Beck, U. (2017). La metamorfosis del mundo. Borrajo, F. (Trad.) Ediciones Paidós
256 páginas.
Recibido: 07/03/2025
Aprobado: 01/04/2025
Publicado: 13/06/2025
Una nota sobre La metamorfosis del mundo, de Ulrich Beck
A note on Ulrich Beck’s The metamorphosis of the world
Luisa Alejandrina Pillacela-Chin
Universidad de Salamanca, España,
id00819544@usal.es
Hay palabras que siguen desarrollándose en el espacio-tiempo muchos años después de haber sido pronunciadas; palabras que continúan creándose en tanto la sociedad se transfigura: quizá sea porque estén hechas para permanecer. Algo así ocurre con La metamorfosis del mundo, obra póstuma del sociólogo Ulrich Beck, publicada tras su fallecimiento en 2015. En las estrofas de esta obra resulta fácil quedarse atrapada.
Beck nos habla sobre un concepto aún novedoso dentro de los estudios de teoría social: la metamorfosis. Este se diferencia netamente de otros términos como “transformación” o “cambio social”, de uso común en el área de la sociología, en tanto implica una reconfiguración radical e inesperada de las estructuras políticas y socioeconómicas a nivel global. Es una idea que emerge como contestación necesaria a las crisis que han hecho temblar los inicios del siglo XXI, léase cambio climático, terrorismo, pandemia, guerras y, por supuesto, la revolución digital y sus repercusiones.
La obra aplica, desde disímiles perspectivas, la noción de metamorfosis. El intelectual alemán inicia su elocución con una proposición turbadora: en la actualidad, muchos individuos consideran incomprensible el mundo. La tecno-globalización ha promovido esa impresión de desconcierto general que supone, en sí mismo, un reto para la naturaleza del pensamiento social. Es así que Beck (lo imagino escribiendo con lágrimas en los ojos), concibe que hoy en día las modificaciones que aún permanecían dentro den un marco estable y predecible en los tiempos de la modernidad, ahora han ampliado sus posibilidades tan radicalmente que es absurdo intentar adelantarse a las consecuencias que ejercen sobre la realidad.
La incertidumbre se convierte, por tanto, en la tónica de cada día. Nada se nos presenta como una certeza a largo plazo, y más allá de afrontar riesgos (con el enfrentamiento a diferentes riesgos solía asociar Beck a la sociedad postmoderna), ahora la existencia se dirige hacia una sociedad de la metamorfosis donde, precisamente para transformarse de gusano a crisálida, y de crisálida a polilla, hablando metafóricamente, la sociedad necesita sembrar el sistema de crisis.
Cuando uno cierra los ojos y se dispone a entrar en el espejismo del sueño, a veces cree despertar, en mitad de la madrugada, y aun sabiendo que estás dormida sigues perdida en ese interregno donde las imágenes de tu vida pasada y presente revolotean. Al día siguiente despiertas, casi sin aliento, inundada por una sensación de heroísmo y soledad. Sientes que no has descansado, que una parte de tu alma se quedó en ese otro universo. Dicen que leer es soñar; yo diría que leer a Beck es como caminar arrastrando una pesada carga, y mientras continúas leyendo te vas planteando qué es eso que tanto te pesa. Entonces, al tornar la mirada, no ves nada más que tu sombra, y de inmediato comprendes que es ella la carga invisible; es justo esa parte de ti que te persigue en silencio.
Beck, como todos los alemanes, es serio, eficiente y práctico. Si la globalización contribuye al cosmopolitismo, podemos sacar partido a las interconexiones y dependencias de los diferentes actores desde un enfoque mundial. La digitalización redefine las relaciones sociales y esto es una oportunidad de organización que, como se ha visto, es utilizada por movimientos sociales contestarios y desafiantes. Las nuevas tecnologías pueden democratizar el saber, es cierto, pero no debemos permanecer ciegos al influjo de las corporaciones que las manejan, y que en el fondo agudizan las desigualdades. En algún momento se menciona la idea de “cosmopolitización involuntaria”, en especial en lo relativo al cambio climático, que debería hacer cooperar a los países para frenar sus consecuencias.
Sin embargo, en este punto la política internacional podría ser un elemento más frágil de lo que se prevé. Por otro lado, ser cosmopolita de corazón es también no definirse solo por la cuestión del origen nacional, de género o de clase. En los procesos de individualización y búsqueda de identidad personal, a día de hoy encontramos un amplio surtido de categorizaciones que, irónicamente, pierden significancia en su conjunto. A veces parece una manera de huir, pero al desarraigarse de todos los usos tradicionales las personas terminan sintiéndose perdidas.
La magia de este libro es, a mi modo de ver, la sinceridad con la que está escrito. Beck no se culpa y no te hace sentir culpable porque los fenómenos sociales contemporáneos pueden verse como problemas o como oportunidades. La magia está en proponer una forma de pensar diferente, ni mejor ni peor, aunque sí utilitaria. En un mundo donde lo “impensable” se vuelve realidad de manera constante, la teoría de Beck ayuda a identificar patrones y anticipar posibles escenarios futuros.
Por mi parte, solo puedo recomendar al lector que intente escapar de los sueños que nos atrapan; los sueños son dulces y vagabundear en ellos puede convertirse en una costumbre muy agradable, pero no hay que olvidar que afuera está el mundo, la realidad empírica, con sus limitaciones y promesas de futuro.
Conflicto de intereses: La autora declara no tener conflictos de intereses.
© Derechos de autor: Luisa Alejandrina Pillacela-Chin, 2025.
© Derechos de autor de la edición: Pucara, 2025.
Vol. 1, N.° 36, 54-55
https://doi.org/10.18537/puc.36.01.07
Cómo citar:
Pillacela-Chin, L. A. (2025). Una nota sobre La metamorfosis del mundo, de Ulrich Beck. Pucara, 1(36). https://doi.org/10.18537/puc.36.01.07