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Resumen
La presente investigación plantea que las percepciones
colectivas en la sociedad inuyen en la producción literaria
y en la creación de la conciencia de género en la literatura
femenina ecuatoriana. Las generaciones literarias no son
entidades estáticas, sino procesos dinámicos que reejan
y responden a los contextos sociales y políticos de sus
tiempos. A través del análisis de La explotada (1954) de
Mary Corylé, Bruna, soroche y los tíos (1973) de Alicia
Yánez Cossío, No perdono (2020) de Isabel Aguilar Jara
y Fiebre de Carnaval (2023) de Yuliana Ortiz Ruano se
evidencia que se han producido cambios signicativos en
la representación y comprensión de la conciencia de género
en la literatura femenina ecuatoriana. Este proceso está
en constante evolución, y la literatura continúa reejando
y moldeando la conciencia de género, respondiendo a las
realidades sociales y culturales contemporáneas.
Palabras clave: conciencia de género, literatura femenina
ecuatoriana, violencia estructural, estructuras de poder.
julio-diciembre 2024
Vol. 2, N.° 35
https://doi.org/10.18537/puc.35.02.04
ISSN: 1390-0862 / e-ISSN: 2661-6912
https://publicaciones.ucuenca.edu.ec/ojs/index.php/
pucara/index
l John Sebástian Chuquimarca LL. Investigador independiente, Ecuador. johnsebastianchuqui-
marca@gmail.com, https://orcid.org/0009-0003-0667-476X
Recibido: 23-04-2024 / Aprobado: 02-07-2024 / Publicado: 13-12-2024
Cruz de cuatro voces: acercamiento a la conciencia de
género en la literatura femenina ecuatoriana
Cross of Four Voices: Approach to Gender Consciousness in
Ecuadorian Female Literature
Cruz de Quatro Vozes: Abordagem à Consciência de Gênero na
Literatura Feminina Equatoriana
Abstract
is research proposes that collective perceptions in
society inuence literary production and the creation of
gender consciousness in Ecuadorian womens literature.
Literary generations are not static entities, but dynamic
processes that reect and respond to the social and
political contexts of their times. rough the analysis of
La explotada (1954) by Mary Corylé, Bruna, soroche y
los tíos (1973) by Alicia Yánez Cossío, No perdono (2020)
by Isabel Aguilar Jara, and Fiebre de Carnaval (2023) by
Yuliana Ortiz Ruano, it is evident that signicant changes
have occurred in the representation and understanding of
gender consciousness in Ecuadorian womens literature.
is process is constantly evolving, and literature
continues to reect and shape gender consciousness,
responding to contemporary social and cultural realities.
Keywords: gender consciousness, Ecuadorian womens
literature, structural violence, power structures.
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Universidad de Cuenca, Cuenca - Ecuador
Cómo citar: Chuquimarca, J. (2024). Cruz de cuatro
voces: acercamiento a la conciencia de género en la
literatura femenina ecuatoriana. Pucara, 35 (2), 49-58.
https://doi.org/10.18537/puc.35.02.04
1.Introducción: una conciencia
intergeneracional
La sociedad concibe percepciones colectivas
en cada época, una suerte de noción que reeja
las visiones sociales y políticas prevalentes con
respecto a temas como la justicia, la moralidad
y la igualdad de género. Estas percepciones
inuyen en la producción literaria y originan
ideales que aspiran a modicar la sociedad.
La conciencia se erige como el motor que
impulsa la producción literaria, “dando forma
a ideologías que enuncian y, en algunos casos,
denuncian una realidad” (Valdano, 1985, p. 33).
Estas percepciones inuyen en la producción
literaria y originan ideales que aspiran a
modicar la sociedad. La conciencia se erige
como el motor que impulsa la producción
literaria, dando forma a “ideologías que
enuncian y, en algunos casos, denuncian
una realidad” (Valdano, 1985, p. 33). En este
contexto, se revela que las generaciones literarias
no son entidades estáticas, sino procesos en
constante evolución, marcando el devenir
de la literatura a través de sus respectivos
contextos temporales. El presente artículo es
un diálogo intergeneracional que analiza la
violencia estructural como un estrato dentro
de la creación de la conciencia de género en la
literatura femenina ecuatoriana. Por un lado, se
analiza la obra Bruna, soroche y los tíos (1973) de
Alicia Yánez Cossío en contraste con el poema
La Explotada (1954) de Mary Corylé; a pesar
de la corta diferencia temporal entre ambas, es
crucial subrayar que las nociones sociales de sus
respectivas épocas no distan signicativamente.
