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Metodolog’a de la ens= e–anza del lenguaje y la redacci—n en espacios universitarios. Entrevista a Lenin Pantoja Torres[1]=

Por Jesœs Miguel Delgado Del çguila

Lenin Pantoja Torres n= aci— el 11 de diciembre de 1988 en Lima (Perœ). Ha realizado estudios literarios en pregrado y posgrado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Cuenta c= on un m‡ster en Innovaci—n Pedag—gica y Gesti—n de Centros Educativos por EUCIM Business School de Espa–a. Asimismo, es mag’ster en Educaci—n con menci—n en Pol’ticas y Gesti—n de la Educaci—n por la Universidad de San Mart’n de Porr= es (Lima, Perœ). Con respecto al ‡mbito laboral, se ha desempe–ado como tutor y docente de Lenguaje en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), instituci—n en la que labor— por m‡s de siete a–os y aprendi— unas —ptimas tŽcnicas de redacci—n.

Tuve la oportunidad de hacerle la entrevista, debido a que conservamos una amistad desde el momento= en que ingresamos a la misma instituci—n a estudiar la carrera de Literatura. Coordinamos previamente, y tuvimos una conversaci—n v’a Zoom. Luego de un tiempo, optŽ por transcribir ese intercambio de ideas, con el prop—sito de publicarla.

Jesœs Miguel Delgado Del çguila: Buenos d’as, Lenin. ConsiderŽ que eras la persona id—nea para poder resolver estas inquietudes en cuanto la redacci—n en los espacios universitarios. Antes que nada, quisiera saber si nos podr’as contar tu experiencia como tutor y docente universitario de Lenguaje.

Lenin Pantoja Torres: Buenas tardes, Jesœs. Primero, te agradezco la posibilidad de poder expresarme. Con respecto a tu pregunta, te comento que yo terminŽ la universidad en el 2012.= De all’, tuve la posibilidad de trabajar como tutor en la UPC. La experiencia f= ue muy buena; sobre todo, porque, en el proceso de ense–anza del lenguaje, de acuerdo con la metodolog’a que se emplea en la universidad, conoc’ algunas estrategias y algunas formas de c—mo yo hab’a abordado de manera intuitiva l= a instrucci—n de la escritura y tambiŽn de la lectura. Estas dos actividades s= e consideran hermanadas no solo en la universidad, sino tambiŽn en otros ‡mbit= os.

En general, mi experie= ncia como tutor fue esa. TambiŽn, fue un poco adaptarme al modelo de la UPC, que = es muy bueno.

En el caso de mi exper= iencia como docente, fue m‡s profunda. La diferencia era que como profesor ten’a la opci—n de responsabilizarme de un grupo m‡s grande de alumnos, a los que te= n’a que instruir y evaluar. En el caso de la experiencia como tutor, fue algo m‡= s directa con alumnos en particular. Ellos ten’an problemas muy peculiares en cuanto a la redacci—n. Y por esa raz—n iban a buscar ese servicio dentro de = la universidad. Un poco para mapearte todo esto y hablarlo de manera general Ñluego podemos profundizarÑ, la idea era que los alumnos reciban sesiones te—rico-pr‡cticas en espacios amplios; en este caso, en el sal—n de clases, = con un grupo de cuarenta alumnos como m‡ximo. Si algœn estudiante hubiera tenido algœn problema peculiar, que no se pueda solucionar dentro de la clase, lo q= ue hace es solicitar el servicio de tutor’a. Con ello, Žl podr‡ recibir una instrucci—n personalizada, de acuerdo con su perfil y el problema que tenga = de redacci—n. Esa ser’a la diferencia.

Mi experiencia en esto= s dos ‡mbitos, el de las tutor’as y la docencia, fue de aprendizaje al inicio para conseguir adaptarme. Luego, conoc’ lo metodol—gico. Pude desenvolverme con mucha comodidad; sobre todo, porque era una visi—n diferente de la que yo ten’a. Por ejemplo, en mi etapa universitaria, hab’a compartido mi experienc= ia educativa con la funci—n period’stica, ya que tambiŽn hab’a participado en algunos blogs literarios y algunas revistas virtuales, tal como lo sigo haciendo en la actualidad. En s’ntesis, esa es la experiencia, grosso modo, acerca de este punto q= ue me acabas de preguntar.

