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Año 2013

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PUCARA, con ISSN N.º 1390-0862, Nº de Folio Latindex: 11915, es una revista de
Humanidades de periodicidad anual que publica la Facultad de Filosofía, Letras y
Ciencias de la Educación de la Universidad de Cuenca, Ecuador.

Director
Manuel Villavicencio

manuel.villavicencio@ucuenca.edu.ec

Consejo Editorial
María Augusta Vintimilla, Universidad de Cuenca
Fernando Ortiz Vizuete, Universidad de Cuenca
Catalina León Pesántez, Universidad de Cuenca

Aidalí Aponte Avilés, Universidad de Connecticut, USA
Cecilia Rubio, Universidad de Concepción, Chile

Consejo Consultor
Roberto Viereck, Universidad de Concordia, Canadá

Guillermo Henríquez Aste, Universidad de Concepción, Chile
Nelson Osorio Tejada, Universidad de Santiago de Chile

Jorge Eduardo Serrato, Universidad Autónoma de México
Raúl Vallejo Corral, Universidad Andina Simón Bolivar, Ecuador

Emma Camarero, Universidad de Salamanca, España

Traducciones
Eulalia Moscoso Carvallo

Corrección de pruebas y revisión
Manolo Villavicencio Verdugo

Secretaria del Centro de Publicaciones
Margarita Dávila

Diagramación e Impresión
Dis. Andrea Muñoz Vélez / Gráficas Hernández

Información
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación

Universidad de Cuenca, Ecuador
Av. 12 de abril. Ciudadela Universitaria.

Teléfono (593) 074 05 11 25
pucara@ucuenca.edu.ec

Cuenca-Ecuador

3

Presentación ..............................................................................

La implosión del cuerpo en la era digital:
Un análisis del cuerpo como fuente de identidad personal y
producción social desde enfoques feministas y la tecnociencia
Elisabeth Tómmerbakk..........................................................

Lo histórico y lo utópico en la propuesta política de Luis Villoro
Facundo Lafalla .......................................................................

La Madre España y sus lecciones.
El impacto de la guerra civil española en el campo intelectual
ecuatoriano
Niall Binns ................................................................................

Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación de Cuenca entre
1809 y 1814 y la aplicación de los principios constitucionales
de Cádiz
Ana Luz Borrero Vega ............................................................

Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de
una afrodescendiente en la literatura chilena
Paulina Barrenechea Vergara ................................................

“Para llegar a McOndo”
Ezequiel De Rosso ....................................................................

Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como
género popular y de culto
José Eduardo Serrato Córdova ............................................

ÍNDICE

7


9

37


47


57

75

99

119

4

Del canibalismo como metáfora narrativa
María Augusta Vintimilla .................................................

Nostalgia de la hazaña. La infancia lectora en José Martí
María del Rocío García Rey ..............................................

El Realismo Mágico: una lectura “otra”
Santiago Patarroyo Rengifo ..............................................

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de
las aspiraciones de carrera de los estudiantes: un estudio de
caso
McGinley S., Van Hoof H., O’Neill J., Carpio S.,
Cueva A.
.............................................................................

La edición universitaria como práctica de extensión y
difusión cultural de las universidades públicas en América
Latina: estado de la cuestión y actualidad
Jenny Teresita Guerra González .......................................

¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la
alfabetización académica
Cordero G., Riera G.,Villavicencio M. .............................

La educación desde una visión emancipadora de los
Derechos Humanos orientada a niñas y niños de padres en
prisión: una experiencia educativa de “Apoyo escolar” del
programa “Mi Otra Casa”
Piedad Vásquez ..................................................................

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes
sobre la violencia de pareja en Cuenca-Ecuador
Pinos G., Pinos V., Jerves M., Maenhout S., Enzlin P.

139

157

171

183

205

223

243

259

5

Presentation ..............................................................................

The implosion of the body in a digital age:
An analysis of the body as a source of personal identity and
social production based on feminist perspectives and technos-
cience
Elisabeth Tómmerbakk..........................................................

The historical and utopian in Luis Villoro´s political proposal
Facundo Lafalla .......................................................................

The mother country, Spain, and its teachings.
The impact of the spanish civil war on the ecuadorian
intellectual field
Niall Binns ................................................................................

Liberal ideas and thought in Cuenca between 1809 and 1814:
the Cádiz Constitutional principles legacy and application.
Ana Luz Borrero Vega ............................................................

Experience of a networked body. Political-corporal
interpretation of an afro-descendent female in the chilean
literature
Paulina Barrenechea Vergara ................................................

“How to arrive to McOndo”
Ezequiel De Rosso ....................................................................

Some reflections upon the cyberpunk in Mexico as a
popular and worship genre
José Eduardo Serrato Córdova ............................................

INDEX

7



9

37


47


57

75

99

119

6

Cannibalism as a narrative metaphor
María Augusta Vintimilla .................................................

The childhood reading in José Martí
María del Rocío García Rey ..............................................

The Magical Realism: another interpretation
Santiago Patarroyo Rengifo ..............................................

Application of the theory based on the evaluation of the
students´ career aspirations: a case study
McGinley S., Van Hoof H., O’Neill J., Carpio S.,
Cueva A.
.............................................................................

University editions as a practice for the cultural extension
and diffusion by the public universities in Latin America:
state of the question and topicality
Jenny Teresita Guerra González .......................................

Teaching writing at the university? Academic literacy
emergency
Cordero G., Riera G.,Villavicencio M. .............................

Education from an emancipated Human Rights vision aimed
to children whose parents are imprissoned: an educative
experience of “School Support” as part of the program
“Mi Otra casa”
Piedad Vásquez ..................................................................

Attitudes, knowledge and beliefs of teenagers regarding
violence against women within a heterosexual relationship
in Cuenca, Ecuador
Pinos G., Pinos V., Jerves M., Maenhout S., Enzlin P.

139

157

171

183

205

223

243

259

7

La ficción consiste tanto en lo que se
narra como en lo que se calla.

RICARDO PIGLIA

Antes de emitir un breve comentario sobre cada uno de los artículos que
componen la Revista, me permitiré citar un fragmento del célebre artículo
titulado “La universidad ecuatoriana y los rostros de la revolución: un balance
preliminar”, publicado por el profesor Guilleume von Farry, catedrático de
Literatura Hispanoamericana de la Universidad Estatal de El Salvador, en la
revista The tempest en el mes de julio de 2022:
«Todo comenzó hace más de una década. El gobierno ecuatoriano de turno
impulsó un cambio radical en el sistema de educación superior, con la
certeza de que el modelo universitario había colapsado. La inversión del
gobierno a través de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia
y Tecnología (SENESCYT), para la creación de nuevas universidades y la
implementación de programas de becas y pasantías, alcanzó cifras récord en
Latinoamérica. A partir de la lectura de las publicaciones de la prensa escrita
y las conversaciones sostenidas con algunos colegas ecuatorianos antes de
jubilarme, me permito reflexionar sobre algunos aspectos motivados por
esta revolución universitaria.

1. Sobre el examen de ingreso a la universidad. Hace más de diez
años se implementó, bajo el precepto de democratizar la educación,
un programa de admisión a las universidades públicas basado en
“un examen que mide aptitudes”. Sin embargo, el resultado no
fue el esperado: los estudiantes de menos recursos económicos,
provenientes de instituciones públicas, comenzaron a quedarse
fuera de la universidad; mientras que los estudiantes de las clases
más pudientes, educados en instituciones privadas, abarrotaron las
aulas sin restricciones: si no aprobaban el examen de admisión a
una universidad pública, podían fácilmente costearse la carrera en
cualquier universidad pagada. Esta brecha también se evidenció
entre los estudiantes provenientes del sector rural, no acostumbrados
a desenvolverse en un medio competitivo, y los del sector urbano,
mejor preparados. Si el objetivo era democratizar el acceso a la
educación superior, el resultado fue el inverso: la universidad fue
elitizada y el país se llenó de masa obrera.

8

2. Sobre las universidades clausuradas. Esto lo recuerdo muy bien.
Creo que lo vi en un canal colombiano en el 2010 cuando asistí
a un congreso de literatura chicana en homenaje a Jorge Volpi.
El Consejo de Educación Superior (CES) clausuró un montón de
universidades que funcionaban casi en la calle. Este primer golpe
fue replicado, aunque con menor intensidad, los años siguientes.

3. El 2017, o el Boom de los PhDs. Este proyecto “ambicioso” tuvo
sus consecuencias: 1. Actualmente, las universidades ecuatorianas
no cuentan ni siquiera con el 30% de su personal con título de doctor.
2. El 50% de becarios que estudiaron fuera del país y con fondos
públicos, prefirieron ingresar a las academias norteamericanas,
alemanas, inglesas, canadienses y brasileñas; simplemente porque
les pagan y tratan mejor. 3. Se desvirtuaron los estudios doctorales,
que inicialmente surgían de una motivación personal. 4. Aparecieron
programas doctorales “de chatarra”, que más tarde no fueron
reconocidos por el CES. 5. Se clausuraron y se intervinieron otras
universidades.

4. Sobre la autonomía universitaria.

5. Sobre el cierre de las facultades de filosofía. Con el pretexto de un
cambio de la matriz productiva en el país, el gobierno implementó
la eliminación sistemática de las facultades de filosofía. El vocero
de la SENESCYT declaró a las humanidades y ciencias sociales
como áreas no prioritarias para la política académica implementada
por la Secretaría. Por supuesto, las facultades de filosofía continúan
existiendo, pero con otros nombres: libertad, pensamiento,
inteligencia, conocimiento, derechos…» (75-6).

Este fragmento del profesor von Farry, confirma la capacidad que tuvo la
universidad ecuatoriana (las humanidades y ciencias sociales, en particular)
de reinventarse y complotar en contra de un “paquetazo” de política
académica, que no consiguió guillotinar las verdaderas revoluciones sociales
y culturales, sustentadas en un humanismo abierto a los cambios de siglo y
al diálogo con las otras disciplinas. Los artículos que forman parte de la
Revista PUCARA Nº 25 hacen eso: evidenciar una concepción progresista
del conocimiento.

9

La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

La implosión del cuerpo en la era digital:
Un análisis del cuerpo como fuente de identidad

personal y producción social desde enfoques feministas
y la tecnociencia

The implosion of the body in a digital age:
An analysis of the body as a source of personal identity and social

production based on feminist perspectives and technoscience

Elisabeth Tómmerbakk
Universidad de Cuenca, Ecuador

e-mail: elitatommerbakk@hotmail.com

Resumen
En la era digital los significados sociales y culturales del cuerpo han cambiado
gracias a la tecnociencia, el mercado y posibilidades del ciberespacio. El
cuerpo humano se ha convertido en uno de los territorios más importantes de
la representación del “yo” y la identidad. A lo largo de la historia, el cuerpo
ha estado relacionado con una serie de dicotomías y estrictas divisiones
(sujeto/objeto, masculino/femenino, naturaleza/cultura) que han pretendido
gobernar y disciplinarlo. Estas divisiones se han vuelto más difusas y las
categorías ya no son tan claras debido a que los espacios de lo real y lo
virtual se sobreponen, conformando nuevos territorios de exploración y
transgresión. El sujeto tiene, por lo tanto, nuevas y complejas formas de
construir su identidad en las que participa directamente la tecnología y la
tecnociencia.

Palabras clave: Cuerpo, género, tecnociencia, cyborg

Abstract
In this digital age the social and cultural meanings of the body have changed
due to technoscience, the market and the possibilities of cyberspace. The
human body has become one of the most important territories for the
subject’s representation of the “self” and identity. Along history the human
body has been connected to dichotomies and strict divisions (subject/
object, masculine/feminine, nature/culture), that pretended to govern and

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

control its possibilities. These divisions and categories are not so clear, as
they used to be. The real and the virtual, overlap, creating new territories of
exploration and transgression. The subject has access to new and complex
ways of constructing his or her identity using tools and possibilities offered
by technology and technoscience.

Key words: Body, gender, technoscience, cyborg

***

El estudio del cuerpo y sus múltiples significados culturales, económicos y
sociales, implica necesariamente una aproximación dual. Por un lado está el
cuerpo como fundamento de la individualidad o la subjetividad si se quiere
y, por otro, el cuerpo interconectado, es decir el cuerpo relacionado con otros
cuerpos con los cuales participa en distintas producciones y manifestaciones
sociales.
Desde esta perspectiva, el cuerpo no solo participa y actúa en distintos
escenarios, sino que se convierte en uno de los más importantes escenarios
o territorios donde se inscriben realidades y significados culturalmente
inteligibles (Allan 409). La manera en que entendemos o percibimos las
realidades del cuerpo va a depender necesariamente del conocimiento que
tenemos sobre él. Varios autores, entre ellos Foucault y Derrida, argumentan
que los fenómenos y los objetos (también el cuerpo) sólo son posibles e
inteligibles dentro de un contexto histórico y cultural. El conocimiento
siempre será históricamente específico.
Los límites y las fronteras para lo posible y lo imposible tienen que ver
con el lenguaje, los recursos, las categorías y el discurso (Allan 406). A
partir de esta perspectiva, surge la siguiente inquietud: ¿Las realidades
y las posibilidades del cuerpo actualmente son otras, distintas a lo que
fueron en otros períodos históricos? Indudablemente que sí, sobre todo si
ubicamos el cuerpo dentro de los nuevos contextos científicos generados
por las inquietudes y las herramientas de la tecnociencia y las posibilidades
epistemológicas de las teorías feministas y el ciberespacio.

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

El poder de las categorías y el papel de la ciencia

A lo largo de la historia, la comprensión social del cuerpo ha estado vinculada
a una serie de estrictas divisiones y dicotomías por medio de las cuales se
ha pretendido administrar sus posibilidades y a su vez disciplinarlo (sujeto/
objeto, mente/cuerpo, masculino/femenino, naturaleza/cultura…). Estas
dicotomías o pares de opuestos no son otra cosa que manifestaciones de
poder y jerarquías culturales. Esta sería la perspectiva de Foucault quien
afirma que en la sociedad las reglas, los recursos y las prácticas se coordinan
y son utilizados con el objetivo de transmitir una percepción particular
acerca de la verdad o lo verdadero. Lo llama “truthgames”, es decir, una
forma de juego de poder.

El lenguaje tiene necesariamente que fundamentarse en una serie de
categorías para poder producir sentido. En otras palabras, no podemos crear
significados sin una serie de distinciones. Para Foucault estamos “bajo el
poder” de las categorías que ponen estrictas limitaciones a lo que podemos
pensar o hacer. Son justamente las categorías que dan una determinada
forma a nuestro mundo y a la relación con nosotros mismos.

En base a lo anterior vemos que el fundamento del poder se encuentra en el
lenguaje y en los discursos, ya que condicionan todo nuestro pensamiento
y en un sentido más amplio, todas las posibilidades del pensamiento.
Foucault sostiene por lo tanto que no podemos escapar del poder de las
categorizaciones y el discurso es el espacio donde este poder se manifiesta.
Las prácticas discursivas deciden y dan forma a los sujetos y administran
sus posibilidades, es decir, reflejan las relaciones de poder en las que
están inmersos. Es importante tomar en cuenta que para Foucault el poder
no necesariamente significa algo negativo, como fue el caso en la teoría
sociológica clásica; más bien se trata de un poder creador o productivo
que manifiesta el deseo o la búsqueda de conocimiento. El poder produce
conocimiento y el conocimiento constituye la base para el poder. Se trata sin
lugar a dudas de una relación dinámica entre estos dos. A Marx también le
preocupaba la relación entre el poder y el conocimiento y consideraba que el
conocimiento que manejaba la gente era producto de sus intereses de clase;
en otras palabras, el resultado de su postura ideológica y por lo tanto una
expresión de falsa conciencia.

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

Con Foucault, en cambio, hay una reorientación del enfoque al dejar a un
lado lo estructural del poder y emplear un método de aproximación mucho
más concreto y práctico al analizar el poder en su contexto histórico. Un
ejemplo de esta situación es su obra Vigilar y Castigar (1975). Aquí enfoca
la relación entre el poder y el conocimiento al analizar el surgimiento de lo
moderno en la historia de la ciencia y los cambios que se presentaron en el
período clásico como él mismo lo llama (Sandmo 83). Se propone estudiar
cómo nació la modernidad a raíz de una serie de cambios y transformaciones
de distintas instituciones sociales. Con estos cambios surge una nueva visión
del hombre. Esta “nueva mirada” o comprensión del ser humano hace que
de alguna manera pierda su estatus de sujeto y se lo convierte en objeto para
la ciencia que ubica al ser humano en distintos sistemas de clasificación, con
categorías como normalidad y desviación como principios estructurantes
(Sandmo 83).

En el libro, Foucault describe cómo la sociedad poco a poco reemplaza los
dramáticos castigos corporales (que se realizaban en lugares o espacios
públicos para infundir el miedo) por la reclusión carcelaria. En períodos
anteriores el poder se empleaba para mutilar y torturar los cuerpos de
los sujetos que habían violado las normas y el orden social. Esto era una
manifestación del poder negativo que impedía al individuo actuar de una
manera que el colectivo o la sociedad consideraban inaceptable. En última
instancia significaba que el poder tenía la intención de aniquilar al sujeto por
medio de la destrucción de su cuerpo.

En el siglo XVIII empiezan a desaparecer estos castigos, no porque la
sociedad pretendía ser más humana, según Foucault, sino porque se buscaba
hacer que el castigo fuese más eficiente o productivo si se quiere. Esta postura
tiene que ver con el contexto histórico de la época. Con el surgimiento del
liberalismo desaparece la monarquía absoluta. El ser humano ya no es un
miembro anónimo del pueblo, un súbdito, sino que se ha convertido en un
individuo libre. Antes el castigo había constituido un ritual público en donde
se confirmaba el poder y la dominación del Rey, pero con la liberación del
individuo se pueden emplear castigos con otra simbología y el privar al
individuo de su libertad ya es castigo suficiente (Neumann & Sand 29).

El papel del poder ya es otro al asumir el control sobre el sujeto que va
ser castigado. Esta forma de castigo no aniquila el cuerpo como sucedía en

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

épocas anteriores, sino que se lo aísla de la sociedad a la vez que se lo vigila.
La función de la cárcel es disciplinar al ser humano o mejor dicho lograr que
se “autodiscipline”. Por medio de la vigilancia y la ausencia de la libertad,
la sociedad no únicamente ejerce control sobre el cuerpo, sino que también
controla la psiquis del individuo, que es impedido de comportarse de una
manera que la sociedad no aprueba y al mismo tiempo es obligado a actuar y
pensar de una forma distinta. En pocas palabras estamos hablando del poder
creativo que produce una forma particular de conducta (Sandmo 85).

La prisión es una expresión concreta del deseo social de ejercer un control
diferente. Se trata de una vigilancia institucional del individuo quien en
ausencia de su libertad es disciplinado y administrado por la sociedad. El
poder se manifiesta por medio de la disciplina, porque según Foucault el
poder se sitúa en la acción y no en estructuras o en individuos concretos
como se pensaba anteriormente. La productividad del poder radica en que el
Estado haya transformado al individuo en una herramienta de autodisciplina.
Esta es la idea detrás del concepto de gouvernementalité empleado por
Foucault.

Con el surgimiento del estado nacional y los valores del liberalismo, el
pueblo fue liberado del poder de la monarquía absoluta, pero al mismo
tiempo que el poder se vuelve menos visible y espectacular, es ampliado
por medio del control y el autogobierno del sujeto. En pocas palabras el
poder es más fuerte y efectivo cuando los individuos no están conscientes
de su presencia. Sin embargo el individuo no sólo se gobierna a sí mismo,
también es administrado por medio de distintas instancias y técnicas como
por ejemplo la ciencia y de manera particular en las ciencias humanas que
convierten el sujeto en objeto para el conocimiento.

La preocupación por el poder de las categorías y el discurso también
está presente en la obra de Donna J. Haraway quien argumenta, al igual
que Foucault, que muchas de las marcadas divisiones (por ejemplo
masculino/femenino, subjetividad/objetividad) y clasificaciones son el
resultado de los ideales de la Revolución Científica del siglo XVI que en
gran medida relacionó la objetividad científica con la masculinidad civil
europea (Haraway 30). Al emprender la tarea de sistematizar y organizar

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

el mundo y la naturaleza, se excluyó a la mujer de la vida experimental
así como sus prácticas y simbologías, al invisibilizarla tanto física como
epistemológicamente (Haraway 27-28). La autora pretende revelar cómo
nació esta cultura científica masculina que según ella (citando a David Noble
sobre la cultura clerical del occidente) no solo refleja una comprensión
sexista de la historia, sino que se ha forjado en directa oposición a las
mujeres y en su ausencia. Durante la Revolución Científica, la masculinidad
llegó a ser percibida como la verdadera naturaleza de la narración (discurso)
científica desinteresada, objetiva y neutral (Haraway 1997: 29, 32). A partir
de la ciencia se ha construido narraciones sobre la “objetividad” y en esta
categoría no hubo lugar para las mujeres. Estas historias se interponen y
obstaculizan las posibilidades de producir una ciencia más adecuada y
autocrítica que no constituye un impedimento para el conocimiento situado
(Haraway 33).

Para tratar de explicar esta postura, Haraway introduce alguien a quien ella
llama el testigo modesto (modest witness). La producción de conocimiento,
la práctica científica y el rol o papel del investigador se relaciona con la
actividad de ser testigo. Sostiene que la ciencia moderna occidental concibe
a los productores de conocimiento como “testigos modestos”. Es la práctica
de narrar o contar algo sobre algo o alguien1 . El papel de ser testigo de la
ciencia ha sido estrictamente un rol masculino ya que la modestia que debía
poseer esta figura para calificar como un narrador creíble y objetivo, solo
estaba presente en el hombre ya que su modestia o virtudes eran las de la
mente, mientras que la virtud de la mujer, era la modestia o castidad del
cuerpo, con lo cual automáticamente se le excluía como una participante
creíble en la construcción de conocimiento (Haraway 30). Vemos entonces
que Haraway desea analizar y visibilizar lo que han sido consideradas
prácticas científicas transparentes y objetivas, al cuestionar quién tiene el
derecho de limitar y generar estándares científicos y en última instancia lo
que se considera ciencia. Argumenta que el hombre científico del siglo XVI
no era simplemente un testigo neutral de la naturaleza, sino un productor
de realidades parcializadas que empleaba estrategias discursivas como
fundamento.

1 http://www.spartacus.no/index.php?ID=Artikkel&counter=19

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

La construcción del cuerpo y su materialidad

El origen de las diferencias entre hombres y mujeres ha sido un largo y
polémico debate en varias disciplinas y de manera particular en el campo de
las ciencias sociales. En los estudios de la mujer y el pensamiento feminista
que va tomando forma en los años setenta, el concepto de patriarcado fue
empleado para comprender cómo y por qué se oprime a la mujer y por medio
de qué mecanismos se ejerce esta dominación. Este concepto contribuyó por
lo tanto con nuevas perspectivas sobre el dominio del hombre y su posición
en la sociedad.

Las distintas teorías sobre el patriarcado tienen como objetivo explicar el
dominio masculino y la reproducción de las desigualdades de género. Sin
embargo, con el tiempo estas teorías enfrentaron varias críticas debido a
que tendían a enfatizar la continuidad y fueron vistas como estáticas sin
proporcionar estrategias que posibilitaran el cambio. Además resultó
importante destacar que no todas las mujeres vivían bajo las mismas
condiciones debido a factores como raza, clase, cultura, entre otros.
Los críticos marxistas intentaron por lo tanto relacionar el concepto del
patriarcado con distintas teorías sobre el capitalismo con el propósito de
poder explicar la situación de la mujer como el resultado tanto del patriarcado
como del sistema capitalista. Este enfoque se lo conoce como la “teoría del
sistema dual” y Heidi Hartman fue la primera en lanzar la teoría sobre el
“patriarcado capitalista”; una perspectiva que recibió mucha atención en el
ámbito académico (Kvande & Rasmussen 41).

Con el tiempo, distintas teorías sobre el patriarcado fueron parcialmente
reemplazadas por enfoques teóricos sobre el sexo y el género. El sexo es visto
como el componente biológico de las identidades masculinas y femeninas y
el género como el sexo social, es decir cómo actuamos y asumimos nuestro
sexo culturalmente. Esta problematización fue de gran importancia porque
permitió estudiar el género como una construcción social y no producto de
un orden natural absoluto. Se asume entonces que el género es una actuación
o representación, una categoría funcionalista, que se establece a partir de
diferencias preconstituidas, cuyo origen es el resultado de diferencias
biológicas o sexuales sociales que actuamos al representar nuestros roles
(Haraway 26).

16

Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

Bajo esta perspectiva, las concepciones sociales sobre género y los
respectivos roles masculinos y femeninos entendidos como producto
de un orden natural y no cultural, fue el origen de la división sexual del
trabajo. Bourdieu habla inclusive de un orden social incorporado donde
operan clasificaciones corporeizadas. Al tratar de desafiar este orden se va
trastocar nuestro orden mental ya que constituye una oposición a todo lo que
socialmente llamamos “sentido común” (Bourdieu 231).

Actualmente, muchos teóricos han abandonado esta distinción por
considerarla simplista y poca adecuada, asumiendo que no sólo el género,
sino también el cuerpo es decir lo material, se construye socialmente.
De acuerdo a esta perspectiva, el cuerpo es mucho más que biología.
Constituye un objeto social que adquiere significados simbólicos y sufre
modificaciones y transformaciones por medio de prácticas sociales,
categorizaciones y discursos (Allan 409). Para Erving Goffman la sociedad
es un escenario sobre el cual actuamos o representamos nuestro “yo”, pero
podemos ir más lejos; el cuerpo es el escenario que construimos para actuar
el “yo” y para poder representar este “yo” (subjetivo) tenemos que actuar
también la sociedad (objetivo). La mayoría de individuos hacen esto sin
cuestionamientos mientras que para algunos esto se convierte en una intensa
lucha que se libera sobre el escenario del cuerpo.

Esta sería la postura de Judith Butler, quien considera que el sexo es una
forma de grabado o inscripción social, porque sin sexo el cuerpo no tendría
sentido. No sería más que una masa o un conjunto de células sin propósito o
significado. Esta idea la toma de Derrida, que sostiene que los seres humanos
inscribimos o trazamos realidad significativa sobre superficies que de otra
manera serían lisas, vacías y sin sentido (Allan 409). El sexo es lo que hace
que un cuerpo sea un cuerpo y nos resulta sumamente difícil imaginarnos
o concebir un cuerpo asexuado. En pocas palabras entendemos el cuerpo y
significa para nosotros por medio del sexo y su materialidad, de no ser así
no sería inteligible (Allan 409). Según Butler, el cuerpo materializa o da
existencia física a la sociedad porque la sociedad se manifiesta por medio
de los cuerpos que son socialmente creados o producidos (Allan 405).
Concretamente vemos que para Butler «el sexo no es sencillamente algo que
uno tiene o una descripción estática de lo que uno es: será una de las normas
mediante las cuales ese “uno” puede llegar a ser viable, esa norma que califica
un cuerpo para toda la vida dentro de la esfera de la inteligibilidad cultural»

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

(Butler 19). Butler argumenta entonces que equivocadamente creemos que
el sexo únicamente tiene una base biológica. El sexo es normativo, es decir,
constituye una poderosa norma social que organiza y regula los cuerpos
y las prácticas sociales en las que participan. Los cuerpos sexuados son
el resultado de un fuerte control social por medio del cual se gobierna los
mismos (Butler 18).

El sujeto asume un sexo que ha sido culturalmente moldeado y trabajado.
Este sexo socialmente definido es trazado o inscrito sobre nuestros cuerpos
de manera violenta, según Butler, porque obedece a la norma hegemónica
de la heterosexualidad que excluye otras posibilidades y ejerce un fuerte
control social. Este proceso va mucho más allá de la socialización, ya que la
autora argumenta que la materialidad “desde siempre” está incorporada de
forma discursiva en la cultura, eso significa que a pesar de ser un fenómeno
autónomo, no tenemos acceso a esta materialidad, sino por medio de las
formas cognitivas que se encuentran condicionadas por las posibilidades del
discurso (Langas 6). Para Butler, las diferencias no son una simple cuestión
de diferencias materiales; estas son producidas y toman forma en y por
medio del discurso.

La constante reiteración de la norma hegemónica de la heterosexualidad
implica que la materialización de los cuerpos no es un proceso terminado o
acabado una vez y por todas (Butler 18). Para explicar la constante necesidad
de citar el orden normativo, Butler recurre a la teoría freudiana. Los deseos
del “ello” siempre están presentes y por lo tanto el “yo” nunca acaba
su trabajo de mediador entre estos y las exigencias culturales y sociales
establecidas por la presencia del “superyo”.

En el proceso de la conformación de género, el niño tiene que renunciar al
amor que siente por su madre debido al miedo de castración que le inspira
su padre, quien de manera inconsciente representa una amenaza para el
niño y es considerado un rival. Con el tiempo el niño aprende a reprimir
los sentimientos eróticos hacia su madre. El miedo al tabú y el acto de
renuncia generará posteriormente una profunda melancolía en el sujeto. La
identificación posterior con el padre y el desarrollo del género masculino
se fundamente según Freud en una pérdida. Butler sostiene que un proceso
similar toma lugar cuando la normativa heterosexual rechaza y niega la
relación homosexual:

18

Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

En el caso de una unión heterosexual prohibida, lo que se
niega es el objeto, no la modalidad del deseo; de modo que el
deseo se desvía de este objeto a otros objetos de sexo opuesto.
Pero en el caso de una unión homosexual prohibida, está claro que
tanto el deseo como el objeto requieren una renuncia (Butler 93).


Al no existir una normativa homosexual que la sociedad cita una y otra
vez como en el caso de las relaciones heterosexuales, la homosexualidad
para Butler constituye un acto de transgresión o de subversión que a su
vez permite deconstruir las realidades sociales y culturales del sexo. Lo
queer constituye una herramienta analítica que permite visibilizar de forma
concreta las estrategias discursivas del cuerpo y su construcción. La historia
de nuestros cuerpos es historia acumulada y esta historia está anclada en
los discursos que no sólo anteceden, sino que condicionan los usos y la
comprensión contemporánea del cuerpo (Butler 319).

Esta concepción del cuerpo se relaciona con el concepto de habitus
propuesto por Bourdieu. El habitus contiene tanto las estructuras sociales
como las acciones individuales y constituye un intento por superar esta
dicotomía que ha sido fundamental en la sociología. Bourdieu utiliza habitus
para referirse a historia corporeizada que ha sido internalizada como “una
segunda naturaleza” en el ser humano y por lo tanto es historia olvidada. Es
la presencia activa del pasado del cual es un producto (Bourdieu 56). Podemos
hablar de un habitus de género masculino y femenino, cuyas diferencias
han sido incorporadas directamente en el cuerpo y se reflejan en lo que
consideramos masculino y femenino en la sociedad. Es el hombre y la mujer
del pasado que se hacen presentes en nuestras disposiciones y conductas.
En otras palabras, se trata de esquemas que nos gobiernan, pero estos son
generativos y hasta cierto punto abiertos. Eso significa que hay posibilidades
de cambio aunque los procesos de transformación normalmente son lentos
ya que las disposiciones también incluyen sanciones sociales que entran en
funcionamiento cuando el individuo transgrede o rompe con lo establecido,
es decir, desafía lo que tradicionalmente se relaciona con un determinado
habitus.

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

Performatividad y subversión

Subversión implica un cambio significativo “desde adentro”, desde el mismo
fundamento de una práctica social. Los actos de subversión son aquellos
que afirman y desafían al mismo tiempo (Allan 418). Para que funcione su
cuestionamiento y su deseo de desafiar, el acto o la conducta subversiva
necesariamente tiene que citar la norma a la que se opone. Para Butler esta
es la razón por la cual el sujeto cuando transgrede las normas sociales de
alguna manera las cita o las repite, pero de forma modificada al mostrar su
repudio o rechazo en una representación que puede implicar parodia, ironía
o exageración. La subversión será por lo tanto «la repetición de la ley en
forma de hipérbole, una rearticulación de la ley contra la autoridad de quien
la impone» (Butler 180).

En el caso de la heterosexualidad el individuo cita un discurso que lo
antecede. Para Butler se trata de un acto performativo, es decir un acto por
medio del cual se da existencia a una determinada realidad. «Son aquellos
actos de habla que dan vida a lo que nombran» (Butler 315). Es más, son
actos que otorgan autoridad y legitimidad ya que la misma performatividad
les da un poder vinculante, es decir se vuelve a actualizar, por medio del
discurso, otras acciones o prácticas del pasado que ya fueron autorizadas
por la sociedad (Butler 316, 318). Las relaciones heterosexuales no hacen
otra cosa que citar la normativa dominante y al hacerlo la heterosexualidad
se inscribe o se traza sobre los cuerpos. En el caso de la homosexualidad
es diferente porque no existe una normativa que se puede reiterar y eso lo
convierte en una poderosa forma de subversión cultural y política. Al ser
una práctica que trata de evadir o desafiar la dominación de la hegemonía
heterosexual, se redefinen los significados y las posibilidades del cuerpo.

Butler argumenta que distintas manifestaciones y prácticas queer como
la homosexualidad y el travestismo son auténticos actos de subversión, al
cuestionar, desafiar y jugar con lo establecido sobre los géneros. Sin embargo,
es importante aclarar que para la autora no todos las formas de travestismo
serían auténticos cuestionamientos de la normativa heterosexual. En algunos
casos se trata de representaciones (cine y televisión) que constituyen una
parodia que tiene el propósito de ridiculizar a los que tienen esta práctica
y forma de vida y surgen de la homofobia colectiva que de alguna manera
siempre está latente. Según Butler, «el travestismo bien puede utilizarse

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

tanto al servicio de la desnaturalización como de la reidealización de las
normas hiperbólicas de género» (Butler 184). En todo caso, el travesti puede
llegar a representar una inquietante parodia y un cuestionamiento de las
prácticas mediante las cuales se produce la generización. Cuando un hombre
se viste y se maquilla como mujer, se produce una situación en la que se
desestabiliza el mismo género y las ideas sobre lo que concebimos como
natural o normal. Como destaca la autora, muchas veces se trata de una
representación un tanto teatral en la que se exagera y se imita la convención
social sobre lo femenino y al mismo tiempo se invierten las normas al citar
los estereotipos y actuarlos de manera hiperbólica. Fenómenos como drag
o el mismo travestismo normalmente causan situaciones de inquietud y
ansiedad.

Para poder entender por qué sucede esto, vale la pena recurrir a Goffman
quien sostiene que nuestro “yo” de alguna manera está oculto para los demás.
La única forma que tienen los otros de conocer el tipo de “yo” que estamos
reclamando para nosotros, es por medio de las señales o signos que emitimos.
Los otros al interpretar estos signos deducen el tipo de “yo” que representamos
y en base a esta situación se forman expectativas. La gente espera que de
alguna manera vivamos de acuerdo al “yo” que estamos reclamando para
nosotros. De caso contrario, nuestro “yo” será desacreditado y estigmatizado
(Allan 158). Género es la primera categorización que empleamos para
clasificar a las personas. El género es lo primero que reconocemos de los
sujetos y por lo tanto constituye un elemento fundamental en el manejo de
impresiones2 y nuestra autovalidación.

Para Goffman, el género es una forma idealizada de representación cuando
incorporamos los valores que son socialmente aceptados y acreditados. En la
representación de género las normas sociales, la ideología y los estereotipos
son utilizados de manera más significativa que en otras actuaciones o
representaciones y a la vez implica ciertos riesgos. Eso explica la estricta
atención que prestamos a los signos que emitimos y receptamos sobre
género. Según Goffman nos miramos o nos reflejamos en el género opuesto
para conformar nuestro manejo de las impresiones (Allan 158). Cuando se

2 A las personas les preocupa cómo son percibidas o vistas por los demás. Para controlar
estas percepciones se emplean muchas estrategias para manejar la impresión con el propósito
de lograr que los otros respondan de forma deseada (Giddens 157).

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

trata de los travestis, hacen lo mismo, pero de forma invertida. Observan el
género opuesto para copiarlo de forma burlesca e hiperbólica. Su manejo de
la impresión es por lo tanto diferente porque se subvierte la norma y a su
vez confirman ciertos estereotipos sobre la mujer y sus roles sociales. En el
caso de los drag queens muchos son hombres heterosexuales y constituyen
por lo tanto una expresión de melancolía por la pérdida de la posibilidad del
amor masculino (Butler (1993) en Allan 419).

La deconstrucción de los textos sociales
Para Judith Butler lo queer es una forma de deconstrucción que permite
analizar y desarticular los discursos sobre la relación entre cuerpo, sexo,
género y el “yo”. Esta noción de poder deconstruir o “desarmar” la realidad
proviene de Jacques Derrida quien sostiene que todo dentro de nuestra
experiencia y cultura es texto y por lo tanto se trata de fenómenos que se
pueden leer o interpretar. Para Derrida, quien siempre adoptó una posición
crítica frente a los sistemas totalitarios de pensamiento, es importante
tratar de revelar las jerarquías y las relaciones de poder ocultas, es decir
problematizarlas y ser críticos y esto es lo que Derrida llama deconstrucción.
Concretamente deconstruir significa visibilizar las contradicciones que
están presentes en el lenguaje y los sistemas de pensamiento, en otras
palabras desarticularlos para poder comprender cómo han surgido y cuál es
su fundamento ideológico. Toda forma de pensamiento depende de pares de
opuestos en donde los elementos que las integran se definen por medio de
una interrelación; por ejemplo, hombre - mujer, heterosexual - homosexual,
blanco - negro…
A la primera parte de estos pares se tiende a otorgar una posición privilegiada
en relación a la otra parte. En este caso, deconstruir significa mostrar o
visibilizar qué tipo de jerarquía sustenta la pareja de opuestos. Derrida
describe la relación entre términos opuestos como una jerarquía violenta.
Argumenta que para poder desestabilizar esta relación de poder jerárquico,
la sociedad tiene que pasar por un período en el que se privilegia la parte que
anteriormente ha sido marginada u oprimida (Mekjan 103). Esta ideología
es la que se emplea cuando en algunos países se emplea discriminación
positiva para equilibrar la distribución entre hombres y mujeres en los
lugares de trabajo. Se privilegia a las candidatas mujeres para lograr una
representación más equitativa en los distintos espacios laborales.

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

A Derrida, que también es conocido por su crítica a Saussure y el
estructuralismo, le preocupa la manera en que el lenguaje participa
activamente en nuestra percepción del mundo. La utilización del lenguaje
depende de la interpretación porque es un sistema basado en una serie de
relaciones arbitrarias que son producto de convenciones sociales. Para
Derrida la realidad es texto, compuesto por muchos otros textos que tienen
que ser interpretados, es decir los textos apuntan hacia otros textos que
a su vez se refieren a nuevos textos etc. En otras palabras, la realidad es
intertextual. A través de la deconstrucción podemos encontrar formas de
pensamiento alternativas o nuevas interpretaciones, pero estas no serán otra
cosa que un nuevo texto. Debido a esta situación Derrida frecuentemente
ha sido criticado y acusado de relativismo, ya que todas las interpretaciones
podrían verse como válidas y equitativas y que por lo tanto terminamos en
el mismo punto de partida ya que no existe sentido alguno, pero esta postura
ha sido rechazada por el autor en varias ocasiones.

Su método de aproximación se compone de dos pasos: primero hay que
acercarse al texto de forma tradicional para posteriormente tratar de
problematizarlo, es decir deconstruir el texto e intentar descubrir qué ideas
y concepciones lo sustentan (Mekjan 104). El camino hacia la comprensión
pasa por una desarticulación de los mitos y las narraciones sociales por
medio de una lectura connotativa. Al descubrir “las capas” que componen
el texto, surgen posibilidades para desarmarlo, “hacerlo pedazos” y quizás
descubrir las relaciones de poder ocultas que constituyen su fundamento. La
cultura no es un fenómeno estático, creado una vez por todas, la cultura está
en constante movimiento y transformación. Al integrar nuevos elementos,
se modifica y se transforma. La deconstrucción nos permite por lo tanto
revelar “las capas” del collage social y descubrir relaciones y conexiones
que a su vez nos otorgarán nuevos conocimientos.

Muchos grupos se han valido del método de Derrida porque abre nuevas
posibilidades que permiten examinar las relaciones de poder existentes y
visualizar la postura ideológica en la que se basan los mitos y las narraciones,
es decir constituye una herramienta para una comprensión distinta de la
identidad. Esta es la razón por la cual Derrida ha sido de gran utilidad en
los estudios de la mujer, teorías feministas y de género, aunque su teoría
también ha tenido relevancia en otros campos como, por ejemplo, en los
estudios postcoloniales.

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

La figura del cyborg y sus posibilidades de transgresión

No sólo Butler considera que los enfoques queer son una herramienta
importante para deconstruir las realidades sociales y culturales de
género; también Donna Haraway tiene una perspectiva teórica similar.
En su obra Modest_Witness@Second_Millennium.FemaleMan©_Meets_
OncoMouse™,
la autora pregunta cómo hacer para que el testigo modesto
de hoy en día sea una figura más queer constituida por las prácticas de la
tecnociencia; un/a MujerHombre (FemaleMan) antirracista, responsable y
autoconsciente (Haraway 35). El testigo masculino europeo del siglo XVI
se ha vuelto anacrónico y no puede enfrentar los nuevos desafíos científicos
y los de la tecnociencia de una forma creíble ya que se trata de nuevos
territorios, contextos y signos. Las narraciones del presente se mezclan con
las del pasado, se conjuga lo profano con lo sagrado-secular, la salvación
con el apocalipsis final. A decir de Haraway hay una implosión de todo; los
cuerpos, los textos y la propiedad.

En esta nueva realidad, la internet y el mercado conjuntamente nos proveen
de las principales metáforas e instrumentos para enfrentar la comunicación, la
libertad, el comercio y los fundamentos del nuevo Orden Mundial (Haraway
7). Según Haraway estos procesos son asimétricos porque algunos agentes
y actores tienen estatus en la producción sociotécnica mientras que otros
actores simplemente son excluidos del proceso. Cuando habla de producción
sociotécnica se refiere a los procesos de conocimiento-poder que inscriben y
materializan el mundo de una manera determinada y no de otra (Haraway 7).

Para poder aproximarse a los nuevos contextos y significados del
ciberespacio y el mercado, Haraway crea figuras o personajes que juegan
un papel importante en las historias seculares de salvación contemporáneas.
Son narrativas pobladas por un lado de esperanza y por el otro de miedo
y desesperación. Hay perspectivas milenarias sobre la decadencia y el
inevitable desastre final y estos son a su vez componentes de las historias
modernas de rescate y salvación (Haraway 41). Las fuentes de estas historias
son tanto sagradas como profanas (revelaciones, avances científicos,
perspectivas religiosas etc.). Indican que se acerca un final apocalíptico y la
última redención.

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

Las nuevas figuras creadas por la ciencia pueden participar en nuevas
historias y hasta ahora narraciones desconocidas. Un ejemplo de esta
situación es el OncoMouse™, el ratón de laboratorio que ha sido modificado
genéticamente3 . Esta figura constituye un cyborg, es decir “un organismo
cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de la realidad
social y también de ficción” (Haraway 1). El cyborg es una entidad que no es
enteramente cuerpo o enteramente máquina. Sus partes trabajan juntas, pero
no forman un sistema único. Sus conexiones internas conforman un circuito
integrado, pero no una sola unidad. En el cyborg se junta lo imaginario y lo
real, lo técnico y lo orgánico (Strathern 36). Es parte de la historia que brinda
esperanza en la búsqueda científica de cura para enfermedades que padece
el ser humano y es la historia del sacrificio animal y de cómo la ciencia
se apodera de cuerpos y vidas con el fin de ganar dinero. Así se borran o
por lo menos se vuelven difusas las fronteras entre lo natural/original y lo
cultural/científico creado por el ser humano4 . Se ha llegado a una implosión
de sujetos y objetos, cultura y naturaleza, biotecnología, comunicación y
tecnociencia. El cruzar las fronteras transgenéricas constituye un importante
desafío para la concepción de lo sagrado de la vida y las especies que ha
sido tan importante para la cultura occidental. En la práctica ha significado
explorar y para algunos burlar, los límites de la naturaleza y dar paso al
opuesto de esta dicotomía; la cultura, siempre producto de la actividad
humana (Haraway 60).

Al igual que el OncoMouse™, la figura del FemaleMan (la/el Mujer /Hombre)
también es el resultado de esta implosión de los signos y por lo tanto de
sus significados. Es una contradicción, quizás la más grande de todas, la
más peligrosa y desconcertante porque constituye la disolución de una de
las categorías fundamentales de la naturaleza y de la cultura, el lenguaje y
la vida social; la dicotomía de lo masculino y lo femenino. Los conceptos
tienen una relación recíproca los unos con los otros y se constituyen en
relación a ciertas diferencias encontradas en otros conceptos. Si se superan

3 Para Lynn Randolph, quien ha hecho las ilustraciones para el libro de Haraway, el
Onco Mouse es un modelo, producto de las investigaciones en torno al cáncer de mama y
la ingeniería genética. Es una herramienta científica que participa en la reconfiguración del
conocimiento biológico. Para Randolph el OncoMouse es un cyborg coronado de espinas
que cita la pasión y sacrificio de Cristo. Es el protagonista de las historias seculares “de
salvación” técnico-científicas (Haraway 47).

4 http://www.spartacus.no/index.php?ID=Artikkel&counter=19

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

o se fusionan estas diferencias u oposiciones dicotomáticas se podrían venir
abajo los fundamentos para algunas prácticas sociales y normas culturales.
Esto explica muchas de las historias de terror y la lucha contra los desastres
que se sostiene son provocados por la tecnología y el traspasar o mover las
fronteras entre lo puro/natural y lo híbrido/fabricado.

Con la figura del cyborg hay definitivamente un cambio de paradigma;
se deconstruye la idea de los descubrimientos científicos como verdades
absolutas o totales y se pasa a considerar la parcialidad como una forma
más objetiva de entender la objetividad. Sólo las perspectivas parciales
prometen visiones objetivas (Strathern 32). Para la antropóloga feminista
Marilyn Strathern la idea de conexiones parciales puede resultar de mucho
provecho para explicar la postura de diversos grupos de interés, cuya
característica principal es la de representar una perspectiva, un punto de
vista desde el cual se evalúa el mundo. En este sentido, Haraway argumenta
que la objetividad tiene que ver con corporizaciones específicas y no con lo
transcendental (Strathern 32). Esta objetividad encontrada en conexiones y
posturas parciales, se concreta sobre todo en la figura del cyborg.

Vemos entonces que el cyborg es esencialmente una transgresión de
fronteras al producir nuevas alianzas y poderosas fusiones. Logra superar la
división tajante o marcada entre lo artificial y lo natural que en un sentido
más amplio significa que se levantaron las fronteras entre la naturaleza y la
cultura, entre lo puro y lo modificado o trastocado. Como ya mencionamos,
invita a transgresiones, desarticulaciones y deconstrucciones. Abre nuevas
posibilidades al no pretender reproducir, sino regenerar (Strathern 39). En
este sentido, las conexiones parciales que caracterizan los cyborgs también
son aplicables para el conocimiento o pensamiento feminista que no es
simplemente conocimiento histórico acumulado. Cada aporte surge de una
posición o localización particular, pero se juntan en un territorio común,
el interés por promover la visibilidad de las mujeres (Strathern 33). El
pensamiento feminista no existe aislado de otras disciplinas, constituyendo
un corpus de ideas únicas, es más bien sólo un aspecto entre varios aspectos
de la identidad. Se genera una red de discurso feminista entre otros
discursos totalmente diversos. Por lo tanto, el punto de vista feminista será
necesariamente parcial (Strathern 34).

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

En base a lo anteriormente expuesto, resulta pertinente preguntar si la
homosexualidad y los fenómenos de transgénero todavía pueden considerarse
acciones de subversión o de transgresión como sostiene Butler. Desde
que publicó su libro Cuerpos que importan; sobre los límites materiales
y discursivas del “sexo”
(1993) mucho ha cambiado, inclusive podemos
percibir un proceso de normalización y la construcción de estrategias
discursivas gay. Aunque definitivamente no se puede hablar de un orden
normativo homosexual como en el caso de la heterosexualidad, “salir del
closet”, es decir declarar abiertamente una orientación homosexual, se ha
vuelto bastante cotidiano en muchos países occidentales. Cada vez hay
más figuras públicas, personajes de la política, gente de los medios de
comunicación y en el ambiente artístico y religioso, que son muy abiertos
en cuanto a su homosexualidad. De todas formas, es importante destacar
que la situación es diferente en nuestro contexto latinoamericano y andino
en donde la homosexualidad y los distintos fenómenos y prácticas trans,
siguen generando manifestaciones de rechazo, inquietud y cuestionamiento.
En América Latina, la Iglesia y los creyentes perciben la homosexualidad
como una burla y un desafío a los principios fundamentales de la creación
de Dios y por lo tanto a un orden sagrado. En este sentido, lo queer puede
entenderse como actos subversivos o de rebelión con los que el individuo
se opone, desafía y juega con la sociedad y sus normas sobre normalidad y
desviación.

Sin embargo, a pesar de que la homosexualidad todavía genera reacciones de
rechazo en algunos sectores, se ha vivido una especie de acostumbramiento y
aceptación que en gran medida se debe al sistemático trabajo del movimiento
gay y las intensas campañas de activistas lesbianas y homosexuales a nivel
mundial que han influido decididamente sobre la opinión pública. Una
marcha de gay pride (orgullo gay) en muchas ciudades del mundo constituye
un evento anual institucionalizado al igual que festivales y encuentros queer.
Es por lo tanto discutible si se puede considerar una transgresión en el
mismo sentido que argumenta Butler, si gran parte de la sociedad en muchos
países (sobre todo en los EE. UU. y Europa) ya no lo percibe como tal. En
todo caso cambiaría el sentido de subversión. Por lo tanto, se puede pensar
que los actos de transgresión y las posibilidades subversivas en relación al
cuerpo, el sujeto y la identidad que ofrece la figura del cyborg, se pueden
presenciar actualmente en contextos y espacios más bien relacionados con
la tecnociencia, la internet y la realidad virtual, donde las «fronteras entre
ciencia ficción y realidad social son una ilusión óptica» (Haraway 1).

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

La implosión del cuerpo como territorio sociocultural

Para poder acercarnos a los nuevos significados y posibilidades
contemporáneos del cuerpo, tenemos necesariamente que pasar por el
concepto de implosión del sociólogo Jean Baudrillard. Según este autor, lo
que caracteriza al ser humano es principalmente su naturaleza simbólica. A
diferencia de Marx, quien concibe al ser humano como productor económico,
Baudrillard sostiene que el ser humano se orienta hacia el intercambio de
símbolos. Esto se veía de forma más clara en culturas tradicionales en las
que ciertos ritos de transición marcaban el paso, por ejemplo, de la niñez
a la edad adulta. Los ritos en sí no eran tan importantes (a veces podían
implicar acciones bastante triviales), sino el significado simbólico que tenía
una determinada acción o actividad para el grupo (Allan 335).

Para poder explicar el valor de signo que tienen los objetos o los rituales,
Baudrillard toma dos conceptos de la teoría económica de Marx: valor de uso
y valor de cambio. En el primer caso, se trata concretamente de la función
que tiene un objeto, es decir el uso que se le puede dar y su composición
material. En el segundo caso, estamos hablando del valor de cambio que
tiene una mercancía u objeto al ser comparado con otros productos. Lo que
le interesaba a Marx era que al ser reducido a un valor monetario, el valor
de cambio es más alto que el valor de uso. En base a esto Marx argumentó
que el trabajo humano crea el valor de cambio y es la fuente de la plusvalía
que se lleva el capitalista (Allan 335-336). En vez de estos dos conceptos
Baudrillard, en cambio, propone el término valor de signo. El consumidor
ya no adquiere los productos por su valor de uso o de cambio, sino por lo
que esos productos significan cultural o socialmente (como símbolos), es
decir por el valor que tienen como signos.

Baudrillard argumenta que las sociedades tradicionales se caracterizaban
por el significado o el sentido que tienen las interacciones simbólicas.
En muchas ocasiones estos intercambios de signos eran verdaderos actos
performativos que citaban modelos o actividades de los antepasados y por
medio de los mismos se daba existencia social a determinados hechos (por
ejemplo los ritos de transición). En las primeras etapas del capitalismo, en
cambio, predominaban el valor de uso y el valor de cambio y surgió lo que
Baudrillard denomina la sociedad de consumo. Esto cambia radicalmente
en la sociedad posmoderna en la que las mercancías son adquiridas

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

principalmente por su valor de signo, en otras palabras como generadores de
imagen. El significado de los signos no surge de una relación directa con una
realidad objetiva que le sirve de referente, sino de la relación que los signos
tienen con otros signos (Allan 336). En otras palabras, los signos son sus
propios referentes sin una conexión más allá de su propia realidad. Esto es lo
que Baudrillard llama simulacro y lo describe de la siguiente manera: «no en
algo irreal, sino en simulacro, es decir, no pudiendo trocarse por lo real pero
dándose a cambio de sí mismo dentro de un circuito ininterrumpido donde
la referencia no existe» (Baudrillard 17).

El más claro ejemplo de esta situación se da en la publicidad comercial y
en los medios de comunicación en donde la información y los significados
sociales han sido reemplazados por el entretenimiento, es decir, un continuo
espectáculo cuyo objetivo está subordinado a los objetivos del mercado y
la generación de ganancia. La información presentada en los medios viene
empaquetada y organizada en función de los espacios publicitarios y no de
acuerdo a su significado o contexto social. Inclusive los hechos noticiosos
reciben un tratamiento particular al ser convertidos en simples vehículos de
los bloques publicitarios cuyos anunciantes son los verdaderos organizadores
de la información. Se trata, por lo tanto, de “una puesta en escena” de
contenidos descontextualizados, desconectados y autorreferenciales. Según
Baudrillard, lo que estamos viviendo no es otra cosa que la absorción de
todos los modos virtuales de expresión en el de la publicidad (Baudrillard
87). Los mensajes publicitarios enfocan el valor de signo y no el valor de
uso de las mercancías, que queda en un segundo plano. No interesa tanto
la función del celular, el iPad o el jean, sino su marca, es decir el valor que
tienen los objetos como productores de imagen y de estatus.

Baudrillard sostiene que muchas de las actividades que se realizan en la
sociedad capitalista se basan en imágenes del pasado. Antes en las sociedades
agrarias el ser humano trabajaba con su cuerpo, siendo este una herramienta
y un instrumento de producción, ahora en cambio se ejercita el cuerpo para
transformarlo o modificarlo con lo cual se pone de manifiesto su función
como signo o dicho de otra manera, su importancia como objeto o escenario
cultural. Antes un cuerpo fuerte era una indicación de una persona que
realizaba duros trabajos físicos y se evidenciaba una relación entre el signo
y su referencia (Allan 342). Actualmente, la situación es diferente; la fuerza
física no se relaciona directamente con la producción y la reproducción,

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

sino con la construcción de imagen que muchas veces es lograda y trabajada
en un gimnasio (Allan 342). Ya no existe una conexión definitiva y fija
entre la realidad y su representación. En las sociedades posindustriales o
postmodernas los signos sólo pueden entenderse como ya se mencionó
anteriormente, en relación a otros signos y existen independientemente de
que haya objetos reales “allá afuera” que supuestamente deberían representar
(Toffoletti 34). Cuando Baudrillard habla de simulación se refiere por lo
tanto al cambio que se ha dado entre el signo y lo que representa; ya no
hay una conexión sino que los signos circulan o flotan libremente como
significantes sin un referente real (Toffoletti 34).