Por otro lado, se establece una conexión entre
Fiebre de Carnaval (2023) de Yuliana Ortiz
Ruano y el poema No perdono (2020) de Isabel
Aguilar Jara; pues al ser obras contemporáneas,
permiten trazar la evolución de la conciencia de
género en el contexto actual. La conciencia de
género, moldeada por las distintas perspectivas
y desafíos históricos, emerge como un hilo
conductor que atraviesa estas generaciones.
En este sentido, la literatura de Yánez Cossío,
Corylé, Ortiz y Aguilar constituye un discurso
para explorar y cuestionar las normas sociales
arraigadas, contribuyendo a la transformación
de la conciencia de género en la sociedad del
país
2. Violencia estructural
Bruna, Soroche y los tíos critica la estructura
de la conquista colonial y sus consecuencias
arraigadas en los códigos sociales modernos.
En palabras de Alicia Ortega Caicedo (2011),
la novela “propone una estética de radical
innovación y ruptura” (p. 128). Mediante
una narrativa que destapa capas históricas,
desentraña la práctica violenta que estableció las
normas civilizatorias impuestas en el transcurso
de los años. Así, la obra de Yánez se convierte
en un testimonio literario que desafía la visión
convencional de la historia, exponiendo las
raíces de una violencia que sufrieron las
voces femeninas de su época por parte de las
estructuras sociales discriminatorias. Esta
violencia, además de física, se presenta en
formas simbólicas y psicológicas, afectando
Resumo
A presente pesquisa propõe que as percepções coletivas na
sociedade inuenciam a produção literária e a criação da
consciência de gênero na literatura feminina equatoriana.
As gerações literárias não são entidades estáticas, mas
processos dinâmicos que reetem e respondem aos
contextos sociais e políticos de seus tempos. Através
da análise de La explotada (1954) de Mary Corylé,
Bruna, soroche y los tíos (1973) de Alicia Yánez Cossío,
No perdono (2020) de Isabel Aguilar Jara e Fiebre de
Carnaval (2023) de Yuliana Ortiz Ruano, evidencia-se
que ocorreram mudanças signicativas na representação
e compreensão da consciência de gênero na literatura
feminina equatoriana. Este processo está em constante
evolução, e a literatura continua a reetir e moldar a
consciência de gênero, respondendo às realidades sociais
e culturais contemporâneas.
Palavras chave: consciência de gênero, literatura femini-
na equatoriana, violência estrutural, estruturas de poder.
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profundamente la percepción y el rol de la
mujer en la sociedad. Por ello, es pertinente
abordar estos tipos de violencia desde una
mirada contemporánea:
una situación de violencia estructural,
que se reproduce con cierto automatismo,
con invisibilidad y con inercia durante un
largo período luego de su instauración,
tanto en la escala temporal ontogenética
de la historia personal a partir de su
fundación doméstica en la primera
escena, como en la escala logenética, es
decir, del tiempo de la especie, a partir de
su fundación mítica secreta (Segato, 2003,
p. 113).
Segato (2003) destaca que esta violencia
se maniesta tanto en la escala individual
(ontogenética) como en la escala colectiva
(logenética). En la escala individual, la
violencia estructural se reproduce en la historia
personal de cada persona, a partir de la primera
escena doméstica, es decir, desde la infancia
y la familia. Esto sugiere que las experiencias
tempranas de violencia o abuso pueden tener
un impacto duradero en la vida de una persona.
En la escala colectiva, la violencia estructural
se relaciona con la fundación mítica secreta
de la sociedad, es decir, los patrones y normas
culturales que se han establecido históricamente
y que perpetúan la violencia. Esto implica que
la violencia no es solo un problema individual,
sino también un problema estructural que se
reproduce en la sociedad como un todo. La idea
de invisibilidad es particularmente importante,
ya que sugiere que la violencia estructural a
menudo se normaliza y se hace invisible, lo que
diculta su reconocimiento y combate. Además,
por inercia esta violencia estructural tiende
a perpetuarse a menos que se tomen medidas
activas para cambiarla.
