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Universidad de Cuenca, Cuenca - Ecuador
Cómo citar: Pérez Rodríguez. A., Iluminella: la amada de Picoletto, Pucara, 35 (2), 125-127. https://doi.org/10.18537/
puc.35.02.09
Entre el vasto universo de relatos, cuentos y susurros, existen historias enigmáticas y fugaces
que pueden ser contadas en unas pocas páginas, pero que perduran en la innidad del tiempo.
Los cuentos contienen casi siempre, un toque de magia, realidad e imaginación, aunque a veces
cada historia tiene un trasfondo invisible o silenciado. La amada de Picoletto viene a iluminar y
sonorizar ese trasfondo, dando entendimiento para aquello que se ha juzgado bajo el nombre de
locura. Imagina la historia como un viaje de aventura que se planean sobre la ilusión casi infantil,
sin planicar cada detalle, dejando que cada momento se inmortalice bajo lo fortuito.
Para Picoletto, Iluminella representaba ese viaje fugaz; el punto de capitón para su vida, su mirada
coloreaba incluso el paisaje más oscuro, la alegría se compartía con su dulzura a través de su mirada.
Su suave voz, hacía que el sutil sonido de la música permaneciera audible incluso en el absoluto
silencio, como una danza que se danza sin música, ni sonido, solo con el cuerpo, el recuerdo y
el alma. Iluminella le mostraba la belleza oculta y a veces sencilla de la vida, incluso si Picoletto
llegase a dudarlo.
Iluminella, la melodía que contrarresta el ruido de las voces en su mente, que viene y se va. Que se
fue, pero volvió en ecos sinfónicos, paisajes e imágenes para Picoletto. Iluminella contrarrestaba
el malestar de Picoletto, su compañera de vida, capataz y secuaz. Aunque breve fue su presencia,
su eterna melodía resonó hasta el nal. La vida no se detiene, lo que se detiene es el reloj y el
calendario personal. Iluminella quedó congelada en las memorias de Picoletto; un día, sus días
ya no se contabilizaron nunca más, pausando su calendario en un determinado día. Su ausencia
estalló poco a poco en la vida de Picoletto, como los sueños se desvanecen al despertar, o los tintes
naranjas del cielo se apagan al anochecer.
El silencio de su melodía que dejó el pausar de su vida, recobró una acústica vuelta acusmática.
Picoletto convirtió su recuerdo en torbellinos sonoros evanescente ante los demás. La voz de
Iluminella sobresalía ante las demás voces, entremezclados entre los gritos, injurias, chistes y
murmullos. Iluminella suave y reconfortante susurraba pequeños fragmentos que le ofrecían a
Picoletto un instante de silencios melodiosos. Ella desapareció del mundo tangible, como la fría
marea que arrastra los castillos de arena, o la sombra que se forma de lo que fue una vez, pero
apareció bajo voces asombrosas que perturban a quienes no las escuchan, y a Picoletto le regocijaba
de serenidad.
Ante los demás, Picoletto carecía de cordura, pues sus voces lo arrastraban a un mundo enigmático,
donde la sociedad tan cruel, le despojaba de la felicidad dejándolo en las tinieblas del rechazo. Ante
el caos y la incertidumbre, siempre Iluminella azotaba con un eco suave y apaciguador susurro.
Resumo
A seguinte história explora o reino oculto das vozes dentro de Picoletto e o mal-entendido de seu mundo distinto. A
devastadora ausência de sua amada, Iluminella, torna-se uma melodia ressoante dentro de Picoletto. Constantemente,
a sociedade, incapaz de compreender o mundo interno daqueles que ouvem vozes, os relega a um lugar de loucura
onde a lógica se torna borrada e a realidade se torna sublime. Através de Iluminella, as vozes silenciosas encontraram
seu lugar, reverberando seu eco pelas vozes de Picoletto. Assim, a história ilustra o sofrimento reprimido, mostrando
uma conexão sem precedentes entre o real e o obscuro, amor e ausência, voz e silêncio.
Palavras chave: vozes, ecos, esquizofrenia, estigmatização.