JMDDA: En el= ‡mbito laboral, se manejan unas lecturas recomendadas como tambiŽn el mismo docente propone las fuentes que considera pertinentes. En tu caso, ÀquŽ textos o autores usaste para el fomento del buen uso del Lenguaje?<= /p>

LPT: Con r= especto a este punto, es interesante porque yo hablar’a de dos tipos de experiencia = o dos tipos de apoyo: uno bibliogr‡fico y otro laboral. La Universidad Peruana= de Ciencias Aplicadas (UPC) ha construido un mŽtodo de ense–anza de lenguaje mu= y interesante; sobre todo, porque sigue la idea de proceso y etapas. Por ejemp= lo, aqu’ podr’a hacer alusi—n a la redacci—n en proceso: desde la planificaci—n,= la textualizaci—n y la revisi—n. TambiŽn, se puede mencionar otra etapa que se emparenta, como la lectura. Es el caso cuando se lee en procesos y niveles, como la prelectura, la lectura y la poslectura. Asimismo, se puede hacer referencia a los niveles de comprensi—n lectora, como el m‡s b‡sico o litera= l, el inferencial o interpretativo y el criterial o reflexivo.

Cuando me fui desarrol= lando como docente en la UPC, tuve que adaptarme a estas ideas que obviamente provienen de textos que se han tomado y ajustado a la experiencia y la particularidad de perfil de los alumnos de la universidad. En esa oportunida= d, se podr’a mencionar el manual te—rico-pr‡ctico que crearon los docentes de l= a instituci—n, que era de utilidad para los nuevos profesores para que pudiera= n relacionar con mayor precisi—n el tipo y la metodolog’a de UPC. A la par, se encuentran otros autores que ayudan mucho. Por ejemplo, de los mœltiples que existen, yo citar’a dos casos en concreto. El primero es el de Daniel Cassan= y. ƒl es alguien que piensa y reflexiona constantemente sobre el tema de la lectura y la escritura en espacios no solo universitarios, sino en entornos = digitales. Entonces, all’ se puede aludir a la lectura electr—nica y otros conceptos asociados con la idea de lo digital. Otra persona importante en ese aspecto = y que resulta de una bœsqueda m‡s personal es la espa–ola Isabel SolŽ, quien u= sa estrategias de lectura que ayudan muchas veces al desarrollo de la escritura= . Te dar‡s cuenta de que a lo largo de toda esta entrevista hablarŽ de estas d= os actividades como elementos hermanados. La lectura y la escritura no pueden comprenderse de manera separada. Obviamente, se puede trabajar de modo independiente, pero hay una relaci—n entre ambas. Entonces, grosso modo, yo te har’a menci—n de estos dos autores. Para complementar, tambiŽn te podr’a mencionar algunos papers o art’culos cient’ficos que pueden ayudar mucho a entender todo este panorama. Es m‡s, te podr’a mencion= ar la teor’a que se desarrolla en los setenta y los ochenta en torno a la forma= de la lectura, como los modelos ascendentes, descendentes o intermedios, que sirven mucho al momento de ejecutar la lectura y la posterior redacci—n. Com= o te expliquŽ hace un rato, una vez que uno entiende y comprende la estructura= de los textos, uno cumple la funci—n de consumidor de textos. A partir de all’, uno reciŽn podr‡ ser un productor de textos. Por eso, los cursos en la UPC tienen ese nombre: ÒComprensi—n y Producci—n de LenguajeÓ. Obviamente, eso e= s lo que se trabaja en una primera etapa, una segunda, y as’ sucesivamente. Grosso modo, yo acotar’a a estos au= tores o referentes te—rico-pr‡cticos y tambiŽn metodol—gicos.