Este tipo de violencia está presente en la novela
de Yánez Cossío (1973) cuando Bruna, en el
proceso de desentrañar las estructuras del
pasado, surca sobre sus dudas sumergiéndose
en la vida de su abuela, evidenciando prácticas
históricamente discriminatorias y racistas.
La familia de Bruna conservaba como un
tesoro - sin saber quién era - el retrato
de la abuela india. Estaba vestida como
una gran dama a raíz, de su desdichado
matrimonio. Quien hizo el cuadro, la
pintó tal como era. Pero, inuido por los
convencionalismos de la época, le quitó la
piel que tenía, y así desollada, la puso en
carne viva la piel que le prestó el marido
para que posara. María Illacatus perdió
la piel cobriza en el lienzo con el mismo
estoicismo con que perdió su razón de
existir. Su cara, su cuello, sus brazos
tenían un color blanco, lechoso, irreal,
como si hubieran sido sometidos a una
cirugía estética (p. 36).
Al representar a María Illacatus con una
piel más clara, el texto reeja la imposición
de cánones de belleza eurocéntricos y la
subsecuente negación de su identidad indígena.
Esta alteración física simboliza una violencia
estructural que subyace en estructuras sociales
más amplias, donde la piel clara es valorada por
encima de otras tonalidades. La resignación e
impotencia de Bruna ante esta transformación
evidencia la normalización de la violencia y la
pérdida de agencia en un sistema que privilegia
ciertas identidades sobre otras.
Explorar el pasado familiar de la protagonista
permite evidenciar dimensiones de la opresión,
revelando cómo las voces y experiencias
femeninas han sido históricamente excluidas y
silenciadas. Esta labor de reconstruir la historia
desde una perspectiva femenina desafía las
narrativas dominantes y visibiliza las opresiones
sufridas por las mujeres a lo largo del tiempo.
Pues, no solo contribuye a la reconstrucción
de la memoria colectiva, sino que también
transforma nuestra comprensión de la historia.
Bruna, Soroche y los tíos se presenta como una
herramienta de empoderamiento para visibilizar
las experiencias de grupos históricamente
marginados, cuyas voces han sido silenciadas
y reescritas. A través de la literatura, se busca
desaar las narrativas dominantes y construir
nuevas historias que reconozcan y celebren la
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Universidad de Cuenca, Cuenca - Ecuador
diversidad de las mujeres. Esta reconguración
simbólica busca desmantelar las estructuras
de poder que perpetúan la marginalización
de las mujeres en la historia y en la sociedad
contemporánea.
Por su parte, Mary Corylé articuló una poética
que denuncia la violencia moral y violencia
psicológica y no solo el acto de violación
física. Pues, existen otras formas de violencia
más sutiles y omnipresentes que merecen
nuestra atención. Rita Segato ha contribuido
signicativamente a nuestro entendimiento
de estas dinámicas de poder, al introducir el
concepto de violencia moral:
La violencia moral es el más eciente
de los mecanismos de control social y
de reproducción de las desigualdades.
La coacción de orden psicológico se
constituye en el horizonte constante de las
escenas cotidianas de sociabilidad y es la
principal forma de control y de opresión
social en todos los casos de dominación.
Por su sutileza, su carácter difuso y su
omnipresencia, su ecacia es máxima
en el control de las categorías sociales
subordinadas (2003, p. 115).
Al operar a nivel psicológico, esta forma de
violencia internaliza las normas y valores
dominantes, generando en las víctimas
sentimientos de culpa, vergüenza y resignación.
Esto facilita la reproducción de las desigualdades
y la perpetuación de las estructuras de poder
existentes. Esta coacción se maniesta en las
interacciones cotidianas, en los discursos y en
las instituciones, generando un clima de miedo
y sumisión. Es particularmente efectiva en el
control de las categorías sociales subordinadas.
Estos grupos, como las mujeres, las personas
racializadas o las clases sociales más bajas, son
más vulnerables a las formas sutiles de violencia
y discriminación.