Debido a estas circunstancias Baudrillard sostiene que la realidad social
ha sido sustituida por la hiperrealidad, una cultura masiva desconectada
de todo tipo de referentes y que constituye por lo tanto un sustituto para
la realidad social al promover experiencias o vivencias basadas en signos
que ofrecen una estimulación artificial (Allan 343). La hiperrealidad y el
simulacro tienen que ver con la implosión de los signos que caracteriza,
según Baudrillard, la posmodernidad. Mientras que la modernidad
había significado una explosión de signos, vivencias y mercancías, la
posmodernidad representa la implosión de todo. Se han borrado las fronteras
y las divisiones entre categorías, conceptos y disciplinas y se han modificado
los significados de las identidades y las instituciones sociales del occidente.
La visión de Baudrillard implica concretamente que se ha trastocado todos
los fundamentos tradicionales de significación específica. Los medios
participan y producen esta implosión al presentar signos desasociados y
sueltos que no convocan o representan una realidad social concreta, sino que
son sacados de su contexto original y utilizados con propósitos comerciales
para convertir a los actores sociales en simples consumidores.

Uno de los campos más significativos de implosión es el cuerpo humano en
donde categorías como género y sexo tienen nuevos significados gracias a
la ciencia, la tecnología y el ciberespacio. La tecnociencia representa nuevas
posibilidades al llevar al cuerpo más allá de las limitaciones que implica la
existencia de un cuerpo físico. Haraway sostiene que «la medicina moderna
está así mismo llena de cyborgs, acoplamientos entre máquina y organismo,
cada uno de ellos concebido como un objeto codificado, en una intimidad y
con un poder que no existían en la historia de la sexualidad» (Haraway 1).
Un ejemplo concreto de esta situación, es la clonación en la que no participan
cuerpos sexuados directamente ya que la reproducción se da negando tanto

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

a la madre como al padre al prescindir de la combinación de genes y el
intercambio de diferencias. El clon brota de sus propias células y no de un
intercambio sexual, más bien es producto de sexo no humano. El padre y
la madre han desaparecido del proceso, sólo existen como ausencia, no al
servicio de una aleatoria libertad del sujeto, pero en función de una matriz
llamada código (Baudrillard 96). Según Baudrillard esta matriz con su
código genético “da a luz” de forma funcional al liberarse de la sexualidad
humana aleatoria.

En este proceso controlado desaparece el sujeto porque la clonación al
ser un procedimiento de duplicación o de copia si se quiere, termina con
las particularidades del cuerpo al ser más bien “una producción en serie”
(Baudrillard 96-97). Para el autor se trata de una economía basada en la
tecnología de la sexualidad reproductiva y con ella se pone fin a la totalidad
ya que si la información del código genético se halla en todas las partes del
organismo, la totalidad simplemente pierde su sentido. Es a su vez el fin de
la particularidad que llamamos cuerpo, una entidad indivisible marcada y
sostenida por un sexo.

Este cuerpo pierde su propósito porque, como manifiesta Baudrillard, la
clonación produce seres sexuados de forma perpetua que son idénticos a
su original o modelo, pero como el sexo ya no participa en la creación del
nuevo ser, pierde su sentido original (Baudrillard 97-98). El cuerpo no es
más que la información o un código que puede ser descifrado; un paralelo
a lo que Strathern llama conexiones parciales y que carece de totalidad.
En este sentido, la clonación es una transgresión de la realidad corporal
porque el sexo, lo que convierte el cuerpo en una realidad cultural y social
inteligible, lo que hace que un cuerpo sea un cuerpo, pierde su significado
ya que se reduce a información traducida a un código genético (Baudrillard
98). Concretamente presenciamos una reformulación o rearticulación del
cuerpo por medio de la manipulación de la biotecnología (Toffoletti 11).

El ser humano siempre ha modificado su naturaleza y la de su entorno
por medio de distintas tecnologías y la utilización de herramientas, sin
embargo vemos actualmente que la interacción es totalmente diferente
porque existen posibilidades de fusiones y conexiones que hace algunos
años fueron totalmente impensables. Surge una nueva comprensión del
sujeto que al entrar en nuevas conexiones y relaciones con la tecnología y la

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La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

ciencia, genera nuevas formas de construir la identidad y el “yo”. Desde una
perspectiva clásica la tecnología ha sido percibida únicamente como una
extensión del cuerpo. Baudrillard argumenta que desde Marx hasta autores
como McLuhan la visión de la tecnología ha sido funcionalista; las máquinas
y los lenguajes han estado al servicio del hombre como mediadores entre el
ser humano y la naturaleza y están destinados a convertirse en parte del
cuerpo orgánico del hombre (Baudrillard 111). Las prótesis tradicionales
servían únicamente para complementar o reparar un órgano o miembro
del cuerpo que no funcionaba para volverlo funcional, pero no cambiaba
el cuerpo o su código genético en sí. La realidad del cyborg es diferente,
ya que «la naturaleza y la cultura son remodelados y la primera no puede
ser un recurso dispuesto a ser apropiado e incorporado por la segunda»
(Haraway 2). Con la figura del cyborg surge la posibilidad de superar los
antiguos dualismos entre naturaleza y cultura, animal y humano, máquina y
hombre, etc. Haraway argumenta que estamos viviendo la transición de «una
sociedad orgánica e industrial hacia un sistema polimorfo de información
desde el trabajo al juego, un juego mortal» (Haraway 11-12). Con las nuevas
tecnologías, sobre todo los medios de comunicación, el ser humano se ha
fusionado con la máquina. Ella forma parte de nosotros y nosotros de ella,
permitiéndonos usar nuestros cuerpos de una forma totalmente distinta al
transformar por completo las relaciones sociales y las formas de interacción.

Las nuevas realidades tecnológicas nos obligan a repensar el cuerpo como
territorio social. En este sentido algunos autores hablan de un futuro
poshumano que cuestiona el estatus actual del cuerpo y el “yo” del sujeto
en la era tecnológica que estamos viviendo (Toffoletti 11). En este sentido,
lo poshumano puede interpretarse como una reformulación de categorías
establecidas con la consiguiente posibilidad de transformar las políticas de
identidad. El cuerpo se convierte entonces en el espacio en donde se cuestiona
y se desafía lo que significa ser humano (Toffoletti 14). El cuerpo poshumano
se refleja en el cuerpo queer, el tecnocuerpo y el cuerpo contaminado; todos
ellos según Halberstam y Livingstone, constituyen una contundente ruptura
con los discursos o las narrativas coherentes sobre el sujeto humano y su
entorno y dan paso a nuevas narrativas sobre el cuerpo en crisis (Halberstam
& Livingstone (1995) en Toffoletti 14). Un cuerpo cuyas experiencias
corporeizadas prácticamente son desplazadas y desaparecen al considerar
el ser humano únicamente como un conjunto de procesos informativos en
donde se privilegia mente sobre cuerpo (Toffoletti 15).

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

Muchos autores reconocen lo poshumano en la figura del cyborg, pero
también en criaturas que anteriormente sólo pertenecían a las películas y
la literatura de ciencia ficción, pero que de alguna manera han traspasado
esas fronteras y han adquirido una nueva realidad social al participar y
producir nuevas formas de interacción en el ciberespacio. La realidad
virtual significa posibilidades de rearticulación del cuerpo ya que podemos
rediseñarlo en base a software y códigos digitales. Un ejemplo es Second
Life
(o Segunda Vida en español) que al igual que otros mundos virtuales se
caracteriza por utilizar una conexión de la internet y proveer a los usuarios un
espacio tridimensional en donde las personas que tienen una cuenta pueden
interactuar. Para poder hacer esto deben tener un avatar, es decir un cuerpo
virtual que les permite desplazarse, actuar y relacionarse con otros dentro
del espacio virtual. Second Life, que fue lanzado en 2003 por Liden Lab, a
diferencia de otras plataformas virtuales no tiene objetivos específicos, es
decir, no se trata de acumular un puntaje o llegar a una meta. Este mundo
virtual más bien permite a los usuarios acceder a herramientas, objetos y
funciones que pueden utilizar de forma independiente según su gusto y
creatividad. Lo interesante es que los diseñadores de estas posibilidades
y experiencias en 3D tienen el derecho de propiedad intelectual y pueden
controlar el acceso y la distribución a otros usuarios (Malaby 2).

Eso implica la necesidad de una economía y Second Life tiene su propia
moneda, Linden dólar, que permite a los participantes realizar todo tipo
de transacciones comerciales de forma virtual y estas a su vez pueden
traducirse en dólares americanos. Muchos usuarios han creado lucrativos
negocios diseñando productos virtuales que venden a otros participantes. En
este sentido vemos que Second Life presenta muchas de las características
del mercado y el sistema capitalista que ya conocemos en donde el derecho
a la propiedad privada (algunos usuarios compran tierra para alquilar o
venderla a otros participantes) es uno de los principios que rige el “juego”.
Este mundo virtual permite a sus residentes realizar todo tipo de actividades
como por ejemplo estudiar, ir de compras, tomar un curso, comprar y decorar
una casa, tener pareja o una familia, bailar, ir a conciertos, etc. Aunque
Second Life no tiene un objetivo concreto como por ejemplo World of
Warcraft,
algunos usuarios compran espacios en donde desarrollan juegos o
complicados roleplays (juego de roles), es decir, los mismos usuarios tienen
la posibilidad de desarrollar y construir nuevos espacios, juegos y servicios.
Aunque la plataforma actualmente es utilizada por algunas bibliotecas,

33

La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

organizaciones e instituciones educativas para actividades promocionales,
conferencias o como herramienta de simulación, uno de los campos que más
ha crecido entre los usuarios desde que fue creado Second Life, han sido las
actividades y los productos relacionados con el cibersexo que permiten a
los participantes por medio de sus cuerpos virtuales experimentar y jugar
con distintos tabúes, algo que en la vida real no sería posible por tener
implicaciones legales o por ser catalogadas como conductas inmorales.

En un documental para la serie Taboo de National Geographic (NatGeo)
titulado Fantasy Lives (2011), vidas de fantasía, un hombre de Tampa en la
Florida, Kevin Alderman, cuenta cómo su vida paralela en Second Life ya
no es únicamente un pasatiempo, sino que se ha convertido en su trabajo y
una forma de vida. En este mundo virtual, el avatar de Alderman se llama
Stroker. Está casado con otra avatar controlada por una mujer de Texas y
tiene sexo con su hija virtual, pero no viola la ley porque cada uno de los
avatares que conforma su familia es manejado y controlado por personas
adultas con su pleno consentimiento. Además no existe ninguna relación
real de consanguinidad, pero para muchos esto constituye una transgresión
de un tabú y por lo tanto se viola un código moral aunque el incesto virtual
“on-line” no quebranta ninguna ley en la vida real. En otras palabras se
puede trastocar todos los límites sociales y morales sin que esto tenga
consecuencias directas en la vida real de los usuarios. Esto ha hecho que
Second Life se ha convertido en un espacio que permite experimentar y
explorar las fronteras del “yo” por medio de una cultura de simulación en
donde los límites entre lo natural y lo artificial, entre lo virtual y lo real, lo
animado y lo inanimado etc. ya no son tan claras como solían ser.

Según Turkle, la vida y las experiencias en contextos y espacios virtuales,
frecuentemente se confunden o se infiltran en la vida real de los participantes
(Toffoletti 28-29). La autora explica que con los MUD (multi user domain)
existe la posibilidad de crear espacios de interacción social que permiten
a varios o múltiples usuarios de distintos lugares crear o participar
conjuntamente en una aventura o fantasía. Dentro de estos espacios
los individuos tienen la posibilidad de generar diferentes identidades o
personajes imaginarios que les permite desarrollar vidas o formas de vida
alternativas. El resultado es que las formas tradicionales de entender la
identidad resultan definitivamente poco adecuadas cuando se confunden los
entornos virtuales y reales (Turkle (1996) en Toffoletti 29).

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Revista Pucara, N.º 25 (9-36), 2013

En el documental Alderman explica que aunque las experiencias que él
vive en Second Life no son reales, generan fuertes emociones; dice amar su
familia virtual y necesita pasar tiempo con ella al igual que con su familia en
la vida real y por lo tanto siente la necesidad de entrar a su “segunda vida”
todos los días. Su pasatiempo se ha convertido en un rentable negocio ya que
Alderman ha ganado millones de dólares diseñando productos eróticos que
vende a otros usuarios. Usa una tecnología de captura de movimientos para
crear productos relacionados con el cibersexo y estos son exhibidos para la
venta en una sala virtual de exposiciones. Stroker, el avatar de Alterman, es
una estrella porno y dueño de la compañía Eros LLC que además tiene todo
un equipo de marketing y publicidad, Stroker’s girls o las chicas de Stroker .

Otro fenómeno bastante común dentro de los MUDs es el cambio virtual
de género. Muchos usuarios participan con un avatar que representa una
persona del género opuesto para poder explorar situaciones que en la vida
real no están a su alcance. Turkle argumenta que por un lado esto permite
a los usuarios exponer el género como una construcción social y por otro
lado genera conciencia y reflexión sobre lo que puede sentir una persona del
género opuesto en distintas situaciones sociales, algo que a los participantes
les puede otorgar un registro emocional más amplio (Turkle (1996) en
Toffoletti 29).

En base a lo anteriormente expuesto vemos que los territorios de lo real y lo
virtual en varios contextos se sobreponen y conforman nuevos paisajes sociales
y culturales de exploración y transgresión. En la era digital, el sujeto tiene nuevas
y complejas formas de conformar su identidad en las que participa la tecnología
y la tecnociencia. Los mundos virtuales ofrecen experiencias producidas con
bytes y bites y a pesar de ser realidades simuladas creadas con paquetes de
información, generan emociones reales que permiten explorar la relación entre
la conformación del “yo”, el significado del cuerpo y nuestra relación con los
otros. La búsqueda de una rearticulación del cuerpo en espacios virtuales, no es
otra cosa que un cuestionamiento y una deconstrucción de su fundamento como
categoría cultural y social definitiva e inmutable. En la búsqueda de los nuevos
significados del cuerpo no sólo juega un papel importante el cuerpo físico,
sino también las posibilidades que ofrecen los cuerpos virtuales, liberados de
muchas de las clasificaciones y categorizaciones tradicionales. En otras palabras,
se vive una implosión del cuerpo como territorio sociocultural y en la mayoría
de los contextos esta implosión se relaciona estrechamente con los cambios
tecnológicos y el mercado. En este sentido la nueva geografía y la interacción en

35

La implosión del cuerpo en la era digital: Un análisis del cuerpo como...

el ciberespacio ofrecen interesantes temas de investigación social que merecen
ser estudiados a profundidad. Sólo así podemos adquirir conocimiento sobre los
complejos significados contemporáneos del cuerpo y las relaciones tecnosociales
en las que participa.

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Lo histórico y lo utópico en la propuesta política de Luis Villoro

Lo histórico y lo utópico en la propuesta política de
Luis Villoro

The historical and utopian in Luis Villoro´s political proposal

Facundo Lafalla
Universidad Nacional de Cuyo, Argentina

e-mail: faculaf@hotmail.com

Resumen
El presente trabajo aborda la obra escrita reciente del filósofo mexicano
Luis Villoro (nacido en 1922). Se propone indagar la producción de este
autor en función de los contextos históricos en los que participa, así como
analizar su propuesta programática en relación al movimiento zapatista de
fines de siglo XX. El abordaje de su obra se realizará desde la metodología
desarrollada por Arturo Roig desde el campo de la historia de las ideas
latinoamericanas, mediante la cual el texto escrito aparece inmerso en el
contexto mismo de producción. Estas herramientas permiten leer los “otros
discursos”, las voces soterradas. De esta manera, la conflictividad social se
hace presente en la producción escrita de Luis Villoro. Este posicionamiento
teórico y metodológico permitirá analizar cómo el mexicano recurre a casos
o ejemplos históricos – pasados o presentes – que le permitirán ir elaborando
una teoría del cambio social, en la que cimentará la idea de Estado plural.
El intelectual logrará deconstruir conceptualmente el Estado surgido
tras la Revolución Mexicana, un típico caso de Estado-nación moderno,
recurriendo a las experiencias sociales concretas que lo cuestionan, tales
como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Palabras clave: interculturalidad, Estado, reconocimiento, cambio social.

Abstract
This paper discusses the recent work written by the Mexican philosopher
Luis Villoro (born in 1922). It proposes to investigate the production made by
this author, which is based on the historical contexts in which it participates.
It also analyzes his proposed program in relation to the Zapatista movement
in the late twentieth century. The approach of the work will be done from
the methodology developed by Arturo Roig from the field of the History

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Revista Pucara, N.º 25 (37-46), 2013

of Latin American Ideas, by which the written text appears immersed in
the context of the production itself. These tools allow to read the “other
speeches”, the underground voices. Thus, the social contradiction is present
in Villoro´s work. This theoretical and methodological position will analyze
how the Mexican uses historical examples – either from the past or the
present – that allow him to develop a theory about the social change, which
will consolidate the idea of plural state. The intellectual will achieve
conceptually deconstruct the state emerged after the Mexican Revolution, a
typical case of modern nation-state, using concrete social experiences that
challenge it, such as the Zapatista Army of National Liberation.

Key words: interculturality, State, recognition, social change.

***

Desde finales del siglo XX, el desmembramiento legal y fáctico de las
propiedades comunales de los pueblos originarios y campesinos alerta
a las sociedades y al mundo intelectual sobre la necesidad de presentar
una alternativa al Estado neoliberalizado. La emergencia del Ejercito
Zapatista hace urgente formular un nuevo proyecto nacional para México.
El nuevo debate en torno a la cuestión intercultural y el surgimiento de
nuevas alternativas políticas hace que los paradigmas conceptuales y de
organización social propios de los siglos XIX y XX se vean cuestionados.
Luis Villoro se inmiscuye en este debate y asume activamente el compromiso
de repensar el Estado desde la alteridad. Lo hace desde obras como Estado
plural, pluralidad de culturas
(1998) y Los retos de la sociedad por venir
(2007), libros que abordaremos en el presente artículo. Nuestro trabajo
está orientado por la hipótesis según la cual la producción intelectual de
Luis Villoro participa de los momentos históricos de los que surge y en los
cuales influye. Su obra recoge experiencias concretas de reconocimiento
de la diversidad para así lograr avanzar hacia un proyecto emancipatorio
de transformación de la sociedad. En función de lo afirmado, nos hemos
propuesto indagar históricamente la obra de Villoro, así como analizar sus
ideas programáticas en relación a manifestaciones sociales de emancipación.

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Lo histórico y lo utópico en la propuesta política de Luis Villoro

Supuestos teóricos

El planteamiento de los problemas y objetivos nos sugiere un acercamiento
a las concepciones que subyacen a esta investigación. Es importante señalar
que concebimos al sujeto historiador como constitutivo del mundo que estudia
y en el que se desenvuelve. Las significaciones que se van construyendo
en el proceso de investigación están signadas por esta participación. En
el mismo sentido, la teoría no es mera guía de la práctica investigativa ni
cumple la función dadora de recetas sino que está íntimamente relacionada
con los problemas que hemos decidido plantearnos. Gastón Bachelard nos
alerta sobre la importancia de la teoría al remarcar la necesidad de que «un
hecho para ser verdaderamente científico sea verificado teóricamente. Vale
decir, es preciso que un hecho halle su lugar, su exacto lugar en una teoría
racional» (Bachelard 43).

En función de esta fundamentación, nos hemos preocupado de que nuestro
proyecto sea epistemológicamente sólido. Siguiendo a Esther Díaz
consideramos que «tal solidez difícilmente emane de la formalización y
puesta a prueba [de una teoría científica], sino de la confrontación entre los
objetivos propuestos y los logros alcanzados» (Díaz 147). Esta contrastación
debe estar coherentemente interrelacionada con la teoría que sustenta nuestra
acción investigativa.

Es que la teoría resulta inseparable de la práctica, siendo ambas parte de la
misma “situación dialéctica” (Bachelard 42). La validación epistémica de la
presente investigación estará dada, entonces, por la solidez de las teorías con
las que abordemos la producción de Luis Villoro.

Una historia de las ideas de Luis Villoro debe permitirnos vislumbrar
en su obra las particularidades que nos permitan reconocernos como
latinoamericanos y, como tales, reivindicar la necesaria diversidad que
ello conlleva. Si tenemos en cuenta que nuestra América ha sufrido la
cosificación, opresión y marginalización de lo no occidental, debemos
asumir el “imperativo ético” de un diálogo intercultural donde se reconozca
al otro «como persona humana portadora, justamente en su diferencia, de
una dignidad inviolable que nos hace iguales» (Fornet-Betancourt 264).
Este desafío se halla íntimamente relacionado con nuestro interés por
la producción escrita de Villoro. Esta nos lleva a abordar la historia que

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Revista Pucara, N.º 25 (37-46), 2013

lo integra pero, al mismo tiempo, nos permite descubrir los excesos que
en ella provoca: esa historicidad en la que participan y en la que surgen
sus textos es, también, aquella sobre la que actúan, aquella a la que no
permanecen ajenos. Hablamos de una historia de las ideas que nos permita
rescatar y reconstruir los “otros discursos” (v. Arpini) que se manifiestan
en nuestras sociedades. Alteridades que se presentan de diversas maneras
y cuyo reconocimiento entra en pugna con lo unitario, lo jerarquizado, con
la Historia en mayúscula. Esta historia deconstruida es la que nos permite
entrever y legitimar esos discursos alternativos, silenciados, que se filtran
muchas veces en voces habilitadas como la de Luis Villoro.

Los relatos del intelectual mexicano son comprendidos sobre la base de un
giro teórico y metodológico de la noción de texto. No se trata de entender la
textualidad como «una estructura bilateral» (ibídem 80) que integra el texto
en sí y su contexto, a menos que esa división interna sea de carácter analítico
y expositivo.

En cambio, consideramos la textualidad como un conjunto de «textos-en-
función» (ibídem), esto es que las relaciones sociales se hacen presentes
en un discurso que es también praxis. Desde la historia de las ideas
latinoamericanas, el filósofo Arturo Roig se refiere a los relatos en su
relación con el “universo discursivo”, al entender este como «la totalidad
actual o posible de los discursos correspondientes a un determinado grupo
humano en una época dada (sincrónicamente) o a lo largo de un cierto
período (diacrónicamente) y sobre cuya base se establece, para esa misma
comunidad, el complejo mundo de la intercomunicación» (Roig 5).

Esta misma idea de “universo discursivo”, que está a su vez en relación
dialéctica con la de “universo de lo real”, puede ayudarnos a explorar
rizomáticamente las posibilidades presentes en las obras o textos-en-función
que nos interesan. Al referirse al mundo de la intercomunicación, Roig nos
señala el «verdadero reencuentro del sujeto» (ibídem 12), que involucra
tanto al sujeto narrativo como al lector o historiador. Ambos, empíricos e
históricos, se encuentran en lo que Julia Kristeva denomina la productividad
del texto, un diálogo que los reúne, no en una relación unidireccional, sino
en una «dialéctica del encuentro» (Arpini 89). Así, cada uno remite a las
multiplicidades rizomáticas que lo constituyen, a los universos en los que

41

Lo histórico y lo utópico en la propuesta política de Luis Villoro

se halla arrojado. Las resignificaciones, los silencios, las intenciones se
hacen evidentes en esta intertextualidad. La obra de Luis Villoro no nos
remite únicamente al texto sino también a sus tramas (Deleuze y Guattari
14). Encontramos en su lectura lo que Kristeva denomina «enchufes con
ese texto-fuera-del-texto-presente» (Kristeva, Julia. Semiótica I y II.
Madrid: Fundamentos, 1981. 105-106; citado por Arpini 88), que relacionan
anafóricamente las unidades semánticas con lo transligüístico, con lo social.
La producción del pensador mexicano se nos aparece como fisurada por su
propia cotidianidad, por su tiempo, por la sociedad mexicana del último
siglo...

La propuesta de Estado plural

En Estado plural, pluralidad de culturas y Los retos de la sociedad por
venir
, Luis Villoro expone su visión acerca de la diversidad cultural y la
relación de la misma con las formas de organización política. Acompaña su
argumentación con referencias a múltiples experiencias históricas. Uno de
estos casos es el del imperio mexicano, una estructura política y militar que
abarca múltiples etnias y naciones.

Sostiene el autor que «los aztecas ejercían su dominio mediante la imposición
de tributos a los pueblos vencidos, la obligación de ayuda militar y algunas
restricciones comerciales. […] la dominación central era compatible
con la persistencia de las peculiaridades de los pueblos sometidos, sus
organizaciones sociales y su cultura. El símbolo de la aceptación de una
pluralidad cultural era la incorporación de los dioses de los pueblos vencidos
al panteón de los vencedores» (Villoro 23).

En el mismo sentido, analiza el surgimiento de los Estados independientes
en América Latina. Esta forma de organización política se basa en el
contractualismo, que concibe al Estado-nación como una asociación
voluntaria de individuos libres e iguales. Son los congresos de Chilpancingo
y de Angostura –convocados por José María Morelos en 1813 y por
Simón Bolívar en 1819 respectivamente– los que dan origen a los Estados
nacionales modernos en América Latina como acto voluntario. Esta idea de
contrato social impugna la presencia de las comunidades preexistentes y
niega el «derecho a ser diferente» (ibídem 25), al mismo tiempo que oculta

42

Revista Pucara, N.º 25 (37-46), 2013

la dominación de la cultura criolla-mestiza. La característica más evidente
de ello es el intento de homogeneización lingüística que impone el sector
dominante sobre los demás grupos sociales.

Este recurso a casos concretos de la historia de su país permite a Villoro criticar
al Estado-nación, por ser una construcción puramente moderna, a la vez que
distinguir entre ambos conceptos. En este afán de reconocimiento cultural
vemos la fisura de la obra del mexicano hacia lo social. Están presentes en
el texto las manifestaciones emancipatorias propias de la sociedad mexicana
de fines del siglo XX y lo que va del XXI. Las preocupaciones por desarmar
el Estado moderno y por encontrar fenómenos históricos que lo contradigan
están teñidas por la emergencia del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional. Villoro identifica esta manifestación como parte de la corriente
popular e indígena, con raíces en los insurgentes de la Independencia y en
los revolucionarios de la década de 1910.

Esta lectura del autor es una expresión del debate que cuestiona el
nacionalismo del régimen mexicano como falso y al servicio del status quo.
En esta discusión, el paradigma intelectual oficial se ve interpelado por la
reivindicación que hacen los zapatistas de la Constitución de 1917, que
sería un llamado a la aplicación de los supuestos de la nación en sentido
puramente moderno sino fuera porque denuncia la injusticia que
ello conlleva (v. Sánchez Prado).

La denuncia de Villoro acerca de las relaciones orgánicas entre el
nacionalismo hegemónico y las redes del poder político le permiten lograr
un descentramiento de lo nacional. Asimismo el reconocimiento de las
identidades emergentes permite vislumbrar la necesidad de un programa y
de una teoría que exprese o colabore en la acción concreta de los pueblos.
El levantamiento de Chiapas conlleva la necesidad de una propuesta de
organización política diferente, tarea a la que Villoro se aboca en Los retos...
y en Estado plural...

¿En qué consiste su propuesta política? El filósofo define su proyecto de
Estado plural como un conjunto de ideas orientadoras capaces de impulsar
la reforma del Estado moderno hacia el empoderamiento de las comunidades
que lo integran. Piensa esta cuestión desde la sutura (Belausteguigoitia 165)
que implica la construcción de la autonomía por parte de los indígenas de

43

Lo histórico y lo utópico en la propuesta política de Luis Villoro

Chiapas y es consciente que dicha reivindicación –como estos reclaman–
«puede igualmente aplicarse a los pueblos, a los sindicatos, a los grupos
sociales, a los grupos campesinos, a los gobiernos de los estados...»
(Citado por Villoro, Estado Plural… 59). La idea fuerte de su proyecto es,
justamente, el reconocimiento de la diversidad, que, en palabras del autor,
hace referencia a la «concesión de autonomías [que] iría en el sentido de
otorgar el máximo poder de decisión […] a los distintos pueblos que lo
componen [al Estado]. Cada uno tendría el derecho a determinar todo lo
referente a sus formas de vida, a su cultura, a sus costumbres, al uso del
territorio» (ibídem 58).

Esta reivindicación a que los pueblos transiten sus propios caminos va
acompañada por una advertencia: no se trata de caer en un relativismo
cultural absoluto sino de lograr una comunicación entre las pluralidades con
el fin de reconocerse recíprocamente. La base de esta relación está dada
por principios transculturales, valores que no pueden ser relativos y que
constituyen la condición necesaria para cualquier diálogo intercultural.

El intelectual deja entrever a largo plazo una eventual desaparición del
Estado-nación tal como hoy lo conocemos, aunque considera necesario
el sostenimiento de algunos elementos de esa misma estructura. El
rescate de la soberanía nacional ante el capital transnacional y los Estados
hegemónicos es uno de los casos en los que el Estado, en su forma actual
o programática, conserva su importancia. Sin embargo, debe equilibrarse
con una interdependencia que sea capaz de llevar adelante acciones
más efectivas contra dichos poderes. Villoro considera que esta idea de
“soberanía compartida” debe primar a la hora de defender a un pueblo en
caso de ser víctima de genocidio y de violación sistemática a los derechos
humanos, poniendo en discusión el principio de “no intervención” en un
Estado independiente. Esta idea de interrelación estatal y la existencia
misma de un estado supracomunitario –el plural– hacen que los valores
transculturales sean una alternativa frente al universalismo occidental y a
los fundamentalismos.

Hay una concepción jurídica y social que funda la idea del Estado plural
del autor. Se trata del rescate del derecho a la diferencia, que no es
incompatible con el derecho a la igualdad –propio de la democracia liberal–,
sino que presenta el desafío de avanzar contra «la desigualdad de trato y

44

Revista Pucara, N.º 25 (37-46), 2013

de oportunidades» (Villoro, Los retos… 190). El derecho a la diferencia
consiste fundamentalmente en la admisión del “derecho a la pertenencia”, un
planteo que supera cualquier interpretación de índole individualista. Implica
“ser reconocido como miembro de la comunidad en que se construye la
identidad de la persona [, siendo lo] que permite su libre elección de vida”
(ibídem 191). Como se desprende de lo afirmado, los derechos individuales
no quedan anulados sino que el pertenecer a un pueblo se presenta como
condición necesaria para desarrollar las libertades personales.

La autonomía de los pueblos en el marco de un Estado múltiple conlleva la
práctica de una democracia participativa a nivel local, donde se discutirían
los asuntos que atañen a la comunidad. La democracia representativa no
se destruiría sino que sería la base sobre la cual se iniciaría la transición
hacia el Estado plural mediante reformas que empoderen a la sociedad. La
representación democrática se ejercería a nivel nacional, siempre teniendo
en cuenta el giro plural de la nación proyectada. Si es sobre la base del
Estado nacional que se reconocen las diferencias y las autonomías, es la
profundización de la democracia la que hace confluir la participación y la
representación, esta última dialécticamente resignificada bajo el precepto
del “mandar obedeciendo”.

Ahora bien, podemos preguntarnos, por ejemplo, si el Estado-nación
aceptará el avance del poder de las comunidades. ¿O tenderá a reprimir
sus expresiones? La transferencia del poder de la cima hacia la base de la
sociedad, ¿puede generar transformaciones estructurales como el cambio
de régimen de tenencia de la tierra? ¿O se trata de una propuesta reformista
que se agota en los mismos fundamentos del Estado moderno? En igual
sentido, podemos interrogarnos por el alcance del derecho a la diferencia
de los pueblos o grupos: ¿implica reconocerlos plenamente? ¿Se trata de un
reconocimiento de derechos solamente político-institucionales? Si es así,
¿pueden los derechos políticos ser herramientas para el fortalecimiento del
poder comunitario? ¿Qué límites encuentra ese poder comunitario frente al
Estado plural?

Todas estas inquietudes nos señalan que Villoro efectivamente ha evitado
la formulación de una teoría del cambio social de carácter prescriptivo. Sin
embargo, la deconstrucción del Estado homogéneo a través del rescate de
experiencias históricas es lo que permite al mexicano sustentar un proyecto

45

Lo histórico y lo utópico en la propuesta política de Luis Villoro

de Estado y de sociedad centrado en la solidaridad y el reconocimiento
mutuo entre las personas y entre los pueblos. Dicho proyecto no se ancle
en el pasado al que esos casos remiten sino que estos son recuperados para
evidenciar las posibilidades de transformación de la realidad por parte de los
mismos sujetos. La propuesta de Estado plural se constituye en una utopía
como horizonte, con su crítica necesaria y su alternativa viable (ver Santos
Herceg), sin dejar de reconocer la entera historicidad de los sujetos. Lo
histórico y lo utópico confluyen en la obra del pensador mexicano, herida por
la hondura de la lucha de aquellos pueblos que reclaman por su identidad. Es
una lucha que raja lo textual para transformar el discurso en una herramienta
de autorreconocimiento y de transformación social.

Fuentes de consulta:
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47

La Madre España y sus lecciones. El impacto de la guerra civil...

La Madre España y sus lecciones.
El impacto de la guerra civil española en el campo

intelectual ecuatoriano
The mother country, spain, and its teachings. The impact of the spanish civil

war on the ecuadorian intellectual field

Niall Binns
Universidad Complutense de Madrid, España

e-mail: nbinns@filol.ucm.es

Resumen
Al igual que en otros países hispanoamericanos, la guerra civil de España
(1936-1939) suscitó intensas pasiones en la vida política e intelectual de
Ecuador.1 Cinco años de vida republicana habían convertido a la antigua
madre patria en un espejo donde podían verse reflejados muchos de los
temores y aspiraciones de las repúblicas americanas. En ese espejo, trizado
por la guerra, miraban y se miraban, espantados y esperanzados, políticos,
intelectuales y amplios sectores de la sociedad ecuatoriana, movilizados
como nunca en un contexto político, nacional e internacional, de extrema
agitación. La repercusión de la guerra civil en la sociedad y la intelectualidad
ecuatorianas permite comprender el alcance de esta movilización y la
intensidad de los renovados vínculos con España.

Palabras clave: intelectualidad, guerra civil española, política, república.

Abstract
Like other Latin-American countries, the Spanish civil war (1936-
1939) gave rise to intense passions in the political and intellectual life

1 Este trabajo forma parte del proyecto de investigación “El impacto de la guerra civil es-
pañola en la vida intelectual de Hispanoamérica”, financiado por el Ministerio de Educación y
Ciencia de España (HUM2007-64910/FILO). Esta financiación me ha permitido acudir a bi-
bliotecas, hemerotecas y otras instituciones de Ecuador, a las que quisiera expresar mis agra-
decimientos: la Biblioteca Cultural del Banco Central del Ecuador y el Centro Cultural Benja-
mín Carrión, ambos de Quito; la Biblioteca-Archivo “Aurelio Espinosa Pólit”, de Cotocallao;
la Biblioteca Carlos A. Rolando, que forma parte de la Biblioteca Municipal de Guayaquil.

48

Revista Pucara, N.º 25 (47-56), 2013

in Ecuador. Five years of republican life had converted our old mother
country into a mirror where many of the fears and ambitions of the
American republics were reflected. In this mirror which was broken by
the war, frightened and hopeful politicians, intellectuals and large groups
of the Ecuadorian society watched and watched themselves and the others
as they were mobilized as never before in a national and international
political context of extreme unrest. The impact of the war on the
Ecuadorian civil society and on the intellectuals allows us to understand
the implications of this mobilization and the intensity of the renewed links
with Spain.

Key Words: intellectuality, Spanish civil war, politics, republic.

***

El redescubrimiento de España
La caída del rey Alfonso XIII en abril de 1931 tuvo, para la América Hispana,
un valor primordialmente simbólico. Libre de nostalgias imperiales, la
República aportó un baño de modernidad a España y un nuevo comienzo para
las relaciones transatlánticas, la posibilidad de reestablecerlas en términos
de igualdad y fraternidad, y sin el paternalismo, las fobias y las tensiones de
antaño. Gracias a las múltiples reformas ensayadas por la república, España
rápidamente se convirtió, en una década de dificultades socioeconómicas y
una aguda crisis del capitalismo, en un modelo democrático para la izquierda
y para muchos liberales hispanoamericanos. Era un campo de pruebas para
una serie de preocupaciones compartidas: el anhelo democrático, la lucha
contra la amenaza fascista, la limitación de los poderes de la Iglesia y el
Ejército, las posibilidades y los riesgos de las reformas agrarias y educativas,
y la esperanza de una distribución más equitativa de la riqueza del país.
Al mismo tiempo, previsiblemente, la república española fue observada
con recelo y como un modelo pernicioso por los sectores conservadores y
católicos de Hispanoamérica y Ecuador, que se identificarían abiertamente
–a partir de julio de 1936– con los planteamientos tradicionalistas y
autoritarios de Franco.

49

La Madre España y sus lecciones. El impacto de la guerra civil...

El fervor suscitado por la guerra civil se debe, en gran medida, a la fascinación
y turbación producida por las noticias y las imágenes de la que fue, como
se suele decir, la primera guerra mediática de la historia. Las imágenes
siguen siendo memorables: iglesias incendiadas, camiones de milicianos
encaminados hacia el frente, cadáveres de monjas desenterrados y expuestos
en plena calle, milicianas en mono azul blandiendo fusiles, cuerpos de niños
mutilados puestos en fila y numerados, madres llorando sobre las ruinas
de una casa, Madrid devastado, Guernica devastada y obispos españoles
levantando los brazos en el saludo fascista. Estas imágenes estremecieron
y espeluznaron a públicos cautivos en todo el mundo y de manera
particularmente vibrante al público ecuatoriano.

La división de la intelectualidad ecuatoriana en dos bandos se puede ver en
la prensa de la época, y en los intelectuales que escribieron en ella como
cronistas: a favor de la República, El Día y El Telégrafo; más favorables a
Franco, El Universo, El Debate e inicialmente, aunque de modo más tibio,
El Comercio. Para ambos bandos, la fuerte identificación emocional hizo de
España no sólo un modelo sino una madre, y la expresión “Madre Patria”,
antes patrimonio de los sectores más conservadores, se resemantizó como
término y empezó a ser empleado con entusiasmo también por la izquierda.
Como una viva muestra de este redescubrimiento de la Madre Patria, la
poesía ecuatoriana examinaba, con extrañado entusiasmo, la superación
de un distanciamiento secular, y celebraba la nueva unión entre España
y Ecuador que se estaba forjando en la lucha común contra el fascismo.
Así, Nelson Estupiñán Bass saludó a España –a la España republicana de
los puños cerrados– “con el machete en alto”, consciente de que la guerra
civil era indisociable de su propia lucha y de la de sus hermanos “negros”
víctimas de la persecución y el racismo en todo el mundo:

Desde esta tierra ardiente
a la que los ríos se esfuerzan por bajarle la rabia,
España leal,
en el primer cumpleaños de tu desangre
te saludo con el machete en alto,
el saludo del negro ecuatoriano que siente que en su carne se
escribe tu tragedia.

(B. Carrión 30).

50

Revista Pucara, N.º 25 (47-56), 2013

Asimismo, el indigenista cuencano Humberto Mata –cuyos múltiples,
extensos y apasionados poemas sobre la guerra civil no llegaron a reunirse
en el anunciado libro Brigada U. H. P.– reconoció, en “Juzga, España
miliciana”, que “os odiaba fuertemente, con sangre de indio y puma, / a
Vos, Señora España de corona y de cetros”. Ahora, sin embargo, España se
había convertido para él en “compañera, miliciana mujer del triunfo y del
clarín”, y la sincronía emocional –a pesar de la lejanía– era estrechísima: “El
chorro de tu sangre desemboca en mi aorta / y soy tuyo: / indio tuyo, blanco
tuyo, / miliciano prisionero en la línea ecuatorial del mundo” (Repertorio
Americano
XXXIII.11, marzo 1937: 174-175).

La guerra en carne propia

Fueron pocos los ecuatorianos que vivieron en carne propia la guerra, pero
de sus experiencias surgieron textos apasionantes para lectores que tuvieron
que informarse casi exclusivamente a través de las grandes agencias
internacionales. La voz de un compatriota que había estado allí, que había
visto y oído la guerra, que la había sentido y presentido, tenía un prestigio
extraordinario. Hay cuatro testigos ecuatorianos de la guerra que son,
me parece, de mucho interés: el sacerdote jesuita Carlos Vela Monsalve,
el legionario José Hernández Subiria, el brigadista internacional y aún
aspirante a político Carlos Guevara Moreno y el narrador y poeta Demetrio
Aguilera Malta.

El sacerdote jesuita y doctor en derecho Carlos Vela Monsalve, que vivía en
Chile a mediados de los años treinta, llegó a España cuatro días antes del
comienzo de la guerra. Vivió un mes en la “zona roja”, entre Tolosa y San
Sebastián, y luego pasó seis meses en la “España nacional”, «visitando los
frentes y las ciudades de retaguardia, haciendo vida de campaña, sorteando
en suma todos los accidentes de más de diez mil kilómetros recorridos»
(Vela Monsalve 3). Envió crónicas sobre la guerra a El Diario Ilustrado de
Santiago y a mediados de 1937 publicó España después del 18 de julio, un
libro que combinaba el testimonio personal de la guerra con entrevistas y
con un extenso análisis político, religioso e histórico de España y América.

En la zona republicana, Vela Monsalve vio cómo «la fiera humana, libre
de todo freno, sin la acción coactiva y tutelar del Estado, ha dado rienda
suelta a sus instintos», y cómo «los rojos de San Sebastián, lobeznos

51

La Madre España y sus lecciones. El impacto de la guerra civil...

aulladores el primer día, a poco menos de un mes se han vuelto tan feroces
que pueden aleccionar a los desalmados tártaros» (27). El contraste con
las ciudades de la zona franquista le parecía radical. En Burgos, resonaban
los himnos nacionalistas, las «arengas del altoparlante» y los «atronadores
gritos de ¡Viva España!», y la guerra se palpaba en la presencia de requetés,
falangistas, y civiles con insignias y brazaletes, pero en todo lo demás había
una “absoluta normalidad”: «Corren los niños en los jardines; los transeúntes
invaden las vías, lentos, perezosos y sin prisa; en las terrazas de los cafés
se departe sosegadamente; los curiosos se detienen sin ninguna inquietud
en los escaparates de las tiendas» (123-124). España después del 18 de
julio
se publicó en Chile pero llegó pronto a Ecuador, donde fue comentado
favorablemente en El Comercio y fue reproducido en parte en El Debate
(“España”, 19 agosto 1937: 3).

En julio de 1937, el diario guayaquileño El Universo anunció la llegada
a Guayaquil de José Hernández Subiria, un “ecuatoriano nativo de Ibarra,
quien irisa en los 27 años y acaba de volver de España, después de haber
tomado las armas en favor de los rebeldes españoles que obedecen al
General Francisco Franco”. Hernández Subiria, que vivía en España desde
los dos años, ofreció en portada un testimonio escalofriante del terror “rojo”:
“Yo mejor que nadie puedo relatarles a ustedes lo que es el terror comunista.
He sido una de sus víctimas; me han destrozado mi alma”:

Cómo no voy a darme cuenta de lo que es el comunismo
cuando un oficial comunista, tomó de los piesesitos [sic] a mi
hijita de 17 meses y, delante de su madre, la levantó por los aires
lanzándola contra un muro y destrozándole el cráneo? ¿Qué culpa
tenía esa infeliz criatura de que su padre sustentara los principios
nacionalistas? Mi mujer y mi hijito fueron fusilados de la manera
más inhumana. Una hermana mía, monja de la caridad, fue violada
cobardemente, luego golpeada, cortados sus senos y por fin
asesinada, habiendo sido paseado su cuerpo desnudo por las calles
al igual que los de otras compañeras suyas... (2 julio 1).

La presencia del legionario en la ciudad y el debate sobre la fiabilidad de
estos atroces e improbables testimonios desató una polémica en la prensa
guayaquileña y en la comunidad española, que estalló el día 8 de julio, cuando

52

Revista Pucara, N.º 25 (47-56), 2013

Hernández Subiria acudió al Teatro Edén para pronunciar una conferencia
sobre “España ensangrentada”. En cuanto saliera al escenario, el cónsul de
la República Jaime Castells se puso de pie en un palco y denunció que el
conferenciante no era un militar, sino un “cura”. A estas palabras de Castells
“siguieron rechiflas y una ensordecedora gritería que impidió continuar
la conferencia”. A continuación, una lluvia de papas, cebollas y taguas
empezó a caer sobre Hernández y su público de profranquistas. Este boicot,
coordinado por el cónsul, surtió efecto. Después del revuelo provocado por
el incidente en los días inmediatamente posteriores (Castells fue llamado a la
Comisaría para declarar), el supuesto legionario desapareció de las noticias.2

El único testimonio directo que he encontrado de los ecuatorianos que
lucharon con la República es el de Carlos Guevara Moreno. Guevara Moreno
realizaba prácticas de radiólogo en el hospital Saint Antoine de París cuando
se enteró del estallido de la guerra civil. Viajó con su esposa alemana al
frente de Madrid, donde fue nombrado teniente de la sección de laboratorios
analíticos. Hay versiones distintas sobre lo que hizo en España, pero a
comienzos de 1938 estaba ya de regreso en Ecuador. El 6 de febrero de 1938
tuvo lugar en la Plaza Arenas de Quito un gran “Homenaje a España Leal”,
organizado por un comité de intelectuales que incluía a Benjamín Carrión,
Jorge Icaza y Alejandro Carrión, y en el que intervenían Gonzalo Escudero,
Manuel Agustín Aguirre, Pablo Palacio, y el plato fuerte: un testimonio
sobre la guerra de Carlos Guevara Moreno, en el que contaba sus vivencias

2 Las dos figuras centrales del franquismo en Guayaquil arroparon a Hernández Subiria,
lo cual hace pensar que su performance podría ser simplemente una invención propagandís-
tica orquestada por ellos. Dos días después de la fallida conferencia, el hombre de Franco en
la ciudad –Alfonso Ruiz, marqués de Grijalba– se rió, en una improvisada “epigramilla”, de
la censura practicada en el Teatro Edén por Castells y otros de los que se autoproclamaban
defensores de la libertad: “Ecuatoriano y Teniente / del Ejército español, / que luchó, como
un valiente, / por España, cara al Sol, / no pudo anteanoche dar / su anunciada conferencia.
/ Porque no le dejó hablar / un grupito en la asistencia / que empezó a vociferar. / El público,
sorprendido, / se expresaba de este modo: / ‘Nos lo esperábamos todo / menos lo que ha su-
cedido. / Que sea quien representa / la Libertad de la Imprenta, / la Igualdad y la República,
/ precisamente el que atenta / contra la Tribuna Pública, / puntal de la Democracia, / tiene
muchísima gracia (...)’” (El Universo, 10 julio 1937: 3). Por otra parte, en su última interven-
ción en la prensa antes de desaparecer, Hernández Subiria dirigió una carta pública a Castells,
en la que reconocía que antes de la conferencia del Teatro Edén buscó la protección de Jaime
Nebot, director de la Unión Nacionalista Española del Ecuador y futuro editor de la revista
Nueva España (El Universo, 13 julio 1937: 5).

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La Madre España y sus lecciones. El impacto de la guerra civil...

en el frente madrileño y su participación en la batalla de Guadalajara como
teniente en la brigada XIV, “La Marsellesa”, de las Brigadas Internacionales.

Durante su discurso, mostró al público enardecido la cicatriz de una herida
recibida en la lucha. Era la garantía de la veracidad de su palabra, que
otorgaba a él, y más que nadie a él, el derecho de hablar, de opinar y de
aleccionar a los oyentes sobre España, y sobre la necesidad de unirse contra
el fascismo:

Llevo en mi carne la mordedura de la metralla fascista. He
pagado la deuda de la estirpe, tengo pues derecho a gritar ante el
mundo que se asesina a España. En el barro, en el hambre y en el
frío he comulgado con católicos, con protestantes, con marxistas,
con liberales. Todos sentíamos aullar en nuestra materia la protesta
animal contra la demencia humana. ¿Son hombres los que pueden
pulverizar hospitales?... ¿Son hombres los que esparcen por los
aires los miembros destrozados de los niños madrileños?... (Por
la España Leal
44).3

El más importante de los testigos ecuatorianos fue, indudablemente,
Demetrio Aguilera Malta, que llegó a Madrid en julio de 1936 con una beca,
concedida por el Ministro de Educación Carlos Zambrano, aparentemente
para estudiar con Miguel de Unamuno en Salamanca. El momento no podría
haber sido menos propicio, pero Aguilera se encontró con la atmósfera
vertiginosamente revolucionaria de los primeros días de la guerra y decidió
3 La carrera política de Guevara Moreno terminaría enemistando a muchos de los in-
telectuales que lo acompañaban en la defensa de la España republicana, y esa enemistad sin
duda influyó en las acusaciones de falsedad y mitomanía que se le hicieron respecto a su par-
ticipación en la guerra civil. El ensayista guayaquileño Leopoldo Benites Vinueza cuestionó
abiertamente el mito: “Todos creían, menos yo, en el héroe antifascista. [...] He ido a Quito
con Carlos Guevara; como no teníamos fortuna, nos hospedamos en un hotel de segunda
clase, tenía una sola habitación, y no le he visto ninguna herida y por eso alguna vez lo llamé
‘Héroe sin herida’” (Calderón Chico 1991: 195-196). Asimismo, cuando en 1950 Jorge Enri-
que Adoum habló del papel en la guerra civil de escritores como Pablo Neruda, César Vallejo,
Nicolás Guillén y Langston Hughes, agregó con sorna: “No me refiero a ciertos ‘doctores’ en
aventura, a aquellos desertores del regimiento de Líster, que se han orgullecido de que ‘la
metralla fascista ha mordido su carne, con extrañas mordeduras invisibles, y que sólo han
servido para que traten de establecer su minúsculo fascismo del ‘momento’” (Adoum 27).

54

Revista Pucara, N.º 25 (47-56), 2013

quedarse. Se sabe poco de la estancia de Aguilera-Malta en España. Al
parecer, vivió siete meses en Madrid, un mes en Valencia y unos meses más
en Barcelona.

Sus tres obras sobre la guerra evitan la forma del testimonio directo, pero
es fascinante la forma en que Aguilera entreteje en ellas ficción y realidad.
El mismo subtítulo de su novela ¡Madrid! Reportaje novelado de una
retaguardia heroica, es elocuente al respecto: es una ficción que aspira
al valor testimonial de un reportaje, y relata con estremecido horror la
devastación y las muertes provocadas en Madrid por los aviones alemanes
e italianos.

En la obra de teatro España leal, la protagonista Paca Solana es la recreación
ficticia de una miliciana real que murió en Guadarrama durante las primeras
semanas de la guerra. Apareció en la portada de El Telégrafo en septiembre
de 1936, con una nota que hablaba de la “bella miliciana” que “tomó en
sus manos el fusil cargado de proyectiles y con paso firme, de heroína y
mártir, emprendió marcha hacia el campo del sagrado deber”. Una vez más,
realidad y ficción se fundían en la obra de teatro, que se iniciaba con la
decisión de Paca Solana de hacerse miliciana –pese a las protestas de sus
padres– y terminaba con su muerte en el frente.

Curiosamente, cuando en La revolución española a través de dos estampas
de Antonio Eden
Aguilera aborda el ensayo –un género habitualmente
propicio para lo testimonial–, también decide ficcionalizarlo, enfocando el
tema de la guerra desde la perspectiva del Ministro de Exteriores británico
Anthony Eden, para así explotar satíricamente la evolución ideológica del
político respecto a la guerra española. El Eden ficcional de Aguilera, como
buen aristócrata inglés, simpatiza desde el inicio con el bando franquista pero
termina apoyando a la República, y el ensayo concluye con un improbable
grito de “¡No pasarán!”. Todo es fantasía en el libro de Aguilera pero se
basa en un cambio real en el británico, que poco a poco se dio cuenta de
que la política británica de la “No Intervención”, cuyo fin último era el de
apaciguar a Hitler, no servía para nada.

55

La Madre España y sus lecciones. El impacto de la guerra civil...

Como si fuese en carne propia

No hacía falta, sin embargo, ser testigo directo de la guerra española para
sentirla con dolor, con pasión y con una virulenta indignación. Muchos
intelectuales tuvieron la sensación de ser testigos, a larga distancia, de
la tragedia española y de estar viéndola y viviéndola casi como una
experiencia propia: «Aquí estamos, con la oreja apegada a la tierra, / oyendo
cómo tiemblas», escribe Alejandro Carrión en los primeros versos de su
poema «Aquí, España nuestra!» (1). Vivir pendiente de España –con la
oreja apegada a la tierra
– era, inevitablemente, vivir sufriendo. La guerra
poblaba la imaginación de pesadillas. Así lo decía Manuel Agustín Aguirre,
en “España de los trabajadores”: la sangre de España «empapa los insomnios
de estas noches de plomo» (B. Carrión 40); pero la expresión más dramática
de la solidaridad emocional con España es «Vosotras que lloráis a vuestros
muertos», un poema de Aurora Estrada y Ayala dedicado a las madres de los
niños muertos en los bombardeos aéreos. La guerra civil constituía, para la
lejana lectora y espectadora en tierras ecuatorianas, el despertar a un nuevo
mundo dominado por la violencia y a un dolor destinado a convertirse en
compromiso político:

Pero hoy, nada es igual al sabor amargo de nuestras bocas pálidas
ni al temblor de nuestra angustia sin palabras!
Habíamos olvidado el llanto....
Hoi vuelve a cavarnos surcos en la cara,
más amargo y ardiente,
más corrosivo aún,
porque el martirio de vuestros hijos
nos hiere en la raíz de la Vida
i golpea en nuestra sangre de trabajadoras!

(B. Carrión 25).

Ahora bien, más allá del dolor y la compasión, del fervor militante y la
violencia verbal de los escritores ecuatorianos, latía una inevitable sensación
de impotencia. ¿Para qué servían, hasta qué punto eran capaces de cambiar
las cosas todos esos homenajes, todas las palabras de adhesión, tanta
grandilocuencia solidaria? Si España era un espejo en que se reflejaban los

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Revista Pucara, N.º 25 (47-56), 2013

posibles destinos de Ecuador, la República se estaba desangrando y escribir
poemas o manifestarse a favor de la “España Leal” por las calles de Quito,
Guayaquil o Cuenca no parecía servir para nada. Lo decía Jorge Reyes:
“la tarea efectiva no se ha cumplido aún. Nadie ha querido hacer lo que
debía”. La impotencia no tardaba, así, en convertirse en mala conciencia
para muchos intelectuales. A fin de cuentas, como señalaba Reyes con
sorna, «permanecemos orondamente acomodados en nuestras habitaciones,
mientras los bandidos fascistas asesinan mujeres y niños de España. No
tenemos el sentido ni la conciencia de nuestra responsabilidad» (El Día, 18
julio 7-8).4

Fuentes de consulta:

Adoum, Jorge Enrique. “La República Democrática Española”. VV. AA., La
Federación de Estudiantes y su lucha contra Franco
, Quito: Imp. de
la Universidad, 1950: 20-31.

Calderón Chico, Carlos. Tres maestros. Ángel F. Rojas, Adalberto Ortiz y
Leopoldo Benites Vinueza se cuentan a sí mismos
. Guayaquil: Casa
de la Cultura, 1991.

Carrión, Alejandro. ¡Aquí, España nuestra! Tres poemas en esperanza y
amargura. Quito: Cuadernos del Mar Pacífico, 1938.

Carrión, Benjamín (ed.). Nuestra España. Homenaje de los poetas y artistas
ecuatorianos
. Quito: Editorial Atahuallpa, 1938.

Marinello, Juan. Ponencia en el II Congreso Internacional de Escritores para
la Defensa de la Cultura. Hora de España, Valencia, 8 (agosto 1937):
64-69.

Vela Monsalve, Carlos. España después del 18 de julio. Las dos bandas
en lucha y las tendencias de la Nueva España vistos por un testigo
presencial
. Santiago de Chile: La Gratitud Nacional, 1937.

4 Es curioso señalar que desde el otro bando, hubo intelectuales católicos –como
un editorialista anónimo de Dios y Patria– que mostraban la misma impotencia y la misma
mala conciencia: “¡Oh! si estuviéramos cerca, y si Dios nos hubiera favorecido con bienes de
fortuna, nosotros también, gustosísimos, hubiéramos corrido a enrolarnos en esas sublimes
falanges, que luchan por la fe y la civilización, y llenos de gloria hubiéramos clamado, al caer
con las armas en la mano como nuestros héroes españoles: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España!”
(17 enero 1937: 1).

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Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación de Cuenca entre...

Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación
de Cuenca entre 1809 y 1814 y la aplicación de los

principios Constitucionales de Cádiz
Liberal ideas and thought in Cuenca between 1809 and 1814 and the

Cádiz Constitutional principles legacy and application

Ana Luz Borrero Vega
Universidad de Cuenca

e-mail: ana.borrero@ucuenca.edu.ec

Resumen
Este artículo tiene por objeto analizar el pensamiento, las ideas liberales y
la cultura política, en los territorios de la monarquía hispánica, con especial
interés en la región de Cuenca, así como la aplicación y la praxis de las ideas
políticas liberales y del derecho constitucional liberal de la Constitución
de Cádiz en estos territorios entre 1812 y 1814, período en el cual Cuenca
figuraba como sede de la Presidencia de la Real Audiencia de Quito y
constituía una importante área demográfica, política y económica.
Esta investigación se enfoca en los cambios políticos, y las posibles
interpretaciones sobre los idearios liberales por parte de los actores sociales
(élites, oficiales reales, e indígenas), en relación a la novedad y aplicación
de los nuevos derechos constitucionales en los territorios, en particular
en relación con los nuevos cargos de elección: alcaldes constitucionales,
regidores, procuradores, diputados provinciales y “nacionales”.
Entre los impactos en el territorio y su administración, gestión y manejo político
estará la creación de los Ayuntamientos constitucionales en el territorio de
Cuenca, tanto en áreas urbanas y rurales, estas últimas predominantemente
indígenas (área cañari). Esta investigación se fundamenta en una amplia
investigación bibliográfica, así como en la revisión de fuentes documentales
provenientes de varios archivos. Este estudio se enmarca dentro de las
conmemoraciones Bicentenarias de la Constitución de Cádiz de 1812.

Palabras clave: cultura política, revolución política, Constitución de Cádiz
de 1812, primer Liberalismo.

58

Revista Pucara, N.º 25 (57-74), 2013

Abstract
This article aims to analyze the liberal ideas, thoughts and political
culture, in the territories of the Spanish monarchy, with special interest in
the Government of Cuenca or in Cuenca Province (Quito), as well as the
implementation and praxis of the political ideas of the liberal Constitution
of Cadiz (1812) in all these territories between 1809 and 1814. And also this
article aims to review and understand the period which Cuenca became the
seat of the Presidency of the Royal Audience of Quito, and also became an
important demographic, political and economic area.

This research focuses on the political cultural changes and the possible
interpretations related with liberalism and its ideology present during this
period, specially the way it was accepted and lived by different social actors
like the “elites”, military forces, royal functionaries, and indigenous people.
It is important also to study the innovations and changes that the application
of the new constitutional rights brought to those territories, in particular
in relation to new charges and elective and “representative” charges like:
“constitutional mayor”, attorneys, deputies: provincial and “national”.
in relation to the innovation and application of new constitutional rights in
the territories, and also free press, and elimination of Indian tributes and the
“Mita” system.

The article studies the creation of constitutional councils or “Ayuntamientos
constitucionales”, both in urban and rural areas, these latest predominantly
indigenous (cañari Indians), and the impacts and changes of these new
political ideas and “democratic” participation in the province of Cuenca
area. Part of this analysis is related with the application of the new forms of
citizenship and civil rights. This paper is based in extensive bibliographical
sources, as well as the review of multiple files and documentary sources.
This study is part of the Bicentenary Constitution of Cádiz commemorations.

Key words: “political culture”, “political revolution”, “Constitution of
Cadiz of 1812”, “first Hispanic-American liberalism”.

59

Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación de Cuenca entre...

Introducción

El objetivo de este estudio es el de analizar el pensamiento y las ideas
liberales tempranas que se aplicaron en la época de la crisis de la monarquía
hispánica y en torno a los debates de las Cortes de Cádiz, hasta la
implementación y aplicación de los principios constitucionales en la región
de Cuenca. Este estudio abarca el período que va desde 1809 a 1814.
Se abordará el legado liberal de la Constitución de Cádiz, a partir de su
proclamación, publicación, juramento, aplicación y apropiación por parte
de la población de los territorios de la Gobernación y Obispado de Cuenca
(Cuenca-Azuay, Loja, Cañar, Guayaquil, Manabí, El Oro y sur oriente del
actual Ecuador) pertenecientes a la Real Audiencia de Quito.

Este análisis se enmarca en las conmemoraciones del bicentenario de la
Constitución de Cádiz de 1812, y en el estudio de las nuevas categorías y
nociones liberales que fundamentaron las prácticas políticas de este período
en la región, y que permitieron el tránsito hacia nuevas formas políticas
que se reflejarán en los principios constitucionales que fundamentaron
la “independiente república de la Provincia de Cuenca, de noviembre de
1820” –que aunque tuvo muy corta duración, fue uno de los principales
legados de Cádiz en la región–.

Se analizan los derechos de representación tanto en áreas rurales como
urbanas, en zonas mayoritariamente indígenas, así como la postura del
asesor de gobierno en Cuenca, a favor de la constitución de numerosos
ayuntamientos en pueblos de indígenas, y la consecuente oposición por parte
de las élites criollas e indígenas, el Teniente Asesor de Gobierno de Cuenca,
Lic. Juan López Tormaleo, defendió la aplicación radical de “los derechos
de representación” de las áreas rurales y de los indígenas, lo que llevó a que
trate de crear ayuntamientos en la mayoría de pequeños caseríos, anejos y
parroquias rurales del territorio, con el apoyo de las poblaciones indígenas
de Cuenca y Loja, y con la oposición de las élites criollas y las élites
indígenas. Los argumentos provenían de los nuevos derechos consignados
en la Constitución, una verdadera “revolución” para le época, ya que los
indígenas acceden a la “ciudadanía política” (Uarisco 57).

Se aborda también sobre las formas políticas, las publicaciones, la circulación
y la vida pública en torno a los idearios liberales y la Constitución de

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Cádiz, que llegaron hasta los confines más remotos e insospechados de la
región, incluyendo a grupos sociales subalternos en particular indígenas.
La información constitucional se permeó a nivel local, donde se produjo
la apropiación de idearios y principios como los de “representación”, la
comprensión del papel de los “compromisarios” para las elecciones, de
“electores” y de “ciudadanía universal”, también se analiza cómo miembros
de la iglesia apoyan los derechos de los indígenas, así como el acceso a
nuevos derechos y a cierta participación política (Bustos, 2004). Se analiza
también la consolidación de la discusión sobre temas propios de la época
como la “felicidad de la nación” (AHN/Q, 1812, 2), y las nociones de
nación, soberanía y patria.

Representación y elecciones en la Nueva Granada y Cuenca

Con la crisis de la monarquía española, a partir de la invasión francesa en
España (1808), se produce el inicio del cambio en la cultura política hispánica
(Rodríguez 7). Por primera vez en la historia de Hispanoamérica, los vecinos
de pueblos, ciudades y villas, participarán en elecciones; es a partir de este
momento donde toma importancia la noción de “representación” y se eligen
a diputados provinciales y diputados “nacionales”, para actuar en las Cortes.
Esta decisión fue tomada por la Junta Suprema Central y Gubernativa del
Reino, en búsqueda de una solución a la crisis de la monarquía.

En esos momentos, a partir de mayo de 1808, con los sucesos de Madrid, un
«nuevo actor político surge: “el pueblo”, como representante de una nación
incipiente y en proceso de definición» (Rodríguez 7-8). Las ideas políticas
se transforman, emerge aunque por corto tiempo un nuevo orden, el liberal,
que coincide con los procesos independentistas de muchas de las nuevas
repúblicas de Hispanoamérica, entre en vigencia el pensamiento liberal
moderno, que formaba parte de la cultura política del mundo hispánico.
El término liberal es una palabra de origen español, que luego adoptará el
léxico político inglés y no a la inversa como sostienen muchos escritores de
habla inglesa (Quijada 185).

La Junta Central decretó el 22 de enero de 1809, que se eligiera un diputado
en representación de cada uno de los virreinatos y capitanías generales de
América y Filipinas para las Cortes (nueve entidades políticas, en desventaja
frente a las provincias de España, que podían elegir a dos diputados). Este
proceso tuvo dos etapas: en la primera se permitía la participación de los

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Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación de Cuenca entre...

principales cabildos de las capitales de partido para elegir a sus candidatos.
Las elecciones de 1809 fueron un importante paso a la formación de un
gobierno representativo para todo el territorio de la nación española (en
América y Europa). En esta primera etapa, en el Virreinato de la Nueva
Granada, al que pertenecía la Audiencia de Quito, se eligieron diputados en
los “partidos” de Popayán, Ibarra, Quito, Riobamba, Cuenca y Loja, ya que
Guayaquil participó dentro de las elecciones del territorio del Perú (Martínez
y Gutiérrez, 2009). Por Quito se nombró a Juan José Matheu Arias Dávila,
conde de Puñonrostro. En Cuenca se eligieron a tres diputados: al alcalde
de primer voto Fernando Guerrero de Salazar, al abogado de la Audiencia
Dr. José María Vázquez de Noboa y al Dr. José de Landa y Ramírez

(Secretario del Obispo de Cuenca), en Guayaquil (como parte del Virreinato
del Perú), en julio de 1809, se nominó a José de Silva y Olave.

Publicación y Jura de la Constitución de 1812 en Cuenca

En el seno del Cabildo de Cuenca al igual que en el resto de los “Pueblos del
Reyno”, se conoció el Decreto del marzo de 1812, emanado por las Cortes
Generales y Extraordinarias con sede en Cádiz, enviado por el Virrey de la
Nueva Granada quién enfatiza sobre los valores de la misma y sus beneficios
frente a los vicios que presenta «la subversión» (ANH/Q, 1812, 9). El
decreto ordenaba que cada municipio debe publicar y jurar la Constitución
Política de la Monarquía Española, para lo cual, cada Ayuntamiento debía
señalar un día para su publicación y jura. La pompa y barroquismo formó
parte de esta “publicación”, a través de “repicar de campanas, iluminación
de la ciudad y salvas de artillería”, con la asistencia de todas las autoridades:
Jueces, Jefe Superior, alcaldes, regidores, y la celebración de una misa
de acción de gracias; además, en seguida venía el indulto a los reos. La
Constitución que estaba por conocer la población cuencana de esa época ha
sido considerada por muchos autores como:

la más radical del siglo XIX, [ya que] abolió las instituciones
señoriales, la Inquisición, el tributo indígena, el trabajo forzado
–mita– en Sudamérica y el servicio personal en España, y permitió
el control estatal de la Iglesia. Creó un sistema unitario con
igualdad de leyes en todas las partes de la Monarquía Española,
restringió de manera substancial la autoridad de la ley, y confiará
a la legislatura un poder decisivo Rodríguez 117).

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Los archivos nos muestran con documentos que el decreto fue conocido por
el Cabildo cuencano y que se publicó la Constitución el 21 de septiembre
de 1812. En ese momento Cuenca era sede de la Real Audiencia de Quito,
Francisco Manzano Oidor Decano y a su vez Presidente Interino de la Real
Audiencia de Quito. Uno de los oficiales que dio cumplimiento a lo decretado
por el Virrey fue el Teniente Asesor de Gobierno y Gobernador interino
de Cuenca, el Licenciado Juan López Tormaleo. El Te Deum, lo realizó
el Arcediano de la Catedral, Dr. Pedro Antonio Fernández de Córdova,
debido a la ausencia del Obispo (quién realizó la Jura de la Constitución en
Guayaquil).

La aplicación de la Constitución de Cádiz de 1812 en el territorio de
Cuenca y sus impactos.

La Constitución de Cádiz, dotó de un nuevo marco legal a los territorios de la
península y América; en el caso de Cuenca, entra en vigencia entre septiembre
de 1812 hasta su derogación en 1814 (Moscoso 9). La Constitución se aplicó
con la fuerza de la ley. Solamente ciertos principios no fueron puestos en
práctica por parte del gobierno virreinal y de la capitanía general, basados en
las “necesidades” del gobierno, para poder mantener el gasto producido por
los costes de la guerra contra Quito y las provincias insurrectas, como fue la
aplicación del cese del cobro de la tributación indígena.

Uno de los principales impactos y transformaciones de Cádiz en la región,
fue la formación de ayuntamientos constitucionales, contemplados en
el artículo 310, título VI, a través del cual se crean gobiernos locales que
sustituyen a los cabildos, y que permitiría la participación política a nuevos
grupos sociales que anteriormente no hubiesen podido acceder a estos
cargos. En cumplimiento con las nuevas regulaciones también se crearon
un sinnúmero de municipios en poblados de las distintas provincias que
sumaban más de mil habitantes (Marchena, 2003). Las nuevas funciones
y competencias municipales fueron diversas: “iban desde lo judicial y
legislativo hasta lo sanitario o lo educativo”. El ayuntamiento debía estar
conformado por alcaldes, regidores y procuradores, elegidos de manera
indirecta por electores parroquiales, constituidos por todos los ciudadanos
avecindados y que tenían su residencia dentro del territorio de la parroquia,

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Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación de Cuenca entre...

novedad política que se puso en práctica en la Gobernación de Cuenca;
además, los ayuntamientos sufrieron cambios importantes en su estructura,
atribuciones y competencias. Las Cortes aprobaron el establecimiento de
gobiernos territoriales locales, como los ayuntamientos y regionales como
las diputaciones provinciales (Rodríguez 318).

La Constitución de Cádiz de 1812, introdujo ciertos “ingredientes”
imprescindibles para el cambio político que se produjo con la independencia
y la aparición de la vida republicana en estos territorios, y señalaba que los
diputados americanos dirigidos por Mejía Lequerica representante de Quito,
consiguieron que las Cortes decretaran la igualdad de derechos entre los
diputados del Nuevo Mundo y de la Península. Los americanos demandaban
también derechos plenos en materia de política, economía, incluido el
control de la economía local, libre comercio y acceso a los cargos públicos
para los criollos. En las cortes se otorgó el derecho de representación entre
la península y ultramar (aunque inequitativo), y derechos de ciudadanía
tanto a los españoles como a indios, excluyendo a las “castas”, pardos y
esclavos (los Diputados de la Comisión Ultramarina, fueron Lequerica, Inca
Yupanqui, Palacios y Llanos que defendieron los derechos entre América y
España).

A partir de esta época mutaron ciertas nociones y términos, varió la
representación, las nociones de “nación”, “ciudadano”, “soberanía”,
“libertad”, “igualdad” y “república” (Pérez Mejía 7), cambiaron las
percepciones y los sentidos. La transformación política e institucional,
implicó la presencia de nuevas formas e instituciones de gobierno y de
organización política, la misma que podría ser llamada una “revolución
política” (López Alvez, 2003), aunque las nuevas formas e instituciones
de gobierno y de organización política, no supusieran un radical cambio
en las estructuras sociales y de grupo. Para la historiadora Morelli (2005)
este período puede ser considerado como un ejemplo de la convivencia de
los dos órdenes, el antiguo y el nuevo, donde surge un “gobierno mixto”,
que corresponde al gobierno intermedio constituido por el municipio o
ayuntamiento constitucional, que jugará un papel importante en el proceso
de aplicación de Cádiz.

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El cabildo colonial dio paso entonces al ayuntamiento constitucional, que
sustituyó a las élites que heredaban los cargos, por funcionarios electos,
que representaban la “voluntad popular”, esta institución permitió ampliar
la participación política y la representación del pueblo. Se podían crear
ayuntamientos constitucionales en poblados de más de mil habitantes que
carecían de cabildos (Marchena), los vecinos se convirtieron en ciudadanos
y la demografía será un factor decisivo, los censos de la población, fueron
necesarios para la creación de nuevos ayuntamientos.

Esta nueva ley permitió el derecho al voto y el sufragio de indígenas,
coexistió la organización política de los cuerpos y estamentos propios del
antiguo régimen con la nueva experiencia constitucional. En el Expediente
de elecciones para el Ayuntamiento Constitucional en Quito en 1813, el
Capitán General de Quito, Toribio Montes afirmaba que tenían derecho al
voto todo ciudadano español, incluso los indios, los vecinos de parroquia,
excepto los esclavos, sirvientes domésticos, extranjeros y el clero secular.
(ANH/Q, 1813).

Un importante aspecto que se relaciona con las elecciones y la representación
local y provincial, será el tema de los censos y padrones de la población y
cálculo del número de ciudadanos (vecinos) que se distinguía del número
de habitantes (almas), que fue importante al momento de la conformación
de los ayuntamientos, y también para considerar el número de regidores,
procuradores y diputados. En el caso de la provincia de Cuenca y su cabildo,
el Teniente de Gobierno, López Tormaleo, entregó la información del número
de vecinos y almas de la provincia, la ciudad y sus parroquias (urbanas y
rurales) constituían un total de 5 000 los primeros y 15 000 las segundas.
El censo de habitantes para la región de la Gobernación de Cuenca para
contabilizar el número de vecinos, que podían elegir o ser elegidos, fue de
23 887 vecinos y 87 532 almas (Hamerly, 1970). Los censos de población
fueron fundamentales en las elecciones y para efectos de designar el número
de compromisarios y electores por parroquia, dentro del partido de Cuenca y
su comarca. Para el efecto se dio casi igual peso a la población de la cabecera,
es decir del área urbana y la de la población rural; esto creó también un fuerte
conflicto, que causó disgusto en la élite de la ciudad; el censo no distinguía
entre las parroquias que comprendían la ciudad y las áreas rurales de la misma.

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Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación de Cuenca entre...

Un importante cambio de percepción sobre ciudadanía y sobre la posible
actuación como ciudadanos, se presenta claramente a través de un alegato
del alcalde constitucional de Cuenca, Don Diego Fernández de Córdova,
quien consulta a la autoridad sobre la facultad de las mujeres, vecinas de la
región de Cuenca, para acceder a los derechos de ciudadanía plena. Hace su
defensa indicando su importancia en la jefatura del hogar y en la actividad
económica.

Nuevas atribuciones de los Ayuntamientos Constitucionales, el caso de
Cuenca

Entre las competencias de los ayuntamientos en la Carta Constitucional,
según el artículo 321, están: “Dirigir la policía de salubridad, seguridad de
las personas y orden público, administración de los caudales de propios y
arbitrios, repartimiento y recaudación de contribuciones, mantener y cuidar
escuelas de primeras letras y otras de fondos del común, mantenimiento
de hospitales, hospicios, casa de expósitos y demás establecimientos de
beneficencia, hacerse cargo de la obra pública y ornato; en infraestructura,
construcción y reparación de caminos, calzadas, puentes y cárceles”.

También los ayuntamientos debían legislar, formar ordenanzas municipales
que debían ser presentadas a las Cortes para su aprobación por medio de los
Diputados Provinciales. En lo productivo y económico, los ayuntamientos
debían promover la agricultura, el comercio y la industria que beneficiara
a los pueblos. Además la Constitución amplió el control administrativo en
otros ámbitos de gestión, los ayuntamientos tomaron a su cargo las corridas
de toros, peleas de gallos, corral de comedias, control policial de los barrios,
como señalara Víctor Peralta (2001, 41), para ciertas áreas del Perú.
Como ejemplo de la aplicación de estos nuevos principios administrativos
y nuevas competencias, el ayuntamiento de Cuenca, planificó e intentó la
construcción de puentes, caminos y calzadas entre 1812-1814 (AGI, 1812);
el intento más importante será el de abrir un camino estable que comunique a
Cuenca con el puerto de Naranjal y con Guayaquil. Una solicitud al gobierno
en marzo de 1813 se referirá a que se le permita construir este camino,
por la importancia para el bien común, para el desarrollo del comercio, del
correo, la agricultura y las artes.

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Derecho de ciudadanía y extinción de los tributos de indios en Cuenca

Con la aplicación de la Constitución de Cádiz los indígenas que constituían
la mayor parte de la población de la Real Audiencia de Quito, accedieron
al derecho de ciudadanía con igualdad política ante la ley. De acuerdo
a Rodríguez (2006), conocieron sus nuevos derechos, obligaciones y
privilegios que provenía de la “ciudadanía política”, se mantuvieron al
tanto sobre temas políticos del momento y no ignoraban lo que sucedía a
ambos lados del Atlántico. Esta situación llevó a que muchos indígenas
optaran por los ideales de la Constitución Gaditana y apoyaran a los realistas
enfrentados con los insurgentes.

En la defensa de los derechos de los indígenas tributarios y mitayos ante las
Cortes, fue muy importante la acción y petición del Diputado por Guayaquil,
José Joaquín de Olmedo, así como también la postura del diputado suplente
por Perú, Ramón Feliú, y la del diputado novo hispano, Ramos Arizpe,
quienes formularon la idea de no excluir a los individuos de ascendencia
africana, aunque ese tema quedó para tratarse en un momento más propicio
(Rodríguez, 2009).

En las regiones de Cuenca y Loja, los indígenas participaron como nuevos
ciudadanos españoles en las elecciones y en el proceso constitucional;
estos manifestaron un gran interés en el establecimiento de ayuntamientos
constitucionales, como se demostrará más adelante. Los indígenas se
dieron cuenta de la importancia de esta institución que permitía un mejor
posicionamiento de sus poblados dentro del aparato político-administrativo
local y provincial, los ayuntamientos fueron vistos como una oportunidad
para mejorar, así como una oportunidad de representación y de autonomía
(Marchena). La aplicación de la Constitución en áreas densamente pobladas
de indígenas tuvo como consecuencia un cambio en la cultura política y en la
agencia de los indígenas, como consecuencia de las elecciones, los antiguos
caciques pierden poder y representación frente a los indígenas del pueblo,
los “originarios” frente a los “forasteros”. Las familias indígenas naturales
del lugar, que se establecieron en comunidades y pueblos (de indios) desde
el siglo XVI, y las familias de indígenas inmigrantes (forasteros). Los
primeros pagaban tributo y estaban sujetos a la “mita”, y tenían derecho a
las tierras comunales; los segundos pagaban un tributo menor y no accedían
al uso de tierras comunales.

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Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación de Cuenca entre...

Otra consecuencia legal fue la de la desaparición de las viejas “parcialidades”,
convertidas algunas de ellas en ayuntamientos, y sus habitantes considerados
“vecinos”, con derechos de “ciudadanía”. Al abolirse el tributo indígena y
la mita, la Constitución permitía el acceso a las tierras comunales a todos
los indígenas por igual, con lo que se crearon serios conflictos entre los
“originarios”, sus caciques y los forasteros ya que tradicionalmente sólo los
indígenas tributarios tenían derecho a las tierras comunales. Los caciques
y también los habitantes urbanos vieron que los indígenas llegaron a tener
un mayor protagonismo y esto sin duda implicaba pérdida en los espacios
de control parroquial y local. La protesta levantada por los caciques de
Gualaceo y Chordeleg “de varios ciudadanos españoles conocidos hasta
poco ha con el nombre de indios los más principales de aquel pueblo”
, fue
conocida por la Real Audiencia de Quito, debido a que no resultaron electos
(Palomeque, 2000).

El nuevo estatus jurídico de los indígenas así como de los ayuntamientos,
produjeron conflictos; por un lado, se concedían nuevos derechos, pero se
abolieron sus privilegios especiales bajo la república de indios, los caciques
y las élites nativas perdieron el control sobre sus pueblos, los “forasteros”,
quienes se convirtieron en una nueva fuerza política que se oponía al viejo
orden. Las autoridades indígenas protestaban por el poder del clero y su
intromisión en las elecciones. Las autoridades españolas en Cuenca (1813),
frente al malestar que surgía en los indígenas, pidieron que la ciudad fuese
fortificada, para evitar que se perturbe la paz. Los problemas se agravaron
cuando se produjo una lucha por el control del Ayuntamiento Constitucional
de la ciudad de Cuenca, donde el voto indígena toma importancia, ya que la
mayor parte de las parroquias rurales del entorno eran predominantemente
indígenas y estos salieron triunfantes en las elecciones, logro que
consiguieron a través de alianzas interétnicas con mestizos de las localidades.
Las parroquias urbanas nombraron 20 electores, mientras que las rurales 35,
con lo que los indígenas asumieron el control del Ayuntamiento de Cuenca.

En las elecciones, tanto los criollos como la élite indígena fue derrotada
y comenzaron las protestas y denuncias de fraude (por parte de las élites),
que se presentaron a la autoridad de Quito. Tras una larga investigación,
la tesis de fraude fue aceptada, se llamaron a nuevas elecciones y los
criollos de la ciudad pactaron con las élites indígenas y triunfaron en las
nuevas elecciones, con lo que consiguieron el control del ayuntamiento. El

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alcalde electo reconoció a los indígenas como conciudadanos. Tanto en las
elecciones anteriores como en las nuevas, el voto indígena fue determinante.
Una situación similar se produjo en Loja, donde existieron conflictos entre
los indígenas y los criollos de la élite regional.

Para el territorio de Cuenca, el asesor de gobierno, Licenciado Juan López
Tormaleo, propuso el establecimiento de un total de 242 ayuntamientos en el
Partido de Cuenca, la mayoría indígenas (Morelli, 416). Como ejemplo en la
circunscripción territorial de Cañar (en caseríos, hatos y poblados indígenas
de poca importancia), este intentó crear no un ayuntamiento sino 49. Esta
situación recibió la radical oposición del ayuntamiento de Cuenca y de su
alcalde, Don Diego Fernández de Córdova (ANH/Q, 1813), así como de la
población criolla de Cañar. Este alcalde demostró en un informe que adjuntó
a su demanda, que la mayor parte de los poblados y asientos, no eran más
que estancias, hatos de ganado y pequeños poblados y caseríos de indios
conciertos de las haciendas aledañas. Su postura ampliamente desfavorable
a la participación indígena en la constitución de ayuntamientos.

Por otro lado, Fernández de Córdova, quien se preciaba ser el primer Alcalde
Constitucional de Cuenca, en su demanda, denunció el yugo que significa la
presencia del Teniente de Letras Don Juan López Tormaleo, quien controla
Cuenca por más de veinte años, afirmó que “no conoce la fuerza de la Ley,
ni el respeto de los Tribunales, ni la dignidad del español ciudadano…”, que
este funcionario ha quebrantado los artículos constitucionales. Defiende la
idea de que la constitución es muy importante para que la nación española
sea libre e independiente, y que no debe seguir gobernada por los mismos,
a quienes describe como despóticos y con una “fuerte adhesión al sistema
antiguo, que no hacen honor a las nuevas, sabias, justas y benéficas leyes”,
Constitución que fue jurada y recibida por los habitantes con regocijo según
Fernández de Córdova. Esta autoridad consiguió, en 1813, que López
Tormaleo pierda ciertas atribuciones políticas; su potestad estaría solamente
sobre temas económicos y de policía y que en los otros ramos, deberán
entenderse los alcaldes respectivos de acuerdo a lo expuesto en la Ley, con
lo que el Ayuntamiento de Cuenca mostró que había comprendido sobre
las nuevas facultades legales y políticas que le concedía la constitución
gaditana. A su vez, López Tormaleo defendió sus acciones ante el Jefe
Político, General Montes, señalando que el establecimiento de estos órganos
permitiría a los indígenas aprender a funcionar dentro del nuevo sistema
político, que los volvería “civilizados”.

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Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación de Cuenca entre...

La actitud de los indígenas en Cuenca en el período constitucional, se debe
en parte a sus prebendas y reconocimientos especiales que recibieron los
cañaris, leales a la Corona, que los eximía de varias obligaciones; estos
apoyaron a los realistas contra los insurgentes de Quito entre 1809 a 1812.
Cientos de soldados cañaris formaron parte del ejército realista que luchaba
contra los autonomistas de la Junta de Quito, como el General Montes
(1813) no acatara la disposición de las Cortes de abolir el tributo indígena,
como se ha señalado, con la idea de pagar el costo de la represión de Quito
con esos ingresos, la situación llevó a sus aliados “indígenas” a oponerse a
tal medida.

Un interesante ejemplo del problema de la aplicación y práctica de la
extinción del tributo de indios en la región de Cuenca, es el que se presenta
a través de la protesta del Vicario Capitular del Obispado de Cuenca,
Dr. José María Landa y Ramírez (AGI, 1814), quien se quejó ante el
gobierno en agosto de 1814, que el Capitán General, Don Toribio Montes,
no había puesto en ejecución el decreto de las Cortes sobre la extinción del
tributo de indios.

El Virrey contesta en noviembre del mismo año con una negativa a acatar el
decreto de Cortes y a favor de Montes y en contra del vicario, por tanto no
se extingue el tributo de indios como las Cortes mandaban, por la escasez de
fondos para mantener el ejército y los empleados. Se le previene también al
Vicario, que los curas “no hiciesen novedad en el cobro de tributaciones…”,
y que sigan pidiendo la cobranza de tributos.

Ante esta situación, el prelado se declara defensor de los Decretos de las
Cortes y de la Constitución, e indicó que no quería faltar al juramento que
había hecho al observar ambas leyes, pero Montes insistió que cumplía
órdenes recibidas, mientras no se resuelva lo contrario, aún más, resaltó
la “grande la utilidad de los indios”, que no podían quedar exentos de los
tributos, ya que existiría escases de fondos en las Diputaciones Provinciales,
y que suceder así éstas debían encargarse de proporcionarlos.

El Presidente de la Audiencia de Quito, también manifestó que era su
responsabilidad la falta de observancia del decreto, pero que si el vicario
se oponía a su gobierno, este tomaría serias providencias. La respuesta del
vicario Landa y Ramírez (en su solicitud adjuntó el Decreto de las Cortes

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Revista Pucara, N.º 25 (57-74), 2013

relativo a la abolición de los tributos de indios) llegó al Capitán General
inmediatamente, insistía en su sujeción a la Constitución, de la cual citaba
un importante número de sus artículos, aseguraba que no se podían dejar de
cumplir los Decretos Superiores que habían sido publicados, y que circularon
para su cumplimiento; afirmaba que era un error que los indígenas fueran
vejados por los párrocos, que la extinción de los tributos era valiosa, ya que
era la única forma de que los indígenas pudieran convertirse en ciudadanos
útiles, además defendió los derechos de los indígenas, señalando que su
situación de conciertos les impedía recibir dinero, que el tributo anual y otros
impuestos, no permitían a los indígenas mantener a su familia. Pedía este
vicario que se tomen las providencias necesarias sobre las arbitrariedades
del Capitán General.

Otra petición en contra del cobro del tributo indígena en la provincia de
Cuenca, la hizo el Ayuntamiento constitucional, reclamando contra la
injusta decisión del Capitán General, que va en contra “de la libertad de
los Indios…que los ha vuelto a la antigua servidumbre, que los reduce a
tributarios, privándoles por consiguiente de disfrutar los derechos de
ciudadanía, que sin distinción de los demás Españoles, los ha declarado la
soberana beneficencia de V. M.” (AGI, 1813).

La situación de obligatoriedad del pago de tributos llevaría a los antiguos
soldados indígenas a movilizarse en contra del gobierno, tanto en Cuenca
como en Loja, ya que los indígenas se rehusaron al pago del mismo y
demostraron que la Constitución los había hecho ciudadanos españoles, sin
obligación de tributar. Los dirigentes indígenas demostraron sus razones
a través de la difusión de copias manuscritas e impresas de los artículos
constitucionales que los eximían del pago del tributo. Los impresos
provenían de Trujillo, región que mantenía contacto con los indígenas de
Loja, el conocimiento de la abolición de tributos en otros espacios, aumentó
su malestar (Rodríguez, 2006, 22). Montes abolió la tributación indígena
en mayo de 1814, poco después por decreto se derogó la misma, pero tcabe
destacar que los indígenas conocían y ejercían ya sus derechos.

La aplicación del nuevo orden constitucional, determinó que muchos
indígenas se negaran a cumplir con el trabajo forzado en la obra pública o
para la Iglesia, servicios personales y pago de diezmos. Mucho después de
la aplicación de la Constitución de Colombia (1821), numerosos indígenas

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Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación de Cuenca entre...

se negaron a efectuar trabajos forzados e insistieron en sus derechos
de ciudadanía. Aunque algunos historiadores negaban la capacidad de
comprensión de los indígenas sobre la transformación política liberal de las
Cortes, se ha demostrado documentadamente que no fue así.


Conclusiones

Durante el período de la revolución de Quito de 1809 y del proceso de
transformación política de los territorios de la Monarquía Hispánica, se
produjo en todo el territorio de la Real Audiencia, un cambio en la cultura
política; así se ha demostrado para el caso de Cuenca y su provincia, sobre todo
en relación con la aplicación de los principios liberales de la Constitución de
Cádiz, donde destaca el fortalecimiento de los municipios (ayuntamientos
constitucionales), y por ende el poder local. También se crearon las raíces de
las provincias en lo que respecta a los aspectos administrativos-políticos y
se rompe con la dicotomía de la república de indios y república de blancos,
de cabildos de indios y cabildos urbanos de blancos.

Es importante la inclusión en el nuevo sistema de gobierno y de representación
a los indígenas. Esto dará paso a la defensa de los intereses de los indígenas
sobre todo en relación a la desaparición de las mitas y la exención del
tributo. Un aporte de esta investigación es la importante defensa de las
autoridades y funcionarios locales sobre los derechos de los indígenas y de
los derechos de las comunidades locales, frente al gobierno del Presidente
Montes, quién estaba más interesado en defender los intereses de la Corona
en una región en pleno conflicto de las guerras de la Independencia que a
poner en práctica los principios constitucionales.

Es también importante resaltar la conciencia sobre los derechos de los
indígenas y sobre ciudadanía, y la dura lucha por la igualdad. También queda
de manera manifiesta la construcción de unos nuevos imaginarios colectivos
en torno a los derechos, a las autonomías locales, al interés público y en
el bien comunitario, local y provincial. Se puede hablar también de unas
identidades regionales propias, de un aprendizaje de lo constitucional, que se
puso luego en práctica en la construcción de la república y en la constitución
de la República Independiente de Cuenca en 1820. Los nuevos postulados
y su praxis, se pueden considerar para la época como una verdadera

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“revolución ya que por primera vez, los sectores populares urbanos y los
indígenas ejercerán el derecho de ciudadanía política. La aplicación de la
Constitución produjo una “verdadera” revolución para la época, ya que por
primera vez los indígenas y los sectores populares accederán a la ciudadanía
política. Se nota la agencia de los indígenas, de los grupos subalternos y
la lucha por la igualdad, el voto, por la representación, las elecciones, la
primacía de la Ley y la apropiación del ideario liberal.

Fuentes de consulta:

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Expediente 18, año 1813.

75

Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura
político-corporal de una afrodescendiente en la

literatura chilena1

Experience of a networked body. Political-corporal interpretation of an
afro-descendent female in the chilean literature

Por Paulina Barrenechea Vergara
Universidad de Concepción, Chile

e-mail: ultrasol@gmail.com

1 Proyecto de Iniciación a la Investigación Fondecyt N.°11100182, “Polifonía y
memoria: “Documento Baluarte” y presencia afrochilena en nuestra literatura”.

Resumen
Entendiendo la literatura como performatividad de los cuerpos, proponemos
una lectura político-corporal del personaje negro en la novela de Justo Abel
Rosales, La negra Rosalía y el Club de los picarones (1896). Rosalía presta
el cuerpo para una puesta en escena y se deja ocupar por los signos y las
marcas de un cuerpo negado por un parnaso nacional que constantemente
la vigila, como ciudadana, y la censura, como generadora de producción
simbólica. La forma en que la literatura chilena rehúye trabajar al esclavo
en contacto con expresiones artísticas como la danza y el canto significa
entrar en el terreno de una identidad que es, precisamente, la alteridad que
se quiere controlar y relegar; pero, también, queda en evidencia una proble-
mática profunda con el cuerpo. Resulta interesante explorar las fisuras que
se generan a partir del disciplinamiento de los cuerpos en el Chile de la con-
formación del estado-nación para, con ello, abrumadoramente y a través del
rostro más olvidado, llegar a abrir aquellas zonas que nos explican nuestra
crítica relación con él.

Palabras clave: Literatura chilena, estudios del cuerpo, estudios afrolati-
noamericanos.

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Revista Pucara, N.º 25 (75-98), 2013

Abstract
An imbricated body experience. A corpo-political approach of afro in chi-
lean literature. Understanding literature as performativity of bodies, we pro-
pose a corpo-political approach of afro woman character in the novel La
negra Rosalía y el Club de los picarones de Just Abel Rosales. Rosalía is the
expression of body to let it take for the signs and marks of a denied presence
of the nation who constantly monitored, as a citizen, and censorship, such
as generating symbolic production. The way that chilean literature avoid to
work the slave in contact with the arts such as dance and music means to
watch the identity that is precisely otherness to be relegate, but also remains
a profound trouble with the body. It is interesting to explore the fissures that
are generated from the disciplining of bodies in Chile to thereby to face the
most forgotten presence, even open those areas which explain our critical
relationship with our bodies.

Key words: Chilean literature, body studies, afrolatinoamerican studies.

***

Si hay una cualidad esencialmente humana, dice Baudrillard, es la de
“«forzar al cuerpo a significar» (111). En efecto, nunca ha dejado de hacerlo.
El hombre está constantemente convirtiéndose a sí mismo en símbolo para
una serie de intercambios (Eliade en Porzecanski 16). En este proceso,
la función de los sistemas simbólicos es el ocultamiento de la condición
natural ya dada a través de un dispositivo por el cual el sujeto se hace
objeto colectivo para sí y para los otros. Es decir, se trata de una dinámica
de individuación, los seres vivos se producen continuamente a sí mismos
(autopoiesis2) y el cuerpo se convierte en un nodo cambiante en la trama de

2 Es decir, se trata de una dinámica que tiene relación con aquello que Humberto
Maturana y Francisco Varela definen como la producción autopoiética (29).

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Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

la vida. Pero también existe una negociación de diferentes sentidos donde
el cuerpo se transforma en objeto de regulaciones y de prácticas culturales.
Entendido de esa forma, el cuerpo es siempre (para) otro en relaciones
alternas. La comunidad pacta sobre él y le reconoce cuando se graba como
recuerdo. «Esta dimensión de la memoria hace del cuerpo un aparato de
inscripción que interioriza viejos castigos al momento de interactuar con los
demás» (Sánchez 80).

Precisamente, el carácter vital que percibimos en dicha apreciación
estuvo ausente y relegado de la concepción clásica, fruto del pensamiento
cartesiano, que confina lo corporal a lo estrictamente biológico3. «El cuerpo
que surge de este modo de experimentar y concebir el mundo es un cuerpo
abstracto y desvitalizado, una cáscara mensurable, un arquetipo de “valores
normales”, un conjunto de “aparatos”…» (Najmanovich; Lennie 4). Se trata
de una visión mecanicista que reduce los cuerpos a autómatas desligados
del psiquismo, de las emociones, del medio ambiente.

En la superación de la idea de cuerpo como algo “natural” y no
problemático, coincidimos con Teresa Porzecanski cuando expone que
“pensar lo sociocultural e histórico desde los cuerpos […] abrió un abanico
de perspectivas nuevas e insospechadas para disolver viejas dicotomías
residuales, tales como “objetividad/subjetividad”, “mente/materia” e
incluso otras provenientes de la filosofía o religión, tal como “alma/cuerpo”
(15). Pensar lo literario desde ese locus, entonces, se convierte en una
herramienta de lectura que permite situarnos sobre los límites fundantes4
de una experiencia narrativa (autor-personaje-lector) que tiende a los
binarismos. En palabras de Denise Najmanovich, es el desafío de:

… generar nuevas articulaciones, de pensar los diversos paisajes
vitales en los pueda habitar un sujeto encarnado, profundamente

3 En efecto, Descartes, en Meditaciones metafísicas, le fija en el término de res
extensa, que agrupa a todo lo corpóreo incluidas las imágenes de ficción (Sánchez 77).

4 Dentro del pensamiento de la complejidad ya no se habla de barreras insuperables,
sino de la conformación de una unidad compleja a partir del establecimiento de límites
que denominamos como fundantes. Estos no son fijos. Son interfaces mediadoras que se
caracterizan por una permeabilidad que permite la interconexión entre un adentro y un afuera
(Najmanovich 4).

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Revista Pucara, N.º 25 (75-98), 2013

enraizado en su cultura, atravesado por múltiples encuentros (y
desencuentros), altamente interactivo, sensible y emotivo, en
permanente formación y transformación co-evolutiva con otros
sujetos y con el medioambiente (7).

Entendiendo la literatura como performatividad de los cuerpos, proponemos
una lectura político-corporal del personaje negro en la novela de Justo Abel
Rosales, La negra Rosalía y el Club de los picarones (1896). Rosalía presta
el cuerpo para una puesta en escena y se deja ocupar por los signos y las
marcas de un cuerpo negado por un parnaso nacional que constantemente
la vigila, como ciudadana, y la censura, como generadora de producción
simbólica.

La forma en que la literatura chilena rehúye trabajar al esclavo en contacto
con expresiones artísticas como la danza y el canto5 significa entrar en el
terreno de una identidad que es, precisamente, la alteridad que se quiere
controlar y relegar; pero, también, queda en evidencia una problemática
profunda con el cuerpo (Barrenechea 245). Resulta interesante explorar las
fisuras que se generan a partir del disciplinamiento de los cuerpos en el Chile
de la conformación del estado-nación para, con ello, abrumadoramente y a
través del rostro más olvidado, llegar a abrir aquellas zonas que nos explican
nuestra crítica relación con él.

Si bien la corporalidad es espacio de autonomía, esto no implica independencia
absoluta. Usamos como lineamientos teóricos las herramientas de lectura
que nos ofrece la sociología del cuerpo de Pierre Bourdieu, pero insertas las
mismas en una dinámica vincular, con la conciencia de que el cuerpo no es
un mero recipiente sino que está entramado con/en el medio, que no existe
independiente de las experiencias y creencias.

5 En el trabajo de tesis doctoral, “La figuración del negro en la literatura colonial
chilena. María Antonia Palacios, esclava y músico: La traza de un rostro borrado por/para la
literatura chilena”, realizamos una panorámica sobre la forma en que el personaje negro es
construido en la historia de la literatura chilena.

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Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

Siento y luego existo. El cuerpo en la cosmovisión negroafricana

El hecho de que todo transite por el
cuerpo implica la existencia de una
gramática y de un léxico […]. Del mismo
modo que con el lenguaje hablado, este
es un campo abierto en el que abundan
sombras y luces, así como una pluralidad
de lecturas

Kasanda

David Le Breton, en Antropología del cuerpo y modernidad, expone que en
el interior de cada sociedad «hay una visión de mundo y un saber particular
sobre el cuerpo: sus constituyentes, sus usos, sus correspondencias» (en
Kasanda 590). La perspectiva integradora y politeísta de la cosmovisión
negroafricana posee una idea del cuerpo donde se complementan, a través
de la energía generativa de la fuerza vital, tanto espíritu como materia, lo
visible y lo invisible, los hombres y los dioses.

Sin embargo, la concepción del mundo en su doble realidad, la visible y la
no visible, no son excluyentes. No hay antagonismo sino complicidad. Esto
es importante cuando reconocemos al cuerpo en analogía con el mundo.
Precisamente, el pensamiento religioso africano figura el cuerpo como un
universo en pequeño.

Le Breton, al respecto, ilustra convenientemente este punto al decir que «las
materias primas que componen el espesor del hombre son las mismas que
dan consistencia al cosmos, a la naturaleza» (en Kasanda 598). Intrínseca hay
allí una noción de continuidad, de multiplicidad de conexiones e identidades
que no se refieren a una realidad unívoca sino más bien a una cadena que
une los unos a los otros, «los dioses a los seres humanos pasando por la
mediación de los antepasados y la complicidad de la naturaleza» (Kasanda
593). El negroafricano tradicional no distingue lo biológico de lo espiritual,
es decir, en el cuerpo subsiste un dinamismo vital entre ambos espacios.

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Revista Pucara, N.º 25 (75-98), 2013

Lo anterior es relevante en la medida en que nos ayuda a entender por qué el
proceso educativo africano focaliza en la sensibilidad y en la apertura hacia
la fuerza vital que debe habitar, natural y cómodamente, en el cuerpo. No se
trata de una modalidad trivial, sino que apunta a una densidad estructurante.
Tener un cuerpo significa vivenciarlo, siguiendo al poeta Leopold Senghor,
como se vive de la tierra, con ella y en ella. Por su parte, Albert Kasanda, en
su artículo “Elocuencia y magia en el cuerpo.

Un enfoque negroafricano”, explica que a diferencia del desprecio por
el cuerpo y sus manifestaciones emocionales y físicas del pensamiento
occidental, el pensamiento religioso africano «hace del sentir el momento
fundador del ser» (Kasanda 602). Es decir, Siento, luego existo. Bajo esa
égida, claramente ninguna emoción es neutra y tanto la risa como la ira, por
ejemplo, forman parte de una clave de conocimiento que se manifiesta a
través del cuerpo y sus ritmos.

Son estas razones las que han llevado a relacionar al africano con un
malentendido exceso de emocionalidad. Lo mismo podemos decir con
respecto a la valoración del ritmo como inherente a él, incluso, desde el
nacimiento. La realidad es que el ritmo, entendido como vibración del
cuerpo, funciona como un regulador de las disposiciones hacia los otros y
tiene un carácter fundamentalmente generativo y creador6.

Cualquier desequilibrio económico, sociopolítico, religioso o de salud
rompe la armonía y el ritmo del mundo. Es el cuerpo el que debe rehabilitar
dicha armonía perdida a través, por ejemplo, de la repetición (netamente
como proceso existencial y no como copia de lo idéntico) de un encanto, la
danza o el sonido de los tambores.

El poeta senegalés Leopold Senghor explica que el ritmo se expresa con
líneas, colores, formas y superficies en la pintura y arquitectura, con acentos
en la poesía y la música, y con movimientos en la danza: «Es el ritmo el que
le da a la palabra la plenitud eficaz […] es la palabra de Dios, es decir, la
palabra rítmica, la que creó el mundo» (en Jahn 227). El ritmo de la palabra

6 Sin embargo, no es una posesión exclusiva del negroafricano. Albert Kasanda explica
que el ritmo «no tiene color ni patria, no es más brasileño que africano, más europeo que
asiático. Es cuestión de cultura y de educación, de sensibilidad y apertura» (602).

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Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

y de los tambores, en conjunto, confluyen en el denominado ritmo cruzado,
es decir, una sucesión de acentos y combinaciones rítmicas que «pertenecen
a la cultura africana y no aparecen en la música occidental» (Jahn 229).

No extraña, a la luz de lo expuesto, por qué la historia de la literatura
hispanoamericana encuentra, en la relación de los africanos y afroamericanos
con la música, la danza y el canto, una fuente vital de rasgos caracterizadores
del personaje negro7. Jean Pierre Tardieu, en Del diablo mandinga al muntú
mesiánico. El negro en la literatura hipanoamericana del siglo XX
, expone
algo que nos interesa. Si bien el ritmo es transversal en la cultura africana, en
América adquiere otras dimensiones8 (109). Como modo de ser, se convierte

7 La literatura del Siglo de Oro español, al respecto, nos entrega ejemplos paradigmáticos
de esta relación. Frida Weber de Kurlat, en su artículo “El tipo del negro en el teatro de Lope
de Vega: Tradición y creación”, señala sobre el personaje femenino presente en la obra del
español:

que hacía alarde de hidalguía en su tierra de origen, que se creía hermosa y
capaz de despertar amores; se mencionaban lugares de África, patria del personaje,
y una y otra vez se ponían de relieve el gusto y habilidad para el canto y el baile; hay
cierta procacidad de lenguaje, sobre todo en relación con lo erótico, y abundantes
motes de los otros personajes por el color de la tez y la condición esclava (Weber
de Kurlat 1).

Ligado al ritmo, el dialecto africano es una de las fuentes generadoras de ciertas respuestas
literarias que reducen al esclavo a un habla deformada cuyo fin es la comicidad y el
exotismo. La denominada “habla de negro” o “hablar guineo” es una de las características
más importantes en la creación del personaje en el teatro del Siglo de Oro. Por su parte,
la insistencia en explotar literariamente la relación del africano con las manifestaciones
musicales alcanza su máxima expresión en los autores de entremeses y comedias. A partir del
Entremés famoso del Negrito hablador (1644) de Luis de Benavente, la literatura del Siglo
de Oro no deja de usar ese recurso como intermedio burlesco en sus comedias (Tardieu 109).
Algo similar ocurre con el “baile de negros” o “zarambeques” de los entremeses como el
Entremés de los negros de Santo Tomé, por ejemplo.

8 La forma en que los grupos africanos en América preservan la filosofía de su religión
es por medio de la acción sincrética de adaptar a la simbología católica sus propias identidades
espirituales (Mallorca 18); sin embargo, no se trata esta de una medida desesperada, forzada
ni destructiva. Entendamos el sincretismo religioso como una continuidad donde no existe la
pérdida de contenido religioso alguno. El carácter sagrado y compromiso ritual activado en las
matrices ceremoniales realizadas por los esclavos en las condiciones extremas de cautiverio
o, luego, por ejemplo, en la primera casa de candomblé fundada por princesas yorubas en
territorio americano, es exactamente el mismo que se revela en territorio negroafricano y en
libertad.

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Revista Pucara, N.º 25 (75-98), 2013

en el rehabilitador de la armonía que el africano ve alterada con los avatares
de la esclavitud. Dicho carácter renovador del ritmo es interpretado por el
pensamiento occidental a su manera y, luego, por la literatura como una
forma de resistencia. Por ello, el canto y el baile pierden su carácter inicial
para convertirse en herramientas de sobrevivencia y seducción, en el caso
del baile.
En Chile, el discurso de la conquista9 nos entrega las primeras visiones
sobre la afición de los esclavos africanos por la música y el baile. Alonso
González de Nájera, en Desengaño y Reparo de la Guerra del Reino de
Chile
, comenta así las aptitudes de los africanos:

Son dóciles y ingeniosos amigos de aprender habilidades.
Inclinados a cantar, y entre ellos se hallan muy buenos tonos bajos,
y a tocar instrumentos alegres, como sonajas, tamboriles y flautas,
y aficionadísimos a guitarras, pues aún en sus tierras las hacen,
aunque de extraña forma y manera de tocarles, fuera del uso de
todo instrumento (266).

El jesuita Alonso de Ovalle, en su Histórica Relación del Reino de Chile,
confirma lo anterior cuando describe la participación de la cofradía de los
negros como «…la más numerosa de disciplinantes, de todas las demás, la
otra sale de Santo Domingo, y es de morenos, y […] llevan insignias muy
devotas y todas con muy buena música…» (De Ovalle 166). Lo que en un
primer momento es la incomprensión –Concolorcorvo se refiere a la música
de los negros bozales como un aúllo10 y el Virrey de Buenos Aires Juan José

9 Los documentos fundamentales del discurso de la conquista hacen evidente la
lógica colonizadora que inventa la identidad del otro; pero, también, la forma en que esta
continúa siendo leída y utilizada por los historiadores y escritores que aceptan y perpetúan
las representaciones reductoras del negro. El rostro demonizado, cosificado e infantilizado,
resulta ser la forma que toma el miedo hacia una alteridad que sugiere ver lo que no
queremos. Por ello es esencial inventarlo, reducirlo, hacerlo digerible. Más tarde, la nueva
novela histórica, en su afán por recuperar lo cotidiano de las fuentes de la historia, aborda
las figuras de carne y hueso, las voces silenciadas; pero, aparentemente, no realiza ningún
esfuerzo por hacer más sutil la contundente carga negativizadora que recae sobre el negro y/o
afrodescendiente. Así como se lee se sigue escribiendo.

10 Para el occidental, sin el conocimiento del pensamiento africano, los tambores
representan sólo un bullicio insoportable. Quizás por ello los europeos ven permanentemente
la indecencia en la libertad gestual de las danzas africanas que son imprescindibles para
activar el orden del mundo.

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Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

de Vértiz, el año 1770, habla de las consecuencias de los «bayles indecentes
que al toque de su tambor acostumbran los negros» (Triana y Antorveza
83)– pronto se convierte en una representación que calza perfectamente con
las intenciones literarias ligadas al costumbrismo o a conseguir un ambiente
exótico.

Sin embargo, estas expresiones (ejes importantes, ya sea de reducción o no
del negro en el discurso de la conquista) no se profundizan en la literatura del
siglo XIX y de principios del XX. Se sugieren algunas expresiones artísticas,
pero sin ir más allá11. Apenas el personaje negro, trazado y complejizado
dentro de una narración, se define en relación a aquello que más lo acerca
a su cosmovisión: la música, la danza, el ritmo. La forma en que se rehúye
trabajar literariamente al esclavo en contacto con dichas expresiones en
la literatura chilena, creemos, no es fortuita. Habita allí una problemática
profunda con el cuerpo, en palabras de Cecilia Sánchez, desde su “sinuosa y
accidentada piel política” (2005:80). Hacia ese espacio deseamos ir cuando
nos proponemos realizar una lectura política-corporal del personaje negro
en la obra de Justo Abel Rosales. Veamos.

Escenas y estrategias de un cuerpo entramado.

Soy la negra Rosalía y conmigo no
hay puertas cerradas, ni corazones
endurecidos, ni ordenanza militar…

Justo Abel Rosales

A partir y por la independencia de Chile comienza la construcción de un
cuerpo nacional acordado que niega las minorías sexuales, étnicas y de género.
Los ejes aglutinadores son la lengua y el progreso. El país comienza una
carrera hacia una conciencia intelectual con claras intenciones enunciativas

11 Veamos algunos ejemplos extraídos de la novela histórica La sombra del corregidor
de Sady Zañartu: «…percibíase claramente el ruido de las cadenas de los presidiarios, el
chasquido del látigo de los sobrestantes y el quejumbroso canto del negro bozal…» (242),
«…su especialidad consistía en soplar a dos carrillos el fuego de los braseros, las manos de
tapamiento, durante cuya operación exhalaba un quejido lento y musical» (50), «los cantares
de los negros, las tonadas de las mulatas, daban al patio asoleado hervir de rebujiña…» (50).

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Revista Pucara, N.º 25 (75-98), 2013

de identidad y de establecimiento de territorios propios. La Generación del
1842, que se propone “ilustrar al pueblo” por medio de la literatura, sabe
que su ejercicio escritural no es para todos sino para una especie de otros
“yos” (élite) subjetivos instauradores, no sólo de una narrativa, sino de unos
modelos culturales determinados. La forma en que se construye el cuerpo de
la nación política es la misma en que se edifica la nación literaria.

La reconstitución histórica impulsada, especialmente, por los escritores
del último tercio del siglo XIX como Alberto Blest Gana o Liborio Brieba,
centran su interés en la Guerra del Pacífico y en el devenir de la Independencia
como espacios desde donde enfrentar un proceso de transformación que
deja atrás las dinámicas coloniales y asume los desafíos de la burguesía
emergente.

Precisamente, la novela histórica La negra Rosalía y el Club de los picarones
(1896), de Justo Abel Rosales, aborda el segundo de estos dos ejes. Según
Ramón Ricardo Bravo, en palabras preliminares al libro La chimba antigua.
Historia de la Cañadilla
, Rosales:

…fue un modesto empleado de la Biblioteca Nacional en
cuya labor burocrática y como quien ejercita un pasatiempo,
desempolvó archivos y deletreó viejos infolios de cuyas páginas
amarfiladas por el tiempo surgieron personajes (que) como Los
Amores del Diablo en Alhue, siendo producto de un expediente de
nuestros Tribunales de Justicia […] De ese tono y del mismo autor
es esa otra novela histórica o historia novelesca: La negra Rosalia
o El club de los picarones
(11).

La obra es escrita por el genealogista en medio de su más entronizada
prédica revolucionaria. Como activo partidario de Balmaceda sufre con
las persecuciones y su vida se transforma en un constante transitar por la
miseria. A partir de su cuerpo individual, sometido a los padecimientos
de una malograda salud y a los aún más dolorosos de la escritura, logra
instalar en el cuerpo social un diálogo alrededor de otro cuerpo fisurado.
Entendemos que los discursos sociales atraviesan, también, el cuerpo del
escritor que al nombrar lo innombrable, «conjura el deseo mediante el juego
de la palabra» (González en Porzecanski 30).