JMDDA: Ahora= , considerando tu experiencia en funci—n de la labor que desempe–aste, ÀquŽ estrategias son de utilidad para un estudiante universitario?

LPT: En el= caso de las estrategias para los alumnos, es destacable sobre todo entender que ellos llegan a la universidad y se enfrentan a un tipo de escritura que no h= an visto antes. Esto es debido a que, en el ‡mbito universitario, se ense–a la escritura acadŽmica. Si quieres, podemos denominarla Òcient’ficaÓ. En ese sentido, se trata de una escritura formal. Eso no cancela la existencia de o= tro tipo de escritura, como el de la escritura period’stica que se desarrolla en otros ‡mbitos. Entretanto, en el sector universitario, se trabaja la escritu= ra acadŽmica. Por esa raz—n, es de interŽs el orden y las coordenadas fijas. Po= r ejemplo, los alumnos no entienden bien c—mo desenvolverse con facilidad cuan= do ingresan a la universidad. Para esa realidad, servir‡ en demas’a el empleo d= el esquema. Los esquemas de redacci—n permitir‡n organizar las ideas de manera = Òjer‡rquicaÓ _Ñesta palabra es muy importanteÑ lo que se va a ejecutar en los textos. Entonces, es relevante en las primeras sesiones convencer o persuadir al alu= mno del valor fundamental del uso de los esquemas de redacci—n. Uno de los problemas del alumno es que apenas el estudiante llega a la universidad ya quiere redactar de inmediato. Algunos pueden conseguir ese prop—sito, pero muchas veces sus textos, pese a estar bien escritos gramaticalmente, tienen deficiencias en cuanto al orden estructural. No explican bien una idea o una idea se explica m‡s que otra. En ese sentido, es all’ la utilidad de los esquemas de redacci—n. Servir‡n para mejorar. Se puede recomendar a los alum= nos y en general para quienes se dedican a la escritura el uso de esquemas de re= dacci—n. Obviamente, en este proceso de escritura, hay muchas herramientas que servi= r‡n bastante. En espec’fico, estoy destacando esta porque ordena las ideas. Lueg= o, cuando ya uno comienza a escribir, simplemente lo que se debe hacer es segui= r esa coordenada establecida. De esa manera, se produce todo de forma m‡s sencilla. Adem‡s, es importante pensar siempre en oraciones al momento de escribir. Para eso, tambiŽn habr‡ herramientas te—rico-pr‡cticas que puedan ayudar. Por ejemplo, concebir la oraci—n con mayor precisi—n contribuye a qu= e el alumno enfoque su atenci—n de modo adecuado.

En la universidad, se = trabaja con la idea de concebir la oraci—n a partir de tres caracter’sticas b‡sicas. Primero, esta tiene sentido completo. Segundo, cuenta con un verbo principal= y conjugado. Y, tercero, una oraci—n comienza en mayœscula y termina en punto. Esta estructura parece muy elemental, pero ayuda mucho a que el alumno orden= e mejor sus ideas al instante de organizar y estructurar oraciones, porque ocu= rre bastante que un estudiante inicia su oraci—n en la primera l’nea y la conclu= ye en la sexta o la sŽptima. Ese es un claro ejemplo de que se ha creado un tex= to desarticulado y que no se entiende. Por esa raz—n, se podr’an mencionar diversas estrategias; sin embargo, considero que es mejor entender un texto acadŽmico como una estructura cient’fica. Para ello, los esquemas de redacc= i—n ayudar‡n en demas’a. Ya en la ejecuci—n de la redacci—n, es de utilidad guia= rse de estas tres caracter’sticas que facilitar’an la construcci—n de una oraci—= n. Entonces, considero que estas herramientas b‡sicas y elementales ayudan bastante. Obviamente, hay que entender la escritura como un proceso.