Para evidenciarlo, se analiza unos versos del
poema La explotada. La referencia inicial a
“¡Pobre chola morlaca!:” (p. 67), sugiere que a
la mujer se le ha asignado una identidad social
especíca, identicándose como chola de
manera peyorativa. La mención de que “ayer un
patrón explotó tu carne quinceañera” (p. 67),
indica una experiencia de explotación y abuso
por parte de una persona de autoridad hacia una
menor de edad, pero lo esencial de este verso
es que esa gura de autoridad es también su
gura paterna. La descripción de la madrastra
como una persona “– cargada de burguesía
y moral–” (p. 67), sugiere una disparidad de
clases y valores de una mujer sobre otra. El
conicto se intensica con la revelación de que
la adolescente se encuentra embarazada, y en
lugar de recibir apoyo es “arrojada a la calle
(p. 67), lo que simboliza el rechazo social y la
exclusión. La voz poética evoca la violencia
y el desprecio que enfrenta la menor de edad
en su nueva identidad social. La última línea
destaca la brutalidad tanto del trabajo como
de la violencia inigida por los hombres. Este
cambio en la identidad de la mujer, de una
gura invisibilizada por el Estado a una mujer
marcada por las clases sociales y la brutalidad
patriarcal, sugiere una crítica a las estructuras
sociales que perpetúan la explotación y la
marginación de ciertos grupos, especialmente
las mujeres de clases sociales más bajas.
3. Germinación del género
En estos dos textos, se desentraña de manera
aguda la noción del género como una
construcción social. En palabras de Elaine
Showalterm (1979), el género se congura como
una “manifestación en oposición a las normas y
valores preestablecidos, así como una postura a
favor de los derechos y principios de la mujer, lo
que implica la solicitud explícita de autonomía
(p. 183). Mary Corylé y Alicia Yánez Cossío
se alzan como defensoras incansables de los
derechos y valores de la mujer a mediados del
siglo XX.
Yánez Cossío, al redenir los roles de género
de sus personajes femeninos, abre un nuevo
camino para la literatura ecuatoriana escrita por
mujeres. Esta redenición implica una apertura
hacia la construcción de identidades femeninas
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Pucara, 2024, 35(2)
más auténticas y diversas. Al crear personajes
femeninos complejos y multidimensionales,
la autora no solo desaa las expectativas del
lector, sino que también abre un espacio para
que otras escritoras exploren nuevas formas
de representación femenina, construyendo
identidades más auténticas y alejadas de los
clichés. Corylé, por su parte, a través de su
poética denuncia la explotación a la que están
sometidas las mujeres en una sociedad que
perpetúa la desigualdad de género. Su defensa
de los derechos de la mujer se maniesta en una
crítica contundente a las normas sociales que
restringen la libertad y la autonomía femenina.
Ambas autoras son pilares en la germinación
de la conciencia de género en la literatura
ecuatoriana. Valdano (1985) explica que:
Este proceso implica la reexión profunda
de un grupo de intelectuales que, como
representantes de una generación, se
sumergen en el análisis crítico de las fallas
inherentes a la sociedad contemporánea.
Es en esta exploración donde se gesta
una nueva teoría que no solo identica
los problemas actuales, sino que también
esboza cambios especícos, generalmente
de forma mesurada, como respuesta a
dichas problemáticas (p. 66).
Pues tanto Yánez como Corylé no solo desafían
los cánones literarios, sino que también
contribuyen al desarrollo del discurso político
al cuestionar y recongurar los estándares
y valores establecidos. Las autoras abrieron
un espacio para la conciencia de género que
siguió germinando en el transcurso de los
años, desaando la opresión y abriendo nuevos
horizontes para la representación y participación
plena de la mujer en la sociedad ecuatoriana. Su
literatura no solo sirve como una herramienta
de expresión artística, sino que también
desempeña un papel relevante en el contexto
social y político de su tiempo. En una época
donde las voces femeninas estaban marginadas,
su literatura proporciona una plataforma para
la visibilización y la denuncia de las injusticias
de género. Aunque no sean las voces más
prominentes en el activismo político, su obra
literaria enriquece y complementa los discursos
sobre la igualdad de género y la justicia social.