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Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

La presente obra ha sido escrita en virtud de datos y noticias
recogidas desde el año 1889. Comprende la historia de muchas
aventuras enteramente verídicas y desconocidas hasta ahora y narra
sucesos de la historia nacional en el período en que empezaron
las disidencias armadas entre liberales y conservadores […] La
negra Rosalía fue un personaje conocidísimo en Santiago, desde
el palacio a la choza, como lo fueron también por diversos rumbos
el zambo Peluca y la Antonina Tapia y sus once mil sobrinas”
(Rosales 11).

Lima, como primer espacio de acción, es el centro de las actividades del
ejército libertador, «los chilenos estaban allí como en casa propia» (Rosales
23). Allí, a orillas del Rímac donde una vendedora atrae a un gran número
de clientes, «no tanto por la buena calidad de su mercadería, cuanto
porque su conversación era chistosísima, atrayente y muy amable» (23).
Enfoquemos, entonces, la mirada en la negra Rosalía. Hagamos un zoom in
hacia su cuerpo. Observemos. Lo que podemos ver en su rostro es la forma
en que, efectivamente, es construido el personaje negro en la literatura
hispanoamericana.

Junto con el color y la fuerza inusual atribuida al personaje africano, «…la
negra era forzuda y tan ágil para freír buñuelos como para dar un soberbio
bofetón» (Rosales 29), se hace evidente la insistencia en figurar su boca y
labios: «era de cabeza grande, ojos negros y redondos, pómulos salientes,
labios morados y gruesos…» (Rosales 29). Según Tardieu, existen dos
reacciones opuestas en dicha focalización (2001:34). La primera busca
animalizar al personaje y, la segunda, causar asombro y temor. La reiterada
alusión a la boca de las negras y mulatas no es más que la exacerbación de
una valoración negativa que las sitúan estrechamente ligadas al placer como
seres diabólicos, salvajes y eróticos. En efecto, la demonización, «esta negra
es el mismo diablo» (26) la cosificación, «–Aguárdese usted, mi cabito
contestó alegre aquella– si yo no soy señora, míreme bien mi cara» (32), y
la animalización, «era una caturra humana» (24), fijan su rostro y su cuerpo.

La fragmentación del cuerpo de Rosalía, focalizado y fijado en sus partes,
es ineludible en tanto nos permite acceder, descifrar y controlar la realidad
que emana de él como entidad narrada. Sin embargo, ese abordaje,
incuestionable, obedece a la tradición de nuestro pensamiento moderno que
nace de una estética dicotómica y que, según Denise Najmanovich, además

86

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de ser excluyente, hace imposible «pensar los vínculos, la afectación mutua,
los intercambios» (15). Visto de esa manera, la negra Rosalía, hasta el
momento, posee un cuerpo, pero no lo vivencia. Por ello resulta necesario
pensar el cuerpo desde una dinámica vincular que lo reconoce como
enlazado a nuestras vivencias:

se gesta en la biología, se desarrolla en el intercambio
permanente de materia y energía con su medioambiente, se forja
en los encuentros afectivos con nuestros congéneres y otros seres,
crece en un mundo de sentido, (y) adquiere los hábitos de los
juegos relacionales de nuestra peculiar cultura (Najmanovich 6).

Laura Scarano cita a Michel de Certeu cuando dice que el cuerpo predica
sin hablar y al moverse muestra aquello que lo habita (43). Intentemos,
entonces, no fijarlo. Hagamos un zoom out y dejemos que el cuerpo de
Rosalía Hermosilla avance como una película. Sigamos a Arnaud Guigué
cuando expone que el cine es, por sobre todo, una experiencia de vida que es
capaz de mostrarnos las conductas humanas situadas en el cruce del cuerpo y
del alma (en Morin 266). En ese sentido, la acción o movimiento de Rosalía
la definen en tanto cuerpo mecánico dotado de fuerza, y la conducta, como
un todo imposible de fragmentar en términos de materia o espíritu, en tanto
cuerpo habitado por un sentido que lo trasciende.

Cuando se presenta ante Rosalía el general San Martín, esta se cuadra como
militar y le ofrece un gloriado y una copa de pisco. «Esta debe ser una
famosa negra que dicen fabrica unos picarones como no se hacen en muchas
partes», dice San Martín (1978:26). Quiere saber más y ante la insinuación
de su origen limeño, Rosalía contesta:

… mi general dijo la alegre mujer; yo no soy de esta tierra,
porque nací en aquel país de limpio cielo, de lindo sol, en cuyos
campos tapizados de flores y de sembrados canta el jilguerito y el
zorzal, la tenca y el tordo, la diuquita y el chincolito…

Una carcajada resonó entre aquellos militares; pero la lengua
aquella estaba con cuerda para hablar más, y continuó risueña con
mímica graciosísima.

Soy de aquel hermoso valle que riega el Aconcagua y en donde
hoy luce orgulloso el tricolor con estos colores.

Y mostraba su traje con ademán cómico (Rosales 26-27).

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Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

Primero, el tono humorístico y la ridiculización del habla son respuestas
literarias a la realidad de la esclavitud de los negros representados como
seres donosos y cándidos. En la historia de la literatura chilena es usual
encontrar alusiones donde el personaje blanco está «riendo las bufonadas
de algún negro chuscarrón…» (De Aravena 35). Sin embargo, la realidad es
que mostrar al negro como propenso a la risa fácil nace de un enfrentamiento
a las formas de ridiculización que, a la inversa, este hace del mundo blanco.

En efecto, Rosalía, irónicamente, se cuadra como militar frente a la
autoridad con tal de obtener una buena venta. El afrodescendiente, esclavo
o libre, emplea los recursos de la ironía y la burla hacia una cultura ajena
que pretende, por todos los medios, asimilarlo y suprimirlo. Dicha conducta
está camuflada, precisamente, por una serie de otras dinámicas que permiten
que la ironía no sea recibida como tal.

Segundo, los ademanes cómicos, la “mímica graciosísima”, siguiendo
a Bourdieu, son signos que son leídos, más bien, como “indicadores de
una fisonomía “moral” socialmente caracterizada es decir, como estados de
espíritu “vulgares” o “distinguidos” (1986:185). Esto nos lleva a un espacio
de interés para nuestro escrito. Rosalía, como afrodescendiente libre, se
mueve en los intersticios de una sociedad12 que, a partir del siglo XVI,
la considera opuesta a las ideas cristianas que enfatizan, por ejemplo, la
dicotomía entre cuerpo y espíritu.

Esto ocurre, especialmente, en lo que se refiere a la función del cuerpo:
«aquellas mujeres de movimientos considerados lascivos contrastaban de
manera notoria con las formas y reglas morales de España que recomendaban
la mesura y la discreción» (Velázquez 234). En dicho contexto, la alegría
excesiva, la verborrea, «no necesitó más la negra para que se le desatara la
lengua y se volviera una máquina parlante» (Rosales 26), y los movimientos
desmesurados, vienen a afirmar la construcción llena de prejuicios e
incomprensión del afrodescendiente que se reproduce a través de la literatura.

La puesta en escena del cuerpo de Rosalía es entendida, a partir de ello,
como una construcción social de una identidad que, relacionada con la

12 El afrodescendiente libre se narra como un personaje del “entre” que, efectivamente,
deambula como mestizo, se confunde con los indígenas o queda situado en los intersticios de
la sociedad sin pertenecer a ninguna de ellas.

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auto-percepción del propio cuerpo, se presenta como “estrategia
dramatúrgica” expresada, por ejemplo, en su imagen corporal (Porzecanski
23).

La negra vestía entonces, una pollera y chaqueta blanca, con
delantal azul, y una gran corbata o algo parecido de color lacre
que le envolvía el cuello y caía formando cordón por el pecho
hasta la cintura. Un gran moño adornaba su cabeza, en cuya parte
posterior se levantaba rica peineta que le sujetaba sus cabellos,
gruesos como crines de macho cuyano: además, tenía flores en
abundancia en el peinado, al lado del corazón y en la mesa que
servía de mostrador (Rosales 25).

Pareciera que la vestimenta es un disfraz para invisibilizar, socialmente,
el cuerpo. Dice Carolina González, en “Identidad y percepción social del
cuerpo”, que más que invisibilidad lo que se consigue es una expresión «no
medida de la torpeza en un espacio donde el disfrute queda subsumido ante
la dolorosa expresión de la insatisfacción y el desencuentro» (en Porzecanski
26). Esto tiene sentido, pues a partir del 1800, en Latinoamérica, hubo un
aflojamiento en el vestuario de repliegues barroco para dar paso a uno de
corte simple y que resaltaba las formas del cuerpo.

La abundancia en la vestimenta y peinado de Rosalía parece ser coherente
con su situación de liminalidad donde como afrodescendiente debe dejar
de ser para convertirse en otro. En este caso, como comerciante y parte
activa del engranaje socioeconómico de una ciudad, se oculta su cuerpo
reconocido como corrupto y lascivo. Pese a ello, no debemos olvidar que la
vestimenta, la orfebrería y la ornamentación corporal, también, forma parte
de toda una herencia cultural que la mujer africana prolonga a través de su
cuerpo. En ese sentido, el vestuario es, también, un cuerpo sobre el propio
que se vivencia entramado por las circunstancias sociales y morales de la
sociedad del siglo XIX, y, al mismo tiempo, de su identidad femenina en
estrecha unión con la cosmovisión africana.

“¡Cómo! le dijo el coronel Las Heras. ¿Sois chilena?
…Cómo no, pues, por la gracia de Dios y la buena ocurrencia

de mis padres…

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Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

[…]

Y dijo esto con tal salero, que San Martín se rió de buena gana,
él que no reía casi nunca.

(Rosales 26-27).

En efecto, Rosalía es chilena. En general, no se conocen muchos textos de
ficción protagonizados por un afrodescendiente esclavo o libre, menos por
una mujer negra. Sin embargo, los hay13. Este uno de ellos, y del mismo
autor, Los amores del diablo en Alhué, donde la esclava Petronila Rojas
genera gran parte de la acción. Inusual es, también, encontrar un personaje
afrodescendiente que se defina como chilena como es el caso de Rosalía.
Esto reviste importancia, no tanto por la novedad sino porque el personaje
negro, en su corporalidad, es más bien hablado que hablante y el acto de
nombrarse se convierte en una conducta verbal transgresora dentro de la
tradición cosificadora del afrodescendiente en la historia de la literatura
hispanoamericana.

En este primer momento, Rosalía se mueve dando una serie de pistas al
lector/interlocutor para lograr desenvoltura en el manejo de los códigos
sociales. Primero, a través de la palabra, se muestra conforme a su origen,
«Mi general, ruego a su señoría que me haga el favor de pasar a ver
a su negra que aquí lo aguarda…» (Rosales 25) y, por medio del gesto,
manifiesta cierta naturalidad en relación al propio cuerpo «por más que mi
cara nada tenga de hermosa; pero tengo un pecho noble y un corazón grande
y bueno», (Rosales 3), siendo los desaciertos ocasionales disueltos mediante
la comicidad.

13 Podemos consignar las siguientes obras de la literatura chilena que tienen como
protagonistas a personajes negros. La leyenda en verso de Salvador Sanfuentes, El bandido
(1846), construye el rostro “bárbaro” de quien hace resistencia desde el cimarronaje y busca
la libertad en la marginalidad como alternativa a la opresión. La novela histórica, El Mulato
Riquelme, de Fernando Santiván, donde se construye un personaje que nos muestra (y a la
vez silencia) el ascenso social que se realiza por medio del ocultamiento del propio ser. La
opción, aquí, no es la huida sino la educación.

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En un espacio ajeno, Lima, pero donde hay una mayor población
afrodescendiente, Rosalía logra insertarse en un escenario social que
le permite cierta solvencia en tanto, siguiendo a Bourdieu, no hay tanta
desproporción entre el cuerpo soñado y el looking-glass self de la mirada
de los otros (Bourdieu 187). Lo anterior cambia radicalmente cuando
la negra regresa a su país natal el año 1823. Luego de contraer nupcias14
con el criollo peruano Pedro Olivos, ambos deciden volver a Chile con el
ejército. A partir de su llegada a Santiago, el personaje de Rosalía comienza,
progresivamente, a modificar su comportamiento. Observemos.

Ya en Chile, el año 1828, junto a su hermana Jacoba y su esposo, se trasladan
desde San Pablo hacia la esquina de Santo Domingo con Teatinos: «Era
una esquina de pobre apariencia, pero que en su tiempo pasaba por casa
de persona acomodada. Basta con decir que tenía mojinetes, lo cual era
distinción de nobleza» (1978:30). Es en dicha dependencia donde instalan
un cada vez más próspero negocio de picarones «y otras mixturas» (Rosales
30). Como ya tienen una clientela asegurada en el elemento militar venido
del Perú, la negra se esmera en darse a conocer en Santiago de diversas
maneras.

Con espíritu emprendedor compra los mejores insumos para destacarse
entre los demás comerciantes, envía regalos a las principales familias y
personaliza sus bebidas con nombres especiales: «La fama de esos dulces
trajo a la esquina de la negra una corriente abundante y diaria de parroquianos
y parroquianas de las mejores familias de Santiago, no menos que del pueblo
trabajador» (Rosales 35). Rosalía tiene así un papel activo en el desarrollo
del Chile republicano a través de su trabajo.

Mientras tanto, el país sufre «trastornos inmensos en el espacio de más
de treinta años; cayó Pinto, después subió a la presidencia Prieto, después
Bulnes, después Montt, y la negra firme en su esquina, oyendo todo, sabiendo
todo» (Rosales 35). En dicho proceso, conceptos como nación, patria,

14 El matrimonio interracial, que desde el inicio de la conquista se legisla y penaliza
duramente, es una dinámica aceptada y que va en aumento (así como la población mulata) a
partir, especialmente, del siglo XVIII. Dicha unión es el primer nivel desde donde la negra
comienza a insertarse y participar del proceso de formación de Chile como nación.

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Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

república y ciudadano se convierten en elementos básicos de un lenguaje
que se resignifica dentro de los discursos políticos en pos de una serie de
cambios y luchas por imponer proyectos con que asentar el poder dentro
de la etapa fundante de Chile. En ese sentido, la noción de ciudadano alude
a múltiples significados que remiten a una identidad nueva: «americana,
nacional, patriótica» (Oieni 94). Individuos liberados que forman un cuerpo
que comienza a generar las reglas de un orden social. Dice Rosalía a Don
Pedrito:

…ahora en Chile todo el mundo está mezclado en política,
ricos y pobres. Tanto da que se junten en una pieza como en otra,
porque de todas maneras hablarán de política.

Esa es la verdad, como que aquí están ahora unos pobres
diablos tratando gravemente sobre política del día, como si fueran
hombres de Gobierno. Hoy se mezcla la política hasta con los
picarones (Rosales 72).

Sin embargo, la idea de ciudadano como individuo, según Vicente Oieni,
es inseparable del plural pueblo soberano (95). Se produce una ineludible
tensión donde la tradición medieval sobre los derechos del pueblo se
entrelaza con los del pensamiento revolucionario francés. De este último se
origina la idea del virtuosismo del ciudadano15 que ya no es estrictamente
religioso sino que tiene que ver con los nuevos valores modernos, es decir, la
libertad, progreso, el amor y la defensa de la patria (Oieni 96) propugnados
por la élite: «…estos asimilan a través del proceso de socialización códigos
de diferencia que son incorporados como hábitos» (Bourdieu en Oieni 92).

Una tarde estaba don Pedrito arreglando
las mesas y asientos de los saloncitos, cuando
un desconocido llega y entra al saloncito
reservado a particulares.

[…]
¿Será don Diego Portales…? interrumpió

15 El ciudadano virtuoso es la imagen del patriota y del soldado que, precisamente,
ejercen y movilizan sus virtudes no sólo en los cuarteles sino, también, en las plazas, las
pulperías, las tertulias, entre otras.

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Rosalía en actitud pensativa.
¡Cabalito! dijo bulliciosamente don Pedrito
dando un pequeño brinco.
Entonces cosas nuevas tenemos, porque
dónde está ese amito expuso la negra algún
salpicón se forma.

[…]
Aguarde, don Pedrito; voy a ver manera de
conocerlos.
No, Rosalía, no haga tal cosa […]
Todo es cuestión de astucia, espéreme aquí,
don Pedrito.

(Rosales 39-40).

Rosalía se acerca al salón y simula que un perro la ha mordido. Al instante
salen los parroquianos para ver qué sucede. La negra, de ese modo, confirma
que se trata de Diego Portales y se informa de que el grupo allí presente
tomará dicho salón del negocio como club. Hay dos asuntos que nos
interesan en el fragmento reseñado más arriba. Primero, si bien la negra no
está del todo de acuerdo con dicha intervención de su propiedad, como parte
del engranaje político-económico de la nación en formación su conducta
tiene en la idea del progreso16 su exaltación:

«…Lo que nos importa es tener buenos parroquianos y vender
pronto, bueno y barato, sin que nos importen revoluciones»,
dice la negra ante el temor de su marido (Rosales 47). Pero al
mismo tiempo, su conducta abierta hacia el devenir político de
la nación es coherente con el sentimiento que debe alcanzar un
ciudadano virtuoso en tanto enarbola patriotismo y generosidad
que comprometen no sólo intereses materiales sino que también
la propia vida (Oieni 104): «Podía tramarse otra conspiración y
entonces corría peligro el negocio y sus dueños» (Rosales 72).

16 Sin embargo, más adelante, le expresa sus preocupaciones a Portales: «Mi amito le
dijo; no me convienen estas cosas de armas y de soldados. Mi negocio peligra…» (Rosales
48). Están en riesgo su patrimonio económico y, junto con ello, su movilidad social.

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Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

En otro nivel, Rosalía ya no se define desde una corporalidad que nos
da claves de su actuar, sino desde rasgos netamente relacionados con el
raciocinio y la reflexión que controla sus pasiones. Estas tienen un sentido
positivo cuando se cobijan en la razón y se ajustan a una función instrumental.
Dicha apreciación, que nace del discurso cartesiano, tiene su corolario en la
virtud de la templanza como base de la libertad y de todo ciudadano que se
precie de tal. La actitud pensativa de la negra, el actuar con “astucia”, nos
da cuenta de esa dimensión. Efectivamente, luego de su retorno a Chile,
Rosalía, progresivamente, deja atrás las conductas intempestivas. Por
ejemplo, en otra escena, Diego Portales, por azar, alcanza a escuchar a un
parroquiano del negocio payando en su contra, lo que provoca su ira y las
ansias de enfrentarlo, pero, «la negra y el amigo lo rodearon para calmarlo y
para hacerle oír diversas razones de prudencia y decoro» (Rosales 83).
Moderación y prudencia tienen que ver con el control sobre uno mismo,
especialmente, en el espacio de la corporalidad. A mediados del siglo XIX,
«el control cultivado del cuerpo y sus impulsos naturales se presenta como la
base de la civilidad» (Quintero 404). Consecuencia de ello es el nacimiento
de las diferentes normas de etiquetización tanto en el Caribe hispano como
en América Latina. En nuestro territorio, la más popular de las formas de
domesticación del cuerpo es el Compendio del Manual de Urbanidad y
buenas maneras
de Manuel Antonio Carreño (1853) donde se plantea que la
civilidad presta «encantos» a la virtud y a la sabiduría (35). Desde una clara
perspectiva masculina, se plantea una restricción excesiva en las conductas,
especialmente, de la mujer.

El movimiento y la proximidad corporal, como actos públicos, son
preocupaciones centrales que denotan gusto y moralidad: «Jamás nos
acerquemos tanto a la persona con quien hablamos, que llegue a percibir
nuestro aliento» (Carreño 50). Al respecto, cuando la negra Rosalía está aún
en Lima, «los soldados prorrumpían en aplausos estruendosos y algunos
llegaban a abrazar a esa oradora de lengua siempre inquieta» (Rosales 24).
Posteriormente, en su negocio santiaguino, su conducta se presenta siempre
gobernada por el recato y el orden: «–¡Calle Don Pedrito!– dijo Rosalía
quitándole la mano con la suya» (103); «Rosalía procuró calmar a los
pendencieros…» (Rosales 89). Dentro de esta dinámica se regula, también,
la forma de hablar:

La palabra debe ir acompañada de una gesticulación inteligente
y propia, y de ciertos movimientos del cuerpo que son tan naturales

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Revista Pucara, N.º 25 (75-98), 2013

y expresivos, cuanto que de ellos representan siempre una misma
idea, sea cual fuere el idioma que se hable. Pero téngase presente
que la exageración en este punto es altamente ridícula, y que en
especial los movimientos de las manos, cuando esceden los límites
de la moderación y la naturalidad, comunican a la persona un aire
tosco y enfadoso (Carreño 84).

En el transcurso de la narración, la que solía ser una «máquina parlante»
acompañada de mímicas y ademanes cómicos (Rosales 26) cede el paso
a la ciudadana de palabras precisas y gestualidad prácticamente ausente:
«–¡Amito, un poco de silencio!– dijo la negra» (57); «hubiera querido reírse
con todas sus ganas acostumbradas; pero quedó inmóvil y seria» (68).
Sin duda, es la internalización de una imagen social presentada a través
de apariencias y «toda una serie de movimientos en el escenario social»
(Gónzalez en Porzecanski 25). La vivencia de alienación del cuerpo
Bourdieu la describe como mirarse con los ojos de los otros, «vigilándose,
corrigiéndose, reprimiéndose» (Bourdieu 187). Ahora bien, la postura del
cuerpo evidencia la relación frente a la autoridad. Dicha postura corporal de
sumisión pone en escena una timidez paradigmática y retroalimenta tanto la
percepción del otro como de sí mismo. Sin embargo, dentro de este espacio,
la corporalidad de la negra Rosalía invoca una nueva tensión.

Negrita, ¿qué te ha sucedido? […]
Un perro intruso que me dio un pequeño mordizco…
pero no es nada… no se incomoden amitos.
¿Les sirvo unos picaroncitos sin miel?
Son especiales para el ponche con nieve…
Bueno, negra, trae esos picarones.
[…]
Mi amito Don Diego dijo la negra pida lo que
necesite.
[…]
Mi amito, está en su casa dijo Rosalía retirándose
(Rosales 41).

Rosalía, que «al revés de las demás negras […] ostentaba cierto orgullo»
(Rosales 23), nunca revela una postura física de sumisión hacia quienes
considera autoridad. Pese a ello, el lenguaje es una acción performativa y

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Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una...

en el plano de la enunciación, siguiendo a Ricoeur, una acción. En efecto,
el discurso de la mente viene acompasado por el discurso silente del cuerpo
(en Begué 116). En este caso, por medio de la palabra, la negra configura
una postura que podríamos denominar como hipercorrecta frente a la elite.
Siempre se emplaza dentro de la relación esclavo-amo (ella es libre) que
tensiona al discurso de su cuerpo: «La negra salió de la pieza […] con
trancos acompasados y hablando fuerte» (Rosales 40). Dicha resistencia,
transversal a toda la novela, se resuelve por medio de la risa que: «devuelve
al sujeto, liberado de la sujeción de la mirada cosificante del otro, el placer
de la vivencia única de su propio cuerpo» (Gónzalez en Porzecanski 26).
Son, precisamente, los episodios de risa desenfrenada las únicas alusiones
a una corporalidad cada vez más ausente en Rosalía: «Y como era inútil
enojarse con ese hombrecito, rompió aquella en estruendosas carcajadas»
(Rosales 61).

La risa17, como única manifestación de conexión vital, es la fuerza
rehabilitadora que permite al cuerpo de Rosalía preservar la armonía con/en
su entorno dentro de una experiencia narrativa que va, paulatinamente,
silenciándolo. La puesta en escena de la vivencia corporal es reemplazada
por las características que definen a un ciudadano virtuoso en tanto cuerpo
bifurcado de su medioambiente. Dentro de esa dinámica, el ritmo, la danza
y la música, quedan relegados. No existe ninguna alusión, dentro de los
diferentes contextos festivos dentro de la novela, en que ella sea delineada
(construida) a partir de aquello que es la forma más categórica de estereotipia
del personaje negro. El cruce fronterizo desde Lima a Santiago se presenta
como decisivo en ese tránsito, como si, en efecto, la geografía acallara su
cuerpo que le convierte en el particularísimo personaje negro “a la chilena”,
el esclavo silente que caracteriza a nuestra literatura. Esto no es fortuito.

El cuerpo está permanentemente asido por un pacto de derechos y de
obligaciones que lo convierten en un ente producido por las prácticas
sociales que «imprimen en él promesas morales que le confeccionan una

17 Sin embargo, esta es un comportamiento ambiguo, que bien puede manifestar
alegría como ironía, tanto satisfacción como cólera (Kasanda 602). Por ello, a lo largo de
este ejercicio de escritura, insistimos en abordar la corporalidad de Rosalía inserta en una
dinámica vincular con/en su entorno.

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Revista Pucara, N.º 25 (75-98), 2013

memoria» (Sánchez 80). Como sujeto liminal, el afrodescendiente carga con
las huellas de la educación de los cuerpos en el Chile colonial y republicano,
y estas, a su vez, quedan inscritas en su/nuestra memoria corporal generando
ciertas fisuras en la relación que trazamos con la vivencia de cuerpo. Los
cuerpos inmóviles resaltan, precisamente, la duplicidad del alma/cuerpo que
esbozan los paradigmas occidentales del saber. Esto es, aún en la actualidad,
una problemática irresuelta en tanto no seamos capaces de percibir nuestra
corporalidad como un sistema vinculado a nuestras experiencias y creencias,
«en un ambiente poblado de otros seres y entidades con los que estamos
profundamente entramados» (Najmanovich 5).

En ese contexto, la lectura del cuerpo de Rosalía nos regresa,
indefectiblemente, a nuestro propio cuerpo. La negra se mira con nuestros
ojos, lectores coloniales que frente a la experiencia narrativa construimos
un cuerpo escindido ocultando las marcas de aquello que no queremos ver.
Cuerpo historizado es el portador de una serie de signos de violencia que se
leen como cicatrices y que evocan eventos silenciados, acontecimientos de
los cuales participamos como lectores-demandantes, esperando que nos sea
restituido algo que sentimos nos pertenece.

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99

“Para llegar a McOndo”

“Para llegar a McOndo”
“How to arrive to McOndo”

Ezequiel De Rosso
Universidad de Buenos Aires, Argentina

e-mail:ezrosso@uba.ar

Resumen
Durante la década del noventa se realizaron diversos diagnósticos sobre lo
que se percibía como un nuevo momento de la narrativa latinoamericana.
Esos discursos suelen considerar la condición “negativa”, carente, de esas
narrativas. Este trabajo pretende empezar a diseñar otras variantes que
puedan describir el período, a partir de la lectura del libro McOndo, la
antología preparada por Alberto Fuguet y Sergio Gómez, en 1996.

Palabras Clave: McOndo, narrativa contemporánea, América Latina,
nuevos narradores.

Abstract
During the nineties several diagnoses were conducted as a new age of the
Latin American narrative was perceived. These discourses usually take into
account the “negative” condition that these narratives lack of. This paper
intends to begin the design of other variables that will allow the description
of this period from the interpretation of McOndo, the anthology that was
prepared by Alberto Fuguet and Sergio Gómez, in 1996.

Key words: McOndo, contemporary narratives, Latin America, new story
tellers.

100

Revista Pucara, N.º 25 (99-118), 2013

El problema

La narrativa latinoamericana pareció vivir, durante el fin de siglo XX,
un momento de cambio. Ese cambio fue diagnosticado durante la década
del noventa, aun cuando la pertinencia de esos diagnósticos todavía era
materia de discusión. En efecto, durante la década crece el interés
crítico por escritores contemporáneos. Así, los discursos críticos intentan
afanosamente buscar un nombre que designe aquello que se percibe como
novedoso, pero a la vez caótico. En 2000 Gustavo Guerrero afirmaba que
«los años noventa prolongan y agudizan esta tendencia a la multiplicación
de los modelos de escritura, hasta el extremo de que toda descripción de
la novelística de la década pareciera condenada de antemano a acabar en
una enumeración o en una casuística» (71). A pesar de estos riesgos, han
proliferado las descripciones que desde la crítica han intentado detectar
alguna característica que logre aunar los textos de escritores que comienzan
a publicar durante la década.

En 2002, Raymond L. Williams y Blanca Rodríguez caracterizaban: «Una
generación de escritores pos-posmodernos nacida después de 1955, que
se encontraba escribiendo en los años noventa, compartía un conjunto
de experiencias y actitudes que los distinguía de otros escritores de ese
decenio» (170). En 1997, Rodrigo Cánovas indicaba que la generación de
escritores de la “Nueva narrativa Chilena”, eran «escritores de la orfandad»
(Olivárez 21).1

En 2000, Ricardo Chávez Castañeda y Celso Santajuliana describen la
escena literaria en la que se insertan los “narradores nacidos en los sesenta”
en México del siguiente modo: «discapacitados para el talento, los más de
los escritores nacidos en los cuarenta y cincuenta dirigieron sus esfuerzos a
la única compensación que tiene la mediocridad: el ejercicio del poder». Así,
desde fines de los ochenta, «la ofensiva mediocridad de los padres orilló a
una alianza inédita y coyuntural entre hijos y abuelos». (15)2 En 1998, Luz

1 Cánovas, además, delimita la pertienencia de este concepto señalando que su inicio
se ubica a mediados de la década del ochenta y gana su esplendor durante la década de los
noventa, lo que contribuiría a denominar a esta narrativa como la de la “posdictadura”.

2 Por lo demás, el hecho de que los autores se refieran a esta generación como la “de los
enterradores” (y que recurrentemente apelen a la figura del “parricidio”) no debería opacar
el hecho de que antes que contendientes, los miembros de la generación inmediatamente

101

“Para llegar a McOndo”

Mary Giraldo señala que en Colombia:
La literatura y las expresiones actuales se interrelacionan

tejiendo la muerte de los grandes ejes modernos (la revolución,
las disciplinas, el laicismo, la fe en la técnica y el progreso) y al
sepultar sus ídolos y sus proyectos no otorgan sentido a su estado
apocalíptico (24).

A esta perspectiva se han sumado también los propios escritores. En
2004 Carlos Gamerro señalaba: «En la Argentina, mi generación tiene
la particularidad de ser más huérfana que parricida» (AAVV 65). Ese
diagnóstico, comprensible en escritores del Conosur, que fueron formados
con una literatura entre el exilio y la desaparición forzada de personas, se
vuelve sorprendente en un escritor como Ignacio Padilla, quien también en
2004 señalaba que «nacimos en los sesenta los mexicanos que hace quince
años quisimos describir nuestra generación como la Generación Fría o la
Generación sin Contienda» (AAVV 166).
Esos diagnósticos, esa atención de los contemporáneos a sus contemporáneos
señala un desarrollo de la autoconciencia del campo literario, pero también
habla de un malestar, de una necesidad por definir algo que se percibe como
nuevo, aunque no se lo pueda nombrar. Sin embargo, lo que no parece
quedar claro es qué es lo que une todas esas escrituras, en qué consiste
esa sincronía. En efecto, parece persistir la sensación de un vacío. Se trata,
claro, de una impresión difusa, pero que permea los textos sobre la literatura
producida durante la década. Ese vacío define los modos en los que se
habla de estos textos. Algo “falta”, y esa falta define por negación estas
escrituras. De ahí que todos los nombres que hemos enumerado persistan en
la definición negativa. Los escritores que comienzan a publicar durante la
década del noventa tienen evidentemente una identidad, pero esa identidad
“no es” algo: les faltan padres, les faltan enemigos, llegaron tarde a la
posmodernidad, a la historia.3

anterior son “un estorbo”. Como sucede con otros metadiscursos, antes que parricidas, para
Chávez y Castañeda, esta generación se presenta como huérfana.

3 Beatriz Sarlo para el caso argentino habla de los escritores surgidos en los últimos
años del siglo en un artículo elocuentemente titulado: “La novela después de la historia.
Sujetos y tecnologías”. Jorge Fornet señala que los escritores cubanos que comienzan a
publicar durante la década: “son los primeros narradores posrevolucionarios, pues el proceso
y el destino de la revolución no parece preocuparles” (96). Una excepción notable son los
artículos compilados por Celina Manzoni en La fugitiva contemporaneidad, que enfatizan la
idea de errancia, transterración y exilio como forma de pensar la literatura contemporánea.

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Revista Pucara, N.º 25 (99-118), 2013

Por otra parte, y como ejemplo de esa misma autoconciencia que
señalábamos antes, la década del noventa se ha visto poblada de manifiestos,
de declaraciones de principios que con ánimo combativo pretendieron
definir un espacio en sentido afirmativo. De manera tal que uno de los modos
privilegiados en los que se puede entrar en la literatura de la década tal vez
sea estudiar alguno de esos textos (y libros) leídos como manifiestos.4

El prólogo

En 1996, desde España, se daba a conocer la “Presentación del país
McOndo”, prólogo al libro McOndo, una antología de “nuevos escritores
latinoamericanos” cuya compilación y prólogo fueron realizados por
Alberto Fuguet y Sergio Gómez.5 ¿Quiénes eran para McOndo los “nuevos
escritores”? El prólogo, “Presentación del país McOndo” establece un
criterio de selección: “Optamos por establecer una fecha de nacimiento para
nuestros autores que nos sirviera de colador y acotara una experiencia en
común”. Las fechas son 1959 (la revolución cubana) y 1962 (año en que la
televisión llega a Chile y a otros países). Algunos ejemplos: Rodrigo Fresán,
Juan Forn (argentinos), Edmundo Paz Soldán (boliviano), Santiago Gamboa
(colombiano), Fuguet y Gómez, Leonardo Valencia (ecuatoriano), Gustavo
Escanlar (uruguayo).

Estos límites indican un criterio, una política literaria que el prólogo
desplegará: Cuba y la televisión, la política y la cultura de masas. El hecho
El trabajo que sigue puede leerse como una parte de las reflexiones iniciadas en ese proyecto
de investigación.

4 Este trabajo complementa uno previo sobre las implicaciones literarias del “Manifiesto
Crack”. Ver De Rosso.

5 La “Presentación...” en Alberto Fuget y Sergio Gómez. El prólogo está datado en
marzo de 1996. Aun cuando Fuguet y Gómez escriben que estos escritores “no se sienten
representantes de alguna ideología y ni siquiera de sus propios países”, parece posible leer
en filigrana cierta idea de “generación” o “tendencia”, sino de “movimiento”. De hecho, así
fue leído en su aparición, ver Raquel Olea, “La niña sudaca irá a la venta”, Soledad Bianchi,
“De qué hablamos cuando decimos Nueva Narrativa Chilena” (ambos en Carlos Olivárez),
Eduardo Becerra y Gustavo Guerrero. Una lectura polémica de la “Presentación…”
como manifiesto puede leerse en las declaraciones de David Toscana a Daniel Centeno
en “Sudamericana encuentra su plaza”: «A mí no me agradó el prólogo del primer libro,
porque parecía un manifiesto de los escritores que aparecían en el volumen. La mayoría de
los autores no comulgábamos con el mismo. Una cosa es que te inviten a una antología y otra
que te prologuen y hasta que hagan parecer que todo eso tiene que ver contigo»

103

“Para llegar a McOndo”

de que la mayoría (10 de los 18 autores antologados) no cumplan con el
requisito (la mayoría nació después) y de que el prólogo así lo indique
no hace más que comprobar el gesto que esta acotación temporal parece
esconder. Estas fechas, en efecto, más que actuar como “colador”, cifran la
ideología político-literaria que proponen Fuguet y Gómez.

El prólogo McOndo sostendrá dos premisas que verifican esta hipótesis. Por
un lado, se dice:

El gran tema de la identidad latinoamericana (¿quiénes somos?)
pareció dejar paso al tema de la identidad personal (¿quién soy?).
Los cuentos de McOndo se centran en realidades individuales y
privadas. […] Nos arriesgamos a señalar esto último como un
signo de la literatura joven hispanoamericana, y una entrada para
la lectura de este libro. Pareciera, al releer estos cuentos, que estos
escritores se preocuparan menos de su contingencia pública y
estuvieran retirados desde hace tiempo a sus cuarteles personales.
No son frescos sociales ni sagas colectivas. Si hace unos años
la disyuntiva del escritor joven estaba entre tomar el lápiz o la
carabina, ahora parece que lo más angustiante para escribir es
elegir entre Windows 95 o Macintosh (15).6

El retiro de lo público, el descrédito de las consignas políticas que guiaron
momentos anteriores de la literatura latinoamericana son aquí presentados
en un tono casual e irónico. Notablemente, la pregunta por la identidad
latinoamericana y la pregunta por la identidad individual son formuladas
como antítesis, antes que como complementariedad.
En efecto, una no se deriva de la otra (como podría imaginarse en otros
períodos de la historia del continente), sino que las preguntas (las identidades)
se oponen entre sí diacrónicamente. Es, entonces, una pregunta del pasado
“¿quiénes somos?” y una pregunta del presente “¿quién soy?”. Por otra parte
se lee, en medio de una enumeración vertiginosa:

6 Contra lo que podría imaginarse, esta descripción no es necesariamente celebratoria.
Aún así, muchas lecturas de la “Presentación” y del libro entero condenaron esta perspectiva
que se querría la de los autores. Antes que eso, sin embargo, habría que reflexionar sobre el
tono ambiguo de estas declaraciones. Esta ambigüedad, señalada por muy pocos críticos
(entre ellos Ana María Amar Sánchez), será central en la enunciación de los textos asociados
a McOndo.

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Latinoamérica es, irremediablemente, MTV latina, aquel
alucinante consenso que coloniza nuestra conciencia a través del
cable, y que se está convirtiendo en el mejor ejemplo del sueño
bolivariano cumplido, más concreto y eficaz a la hora de hablar
de unión que cientos de tratados o foros internacionales. De paso,
digamos que McOndo es MTV latina, pero en papel y letras de
molde (18).

La ironía, que roza el cinismo, se transforma en el otro polo del arco
construido por el prólogo: la televisión como el fin, la síntesis, de las utopías
políticas.7 Entre la Revolución cubana y la televisión, el prólogo de McOndo
afirma dos movimientos simétricos: la decadencia de la participación política
es correlativa (nada se afirma de nexos causales) de la transformación de la
política en fenómeno mediático. Así, mientras la escritura se “privatiza”, el
espacio público es ganado por los medios.

Estas dos citas, además, nos permiten explorar otro sentido de la política.
En el primer fragmento la inflexión política de lo literario es la posibilidad
de referirse a lo colectivo («los cuentos de McOndo se centran en realidades
individuales y privadas»). En el segundo fragmento McOndo es MTV «pero
en papel y letras de molde»: entre la televisión y la literatura sólo existe
una diferencia de soporte. Y entonces, lo único que parece importar es el
referente de los textos.

En efecto, el prólogo de McOndo se desentiende de toda reflexión sobre la
técnica literaria, sobre el lenguaje específico de la literatura para definir el
alcance de la nueva narrativa latinoamericana. Es a partir de esta ausencia
que Fuguet y Gómez definen tanto a los amigos como a los enemigos. Se
trata de diferenciarse del “realismo mágico” como tendencia unificadora para
pensar la literatura latinoamericana. El horizonte sobre el que se establece la
diferencia es, claro, el de los temas y motivos del “realismo mágico”:

7 La idea de que las utopías tanto políticas como estéticas se han cumplido en la
expansión de los medios masivos es una tesis típicamente posmoderna que, con más seriedad
y alcance, han formulado teóricos como Gianni Vattimo.

105

“Para llegar a McOndo”

En nuestro McOndo, tal como en Macondo, todo puede
pasar, claro que en el nuestro, cuando la gente vuela es porque
anda en avión o están muy drogados. Latinoamérica, y de alguna
manera Hispanoamérica (España y todo el USA latino) nos parece
tan realista mágico (surrealista, loco, alucinante) como el país
imaginario donde la gente se eleva o predice el futuro y los hombres
viven eternamente. Acá los dictadores mueren y los desaparecidos
no retornan. El clima cambia, los ríos se salen, la tierra tiembla y
don Francisco coloniza nuestros inconscientes (17).

Ante estas declaraciones y ante la ausencia de reflexión sobre la palabra
escrita, el proyecto literario de McOndo se resuelve finalmente en el
cambio de la ilusión referencial y en un moralismo de mercado: «Vender
un continente rural cuando, la verdad de las cosas, es urbano (más allá
que sus superpobladas ciudades son un caos y no funcionan) nos parece
aberrante, cómodo e inmoral». (18) El problema no es “vender” una imagen
del continente, sino vender una imagen “poco verídica” del continente. El
verismo sería entonces la garantía moral de la literatura en el mercado. El
problema, claro, es de qué mercado se habla.

Uno de los rasgos más notables de la “Presentación” es justamente su
inscripción desenfadada en el universo de los consumos culturales. No
se trata solamente de las múltiples referencias a la televisión y la música
pop, se trata también de imaginar los textos en su circulación, enfatizar en
el prólogo el origen y destino mercantil de McOndo.8 Por una parte, “la
inspiración más cercana” es otro libro, publicado en Chile: Cuentos con
walkman
que, se consigna, «ya lleva más de diez mil ejemplares vendidos»
(12). Por otra parte, se cuentan las tareas de recopilación y búsqueda, que
incluyen una enseñanza para editores remisos:

Recién ahora algunas editoriales se están dando cuenta de que
eso de escribir en un mismo idioma aumenta el mercado y no lo

8 Ni la preocupación por la mirada europea (o, como se verá, norteamericana) ni la
preocupación por la circulación de los libros en el mercado es novedosa. Para ejemplos, basta
con pensar en el boom de los sesenta. Sí podría decirse, sin embargo, que lo novedoso de
McOndo es la inscripción gozosa en el horizonte de la mercancía.

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Revista Pucara, N.º 25 (99-118), 2013

reduce. Si uno es un escritor latinoamericano y desea estar tanto
en las librerías de Quito, La Paz y San Juan hay que publicar (y
ojalá vivir) en Barcelona. Cruzar la frontera implica atravesar el
Atlántico (13).

Gómez y Fuguet lo lograron: McOndo se publica en Barcelona, editado
por Mondadori. Así, en el prólogo a McOndo hay menos una denuncia que
una expresión de deseos.9 La importancia de esa mirada externa sostiene
todo el texto. De hecho, se cuenta cómo el libro surgió del prejuicio de
las universidades norteamericanas, que pedían a jóvenes escritores
latinoamericanos becados en Iowa textos con realismo mágico, porque si no,
cuentan los autores, “bien pudieron ser escritos en cualquier país del Primer
Mundo”. Así, se lee: «Lo que pretendemos ofrecerle al público internacional
son cuentos distintos, más aterrizados si se quiere, de un grupo de nuevos
escritores hispanoamericanos» (18).

Esa poética, cuyo objetivo es “ofrecer al público”, atiende a las condiciones
de circulación de los bienes en el mercado. Es, también, una identidad
narrativa construida en la diferencia con el “boom” de los sesenta, de
manera tal que la literatura latinoamericana se presenta como un gran hiato
entre los sesenta y los noventa, un vacío que habría de llenar la literatura de
McOndo.10

9 La aguda percepción de Fuguet y Gómez no acaba allí. En la página 13 afirman:
«Sabemos que muchos leerán este libro como un tratado generacional o como un manifiesto.
No alcanza para tanto». Dieciséis años después, cuando escribo esta nota al pie, siguen sin
equivocarse.

10 Sobre la sincronía de McOndo con otras tendencias contemporáneas, no puede
dejar de señalarse aquí la inclusión de escritores españoles del “territorio de la Mancha”.
Esa transformación de Latinoamérica en Hispanoamérica resulta contradictoria en la textura
del prólogo, que insiste en referencias culturales a América Latina y, sobre todo, al realismo
mágico, cuya influencia no es equivalente en España y en América Latina. Como otros
fenómenos de la década (la consolidación del neopolicial iberoamericano, por ejemplo) el
intento de integración en la lengua está a la orden del día. Resulta lógico entonces que pocos
años después, en 2000, Fuguet y Edmundo Paz Soldán (otro escritor antologado en McOndo)
hayan editado Se habla español, una antología de cuentos latinoamericanos que suceden en
Estados Unidos. Publicado en Miami, el libro expande la idea literatura latinoamericana a
una especie de panamericanismo que fatalmente, como su nombre lo indica, excluye a Brasil
y a las naciones de habla francesa.

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“Para llegar a McOndo”

En los medios

Pero ¿qué es lo que se lee en McOndo? Lo primero que se lee, lo primero
que han leído muchos lectores, es la referencia a la cultura mediática
contemporánea.11 Sin embargo, estas referencias, aunque existen, son mucho
menos ostensibles de lo que a primera vista podría suponerse. No sólo porque
en McOndo existen textos que ni siquiera mencionan objetos culturales
producidos por la expansión de los medios (“La mujer químicamente
compatible” de Jordi Soler o “El vértigo horizontal” de Juan Forn), sino
porque, a diferencia de lo señalado en la “Presentación”, estas menciones
son espaciadas, carentes de énfasis, propias de un universo mediático que se
ha tornado “invisible”, un marco de referencia naturalizado. En “La verdad
o las consecuencias” de Fuguet, se describe la conmoción de un personaje
con estas palabras: «Adrián hizo tilt y Pablo tuvo que forzarlo dentro de
un taxi» (124). En “Gritos y susurros” de Gustavo Escanlar, el narrador
se describe: «Yo me afeité, me bañé, me puse mi ropa de conseguir laburo
—mucho negro, gel, hombreras, pantalones anchos, muy Don Johnson— y
fui». (241). En “Extrañando a Diego” de Jaime Bayly, el narrador cuenta:
«una noche tarde, después de Letterman, le leí un cuento que había escrito
en Madrid» (231).

Más evidentes son las menciones de nombres propios asociados a consumos
culturales que funcionan como horizonte verosimilizador: «El barullo de la
música llega nítido, es Julio Iglesias, José Luis Rodríguez u otro similar»
(Rodrigo Soto: “Sólo hablamos de la lluvia”). “Me dice que no va más al
McDonald’s, pero que ayer se lo volvió a encontrar a Aníbal en el cine.
Fue a ver La lección de piano; le pareció horrible, casi vomita”. (Martín
Rejtman, “Mi estado físico”). Estas referencias definen el horizonte en el
que se mueven los personajes y, por lo tanto, operan como mediaciones
entre espacio público y privado.

Pero el impacto de los medios se articula en McOndo con otro sentido de
“lo público”. El universo representado por los cuentos de McOndo apenas
refieren al universo laboral. Más aún, en la mayoría de los textos, el espacio

11 Ver Amar Sánchez y Cánovas.

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Revista Pucara, N.º 25 (99-118), 2013

público en tanto que tal no existe: los intercambios se dan en espacios
privados (autos, casas) o bien en espacios públicos limitados (fiestas,
boliches). Por otra parte, cuando el espacio público sí aparece representado,
resulta amenazante o directamente incomprensible (como en los textos
de Rodrigo Soto y Santiago Gamboa). En ese horizonte quienes trabajan,
quienes salen a la escena pública, son todos personajes relacionados con
el mundo de las representaciones mediáticas: el mundo de la publicidad
(“Pulsión” de Leonardo Valencia), de la televisión (“La gente de látex” de
Naief Yehya), de los diarios (“Gritos y susurros” de Gustavo Escanlar).

Así, todo contacto con el mundo de lo “social” aparece, o bien atravesado
por la referencia mediática, o bien como producto del trabajo en algún
medio. Se trata, claro, de la transformación de los consumidores de la
primera expansión de la TV (la que menciona el prólogo) en productores
de esa misma cultura mediática. De manera tal que la “fiebre privatizadora
mundial” aparece (como aparecía en el prólogo) articulada con un cambio
en la evaluación de los medios, el “sueño bolivariano cumplido”. McOndo
sugiere que la experiencia plena de lo público, para sus protagonistas, sólo
puede suceder por la intervención de los medios.

Esta aparición de lo mediático no es, se ha señalado, novedosa. En efecto,
escritores como José Agustín o Gustavo Sáinz, en México, Antonio
Skármeta en Chile o Andrés Caicedo en Colombia ya habían renovado el
horizonte literario durante la década del sesenta y setenta con relatos sobre
jóvenes, atravesados por referencias a la cultura pop asentada en los medios.
Sin embargo, ahí donde los jóvenes personajes de los sesenta y setenta
reivindicaban la cultura pop como rebeldía, los jóvenes de McOndo asumen
la cultura de masas sin énfasis, como un dato inescapable de la experiencia.
Por otra, ahí donde los personajes de la Onda eran consumidores de la cultura
de masas, los personajes de McOndo son también productores. Redactores
de diarios, estrellas de TV, redactores de publicidad, profesionales del talk
show, los personajes de McOndo han pasado del otro lado del espejo, y las
promesas que el rock y el pop hicieran a las generaciones previas ya no
los encantan. Pablo, el protagonista de “La verdad o las consecuencias”,
“reconoce que los Estados Unidos le han colonizado el inconsciente” y el

109

“Para llegar a McOndo”

narrador de “Extrañando a Diego” describe a su objeto de deseo: “Se veía
lindo con su polo chorreado y su blue jean rotoso. Era el perfecto-rockero-
rebelde-que-odia-al-sistema” (223).

En verdad, todos los cuentos de McOndo exhiben el hastío frente a una
cultura de masas (que a veces, como en el texto de Bayly, o en el de Fresán,
se exhibe como ironía) de la que parece imposible escapar, pero a la que
no se le pueden oponer otros marcos de referencia. En este sentido, antes
que adolescentes rebeldes, los protagonistas de McOndo son “jóvenes
envejecidos” (o, como señala la “Presentación…”, “adultos jóvenes”). La
condición urbana de McOndo es la de la adultez asumida conflictivamente y
la de una mediatización que ya no se puede exhibir como rebeldía. En este
sentido, si llegar a los treinta era el punto de inflexión que los jóvenes de
las narrativas de los sesenta querían a toda costa evitar, el relato de McOndo
comienza ahí donde terminaban aquellos.

Pleno / Plano: La parataxis

Los textos de McOndo se construyen en una deriva en la que el sentido de
las acciones se pierde justamente por el abandono de la estructura del relato.
Las anécdotas de esos textos son mínimas (y entonces se decantan hacia la
descripción de modos de vida como puede leerse en los textos de Valencia,
Forn, Paz Soldán, Baily, Yehya, Soto), o bien el texto es completamente una
sucesión de anécdotas cuya ilación es efecto de la sumatoria antes que de
la articulación narrativa (en Escanlar, Casariego, Fuguet). En el límite los
textos casi dejan de ser narrativos: Fresán, Soler y Gómez firman textos en
los que la pulsión narrativa se articula con la especulación ensayística o con
la forma dialogal.

Así, la narración plenamente articulada es reemplazada por una articulación
laxa en la que la trabazón narrativa (que es tanto una articulación cronológica
como una articulación lógico-causal) se deshace.12 Antes que una sintaxis

12 Tomamos aquí como referencia (de la vasta bibliografía que se ha elaborado sobre
estas relaciones), los textos capitales de Tzvetan Todorov y de Philippe Hamon. Todorov
distingue un “relato” de una “narración” por el hecho de que el primero articula la trama
no sólo en función de un devenir temporal, sino también de una articulación de causa-
consecuencia, mientras que la segunda sólo posee el principio cronológico.

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Revista Pucara, N.º 25 (99-118), 2013

narrativa, se lee una parataxis narrativa: a partir de una situación de partida,
pequeños fragmentos narrativos se independizan del devenir temporal
pudiendo, de hecho, suceder en un orden diferente al que despliega el texto.

Esa parataxis tiene como efecto, en muchos casos, la apertura a un universo
caótico en el que las acciones se acumulan sin articularse en relaciones nítidas
de causalidad. En “La vida está llena de cosas así”, Clarita, una muchacha
bien de Bogotá, por ir distraída atropella a un hombre, intenta llevarlo a un
hospital, toma un desvío equivocado y en un barrio periférico es asaltada por
una turba que pretende llevar a una parturienta al hospital. Atrapada en su
propio coche, y de regreso al hospital, Clarita descubre que el hombre al que
atropelló no sólo es epiléptico, sino que además es un asesino a sueldo que
iba a asesinar a su vecino cuando ella lo llevó por delante. Esta estructura
abierta produce, por una parte, un efecto de fluidez de la anécdota, en la que
los episodios se “alinean”, antes de sucederse y articularse.

Así, el efecto es el de un “continuo fluyente”, que podría incluir múltiples
episodios entre la primera y la última frase o, eventualmente, no terminar
nunca. Por eso, más allá de que los narradores evoquen eventualmente un
pasado (aunque rara vez refieran a un futuro), la estructura de los textos de
McOndo producen la impresión de “puro presente”, en la medida en que los
episodios que se relatan están débilmente articulados tanto con el pasado
como con el futuro de las acciones que se relatan.13

Dada esta estructura abierta, no es sorprendente entonces que el recubrimiento
temático más evidente de estos textos sea el viaje.14 Al final de este recorrido,

13 Theodor Adorno, comentando la poesía de Hölderlin señala ambos rasgos como
efectos de la estructura paratáctica.

14 La importancia del viaje está sugerida en la “Presentación del país McOndo”: “En
estos cuentos hay más cepillado de dientes y excursiones al campo […] que levitaciones, pero
pensamos que se viaja igual.”(19) No es sólo oportunismo entonces la preparación, en 2000,
de Se habla español. Voces latinas en USA, en el que dos miembros prominentes de McOndo
(Fuguet y Paz Soldán) compilan relatos de latinoamericanos en USA (ya el hecho de que se
escriba USA antes que EE. UU. sugiere la mezcla de lenguas que será la piedra de toque de
la antología). La pulsión del viaje y la extranjería lograrían aquí su punto culminante. Por
lo demás, allí se marcan los límites de escritores como José Donoso y Carlos Fuentes a la
hora de imaginar Estados Unidos, y se reivindica la figura de Puig. Esa expresión de deseos
se logra en muy pocos textos de la antología, justamente porque el modelo formulado en
McOndo es todavía fuerte.

111

“Para llegar a McOndo”

sin embargo, no hay ninguna epifanía, ninguna iniciación que se cumpla.
En el mejor de los casos (“La verdad o las consecuencias” o “La mujer
químicamente compatible”) la narración concluye con la inminencia de una
revelación.15 Condenados a errar por espacios urbanos que se descubren o
redescubren, los personajes de McOndo no logran transformar esa deriva en
una travesía.

Esta inarticulación es correlativa de la expansión de la frase corta y, en
el límite, la enumeración, el listado. En “Sólo hablamos de la lluvia”, de
Rodrigo Soto, se lee: «cuando subimos las gradas todavía nos grita que nos
divirtamos, que nos divirtamos y que la pasemos bien; Lourdes se voltea y
yo tras ella y la gran sonrisa en el rostro del hombre es cálida y cómplice
y fraterna». En “El vértigo horizontal”, de Juan Forn se lee: «Habló del
pozo quedaba en la cama al levantarse, del sonido de la propia voz en el
contestador automático, del aspecto de esos cepillos de dientes muy usados,
cuando las cerdas están completamente combadas hacia fuera». Como
puede verse, la secuencia suma elementos disímiles y los articula por medio
del asíndeton y el polisíndeton, figuras que típicamente impiden la clausura
y la jerarquización de los elementos de la lista.

Se asiste así a una atomización que, a diferencia de modelos clásicos, como
Hemingway, no sugiere un centro pleno de sentido que se expresaría en la
lectura atenta, sino antes bien un sentido plano de la experiencia, una falta de
profundidad. Ese sentido plano se daría a leer como un retorno del realismo,
como un empobrecimiento de las técnicas narrativas, que volverían a un
realismo desencantado de las potencias de la literatura para dar sentido pleno
al mundo. El contenido de estos textos funciona de un modo similar: los
personajes no se encuentran ante ningún momento “decisivo” de sus vidas,
las anécdotas se presentan desprovistas de la relevancia que caracterizó al
realismo tradicional.16 El protagonista de “Pulsión”, de Leonardo Valencia
formula de este modo la poética que guía el texto: «Siempre enfatiza la
causa y el efecto final, nunca entra directamente en la anécdota, pero igual
nos envuelve con ese lento desovillar de historia sin sentido y sin provecho,
como le gusta calificarlas».