De todo ello, se detec= tan tres momentos indispensables para su manifestaci—n: la planificaci—n, la escritura y la revisi—n. En la planificaci—n, se encontrar’a la consolidaci—= n del esquema de redacci—n. En la escritura, se hallar’a la transferencia del esquema al texto. Se tratar’a de una primera versi—n. Y en la revisi—n del texto, el alumno tendr’a que reescribir. Si no se obvia este proceso, el desenvolvimiento del estudiante ser‡ mejor en cuanto a la parte acadŽmica. Claro, cada etapa tiene sus complejidades y puede ajustarse a diversos contextos. Por ejemplo, te pongo un caso muy concreto. En el tercer momento,= en la revisi—n, se pueden plantear algunas innovaciones. En la universidad, se suele hacer el tema de la revisi—n por pares. Eso significa que los alumnos,= al haber terminado de redactar su texto, lo intercambiar‡n con el de otro comp= a–ero. Es decir, los estudiantes revisar‡n los textos de sus compa–eros. Obviamente= , esa revisi—n ser‡ un poco deficiente, pero tiene mucho valor por dos motivos= . Primero, ayuda a que el alumno revisor se percate de una forma de escribir q= ue Žl no hab’a concebido antes, como la de su compa–ero. Y, en el otro sentido,= el alumno que recibe el texto corregido encontrar‡ algunas impresiones que como estudiante no detect—. Es evidente que luego de esa revisi—n por pares el profesional deber‡ intervenir; en este caso, el docente. DespuŽs de esa correcci—n, el alumno ya podr’a realizar su œltima revisi—n, que generar‡ el texto acabado.

Entonces, en cuanto a estrategias de redacci—n para los alumnos para el desenvolvimiento de ese ti= po de ‡reas, yo har’a lo que te acabo de comentar.

JMDDA: La si= guiente interrogante se relaciona en parte con lo que ya has explicado. La pregunta = es esta: ÀquŽ dificultades se presentan en el proceso de ense–anza de lenguaje = y c—mo se reparan?

LPT: Como = tœ bien has anticipado, esto ya lo he mencionado, pero tambiŽn hay otros aspectos relacionados, como el que se evidencia con la pol’tica institucional en func= i—n de los problemas que atraviesan los alumnos. Por ejemplo, es ideal que se aprenda el tema de la redacci—n de forma directa con una sola persona; es decir, que se evidencie la relaci—n docente-alumno. Eso es lo id—neo. Sin embargo, en un espacio universitario, no siempre sucede eso, ya sea por cuestiones de infraestructura y tambiŽn de pol’tica universitaria. Te coment= o que un profesor puede recibir hasta cuarenta alumnos; a veces, menos (nunca m‡s). La experiencia con trabajar con grupos peque–os es m‡s fruct’fera, pue= sto que la labor es m‡s personalizada. Entonces, frente a ese contexto complicad= o, la universidad seguir‡ manteniendo un poco la dificultad de contar con mucho= s alumnos, que no podr‡n resolver sus inquietudes en ese sal—n de clases. Imag’nate. Estos cuarenta alumnos tienen dudas muy particulares y diferentes= ; por lo tanto, problemas distintos. Y un solo profesor para un aula inmensa n= o se puede dar abasto para todos los alumnos. Por eso, con las pol’ticas que s= e establecen en esos espacios, la universidad introduce a un profesor asistent= e, alguien que ayuda al profesor principal en la revisi—n o la reescritura de l= os trabajos de los alumnos en clase. Eso ayuda bastante a reducir la brecha de = la cantidad. Ahora, obviamente, eso sigue siendo no del todo perfecto. Ayuda mu= cho y tiene bastante Žxito, pero continœa siendo imperfecto en cierto sentido. S= i se trata de cuarenta alumnos, cada profesor se dedicar’a a veinte, y la cifr= a se mantiene grande. Para ese contexto, lo que se hace es la inserci—n de otr= o tipo de servicio, como las tutor’as. All’ se trabaja de forma directa con un= o o dos alumnos y, de repente, para casos extraordinarios, hasta con tres. Aunqu= e eso no es recomendable. Es m‡s conveniente utilizar el servicio de modo personalizado. Por esa raz—n, si un alumno ha recibido clase, pero con el ap= oyo del profesor y el personal asistente no ha logrado concretar su aprendizaje,= lo que puede hacer es llevar esas dudas espec’ficas a un espacio de tutor’as, donde un profesor lo va a atender a Žl o ella de forma exclusiva. As’, trabajar‡n directamente en las dificultades que tenga. Esto ayuda bastante p= ara conducir a buen prop—sito este tipo de complicaciones, que son b‡sicamente d= e car‡cter m‡s administrativo. As’ se puede enfrentar el problema, y se hace m= uy bien.