Al reejar y resistir las normas opresivas, estas
autoras han añadido una perspectiva crucial a
la transformación de la sociedad ecuatoriana,
fomentando una mayor conciencia y diálogo en
pro de los derechos de las mujeres, y apoyando
así el desarrollo de un discurso político más
inclusivo. Así, la literatura se convierte no solo
en un reejo de las condiciones sociales, sino
en un agente activo de cambio, impulsando
la evolución de la conciencia de género en un
contexto sociopolítico que continúa luchando
por la equidad y la inclusión.
3.1 La conciencia de género en el desarrollo
del siglo XXI
Simone de Beauvoir (2015) en El segundo sexo
explica que “no se nace mujer; se llega a serlo
(p. 87), aludiendo a que sexo y género son una
normativa biológica que debe problematizarse
como construcción social, como una reexión
sobre la identidad que está fuera de terminologías
biológicas. En este sentido, la armación de
que una niña o una adolescente no deja de ser
mujer simplemente porque no ha alcanzado su
pleno desarrollo biológico adquiere relevancia.
El género, según la perspectiva de Beauvoir, no
está determinado por la madurez física, sino
que es una construcción social moldeada por
prácticas discursivas y culturales. Tomando
esto en cuenta, en la novela de Yuliana Ortiz
y en la poesía de Isabel Aguilar Jara ofrecen
ejemplos elocuentes de cómo las identidades
de género son uidas y diversas, desaando las
categorías binarias tradicionales. La infancia,
en particular, es un período en el que estas
identidades se construyen y se negocian de
manera compleja, mostrando que el género
no es una característica estática sino una
performance constante.
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Universidad de Cuenca, Cuenca - Ecuador
La voz narrativa presente en la obra de Yuliana
Ortiz (2023) desafía la idea de que la mujer
solo se maniesta plenamente en la adultez.
La niña protagonista, a través de su narrativa
introspectiva, exhibe una conciencia de género
que no se limita a la biológica, sino que se
forja en las experiencias, las relaciones y las
interacciones culturales que constituyen su
entorno.
Un día antes de carnaval, las ñañas, que
no son realmente mis ñañas sino las
ñañas de mi mami Checho, pero que
qué horrible la palabra tía y que ellas
son jóvenes y no unas viejas de mierda,
me peinaban la cabeza como arañas. Me
hacían las trencitas de carnaval sentadas
en las sillas del comedor de madera y yo
sobre el suelo también de madera; veía
los perros pasar, las horas, llegaba el
sueño y ellas seguían en la tejedera. Nos
echaban agua y brillantina en el pelo, lo
descarmenaban entero antes de empezar
a trenzar y una vez iniciada la peinada
solo la podía parar el n del mundo. A mi
mami Checho no le gusta que me pongan
bolitas de colores en el nal de las trenzas
porque eso se ve horrible. Mija, no va
andar, así como esas toscas de arriba de
la loma de la Guacharaca, por eso solo
me amarraban liguitas negras, para que
las trenzas no se desataran. Como mi
cabello es largo y tupido, a veces yo me
dormía y ellas seguían tejiendo el pelo,
tomaban un mechón pequeño de la parte
inferior de la cabeza, lo dividían en tres
patitas y entrelazaban la cosa. Todo esto
con intervalos de cocoa con pan, jugos
de piña y agua para refrescarnos, riendo
y alabando mi pelo hasta que un poco
después del amanecer culminaban la
tejida en la parte de arriba de la cabeza
(p. 16).
La escena de las trenzas de carnaval es más
que una simple descripción de una actividad
cotidiana; es un momento de conexión y
aprendizaje entre mujeres de diferentes
generaciones. Las ñañas, aunque no son tías
biológicas, asumen un papel signicativo
en la vida de la protagonista, destacando la
importancia de los lazos afectivos y sociales
en la construcción de la identidad de género.
La descripción detallada de cómo peinan a
la niña, desde el proceso laborioso hasta las
decisiones estéticas impuestas por la madre,
reeja las normas y expectativas culturales que
se transmiten en estos espacios íntimos. La
negativa de la mami Checho a usar bolitas de
colores en las trenzas porque “se ve horrible
indica una preocupación por la apariencia y
la conformidad social que se inculca desde
temprana edad. Además, la referencia a las
toscas de arriba de la loma de la Guacharaca
señala un juicio implícito sobre ciertos estilos
y su aceptación social, subrayando cómo las
percepciones de género están entrelazadas
con las normas de clase y regionalidad. La
interacción entre las ñañas y la niña, el cuidado
y la dedicación en la actividad del trenzado,
así como los comentarios y risas compartidas,
forman parte de un ritual que fortalece su
sentido de pertenencia y su identidad femenina
dentro de su comunidad.