15 Si bien es posible afirmar que esta deriva ha caracterizado la literatura de “jóvenes”
en América Latina (Skármeta, Sainz, Caicedo), lo que distingue estas escrituras es la ausencia
de alegría en el recorrido. Antes que viajar porque se quiere descubrir el mundo, porque se es
joven, estos relatos postulan la deriva como una fuga que no tiene final a la vista.

16 Esta falta de énfasis se construye también en la voz narrativa.

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Revista Pucara, N.º 25 (99-118), 2013

Así, el estilo de McOndo apela a una desjerarquización en la que la frase
se torna enumeración y el relato mero transcurrir. Esa desjerarquización
generalizada torna a los textos porosos, pasibles de ser captados por el azar o
la sorpresa. El hecho de que la mayoría de estos cuentos, sin embargo, apele
a un costumbrismo desarticulado, no debería opacar este rasgo constitutivo.

El narrador absorto

Pero la parataxis no sucede en McOndo, sin un correlato que, en la
enunciación, amenaza con cancelar esta expansión inarticulada. En efecto, a
esta diseminación estructural, los textos de McOndo oponen una voz obsesiva
que, concentrada en la experiencia particular, funciona como contrapeso.
Esta parataxis suele articularse con uno de los rasgos fundamentales de
los cuentos publicados en McOndo: la constitución de un foco narrativo
(presentado como primera persona o bien como tercera persona focalizada)
obsesivo.17 Esto ocurre entre otras cosas porque en la medida en que la
estructura narrativa de estos textos es laxa y todo sucede como en un eterno
presente, la posibilidad de articular una clausura recae en la voz narrativa.

En efecto, los narradores de McOndo articulan un punto de vista atento a las
infinitas variaciones de lo mínimo: los elementos constitutivos de una buena
fiesta (en el texto de Fresán), los chismes que se cuentan dos jóvenes que no
han sido invitados a un casamiento (en el texto de Gómez), los detalles de
la incursión en una discoteca (en el texto de Juan Ángel Mañas y Antonio
Rodríguez).
Esa expansión del detalle insignificante redunda en una desjerarquización
de la información. Así, los narradores de estos textos desgranan un
tiempo continuo en el que las nimiedades no parecen poder distinguirse
de los fenómenos “significativos” (aquellos que en una textura clásica
conformarían el relato). En “Mi estado físico”, de Rejtman, la historia de
amor que se cuenta es tan importante como recuperar las cintas de video
de las clases de gimnasia; en “Gritos y susurros”, de Gustavo Escanlar,
la falsificación de noticias tiene la misma importancia que los encuentros
sexuales del narrador. Así, se trata de focos porosos, atentos a todo lo que
sucede a su alrededor.

17 Los relatos de Mc Ondo, salvo “La mujer químicamente compatible” de Soler, se
caracterizan por el foco único, correlativo de la “simplicidad” de su estructura lineal.

113

“Para llegar a McOndo”

Esa percepción maníaca y tendiente a la disolución narrativa tiene una
tematización característica: el extranjero. En efecto, en múltiples textos
quien cuenta es alguien ajeno a aquello que describe: una muchacha
de familia bien perdida en un barrio pobre de Bogotá, un chileno recién
divorciado perdido en Estados Unidos, un adulto joven reflexionando sobre
las fiestas adolescentes. En todos los casos, historias de extranjería en las que
los textos enfatizan la excepcionalidad del narrador (a Clarita le advierten
que no tome por cierta calle, a Pablo, su hermano le señala una y otra vez
la inconsistencia de sus actos). No hay, por lo tanto, un narrador “típico”
en estos cuentos. Por el contrario, se trata de narradores conscientes de su
desgarramiento con respecto a quienes debieran ser sus pares (la clase, la
generación, la familia). 18 El narrador de “Gritos y susurros” formula ese
desasimiento en tono cínico:

Me fui sin saludar. Me gusta irme así de los lugares, de las
vidas. Así es como va a ser cuando te mueras, no te vas a despedir
de nadie, vas a dejar clavado a todo el mundo, no vas a tener que
dar explicaciones de nada. Así me fui de la radio, así me fui del
diario, así me fui de Lucía, así me fui de Pichuco. Todos me decían
‘encará, no seas cagón’. ¿Y yo qué mierda tengo que encarar?19

Las novelas de los escritores asociados a McOndo también se caracterizan
por este rasgo: en La noche es virgen, de Baily, en Vidas ejemplares, de
Gómez, el corte generacional no alcanza a constituir un narrador. No hay
aquí “nativos” que toman por asalto la lengua literaria en representación de
un grupo generacional. 20 Antes bien, los cuentos de McOndo se concentran
en individuos que han sido descastados de su grupo y se adentran en

18 Amar Sánchez señala que este rasgo de extranjería relaciona a estos narradores con
la perspectiva que los medios tienen sobre la realidad.

19 El fragmento es excepcional no sólo por la nitidez con la que se formula el desarraigo
del narrador, sino por su tono desafiante. Los protagonistas de McOndo, sin embargo, antes
que ser cínicos, son individuos desconcertados. De ahí que sea característico de los relatos
asociados a McOndo el tono distante (que se articula con la desjerarquización): los narradores
parecen derivar en intensidades que ya no tienen la forma de la emoción (o de la narración).
Por eso, como ha afirmado Rodrigo Cánovas (78) los textos relacionados con McOndo son
también relatos “desinyectados de afecto”.

20 Este rasgo separa nítidamente McOndo de la Onda y de otros relatos sobre jóvenes:
no estamos aquí frente a un narrador típico, que representa el habla de una generación. Tal
vez la diferencia radique en un cambio de referentes literarios: de Salinger a Bret Easton
Ellis.

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territorios desconocidos. Por esto, porque se trata de la extranjería, los focos
se asemejan a la mirada del antropólogo antes que a la del indígena. Nos
reencontramos aquí con la antítesis entre “yo” y “nosotros” que se leía en
la “Presentación…”. Pero como se verá, esta oposición entre individuo y
comunidad, que se registra en lo que la voz narradora dice, puede reformularse
de modo paradójico en la enunciación que esa misma voz hace. Porque
esta extranjería no produce una traducción, sino que permanece como un
testimonio de la diferencia. 21 Los textos de McOndo están escritos en una
lengua que remeda la oralidad de los “adultos jóvenes” latinoamericanos y
ese uso de la lengua supone, si se la relaciona con otros rasgos que hemos
señalado, una configuración específica del lector que los textos diseñan.

Por una parte, ya lo hemos visto, los textos de McOndo postulan un
lector sabio en los modos de la cultura joven contemporánea, alguien que
no necesita que le expliquen quién es Ned Flanders (en el caso del texto
de Toscana) o qué es un Big Mac (y un Mac Chiken [sic], en el caso de
Rejtman). Ese uso de la lengua genera una complicidad que, en la medida en
que los textos refieren a individuos extrañados del mundo, aísla al narrador
en la compañía del lector. Esto es: los narradores de McOndo trasmiten su
desarraigo para aquellos que puedan entender los guiños de la prosa. Esa
enunciación sugiere que el enunciador y el enunciatario están juntos, pero
aislados, en un intercambio que probablemente diga menos sobre el mundo
de fin de siglo que tan exuberantemente exhibe la “Presentación…” que
sobre la (im)posibilidad de comprender ese mundo.

Por otra parte, la lengua de McOndo no sólo es una lengua joven, sino que su
uso es localista. En “Extrañando a Diego” se lee: «Manejó rápido. […] Llegó
a mi depa. Cuadró. Apagó el motor. Subimos a mi depa. No bien entramos,
nos besamos» (226). En “La noche de una vida difícil”, Sandro increpa
a Roberto: «¿Por eso te tardaste en salir? ¿Le estabas cobrando al pinche
Flanders? Yo pensé que te lo estabas agarrando a chingazos o mínimo se la
estabas rayando. […] Agarra tu mierda de dinero y lárgate» (210). En “La
vida está llena de cosas así”, Clarita “Colgó afanadísima sin poder hablar

21 Esa enunciación “de traducción” ha sido señalada en otros relatos contemporáneos,
notablemente por Celina Manzoni para La virgen de los sicarios. El emplazamiento y la
vulgaridad de los saberes que exhiben los relatos de McOndo, impiden homologarlos a los
de Vallejo, pero permiten pensarlos como dos formas de un relato de época en que la realidad
se ha tornado opaca.

115

“Para llegar a McOndo”

con el papá, pensando que llamaría en otro momento. Luego la ayudaron
a subirlo al carro” (84).22 Sin embargo, se ha señalado repetidamente que
McOndo pertenece a un estilo de “literatura internacional”, que estas
narraciones son representantes de la globalización literaria. Menos se ha
analizado por qué puede afirmarse, pasado el prólogo, que McOndo es un
“libro global”.23

En este sentido, la lectura de McOndo es una experiencia curiosa en la
medida en que se construye un lector específico y local para cada cuento
(aquellos que sienten que el enunciador habla en un entre-nos, en el que las
referencias culturales y los usos de la lengua son los propios, sin posible
traducción) y a la vez un lector para el que todas los otros usos de la lengua
son curiosos, si no incomprensibles. Así, como señala el prólogo intentando
articular a los escritores españoles con los latinoamericanos: los escritores
españoles recopilados “pueden hablar raro (de hecho, todos hablan raro y
usan palabras y jergas particulares) pero están en la misma sintonía”.

Ese “hablar raro” es la marca de la diferencia y el curioso efecto de McOndo.
Porque efectivamente, ha cambiado la referencia “realista mágica” por
una nueva referencia, la urbana; y a la vez (pero esto apenas se sugiere)
porque hace ingresar la lengua de los jóvenes en un conglomerado en el
que lo “latinoamericano” es la lengua, que no puede menos que sentirse
a la vez, propia y ajena en virtud del efecto de acumulación propio de una
antología. Así, lejos de constituirse en un “estilo internacional”, la lengua
de McOndo es típicamente localista, y justamente por eso es internacional.
El movimiento es, claro, similar al del boom, pero debería recordarse que
se trata aquí de una segmentación por lenguas locales lo que produce a la
vez el mismo efecto en España (objetivo declarado de McOndo) que en los
países latinoamericanos.

Se trata, en cualquier caso, de un uso de la lengua que sostiene y clausura en
un pacto de identificación la expansión y porosidad de la trama narrativa. En
efecto, ahí donde el texto tiende a la dispersión en su estructura y tematiza
la extranjería la elección dialectal produce un enunciatario situado (joven

22 El despliegue del uso local de la lengua es todavía más evidente en novelas asociadas
a McOndo como Mala onda de Fuguet o Estokolmo, de Escanlar.

23 Así lee McOndo por ejemplo Burkhard Pohl.

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“chileno”, “argentino”, “ecuatoriano”, etc.) que de alguna manera verifica
en la lengua la identidad que se dispersa en la estructura y los asuntos de
los cuentos de McOndo. Así, el estilo que pregonan los textos de McOndo
es una tensión entre un movimiento centrífugo en la frase y la estructura,
y un movimiento centrípeto en la enunciación que, finalmente, termina
articulando una imagen de América Latina en la que la suma de jergas
aparece como muestrario de lo exótico, al tiempo que sugiere que esa
identidad se vive como descentramiento y fragmentación de la experiencia.
Tal vez esa tensión pueda explicar la doble lectura (la alarma de los críticos
latinoamericanos y el fervor de los críticos europeos y norteamericanos) que
hizo de McOndo un texto capital de la década.

117

“Para llegar a McOndo”

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Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género...

Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México
como género popular y de culto

Some reflections upon the cyberpunk in Mexico as a popular and
worship genre


José Eduardo Serrato Córdova

Universidad Nacional Autónoma de México, México
e-mail: jesc@unam.mx

Resumen
La aparición de una literatura popular contemporánea está unida al fenómeno,
cada más acentuado, del elitismo de la alta cultura. El cyberpunk, el relato
neopolical y la literatura gótica obedecen a un proceso de democratización
de la cultura, en el que los autores se interesan en referirse a la realidad
social a través del elementos estéticos tomados del cómic, los pasquines y
el cine comercial. Desde esta perspectiva se comentan cuatro novelas de
ciencia ficción que abarcan desde 1990 hasta el 2010.

Palabras Clave: cyberpunk, literatura alternativa, globalización.

Abstract
The appearance of the contemporary popular literature is very close to the
phenomena, deeper every day, of elitism in the high culture. The cyberpunk,
the new thriller and the gothic literature obey a democratization process of
culture, en which the authors are interesting in refer the social realty through
aesthetic elements taken from the comic, and blockbusters. From these view
we comment four science fiction novels published between 1990 and 2010.

Key words: cyberpunk, alternative literature, globalization.

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La subliteratura como cultura alternativa

Con motivo de una tesis sobre el cyberpunk, en 2010 sostuve un intercambio
epistolar con la doctora Celina Mazoni, de la Universidad de Buenos Aires,
en la que me comentaba algunas de las debilidades que notaba en el género
popular:

[Estoy leyendo la antología] Nueva generación de narradores
mexicanos
(Tryno Maldonado, ed.), editorial Almadía. Hasta ahora
leí “Bajo un cielo ajeno” de Bernardo Fernández. Notable por lo
menos por dos cuestiones: 1) el tono de las descripciones, de los
espacios es notable, entre otros motivos, porque recupera rasgos
del estilo de los cuentos de ciencia ficción de los cincuenta: cierto
desapego casi ingenuo, claridad en la exposición de los hechos,
hasta rasgos del lenguaje o mejor del lenguaje de las traducciones
de esa época (las de los cuentos pero también las de Ray Bradbury) y
junto con eso ninguna esperanza, sin énfasis, las utopías marcianas
liquidadas y la misma marginación y desarraigo. Es especialmente
notable también en relación con Tiempo de alacranes. Es decir que
se mueve en varios tonos de registro, bien por él, sigo leyendo. Y,
de alguna manera, también es una apuesta a formas de lo popular:
la ciencia ficción sin el envaramiento de Bioy, por ejemplo […]

Por su parte, en el año 2010, el ensayista Geney Beltrán colaborador de
Letras Libres, revista que sin duda tiene una “alta plusvalía” simbólica
entre los intelectuales de la alta cultura mexicana, se lamentaba de las malas
novelas policiacas de Bernardo Fernández, autor alternativo, caricaturista
y bloguero literario. Tomemos como una opinión representativa de la élite
culta la crítica de Geney Félix Beltrán sobre una novela popular como Hielo
negro
de Bernardo Fernández:

[…] los personajes obedecen a motivaciones “básicas” (El
Sadismo, El Poder, La Venganza) y nunca enfrentan conflictos
nucleares que cimbren su psicología. Las peripecias se suceden
una tras otra y los momentos de crisis, como el duelo por el
asesinato del agente Armengol, se documentan con cursilería y
patetismo tópicos, sin disrupciones interiores, pues en su esencia
los personajes son los mismos al principio y al final. Así de planos.

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Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género...

En la segunda página, un policía auxiliar piensa en el cuerpo de su mujer y el
discurso indirecto libre nos traduce: «Le parecía fascinante la delicada línea
con que su talle se ensanchaba en las caderas, la textura de durazno [¡sic!]
de aquel trasero moreno que solía recorrer con la lengua antes de atacar
a mordidas» (Fernández 11, 12). El sicario dormía después de tres días
frenéticos de penetrar a Lizzy [la jefa del narco]. Penetrar, esa era la palabra.
No la ridiculez de hacer el amor. No la corrientada de coger. Penetrar. Como
el cuchillo del carnicero. O el bisturí del cirujano.1

Al contrario de lo que piensa Geney Félix, veo estos defectos como virtudes
del género popular, cuyos autores consideran que el relato policial popular
debe ser ágil, entretenido y con el lenguaje de todos los días, es decir una
literatura alternativa para el lector, muy escaso en estos días, común y
corriente que no le interesa que haya existido un James Joyce, una Patricia
Highsmith, sino que, al igual que los lectores de hace 150 años, quiere leer
una novela de aventuras y no hacer un posgrado en letras. Hágamos un
repaso de esta poética chabacana de la novelística mexicana reciente.

El perfil de los lectores de literatura popular en diverso, desde el bachiller
que lee en los traslados cotidianos en el sistema de transporte, los aficionados
a los cómics, que acuden a todas sus reuniones anuales y los que buscan
una literatura alternativa que no repita los clisés de la literatura culta. Es
probable que ningún escritor de literatura popular, sea neopolicial, ciencia
ficción o gótico, alcance la consagración de un escritor culto y prestigiado
que publique en editorial de gran penetración o que ensayo sobre el tema
sean arbitrados favorablemente. Pero la literatura popular existe a pesar de
todo y tiene un círculo de lectores que le son leales y que se identifican en
las novelas de ficción.

Al margen de la cultura elitista de los medios universitarios, están las
nuevas generaciones que escriben en los blogs los géneros que les gustan.
Muchos de ellos escriben al ser marginados de los ámbitos cultos y crean
una literatura alternativa.

1 Geney Félix Beltrán. Hielo negro, de Bernardo Fernández, Letras Libres, junio, 2011.
http://www.letraslibres.com

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I. Globalización y cultura

La penetración del movimiento cyberpunk en México es un proceso
íntimamente ligado a la globalización. Por esta razón tenemos que empezar
hablando de algunos matices de la cultura global. Néstor García Canclini
(2006) comenta que la globalización es un proceso imposible de eludir en
el mundo contemporáneo y que no es necesariamente una amenaza a la
soberanía de las naciones ni a la identidad de sus culturas. Por el contrario,
apunta Canclini, la globalización la podemos convertir en un fenómeno
positivo que el sociólogo argentino “glocal”, híbrido entre lo global y lo
local, si y sólo si convertimos la globalización en un ejercicio de aceptación
de la otredad, de diálogo y de tolerancia entre la diversidad cultural y
la masificación de la información, de tal manera que se evite caer en la
hegemonía de una ideología determinada.

No obstante, existen los corporativos que imponen formas de pensar, vestir,
reaccionar, desear, hablar y consumir, que parecen controlar cada vez más
las economías y las políticas mundiales. Estos corporativos, por supuesto,
controlan la cultura mainstream, incluso algunos sociólogos piensan que
hay una guerra global por los contenidos de las series televisivas, películas,
músicas y las imágenes mismas, en una guerra planetaria en la que se
quiere controlar las palabras, las imágenes y los sueños2. El fenómeno de
la globalización plantea un sinnúmero de problemas culturales, de los que
derivan cuestiones que tienen que ver con la forma en que representamos la
realidad en nuestro imaginario social y, que además, ejercen un sutil influjo
sobre nuestras conductas, gustos y pensamientos.

En general, este tipo de cultura de masas es visto como una versión
degradada y enajenante de las culturas dirigidas por los grandes corporativos
multinacionales. Guy Debord, por ejemplo, en su obra La sociedad del
espectáculo (cit. en Rincón 46) critica a la sociedad del espectáculo por ser
demasiado superflua y porque su consumo inmoderado puede ser nocivo
para la inteligencia.

2 Consúltese el libro de Frédéric Martel. Cultura Mainstream (2011), en el que se
rastrean los mecanismos de poder detrás de las grandes empresas del entretenimiento.

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Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género...

Por su parte, Chris Hedges nos habla, en El imperio de la ilusión, que la
cultura mediática es como una adicción a una droga dañina desde la primera
dosis:

La fe ciega –nos dice Hedges– en las ilusiones es nuestra versión
secular del renacer. Las ilusiones nos aseguran que la felicidad y
éxito son nuestros derechos. Nos prometen que nuestro colapso
catastrófico no es permanente. Nos prometen que el dolor y el
sufrimiento pueden ser vencidos al escribirlos en nuestra oculta y
pecadora fortaleza. Uno de los pensamientos felices de la cultura
de la ilusión es la manipulación de emociones, y la confianza en
los beneficios del poder, lo que significa que cantamos con el
coro o desapareceremos instantáneamente de la vista, como los
perdedores de un reality show (53).

Podríamos decir que la cultura de masas es una cultura diseñada para
manipular y controlar el lenguaje, la libido, los deseos, el pensamiento y
crear un mercado global de consumidores de todo tipo de productos. ¿Hay
salida de esta distopía? ¿Realmente cuando la alta cultura duerme engendra
realities shows? o ¿las culturas mediáticas y las nuevas tecnologías de la
globalización han tramado una nueva contracultura? ¿Somos una especie
de zombis consumidores de obras de entretenimiento? Pero no podemos
ignorar que el consumo de ciertas obras mediáticas ha sido usurpado por
algunas minorías culturales que las han convertido no solo en medio de
expresión, sino también en crítica y reflexión social.

En un proceso de alquimia mediática se la ha dado vida a una nueva
contracultura. Pongamos como ejemplo el caso de los imaginarios
apocalípticos que las novelas de ciencia ficción han insertado en nuestro
inconsciente colectivo. Este impacto lo podemos describir como un guerra
de imágenes con las que el receptor llega a crear una gran empatía. Es el caso
de algunas tribus urbanas3 que se han identificado con obras marginadas por
del saber hegemónico, como sucedió con de El diario de un enfermo de
nervios
, de Daniel Paul Scherber, que ha sido tomada como la Biblia de los

3 Al respecto consúltese la obra El tiempo de las tribus. El ocaso del individualismo en
las sociedades posmodernas.
Traducción de Daniel Gutiérrez Martínez. México D. F.: Siglo
XXI, 2004.

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Revista Pucara, N.º 25 (119-138), 2013

símbolos sagrados en los círculos dark; incluso podemos considerar que
la saga de Harry Potter es el manifiesto de una generación que se niega a
asumir la edad adulta.

En la sociedad mexicana, el bombardeo de la cultura de masas, de las modas
editoriales de ciencia ficción, la difusión y traducción de los clásicos del
cyberpunk, han tenido buena fortuna. Especialmente las obras de William
Gibson han sido determinantes en la forja de un imaginario colectivo global.
No está de más señalar que tanto el neogótico como el cyberpunk y otras
manifestaciones literarias relacionadas con géneros populares o de cultura de
masas estuvieron por mucho tiempo marginados de los ámbitos académicos
y de los círculos de consagración editorial, sin embargo, dado el creciente
número de autores y de lectores que ha tenido el género, su difusión ha sido
mayor en años recientes.

a. Lo global
Algunas características del cyberpunk

Desde hace algunos años es posible consultar en la red el Manifiesto
cyberpunk que redactó el artista Christian As. Kirtchev4, y una antología

4 Kirchev en su espacio virtual definió el movimiento cyberpunk como: «La mente
humana libre, creadora del futuro, nos brindará la nueva era –La Era Cibernética–. El
invento de la electricidad y el teléfono marcó el comienzo de la elevación del ser humano.
Retransmitiendo sonidos e imágenes que cambiarán la vida del hombre para siempre... Con
cada nueva invención el mundo iba creciendo –un hijo de la nueva era– .El hombre observó
millones de nuevas oportunidades. Lo ordenadores fueron la invención más grande desde el
descubrimiento de la electricidad. Este invento de efervescente inteligencia se convirtió en la
más usada en la vida cotidiana... Este nuevo invento abrió las puertas a una nueva dimensión
–los cibermundos también conocidos Realidad Virtual. Los mundos virtuales sintetizados
fueron una fuente de nueva tecnología, que se iba haciendo con más y más víctimas... Después
de estos sucesos, el mundo nunca volvió a ser lo mismo... La nueva era engendró el primer
crimen del mundo electrónico. La “Era Cibernética” nos trajo consigo mucha violencia y
odio a las almas humanas, mucho dolor y mucho sufrimiento... Los crímenes se trasladaron
al nuevo mundo, el mundo de los unos y los ceros... Las nuevas comunidades rosa del mundo
de los datos. Hackers, FreeJacks y Phreakers fueron los nuevos amos de este mundo. Ellos
traían el caos a la nueva creación, pero también dieron el conocimiento a las masas. Los
cyberpunks– descendientes de esta era se convirtieron en la cultura del nuevo mundo. Una
pequeña comunidad de personas de mentalidad libre que creció y atrajo a muchas personas

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Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género...

de los autores más representativos del movimiento, como Bruce Bethke,
Richard Kadrey, Tom Maddox, Douglas Rushkoff, Neal Stephenson, Pat
Cadigan y Bruce Sterling. Las novelas del cyberpunk derivan de la novela
negra y se desarrollan en un mundo virtual, plagado de computadoras,
ciberespacios e implantes neurológicos. En Neuromante, de William
Gibson, el negocio de la clonación se ha convertido en el eje de la vida
de los grandes corporativos, que han logrado hacer realidad el sueño de
la inmortalidad. En la novela País de espías, el espionaje cibernético y
los hackers son los protagonistas de la historia5. El cyberpunk es el culto
de la tecnología, los autores se regodean inventando neologismo a partir
de términos tecnológicos y científicos e inventan clonaciones imposibles,
laboratorios dedicados a diseñar nuevas drogas o neuroimplantes fabulosos
y empresas que crean sofware de nanotecnologías futuristas.

Estas características de las novelas del cyber anglo reflejan una sociedad
en donde el avance científico es notable. El cyberpunk original le dio voz
a las “ratas de la tecnología”6 que nada en el océano de la información y
se proponen controla la Red y liberar al individuo común. Los inicios del
cyberpunk en México están lejos de esta proclama, tienen un color local que
le da un toque particular.

b. Lo local
Cuatro novelas del cyberpunk nacional

Tiempo lunar (1990) del narrador Mauricio Molina (Ciudad de México,
1959) es uno de los primeros ejemplos de la incorporación de la estética
cyberpunk al contexto mexicano. La trama está influida por clásicos del
género como Neuromante de Gibson y por la estética de Blade Runner,
versión cinematográfica de la novela de ciencia ficción Do Androids Dream

a la nueva causa –la información es el poder! libera la información!... El nuevo mundo fue
llamado Ciberespacio por un miembro de la nueva sociedad... El Ciberespacio se convirtió
en el hogar de los cyberpunks que comenzaron a controlar el nuevo mundo según sus
pensamientos: sin leyes! sin reglas!» Consúltese la página: http://project.cyberpunk.ru/

5 «Los personajes del cyberpunk clásico son seres marginados, alejados, solitarios, que
viven al margen de la sociedad, generalmente en futuros distópicos donde la vida diaria es
impactada por el rápido cambio tecnológico, una atmósfera de información computarizada
ubicua y la modificación invasiva del cuerpo humano».

6 Tomado del Manifiesto cyberpunk, consultado en la red el 12 de mayo de 2012.

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Revista Pucara, N.º 25 (119-138), 2013

of Electric Sheep?, de Philip K. Dick. En la novela de Molina, la ciudad
de México es un escenario catastrófico a causa de las inundaciones y los
terremotos. Sin saber por qué, la ciudad ha sido evacuada y ha quedado
custodiada por el ejército. La constante lluvia ácida ha corroído hasta los
cimientos de las construcciones, pero pervive en este mundo del futuro el
culto secreto a la diosa luna, quien cada año hace su ritual de apareamiento
en las ruinas del templo mayor de lo que fuera la gran Tenochtitlán. Andrés,
el protagonista que trata de explicar la misteriosa desaparición de su amigo
Ismael, encuentra un mapa que lo va guiando por sitios secretos en donde
aparecen y desaparecen personas perdidas años atrás.

El narrador nos predispone a un final basado en la teoría de un espacio-
tiempo poroso, en donde es posible encontrar un portal que nos lleve a una
realidad alterna:

Recientes investigaciones acerca de la naturaleza de lo
real, conducen a la hipótesis de que se han formado huecos,
inestabilidades en la frágil superficie del espacio-tiempo que nos
rodea.

Los edificios evacuados por los temblores, las ruinas, las zonas
vedadas por catástrofes ecológicas, los espacios abandonados
durante años o los lugares cerrados repletos de objetos inertes,
provocan un espesamiento de lo real, una densificación de la
incertidumbre y son los sitios ideales para que se verifiquen
fenómenos que ponen en entredicho las leyes de la realidad.

Estos lugares, semejantes a los agujeros negros de la
astronomía, al saturarse de masa y energía, producen una especie
de curva en el espacio-tiempo, abriendo una fisura por la que
pueden desaparecer (hay teorías que afirman que también entran)
objetos o seres humanos (Molina 107).

El protagonista escapa de ser transportado a otra dimensión, o a un mundo
paralelo en donde seguramente moriría. Al lector sólo le queda la certeza de
que la diosa luna convertida en una Melusina gótica regresa al suelo sagrado
por el portal secreto de las de la ciudad abandonada en el tiempo misterioso
de los eclipses lunares. Si tuviéramos que hacer elogio de la arquitectura de

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Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género...

la novela de Molina tendríamos que mencionar los guiños que hace al cuento
de Jorge Luis Borges “La muerte y la brújula”7, en donde la lectura cifrada
de un mapa resuelve el último de cuatro crímenes. En nuestro caso, los
siete puntos de la bitácora de Ismael llevan a Andrés al submundo de donde
emerge el mundo acuático primigenio del Valle de Anáhuac. El novelista
alude también al grabado de Mauritis Cornelis Escher titulado Tres mundos,
que encierra la clave del misterio: en el inframundo de la urbe en ruinas se
conjugan, en un tiempo mágico, los tres órdenes universales: el terrestre, el
de los dioses acuáticos y el de la diosa luna.

La novela Miedo genital (1991) escrita por Lorenzo León (Ciudad de
México, 1953) fue un experimento narrativo construido con elementos
tomados del cine gore y de la ciencia ficción específicamente del filme Alien.
El octavo pasajero. Estructuralmente, la novela se apega al thriller clásico,
hay una serie de crímenes misteriosos que un periodista pretende explicar.
La narración está ambientada en el México de los ochenta y a diferencia de
Tiempo lunar la acción no ocurre en la ciudad sino en una región petrolera
que ha sido devastada por la industria.

Premonición de los feminicidios de Juárez, en la ficticia Cárdenas se
sospecha de un asesino serial que viola, mata y mutila a sus víctimas. Varias
de las sobrevivientes de la agresión sexual quedan embarazadas y dan a
luz a engendros como el siguiente, en testimonio del esposo de una de las
ofendidas:

Estaba desesperado señor, póngase en mi lugar. Yo no podía
aceptar que ella me hubiese engañado; debía ser mío, mío y de
nadie más. Así lo creí en el momento que la vi en medio de los
dolores; pero cuando a ella llegué para consolarla, me vio con
sorna y como muy divertida por la sorpresa que se disponía darme.
Yo la quería ayudar a tenderse cómoda, ponerle una almohada bajo
la cabeza, pero como era imposible sujetarla llamé a doña Leonor,
que de partos sabe pa’largo. Así, entre los dos la preparamos. Pero
ella parecía querer estar sola, porque rechazaba nuestras manos,
siempre sin hablar, muda como desde que empezó el embarazo.

7 “La muerte y la brújula” en Ficciones, 1944.

128

Revista Pucara, N.º 25 (119-138), 2013

Su vientre creció espantosamente y el sudor empezó a escurrir de
su rostro; pero un sudor diferente señor, un sudor de olor feo que
hizo que nos alejáramos de ahí dejándola con las piernas abiertas
sin ningún auxilio. De su convulsión surgió primero un vómito
negro y pestilente y luego algo que no puedo explicar señor, algo
así como un reptil-araña que nacía encharcado en sangre aceitosa
que ella lamía señor, sin asco. Yo me dije que eso no podía ser mi
hijo, no podía ser hijo de ningún hombre. Entonces, señor, tuve
la convicción de que no podíamos seguir fingiendo, que todos
los hombres y las mujeres sanas debíamos afrontar la situación,
porque ellas, las madres de esas horribles criaturas, quedaban
animalizadas para siempre. Y lo maté señor… bajo la mirada de la
comadrona histérica, con el martillo machaqué esa masa podrida y
ella me arañaba y mordía como una loba (León, 21).

Al final descubrimos que los monstruos que emergen del subsuelo y
agreden a las mujeres son animales milenarios que la cultura Othoo’ miz
consideraba dioses a los que veneraba ofrendándoles el sacrifico de
doncellas. El antropólogo McKusick es quien descubre el culto secreto al
dios Chapopoteótl, que significa, en lengua nahoa, monstruo de la tierra.
Hemos dicho que La novela está inspirada en los monstruos al estilo de
Alien, pero además, Miedo genital explota el asco, los excrementicio, lo
corporal corrupto para crear el miedo ancestral a las heces y a lo pestilente.
En cierta forma es una metáfora del pavor que causan las pandemias y
producen las psicosis colectivas, en particular el miedo que causa el sida,
en una sociedad desinformada y conservadora. La novela prospera en un
clímax decadente y apocalíptico, síntoma de la industrialización desmedida
que ha ofendido a los dioses primordiales al saquear la sustancia sagrada,
el petróleo, que alimenta a seres milenarios. Al final, la ignorancia de los
hombres es la causa del caos y la muerte:

La lengua de una serpiente enardecida en la profundidad de la tierra asomó
bramando en el fuego de su veneno y todos los que estaban en el burdel
suspendieron sus actos, su corazón se heló al ver en el cielo nocturno
iluminado por el fragor de una llama que contagiaba el aire hasta volverlo
infernal.

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Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género...

[…] La perforación había sido un éxito. Por el pozo número
tres se desangraba el silencio de la catacumba geológica. Expiraba
el encierro de ciertos duendes que salían a poblar el pecado de los
hombres.

[…] Azorados, los nativos comprendieron la resurrección de
un dios olvidado. Un dolor mental se produjo en su memoria y
removió una antigua oración. Sus labios se abrieron implorando
a Chapopotéotl serenidad. En sus chozas los indios recordaron la
vejez del miedo.

[…] El hocico de un mundo condenado a la oscuridad vomitaba
mariposas de grandes alas, fantasmas que cobraban existencia
en la fornicación, invadían el conducto esencial de la creación
contagiando el esperma. Se escurrían hacia la oscuridad roja del
vientre para latir en el umbral de Esta Existencia (León 78-79).

La destrucción de todas las cosas (1992). En el marco de la incertidumbre
económica y la firma del Tratado de Libre Comercio con Norteamérica,
Hugo Hiriart (Ciudad de México, 1942) imaginó esta guerra de los mundos
mezclada con la destrucción de Tenochtitlán. Seres de otro planeta invaden y
destruyen la Gran Tenochtitlán del futuro, en un medio ambiente degradado,
contaminado, sobrepoblado y sin recursos naturales. Los invasores que
imagina Hiriart son seres proteicos que adoptan todas las formas imaginables
de la cultura, aparecen como alucinaciones lisérgicas y matan con la eficacia
de sicarios a sueldo. Ingresan en los sueños, en la imaginación, en la mente,
no hay forma de eludir su presencia. Los sobrevivientes escapan de la ciudad
destruida con la esperanza de llegar al mar, utopía salvadora de la amenaza
urbana, de la civilización de la muerte y de la esclavitud.

Los alienígenas destructores son el símbolo de las nuevas corporaciones que
se apoderan de la nación y la novela toda es la alegoría de una sociedad que
pasaba del control estatal al neoliberalismo. La novela de Hiriart plagada
de referencias a las crónicas de Visión de los vencidos, las de la invasión
norteamericana y las de la caída de la ciudad de México en 1847. Pero el
tono de la historia no es épico, es cómico, grotesco y a veces por su colorido
recuerda la imágenes del arte pop, al estilo del filme Submarino amarillo

130

Revista Pucara, N.º 25 (119-138), 2013

(Georges Dunning, 1968), como muestra está este episodio que parece
tomado de una alucinación de LSD:

El hablador había logrado ponernos nerviosos. Nos
apresuramos a terminar de comer, pagamos y salimos a la calle. Ahí
vimos por primera vez a uno de los Extraños. No lo puedo olvidar.
Era un hombre gigantesco de rostro azul grisáceo con pequeños
anteojos cuadrados y ensortijadas barbas de un verde papagayo
intenso. Vestía un traje abigarrado y versallesco adornado con
brocados, vidrios, encajes, hasta plumas y pequeños espejos y
andaba tocado con un complicado gorro rojo. No sabíamos qué
era, todavía no nos familiarizábamos con los distintos roles, tipos
o posiciones en las jerarquías de la complicadísima y muy rara
organización de los otros, pero tenía ese autoritarismo insolente,
esa impaciencia apenas contenida y esa brutalidad que casi todos
Ellos ostentaban en su trato con nosotros. El Cabezón iba solo,
caminaba a grandes pasos, con sus zapatos de tacón cuadrado muy
alto, por el mercado e iba dando empujones a un desdichado [al
que le daría un castigo ejemplar]

[…] Y alzó hacia él su bastón rojo de puño redondo de plata
recamada […] El bastón disparó, si eso puede decirse de emitir
unos ruiditos rítmicos y cristalinos, como de caja de música. El
que suplicaba empezó a teñirse de un color amarillo plátano, todo
él, la ropa, la piel, los cabellos, no muy intenso y como mate, sin
brillantez, y ante nuestros ojos asombrados se hizo totalmente
plano y enmarcado, como una gigantesca tarjeta postal con
mata-sellos en la esquina superior derecha y toda la cosa. La
tarjeta empezó lentamente a girar, primero dando vueltas luego
sobre su propio eje; después se cuadriculó con precisión, primero
cuadrícula grande, luego cuadrícula chica y finalmente milimétrica

[…] Finalmente desapareció de la vista por completo (Hiriart 151-
152)

Después de un intento de resistencia, la población sucumbe a los Extraños y
la capital queda a merced de los invasores.

131

Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género...

El espacio sagrado: la aportación local al neogótico

En la recepción del cyberpunk de los años ochenta y noventa hay una
peculiaridad más que tenemos que subrayar. En las tres novelas iniciales
e iniciáticas del cyberpunk nacional se desataca el espacio sagrado
prehispánico como un lugar peculiar del que emana nuestra salvación o
nuestro castigo. En el caso de Tiempo lunar, el Templo Mayor representa
el lugar donde el mito pervive y es el umbral por donde podemos escapar
de la voracidad de la modernidad. En La destrucción de todas las cosas, la
preservación del espacio arcano del templo mayor significa la conservación
de nuestra civilización. Por su parte, Lorenzo, en Miedo genital, considera
que el mundo de la modernidad ha alterado de tal manera nuestro entorno
sagrado que nos ha hecho merecedores de un castigo apocalíptico.

Creo que la preservación del espacio simbólico de lo sagrado es uno de los
rasgos distintivos entre el cyberpunk anglosajón y el mexicano, incluso es
un rasgo de identidad, que podemos interpretar como un guiño que nos dice
que los ritos y los mitos que se conservan en el arte nos hacen diferentes
y nos defienden de la deshumanización del mundo industrializado. Los
vestigios de la mexicanidad le dan sentido al mundo, al arte y a los espacios
rituales de un imaginario social que ha sobrevivido a las embestidas de la
hegemonía del colonialismo.

Imaginarios globales, escenarios locales

Una característica de la distopía de las novelas que comentamos es el
escenario apocalíptico producto de catástrofes naturales o de invasiones
enemigas. En el caso de Tiempo lunar, es claro que la ciudad abandonada
y en ruinas es un homenaje al filme Blade Runner. La ciudad de México,
como Los Ángeles de 2019, es una ciudad gris, con una pertinaz lluvia
ácida, pero a diferencia de Los Ángeles del futuro cercano no es una ciudad
hipertecnologizada.

La ciudad que inventa la imaginación de Ridley Scott es una ciudad en
donde se habla una mezcla de japonés, inglés y español. El monumental
edificio de la policía tiene un estilo neomexica, es decir, una gran pirámide
decorada con grecas y grandes ventanales. La muchedumbre convive,

132

Revista Pucara, N.º 25 (119-138), 2013

replica, trasgrede las leyes y se droga en las calles invadidas por un bazar
infinito. Ridley Scott nos plantea una urbe multicultural habitada por tribus
urbanas. Por su parte, las calles de la ciudad de Tiempo lunar son las de
una urbe corroída por la lluvia ácida, cuyos habitantes fueron evacuados
sin saber bien a bien la causa. Algunos piensan que fue a causa de algún
desastre ecológico que desbordó los ríos de aguas negras que circulaban
subterráneamente. El Zócalo recupera su esencia acuática, el lago primordial
reconquista su espacio y devora la urbe:

El pavimento se iba convirtiendo en arcilla, el asfalto en arenas
movedizas, las edificaciones en marismas pantanosas. [Andrés]
corrió hasta las excavaciones y encontró las ruinas cubiertas de
agua. El agua espesa, gelatinosa, muerta, subía por las puertas de
madera, atravesaba los portones de las vecindades […] Lentamente,
de las alcantarillas y las acequias cegadas, aparecían sapos,
ajolotes, libélulas, insectos hasta llenar las ruinas del Centro por
completo, hasta tragárselas despacio. El agua verde se acumulaba
en los hundimientos de las iglesias y los edificios coloniales, en los
estacionamientos y sótanos de las construcciones recientes. Parte
de la catedral estaba hundida, las calles a esa hora en que ningún
ojo las miraba se iban convirtiendo en canales, como antaño. El
Zócalo era ya una enorme laguna (Molina 92-93).

Los escritores mexicanos que hemos mencionado y cuyas obras aparecieron
entre 1991 y 1992, tienen en mente el desastre traducido en imágenes de una
ciudad devastada, destruida por un terremoto, una invasión norteamericana
o una extraterrestre. La amenaza del desastre estaba latente desde que el
terremoto del 85 lo hizo realidad, pero se pensaba también un accidente
nuclear en la planta de Laguna Verde, que inició su actividad en 1989.
También estaba presente en la conciencia colectiva en la contaminación de
los pozos petroleros como el Ixtoc, cuyos daños ambientales del año 1979
fueron escondidos por el gobierno.

Y en el horizonte cultural, económico y global aparecían nuevas amenazas:
el sida parecía convertirse en una pandemia divina, el Tratado de Libre
Comercio ponía al país en manos del imperio. Los años noventa empezaron
con muchos temores y desastres e incluso rebeliones armadas.

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Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género...

Los miedos locales se expresaron en los lenguajes del arte globalizado:
monstruos viscosos del inframundo que violan mujeres y que engendraban
bastardos infernales, mundos de dimensiones paralelas que nos regresaban
a los orígenes sagrados, la aparición de nuevos conquistadores encabezados
por la traidora Malinche, ahora llamada la Jitomata. Empezamos a exorcizar
nuestros demonios cuando, sin sentirlo, empezamos a usar los medios que la
globalización ponía a nuestro alcance: la tecnología nuclear, la computación,
la difusión de la ciencia, la guerrilla cibernética. Es decir, nos empezamos
a hacer globales.

Lo glocal
Gel azul: Novela negra y cyberpunk

Bernardo Fernández (1972) sintetiza la ideología de una nueva generación
de escritores y de lectores muy diferentes a los que hemos mencionado.
Gel azul es una novela futurista y de ciencia ficción que nos describe un
México hipertecnologizado controlado por multinacionales que han hecho
su fortuna clonando potentados y creando drogas sintéticas. Con esta ficción
se identifican las generaciones que leyeron y asimilaron en México los
manifiestos del cyberpunk, lo que es muy importante en cuanto a que la obra
está dirigida a un público muy específico. Estamos frente a un público lector
que conoce el lenguaje cibernético e idolatra la tecnología. Por ejemplo, Eva
Méndez, escritora y lectora de Bernardo Fernández, escribió en su blog una
estupenda reseña de Gel azul, la cual vale la pena citar en extenso:

El detective Crajales, otrora hacker juvenil, investiga la
aparición de un bebé muerto en un tanque de plexiglás lleno de gel
proteínico, donde Gloria Cubil (hija del magnate cibernético Arceo
Cubil), se refugia para acceder a la realidad virtual, privilegio que
sólo unos cuantos pueden pagar. La alienación que estos artefactos
producen nos remite a la novela futurista Virtus, de Eve Gil8, donde

8 Eve Gil (pseudónimo de la misma Eva Méndez, Hermosillo, 1968) autora, además,
de la novela Hombres necios y del drama Electra masacrada. En Virtus (Editorial Jus, 2008),
plantea un México futurista controlado por una Inquisición que quema a los disidentes y por
un gobierno que controla lo que la gente piensa, habla y ve. Cabe señalar que esta autora
le gusta experimentar con nuevos lenguajes narrativos y visuales, su novela Sho-shan y la
Dama Oscura
(2009) es una obra que toma elementos del manga japonés.

134

Revista Pucara, N.º 25 (119-138), 2013

los pobladores del Proyecto V (alegoría del México arruinado),
llevan un lectochip que los hace vivir en la perpetua felicidad. Sin
embargo, la sofisticación de los Gokubi (el cilindro del gel azul),
va más allá, permitiendo a sus usuarios acceder a otros mundos
mediante los más descabellados avatares; consumir potentísimas
drogas, introducirse a sectas y olvidar el presente.

Dichos tanques son fabricados por la corporación japonesa HumaCorp. El
modelo más avanzado lo posee la joven heredera, quien siempre ha llevado
una vida disipada. La chica aparentemente ha sido víctima de violación, y el
bebé, de homicidio. Esto ocurre en circunstancias harto sospechosas, puesto
que ella vive aislada en su departamento de Polanco, y nadie tiene acceso al
sueño electrónico donde habita. Crajales busca el apoyo de Salgado, sagaz
periodista, corresponsal del ciberespacio, excómplice de su vandalismo en
la red, que el primero hubo de abandonar tras ser víctima de un cortocircuito
en su interfase neuronal, ocasionado por la compañía a quien perjudicaba.
Salgado sufre la mutilación de sus miembros dentro del cilindro donde
navega. Crajales, consternado, intenta ayudar a su amigo, quien le informa
sobre una red internacional de tráfico de extremidades humanas, creadas
para reactivar la economía mundial tras la legalización del narcotráfico y el
declive del tráfico de órganos debido a la clonación.

La manera en que estas mutilaciones se relacionan con el cadáver del
pequeño deberá dilucidarla Crajales, cuya caótica vida personal se verá
trastornada ante las represalias que le esperan. La segunda narración incluida
en el libro volumen, “El estruendo del silencio”, guarda intertextualidad con
la primera, ya que en ella se aborda la vida de Koji Cuauhtémoc Kobayashi,
el arrogante dueño de la transnacional HumaCorp, quien padece el mismo
hastío de Gloria. Kobayashi ordena una expedición espacial a la estrella
Épsilon Eridani, proyecto ambicioso que abarca miles de años.

La nave está controlada por MaReL, la macro red local, que constituye su
‘sistema nervioso’; e inspeccionada por el Señor Ká, robot insectoide que
despierta cada cien años de su letargo para cumplir dicha tarea. MaReL y
el Señor Ká, diseñados para comunicarse sólo lo indispensable, comienzan
a manifestar emociones tras tener, este último sueños, lo que los hace
sentirse unidos dentro de esa enorme soledad de la que hasta ese momento
se percatan.

135

Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género...

La idea de Kobayashi, megalómano irredento, es enviar al espacio en
aquella medusa biotecnológica a dos clones, uno suyo y otro de su
prometida, Marinka Dobrova, top model europea, a quien sólo considera
un lujo. La vida supuestamente perfecta de Kobayashi sufrirá un vuelco
por acontecimientos que escaparán de su control, a los que, sin embargo,
él mismo ha contribuido. Bernardo Fernández logra, en ambas novelas,
transmitir la monotonía y el vacío interior de quienes viven en busca de
la alienación, en un mundo supertecnologizado (http://fujinkuroi.blogspot.
mx/2009/07/gel-azul-de-bernardo-fernandez-bef_20.html, consultado el 12
de mayo de 2012).

Gel azul es un parteaguas en la literatura ciencia ficción con trama policiaca,
pues refleja a una colectividad que empieza a asumir los nuevos discursos de
las sociedades globalizadas en las que incluimos las diversas tribus urbanas,
agrupaciones culturales y literarias, de una ciudad letrada, que ya no es
una sola e indivisible sino muchas organizadas y representadas en nuevos
rituales, nuevos lenguajes y nuevas literaturas de culto.

Los jóvenes lectores de la generación nacida en los años ochenta que se
identificaron con el proyecto cyberpunk no tuvieron sentimiento de culpa en
adoptar un modelo creado por la industria globalizada del entretenimiento,
ni se molestaron en plantearse dilemas socioculturales poscoloniales.
Simplemente eligieron, no se les impuso, una forma estética en la que
vieron reflejado el futuro incierto que nos depara un mundo controlado por
las multinacionales.

En el lenguaje de las generaciones globalizadas encontramos una fusión
entre lo pop, la cultura del entretenimiento y una literatura que puede
catalogarse como “culta”. Estas generaciones que consumen la literatura
cyberpunk, no sólo se expresan en blogs y les gusta la ciencia ficción, y
los comics son parte de su formación literaria. Tal vez el dilema que nos
plantea este género de fusión es que la industria del entretenimiento está
planteando una nueva forma de entender el arte y las humanidades. Entre la
aparición de Tiempo lunar y Gel azul hay un cambio generacional y un corte
epistemológico. La primera refleja a una generación ochentera que creció
adorando la literatura fantástica al estilo de Borges, y llenó su imaginación

136

Revista Pucara, N.º 25 (119-138), 2013

con imposibles libros de arena, memoriosos que no podían olvidar lo leído
en la infancia y bibliotecas infinitas. Tuvieron una formación académica
en facultades y talleres literarios. En su momento rindieron culto a Alejo
Carpentier, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez.
En cambio, la nueva generación para la que escribe Bernardo Fernández es
la generación de las crisis económica, cultural y social endémicas. Padeció
una educación pública endeble, sufrió la angustia de no tener acceso a la
universidad, y si lo consiguió, después de seis años de estudio, sólo consiguió
el pase automático a las filas del desempleo.

Y para colmo, se encontraba secuestrada por uno de los momentos más
violentos y crueles del nacionalismo institucional. Esta generación tuvo una
educación informal en el cine y la televisión. Por su cuenta descubrieron que
había una literatura fuera de este ámbito cerrado, en la Internet, encontraron
gente como ellos, con los mismos problemas que se comunicaban en
tiempo real desde otra computadora. Al fenómeno en que incluimos a esta
generación autodidacta, que hizo sus propias mitologías populares, y que
escapó del mundo por la pantalla, le llamamos, también, globalización.

III. De la distopía a la utopía cyberpunk

Nicholas Carr (2011) escribió un estudio en el que demuestra con rigor
científico el daño irreversible que causa en el cerebro el uso y abuso de
Internet. Básicamente, lo que advierte Carr es que el leer exclusivamente
en la red y en la pantalla de la computadora condiciona nuestro cerebro
a no razonar asuntos abstractos, nos hace, como dice el título de su obra,
superficiales. No es un secreto que hay serios problemas en la enseñanza y
aprendizaje de las matemáticas y en la comprensión de lectura, entre otras
cosas. El uso de la red de redes se ha convertido en un fin en sí mismo. La
satanización de los medios electrónicos está ligada con las nuevas literaturas
y con la cultura en general. El dilema es, como lo plantea Carr, a más
información menos capacidad analítica. Conciliar ambas es el reto.

En estos tiempos efímeros de hiperrealidad e inseguridad, el goce, la
diversión, el afecto, son la plusvalía de la cultura del entretenimiento

137

Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género...

cuando se combina con el conocimiento y la inteligencia. La velocidad de
la información y la cantidad de la misma que disponemos en la Internet ha
expropiado un dominio a las minorías ilustradas y elitistas y manifiesta
el deseo de la mayoría de gozar tanto de las libertades de expresión como
del placer del disfrute de sus propios gustos y estéticas. Lo subversivo del
entretenimiento en la era de la globalización consiste en que la mayoría
encuentra una vía para su propia visibilidad; en mundo caótico y violento,
como el actual, necesitamos fantasías que ni la política, ni la educación,
ni el mercado han hecho probables. La literatura debe aprovecharse de
los lenguajes de la cultura mediática para renovar las formas de narrar.
La imaginación debe servir, como en cualquier época y bajo cualquier
circunstancia, para reflexionar e inventar mundos mejores e imposibles.

Fuentes de consulta:

Carr, Nicholas. Superficiales ¿Qué está haciendo Internet con nuestras
mentes? Traducción de Pedro Cifuentes. México D. F.: Taurus, 2011.

Fernández, Bernardo. Gel azul. México D.F.: Suma. 2004.
García Canclini, Néstor. “Globalización e interculturalidad:próximos

escenarios en América Latina”. En Cartografías y estrategias de la
‘posmodernidad’ y la postcolonialidad en Latinoamérica. Hibridez
y globalización
. Alfonso del Toro editor. Madrid: Iberoamericana,
Vervuert. 2006.

Gibson, William. Neuromante. Traductor: José Arconada Rodríguez y Juan
Ferreira Ramos. Madrid: Minotauro, 1997.

Gil, Eve. http://fujinkuroi.blogspot.mx/2009/07/gel-azul-de bernardo-
fernandez-bef_20.html, consultado el 12 de mayo de 2012.

Hedges, Chris. Empire of Illusion. The End of Literacy and the Triumph of
Spectacle
. New York: Nation Books, 2009.

Hiriart, Hugo. La destrucción de todas las cosas. México D. F.: Era, 1992.
Jameson, Fredric. Las semillas del tiempo. Traducción de Antonio Gómez

Ramos, Madrid: Trotta, 2002.

138

Revista Pucara, N.º 25 (119-138), 2013

Kirtchev, Christian As. http://project.cyberpunk.ru/ckx/index.html,
consultado el 12 de mayo DE 2012.

León, Lorenzo. Miedo genital. México D. F.: Joaquín Mortiz, 1991.
Martel Frédéric. Cultura Mainstream. Cómo nacen los fenómenos de

masas. Traducción de Núria Petit Fontserè. Madrid: Taurus, 2011.
Molina, Mauricio. Tiempo lunar. México D.F.: Punto de Lectura, 2005.
Queraltó, Ramón. Ética, tecnología y valores en la sociedad global. El

caballo de Troya al revés. Madrid: Tecnos, 2003.
Rincón, Omar. Narrativas mediáticas. O cómo se cuenta la sociedad del

entretenimiento. Barcelona: Gedisa, 2006.

139

Del canibalismo como metáfora narrativa

Del canibalismo como metáfora narrativa1

Cannibalism as a narrative metaphor

María Augusta Vintimilla
Universidad de Cuenca, Ecuador

augusta.vintimillac@ucuenca.edu.ec

Resumen
La figura del caníbal, ambiguamente combinada con la del buen salvaje, ha
sido profusamente utilizada por diversos géneros discursivos –crónicas de
indias, relatos de viajes, discursos etnográficos – como un tropo privilegiado
para la construcción simbólica del “bárbaro”. La novela El entenado de Juan
Saer, retoma el motivo de la antropofagia y entabla un diálogo polémico
con esos discursos, lo que ha provocado que sea leída como una novela
histórica. Este trabajo explora la novela de Saer, no desde el intento de
reconstrucción de una verdad histórica, sino desde la legitimidad del
concepto de “ficción” como reconstrucción interpretativa de la realidad, y
el papel que juegan los archivos de la memoria y sus anclajes al presente.

Palabras clave: Novela hispanoamericana, concepto de ficción, novela
histórica.

Abstract
The figure of the cannibal, ambiguously combined with the noble savage,
has been widely used by different discourse genres - Indian chronicles,
travelogues, ethnographic discourse-as a privileged trope for the symbolic
construction of the “barbarian”. The novel by Juan Saer, El entenado, takes
up the cause of cannibalism and engages in a contentious dialogue with
those speeches, which has caused to be read as a historical novel. This paper
explores Saer’s novel, not from the perspective of a reconstruction of historical
truth, but from the legitimacy of the concept of “fiction” as interpretive
reconstruction of reality, and the role of memory files, and anchors the present.

Key words: American novel, concept of fiction, historical novel.
1 Este ensayo fue escrito en el marco del Programa de Doctorado en Letras de la

Universidad Andina Simón Bolívar.

140

Revista Pucara, N.º 25 (139-156), 2013

Dice Juan José Saer: «Toda narración transcurre en el presente, aunque
hable, a su modo, del pasado. El pasado no es más que el rodeo lógico,
e incluso ontológico, que la narración debe dar para asir la incertidumbre
frágil de la experiencia narrativa que tiene lugar, del mismo modo que su
lectura, en el presente».2

La crítica ha leído la novela El Entenado (Juan José Saer, 1983) como
una novela histórica, más concretamente en la tradición de la llamada
“nueva novela histórica” latinoamericana3; pero si es cierto que adopta
formalmente algunas de sus estructuras y motivos, su proximidad a este
subgénero novelesco no parece ser mayor que la que podría atribuirse a
relatos borgeanos - como “El tema del traidor y el héroe”, “El inmortal”,
o “Tlon, Uqbar, Orbis Tertius”, por ejemplo. No solamente porque Saer lo
haya negado categóricamente en varias ocasiones4, sino sobre todo porque
su novela carece de esa conciencia histórica que consiste en la voluntad de
“reescribir el pasado” y de reconstruir un momento histórico para ofrecer
una versión alternativa, que constituye el programa literario de la nueva
novela histórica.