Ahora, yo a–adir’a otr= o servicio m‡s. Este es el tema de los seminarios. Por ejemplo, cada cierto tiempo o semana, se desarrollan seminarios tem‡ticos que ayudan a los alumno= s para que ellos reciban un fortalecimiento de uno de los aspectos que seguro = no quedaron muy claros.

Hay una serie de servi= cios que el alumno recibe en su formaci—n y logra que consolide su perfil. As’ po= dr‡ enfrentar todas estas adversidades.

En resumen, en esta pa= rte, te he explicado todo de manera m‡s f’sica y de infraestructura. Obviamente, en = el desarrollo de las clases, los alumnos manifiestan algunos problemas que se relacionan bastante con su historia personal. Hay estudiantes que vienen de experiencias escolares muy peculiares que los pone en desventaja en la universidad. Para ello, la instituci—n tiene cursos de nivelaci—n para que puedan reparar esa brecha y luego continuar sin problemas. DespuŽs, est‡n lo= s cursos propiamente dichos. TambiŽn, hay alumnos que por una cuesti—n geogr‡f= ica Ñprovienen de otras zonas del pa’sÑ la marca oral de algunas lenguas originarias del Perœ les genera un problema al momento de aprehender estos nuevos conceptos de la escritura del espa–ol.

Uno debe ser bien clar= o: una cosa es la manifestaci—n oral de las personas, la cual es completamente aceptable e id—nea en cualquier tipo de contexto, y otra es la escritura acadŽmica, de ’ndole est‡ndar, que es lo que pretende conseguir la universid= ad con el alumno. Ellos deben aprender eso para desenvolverse en esa ‡rea acadŽmico-cient’fica. Entonces, habr‡ que entender bien eso. No se debe asum= ir que un alumno habla mal. Se debe considerar sus particularidades sociales y geogr‡ficas que le ha tocado vivir, pero en el ‡mbito universitario tendr‡ q= ue aprender un —ptimo lenguaje escrito para que se desenvuelva de modo adecuado= en este ‡mbito. Ello es de utilidad como cuando alguien desea aprender una jerg= a para desenvolverse en un determinado contexto. B‡sicamente, esos son los problemas y las brechas que prevalecen en la universidad, y que los profesor= es deben enfrentar. Y la universidad lo hace muy bien, porque se corrobora con = los resultados obtenidos.

JMDDA: La œl= tima pregunta que te quer’a hacer es la siguiente: Àconsideras que existe alguna conexi—n entre la bœsqueda del buen uso de lenguaje y la redacci—n en otros ‡mbitos de la sociedad?<= /b>

LPT: B‡sic= amente, Jesœs, yo creo que la escritura del lenguaje y, en especial, el de car‡cter cient’fico-acadŽmico, ayuda bastante a organizar las ideas y pensar mejor co= n respecto a algœn tipo de problema que uno pueda afrontar. En su mayor’a, lo = que hacemos es eso: ordenamos nuestras ideas para plantear un texto que quiere emitir una buena comunicaci—n Ñesta palabra es importante porque hermana la ense–anza de la redacci—n con otras ‡reas de la sociedadÑ. Es eso lo que aprendemos a hacer. Entonces, en este caso, es la comunicaci—n. Es lo que realizamos cuando redactamos o nos comunicamos. La comunicaci—n est‡ present= e en todos los ‡mbitos de la sociedad. Por ello, considero que nos ir’a mejor como sociedad si empez‡ramos a comunicarnos de forma m‡s adecuada. Ac‡ podem= os referirnos a unas tendencias te—ricas o de algunos estudios, como al hacer alusi—n a la intersubjetividad, que desarrolla la idea del enfrentamiento comunicativo entre iguales. Esto ayuda mucho en el ‡rea de la redacci—n. Es= t‡ muy vinculado con la noci—n de la comunicaci—n. Por consiguiente, en otros ‡mbitos de la sociedad, lo que predomina es la manera de comunicarse, ya sea= a travŽs de ideas, reflexiones o inquietudes.