Por su parte, la poesía de Isabel Aguilar Jara
(2018), desde una perspectiva a inicios de la
pubertad, revela a través de un lenguaje directo
y emotivo las complejidades de la construcción
identitaria en una sociedad que impone normas
y estereotipos de género.
Pisé tantas veces el DEPARTAMENTO
DE ORIENTACION Y BIENESTAR
ESTUNDIATIL del colegio, como el redor
en mis mejillas. Al psicólogo le caía mal
que mamá y papá no estén unidos bajo el
honorable sacramento del matrimonio.
55
Pucara, 2024, 35(2)
Hoy, mis mejillas se tornan pálidas y
orgullosas cuando pienso en el mejor
ejemplo que mis padres han de regalarme.
El inicio de todo.
Fue no saber si me llamaban María Isabel
o acomplejada.
María Isabel o resentida social.
María Isabel o que amargada sois, vaya.
María Isabel o discriminadora.
María Isabel o machista.
Pero yo digo nomás, que:
La morlaquía presume de su ascendencia
española y se resiente como el indio (p.
231).
El poema de Aguilar (2018) nos sumerge en la
turbulenta pubertad, un periodo de intensas
transformaciones físicas y psicológicas que se
entrelazan con las presiones sociales. A través
de la voz poética de una adolescente, la autora
desvela las complejidades de la construcción
identitaria en una sociedad que impone rígidos
roles de género. La repetición obsesiva del
nombre propio, “María Isabel”, se convierte en un
acto de armación identitaria ante la avalancha
de etiquetas y juicios que la voz poética recibe.
La institución escolar, lejos de ser un espacio de
apoyo, se erige como un mecanismo de control
social que busca encajar a los individuos en
moldes preestablecidos. La gura del psicólogo,
en lugar de ofrecer comprensión, se convierte
en un juez que descalica a la adolescente y a
su familia. La poesía Aguilar, lejos de ser una
simple descripción de la realidad, se convierte
en un acto de resistencia, un grito que desafía
las normas y los estereotipos.
En otra instancia, en Fiebre de Carnaval la voz
narradora mantiene a lo largo de la trama la
perspectiva de una niña, proporcionando una
observación aguda, pensamientos reexivos
y una mirada crítica sobre el entorno de
adoctrinamiento patriarcal familiar en el que se
desenvuelve. A pesar de la aparente inocencia
propia de la niñez, esa voz de infancia logra
crear un mecanismo desde el cuerpo como lo es
el llanto, que cuestiona y examina las normas y
estructuras sociales impuestas.
Pero esta vez nadie avisó y el ñañerío
bien pierna afuera en shorcito yin y
en tanguita por dentro. El nañerío con
puperas que dejan ver el ombligo y
equillitos de churos por delante de
la frente. El ñanerío diciendo a Rolin
o Rolon, o el man del mariachi que sí,
ñaño, vente nomás a declararte a la aca
porque mi papi no está, no pasa nada. Y
así, tratando de estirarse la ropa chiquita,
subieron. Subimos. Yo también quería
estar presente y ser parte del regaño. Mi
papi Chelo me llamó, Ainhoa, venga, mija,
siéntese aquí. Me subió en sus piernas y
me olió las manos. Mijita, vaya dígale a
su nana Catucha que dice su papi Chelo
que la bañe y que la tenga un ratito en su
casa, que su papi tiene que hablar con sus
ñañas, estas muchachas son groseras y no
respetan la casa. Inmediatamente intuí
la sangre y el látigo moreno escondido
en el último anaquel de la cocina y me
puse a llorar, porque cuando lloro, el
mundo se detiene y la gente se junta
a mi alrededor intentando calmarme.
Lloraba y decía sorbiéndome los mocos
que yo estaba limpia y que no quería ir
donde la ñaña Catucha, porque yo quería
quedarme aquí, papito Chelo. Subió mi
mami Checho vestida de secretaria como
siempre y ella misma se puso temblorosa
y empezó a estirarse la falda de tela y a
esconder las medias nylon (p. 45).