Los puntos nodales de reflexión de El entenado son absolutamente extraños al
universo mental y cultural del siglo XVI, y se inscriben más bien en la órbita
de las preocupaciones de la narrativa latinoamericana de las últimas décadas

2 En un artículo sobre el escritor argentino Antonio Di Benedetto, “Zama, entre la
incomprensión y el olvido”.

3 Rita De Grandis: “El primer encuentro colonial en El entenado de Juan José Saer”;
Rita Gnutzmann: “El entenado o la respuesta de Saer a las crónicas”; Viviana Plotnik:
“Colonialismo y aculturación en ‘El informe de Brodie’ de Jorge Luis Borges y El entenado
de Juan José Saer”; María Cristina Pons: “La historia como ‘caníbal’ en El entenado”; Olga
Steinberg: “Una imagen del indio americano: El entenado de Juan José Saer”; María Victoria
Albornoz: “Caníbales a la carta”; mecanismos de deglución e incorporación del otro en El
entenado.

4 Refiriéndose a esta novela, Saer afirma que «muchas veces la han exaltado por ser
un relato lineal o, peor aún, una novela histórica, lo que confirma esa observación sagaz de
Lacan, según la cual en el elogio ya viene inevitablemente incluida la injuria». En Memoria
del Río, revista digital de Diario El Clarín. Y en una “Entrevista con Juan José Saer”, de
Raquel Linnemberg-Fressard, el autor menciona los «deliberados anacronismos» de la
novela «para justamente mostrar que no es una novela histórica, que no hay ningún deseo de
reconstrucción histórica de una lengua ni de un mundo. El personaje de El entenado no puede
tener los pensamientos que tiene para su época.» (citado por Joceline Corbatta, 48).

141

Del canibalismo como metáfora narrativa

del siglo XX y que se relacionan con las posibilidades de representación de
lo real: de un lado, la opacidad del mundo y la precaria consistencia de “lo
real”; del otro, el poder de la ficción, las complejas relaciones entre lo real y
su percepción, la reflexión sobre los procesos mismos de la escritura literaria.
Si hay anclajes históricos en El entenado (los episodios de la conquista del
Río de la Plata), la novela los redirecciona más bien al presente de países
latinoamericanos que, como Argentina, vivieron los excesos de los regímenes
autoritarios: el secuestro, la tortura, las desapariciones forzadas, el exilio.
En este contexto, la antropofagia, como motivo nuclear de la novela, puede
leerse como una “metáfora narrativa” que condensa de manera compleja
diversas direcciones significativas.

1. De la historia al mito

Comencemos por señalar que la novela tiene una base histórica que funciona
como catalizador de la ficción: el naufragio de la expedición de Juan Díaz de
Solís, descubridor del Río de la Plata en el año de 1515. De acuerdo con los
cronistas, Solís y algunos de sus hombres fueron capturados, descuartizados
sus cadáveres y devorados, ante la mirada de los expedicionarios que habían
quedado en la carabela. Únicamente se salvó el joven grumete Francisco
del Puerto, quien fue retenido por los indios durante diez años, y liberado
cuando llegó una nueva expedición.5

Este germen narrativo es trabajado con un cierto matiz mítico de gran
eficacia y densidad simbólica, que permite abrir el sentido en diversas
direcciones. En una reflexión a propósito de la frase de Joyce «La historia
es una pesadilla de la que estoy tratando de despertar», Saer afirma que el
camino de la ficción es salir de la historia para dirigirse hacia el mito, y
que en esa combinación entre historia y mito reside lo propio de la ficción
narrativa y de la poesía. «El objetivo no es nunca reconstituir la historia

5 «Leyendo la Historia argentina de Busaniche, me topé con las catorce líneas que
le dedicaba a Francisco del Puerto, el grumete de la expedición de Solís que los indios
retuvieron durante diez años y liberaron cuando una nueva expedición llegó a la región.
La historia me sedujo de inmediato y decidí no leer más nada sobre el caso, para poder
imaginar más libremente el relato. Lo único que conservé fue el diseño que dejaban entrever
las catorce líneas de Busaniche. El resto es invención pura» (Saer: Memorias del río).

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sino crear una dimensión mítica que tenga valor en cualquier tiempo y en
cualquier lugar» (citado por Corbatta 94).

La narración está estructurada en cuatro episodios: la infancia huérfana
del narrador protagonista en los puertos españoles y su viaje a las Indias
enrolado como grumete en una expedición a las Indias; su convivencia de
diez años con la tribu de los indios colastiné, como único sobreviviente
luego de que sus compañeros de expedición fueran devorados; el retorno
a Europa como testigo portador de la historia; y finalmente el presente de
la situación enunciativa, cuando el narrador ya anciano se muestra en el
acto de escribir sus memorias, 60 años después de ocurridos los hechos,
intentado desentrañar su sentido.

… ahora, sesenta años después, en que la mano frágil de un
viejo, a la luz de una vela, se empeña en materializar, con la punta
de la pluma, las imágenes que le manda, no se sabe cómo, ni de
dónde, ni porqué, autónoma, la memoria (El entenado 58).

El corazón del relato lo ocupa el episodio de la antropofagia que se repite
cíclicamente con un sentido fuertemente ritual, hasta que el narrador,
liberado por sus captores, revela la ubicación de la tribu a la expedición que
lo rescata, lo cual desencadena el exterminio final de los colastiné a manos
de los conquistadores: el narrador mira los cadáveres fluir por el río hacia
el mar.

2. ¿Quién es el antropófago?

La antropofagia es una figura en la que coexisten simultáneamente
dimensiones no siempre discernibles entre sí: la práctica real de ingerir
carne humana, la atribución imaginaria del canibalismo al otro como marca
extrema de su monstruosidad, y la densidad simbólica condensada en ambas
dimensiones. Ya desde los textos de los historiadores clásicos, y más tarde
en las crónicas del descubrimiento, los relatos de viajes y los discursos
etnográficos, hay un uso intensivo de la figura del antropófago como un
tropo privilegiado para la construcción simbólica del “bárbaro” y el trazado

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Del canibalismo como metáfora narrativa

de una cartografía que deslinda un espacio y unos pueblos sustancialmente
ajenos a la “civilización”, que funciona como una coartada moral y jurídica
para la expansión colonial y la sujeción de las naciones no europeas.

En el discurso colonial, la figura del caníbal –combinada ambiguamente
con la del buen salvaje– formó parte de los relatos con los que Europa
producía su imagen del hombre americano. La desnudez, la falta de
escritura, el desconocimiento del cristianismo, y la antropofagia fueron los
datos recurrentes para bosquejar la imagen de ese “otro” desconocido y
radicalmente diferente, habitante de un espacio remoto que podía presentarse
tanto como promesa paradisíaca o como amenaza del infierno.

A contracorriente de las versiones siniestras, desde el célebre ensayo de
Montaigne “Los Caníbales” (1580), la imagen del antropófago ha tomado
otras direcciones simbólicas para convertirse en una sugerente metáfora del
deseo del otro, de la pulsión por apropiarse y asimilar lo culturalmente diverso,
lo que existe más allá del cuerpo propio6. En su ensayo clásico, Montaigne
relativiza la identificación caníbal-bárbaro como una construcción europea
etnocéntrica: «nada hay en esta nación que sea bárbaro y salvaje […] sino
que cada cual llama “barbarie” a aquello a lo que no está acostumbrado. Lo
cierto es que no tenemos otro punto de mira para la verdad y para la razón que
el ejemplo y la idea de las opiniones y usos del país donde nos encontramos»
(279); e invierte la figura para transformarla en una crítica irónica sobre
su propia civilización: «deberíamos más bien llamar “salvajes” a los que
hemos alterado y desviado el orden común con nuestro artificio». La crítica
de Montaigne recurre a un doble expediente: si por una parte naturaliza la
ingestión de carne humana (apelando a explicaciones históricas, médicas,
religiosas, culturales), por otra, la compara con las más brutales prácticas
de la época: la intolerancia religiosa, las guerras, la usura, las pavorosas
acciones de los conquistadores en América:

Creo que hay más barbarie en comerse a un hombre vivo que
en comerlo muerto; en desgarrar con tormentos y torturas, un
cuerpo lleno aún de sensibilidad, hacerlo asar cuidadosamente,

6 Véase por ejemplo el trabajo de Carlos Jáuregui, “Saturno Caníbal: fronteras, reflejos
y paradojas en la narrativa sobre el antropófago”.

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hacer que lo muerdan y maten perros y cerdos – como lo hemos no
solo leído sino visto recientemente, no entre viejos enemigos sino
entre vecinos y conciudadanos, y, lo que es peor, bajo pretexto de
piedad y religión– que en asarlo y comerlo una vez muerto (286).

A la pregunta de ¿quién es el salvaje? –«Porque es necesario que realmente
lo sean ellos o que lo seamos nosotros» (Montaigne 291) –, su respuesta no
admite dudas: «Podemos llamarles bárbaros con respecto a las reglas de la
razón, pero no con respecto a nosotros mismos, que los superamos en toda
suerte de barbarie» (287).

En el contexto latinoamericano, al menos desde el “Manifiesto Antropófago”
(Oswald de Andrade, 1928) hasta Todo Calibán (Roberto Fernández
Retamar, 2004), la figura del caníbal ha mudado su catadura siniestra y
cambia de signo para proponerse como un espacio de reflexión sobre las
paradojas y ambigüedades de la identidad y la otredad, en sus relaciones
con el discurso colonial.

Oswald de Andrade, en su Manifiesto antropófago de 1928, es quizá el
primero en reconvertir el tropo y proponer una versión, se diría militante,
de la antropofagia como una estrategia de política cultural que consiste en
la apropiación del otro –lo que ha sido negado y excluido– para digerirlo
y hacerlo parte de sí mismo. En línea con las desafiantes proclamas
vanguardistas latinoamericanas, la estrategia antropófaga de Andrade
propone la demolición del orden y sus mecanismos de represión, control
y regulación, particularmente de los que provienen del racionalismo
occidental burgués. Su divisa Tupi or not tupi, that is the question bien
podría entenderse como una canibalización que se apropia del enunciado
más célebre del canon literario occidental para resignificarlo.

En el Manifiesto, la reivindicación de la antropofagia desafía uno de los
tabúes más arraigados del pensamiento de Occidente, y se propone como
una práctica subversiva de incorporación al cuerpo social todo aquello que
la tradición cultural, el racionalismo positivista, la moral burguesa y el
poder han rechazado y excluido: la imaginación, la oralidad, la sexualidad,
lo lúdico, las pulsiones del deseo, es decir todo lo marginal y no urbanizado
que en cambio constituyen el cuerpo de las culturas latinoamericanas.
Pero también la asimilación de lo que Occidente considera su patrimonio

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Del canibalismo como metáfora narrativa

exclusivo. «Queremos la revolución Caraiba. Más grande que la Revolución
Francesa. La unificación de todas las revueltas eficaces en la dirección del
hombre».7

La novela de Saer, El entenado dialoga de manera compleja con estos
diversos cuerpos discursivos y propone el canibalismo como una metáfora
narrativa de exploración de las ambiguas y precarias relaciones entre el ser
humano y lo real, el deseo del mundo y su radical ajenidad. En cualquiera
de sus direcciones metafóricas, la antropofagia significa literalmente in-
corporar al otro, asimilarlo para transformarlo en parte del cuerpo propio.

3. El rodeo inmenso de los colastiné

Los caníbales de Montaigne distan mucho de ser bárbaros; «no lo hacen, como
se cree, para alimentarse», dice Montaigne, refutando la índole puramente
instintiva, salvaje, anterior a las prohibiciones que fundan la civilización;
al contrario, sostiene que esta práctica cultural «es una invención que no
tiene traza alguna de barbarie» (290). Las prácticas antropofágicas de los
colastiné evocan las descritas por Montaigne pues, como aquellas, son
actos de civilización en los que el acto material de ingerir carne humana se
trasmuta en una dimensión ritualizada y altamente simbólica. Si algo define
la cosmovisión de los parsimoniosos y austeros indios colastiné imaginados
por Saer, es esta sospecha de la irrealidad del mundo, la «indigencia de
realidad» que se muestra en la extrema precariedad de la existencia no
solamente de los seres humanos, sino de la realidad misma constantemente
amenaza por la nada; el temor a la inminente desaparición que late en cada
ser humano y en cada cosa.

Es cierto que ellos y el mundo eran una y la misma cosa, pero
ese ser único que constituían, en vez de afirmarse por la presencia
mutua, se debilitaba a causa de la incertidumbre común. No por ser
el único posible, ni el mejor de todos, el mundo de los indios era
más real. Aun cuando daban por descontado la inexistencia de los

7 El estilo aforístico del Manifiesto se expresa en breves enunciados como este: «Solo la
Antropofagia nos une. Socialmente. Económicamente. Filosóficamente», «Solo me interesa
lo que no es mío. Ley del hombre. Ley del antropófago». «Antropofagia. La transformación
permanente del Tabú en Tótem». «Es la escala termométrica del instinto antropófago. De
carnal, él se vuelve electivo y crea la amistad. Afectivo, el amor. Especulativo, la ciencia».

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otros, la propia no era en modo alguno irrefutable. En todo caso,
para ellos, el atributo principal de las cosas era su precariedad.
(Saer, 119).

«Entre estos indios de la ficción novelesca hay el sentimiento de que la
antropofagia constituye un paso hacia la civilización. La idea es que toda
conducta ritualizada es preferible a esa suerte de pantano que es el ser
humano despojado de todas las convenciones sociales que lo constituyen»
(Eloge du cannibale, citado por Corbatta 65). Los colastiné devoran a los
extranjeros porque han dejado de devorarse a sí mismos, impelidos por una
necesidad de salirse de sí y ratificar en lo externo la constancia de su propio
existir.

Eso es lo que recién ahora, tan cerca de mi propia nada,
comienzo a entender: que los indios empezaron a sentirse los
hombres verdaderos cuando dejaran de comerse entre ellos. No
se comían, y se volvían hacia el exterior, formando una tribu que
era el centro del mundo, rodeado por el horizonte circular que iba
siendo cada vez más problemático a medida que se alejaba de ese
centro. […] Los indios sabían que la fuerza que los movía, más
regular que el paso del sol por el cielo, a salir al horizonte borroso
para buscar carne humana, no era el deseo de devorar lo inexistente
sino, por ser el más antiguo, el más adentrado, el deseo de comerse
a sí mismos. […] Se conocían sin conocerse, y realizaban actos de
los que sabían que el sentido aparente no era el verdadero. Daban,
para reencontrar el sabor antiguo, un rodeo inmenso por lo exterior
(El entenado130. El énfasis es nuestro).

Los colastiné «sabían que el sentido aparente no era el verdadero. Daban,
para reencontrar el sabor antiguo, un rodeo inmenso por lo exterior». Más
allá de su “sentido aparente” el canibalismo, como la escritura, esconde otro
sentido: un largo rodeo – «un rodeo inmenso»– por la incierta otredad del
mundo para re-encontrar aunque se provisionalmente alguna certidumbre
de sí mismos. La amenaza de la aniquilación, la frágil consistencia de lo
real, el estremecimiento ante la inminencia de la nada, están mencionados
desde el comienzo de la novela, en la cita de Heródoto que sirve de epígrafe
a la novela: «…más allá están los Andrófagos, un pueblo aparte, y después
viene el desierto total
».

147

Del canibalismo como metáfora narrativa

En esas dos o tres leguas a la redonda que ocupaban, bajo un
cielo indiferente, todos los actos humanos estaban destinados a
preservar, a cada momento, la constancia improbable del mundo al
que acechaba, continua, la aniquilación. Aun los días más límpidos
y apacibles estaban contaminados por esa amenaza. Cada gesto
era como un puntal del mundo en desbandada; cada acción, como
una forma impuesta a las cosas para que no se deshicieran; cada
mirada, una comprobación vigilante y preocupada de que el orden
endeble del todo había condescendido, durante unos momentos
más, a persistir (El entenado 131).

Ante la «constancia improbable del mundo», la antropofagia de los colastiné
es la posibilidad de apropiarse de lo otro como una manera de ratificar
siquiera momentáneamente la consistencia de su propio existir.

… en los días en que comían carne humana, era también para
mostrar, para que fuese evidente, que ellos se habían arrancado,
meritorios, del amasijo original y que, aprendiendo a distinguir
entre lo interno y lo exterior, entre lo que se había erigido en el aire
luminoso y lo que había quedado chapaleando en la oscuridad, el
mundo vasto y borroso supiese que en ellos se apoyaba, arduo, lo
real, y que ellos eran los hombres verdaderos (El entenado 134).

La antropofagia es el ritual del que obtienen cierta temporal afirmación
existencial:

Si, cada verano, con sus actos eficaces y rápidos, los indios se
embarcaban en sus canoas para salir, en alguna dirección decidida
de antemano, movidos por ese deseo que les venía de tan lejos, era
porque para ellos no había otro modo de distinguirse del mundo
y de volverse, ante sus propios ojos, un poco más nítidos, más
enteros, y sentirse menos enredados en la improbabilidad chirle de
las cosas. De esa carne que devoraban, de esos huesos que roían y
que chupaban con obstinación penosa iban sacando, por un tiempo,
hasta que se les gastara otra vez, su propio ser endeble y pasajero.
Si actuaban de esa manera era porque habían experimentado, en
algún momento, antes de sentirse distintos al mundo, el peso de la
nada (129).

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Una antropología especulativa

En el fondo, se cree en Dios o en una narración por las mismas
razones: en el enigmático fluir del tiempo, en la extrañeza del
propio ser y en la opacidad caótica del mundo, ambos ofrecen una
apariencia de realidad, un sentido posible, la inteligibilidad de un
orden.

(Saer: “Al Este y al Oeste del Edén”).

Beatriz Sarlo considera a El entenado una “fábula filosófica”, y quizá lo
sea en el sentido que puede atribuirse a ciertos relatos de Borges, a novelas
como Los viajes a algunos lugares remotos del mundo por Lemuel Gulliver
(Jonathan Swift), o La Metamorfosis, de Franz Kafka. Son relatos que
construyen mundos ficticios en el entrecruzamiento entre verdad y ficción
y que se proponen como «metáforas narrativas» que «aunque se afirmen
como ficciones, quieren sin embargo ser tomadas al pie de la letra». En una
entrevista con Raquel Linemberg-Fressard, Saer dice que «El entenado es
una metáfora de nuestra época; es una metáfora de todas las épocas» (Citado
por Corbatta 61).

La crítica ha mostrado abundantemente el modo cómo la novela entabla un
diálogo polémico con otros discursos que le preceden: las Crónicas de Indias,
los relatos de viajes, el discurso historiográfico, la etnografía; pero Saer no
parecer estar interesado en demostrar el grado de verdad o de falsificación
que contienen estos relatos, y menos interesado aun en competir con ellos
en la enunciación de una verdad histórica sobre la conquista de América esa
«Verdad-Por-Fin-Proferida» contra la que Saer ironiza en “El concepto de
ficción”; si polemiza con ellos es precisamente para perturbar el supuesto
de que existen discursos aptos para decir de modo absoluto “la verdad”,
poniendo bajo sospecha el problema mismo de la representación.

En un ensayo, “El concepto de la ficción” (1997), Saer impugna la oposición
entre verdad y ficción, y denuncia como una superstición positivista la
subordinación de la ficción con respecto a la “verdad”: «La verdad no es
necesariamente lo contrario de la ficción [….] En cuanto a la dependencia
jerárquica entre verdad y ficción, según la cual la primera poseería una

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Del canibalismo como metáfora narrativa

positividad mayor que la segunda, es desde luego, una mera fantasía
moral» (11). Saer entiende la ficción como un modo de relacionarse con
el mundo, una manera de abordar el carácter complejo, multiforme, opaco,
de lo que llamamos realidad objetiva, porque se sumerge en su turbulencia
para explorar sus aristas y plegaduras, para construir una verdad «un poco
menos rudimentaria» que aquella que proponen los géneros de no-ficción,
con su ingenua servidumbre a lo evidente y verificable que pretende saber
de antemano qué es y cómo está hecha esa realidad.

Las ficciones que incorporan deliberadamente datos falsos –«fuentes falsas,
atribuciones falsas, confusión premeditada de datos históricos con otros
imaginarios»– lo hacen con el propósito de señalar el carácter ambiguo y
complejo de lo real; y aunque suele identificarse este procedimiento con los
relatos borgianos, Saer los encuentra en toda ficción desde Homero a Beckett.
La ficción es menos una representación de lo real que una reconstrucción
interpretativa compleja. En este sentido, Saer toma una distancia crítica
tanto de la tradición realista que descansa sobre la objetividad irrebatible
de la realidad (esa «Verdad-Por-Fin-Proferida» del realismo socialista y su
perpetuación en Soljenitsin) cuanto del relativismo posmoderno que, puesto
que no hay posibilidad alguna de verdad, reduce la ficción a un pasatiempo
fútil (Umberto Eco, por ejemplo).

La ficción se mantiene a distancia tanto de los profetas de lo
verdadero como de los eufóricos de lo falso. […]¿Para qué novelar
algo de lo que ya se sabe todo antes de tomar la pluma? Nada
obliga, si se conoce ya la verdad, y si se ha tomado su partido, a
pasar por la ficción.

Las grandes ficciones de nuestro tiempo, y quizás de todos los
tiempos […] no pontifican sobre una supuesta realidad anterior
a su concreción textual, pero tampoco se resignan a la función
de entretenimiento o de artificio puro: aunque se afirmen como
ficciones, quieren sin embargo ser tomadas al pie de la letra. La
pretensión puede parecer ilegítima, incluso escandalosa, tanto
a los profetas de la verdad como a los nihilistas de lo falso,
identificados, dicho sea de paso, y aunque resulte paradójico, por
el mismo pragmatismo. (Saer, “El concepto…” 16).

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Y propone esta metáfora:

… por todo esto, y por la posición singular de su autor entre
los imperativos de un saber objetivo y las turbulencias de la
subjetividad, podemos definir de un modo global la ficción como
una antropología especulativa (16).

La ficción es un modo de relacionarse con el mundo, una reflexión acerca
de los modos de existencia de los seres humanos, «pero no una teoría
probatoria, ni taxativa, ni siquiera afirmativa; es sólo especulativa, una
manera de asomarse a las turbulencias de la experiencia humana para tentar
una lectura posible. Y hay que tener en cuenta que en “lo especulativo” cabe
también la palabra espejo». (Saer, Entrevista con Raquel Linnemberg).

El protagonista de El entenado, asume precisamente el lugar privilegiado
del etnógrafo: el testigo presencial8. En efecto, luego de diez años de
convivencia con los Colastiné, el narrador tendría el raro privilegio de
estar autorizado para enunciar un discurso verdadero –la “Verdad-Por-Fin-
Proferida”– acerca de la antropofagia de los indios americanos. Pero es un
testigo irónico:

De mí esperaban que duplicara, como el agua, la imagen que
daban de sí mismos, que repitiera sus gestos y palabras, que los
representara en su ausencia y que fuese capaz, de hacer como el
espía o el adelantado que, por haber sido testigo, pudiese volver
sobre sus pasos para contárselo en detalle a todos. Amenazados
por todo eso que nos rige desde lo oscuro […] querían que de
su pasaje por ese espejismo material quedase un testigo y un
sobreviviente que fuese, ante el mundo, su narrador (134).

8 Clifford Geertz, en “El antropólogo como autor”, ha señalado la importancia
fundamental de las estrategias de escritura en el discurso antropológico: «La habilidad para
hacernos tomar en serio lo que dicen tiene menos que ver con su aspecto factual o su aire
de elegancia conceptual que con su capacidad para convencemos de que lo que dicen es
resultado de haber podido penetrar (o si se prefiere, haber sido penetrados por) otra forma
de vida, de haber, de uno u otro modo, realmente estado allí. Y en la persuasión de que este
milagro invisible ha ocurrido es donde interviene la escritura» (Geertz, 14).

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Del canibalismo como metáfora narrativa

Lo que la novela pone en escena es el proceso mismo de composición del
relato, es decir, la instancia del pasaje de la experiencia vivida a la memoria
de esa experiencia reconstruida como ficción narrativa, y a la escritura. Pese
a estar armada a partir de un narrador único, su palabra, lejos de proponer
una versión con pretensiones de verdad absoluta, tiende a poner en cuestión
y a desdibujar todo aquello que va configurando.

Ya no se sabe dónde está el centro del recuerdo y cuál es su
periferia: el centro de cada recuerdo parece desplazarse en todas
direcciones y, como cada detalle va creciendo en el conjunto, y, a
medida que ese detalle crece otros detalles que estaban olvidados
aparecen, se multiplican y se agrandan a su vez, muchas veces
empiezo a sentirme un poco desolado y me digo que no solamente
el mundo es infinito sino que cada una de sus partes, y por ende
mis propios recuerdos, también lo son (137).

Si Saer cuestiona la legitimidad de la representación testimonial de las
crónicas, y las presenta –en la novela– como una farsa admitida a pesar de
todas sus evidentes distorsiones y manipulaciones, lo que hace es cuestionar
la legitimidad de cualquier representación con pretensiones de verdad. El
narrador se une a una compañía de comediantes y convierte su testimonio
literalmente en una “representación teatral” que deforma los acontecimientos
para ajustarse a las expectativas del destinatario colonial, hasta el punto de
no quedar en ella ningún rastro de verdad.

De mis versos, toda verdad estaba excluida y si, por descuido,
alguna parcela se filtraba en ellos, el viejo, menos interesado por la
exactitud de mi experiencia que por el gusto de su público, que él
conocía de antemano, me la hacía tachar (107).

Los reyes que venían a celebrarnos debían saber más que
nosotros, de otro modo era absurdo que después de nuestras
funciones ordenaran por lo bajo a sus tesoreros que un
reconocimiento palpable nos fuese manifestado. (…). Años
vivimos de ese malentendido. Lo más sorprendente es que, en todo
ese tiempo, ninguna voz sensata se alzó para denunciarlo. A veces,
a propósito, cambiaba el sentido de mis propios parlamentos,
retorciéndolos hasta transformarlos en períodos huecos y absurdos,

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con la esperanza de que el público desbaratase al fin la impostura,
pero esas maniobras no modificaban en nada el comportamiento
de las muchedumbres. Algo exterior a ellos, había decidido de
antemano que nuestra representación debía tener un sentido, y la
muchedumbre, maquinal, lo encontraba de inmediato, extasiándose
con él (109).

Se diría que “malentendidos” semejantes persisten y reaparecen en ciertas
lecturas de novelas complejas como El entenado, lecturas cuyos abordajes
prejuiciados sólo encuentran lo que de antemano suponían. Cito como
ejemplo esta afirmación de María Victoria Albornoz cuando adscribe
la novela al “estereotipo americanista del exotismo” que no ha logrado
liberarse del “yugo de lo real maravilloso”: «La imagen que brinda el
narrador de El entenado de lo americano es, igualmente, un amasijo de
clichés y estereotipos de lo exótico que no aportan ni revelan nada nuevo de
la realidad americana, sino que simplemente se limitan a reforzar la leyenda
exitosa del “caníbal” del Nuevo Mundo».

Pero no son solo los discursos coloniales los que están bajo sospecha sino la
escritura misma, que comparte la calidad incierta que lo real. La experiencia
del mundo, filtrada por la subjetividad y pasada por los cabrilleos de la
memoria, es transferida a unos signos poco aptos para contenerla, de modo
que lo que pasa a la escritura es “escoria” que se deposita en la hoja.

Si lo que manda, periódica, la memoria, logra agrietar este
espesor, una vez que lo que se ha filtrado va a depositarse, reseco,
como escoria, en la hoja, la persistencia espesa del presente se
recompone y se vuelve otra vez muda y lisa, como si ninguna
imagen venida de otros parajes la hubiese atravesado. Son esos
otros parajes, inciertos, fantasmales, no más palpables que el
aire que respiro, lo que debiera ser mi vida. Y sin embargo, por
momentos, las imágenes crecen, adentro, con tanta fuerza, que el
espesor se borra y yo me siento como en vaivén, entre dos mundos:
el tabique fino del cuerpo que los separa se vuelve, a la vez, poroso
y transparente y pareciera ser que es ahora, ahora, que estoy en la
gran playa semicircular, que atraviesan, de tanto en tanto, en todas
direcciones, cuerpos compactos y desnudos, y en la que la arena
floja, en desorden a causa de las huellas deshechas, deja ver, aquí

153

Del canibalismo como metáfora narrativa

y allá, detritus resecos depositados por el río constante, puntas de
palos negros quemados por el fuego y por la intemperie, y hasta la
presencia invisible de lo que es extraño a la experiencia (58-59).

Los anclajes del presente

«Toda narración transcurre en el presente, aunque hable, a su modo, del
pasado. El pasado no es más que el rodeo lógico, e incluso ontológico, que
la narración debe dar para asir la incertidumbre frágil de la experiencia
narrativa que tiene lugar, del mismo modo que su lectura, en el presente».
La reflexión de Saer con la que iniciamos este artículo, si bien se refiere a
Antonio Di Benedetto, un escritor argentino de mediados del siglo XX, bien
puede ser leída como una declaración de su propia poética.

Las ficciones de Saer están siempre enraizadas en el presente, y sus “rodeos
lógicos” son estrategias de distanciamiento para propiciar reflexiones sobre
la contemporaneidad. En “Narrativas de la Guerra Sucia”, Joceline Corbatta
ha mostrado como otros relatos suyos (Glosa, Nadie, nada, nunca, y La
pesquisa
), aparentemente ajenos a los acontecimientos de la vida política
argentina, son metáforas narrativas que los aluden, sin nombrarlos. En una
entrevista con Brecha (1998), refiriéndose a las desapariciones, torturas
y asesinatos de la dictadura argentina, dice Saer: «No es fácil dar con la
dimensión del horror en la narración; tienes en el un extremo el tremendismo
y en el otro la banalización y ambos han hecho estragos en la literatura».
Quizá esta novela es también una respuesta a la pregunta ¿cómo narrar el
horror? Numerosos indicios posibilitan una lectura en esta dirección: el
escenario, la figura del entenado, la incertidumbre y la amenaza constante
de la desaparición que subyace en toda la novela.

La novela se desarrolla en el mismo escenario que Saer había fundado
como el territorio de su narrativa, “la zona”, que es a la vez un lugar
geográficamente situado en su región santafesina natal con la omnipresencia
del gran río Paraná que desdibuja las fronteras entre agua, tierra y cielo, pero
también una zona mítica de origen para la mayoría de sus relatos, una zona
pantanosa, ambigua e incierta como metáfora del mundo, de la consistencia
problemática de la realidad. «Todo era costa sola, cielo azul, agua dorada.
Zona anfibia y ambigua –ha dicho Saer sobre su Santa Fe natal- agua y tierra,
limo y cielo, espacio y tiempo», pero también anclaje de las experiencias
vitales, una visión del mundo, un lenguaje.

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En El río sin orillas, Saer escribe esta reflexión sobre los argentinos en la
época de la dictadura que es muy próxima a la representación de los colastiné
de El entenado:

En los abominables años setenta [los militares argentinos]
sembraron no únicamente la ruina, el crimen el oprobio, sino
también una especie de suspensión de lo real […] durante unos
años, la mayoría de los argentinos no podíamos forjarnos una
representación exacta de nosotros mismos (Corbatta 98).

Quizá esa aguda conciencia de la fragilidad de la existencia y el terror a la
desaparición que acecha a los ficticios colastiné, aluda secretamente a otras
ansiedades, pues el terror a la desaparición tiene un significado muy fuerte
en la Argentina de los años ochenta. Ya antes, Saer se ha referido a este
acontecimiento en una novela escrita en 1980 (Nadie, nunca, nada), cuyo eje
central es la matanza injustificada de unos caballos, que ha sido interpretada
como una metáfora sobre las desapariciones y asesinatos ocurridos durante
la dictadura militar argentina9. La escena de los cadáveres flotando en el río
bien puede ser leída como una alusión a otros cadáveres más recientes:

Eran, entre indios y soldados, muchos muertos rígidos
y borrosos, como una procesión callada derivando cada vez
más rápido hasta que, cuando el río alcanzó la anchura de su
desembocadura, en el mar dulce que había descubierto, diez años
antes, el capitán, los cadáveres se dispersaron y se perdieron en
dirección al mar abierto y hospitalario. Ese mismo día supe que a
ese mar la nave lo cruzaría, como a un puente de días inmóviles,
bajo un sol cegador, hacia lo que los marineros llamaban, no sin
solemnidad obtusa, nuestra patria (El Entenado 92).

En el fragmento citado, Saer problematiza la noción de “patria”. En la
novela, el protagonista es siempre un extraño: primero como huérfano en
los puertos (“yo que vengo de la nada”, “yo que no tengo padre ni padre”
son frases recurrentes), y más tarde durante su permanencia en la tribu,
hasta su retorno a una “patria” que ya no reconoce como suya, porque en

9 María Silvina González (“La irrealidad de lo real”) y Joceline Corbatta (“Narrativas
de la Guerra Sucia”) se han referido a este aspecto.

155

Del canibalismo como metáfora narrativa

el fondo nunca lo fue. Un entenado no es estrictamente un huérfano, pues
en la relación conyugal, es el hijo del otro, y a través de esta figura, Saer
pone en cuestión el tema de las filiaciones y de las fronteras que delimitan
las identidades. La condición de extranjería del narrador aludida en la figura
del “entenado” («yo, el eterno extranjero», dice de sí mismo el narrador)
puede leerse también como una autoreferencia a su propia biografía;
Juan José Saer, hijo de inmigrantes sirio-libaneses, extranjero en Francia
durante la mayor parte de su vida, «no ocupó las primeras filas para el
público ni para la crítica –dice Beatriz Sarlo–; escribió distanciado tanto
de los circuitos de promoción mercantil, cuanto de las corrientes literarias
en boga en América Latina que contribuían a construir sólidos prestigios en
Europa […]; además, no fue muy estudiado en Estados Unidos, esa meca
de consagración académica, precisamente porque allí nadie lo consideraba
adecuada y correctamente latinoamericano» (Sarlo, “Saer, un original”).

La escritura es para Saer, como la memoria para el protagonista de El
entenado
, como la antropofagia para los colastiné, un arduo rodeo por
lo externo para encontrar algún destello de sentido que nos devuelva la
existencia improbable del mundo y de nosotros mismos.

Fuentes de consulta:

Albornoz, María Victoria. “Caníbales a la carta; mecanismos de incorporación
y digestión del “otro” en El entenado de Juan José Saer”. Chasqui:
revista de literatura latinoamericana, ISSN 0145-8973, Vol. 32, Nº. 1,
2003, págs. 56-73

Barriuso, Carlos. “Escritura y percepción en la narrativa de Juan José Saer:
El entenado como sistema de representación especular”; artículo
disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/384/38401501.pdf,
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Revista digital Orbis Tertius, 2005, X (11).

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Plata 7, 1988. (Citado por Joceline Corbatta)

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según edición de 1595 de Marie de Gournay. Barcelona: Acantilado,
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157

Nostalgia de la hazaña. La infancia lectora en José Martí

Nostalgia de la hazaña. La infancia lectora en
José Martí

Nostalgia for the deed. The childhood reading in José Martí

María del Rocío García Rey
Universidad Autónoma de México, México

e-mail: mariagrey@unam.mx

Resumen
El presente artículo toma como base La Edad de Oro, de José Martí, para
plantear que a través de esta publicación ex profeso para niños, el autor
postuló que tanto lectura como escritura eran acciones que los infantes debían
llevar a cabo para bregar por un futuro libre de sometimientos políticos.
Leer coadyuvaría a devenir “hombres de mañana que sabrían restituir la
hazaña en su momento histórico latinoamericano.

Palabras clave: Hazaña, horizonte de expectativas, lectura-escritura,
infancia.

Abstract
This article is based on The Golden Age by José Martí. It sets out that through
this publication deliberately made for children, the author puts forward
that both, reading and writing, are actions that children should be able to
accomplish in order to struggle for a future, free of political subjugation.
Reading will contribute to become “the man of tomorrow who will be able
to restore the deed in its historical Latin American moment.

Key words: Deed, horizon of expectations, reading-writing, childhood.

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Revista Pucara, N.º 25 (157-170), 2013

“[…] Tienen los poetas de hoy
–auverneses sencillos–en Lutecia alborotada y suntuosa–

la nostalgia de la hazaña”.

José Martí

1. Preliminares

La faena de José Martí, como escritor de textos infantiles no fue primigenia
en América Latina, recordemos el trabajo del colombiano Rafael Pombo
(1833-1912) con sus Cuentos pintados y morales para niños formales, o
a Sánchez Barra (1806-1855), considerado por Bravo–Villasante, como
el Iriarte peruano (Cfr. Bravo–Villasante, 290); pese a estos trabajos, sí
podemos decir que Martí (1853-1895) es uno de los pocos escritores de su
tiempo que incluyó los textos infantiles en su proyecto de reconstitución y
formación de Nuestra América.

Para Martí, la infancia sería parte de los sujetos de salvación de un presente
horadado y falto de certezas. La infancia es significada como el grupo
que, mediante el conocimiento del mundo, podría ser capaz de redimir
el presente y construir un futuro donde la libertad política sería la mayor
garantía de cambio. Cabe aclarar que para nuestro autor, tal como lo señala
Jorge Viera: “No hay patrones de edad fijos, determinados. Martí desdeña
toda estrechez de criterio en ese sentido” (“Notas sobre la función de La
Edad de Oro”,
309).

La Edad de Oro se publicó de julio a octubre de 1889. Fue un periódico
dedicado ex profeso a los niños de América. Esta publicación tuvo textos
predecesores del mismo Martí; en ellos el autor sitúa a los infantes, ora en
el escenario de la historia, ora los coloca como iconos capaces de salvar a
los adultos por medio del amor y la ternura que ofrecen; tal es el caso de
Ismaelillo, publicado en 1882: «Hijo, en tu busca / Cruzo los mares: / Las
olas buenas a ti me traen: / Los aires frescos limpian mis carnes / De los
gusanos/ De las ciudades. (Martí “Amor Errante”, en Ismaelillo 39).

159

Nostalgia de la hazaña. La infancia lectora en José Martí

La Edad de Oro, eje de este escrito, es parte de los textos en los que
Martí lucha, desde la escritura, contra lo que en el “Prólogo al Poema del
Niágara llama, «la nostalgia de la hazaña». «[…] Tienen los poetas de
hoy – auverneses sencillos – en Lutecia alborotada y suntuosa – la nostalgia
de la hazaña. La guerra antes fuente de gloria cae en desuso, y lo que pareció
grandeza comienza a ser crimen» (Obras 209).

Tal nostalgia es parte de un juego de tiempos, donde el pasado es intervenido
por las acciones del sujeto histórico en ciernes: el niño. La ausencia de cauces
nuevos y de batallas libertarias propician que aparezca lo nombrado por
María Zambrano, como: “la historia como signo del dolor”; sin embargo,
pese a esta aflicción., sumamente nítida en los textos de Martí, la restitución
de la hazaña, para el mismo autor, podría estar en la conciencia histórica
fomentada en los niños, pues por medio de esta «[…] se podrá ir logrando
más lentamente lo que la esperanza pide y la necesidad reclama» (Zambrano
13). La liberación se convertía en el mayor anhelo que formaba parte del
horizonte de expectativas de Martí. La hazaña-sacrificio se perfilaba como
una acción que debía ser conocida y ejercida por los niños, en tanto seres
pequeños pero pensantes. Por ello el autor presenta en “Tres héroes”
(contenida en el primer número de La Edad de Oro) la actuación heroica de
un pequeño: Cuando Napoleón entró a España «para quitarles a los españoles
su libertad, un catalancito murió combatiendo al ejército de Napoleón. [...
Al niño lo encontraron muerto, muerto de hambre y de frío pero tenía en la
cara como una luz, y sonreía como si estuviese contento» ( “Tres Héroes”,
en La Edad de Oro 15).

Se trataba de restituir a los niños a un estatuto visible dentro de la polis,
misma que los había postrado en la invisibilidad como sujetos históricos
y como sujetos lectores. Un ejemplo del cambio político que puede ser
propiciado por los niños se encuentra en el siguiente fragmento:

El niño habla con toda la fuerza de la sinceridad y de su honor:
¿quién le ofende a su Cuba? ¿Por qué Cuba, de hijos más trabajadores
y cultos en su mayoría, y más universales y emprendedores que
los hijos de España, no puede emanciparse de España? (Sobre las
Antillas
165-166).

¿Cómo formar a los futuros ciudadanos? ¿Cómo asegurar que la infancia
una vez letrada, tuviera conciencia del futuro, es decir “de lo que está por

160

Revista Pucara, N.º 25 (157-170), 2013

llegar? (cfr. Zambrano 18) ¿Cómo hacer que la lectura fuera entendida por
los niños como “dimensión” en la que ellos eran parte activa? Se trataba
de una lectura salvadora porque el anhelo cobraba forma de esperanza, es
decir, tomaba forma “la concreción de un esperar”. (Zambrano, ibíd.). Tal
anhelo-esperanza estaba estrechamente relacionado con una sociedad libre
de sometimientos políticos. En este sentido, la actuación de Martí como
guía intelectual y política de los niños tenía como condición sine qua non,
la alfabetización, pues esta era entendida como garantía para desterrar los
“extravíos políticos”.

[…] Cuando todos los hombres sepan leer, todos los hombres
sabrán votar, y, como la ignorancia es la garantía de los extravíos
políticos, la conciencia propia y el orgullo de la independencia
garantizan el buen ejercicio de la libertad. Un indio que sabe
leer puede ser Benito Juárez, un indio que no sabe leer llevará
perpetuamente en cuerpo raquítico un espíritu inútil y dormido
[…] (Escritos sobre Educación 29).

El conocimiento, la liberación y la llamada toma de conciencia tienen, en la
lectura el vehículo idóneo; sin embargo, es preciso aclarar que esta acción
no era pensada por Martí para ejercerse en las escuelas.

2. Lectura y horizonte de espera

La labor política y literaria de Martí ha sido analizada y comentada
vastamente, empero, ha sido olvidado por varios de los estudiosos del autor,
que fue precisamente él quien marcó un parteaguas al nombrar abiertamente
a los niños y al involucrarse en la redacción de una publicación periódica
no escolar, ex profeso para ellos: La Edad de Oro. No hay que soslayar
que a fines del siglo XIX seguían siendo pocos los escritores, al menos
en el territorio latinoamericano, que viraban la pluma y la mirada hacia
la infancia. En palabra de Graciela Montes: «Sabemos […] que durante
muchísimos años la cultura occidental se desentendió de los niños […], y
que fue tardíamente a partir del siglo XVIII, cuando se empezó a hablar de
infancia. Hasta entonces habría sido insólito escribir para niños. Los niños
recibían en forma indiscriminada» (Montes 121).

161

Nostalgia de la hazaña. La infancia lectora en José Martí

Cierto es que la modernidad insertó, en territorio Latinoamericano durante la
segunda mitad del siglo XIX, a los niños en su programa pedagógico dentro
de las escuelas, pero en el caso de Martí, reiteramos, el aprendizaje, estaba
fuera de esta institución. Por ello, además de ser un programa pedagógico,
la escritura de sus textos y particularmente de La Edad de Oro, se convierte
en un programa periodístico y político. Esto representó una más de las
rupturas con el pacto literario de ese momento, pues los niños lectores (ya
de América Latina, ya de Europa) eran vistos como seres ingenuos, faltos de
capacidad racional; por eso, los textos escritos para ellos fueron, no pocas
veces, guiados por una construcción ideológica que asociaba a los niños
con la llamada inocencia. En la Edad es claro el objetivo de proporcionar
saberes más que divertimento.

Este periódico se publica para conversar una vez al mes, como
buenos amigos […] para contarles a las niñas cuentos lindos con
que entretener a sus visitas y jugar con sus visitas y jugar con sus
muñecas, y para decirles a los niños lo que deben de saber para ser
de veras hombres. (“A los niños que lean la Edad de Oro, en La
Edad de Oro
9).

Devenir “hombre de veras” tenía como base fundamental la lectura y la
escritura. Las prácticas letradas de la infancia eran parte de los anhelos de
Martí, por ello el lector-mediador adulto no está presente en La Edad. La
lectura y la escritura se convertían, así, en actividades autónomas, propias
de los niños que, hay que decirlo, nuestro autor asume, de facto, como
alfabetizados:

Los niños saben más de lo que parece, y si les dijeran que
escribiesen lo que saben, muy buenas cosas que escribirían. Por
eso La Edad de Oro va a tener cada seis meses una competencia,
y el niño que le mande el trabajo mejor, que se conozca de veras
que es suyo, recibirá un buen premio de libros, y diez ejemplares
de La Edad de Oro en que se publique su composición, que será
sobre cosas de su edad, para que puedan escribirla bien, porque
para escribir bien de una cosa hay que saber de ella mucho. Así
queremos que los hombres de América, sean: hombres que digan
lo que piensan, y lo digan bien: hombres elocuentes y sinceros
(10).

162

Revista Pucara, N.º 25 (157-170), 2013

Lectura y la escritura adquieren un estatus de praxis necesaria en lo que
Ricœur llama (retomando a Kosellek) horizonte de espera. Es posible
observar, con base en los relatos –particularmente– de historia, publicados
en La Edad de Oro, que tal horizonte es: «[una] red de perspectivas cruzadas
entre la expectativa del futuro, la recepción del pasado, lo vivido en el
presente […] en una totalidad en que la razón de la historia y su relación
coincidirían» (Ricœur “Hacia una hermenéutica de la conciencia histórica”,
70).

Cierto es que en cualquier proyecto está implícito un horizonte de espera
que equivale a un anhelo de construcción / re-construcción llamado futuro,
pero la impronta en Martí está en que en el todavía no, el futuro pensado
dialécticamente, se halla en la infancia (pensada además como grupo
homogéneo) que leerá, aprenderá, escribirá y llevará a la praxis política lo
leído en La Edad. Ese es uno de los objetivos del relato histórico (e incluso
de ficción) que hace Martí para la infancia. Afirma, por ejemplo, que en la
edad de piedra, “no había libros que contasen esas cosas”. En contraparte no
es casual que en el retrato de El Padre Las Casas, esté presente la belleza a
través del acto de escritura y lectura (en ese orden):

No se puede ver un lirio sin pensar en el Padre Las Casas,
y parece que está vivo todavía, porque fue bueno. No se puede ver
un lirio sin pensar en el Padre Las Casas, porque con la bondad
se le fue poniendo de lirio el color y dicen que era hermoso verlo
escribir […] peleando con su pluma de ave porque no escribía de
prisa. Y otras veces se levantaba del sillón, como si le quemase:
se apretaba las sienes con las manos, andaba a pasos grandes por
la celda y parecía como si tuviera un gran dolor. Era que estaba
escribiendo, en su libro famoso libro de la Destrucción de las
Indias,
los horrores que vio en América cuando vino de España la
gente a la conquista. Se le encendían los ojos y se volvía a sentar,
de codos en la mesa, con la cara llena de lágrimas. Así paso la vida
defendiendo a los indios (La Edad de Oro 158).

La dialéctica entre el pasado y el futuro son intercambiadas con un presente
carente de hazañas; vacío de acciones libertarias; en contraposición con cierto
pasado que rescata Martí, en el que ante la colonización, el sometimiento, la
injusticia, se desplegaba un desfile de hombres e incluso niños constructores

163

Nostalgia de la hazaña. La infancia lectora en José Martí

de la hazaña-sacrificio. El anhelo vuelto nostalgia es lo que Kosellek nombra
el todavía no, el espacio de espera, de anhelo. Tal espacio es intervenido por
Martí con textos dirigidos a los futuros ciudadanos: los niños. Su acción
como luchador-escritor consistía en textualizar para los infantes la historia
en general, no sólo de América, pues ya él mismo, a propósito de La Edad
de Oro,
lo había dejado asentado en una carta a Manuel Mercado: «El abono
se puede traer de otras partes, pero el cultivo se ha de hacer conforme al
suelo. A nuestros niños los hemos de criar para hombres de su tiempo, y
hombres de América» (Correspondencia a Manuel Mercad 255). Se trata de
una «presencia de estructuras textuales, tanto ideológicas como estilísticas
[…] Las epistemes de este estilo responden al vacío espiritual que los
modernistas leían en los textos de su época» (Schulmann 18-19). Así, en
los textos de La Edad, predominaban las narraciones cuyo subtexto era la
liberación, en cualquier ámbito. En efecto, tal como lo planteó Jorge Viera:

Su concepto de libertad es, […] lo esencial de la revista. Libertad
americana frente a España, y determinadas advertencias sobre la
ingerencia (sic) extranjera en la patria. Y una marcada intención de
perfilar una «toma de conciencia latinoamericana (310).

No hay que soslayar que en tales escritos estaba presente también la marca del
ejercicio letrado. Los hombres, en los relatos de Martí, devienen valerosos y
hermosos, no sólo por enfrentar, por ejemplo, un ejército enemigo, también
por ser lectores y productores de textos. Es en la perspectiva de la praxis ya
letrada, ya de enfrentamiento en el campo de batalla donde, en términos de
Ricœur, está presente “la dimensión de actuar” La actuación, una vez más,
es claro que forma parte de la dimensión axiológica. Lo afirmado puede
observarse, en “La última página”, correspondiente al primer número de La
Edad
:

Treinta y dos páginas es de veras poco para conversar con
los niños queridos, con los que han de ser mañana hábiles como
Meñique, y valientes como Bolívar: poetas como Homero ya no
podrán ser, porque estos tiempos no son como los de antes […]
lo que ha de hacer el poeta de ahora es aconsejar a los hombres
que se quiera, y pintar todo lo hermoso del mundo […] y castigar
con la poesía, como con un látigo , a los que quieran quitar a los
hombres su libertad, o roben con leyes pícaras el dinero de los

164

Revista Pucara, N.º 25 (157-170), 2013

pueblos, o quieran que los hombres de su país los obedezcan como
ovejas y les laman las manos como perros. Los versos no se han
se han de hacer para decir que se está contento o se está triste, sino
para ser útil al mundo, enseñándole que la naturaleza es hermosa,
que la vida es un deber, que la muerte no es fea, que nadie debe
estar triste mientras haya libros en las librerías, y luz en el cielo, y
amigos y madres (“La última página”, La Edad de Oro 64).

La vasta utilización del adverbio “como” (de la misma manera / del mismo
modo) en los escritos de nuestro autor, cobran fuerza en las palabras
citadas porque son lo que marcan el poliptoton: De la lectura se ramifica el
aprendizaje, de este la habilidad como la de Meñique; la valentía como la
de Bolívar; la inventio como Homero con el agregado de que “el poeta del
presente” –Martí– debía ser el guía de los otros hombres y niños, para que
estos tuvieran claro que “la vida es un deber”.

Acaso el deber de la vida, el no temerle a la muerte y la salvación hallada en
los libros como objetos sacralizados eran parte, en Martí, de lo que Schulman
ha nombrado «una búsqueda angustiada, persistente y prolongada de las
regiones de la experiencia […] de crear narraciones contrahegemónicas»
(Schulman 10). El trinomio: deontología-muerte-salvación intelectual, era
parte del horizonte de espera; pero además, había dado forma al futuro
que devenía anhelo: “hombres de veras” “hombres de mañana / madres
de mañana que amen a su tierra”. Lo que nuestro autor reconstituye en
el escenario discursivo para los niños es la dimensión histórica, pues en
términos de Zambrano, Martí mostraba a los niños que

el tiempo no tiene una estructura simple, de una sola
dimensión, diríamos. Pasa y queda. Al pasar se hace pasado, no
desaparece. Si desapareciera totalmente no tendríamos historia.
Más si el futuro no estuviese actuando, si el futuro simplemente
fuera no estar todavía, tampoco tendríamos historia. El futuro
se nos presenta primariamente, como lo que está por llegar
(18).

El ejercicio contra hegemónico bien podemos decir halla básicamente
dos vertientes: por una parte se trata, como hemos dicho de un texto que
originalmente fue visto por los otros escritores como un ejercicio inocuo, en

165

Nostalgia de la hazaña. La infancia lectora en José Martí

tanto se trataba de escribir para un grupo sin importancia: los niños; por la
otra, Martí elabora una escritura un tanto híbrida pues, en La Edad coloca
en el mismo espacio literario personajes y temas tanto “históricos”, como
de ficción; de esta manera el relato literario adquiría el mismo estatus, para
Martí, que el relato meramente histórico. En este sentido podemos suscribir
el planteamiento de Ricœur: «La historia es escritura [...] y por lo tanto, al
ser escritura, utiliza los mismos procedimientos y las mismas figuras que la
ficción».

En La Edad, además, la historia permea cada narración, cada relato,
aun cuando en apariencia no sea histórico. Esta marca está plenamente
relacionada con lo que hemos señalado. El entrecruzamiento entre pasado –
presente-futuro (233).

Ahora hay en Estados Unidos un juego muy curioso, que
llaman el juego del burro […]. Dicen en Estados Unidos que
este juego es nuevo, y nunca lo ha habido antes; pero no es
muy nuevo sino otra manera de jugar la gallina ciega. […]Los
niños de ahora juegan lo mismo que los niños de antes […]. La
gallina ciega no es tan vieja, aunque hace como mil años que se
juega en Francia. Y los niños no saben, cuando les vendan los
ojos que este juego se juega por un caballero muy valiente que
hubo en Francia, que se quedó ciego un día de pelea y no soltó
la espada ni quiso que lo curasen, sino siguió peleando hasta
morir, ese fue el caballero Collin-Maillard. Luego el rey mandó
que en las peleas de juego, que se llamaban torneos, saliera
siempre a pelear un caballero con los ojos vendados, para que
la gente de Francia no se olvidara de aquel valor y de ahí vino
el juego (“Un juego nuevo y otros viejos”, La Edad de Oro 52,
54).

Los actos que tanto niños como adultos, podían creer únicamente parte de un
presente, son resignificados en tanto Martí los coloca en un espacio dilatado,
se trata de sucesos que vale la pena reproducir en el presente –una vez que
fuera asumida, por parte del lector, su historicidad– porque representaban
la muestra de que «pasado y porvenir se unen […] en tanto el hombre se
encuentra así, viniendo de un pasado hacia un porvenir» (Zambrano14)
incluso en los actos más cotidianos, como los juegos.

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Revista Pucara, N.º 25 (157-170), 2013

3. Hacia la construcción del homo legens latinoamericano

La Edad de Oro, para su autor, era una empresa editorial “con humildad de
forma” pero no por ello anodina. El proyecto del homo legens latinoamericano
nacía para Martí como una actividad urgente para redimir un espacio vacuo
y en el caso de Cuba, aún colonizado. De acuerdo a Bolívar Echeverría,

[…] el homo legens es el ser humano cuya vida entera como
individuo singular está afectada esencialmente por el hecho de la
lectura; aquel cuya experiencia directa e íntima del mundo, siempre
mediada por la experiencia del mismo que le transmiten los usos y
costumbres de su comunidad, tiene lugar sin embargo a través de
otra experiencia indirecta del mismo, más convincente para él que
la anterior: la que adquiere en la lectura solitaria de los libros (26).

Si, de acuerdo a Echeverría, la fascinación que ejerce la lectura constituye al
homo legens, hay que considerar que en el proyecto martiano, la lectura tiene
un propósito de educación política bien definida. No se trata de propiciar el
vicio por la lectura, sino de convertir el acto de leer, en el niño, en uno de
los caminos hacia el conocimiento. La lectura no implicaba alejarse de la
vida real. Por ello, recordemos que en “Tres héroes”, nuestro autor deja bien
claro al pequeño lector:

El niño, desde que puede pensar, debe pensar en todo lo que
ve, debe padecer por todos los que no pueden vivir con honradez,
deben trabajar porque puedan ser honrados todos los hombres,
y debe ser un hombre honrado. El niño que no piensa en lo que
sucede a su alrededor, y se contenta con vivir, sin saber si vive
honradamente, es como el hombre que vive del trabajo de un
bribón, y está en el camino de ser bribón (“Tres Héroes” 142).

