caminata, guarda gratos recuerdos de su niñez recorriendo los senderos de
Chobshi, pero su relato se desanima al hablar del paso al Oriente, la lejanía
parece afectarla bajo el contexto de que familia cercana hubiese cruzado la
cordillera a pie y en condiciones precarias. Por otro lado, están quienes tienen
una percepción más reacia, incluso pesimista: Don Ángel guarda recuerdos
bonitos del camino antiguo, aunque para el no representa nada más que una
remembranza de su niñez, y como parte de su propia historia de vida, la cual
cuenta con orgullo; para él el camino no representa más que el preámbulo a la
apertura de la vía para automóvil que se logró gracias al esfuerzo comunitario.
Así también, Don Gerardo ve al camino antiguo como el pasado de una época
de pobreza, esfuerzos y problemas que la vía ha solucionado, enterrado en el
olvido el recuerdo, y siempre comparándolo con las facilidades de la vida
moderna. Todos los entrevistados, a excepción de José Llanos, superan ya los
60 años, sus testimonios dan cuenta del brusco cambio que ha dado la vialidad
en los últimos 50 años, frente a esto, resuenan las voces de toda una humanidad
que se ha movilizado sobre la fuerza de sus piernas y las de sus animales.

Conclusiones
Como se pudo ver a lo largo de este texto, el camino antiguo funge como un
muy importante lazo de vínculo entre el ser humano y su memoria, dentro de
este podemos rastrear incluso una suerte de línea de tiempo desde un pasado
precolombino hasta nuestros días. Las personas aún conservan una serie de
entendimientos de aquellos que simplemente denominan como “los antiguos”,
una sociedad que les resulta en extremo ajena de la cual heredaron una serie de
leyendas y ritos que han sabido amalgamarse con la tradición judeo-cristiana
colonial y que hoy en día forja un conjunto de costumbres, como las
peregrinaciones a los cerros, las pasadas de los santos a las poblaciones, así

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como la fascinación por los cuerpos de agua y las altas cumbres del páramo. En
lo laboral, los sigseños, como habitantes de los andes conservan varias
actividades ligadas al camino, el uso de animales de carga es aún observable (en
menor escala que antaño), el comercio agrario pulula en Jima y sus remanentes
llegan incluso a los mercados de la ciudad de Cuenca, por diversos medios. Los
espacios se resignifican, como lo ha hecho el turismo con los antiguos caminos
de Sígsig, que ascienden dificultosos hasta el mismo cerro Fasayñán, donde se
dice, nació el pueblo kañari. El camino no se pierde por una categórica falta de
uso, sino más bien, por un desconocimiento en cuanto a sus dinámicas.

Las nuevas generaciones, en su ánimo de desprenderse de una suerte de
monotonía acusada por los medios de vida modernos, suelen optar por
desconectar de la rutina realizando paseos a los sitios rurales, en busca de
admiración por los rasgos culturales que ofrece la ruralidad y las impresiones
visuales que da el paisaje natural, y quizá es ahí donde el habitante de Sígsig
puede aprovechar no solo para generar una nueva fuente de ingreso a través de
un turismo mejor estructurado que el que se lleva a cabo ahora, sino también
para encontrar una muy necesaria unidad identitaria al compartir rasgos
culturales y un contexto histórico en común. Para ello, se necesita un esfuerzo
que involucra también al investigador, que pueda de alguna manera motivar a
que se lleven a cabo proyectos culturales dentro de los sitios de estudio, los
cuales puedan servir de apoyo a un mayor interés e involucramiento de las
poblaciones para generar discursos históricos cimentados en estudios bien
estructurados, y que estos a su vez puedan contribuir a que el sigseño se apropie
de tales inferencias y pueda usarlas no solo en lo turístico, sino también en la
educación y transmisión de información hacia quienes son ajenos a su territorio.







Lista de Entrevistas:

Argudo Zhunio, J. (2022, junio). Entrevista personal. [Comunicación
personal].
Atariguana, A. (2022, marzo). Entrevista personal. [Comunicación personal].
López, J. (2022, mayo). Entrevista personal. [Comunicación personal].
Llanos, J. (2022, mayo). Entrevista personal. [Comunicación personal].
Pacheco, S. (2022, febrero). Entrevista personal. [Comunicación personal].
Ruilova, G. (2022, febrero). Entrevista personal. [Comunicación personal].
Suqui, M. (2022, mayo). Entrevista personal. [Comunicación personal].
Uyaguari, C. (2022, mayo). Entrevista personal. [Comunicación personal].
Uyaguari, N. (2022, junio). Entrevista personal. [Comunicación personal].
Zhunio Maya, J. (2022, mayo). Entrevista personal. [Comunicación personal].

Usos, significados y percepciones de los caminos antiguos en el cantón Sígsig.

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