Este episodio revela una compleja interacción
entre la introversión de Ainhoa y su reacción
extrovertida ante la amenaza de la violencia. La
anticipación y la sorpresa del regreso temprano
de su abuelo generan tensiones palpables en
el ambiente, especialmente entre las ñañas.
Ainhoa, en este contexto, se convierte en
testigo y participante activa de la dinámica
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Universidad de Cuenca, Cuenca - Ecuador
familiar, revelando una aguda capacidad de
introspección al prever el peligro inminente. La
introversión de Ainhoa se maniesta a través
de sus pensamientos internos mientras llora.
La imagen de un castigo con látigo y el correr
de la sangre revela no sólo una conciencia
aguda del posible destino de sus ñañas, sino
también la internalización de la violencia y el
sufrimiento asociado. El llanto de Ainhoa, lejos
de ser un simple mecanismo de extraversión,
intenta ser un mecanismo de protección del
adoctrinamiento patriarcal familiar. No es solo
una reacción ante el miedo, sino una respuesta
consciente y calculada a la violencia que acecha.
En lugar de sucumbir al silencio impuesto
por la amenaza, el llanto se presenta como
la única forma de contrarrestar la violencia
invisible que se cierne sobre las ñañas. Ainhoa,
en su acto de llorar, busca romper el silencio
opresivo y ejercer una forma de resistencia
ante el destino cruel que vislumbra. El llanto se
convierte en un medio de comunicación, una
voz de la infancia que clama contra la violencia
invisible y busca proteger a aquellos a quienes
ama. La voz de la infancia, al narrar un acto de
violencia perpetrado por una gura paternal de
autoridad, en este caso su abuelo, evidencia las
oscuras dimensiones de los dominios de poder.
Pues, al exponer este acto de violencia, sugiere
que incluso guras consideradas paternas
pueden obrar de manera atroz, dejando tras de
sí una sombra de impunidad. Este momento
revelador en la trama, destaca la vulnerabilidad
de aquellos que, por su posición en la estructura
familiar, a menudo quedan fuera del alcance de
la justicia.
A todo esto, la obra de Ortiz no solo expone
la violencia estructural, sino que también se
erige como portadora de la maduración de
la conciencia de género . Pues esta noción
de género, lejos de chocar frontalmente con
la dominante, se inserta gradualmente en la
conciencia colectiva; convirtiéndose en un
instrumento para la transformación cultural.
Por otro lado, No perdono de Isabel Aguilar Jara
(2018) emerge como un poema provocativo que
expande el espectro temático de la violencia
estructural.
A la justicia se la comieron los perros.
Luego, la vomitaron.
Daltónica ella, etérea, dinámica -según- la
cantidad de ceros que se desnuden en el
table.
Curitas, jueces, opinólogos
promulgan sobre dolor y hastío con
experticia
como si a ellos un cuerpo ajeo les hubiese
arrancado media vida -vidaymedia-
Iglesias y scalías se ungen el sudor del
otro
cual mercenarios clandestinos.
Fácil era hablar a tiempo, secundan en el
tiempo justo de la divina justicia.
Era fácil creer, también
defender | encarcelar | abrazar
era fácil porque eran | porque son | porque
fueron solamente niños.
«Además, a mí me parece que en el tema
de los abusos se da una cierta complicidad,
puesto que aquel que quiere mantenerse
íntegro no permite que el abuso tenga
lugar».
César Cordero Moscoso, exsacerdote
acusado de pederastia.
Revista Avance: junio, 2018. (p. 172)
Discute los problemas y fallos del Estado (el
gobierno y sus instituciones) en su deber de
proteger y asegurar los derechos de niñas y
niños. En otras palabras, señala como el Estado
no está cumpliendo adecuadamente su papel
de evitar que las personas menos favorecidas
por las estructuras de poder sufran violaciones
de sus derechos mientras buscan igualdad y
57
Pucara, 2024, 35(2)
justicia. Además, expone claramente cómo
las mujeres no están seguras en una sociedad
que está profundamente inuenciada por
el machismo (actitudes y comportamientos
sexistas que favorecen a los hombres) y el
capitalismo (un sistema económico que puede
perpetuar desigualdades y explotaciones).