Con base en lo planteado anteriormente podemos comprender que para
Martí no se trataba de fomentar la lectura ni como actividad diletante ni
como práctica libresca, con nuestro autor se rompe aquello que Chartier ha
nombrado «el orden de los libros» (cfr. Chartier, 2005). Martí no oblitera
que el conocimiento está presente en las bibliotecas, en las librerías, pero
aquellos lugares no parecen representar en su proyecto de lectura para niños,
el cimiento principal. La lectura está presentada en publicaciones periódicas,

167

Nostalgia de la hazaña. La infancia lectora en José Martí

no necesariamente en libros. La tarea era redimir, mediante textos amenos
pero imbuidos en la práctica axiológica la hazaña a un presente en el que los
paradigmas ora de lectura, ora políticos debían ser puestos bajo sospecha. De
esta manera, la lectura permite que el niño bregue contra lo que Echeverría
llama “la fugacidad de la palabra” Si tal fugacidad, para Echeverría, deriva
en una protoescritura, en el caso de Martí, esta es sólo el andamio para llegar
a la praxis política (cfr. Echeverría 28).

La actuación ética estaba puesta tanto en los lectores y quizá futuros
escritores, dueños de la palabra y en el poeta que servía para refutar
las injurias y pronunciarse con un no denotado hacia el imperialismo
norteamericano. Leamos un fragmento de Vindicación de Cuba, «¡No han
de vernos morir por la libertad a sus propias puertas, sin alzar una mano o
decir una palabra para dar un nuevo pueblo libre al mundo!» (“Vindicación
de Cuba”, en http//www.josemarti.info. Versión PDF. Consultado 8 de
agosto 2012). Las palabras, los axiomas, las consignas eran parte de lo
que Martí ya había dicho a los niños: «Para escribir bien de una cosa hay
que saber de ella mucho» (“A los niños que lean La Edad de Oro 10). El
conocimiento debía ocupar un lugar señero en el papel impreso, lo que no
equivalía precisamente a plasmarlo en libros. En “Vindicación de Cuba”,
texto que hemos tomado como ejemplo, se perfila el escritor-periodista que
con su ejercicio de letrado desea que los hombres que habrían de sucederlo
–en aquel presente, aún niños–, se guíen como él: elocuentes y sinceros.

Se trataba de restituir la hazaña en el escenario de la modernidad de
América, tal acción, como hemos visto, para Martí hallaba el camino, no
sólo en la brega abiertamente política, también en la práctica letrada, aquella
que formaba parte de un ideario de instrucción y educación desde la faena
periodística, pues como él ya lo había escrito:

Un proyecto de instrucción pública es una cementera de ideas:
cada mirada al proyecto suscita pensamientos nuevos. Pero los
tiempos dan enseñanza, y yo, boletinista novel, he aprendido
que los boletines deben ser sencillo y ligeros (“El proyecto
de instrucción pública –Los artículos de la fe. –La enseñanza
obligatoria, en Escritos sobre educación, 131).

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Revista Pucara, N.º 25 (157-170), 2013

La sencillez y ausencia de densidad, como hemos visto, no era plausible
únicamente en lo que Martí llama boletines, pues tales características están
presentes en los textos de La Edad de Oro. Se trata de narraciones en las que
el autor recupera matices del registro oral para platicar con los pequeños
lectores de la historia, de poesía, de libros, «porque es necesario que los
niños no vean, no toquen, no piensen en nada que no sepan explicar. Para
eso se publica La Edad de Oro» (“La última página”, en La Edad.de Oro 65).
Los niños devenían partícipes activos en la asimilación del conocimiento;
conocimiento legítimo que podían obtener leyendo La Edad de Oro. Con
base en este planeamiento, fácilmente podemos hacer un ejercicio de ilación
para decir que, además de la liberación, otro subtexto que prevalece a lo
largo de la publicación es la importancia de le lectura. Cuando el autor
inserta en los cuentos y narraciones afirmaciones en torno a los libros, a la
lectura, es porque tales enunciados conforman en términos de la sociocrítica
un campo icónico.

Para decirlo en otros términos, toda actividad creadora de imágenes, toda
escritura y toda práctica de la imagen se ejerce en función de un campo
icónico (a la vez nocional y afectivo) específico de tal o cual formación
sociohistórica y sociocultural (Robin 269).

Veamos algunos ejemplos de la manera en que se despliegan, en La Edad de
Oro,
las imágenes relacionadas con la lectura y escritura:

Escritura

Cuando un niño quiera saber algo que no esté en La Edad
de Oro,
escríbanos como si nos hubiera conocido siempre, que
nosotros les contestaremos. No importa que la carta venga con
faltas de ortografía. Lo que importa es que el niño quiera saber. Y
si la carta está bien escrita la publicaremos en nuestro correo con
la firma a pie, para que se sepa que es niño que vale (“A los niños
que lean La Edad de Oro 9).

Las niñas también pueden escribirnos sus cartas y
preguntarnos cuánto quieran saber y mandarnos sus composiciones
para la competencia de cada seis meses. ¡De seguro van a ganar las
niñas! (ibíd.).

169

Nostalgia de la hazaña. La infancia lectora en José Martí

[…] Aquí responderemos a las preguntas de los niños: aquí
tendremos la Bolsa de Sellos, donde el que tenga sellos que mandar,
o los quiera mandar, o los quiera comprar […] o preguntar sobre
sellos algo que le interese, no tiene más que escribir para lograr lo
que desea (“La última página”, 65).

[El padre] A veces, allá en el trabajo se ríe solo, o se pone de
repente como triste, o se le ve en la cara como una luz, y es que está
pensando en su hija: se le cae la pluma de la mano cuando piensa
así, pero enseguida empieza a escribir, y escribe tan de prisa,
tan de prisa, que es como si la pluma fuera volando. Y le hace
muchos rasgos a la letra, y la oes le salen grandes como un sol, y
las ges largas […] tienen que ver lo que escribe el padre cuando ha
pensado mucho en la niña (“La muñeca negra” 199).

Lectura
Se hace uno de amigos leyendo aquellos libros viejos. Allí

hay héroes y santos y enamorados y poetas, y apóstoles. Allí se
describen pirámides más grandes que las de Egipto; y hazañas de
aquellos gigantes que vencieron a las fieras; y batallas de hombres
y gigantes (“Las ruinas indias” 95).

No se puede leer sin ternura, y sin ver como flores y plumas por
el aire, uno de esos libros viejos forrados de pergamino, que hablan
de la América, de los indios, de sus fiestas, del mérito de sus artes
y de la gracia de sus costumbres (ibíd).

Todo lo suyo es interesante, atrevido, nuevo, fue una raza
atrevida, artística, limpia. Se leen como una novela, las historias
de los nahuatles y mayas de Mèxico, de los chibchas de Colombia,
de los cumanogotos de Venezuela (ibíd).


Hasta aquí hemos presentado algunas líneas para problematizar en torno a
la imagen y construcción de los lectores niños, en la obra de Martí. Pese a
que este no es un trabajo acabado, sí podemos cerrar, reafirmando que la
ruta del proyecto martiano, en La Edad de Oro, es la lectura-escritura, como
acciones para reconstruir y reconstituir la hazaña en la horadada historia
latinoamericana.

170

Revista Pucara, N.º 25 (157-170), 2013

Fuentes de consulta:

Bravo – Villasante, Carmen, “La literatura infantil hispanoamericana”,
Ensayos de literatura infantil, España: Universidad de Murcia, 1989.

Cue, Alberto (editor), Cultura escrita, literatura e historia. Coacciones
transgredidas y libertades restringidas, conversaciones de Roger
Chartier con Carlos Aguirre, Jesús Anaya, Daniel Goldin y Antonio
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México D.F.: FCE (Espacios para la lectura).

Jorge Viera, Elena. “Notas sobre la función de La Edad de Oro”, en Varios,
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/ Editorial Letras Cubanas, 1995.

Echeverría, Bolívar. “Homo Legens” en Vuelta de siglo, México D. F.: ERA,
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_________. Sobre las Antillas. (Selección, Prólogo y notas Salvador

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_________. Escritos sobre Educación. México D. F., (Selección de textos

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_________.Correspondencia a Manuel Mercado. México D. F.: Centro de
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Ricoeur, Paul. “Hacia una hermenéutica de la conciencia histórica”, en
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Schulmann Iván. El proyecto inconcluso del modernismo, México D. F.:
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Zambrano, María. Persona y democracia. La historia sacrificial, Barcelona:
Antrophos, 2000.

171

El Realismo Mágico: una lectura “otra”

El Realismo Mágico: una lectura “otra”
The Magical Realism: another interpretation

Santiago Patarroyo Rengifo
Universidad de Santo Tomás, Colombia

e-mail: santiagonuevo@gmail.com

Resumen
El artículo tomará como punto de partida el texto de la profesora Erna
Von der Walde “Realismo mágico y poscolonialismo”, para realizar una
categorización y exploración de lo que se entiende por realismo mágico.
En un segundo momento mostrará dos posibles perspectivas para entender
el realismo mágico (en adelante RM) y finalizará con una propuesta que
más que concluir buscará abrir la discusión en torno al problema de la(s)
identidad(es).

Palabras Claves: Realismo mágico, real maravilloso, giro decolonial,
identidad.

Abstract
The following text takes as its starting point the text of Professor Von der
Walde Erna “magical realism and postcolonialism”, for a categorization and
exploration of what is meant by magic realism, in a second stage-show two
possible perspectives for understanding magical realism (hereafter RM) and
end with a proposal that will seek to conclude more open discussion of the
problem (s) Identitie (s).

Keys Words: Magical realism, magical realism, turning decolonial, identity.

172

Revista Pucara, N.º 25 (171-182), 2013

Creo que si uno sabe mirar, las cosas de la
vida diaria pueden volverse extraordinarias.
La realidad diaria es mágica pero la gente
ha perdido su ingenuidad y ya no le hace
caso. Encuentro correlaciones increíbles en
todas partes.

Gabriel García Márquez

Erna Von der Walde, colombiana, Filósofa de la Universidad de los Andes
en su texto “Realismo mágico y poscolonialismo: Construcciones del otro
desde la otredad” equipara la propuesta de lo real maravilloso de Alejandro
Carpentier y el realismo mágico de Gabriel García Márquez:

El realismo mágico en las definiciones de Carpentier y García
Márquez revela en el fondo una lógica que se llamaría hoy
colonizada, por decirlo en términos coloniales. Cuando afirman
que toda realidad y toda la historia de América es mágica, cuando
postulan de ahí lo real maravilloso o el realismo mágico como el
estilo con el cual se puede abordar la realidad (Walde 211).

Antes de ahondar en las diferencias de dichas propuestas es necesario aclarar
que la discusión entre lo real maravilloso y el RM continua vigente en los
pasillos de las facultades de literatura, aun cuando se puedan encontrar
estudios muy serios que plantean que no se deben confundir los dos términos.
Para el caso, se hace necesario traer a colación a Seymour Menton que en su
libro La verdadera historia del realismo mágico, señala las características
que distinguen al RM de aquellas corrientes o movimientos con los que
más se le ha confundido a través de los tiempos como el surrealismo, lo
fantástico y más comúnmente con lo real maravilloso.

Destaca Menton que si bien, desde 1955, se ha tendido a identificar el RM
con la producción narrativa latinoamericana posterior a la Segunda Guerra
Mundial, este nombre fue introducido por el crítico de arte alemán Franz
Roh en su obra Postexpresionismo, realismo mágico. Problemas de la
nueva pintura europea
, del año1925. De acuerdo con este autor, el RM fue

173

El Realismo Mágico: una lectura “otra”

–primero que nada– una tendencia o modalidad de la pintura de la década
de los veinte con manifestaciones en Alemania, Italia, Francia y Estados
Unidos, razón por la cual debe considerarse como un proceso internacional
de origen poligenésico que se aplica a las diversas formas de arte.

El nombre de RM es un oxímoron que concilia los conceptos opuestos de
realidad y magia formando un nuevo concepto que aparece como modo
especial de contemplar el mundo, y la visión magicorrealista como una
alegre percepción de los aspectos inesperadamente bellos de la vida; así
pues:

El realismo mágico es la visión de la realidad diaria de un
modo objetivo, estático y ultrapreciso, a veces estereotípico,
con la introducción poco enfática de algún elemento inesperado
e improbable que crea un efecto raro o extraño que deja
desconcertado, aturdido o asombrado al observador en el museo o
al lector en su butaca (Menton 1999).

Los cinco rasgos básicos atribuidos a este movimiento (por el introductor del
término, Roh) a la pintura postexpresionista o magicorrealista en contraste
con la pintura expresionista, que era la tendencia dominante en términos de
lo plástico hasta ese momento en Europa son:

1. Sobriedad y enfoque preciso; una visión desprovista de sentimientos
y emociones.
2. Temas insignificantes de la vida cotidiana; ninguna timidez en pintar
lo desagradable.
3. Una estructura estática de unidad exacta, que a menudo sugiere un
espacio totalmente sin aire, un espacio parecido al vidrio, que en términos
generales da preferencia a lo estático por encima de lo dinámico.
4. La eliminación de las indicaciones del proceso de pintar, borrando “la
mano”, la factura.
5. Por fin, una nueva relación con el mundo de las cosas.

Los rasgos mencionados permiten al autor identificar las diferencias
fundamentales entre el RM y las otras modalidades con las que este ha

174

Revista Pucara, N.º 25 (171-182), 2013

sido confundido, señalando por ejemplo la diferencia fundamental que
este tiene con el surrealismo, que radica en el hecho de que el segundo
se base en situaciones imposibles, mientras que el primero se centra en la
representación de lo que es posible pero improbable.

En cuanto a la diferencia con lo real maravilloso, Menton afirma que la
propuesta Carpenteriana de lo real maravilloso se vincula con las violaciones
de las leyes físicas del universo que tienen una base folclórica asociada con
el mundo subdesarrollado con predominio de la cultura indígena o africana,
a diferencia de la propuesta del RM, que más allá de la ubicación geográfica
del escritor o de la obra, busca destacar los elementos improbables,
inesperados, asombrosos pero reales del mundo real.

En este punto es posible determinar una línea de demarcación más profunda
entre ambas propuestas pero también vislumbrar algunos puntos de
encuentro. En cuanto a lo real maravilloso, dicho término no fue propuesto
por un crítico o teórico de la literatura sino por un escritor: Alejandro
Carpentier, en el prólogo a su obra El reino de este mundo, de 1949, donde
esboza dos postulados básicos:

1. La realidad americana está dotada de elementos estéticos extraordinarios
que la diferencian de la realidad europea.

2. Para ver lo real maravilloso americano el escritor debe apelar a una
cuestión de fe, es decir, es una actitud frente a la realidad que el escritor
luego debe trasformar en literatura.

Por otro lado, es necesario resaltar que si bien Carpentier toma el concepto
de lo maravilloso del surrealismo europeo, lo opone completamente a lo
maravilloso americano, ya que ve en el primero una construcción forzada
más ligada a lo onírico y al psicoanálisis que a lo real:

Pero, a fuerza de querer suscitar lo maravilloso a todo trance,
los taumaturgos se hacen burócratas. Invocando por medio de
fórmulas consabidas que hacen de ciertas pinturas un monótono

175

El Realismo Mágico: una lectura “otra”

baratillo de relojes amelcochados, de maniquíes de costurera, de
vagos monumentos fálicos, lo maravilloso se queda en paraguas
o langosta o máquina de coser, o lo que sea, sobre una mesa de
disección, en el interior de un cuarto triste, en un desierto de rocas
(6).

Quince años después en su libro Tientos y diferencias, Carpentier identifica
en la literatura y arquitectura de China y en Asia rasgos de lo real maravilloso,
identificándolo con lo barroco y de esta manera expande el concepto para
entender ya no solamente la realidad latinoamericana como real maravillosa,
sino que dicha categoría se convierte en una perspectiva de análisis de
realidades no céntricas. En este punto, resulta de vital importancia entender
que Carpentier sufre un encantamiento por lo americano luego de volver de
un exilio por Europa (1928-1939), razón por la cual en el escritor cubano
lo real maravilloso se puede relacionar directamente con una sensación de
disgusto por la Europa en decadencia de los años de preguerra (no podemos
olvidar que estaban en boga las ideas de Spengler sobre la decadencia de
occidente).

Carpentier, cubano por nacimiento pero hijo de europeos, busca no solamente
su propia identidad, sino la de todo un continente; búsqueda que hace desde
la mirada de un Europeo que ve a América como ese lugar donde es posible
realizar la utopías que no tuvieron cabida en el “viejo” continente, Carpentier
esperó siempre encontrar en América la materialización de viejos sueños
malogrados en su mundo: el oro sin sudores ni dolores de la transmutación;
el fáustico anhelo de la eterna juventud. Así pues, mientras Carpentier apela
a la fe de los escritores, Gabriel García Márquez apela a la liberación de los
prejuicios racionalistas, pues según Gabo el escritor es desbordado por la
realidad americana razón por la cual debe buscar la manera de representarla.
Las dos posturas comparten la visión extraordinaria de la realidad americana:

Nuestra realidad es desmesurada y con frecuencia nos plantea
a los escritores problemas muy serios, que es el de la insuficiencia
de las palabras. Cuando hablamos de un río, lo más grande que
puede imaginar un lector europeo es el Danubio, que tiene 2 790
kilómetros de largo. ¿Cómo podría imaginarse el Amazonas, que
en ciertos puntos es tan ancho que desde una orilla no se divisa

176

Revista Pucara, N.º 25 (171-182), 2013

la otra? La palabra tempestad sugiere una cosa al lector europeo
y otra a nosotros, y lo mismo ocurre con la palabra lluvia, que
nada tiene que ver con los diluvios torrenciales del trópico. Los
ríos de aguas hirvientes y las tormentas que hacen estremecer la
tierra, y los ciclones que se llevan las casas por los aires, no son
cosas inventadas, sino dimensiones de la naturaleza que existen en
nuestro mundo (85).

Luego de las anteriores precisiones podríamos entender el RM de una
manera mucho más simple pero no por ello menos compleja, que se nos
aclara en la siguiente cita: «En el primer capítulo de Cien años de soledad,
se describe el patio de la casa de los Buendía “con un castaño gigantesco”.
Este árbol gigantesco podría considerarse el símbolo del árbol genealógico
de los Buendía sobre el cual la novela está estructurada, puesto que al padre
fundador José Arcadio lo amarrarán al castaño después de que pierde el
juicio.

También su hijo, el coronel Aureliano, de todos los personajes el que más
se aproxima al papel del protagonista, se recuesta contra el castaño poco
antes de morir. El elemento desconcertante, mágico-realista de esto es que
el castaño es un árbol que suele encontrarse en el norte de Estados Unidos
y en las zonas templadas del norte de Europa. Sin embargo, la intensa
investigación y a la vez la botánica reveló que en realidad existía un castaño
en el patio de los abuelos de García Márquez en Aracataca» (Menton 56).

Así pues, un aspecto fundamental distinguiría al RM “garciamarquiano” y
es el hecho de que para el autor colombiano, la realidad descrita en sus
obras no es una realidad desprovista de todo rasgo racional, sino más bien
un constructo real en su totalidad pero demasiado complejo para ser descrito
en un códice completamente racional; de esta manera, las estrategias que
el escritor busca para plasmarla en el papel son las que la hacen aparecer
como maravillosa. Carpentier, en cambio, no sólo incluye en sus relatos a
un narrador omnipresente que reivindica la mirada céntrica desde la cual
lo latinoamericano se identifica con lo irracional, por lo que requiere una
explicación posterior desde el paradigma eurocéntrico, sino que al equiparar
en su etapa posterior lo real maravilloso a lo barroco, termina por aceptar
que se encuentra ante una realidad en cierto modo “vacía” que necesita de
múltiples arabescos y adornos para adquirir su carácter excepcional.

177

El Realismo Mágico: una lectura “otra”

El realismo mágico: entre macdonalds y macondo

Cabe preguntarse si el realismo mágico, como quiera que se
entienda, no se presta para construcciones de la otredad que son
parte de ese mismo proyecto que sostiene la lógica del capitalismo
en cualquiera de sus fases; construcciones de la otredad que sean
incorporables sin mayores conflictos.


Von Der Walde

El realismo mágico como postulado tiende a mostrarse como un discurso
totalizador del ser latinoamericano o mejor como del “ser de América” lo
que nos direcciona a Macondo como metáfora y sinécdoque de Nuestra
América. Dicha enunciación contribuye a la construcción de una visión
privilegiada de la otredad americana reafirmando y reforzando ciertos
sistemas de categorías construidas desde el “centro” que profundizan el
abismo frente a “lo Otro” al identificarlo con una forma particular de ser. En
palabras de la profesora de literatura de la UBA Susana Cella:

El enorme éxito de Cien años de Soledad ha llevado a una
hiperextensión antes mencionada (del término realismo mágico):
ese afán de totalidad según el cual el modo de ser de los habitantes
de Macondo sería el modo de ser de lo latinoamericano ha vindicado
posturas defensoras no solo literarias sino políticas de América
Latina. Tierra de portentos, capacidad de hacer cosas milagrosas,
aparecen así como elementos liberadores, posibilitadores de una
efectiva independencia para los habitantes del subcontinente
poseedores de tales rasgos (Cella 12).

En otras palabras, esta postulación de una imagen de América Latina se
funda en un nuevo tipo de exotismo, es decir la construcción de “Otro”
no para los americanos con sus costumbres y sus culturas que no verían
lo propio como inverosímil, insólito o raro sino que más bien el realismo
mágico sería funcional a la mirada de Europa sobre América y por tanto lo
llamativo y lo pintoresco correspondería a la realidad americana. En este
orden de ideas la realidad americana se “embellece” y se muestra como

178

Revista Pucara, N.º 25 (171-182), 2013

peculiar, única, atractiva, mágica, disimulando los violentos y crueles
conflictos, la “fealdad” de los dominados, sea por ellos mismos o por los
extranjeros.

Algunas lecturas que se hacen del realismo mágico, operan como una manera
de postular la diferencia, esencializándola y posibilitando una mirada que
tiende a enmarcar y a incorporar lo americano y sus productos culturales sin
tener en cuenta su contexto, lo que convierte a su manera en la gran narrativa
de “lo latinoamericano” y permite desactivar el lugar y sus temporalidades
(Walde 211).

Se convierte entonces el macondismo en parte de la maquinaria que
construye al Otro para integrarlo a los lugares de producción hegemónica
del discurso sobre lo subalterno siendo funcional a esa visión exótica en
donde las imágenes representan el alcance y la miseria de la masa o si se
quiere sus gestos irracionales (y de ahí desesperadamente excéntricos).

Al identificarse Macondo con el ser Americano se caricaturizan los rasgos
latinoamericanos contribuyendo a acentuar la imagen estereotipada, la
representación gráfica exagerada de determinados rasgos de una realidad
con la finalidad de producir, desde el humor o la sátira, un efecto grotesco
y ridiculizante que se relaciona directamente con el relato de la identidad.

En palabras del profesor Santiago Castro-Gómez, la “identidad
latinoamericana” es un espacio compartido por todos y que trasciende
cualquier distinción de sexo, raza, edad y orientación sexual. En ella nos
reconocemos como un “nosotros” homogéneo, en donde no hay diferencia
sino variaciones de una sola esencia verdadera…los discursos de identidad
conllevan al postulado de una alteridad respecto de la modernidad.
Descubierto el fundamento del “nosotros los latinoamericanos”, será posible
entonces delimitar sus fronteras con respecto al “ellos de los europeos”,
los representantes de la modernidad occidental. América Latina quedaría
convertida, entonces, en el “otro absoluto” de Occidente y la modernidad en
un cuerpo extraño que se yuxtapone a los fundamentos mítico-religiosos de
“nuestra racionalidad” (Castro-Gómez 95).

179

El Realismo Mágico: una lectura “otra”

En el mismo sentido –parafraseando al profesor Edward Said cuando
expone las consecuencias del discurso orientalista– el macondismo sería
un mecanismo que “consiste en la focalización y sobredimensión de la
diferencia, entendida en términos de exotismo, por lo general negativo”.
De tal modo que la “otredad irracional” queda ubicada en una posición de
extrema distancia cultural respecto de “lo europeo racional”. El título de
mágico manifestaría una diferencia extrema con los valores de la realidad
europea frente a la realidad americana.

El RM como discurso contribuye a la construcción simbólica del lugar de lo
latinoamericano y de su identidad simplificándolo e identificándolo con la
otredad extrema como lo muestra Walde en el siguiente fragmento:

El realismo mágico, entendido como la versión de la otredad
suministrada por el Otro, al ser incorporado por la academia del
primer mundo, desanclado de su contexto histórico y convertido
en una formula, no logra más que ser gesto, pero, finalmente
termina formando parte de un proceso de colonización discursiva:
el Tercer Mundo queda reducido a una otredad que no incomoda,
con la que se puede convivir…pero no es tan sólo una construcción
de la otredad elaborada desde el centro, sino que es incorporado
el macondismo como relato de identidad. Originado en América
Latina como forma de hablar de nosotros mismos en relación,
en contraste, o en oposición con las miradas “occidentales”, el
macondismo aparece para los americanos como la forma afirmativa
de representar el “Otro” de los europeos y los norteamericanos […]
el macondismo arrastra rezagos de la visión telúrica de la raza,
llevada a la indolencia y al desorden por una naturaleza indomable.
Se apropia del gesto europeo, supuestamente enalteciéndolo, para
así dar razón del atraso con respecto a los países industrializados,
remitiéndolo a una cosmovisión mágica que postula sus propias
leyes y se sustrae a las lecturas racionalistas. A su manera el
macondismo otorga el sello de aprobación a la mirada euro-
norteamericana, y legitimidad a las diversas geopolíticas de Primer
y Tercer mundo.

El macondismo, quiérase o no, es lo que permite que nos lean y que nos
leamos fuera de nuestro contexto. Pero ¿por qué la insistencia de la mirada
dentro del presente trabajo? Una sola razón se viene a la cabeza: dado

180

Revista Pucara, N.º 25 (171-182), 2013

que el análisis de la tan mentada Cien años de soledad, desde la teoría
literaria, permitiría dar otro tipo de explicación y puesto que el problema del
cuestionamiento a las normas y las instituciones no es exclusivo de América
Latina. ¿Es el llamado Macondismo un fenómeno atribuible a la obra de
García Márquez en su constitución misma? O ¿Es este fenómeno más bien
latinoamericanista (bien podría haber adoptado el nombre de Comalismo)
resultado del uso que el mismo centro ha hecho de la producción literaria
latinoamericana? ¿No reside el problema en la cosificación que de la
producción literaria latinoamericana se ha querido “hacer” como producto
comercial, apto para los procesos consumistas supeditados a la promoción
que del boom latinoamericano se ha hecho convenientemente desde la
academia y que responde al proceso de transición que el capitalismo hace
al ampliar sus fronteras y sus mercados cuando pasa del intercambio de
productos materiales a productos inmateriales?

¿Conclusión, conclusiones o apertura(s)?

No se trata de desconocer que este proceso del boom latinoamericano, o
mejor del RM, ha afectado la forma en cómo los latinoamericanos se ven a
sí mismos y son vistos en el mundo. Si bien este texto se debate entre dos
posturas, la primera que desconfía de los discursos de identidad ligados al
llamado “macondismo”, y la segunda, que plantea una forma menos radical
de comprensión del fenómeno, se debe tener cuidado en no hacer una lectura
ingenua, sin que esto implique la negación de las posibilidades que este
mismo abre.

Me explico: Se puede comprender que el discurso de la diferencia y la
identidad ha sido, y es en muchos contextos, útil a los intereses de quienes
detentan el poder; sin embargo, esta lectura crítica del mismo, si se aborda
descuidadamente, podría terminar –irónicamente– en una posición radical
que sataniza la(s) identidad(es) y la(s) diferencia(s), desde un horizonte
unívoco de lectura, que no permite reconocer que la identificación que
diferentes grupos han hecho con una característica determinada, aparece
como momento crucial en los procesos de oposición política que estos
grupos han hecho con respecto al discurso hegemónico que se ha impuesto
a nivel global.

181

El Realismo Mágico: una lectura “otra”

No se trata de menospreciar la política de identidad, porque
en un mundo donde la supremacía blanca tiene sus identidades
tan instaladas – a tal punto que impide el surgimiento de
nuevas identidades políticas radicales– es necesario un toque
de esencialismo para que las experiencias, prácticas y discursos
subordinados se presenten como alternativas políticas desde
grupos que han sido atacados históricamente por diversos sistemas
de dominación y opresión. Es como nos dice Bell Hooks: ¿Acaso
no deberíamos sospechar de las críticas posmodernas del “sujeto”
en la medida en que aparecen en un momento histórico en el que
muchos pueblos dominados empiezan a tener voz por primera
vez? (1).

Así, valdría la pena cuestionarse si no ha sido el discurso de lo latinoamericano,
como momento y no como fin último, la piedra en el zapato de imperios como
el estadounidense, claramente amenazado por la explosión demográfica de
habitantes provenientes de países como México, que se niegan a perder sus
costumbres –por completo– en medio del consumismo que se les propone
como medio de supervivencia en territorio estadounidense, ocasionando
así trasformaciones en las estructuras sociales del sistema en el que se
encuentran?¿Se puede desechar –de tajo– la contribución que la aparición
de la literatura latinoamericana ha hecho, a manera de cuestionamiento
a los parámetros de la racionalidad como única forma de explicación y
representación del mundo?

Del otro lado, el giro decolonial es pertinente a la hora de develar algunos
aspectos ocultos de la lógica racional-moderna, y poner en evidencia así,
ese lado oscuro del discurso de la modernidad que construye a un “Otro”,
lo homogeniza, lo jerarquiza, produciendo una taxonomía de poblaciones y
culturas, y de esta manera segrega y justifica las relaciones geohistóricas y
geopolíticas actuales en relatos como los del desarrollo y el progreso. Lo
que permite entrever que si bien se debe sospechar de la llamada identidad,
no se debe rechazar de plano que dichas identificaciones hacen parte central
del proceso político de movimientos sociales subalternos en pro de sus

1 Curiel Ochy, “Las paradojas de la política de la identidad y la diferencia” En: Patarroyo
Santiago, Carrillo Diana, Derecho Interculturalidad y resistencia étnica. Universidad
Nacional de Colombia, 2009.

182

Revista Pucara, N.º 25 (171-182), 2013

reivindicaciones, abriendo la posibilidad a otros mundos no en términos
de probabilidad o utopía sino de visibilización y participación de mundos
posibles que ya existen.

Todo lo anterior tiene sentido sólo circunscrito a una propuesta ético-
política que entienda que ningún centro es mejor que otro, y que de acuerdo
con la propuesta del Enrique Dussel explique el aparato político como
un sistema en continua construcción, puesto que siempre que prevalezca
la reivindicación de un grupo determinado esto supondrá la exclusión de
Otros, quienes deberán realizar un acuerdo contrahegemónico que les
permita hacer parte de la toma de decisiones y revitalizar el poder político
originario: la potentia.

Fuentes de consulta:

Castro Gómez, Santiago. Crítica de la razón latinoamericana. Barcelona:
Publilibros S. A., 1996

Cella, Susana. El Boom latinoamericano de los setenta. Carlos Fuentes, La
muerte de Artemio cruz, lo real maravillloso y el realismo mágico.
Alejo Carpentier, El reino de este mundo; Gabriel García Márquez,
Cien años de soledad
, en el curso: Latinoamérica en la literatura
(Programa Latinoamericano de Educación a Distancia, Centro
Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires, 2009).

Curiel Ochy. Las paradojas de la política de la identidad y la diferencia,
en Patarroyo Santiago, Carrillo Diana, Derecho Interculturalidad y
resistencia étnica.
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2009.

García Márquez, Gabriel. El olor de la guayaba. Conversaciones con Plinio
Apuleyo Mendoza.
Barcelona: Bruguera, 1982.

____________ Cien años de soledad. Bogotá: Bruguera, 2007.
Léante, César. Confesiones sencillas de un escritor barroco, en Giacoman,

Helmy F., Homenaje a Alejo Carpentier. Nueva York: Las Américas
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Menton Seymour. Historia verdadera del realismo mágico. Fondo de
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Walde Von der Erna. “Realismo mágico y poscolonialismo”, en Castro
Gómez, Santiago. Teorías sin disciplina. San Francisco: University
of San Francisco, 1998.

183

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación
de las aspiraciones de carrera de los estudiantes:

Un estudio de caso
Application of the theory based on the evaluation of the student´s career

aspirations: A case study

Sean McGinley
Universidad de Penn State, U. S. A.

Hubert B. Van Hoof
Universidad de Penn State, U. S. A.

John W. O’Neill
Universidad de Penn State, U. S. A.

Santiago Carpio
Universidad de Cuenca, Ecuador

Ana Cueva
Universidad de Cuenca, Ecuador

Resumen
Este artículo presenta un estudio realizado para determinar los factores que
influyen en las aspiraciones profesionales de los estudiantes de un programa
de Hospitalidad en una universidad líder en el Ecuador. Por medio de la
teoría fundamentada, un medio usado a menudo para el análisis de datos
cualitativos, el estudio analizó las opiniones de los estudiantes sobre sus
carreras futuras para determinar los factores que los llevaron a decidirse por
una carrera en hospitalidad. Estas opiniones fueron recogidas a través de
dieciséis entrevistas durante dos semanas al final del año 2012. Este artículo
describe la recopilación de datos y el proceso de análisis, previo a presentar
los resultados y un “perfil del estudiante”. El artículo concluye con las
implicaciones para la educación profesional de la Hospitalidad en el ámbito
universitario y ofrece sugerencias para futuras investigaciones.

184

Revista Pucara, N.º 25 (183-204), 2013

Palabras clave: Teoría fundamentada, aspiraciones profesionales
estudiantiles, hospitalidad.

Abstract
This article reports on a study conducted to determine what factors impact
the career aspirations of students in a hospitality management program in a
leading university in Ecuador. By means of grounded theory based approach,
the study analyzed student opinions about their future careers to determine
the factors that led them to decide upon a career in hospitality. Data were
collected in sixteen one-on-one interviews with graduating seniors over a
two-week period at the end of 2012. The article describes the data collection
and analytical processes before presenting both the results and a general
“student profile.” It concludes with implications for professional hospitality
education in university settings and offers suggestions for future research.

Key Words: grounded theory, student career aspirations, hospitality.

***

Introducción

Los estudiantes universitarios ingresan a sus programas de estudio por
diversas razones. Algunos estudiantes entran debido a su afinidad con un
tema. Algunos pueden entrar con aspiraciones profesionales bien definidas en
su mente, y esperan usar su educación para verificar sus opciones de carrera
y hacerse tan vendibles como sea posible después de la graduación. Otros, en
cambio, con una idea general acerca de lo que les gustaría hacer después de
sus estudios universitarios (“Me gustaría ser profesora”). Estos estudiantes
pueden usar su educación para reducir algunas de sus opciones de carrera.
Hay quienes vienen con una carrera futura en mente, pero que cambian sus
perspectivas de carrera a lo largo del camino; algunos cambian una o incluso
varias veces de carrera antes de tomar una decisión. Hay estudiantes que
ingresan a la carrera sin tener un futuro en mente. Ellos emplean sus cuatro

185

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

años de universidad para ayudarles a decidir sobre una carrera en el futuro.
Y, por último, algunos estudiantes entran sin la intención de completar un
programa de estudios. Podrán asistir a la universidad porque no les gusta la
alternativa (un trabajo después de los estudios secundarios), o tal vez, porque
les gusta la vida universitaria y sus implicaciones sociales. Intercalados
entre estos distintos grupos de alumnos con diferentes motivaciones, hay
muchos otros “tipos” de estudiantes y otras diversas razones para obtener
un título universitario.

Desde la perspectiva de un profesor, los estudiantes que tienen una idea clara
y aspiraciones de carrera bien definidas, tienden a estar más motivados que
aquellos que entran por otras razones, independientemente de su programa de
estudio y su capacidad intelectual. Los estudiantes con metas profesionales
claras aprecian la relevancia de su programa de estudios, comprenden el
valor que este tiene en ayudarles a prepararse para sus carreras futuras.
Los estudiantes con menos aspiraciones profesionales bien definidas, tal
vez menos dedicados y no tan motivados para completar un programa
de estudios, y los estudiantes que asisten a la universidad sin un plan de
carrera en mente, necesitan encontrar la motivación a medida que avanzan.
Las aspiraciones profesionales no son el único factor que motiva a los
estudiantes a salir adelante, pero juegan un papel importante. A la inversa,
los profesores probablemente afirmarán que los alumnos más difíciles de
motivar y de educar, a menudo son los que no tienen idea de lo que quieren
hacer y, peor aún, aquellos que sólo ven a la educación universitaria como
una manera de socializar con sus compañeros por unos años.
Algunos programas de estudios por ejemplo, en la formación profesional,
tienden a ser más específicos en su enfoque que otros, al ofrecer a los
estudiantes un programa bien definido de estudios y una línea de carrera
profesional limitada. Mientras que los estudiantes que ingresan a la Facultad
de Filosofía, por ejemplo, tienen muchas opciones de carrera para elegir al
graduarse; un programa de Enfermería sólo educa a sus estudiantes para que
se conviertan en enfermeros(as).
Siguiendo el argumento anterior, entonces, ¿podemos asumir que los
programas más específicos tienden a atraer a estudiantes específicos que
tienen aspiraciones profesionales más definidas? Esto no quiere decir que
sean mejores estudiantes que los estudiantes de otros campos de estudio,

186

Revista Pucara, N.º 25 (183-204), 2013

sino que tienen una mayor motivación intrínseca para completar sus
estudios, porque saben lo que les gustaría hacer después de su graduación,
y han entrado en su programa de estudios con ese objetivo particular. Los
programas profesionales de estudio, tales como Negocios, Enfermería u
Hospitalidad, son programas que atraen a un gran número de estudiantes que
tienen aspiraciones específicas de carrera desde el principio. Sin embargo,
estos programas también esperan que las aspiraciones de carrera de los
estudiantes estén bien definidas, y que sus estudiantes tengan un alto grado
de motivación intrínseca para tener éxito.

Este artículo presenta un estudio realizado para determinar las aspiraciones
de carrera de los estudiantes en un programa de Hospitalidad, en una
universidad líder en el Ecuador. Su intención es investigar qué factores
influenciaron esas aspiraciones: antes, durante y después de sus cuatro años
en la universidad. Desafortunadamente, los estudiantes de Hospitalidad,
ingresan a sus programas de estudio con aspiraciones de carrera relativamente
bien definidas. Sin embargo, la cantidad de alumnos que abandonan la
carrera durante los dos primeros años de trabajo en el sector, tiende a ser
alta también.
Por lo tanto, un mayor conocimiento sobre los factores que afectan a las
aspiraciones profesionales de los estudiantes: antes, durante y después de
sus carreras universitarias, no sólo ayudará a los gerentes de las empresas
a anticipar los problemas antes de que estos surjan; sino que también
contribuirá a los programas profesionales a ajustar sus programas de estudio,
para que puedan informar mejor a sus estudiantes acerca de las realidades de
una carrera en las empresas de Hospitalidad.
Por medio de un enfoque basado en la teoría fundamentada, un método
muy reconocido que parte de la recolección de datos para encontrar temas
más amplios, y que es comúnmente empleado en el análisis de información
cualitativa, este estudio analizó las aspiraciones de carrera de los estudiantes
de la Facultad de Ciencias de la Hospitalidad.
El estudio observó los factores que influenciaron a los estudiantes en sus
decisiones, tanto para seguir un programa de estudios como para buscar una
carrera en el sector de Hospitalidad. La información para este estudio fue
recopilada en dieciséis entrevistas individuales con estudiantes egresados
por un período de dos semanas al final de 2012.

187

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

Este artículo presentará una descripción detallada de la recolección de
datos, de los métodos de análisis que fueron usados, mostrará los resultados
más pertinentes antes de concluir con las implicaciones para la educación
profesional en Hospitalidad y ofrecerá algunas sugerencias para futuras
investigaciones.

Resumen literario

Las aspiraciones de carrera, definidas por Johnson (1995), son expresiones
de los objetivos relacionados con la carrera en un momento determinado.
Varios académicos han tratado de explicar cómo los estudiantes universitarios
desarrollan sus aspiraciones para sus futuras carreras en diversas maneras.
Una de ellas consiste en explicar cómo se desarrollan las aspiraciones de
carrera a partir de la teoría de la imagen (Beach, 1990). La teoría de la imagen
se divide en tres componentes: 1. Imagen de valor, donde las creencias de
una persona, los valores y la moral guían su o sus expectativas; 2. Imagen
trayectoria, que se refiere a las metas que una persona quiere alcanzar; y, 3.
Imagen estratégica, que son las tácticas o la estrategia utilizada para obtener
el objetivo.

El tema de imagen trayectoria, de la teoría de la imagen, refleja más
fielmente las aspiraciones profesionales, ya que describe el objetivo que una
persona desea obtener. La teoría de imagen trayectoria, implica decisiones
que adoptan metas como parte de esa imaginería. A la inversa, las decisiones
posteriores consisten en evaluaciones, y en los resultados probables de la
meta relacionados con el progreso de una persona junto con el logro de esta
(Beach y Mitchell 1990).

La más reciente literatura sobre el tema, cuestiona si la teoría de la
imagen está capturando todas las variables que contribuyen al desarrollo
de las aspiraciones de carrera de una persona. Se ha encontrado que el
estatus social, en particular, juega también un rol importante. Thompson y
Subich (2006) encontraron que las personas con un estatus social más alto
aspiraban a lograr más en sus carreras que aquellos de las clases sociales
económicamente bajas. Metz, Fouad, y Ihle-Helledy (2009) sugirieron que
el estatus social más bajo de los individuos tenía una gran discrepancia entre
sus aspiraciones para sus carreras en el futuro, y las actuales expectativas
para sus carreras. Y, una prueba reciente de la teoría de la imagen en

188

Revista Pucara, N.º 25 (183-204), 2013

aspiraciones de carrera de Thompson y Dahling (2010), también encontró
que el estatus social percibido influenciaba sobre los estudiantes egresados
en la formación de sus planes de carrera.

Otra teoría propuesta para explicar las aspiraciones de carrera es la teoría
de la circunscripción y el consenso (Gottfredson, 1981). La elección de la
carrera en este modelo se refiere al proceso de encajar el concepto que tiene
un individuo de sí mismo, de su ser público y privado, con las características
de las varias ocupaciones percibidas como opciones en su mapa cognitivo
(Gottfredson, 1996).

El mapa cognitivo de las ocupaciones se define como las imágenes que la
gente tiene de varias vocaciones y cómo están ligadas a los cambios en su
habilidad cognitiva. Varios factores influyen en el proceso en el que encaja
un individuo con una vocación, incluyendo: personalidades de la gente en la
vocación, actividades realizadas en el trabajo, estilo de vida, reconocimientos
y condiciones de trabajo; idoneidad de diferentes ocupaciones para diferentes
tipos de personas en el mundo.

La circunscripción es el proceso que la gente atraviesa cuando desarrollan
sus mapas cognitivos y eliminan ciertas opciones de vocación que tienen
conflicto con su forma de ser. La zona de alternativas aceptable corresponde
a aquellas vocaciones que han sido dejadas de lado luego del proceso de
circunscripción. Al eliminar las vocaciones con un estatus social muy bajo
y aquellas que son muy difíciles de lograr, se crea la zona de las alternativas
aceptables. Luego sucede el consenso y en este proceso la gente resiste
de aquellas aspiraciones ideales por aquellas más reales para sus carreras
(Gottfresdon, 1981).

Blanchard y Lichtenberg (2003), apoyaron la teoría de la circunscripción
y el consenso a través de una serie de experimentos con estudiantes de
colegios. Otros estudios han demostrado también apoyo al modelo, pero
también han evidenciado que la gente llega a hacer consensos en maneras
no predichas por el modelo (Armstrong y Crombie, 2000; Leung y Plake,
1990; Pryor y Taylor, 1986). Al evaluar el esquema de Gottfredson’s (1981),
Junk y Armstrong (2010) encontraron que las aspiraciones de carrera de
estudiantes universitarios fueron más estables cuando el prestigio era uno de
los componentes de las aspiraciones, más que el género, como fue propuesto

189

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

por Gottfredson. En este caso en particular, la literatura también demuestra
que el modelo existente no captura completamente el proceso por el cual la
gente atraviesa para desarrollar las aspiraciones para sus carreras.

Tanto la teoría de la imagen y la teoría de la circunscripción y consenso,
han sido propuestas para explicar cómo la gente desarrolla sus aspiraciones.
Cada categoría ha recibido un aporte combinado para explicar el proceso
por el cual la gente atraviesa al desarrollar las aspiraciones para sus carreras.
Debido a la falta de pruebas afirmativas en la literatura existente, ninguna
hipótesis ha sido presentada a estudio en este documento, pues las teorías
concernientes al fenómeno de interés parecen ser todavía emergentes.
En lugar de ello, el propósito de este ensayo es entender más a fondo el
proceso social que los estudiantes universitarios atraviesan para formar sus
aspiraciones de carrera y para profundizar la conversación al proveer una
historia detallada y puntualizada desde una universidad líder en el Ecuador.

El enfoque del análisis cualitativo

Este estudio de caso se empleó un enfoque cualitativo al analizar la
información. Un enfoque cualitativo es usado comúnmente para estudiar
las percepciones de las personas, sus motivaciones y para entender los
significados ligados a sus acciones (Damaske, 2011). En este caso, el
enfoque cualitativo nos permite crear un modelo basado metodológicamente
en explicar las aspiraciones de carrera de los estudiantes (Creswell, 2007),
y en crear una imagen de cómo están formadas las aspiraciones de los
estudiantes. Los enfoques cualitativos están particularmente bien situados
cuando se lleva a cabo una investigación con un grupo que no ha sido
estudiado o con un fenómeno de interés que sólo tiene una teoría emergente
para explicarlo (Cresswell, 2007).

Para este análisis cualitativo en particular, se seleccionó un enfoque basado
en la teoría fundamentada. Esta usa datos que han sido recolectados en el
campo del “Fundamento” y consecuentemente se generan suposiciones y
conjeturas más amplias (Glaser, 1978; Glaser y Strauss, 1967; Strauss, 1987;
Strauss y Corbin, 1990). La “Teoría fundamentada” se realiza al colectar
información de primera mano desde una muestra de la población de interés
(en este caso, los estudiantes de Hospitalidad en un programa profesional de
la Universidad de Cuenca). Luego, se usan los datos obtenidos para generar

190

Revista Pucara, N.º 25 (183-204), 2013

una teoría o algunas generalizaciones que pueden ser usadas para explicar
dicho comportamiento. Corbin y Strauss (1990) afirman que el enfoque
de la teoría fundamentada genera la explicación de una acción. Cresswell
(2007) sugiere que la teoría fundamentada es usada de mejor manera cuando
un modelo o una teoría existente, no dirigen todas las variables de interés
que aplican a la población de interés.

Para este estudio, los estudiantes de las carreras de Turismo y Gastronomía
fueron seleccionados por su baja tasa de ocupación después de su graduación,
al igual que las altas tasas de abandono una vez que han obtenido un puesto
de trabajo en empresas de su sector. Esto tal y como ha sido notificado por
los profesores en sus programas de estudio. En vista de que estos estudiantes
tienen tanto, una exposición práctica y experimental en las empresas, al igual
que los fundamentos teóricos del sector; sus visiones sobre las profesiones
escogidas deberían ser aclaradas pronto y se podría esperar que ellos tengan
aspiraciones de carrera bien sustentadas al momento que estén en sus últimos
semestres de educación universitaria.

Recolección de Información

Las dieciséis entrevistados(as) en este estudio fueron seleccionadas de las
carreras de Gastronomía y Turismo de una universidad líder en el Ecuador.
Ellos(as) fueron seleccionadas de un grupo de estudiantes egresados tal como
lo guía el principio de muestreo teorético y de acuerdo con un enfoque de
teoría fundamentada (Glaser y Strauss, 1967; Strauss y Corbin, 1990). Todos
los entrevistados(as) reclutados(as) estaban en sus últimos años de estudio,
con el objetivo de asegurar que contaban con tiempo para perfeccionar
y reafirmar, no solo sus puntos de la industria elegida, sino también sus
aspiraciones para trabajar en ella. La muestra contenía una participación
mayoritaria del género masculino que del femenino (diez hombres y seis
mujeres), con el objetivo de reflejar la composición en el sector a estudiar
(Wang and Mattila, 2010).

La mayoría de los estudiantes provenían de la ciudad en donde se localiza
la universidad; ellas indicaron que aspiraban obtener una carrera profesional
en la región. Las entrevistas fueron realizadas personalmente en el campus
universitario en un ambiente cómodo y neutral durante las dos semanas
finales de 2012. Estas fueron ejecutadas por dos investigadores que se

191

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

desempeñan como profesores en la universidad. Se recogieron datos para
permitir un análisis sistemático entre los participantes, mediante el uso de
entrevistas cuidadosamente elaboradas y semi-estructuradas, siguiendo las
sugerencias de Damaske (2011).

Análisis de la información
Los procesos de análisis sistemático de Strauss y Corbin (1998) y, Corbin
y Strauss (1990), fueron usados para analizar la información, pues ellos se
enfocan en el proceso y experiencia de un individuo. En el contexto de este
estudio, el propósito era entender –desde la perspectiva de los individuos–
qué factores y características llevaron a los informantes a la configuración
de sus aspiraciones de carrera. Al inicio del proceso del análisis de
información, se usó la codificación abierta para condensar lo descrito por las
entrevistados(as) durante las entrevistas semi-estructuradas. La información
fue examinada línea por línea y respuesta por respuesta para resaltar eventos
o sentimientos importantes; los cuales fueron expresados como conceptos
(Strauss y Corbin, 1998). Ambos en vivo (siguiendo las palabras literales
del entrevistado(a)) y colectivos (generados por el analista), varios códigos
fueron usados en el proceso.
vLa siguiente etapa del proceso sistemático del análisis de la teoría
fundamentada, fue el uso de códigos axiales. La codificación axial es
el proceso de la relación de códigos (conceptos) entre sí para establecer
relaciones básicas entre ellos, con el fin de desarrollar un fenómeno central que
está capturado en la información. El código axial se divide en cuatro etapas:
el primer conjunto de condiciones que es identificado, son las condiciones
de influencia o las “condiciones causales”. Segundo, las estrategias que la
gente utiliza para negociar el fenómeno son esquematizadas. A continuación,
se explican las condiciones intervinientes. Estas encapsulan los factores
generales y específicos que influencian las estrategias y motivaciones de
una persona. Finalmente, los resultados de la estrategia de una persona
son organizados y las consecuencias de las acciones se esquematizan en el
proceso de codificación.
A través del proceso de codificación axial, se utilizó el método comparativo
constante (Glasser y Strauss, 1967), un proceso repetitivo a través del cual,
el investigador compara la información de una entrevistado(a) con relación
a la del resto de las entrevistadas. De acuerdo con el método comparativo

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constante, una parte de los datos fueron codificados y analizados; a
continuación más datos se añadieron a la combinación y luego fueron
comparados con el grupo original. Los datos recién incluidos se compararon
con los datos existentes hasta que se alcanzó la saturación. Es decir, no se
obtuvo nueva información disponible y toda la información obtenida en las
dieciséis entrevistas estaba incluida.
Discusión de los resultados
La discusión de los resultados del proceso de análisis de información, siguió
los principios de la teoría fundamentada y está agrupada en cuatro subtítulos,
los cuales capturan y definen los diversos aspectos de las aspiraciones de
carrera de los entrevistados: 1. Atracción inicial al campo de estudio; 2.
Apoyo social para elecciones de carrera; 3. Impresiones de las empresas de
hospitalidad; y 4. Perspectivas de carrera a largo plazo.

1. Atracción inicial al sector

Los estudios de Gastronomía y Turismo tienden a atraer a diversos grupos
de estudiantes. Los estudiantes, que fueron parte de la muestra, estaban
inicialmente interesados en estudiar en sus respectivas especialidades por
una variedad de razones; y muchos de ellos, como él/la entrevistado(a) 14,
un(a) estudiante de Turismo, indicó que escogió esta área porque la carrera
era “nueva”. De hecho, de las dieciséis personas entrevistadas, seis indicaron
que habían elegido su carrera porque sentían que estaban entrando en un
nuevo campo. Muchos otros, como él/la entrevistado(a) 3, un(a) estudiante
de Gastronomía, indicó haber sentido entusiasmo por la industria. Por
ejemplo, cuando él /ella indicó: “La cocina es muy emocionante para mí”.

Otras razones por las cuales los(as) entrevistados(as) inicialmente estaban
atraídos al campo eran porque ellas crecieron alrededor de la industria, a
través de experiencias en el restaurante de sus padres, o por la observación
de otros miembros de la familia que trabajan en empresas de este sector. La
Tabla 1 indica el número de estudiantes que indicaron una razón en particular
por la que habían elegido inicialmente estudiar, ya sea Gastronomía o
Turismo.

193

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

Percepciones de
Otros sobre las
empresas

Estudiantes de
Hospitalidad están
planeando sus
carreras de
emprendimiento

Las familias de estos estudiantes tuvieron inicialmente
niveles de apoyo combinado. Sin embargo, su aceptación
incrementó conforme los estudiantes cursaban el progra-
ma. La opinión general del público parecía ser similar:
inicialmente crítica pero incrementa su positivismo
ligeramente. Aunque se ha visto que la percepción de la
hospitalidad ha incrementado positivamente, la opinión en
general todavía se mantiene como neutral o ligeramente
negativa. Los criterios de los amigos de los estudiantes de
hospitalidad, siguen siendo todavía malos.

Muchos estudiantes de Hospitalidad están considerando en
emprender un negocio por sí mismos dentro de 5 a 10
años. Ellos consideran muy importante el permanecer con
compañías que los contraten al terminar sus estudios por
un largo tiempo, por razones económicas, para adquirir
conocimiento y, lo más importante, por compañerismo en
el lugar de trabajo. Los beneficios de pertenecer a una
compañía tienen mayor peso que los beneficios de cambiar
de empresas. La conexión social y la naturaleza del
ambiente de trabajo son muy importantes para ellos y
forman cómo están planeando progresar en sus carreras.

Perfil del Estudiante
Concepto Descripción

Atracción al campo
de la Hospitalidad

La Hospitalidad atrae a las personas por diversas razones
desde ser una carrera nueva y emocionante, tener pasión
por la industria y tener lazos familiares con industria.

Percepciones de los
Estudiantes sobre
las empresas

Los estudiantes son nerviosos y apasionados sobre la
industria cuando ellos empiezan a estudiar. A lo largo de
cuatro años de estudios, los estudiantes mantienen su
pasión por el sector y sus estudios refuerzan sus sentimien-
tos positivos por la hospitalidad. Los estudiantes se
sintieron cercanos a sus pares en el mismo campo y los
describieron como entusiastas, amables y creativos.

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Revista Pucara, N.º 25 (183-204), 2013

Tabla 1: Razones para ingresar en el campo de Turismo y Gastronomía

2. Apoyo social para las elecciones de carrera

Al momento de tomar una decisión de carrera es importante el apoyo que
una persona recibe. El estudio encontró que el apoyo que los estudiantes
recibieron para la elección de su carrera era combinado. La familia tendía a
apoyar la decisión de estudiar Gastronomía y Turismo más que los amigos;
y las percepciones de los amigos, eran más comprensivas que las del público
en general (La tabla 1 resume las razones para ingresar en el campo).

El período de tiempo que un(a) estudiante estudia en la carrera también
influye en la cantidad de apoyo social que recibe de los familiares y amigos.
Como él/la entrevistado(a) 16, un(a) estudiante de Turismo, indicó la
cantidad de apoyo que recibió de su familia diciendo inicialmente: “Pensaron
que se trataba de un plan de estudios fácil, o sólo tiempo dedicado a viajar”.
A diferencia de esto, luego de que el entrevistado(a) 16 estudiara durante
cuatro años, la opinión de su familia cambió: “Ahora todo el mundo piensa
que es un plan de estudios que quisieran seguir; cuatro años de grandes
experiencias y de conocer gente. ¿Quién no quisiera seguir eso?”.