Imag’nate. Quiz‡, muchos de los problemas que tenemos como sociedad son informaciones m= al comprendidas Ñaqu’ ya se introduce el tema de la comprensi—n o comprensi—n lectoraÑ por las autoridades, y van mal canalizados por ellas porque otras personas no se han comunicado adecuadamente. Esta puede ser una de las razon= es, adem‡s de otros aspectos tambiŽn muy importantes, como el tema de la corrupci—n, la falta de sensibilidad de las autoridades, etc. Por ello, una buena comunicaci—n, as’ como afinarla o perfeccionarla, ayudar’a bastante en canalizar muchas de las inquietudes de la sociedad; incluso, como ciudadanos= o integrantes de una comunidad o muchas comunidades. Todo ello se articula en = un pa’s. Esto podr’a conducir a un mejor prop—sito los proyectos que procuran ayudar y mejorar las condiciones sociales del pa’s.

All’, con respecto a la pregunta que me has planteado, ser‡ muy relevante el tema = de la comunicaci—n, as’ como la idea de la comunicaci—n intersubjetiva, entendi= da como aquella que puede canalizar los problemas para encontrar sus respectiva= s soluciones. TambiŽn, esto ayudar’a a que las personas puedan plantear sus demandas a las autoridades y encuentren soluciones a partir de su propia comunicaci—n, porque muchos de los problemas que tenemos como integrantes de una comunidad se generan por incomunicaci—n, tal como puede ocurrir con tu vecino, alguien de tu barrio, la persona que vive contigo o alguien que conforma la ciudad. En este caso, para m’, es importante eso.

Si consideramos el tema de la redacci—n de una forma m‡s justa, creo que esta e= s relevante, ya que constituye un aspecto transversal que se relaciona mucho c= on todos los problemas de la sociedad; incluso, con los de los acadŽmicos. Por ejemplo, muchas personas dicen ÒÀpara quŽ voy a aprender a leer o redactar b= ien si yo me voy a dedicar a las Matem‡ticas?Ó. Si no tienes una buena comprens= i—n, no vas a entender la formulaci—n de un problema matem‡tico. Y si quieres plantear un problema, debes saber c—mo redactarlo. En los ‡mbitos acadŽmico = y social, esta idea funciona. As’, se formula un buen problema y se sugieren desaf’os que se deber‡n concretar en el futuro m‡s pr—ximo. Eso ser’a lo ide= al. O, en todo caso, puede dejarse como parte de la planificaci—n que luego ser‡ enfrentada por futuras generaciones o autoridades competentes en ese tipo de circunstancias. B‡sicamente, es eso.

MDDA: Muy bien, Lenin, habiendo resuelto las interrogantes planteadas, damo= s por finalizada la entrevista. Agradezco nuevamente la cooperaci—n que has tenido al intercambiar tus ideas con respecto a la ense–anza del lenguaje. T= us experiencias han servido para conocer a mayor profundidad c—mo funcionan est= as estrategias del lenguaje que permiten una buena redacci—n, as’ como tambiŽn hemos abordado las dificultades por las que atraviesa un estudiante universitario frente a ese contexto.

LPT: Gracias a ti, Jesœs, por la oportunidad y la posibilidad de poder expresar mi conocimiento. SŽ que ayudar‡ a varias personas que atraviesan po= r este tipo de inquietudes en estos espacios acadŽmicos.

 

Lima, julio de 2021.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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[1] Esta entrevista se realiz—= el 4 de julio de 2021, la cual se encuentra en formato audiovisual en el siguient= e enlace: <https://youtu.be/owP55JAy7BM>.

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