Ya no se denuncia a la sociedad como una
gran estructura de poder, sino directamente
al Estado y cómo esta falla en su labor. Este
enfoque ampliado no solo reeja la realidad
contemporánea, sino que también plantea
preguntas cruciales sobre la efectividad de las
políticas gubernamentales en la protección
de los derechos. Su poética también explora
las dimensiones de la conciencia de género,
retomando problemáticas que han afectado
a generaciones anteriores. Pues, aborda de
manera crítica la doctrina religiosa, al tratar el
abuso de menores perpetrado por autoridades
de la iglesia. La autora, al fusionar la crítica
histórica con la contemporaneidad, crea una
poética que no solo interpela el presente, sino
que también conecta los hilos del pasado para
iluminar las complejidades de la conciencia de
género a lo largo del tiempo. Por tanto, el proceso
de maduración de la conciencia de género,
al implicar una confrontación más intensa
con la ideología previa, desafía las normas y
esquemas previamente aceptados. La narrativa
de Ortiz como la poética de Aguilar Jara no
solo reejan las transformaciones ideológicas,
sino que también contribuyen activamente a su
desarrollo y consolidación.
Conclusiones
A manera de conclusión, este breve ejercicio
de análisis intergeneracional de La explotada
(1954) de Mary Corylé, Bruna, soroche y los
tíos (1973) de Alicia Yánez Cossío, Allá donde
las morales son más altas que las cúpulas y
No perdono (2018) de Isabel Aguilar Jara y
Fiebre de Carnaval (2023) de Yuliana Ortiz
Ruano evidencia que se han producido
cambios signicativos en la representación y
comprensión de la conciencia de género en la
literatura femenina ecuatoriana. Esta conciencia
de género tuvo su etapa de germinación a
mediados de siglo XX con Alicia Yánez y Mary
Corylé tanto en narrativa como en poesía
respectivamente (cabe recalcar que se podría
ampliar el espectro con otras obras o autores).
Figura 1. Cuadro de representación de la creación de conciencia de género en la literatura
femenina ecuatoriana.
Elaboración propia.
58
Universidad de Cuenca, Cuenca - Ecuador
Referencias
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Mojigata. La caída.
Beauvoir, S. (2015) El segundo sexo. (Martorell, T.
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121–174. Universidad Simón Bolívar-Quito.
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Nacional de Quilmes. http://repositorio.
ciem.ucr.ac.cr/jspui/handle/123456789/150
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de cambio de siglo (XX- XXI). Casa Editora.
Yánez Cossío, Y. (1973). Bruna, soroche y los tíos.
Casa de la Cultura Ecuatoriana.
La focalización temática de esa conciencia de
género evidencia la violencia estructural de la
época; sea mediante la marginación histórica
o por la brutalidad patriarcal. Para inicios del
siglo XXI, tanto la narrativa de Yuliana Ortiz
como la poética de Isabel Aguilar Jara no solo
reejan las transformaciones ideológicas, sino
que también contribuyen activamente a su
desarrollo y maduración, ofreciendo una crítica
incisiva y una visión esperanzadora hacia un
cambio social más justo y equitativo.
Cabe destacar que, en la transición temporal de
un siglo a otro, esa conciencia de género deja
de estar en fase de germinación y entra en fase
de maduración, como se muestra en la Figura 1.
Sin embargo, la violencia estructural está vigente
mediante el adoctrinamiento familiar desde
la niñez o mediante la negligencia del Estado
patriarcal capitalista. Se pone en consideración
para futuros análisis la cuestión de eclosión de
esa conciencia de género y sus implicaciones.
Aunque se han identicado cambios
signicativos en las representaciones y enfoques
de la conciencia de género a lo largo del tiempo, el
fenómeno sigue desarrollándose y adaptándose
a las cambiantes realidades sociales y culturales.
A través de las diferentes generaciones, se ha
presenciado una progresión en la comprensión
y representación de las experiencias femeninas.
En cada nueva generación existe una expansión
de las temáticas y una adaptación a los desafíos
contemporáneos. Aunque no se puede armar
que la conciencia de género haya alcanzado
su estado nal, sí se reconoce que reexionar
desde la literatura ha contribuido a su desarrollo
continuo.