Percepciones de los
estudiantes sobre
los ambientes de
Trabajo en
Hospitalidad

Los estudiantes perciben que el sector de la hospitalidad
será estresante, al haber desarrollado un alto perfil de
clientes, cumplir con pesadas jornadas de trabajo, largas
horas y conflictos con sus compañeros. Sin embargo, ellos
también perciben el trabajo como satisfactorio y compen-
satorio. Ellos anticipan un grado de conflicto entre la vida
y el trabajo, y predicen que tendrán que sacrificar tiempo
con sus amigos y familia conforme ellos se vayan acoplan-
do a la industria y tengan que renunciar a ciertas activida-
des normales por sus funciones laborales en fines de
semana. Como resultado, algunos de ellos reportan estar
agradecidos por tener compañeros comprensivos, y otros
sienten que deberían buscar compañeros/as que los apoyen
en sus carreras de trabajo.

195

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

Mientras el apoyo recibido de la familia para el grupo era moderadamente
alto, siendo algunas familias más comprensivas en la decisión que otras, los
amigos fueron menos entusiastas sobre estudiar Turismo o Gastronomía en
general. Él/ la entrevistado(a) 6, un(a) estudiante de Gastronomía, explicó
que a la gente le era indiferente la elección de su carrera, a excepción de
su madre. Hoy en día le preguntan sobre consejos o recetas para eventos y
fiestas.

Aunque el apoyo de las personas más cercanas a los estudiantes era regular,
la opinión del público en general ha sido descrita como de incomprensión y
desprecio. Como él/la entrevistado(a) 3, un(a) estudiante de Turismo, declaró:
“Creo que la gente lo toma como una broma, no es un plan de estudios
para ser tomado en serio, o como una actividad que genera ingresos para el
país”. Los estudiantes informaron que la opinión del público en general no
ha cambiado durante todo el curso de estudios para estos estudiantes.

3. Impresiones sobre el sector

Los dieciséis estudiantes que fueron entrevistados, tuvieron diversas e
interesantes impresiones sobre las empresas a las que están a punto de unirse.
Estos estudiantes indicaron que sentían que el Turismo y la Gastronomía son
ámbitos llenos de estrés, pero que también traen consigo momentos llenos
de recompensas. El/la entrevistado(a) 9, un(a) estudiante de Gastronomía
explicó: “Sí, la carrera siempre trae presiones y quejas. Uno(a) siempre debe
estar preparado(a) para recibir quejas o recomendaciones para mejorar”.
Él/la entrevistado(a) 10, otro(a) estudiante de Gastronomía, declaró: “Sí [es
estresante], pero es gratificante al final”. Muchos de las entrevistados(as)
indicaron que algunas razones que generan estrés en el trabajo son: el trabajo
con un alto perfil de clientes, los conflictos con otros miembros del personal,
o las pesadas cargas de trabajo.

Otra forma de estrés para los/las entrevistados(as) era el conflicto entre
el trabajo y la vida. Los/las entrevistados(as) perciben que los conflictos
entre el trabajo y la vida se manifiestan en varias formas, una de ellas fue
un conflicto basado en el tiempo, como lo explicó él/la entrevistado(a) 16,
un(a) estudiante de Turismo: “Sí, por desgracia, el turismo es una actividad
en la que se trabaja cuando todo el mundo está de vacaciones”. De la misma

196

Revista Pucara, N.º 25 (183-204), 2013

manera, un conflicto de estrés también se anticipaba en la parte sentimental.
Así lo mencionaba él/la entrevistado(a) 10, un(a) estudiante de Gastronomía,
al afirmar: “Vivíamos juntos con mi pareja, pero mis horarios de trabajo
complicaron mi relación”, refiriéndose a cómo las responsabilidades del
puesto de trabajo afectaron su vida en el hogar. Él/la entrevistado(a) 9, un(a)
estudiante de Gastronomía, también se refirió a la necesidad de encontrar
una pareja que entendiera las demandas de un trabajo en la Gastronomía:
“Entonces, uno tiene que estar bien consciente de ello y debe planear bien
para que uno pueda tener un hogar, una esposa e hijos. Esto implicaría que
mi futura esposa debería conocerme y apoyarme en lo que hago”.

El estrés no fue la única impresión que los/las entrevistados(as) tuvieron
en cuanto al trabajo al tiempo completo en su campo de elección.
Ellos/ellas también hablaron sobre el desempeñar sus actividades laborales
en medio de un ambiente de trabajo lleno de compañerismo y amistad. Él/la
entrevistado(a) 13, un(a) estudiante de Turismo, afirmó que el ambiente de
trabajo debería ser “saludable, positivo y amigable”. Él/la entrevistado(a)
12, un(a) estudiante de Turismo, también afirmó que el trabajo debería ser
un lugar para “camaradería, donde todos estemos involucrados en diferentes
actividades”, lo cual fue también mencionado por él/la entrevistado(a) 8,
un(a) estudiante de Gastronomía, quien dijo que el trabajo debería ser un
lugar de “compañerismo”.

4. Perspectivas de carrera a largo plazo

Un área donde los/las entrevistados(as) tuvieron respuestas uniformes,
fue en el deseo de permanecer en una compañía por un largo plazo.
Ellos/ellas consideraron que tendrían más beneficios si permanecieran
con una compañía por un largo período de tiempo, que si facturaran por
sus servicios y cambiaran de trabajo permanentemente, buscando nuevos
horizontes. Los/las entrevistados(as) afirmaron que para sus futuras carreras
era importante el desarrollar su conocimiento con y sobre una compañía; así
también, el trabajar con un grupo estable de personas. Por otra parte, ellos/
ellas considerarían el dejar una compañía para unirse con su competidor
por razones económicas o para aprender. La preferencia uniforme fue el
permanecer por un tiempo extenso con la compañía que los contrató después
de su graduación.

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Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

En vez de cambiarse a la empresa de la competencia o de intentar ascender a
la cima de la organización, muchos de los entrevistados expresaron un deseo
de abrir sus propios negocios. El espíritu emprendedor de los entrevistados
fue convincente cuando discutían sobre sus planes de carrera después de
cinco años de haberse graduado. Dentro de cinco años, a él/la entrevistado(a)
2, un(a) estudiante de Gastronomía; le gustaría cambiar de puesto, dejando
de trabajar por una cadena de restaurantes, para tener a su propio negocio.
Esto se reflejó cuando dijo: “A mí me gustaría ser mi propio/a jefe/a”.
Él/la entrevistado(a) 3, un(a) estudiante de Gastronomía, fue más directa
en su opinión, “en cinco años, quiero hacer de mi negocio una franquicia.
Aunque sí es cierto, es muy poco tiempo. Bueno, sería espectacular, pero
soy bastante optimista. Quiero tener otro tipo de negocio en algún lugar de
Cuenca o en cualquier otro lugar, dependiendo de un estudio de mercado”.
Y él/la entrevistado(a) 11, un(a) estudiante de Turismo, también aseveró:
“…Espero tener mi propia compañía…”.

Tres de los dieciséis entrevistados(as) afirmaron que estarían interesados(as)
en regresar a la universidad. Tres de los dieciséis entrevistado(a)/s también
consideraron en unirse a industrias alternas como Nutrición o Enseñanza.
Dos de los/las dieciséis entrevistados(as) hablaron sobre trabajar en el
extranjero en las profesiones escogidas. Pero, nuevamente, la aplastante
mayoría de los estudiantes expresaron su deseo de abrir su nuevo negocio.
Cabe enfatizar que tres de los dieciséis estudiantes no tiene un plan dentro
de los cinco años después de la graduación y pocos tenían planes claros
sobre cómo sus carreras se podrían ver dentro de diez años en un trabajo a
tiempo completo (La Tabla 2 presenta un resumen del Perfil del Estudiante).

Razones para el Estudio Frecuencia Manifestada
Una Nueva Área de Carrera
Pasión por la Industria

Conexiones de Familia con la Industria
Experiencia previa con la Industria
Otros

6
5
3
3
4

Tabla 2: Un Resumen del Perfil del Estudiante

198

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Conclusión

Este artículo presentó un estudio llevado a cabo para encontrar algunos
de los factores comunes en las aspiraciones de carrera en estudiantes de
Hospitalidad. La información fue recogida a través de dieciséis entrevistas
individuales con estudiantes egresados y analizada a través de un enfoque
de la teoría fundamentada. Al emplear un tiempo considerable en explicar
la recolección de datos y el análisis de la información de los componentes
del estudio, los autores esperan estimular a otros a considerar la teoría
fundamentada como un recurso factible para analizar información cualitativa
a través de entrevistas individuales o grupales y sesiones de grupos focales.
Aunque el grupo de estudio investigado es específico, no existe razón por
la cual, una recolección similar y el análisis de métodos no puedan ser
aplicados también en otros campos de estudio.

El estudio encontró que las aspiraciones de carrera de los estudiantes de
Hospitalidad tendían a estar guiados e inducidos por factores comunes. El
gusto inicial al campo de estudio se originó de dos factores dominantes:
los estudiantes lo consideraron como un “nuevo” campo de estudio y
muchos de ellos tenían alguna experiencia laboral directa con el sector, o
una exposición indirecta al sector empresarial a través de familia y amigos.

Una vez que los estudiantes habían tomado sus decisiones, recibían,
generalmente, el apoyo de sus familias; sin embargo, sus amigos les eran
indiferentes en su apoyo. Desafortunadamente, los estudiantes sintieron que
la opinión del público en general sobre el sector –y por ende su elección de
carrera– era baja y a veces despectiva.

En sus aspiraciones para llegar a ser exitosos, los estudiantes tenían una
perspectiva realista del sector empresarial que habían escogido: ellos
se dieron cuenta que era estresante, que este implicaba largas jornadas,
arduo trabajo con una clientela exigente, y que este podría generar algunos
conflictos entre la vida laboral y personal, a lo largo del camino. Muchos
de ellos se dieron cuenta que la elección de un(a) compañero(a) de vida,
o de un(a) esposo(a) que los(as) ayude y que sea comprensivo(a), era muy
importante en este sentido.

199

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

Las aspiraciones de carrera a largo plazo de los estudiantes eran permanecer
con una compañía que tenga una buena imagen y que les ofrezcan un
trabajo con características de excelencia, durante un largo tiempo y formar
una vida de carrera laboral con la primera compañía que los contratara, al
finalizar la universidad. Aquella empresa no debería destacarse solamente
por su remuneración, sino también por brindar un ambiente de trabajo de
compañerismo. Este hallazgo fue contradictorio a las observaciones de
estudiantes similares y ejecutivos del sector empresarial en otros países,
donde la empresa y la fidelidad hacia la marca son bajas; y, el cambiar
de lugares de trabajo y de compañías es muy común entre gerentes de la
hospitalidad. Lo que también fue sorprendente, es que una gran mayoría de
encuestados deseaban ser propietarios de negocios independientes. Esto es
algo relativamente poco usual en otras culturas, en las cuales los estudiantes
se ven a sí mismos creciendo en cargos ejecutivos de una compañía, como
Directores Corporativos y Vicepresidentes, antes que ser propietarios de
negocios independientes.

Los estudiantes de Hospitalidad ingresan a sus programas de estudio con
una definición de aspiraciones de carrera relativamente buena, pero muchos
de ellos también dejan el sector durante los primeros años de trabajo. Esto
quiere decir, que la implicación para los ejecutivos del sector empresarial
es que la mejora del conocimiento sobre los factores que impactan las
aspiraciones de carrera de los estudiantes, y la información sobre lo que
les motivó a estudiar, les ayudará a anticipar problemas antes de que estos
surjan. Una notoria honestidad sobre lo que un cargo amerita y el tiempo
que este toma para ser alcanzado, en vez de hacerlo ver mejor de lo que es en
realidad, ayudará a los nuevos gerentes a lidiar con un ambiente de trabajo
estresante. A su vez, esta honestidad podría mitigar las desilusiones y talvez
reducir el número de personas que dejan frustradas el sector. Igualmente
sucede al considerar a recién graduados para un nivel de gestión más alto o
un puesto de supervisión, no porque ellos tengan experiencia, pero porque
tienen la potencial voluntad de ir a lo largo del camino manteniendo a
jóvenes empleados altamente calificados y motivados buscando motivación.
Muchos graduados dejan el sector luego de pocos años porque trabajan en
puestos que no necesitan un título universitario y porque se sienten atascados
en puestos con pocas oportunidades para crecer.

200

Revista Pucara, N.º 25 (183-204), 2013

Son muchas las implicaciones para programas de estudio en Hospitalidad:
los programas de estudio profesionales pueden usar esta información para
asegurarse que ellos informan a sus estudiantes honestamente sobre las
realidades de las carreras en los sectores de Turismo y de Hospitalidad.
Ellos también pueden hacerlo al exponer a menudo a los estudiantes a las
demandas del sector y al enseñarles materiales de curso exigentes, mientras
que se van ajustando a altos estándares profesionales. Las empresas de
hospitalidad son empresas donde el profesionalismo, la puntualidad y el
trabajo duro son altamente apreciados, y los profesores deberían demandar
aquellos mismos estándares de sus estudiantes y exhibir esas mismas
cualidades en sus comportamientos personales y profesionales.

Las clases deberían empezar y terminar a tiempo, las tareas deberían ser
enviadas a tiempo, presentadas profesionalmente y los estándares de
desarrollo no deberían demandar nada menos que la excelencia. El (La)
profesor(a) debería ser un modelo de rol en su comportamiento y en sus
actitudes tanto internas como externas en clase, y ejemplificar lo que es la
industria. Sólo entonces, los estudiantes entenderán lo que significa ser un
profesional de la hospitalidad, y solo entonces se reconocerán y premiarán
sus aspiraciones, y se respetará al campo de estudio como se respeta a
cualquier otro campo de estudio.

Lo que aplica a la educación profesional (de Hospitalidad), aplica a cualquier
otro campo de estudio: las motivaciones de los estudiantes y las aspiraciones
de carrera pueden cambiar, los programas de estudio pueden diferir, pero
un conjunto común de principios aplicados de excelencia beneficiarán a
cualquier estudiante en cualquier campo de estudio. Los profesores deberían
“aplicar lo que dicen” y ejemplificar en sus comportamientos y expectativas
lo que enseñan a sus estudiantes.

Sugerencias para futuras investigaciones

Aunque este estudio en particular se enfocó en las aspiraciones de carrera de
los estudiantes de Hospitalidad, sus implicaciones son aplicables a cualquier
otro campo de estudio. Una primera sugerencia, es duplicar este esfuerzo
en otros sectores y responder preguntas: ¿Qué motiva a los estudiantes de

201

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

Enfermería en el campo de la enfermería? Y, ¿por qué los estudiantes de
Arquitectura deciden llegar a ser arquitectos? El conocimiento sobre sus
aspiraciones de carrera les ayudará a formar sus programas de estudio y a
ayudar a sus profesores a ayudarles honestamente y con entusiasmo, de esta
manera reduciendo las tasas de abandono al graduarse.

Como este estudio solo usó una pequeña muestra de los estudiantes que
puede no ser significativo para la población que representa, un siguiente paso
lógico sería el incrementar el tamaño de la muestra y cambiar el enfoque del
estudio a una recolección de datos cuantitativos, por medio de una encuesta
administrada a todos los estudiantes en un programa de estudio. Mientras
que un método cualitativo ofrece información enriquecedora y detallada,
también es un método que ocupa tiempo y es limitado en su presentación.
Un enfoque por medio del método de encuesta, ofrecería información
sobre un grupo más grande de participantes que sea representativo para una
población mayor, permitiendo la generalización de resultados más allá del
tamaño de la muestra.

Posteriormente, una interesante línea de investigación sería seguir la pista
de las opiniones de aspiraciones de carrerea de los estudiantes sobre el
campo de trabajo tras la graduación. Unas preguntas interesantes a las cuales
responder serían: ¿Qué los motiva a continuar trabajando en este sector?
¿Qué los desmotiva y qué les hace buscar nuevos cargos? ¿Qué les hace en
general abandonar la industria? Y, ¿cómo podemos cambiar una tendencia
de tasas de abandono de carrera en los tres primeros años?

Finalmente, como esta es solamente una pequeña muestra de un programa
en una sola cultura, una posibilidad muy interesante para la investigación
futura existe en comparación con las opiniones y las aspiraciones en otras
culturas. Como se menciona anteriormente, este estudio sugiere que las
aspiraciones de carrera a largo plazo en Ecuador, pueden ser diferentes de
aquellas en otras culturas. Más allá de la comparación de lo que afecta a
las aspiraciones de carrera de los estudiantes, un estudio intercultural,
que use las observaciones de los estudiantes en diferentes culturas, podría
también brindar resultados interesantes sobre el efecto de la cultura en las
aspiraciones de carrera de los estudiantes y responder preguntas como:

202

Revista Pucara, N.º 25 (183-204), 2013

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¿Son las aspiraciones de carrera en una cultura colectivista, como el
Ecuador donde el apoyo de la familia y de los amigos es muy importante
y pertenecer a un “grupo es esencial–, diferentes de aquellas sociedades
individualistas, como Europa del Este, donde las motivaciones personales
están dirigidas por la preocupación del “sí mismo” antes que las del
“grupo”? Las preguntas son muchas al igual que las oportunidades para
futuras investigaciones.

La aplicación de entrevistas personalizadas a dieciséis estudiantes de las
carreras de Gastronomía y Turismo de la Facultad de Hospitalidad de la
Universidad de Cuenca, reveló que las principales motivaciones de los
estudiantes para este estudio de caso fueron influenciadas por el hecho de
que estas carreras se consideraban relativamente nuevas, y por la experiencia
de que diversos familiares estaban vinculados al sector de la Hospitalidad.
Las prácticas y experiencias dentro del sector empresarial fortalecieron e
incluso incrementaron la motivación de los estudiantes para continuar con
las carreras escogidas.

En cuanto a la influencia de terceros sobre la decisión de escoger una
carrera, fueron los familiares y amigos quienes tuvieron mayor incidencia.
La percepción de estos fue mejorando conforme al tiempo de trayectoria
en la carrera, presentando actitudes de apoyo e interés gradual hacia las
mismas.

203

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las...

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205

La edición universitaria como práctica de extensión y difusión ...

La edición universitaria como práctica de extensión
y difusión cultural de las universidades públicas en
América Latina: Estado de la cuestión y actualidad

University editions as a practice for the cultural extension and
diffusion by the public universities in Latin America:

State of the question and topicality

Jenny Teresita Guerra González
Universidad Nacional Autónoma de México, México

e-mail: jenn_guerra@hotmail.com

Resumen
La edición es componente fundamental de las labores de extensión y difusión
de las universidades públicas en América Latina porque a través de la
publicación de textos y productos multimedia de índole académica y cultural,
promueven la formación y actualización de estudiantes y profesores además
de socializar a la comunidad los resultados de la docencia y la investigación
de las casas de estudios en cuestión. Partiendo de las especificidades de la
edición universitaria, este trabajo ahonda en los orígenes de la actividad
editorial en las universidades del subcontinente, la importancia y formas de
organización (asociaciones y redes nacionales e internacionales) de estas
instituciones en la actualidad así como los problemas y retos a los que se
enfrentan.

Palabras clave: Edición universitaria pública, extensión universitaria,
América Latina, redes de editoriales.

Abstract
The publishing is a fundamental component of the outreach and pervasion of
public universities in Latin America for through the publication of texts and
multimedia production in an academic and cultural mold , promote students
and teachers’ training and updating in addition to socialize a community
with the results of teaching and research of the studies houses in question.
As from the specific publishing of the university, this work delves into the
origins of editorial in subcontinent’s universities, the value and forms of

206

Revista Pucara, N.º 25 (205-222), 2013

organization (associations as well as national and international networks)
of these institutions and the problems and challenges they face nowadays

Keywords: Public university publishing, university outreach, Latin
America, publishing networks.

***

Una editorial universitaria es una organización o empresa editorial que actúa
o funciona dentro del ámbito de una universidad y cuya actividad principal
es la de orientar, buscar, obtener, evaluar y seleccionar, para su publicación
y posterior difusión, obras académicas y literarias válidas, de calidad y/o
rigor científicos. Como señala Jorge Alfonso Sierra, en Marketing para
editoriales universitarias en el siglo XXI, una editorial universitaria y una
editorial privada tienen muy poca o ninguna diferencia de forma pero sí
poseen importantes y profundas diferencias de fondo. Para comenzar, la
editorial universitaria está inmersa en una institución, la universidad, cuyo
desempeño social tiene tres misiones específicas relacionadas con el saber:
«1. la docencia, 2. la investigación y 3. la extensión universitaria» (20-21).
Las dos primeras funciones, docencia e investigación, recaen, como es sabido,
en el ámbito específico de la universidad, pero se convierten en materia
prima y razón fundamental para que la editorial se nutra y produzca con base
en ellas. Una vez que el producto de la investigación o las necesidades de
la docencia han sido llevados al rango del libro o de publicación similar por
parte de la editorial, esta es la encargada de cumplir la tercera función de la
universidad: la extensión universitaria.
La extensión universitaria, cuya importancia es equiparable a las funciones
de docencia e investigación, concreta su accionar en este siglo XXI en cuatro
modelos: el altruista, el divulgativo, el concientizador y el vinculatorio
empresarial. Siendo los dos primeros la base y fundamento de las editoriales
universitarias ya que el modelo altruista, apoyado en la ley constitutiva para
la reapertura de la Universidad de México (1910) y el Movimiento Estudiantil
de Córdoba (1918), proclama la obligación de llevar los conocimientos de
la universidad al pueblo. En tanto que el modelo divulgativo, originado

207

La edición universitaria como práctica de extensión y difusión ...

en Estados Unidos, propone que la ciencia y la cultura universitaria deben
adaptarse para ser comprendidos por el pueblo, utilizando intensivamente
los medios de comunicación. Este modelo de extensión es el dominante
entre las instituciones de educación superior que producen y promueven
publicaciones, museos y exposiciones, conferencias, ciclos de cine y otras
actividades que «pretenden elevar la cultura de la población y por tanto su
bienestar» (Serna Alcántara 3-4).
Otra particularidad en las editoriales universitarias es que a diferencia de los
editores comerciales, el editor o director editorial universitario, además de
su formación, debe tener dos órganos consultivos –o uno que realice ambas
funciones– sumamente relevantes para el exitoso desarrollo de su gestión y,
por ende, de la misma editorial universitaria: los comités académicos y los
comités editoriales (ver figura 1.1).
Las labores de publicación y edición en una universidad sea pública o
privada se han institucionalizado tradicionalmente de estas tres formas:
1. Oficina de Publicaciones: Es una instancia dedicada a publicar material
institucional o bien de interés para la casa de estudios. En numerosa ocasiones
lleva a cabo las labores de edición, impresión y circulación pues sus textos
se dirigen a la comunidad estudiantil, de profesores e investigadores del
propio claustro. No busca que estos sean de interés para los lectores no
conocedores o externos.
2. Oficina Editorial: Tiene como función principal la publicación de un
reducido número de libros, revistas u otra clase de textos de la institución de
la cual es dependiente. Generalmente cuenta con poco personal. Las labores
de impresión las delega a un tercero aunque sí asume las de distribución y
edición. Se preocupa porque sus materiales trasciendan el espacio académico
aunque no cuenta con una estructura organizacional que se lo permita de
manera integral.
3. Editorial: Propone un vínculo más estrecho con la sociedad, decide su
presencia en el mercado de libros y publicaciones en general (misión y
objetivos), concibe acciones como las inscripciones legales del caso (ISBN,
ISSN e ISAN ) y se plantea un grado específico de profesionalización para
desarrollar las tareas correspondientes a una editorial (organigrama). Puede
ser independiente de la legislación universitaria y aun contar con apoyos
gubernamentales y de capital privado (Hernández, 2010).

208

Revista Pucara, N.º 25 (205-222), 2013

Sistema de incentivos a la
docencia e investigación (becas
institucionales, programas de
fortalecmiento, concurso, etc.)

Labor de docencia o
investigación /

Redacción y revisión por su autor

Presentación del manuscrito
por el profesor o investigador

para su dictaminación y
posterior publicación

Comité Editorial o
Directivo

Director
Editorial o

Editor General

Administración y/o
Financiera

Procesamiento Filológico
(Corrección Técnica y
Corrección de Estilo)
Corrección de Pruebas

Comité Académico

Comité Editorial

Producción (Diseño
y Diagramación)

Marketing y Ventas

Distribución y
Librerías

Figura 1.1 Cadena de la Edición Universitaria Hoy
(Elaboración propia con datos de Sierra, 2005)

209

La edición universitaria como práctica de extensión y difusión ...

Antecedentes históricos de la universidad como institución editora en
Latinoamérica
En América Latina, la edición formal de libros por parte de las universidades
se inicia en la primera década del siglo XX, no obstante que existen
antecedentes en la época colonial de emprendimientos de esta índole por
parte de la Real y Pontificia Universidad de México (1554) y la Real y
Pontificia Universidad de la Ciudad de los Reyes de Lima (hoy Universidad
Nacional Mayor de San Marcos). Con su refundación en 1910, la entonces
Universidad Nacional de México comienza la actividad editorial de tipo
universitario-formal en el país, al publicar el discurso de reapertura de esta
casa de estudios pronunciado por Justo Sierra en ese mismo año. A este texto
le seguirían la publicación de los clásicos por iniciativa de José Vasconcelos
como medida contra el analfabetismo. De manera seria y sistemática, el
proyecto editorial de la UNAM empezó en 1936 con la llamada Imprenta
Universitaria, que gestaría importantes colecciones como la “Biblioteca del
Estudiante” y “Poemas y ensayos”. Le siguen al proyecto editorial de la
UNAM en México, los de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
(1925), la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (1936), la
Universidad de Colima (1940), y El Colegio de México (1940).
El último espacio geográfico latinoamericano en el que se desarrolló la
edición universitaria fue Centroamérica. En 1942, la Universidad de Costa
Rica inició, por medio de la Oficina de Publicaciones, su actividad editorial
y en 1949 se fundó en Guatemala la Imprenta Universitaria aunque en la
América Central, las editoriales universitarias surgen mayoritariamente
hasta el tercer cuarto del siglo XX; un ejemplo es el de la Editorial
Universidad Nacional (EUNA) de Costa Rica, fundada en 1976. La mayor
editorial universitaria centroamericana, la Editorial de la Universidad Estatal
a Distancia de Costa Rica fue creada en 1979 (Situación de las Editoriales
Universitarias de Centroamérica 6).
Las editoriales universitarias que se
establecieron en nuestros países a partir de los 1940 se afincaron sobre la
base de tres momentos clave de la evolución de la edición académica que
tuvieron lugar en Estados Unidos, Francia y México: 1. la multiplicación de
las editoriales universitarias en su acepción moderna, es decir, editoriales
dirigidas por un comité o una junta de publicaciones constituida por
profesores y cuyo financiamiento proviene, según los casos, del presupuesto
de la universidad, de la venta de libros y revistas o de subvenciones o
donaciones (el ejemplo más notorio es el norteamericano, con la creación
de las editoriales de Cornell en 1869, John Hopkis (1878), Chicago

210

Revista Pucara, N.º 25 (205-222), 2013

(1891), Columbia y California en 1893). 2. La fundación de editoriales
universitarias sobre la base de una relación entre la publicación de libros y
una comunidad intelectual que no es una universidad pero que se arraiga en
el mundo académico (Presses Universitaires de France (1921) y Fondo de
Cultura Económica (1934)) y, 3. el surgimiento de editoriales vinculadas con
la universidad que no son editoriales universitarias sino editoriales privadas
que publican libros escritos por investigadores, profesores y textos dirigidos
a los estudiantes (Armand Colin, Gallimard y Le Seuil son buenos ejemplos
de esta situación) (Chartier en Polo 18).
Importancia y situación de las editoriales universitarias latinoamericanas
hoy
Las universidades no sólo publican la mayor parte de la producción científica,
técnica, social y de humanidades que se genera en las propias instituciones
actualmente, sino también la que proviene de espacios externos, ya que hay
traducciones que si no las editaran las universidades difícilmente estarían
en el mercado al tratarse de libros, en la mayoría de los casos, costosos o
hechos para un público muy especializado.
En América Latina las universidades juegan un rol significativo como
agentes editoriales y hacen importantes aportes a la oferta bibliográfica de
las áreas de las humanidades, ciencias sociales, ciencias exactas, biológicas
y tecnología. Las editoriales universitarias latinoamericanas cuentan
con catálogos prestigiosos tanto a nivel nacional como de la región. Sus
publicaciones son realizadas en gran parte por los académicos de estas
instituciones, con lo que promueven la circulación del conocimiento entre
la comunidad académica y estudiantil y en el ámbito general de la cultura y
las ciencias. Cuando su sede está situada en ciudades o provincias diferentes
a la capital, los catálogos cobijan obras de especial interés para el espacio
local.
En nuestros países existen casos relevantes de edición universitaria como
los de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que en el
año 2010 publicó un total de 2 341 títulos (entre libros, libros electrónicos y
publicaciones periódicas) y es hoy en día una de las más grandes editoriales
universitarias del subcontinente. Proyectos editoriales como los de la
Editorial Universitaria de Chile, la Universidad de los Andes en Colombia,
la Universidad de São Paulo, la Pontificia Universidad Católica del Perú y

211

La edición universitaria como práctica de extensión y difusión ...

la Universidad Nacional del Litoral en Argentina, son también ampliamente
reconocidos.

En 2009, último dato con el que se cuenta, la edición universitaria en
América Latina representó el 4% de la actividad editorial del subcontinente.
645 universidades registraron 12 432 títulos en las agencias ISBN. Con 4%
de participación, entre todos los agentes editores de la región, y el 10% de
las novedades, el sector editorial universitario se ubica como un eslabón
vital de la edición latinoamericana (Uribe 29, 48, 170). Brasil fue el país
en donde mayor cantidad de universidades registraron títulos en 2009, con
251 entidades que corresponden al 39.4% del total. Le siguen en orden
descendente, Colombia con 102 entidades, Argentina con 85, México con
67 y Chile y Perú con 45. Pese a estos indicadores, existe un número no
determinado de universidades que edita sin tener sello editorial, de manera
autónoma o en coedición, y/o a través de Internet.

El trabajo de las editoriales universitarias de Latinoamérica empezó a
ser valorado en los años cincuenta del siglo pasado como un espacio de
producción intelectual, científica y cultural de carácter autóctono que a la
larga se conforma como patrimonio cultural local, nacional y continental;
aunque no es hasta 1987 cuando en ocasión de la Reunión Regional de
Editoriales Universitarias, celebrada en la ciudad de Lima, se institucionalizó
su importancia con la creación de la Asociación de Editoriales Universitarias
de América Latina y el Caribe (EULAC).

La EULAC contó con el auspicio del CERLALC (Centro Regional para el
Fomento del Libro en América Latina y el Caribe), el Centro Internacional
de Investigaciones para el Desarrollo (CIID), la Internacional Association of
Scholary Publishers (IASPS) y la Universidad del Pacífico (Lima) para iniciar
un proyecto, que se mantiene activo hasta nuestros días, y que tiene como
finalidad primordial la de integrar y fortalecer a las diferentes editoriales
universitarias de la región. Su ideario se basa en el fomento a la producción,
publicación, distribución y amplia circulación de sus líneas editoriales, bajo
la convicción de que esta misión se cumplirá con la capacitación constante y
profesional de sus miembros. Digna de mención es la institucionalización de
la actividad editorial universitaria que ocurre casi de manera simultánea en
España, en donde en 1987 se conformó la ASEU (Asociación de Editoriales
Universitarias Españolas), hoy UNE (Unión de Editoriales Universitarias
Españolas) con sede en Madrid.

212

Revista Pucara, N.º 25 (205-222), 2013

Antes de los años noventa, las publicaciones universitarias eran muy
diferentes en el ámbito latinoamericano a como se conocen actualmente.
La realidad editorial en ese entonces estaba representada por una evidente
precariedad en el diseño editorial y la calidad de forma de los textos.
Las editoriales universitarias publicaban, la más de las veces, libros mal
diagramados, con buenos contenidos pero con muchas fallas desde el punto
de vista editorial.
Existía en esta última década del siglo XX, y persiste aún en varios casos,
una concepción equivocada de la razón de ser de las editoriales universitarias
en la región. Las universidades basaban su proyecto editorial en la actividad
industrial de imprimir. Las editoriales eran básicamente imprentas. Con
el nacimiento de grupos y asociaciones de centros de publicaciones y
editoriales universitarias ha sido posible, sin que se llegue a soluciones
totales, cualificar la labor editorial de las instituciones de educación superior
además de crear vínculos de colaboración en temas como la coedición, la
participación en ferias, la distribución y comercialización de textos y la
profesionalización de los involucrados en el ecosistema o cadena del libro
universitario. A la fecha se cuenta en América Latina con nueve redes y/o
asociaciones nacionales de editoriales universitarias públicas, cuya labor y
líneas de acción se resumen en el siguiente cuadro:

Nombre de la Red y
año de fundación

Número de integrantes
y modalidad
de participación

Misión y
plataforma de acciones

Asociación Peruana de
Editoriales Universita-
rias y de Escuelas
Superiores (APESU) .

Fue fundada el 27 de
octubre de 1988.

Asociación de Editoria-
les Universitarias de
Colombia (ASEUC) .

Tiene 8 miembros.

Cuenta con 47 afiliados,
de los cuales 4 no son
universidades sino
fundaciones educativas.

Sus objetivos se sintetizan así: la
integración de las editoriales; el
fomento de la producción y distribu-
ción del libro –especialmente el texto
universitario–, las publicaciones
periódicas y todos los materiales
impresos producto del quehacer
académico, el perfeccionamiento
técnico y administrativo de las
editoriales universitarias del Perú y la
difusión del pensamiento académico
hacia la comunidad.
Las actividades que desarrolla la
ASEUC están vinculadas con la labor
que realizan otros organismos como:
Cámara Colombiana del Libro;

1

2

1 http://www.biblioteca.udep.edu.pe/BibVirUDEP/tesis/pdf/1_125_204_398_4042.pdf
2 Mesografía: http://www.aseuc.org.co/quienes.html

213

La edición universitaria como práctica de extensión y difusión ...

Asociación Brasileña de
las Editoras Universita-
rias (ABEU)

Se constituyó legalmente
en Bogotá el 30 de abril
de 1990.

Fundada en 1991 en São
Paulo.

Red de Editoriales de
Universidades Naciona-
les (REUN)
Se creó en marzo de 1995
en la Universidad Nacio-
nal de La Plata, Argenti-
na.

Esta asociación concentra
a 100 instituciones
editoras que lo mismo son
universidades, museos,
fundaciones educativas y
culturales e imprentas
estatales.

Integran la red 25
editoriales de manera
permanente pero todas las
universidades argentinas
que tienen una editorial o
centro de publicaciones
(real, en formación o en
proyecto) son miembros y

Asociación Colombiana de Universi-
dades, ASCUN; Proexport de Colom-
bia; Ministerio de Educación; Asocia-
ción de Editoriales Universitarias de
América Latina y del Caribe
(EULAC) y Centro Regional para el
Fomento del Libro en América Latina
y el Caribe (CERLALC). Estas
actividades buscan el crecimiento, la
socialización, la divulgación y la
comercialización de la producción
editorial universitaria.
La meta principal de ASEUC es
integrar a las editoriales universitarias
colombianas y fomentar la produc-
ción y distribución del libro universi-
tario, tanto impreso como electrónico.

Los interesados en participar en la
ABEU deben afiliarse mediante una
cuota que difiere según el número de
publicaciones anuales que editen,
empleándose los siguientes criterios
(0 a 12, 13 a 25 y 26 o más). La
decisión final de aprobación de un
nuevo miembro recae en la valoración
que de su producción editorial hace la
Junta Directiva.

La agrupación ha participado en
Bienales del Libro, Ferias y Encuen-
tros nacionales e internacionales.
También ha instituido el Programa
Interuniversitário para Distribuição
de Livro (PIDL) que tiene como
objetivo divulgar y comercializar los
libros producidos por las editoriales
universitarias asociadas a la ABEU.

Comenzó a operar de forma sostenida
en 1997 con la participación en ferias
del sector y jornadas realizadas con
cinco objetivo básicos:

1. Intercambio de información y
asesoramiento entre editoriales.

3

4.

.

3 Mesografía: http://www.abeu.org.br
4 Mesografía: http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001494/149476so.pdf

214

Revista Pucara, N.º 25 (205-222), 2013

Asociación de Editoria-
les Universitarias de
Venezuela (ASEUV) .

Sistema Editorial
Universitario

Centroamericano
(SEDUCA) .

Se creó en marzo de 1995
en la Universidad Nacio-
nal de La Plata, Argenti-
na.

pueden participar de la
REUN. Tienen voz y voto
en las acciones que
proponga la Red durante
sus jornadas anuales.

La ASEUV es una
asociación civil sin fines
de lucro conformada por
diecisiete instituciones de
las cuales dieciséis son
públicas y una privada.

Agrupa a 17 universida-
des estatales de los siete
países de la región.

2. Mejoramiento del sistema de
producción para reducir costos.
3. Articulación de un sistema de
coediciones.
4. Afianzamiento de un sistema de
distribución y comercialización para
convertir a cada editorial en una boca
de ventas de todas las demás.
5. Intercambio en capacitación para
optimizar los recursos humanos y
técnicos.

Esta asociación tiene entre sus
objetivos:

• Fomentar la edición, producción,
distribución y comercialización del
libro universitario dentro y fuera del
país. Así como de las publicaciones
periódicas y demás productos
editoriales provenientes del quehacer
académico institucional del país.
• Propiciar la creación de editoriales
universitarias en las casas de estudios
superiores venezolanas.
• Servir de canal de información entre
las editoriales universitarias venezo-
lanas asociadas.
• Estimular el uso de los adelantos
tecnológicos en los procesos editoria-
les.
• Participar en nombre de sus
asociados en reuniones locales,
nacionales, regionales e internaciona-
les donde se planteen, sometan y
discutan problemas de interés de las
editoriales universitarias venezola-
nas.

La misión del SEDUCA es difundir
el pensamiento universitario
centroamericano en las distintas
áreas del conocimiento que contribu-
ya al desarrollo integral, la difusión
de valores, la transferencia de

5

6

5 Mesografía: http://investigacion.unet.edu.ve/feunet/ASEUV.pdf
6 Mesografía: http://seduca.csuca.org/drupal/?q=node/89

215

La edición universitaria como práctica de extensión y difusión ...

conocimiento y a profundizar y
fortalecer la identidad regional
mediante la cooperación en el campo
editorial.

Para cumplir con su misión, el
SEDUCA estableció las políticas
editoriales siguientes: 1) Políticas de
Selección; 2) Políticas de Producción;
3) Políticas de Distribución, y 4)
Políticas de Precios.
Los objetivos de este sistema de
edición universitaria pueden resumir-
se de la siguiente manera:
1) Que la producción editorial del
SEDUCA, llene los requerimientos
en relación a calidad en su contenido,
de acuerdo a los fines del Consejo
Superior Universitario Centroameri-
cano (CSUCA).
2) Que el SEDUCA sea un
instrumento de apoyo a las distintas
universidades para promover y
divulgar aquellos materiales
bibliográficos que tengan como fin
buscar la integración y desarrollo de
la región centroamericana.
3) Disponer de mecanismos que
permitan distribuir la producción
editorial del Sistema, en toda la
región centroamericana.
4) Disponer la producción editorial
del Sistema a precios accesibles al
público en general.

Red de Editoriales
Universitarias y

Académicas de México
(Red ALTEXTO) .

Creada en noviembre de
2006, es un proyecto de la
Universidad de Guadala-
jara.

Se creó en 2004 como
parte del Segundo Plan
para la Integración
Regional de la Educación
Superior Centroamerica-
na (PIRESC II) que la
Confederación Universi-
taria Centroamericana
ejecuta desde 1996.

La integran 50 miembros
entre universidades y
centros de investigación
pertenecientes a la
ANUIES (Asociación
Nacional de Universida-
des e Instituciones de
Educación Superior).

La Red Nacional Altexto trabaja en
cuatro líneas:
– Representa a las editoriales de las
instituciones de educación superior de
México frente a organismos similares
nacionales e internacionales.
– Incrementa la distribución y
comercialización de los libros
publicados por las instituciones de
educación superior.
– Facilita la participación de sus
instituciones en ferias del libro
nacionales e internacionales.

7


7 Mesografía: http://www.anuies.mx/r_academicas/red_nacional_altexto.php

216

Revista Pucara, N.º 25 (205-222), 2013

– Desarrolla proyectos editoriales en
coedición entre sus integrantes y con
otras instituciones.
La Red Nacional Altexto se compone
de un coordinador, un secretario
técnico y ocho comisiones de trabajo,
estas atienden aquellos asuntos que es
urgente resolver en el quehacer
editorial de las instituciones de
educación superior mexicanas tales
como derechos de autor y coedicio-
nes; capacitación; promoción del
libro y la lectura; bases de datos y
estadísticas; información y página
web; catálogo; comercialización y
bibliotecas.

Editoriales Universita-
rias Públicas Costarri-

censes (EDUPUC) .

Fue creada en 2008 por la
Comisión Nacional de
Rectores (CONARE) de
Costa Rica.

EDUPUC está conforma-
da por la Editorial de la
Universidad Nacional de
Costa Rica (EUNA), la
Editorial de la Universi-
dad Estatal a Distancia
(EUNED), la Editorial
Universidad de Costa
Rica (Editorial UCR) y la
Editorial del Instituto
Tecnológico de Costa
Rica (Editorial Tecnológi-
ca de Costa Rica).

Anualmente estas cuatro
universidades, producen
más del 50% de los libros
editados en el país
centroamericano.

Este proyecto tiene como propósito
promover acciones conjuntas entre las
cuatro editoriales de las universidades
estatales costarricenses. El objetivo
fundamental es difundir el conoci-
miento generado en estas casas de
estudio así como ofrecer a la sociedad
costarricense y al resto de la región
obras de alto valor científico, tecnoló-
gico, histórico, cultural, pedagógico,
artístico o literario. Para alcanzar esta
meta propone las siguientes tres
actividades:

1.) En el ámbito de la difusión,
organizar una feria universitaria del
libro.
2.) Participación en ferias internacio-
nales del libro, en las cuales es
posible realizar procesos de
comercialización y venta de las obras
producidas.
3.) Publicación de un catálogo
conjunto que permita facilitar la
promoción de las obras universitarias,
4.) Publicación en coedición, de
obras de interés para las cuatro
instituciones, lo que permitirá
eventualmente la creación de un sello
editorial universitario (amparado a
CONARE).

8

8 Mesografía: http://www.csuca.org/seduca/Catalogo_2009_EDUPUC.pdf

217

La edición universitaria como práctica de extensión y difusión ...

Red de Editoriales
Universitarias de

Ecuador (REUDE).

Constituida el 18 de junio
de 2010 en la Universidad
Laica Eloy Alfaro de
Manabí (ULEAM). Su
presidente es Ubaldo Gil
quien también es Vicepre-
sidente de la EULAC.

La integran 19 miembros. Su propósito es consolidar, diversifi-
car, mejorar y ampliar los servicios
que ofrecen las editoriales de las
Universidades y Escuelas Politécni-
cas del Ecuador, privilegiando la
cooperación editorial.

Se han realizado reuniones de trabajo
en distintas ciudades del país para
consolidar la formación de la Red, así
como para establecer acuerdos en
beneficio de las publicaciones univer-
sitarias del país sudamericano.

9

Cuadro 1.1. Asociaciones Nacionales de Editoriales Universitarias
Públicas en América Latina

Sumamos a las redes y/o asociaciones de editoriales universitarias que
como observamos, se crean mayoritariamente a fines del siglo XX, otros
importantes proyectos que las universidades públicas latinoamericanas
por medio de sus oficinas de publicaciones, centros editores, editoriales y
redes han puesto en marcha y que han marcado un hito en las actividades de
esta industria a nivel regional y global. En el siguiente listado enumeramos
aquellas que tienen o tuvieron mayor trascendencia epistemológica y de
vínculo con la sociedad:

a. La fundación en 1958 de la que a la postre sería considera un
modelo de editorial universitaria en el continente y más allá
de sus fronteras, la argentina EUDEBA10. La Editorial de la
Universidad de Buenos Aires fue una iniciativa de Rusieri
Frondizi, rector de esta casa de estudios y su primer editor y
gerente fue Boris Spivacow, quien convertiría a EUDEBA en
uno de los sellos editoriales más importantes en América Latina.
«EUDEBA vendía libros en sus propios quioscos callejeros,
una novedad desconocida hasta que se vio gente haciendo cola
en la calle Florida» recuerda Beatriz Sarlo en un artículo para

9 Mesografía: http://reude.blogspot.com/
10 Mesografía: http://www.uba.ar/eudeba/contenidos.php?m=1

218

Revista Pucara, N.º 25 (205-222), 2013

el diario Clarín de abril de 2006211. Los libros eran vendidos
en paquetes de cuatro ejemplares, muy baratos, ilustrados, de
diseño moderno, que compraban por igual universitarios que
trabajadores, amas de casa o niños. La presencia y el peso
del diseño organizacional de Spivacow puede revalorizarse
accediendo al libro-memoria que le dedicó Delia Maunas;
Boris Spivacow. Memoria de un sueño argentino
(Colihue,
1995), que culmina con dos docenas de entrevistas a sus más
cercanos colaboradores. Lo cierto es que tras el golpe militar en
la universidad en 1966, en la “Noche de los bastones largos”,
Boris dejaba 802 títulos nuevos, 281 reediciones, 11 461 032
ejemplares vendidos, una empresa que no daba pérdidas y
multitudes que ya sabían que leer era un derecho irrenunciable.
Su último éxito había sido un Martín Fierro ilustrado por
Castagnino que hoy es un clásico cuya tapa recorrió el mundo
y del que se vendieron tres ediciones en tres meses con un total
de 170 000 ejemplares.

b. Una de las ferias con mayor tradición en la región, la Feria
del Libro del Palacio de Minería en México, evento que es
organizado anualmente por la Facultad de Ingeniería de la
UNAM desde 1974. En su última edición de febrero de 2012
reunió un aproximado de 151 mil asistentes, una oferta de
35 mil títulos y un programa de actividades académicas y
culturales superior a 1 000 12.3

c. La Librería de la U (http://www.lalibreriadelau.com), portal
en Internet a cargo de la ASEUC (Asociación de Editoriales
Universitarias de Colombia) que nace en 2004 y en el que
se comercializan los libros, e-books, películas y revistas de
los miembros de esta red al igual que de otras editoriales
universitarias hispanas (Universidad Central de Venezuela,
Universidad Complutense de Madrid, Universidad de

11 “Más libros para más” en Clarín del 02 de abril de 2006. Disponible en: http://
edant.clarin.com/diario/2006/04/02/sociedad/s-01169623.htm

12 “151 000 visitantes recibió la FIL de Minería” en El Universal del 5 de marzo de
2012. Disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/notas/834165.html

219

La edición universitaria como práctica de extensión y difusión ...

Zaragoza), y editoras académicas comerciales internacionales
como Fondo de Cultura Económica, AlfaOmega, Mc-Graw
Hill, Santillana, Revista de Occidente, etc. Esta librería en línea
también pone a disposición del internauta, textos electrónicos
de la ASEUC, CERLALC y otras instituciones para que sean
consultados de forma gratuita.

d. El LUR (Libro Universitario Regional), programa de la EULAC
que tuvo por objetivo la difusión de conocimientos innovadores
y relevantes para el desarrollo de la región en las universidades
latinoamericanas, mediante la publicación y comercialización
de libros. La Editorial Tecnológica de Costa Rica (ET) actuó
hasta 2005 como Centro de Producción (pre-prensa). El LUR
pretendió que las diferentes editoriales universitarias llevaran
a cabo proyectos de coedición, mismos que sumaron catorce
libros con títulos como: Violencia y paz en América Latina,
Soberanía y política económica en América Latina, Género y
salud reproductiva en América Latina
, entre otros.

e. La organización –a partir de 2005– del Foro Internacional de
Edición Universitaria
por la Universidad de Guadalajara y la
Red Altexto, primero en su tipo en el ámbito iberoamericano
que cuenta con el apoyo y la participación de la UNE (Unión
de Editoriales Universitarias Españolas) y de profesionales en
el sector de Europa y los Estados Unidos.

f. La Muestra del Libro Universitario de América Latina y el
Caribe en Educación Superior
, realizada en el marco de la
Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) en
Cartagena de Indias, Colombia en 2008 donde se reunieron
las colecciones editoriales de más de cien universidades con
títulos de educación. La muestra fue impulsada por el Instituto
Internacional para la Educación Superior en América Latina
y el Caribe (IESALC) y el CERLALC, y contó con el apoyo
del Ministerio de Educación de Colombia. Más de 3 500
representantes de todas las universidades de la región tuvieron
acceso a ella.

220

Revista Pucara, N.º 25 (205-222), 2013

g. La marca Libro Universitario Argentino (LUA) que identifica
a los libros universitarios editados y publicados por las
universidades de gestión pública de la Argentina. Esta marca
fue registrada por la Red de las Editoriales de las Universidades
Nacionales (REUN) en 2011 (http://plua.educ.ar/) y para el
presente año, 2012, cuentan ya con un catálogo de 58 títulos
que con el aval del Programa Sur413 (ProSur) se ofrecen a
editores de otros países para su traducción y publicación en
diferentes lenguas.

Consideraciones finales

La notoriedad y logros de las editoriales universitarias del subcontinente
arriba enunciados serían insuficientes para terminar de contextualizar el
momento actual por el que pasan estas empresas en el seno de una de las
instituciones con mayor peso social y cultural; razón por la cual se mencionan
aquí los principales problemas que enfrenta la edición universitaria en los
países latinoamericanos:

13 A fin de promover el conocimiento de obras de la literatura y el pensamiento
argentinos en el exterior se estableció por Resolución Ministerial (Ministerio de Relaciones
Exteriores y Culto de la República Argentina) N.°41 del 2 de febrero de 2009 el Programa
de apoyo a la traducción para favorecer y fortalecer la edición de esas obras en lenguas
extranjeras. Algunas de las características del PROSUR son:

1. Las obras pueden ser elegidas dentro de los distintos géneros literarios y de autores
argentinos clásicos y contemporáneos, cuyas temáticas sean representativas de la
identidad nacional.

2. El Programa ha sido lanzado en función del compromiso asumido por el Gobierno
Argentino de promover la traducción de obras de autores argentinos para facilitar
su edición en lenguas extranjeras y difundir el imaginario, ideas y valores del país
en el exterior.

3. Las subvenciones se otorgan a editores extranjeros contra el compromiso de
publicar las obras antes del 30 de noviembre del año siguiente a la convocatoria

4. Los editores argentinos, los autores de las obras o los agentes que posean los
derechos de autor pueden actuar en representación de los editores extranjeros, pero
el pago se realiza siempre a estos últimos.

5. Las obras deben haber sido escritas en español por autores argentinos y deberán
haber sido editadas previamente.

Desde su creación hasta la fecha el PROGRAMA SUR lleva subsidiadas más de 400 obras
traducidas a más de 34 idiomas. Mesografía: http://programa-sur.mrecic.gov.ar/

221

La edición universitaria como práctica de extensión y difusión ...

La falta de definición en la finalidad. Si bien se suele reconocer
que las editoriales universitarias publican para satisfacer
las necesidades de la propia universidad, como apoyo a la
docencia; para divulgar la investigación y para acercar a la
sociedad el conocimiento que se produce en esta institución de
educación superior e incluso para remediar vacíos culturales
de los que no se ocupa la industria editorial comercial, rara vez
se reconoce que publican también y sobre todo, para satisfacer
otras necesidades del personal académico vinculadas con la
promoción curricular y jerárquica. Se publica además, para
satisfacer necesidades políticas de las autoridades universitarias
en turno.

La ineficiencia generada por la falta de definición en la
finalidad, lo que conlleva a la discontinuidad o inconsistencia
de los catálogos universitarios;
a la existencia de colecciones
con uno o dos títulos, a las ediciones costosas u obsoletas y,
finalmente, a tener las bodegas al tope.

La dependencia de la estructura burocrática-administrativa de
la universidad
que conduce a la falta de autonomía editorial,
administrativa y financiera. La mayoría de los sellos dependen
del presupuesto público que se vuelve cada vez más limitado.
Los ingresos por ventas, debido a disposiciones administrativas
de las universidades no se reinvierten en las editoriales.
La carencia de equipos profesionales principalmente en las
áreas de promoción y comercialización
.

La escasa y lenta distribución de los textos universitarios, y la
carencia de estrategias comerciales y de planes de distribución,
promoción y ventas.

El hecho de que las editoriales universitarias y de instituciones
de educación superior se han manejado como instituciones y
no como empresas
. En esa dicotomía se encuentra entonces
su conflicto, es decir, tienen un presupuesto y deben producir

222

Revista Pucara, N.º 25 (205-222), 2013

una cantidad de títulos que justifiquen dicha asignación pero
no se piensa en recuperar y mucho menos en incrementar esa
inversión.

Los responsables de las editoriales universitarias producen
libros pero no son administradores y raras veces contemplan el
proceso editorial en su conjunto
. Ello ocasiona desvinculación
entre los programas de estudio de la institución y los programas
editoriales, lo que repercute en la carencia de libros propios
(científicos y técnicos) en número suficiente en beneficio de las
traducciones o de textos externos.

Fuentes de consulta:
Chartier, Roger. “La Universidad y la Edición: Pasado, Presente, Futuro”.

Conferencia Magistral presentada en la apertura del Congreso
Internacional de Edición Universitaria. En Polo Pujadas, Magda,
coordinadora (2007). Innovación y retos de la edición universitaria.
Madrid: Unión de Editoriales Universitarias Españolas, 2007.

Hernández, Hilda Elena. “Las lógicas del mundo académico y la
transformación de la edición universitaria”. Ponencia presentada en
el IV Foro Internacional de Edición Universitaria. Reformar para
Posicionar
. 29 y 30 de noviembre de 2010. Feria Internacional del
Libro de Guadalajara 2010.

Serna Alcántara, Gonzalo Aquiles. “Misión social y modelos de extensión
universitaria: del entusiasmo al desdén”. En Revista Iberoamericana
de Educación,
núm. 43 junio de 2007. Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).
Madrid. Pp. 1-7.

Sierra Quinte, Jorge Alfonso. Marketing para editoriales universitarias en
el siglo XXI.
San José de Costa Rica: Editorial DirectLibros, 2005.

Situación de las Editoriales Universitarias de Centroamérica. Ciudad de
Guatemala: IESALC/Secretaría Permanente del CSUCA, 2003.

Uribe Schroeder, Richard (dir.) El espacio iberoamericano del libro 2010.
Santiago de Chile: CERLALC/Cámara Chilena del Libro/Fundación
Grupo Iberoamericano de Editores, 2010.

223

¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la...

¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia
de la alfabetización académica1

Teaching writing at the university? Academic literacy emergency
Gloria Riera, Guillermo Cordero, Manuel Villavicencio

Universidad de Cuenca, Ecuador

Resumen
Este artículo tiene el objetivo de plantear la discusión sobre la emergencia
de la escritura académica en la universidad ecuatoriana. En un primer
momento, abordaremos el estado del arte describiendo cómo las
universidades latinoamericanas, europeas y norteamericanas han enfrentado
esta problemática. Más tarde, analizaremos la situación de la escritura
académica en la Universidad de Cuenca y, finalmente, daremos cuenta de
dos respuestas que, desde la Facultad de Filosofía, hemos planteado para
abrir el diálogo con el resto de facultades y universidades del país.

Palabras clave: alfabetización académica, lectura, escritura.

Abstract:
The aim of this paper is to elicit the discussion about the emergency that has
been generated in the field of academic writing in the Ecuadorian University.
As an initial approach, we will consider the state of the arts by describing
the ways Latin-American, European and North-American universities have
faced this problem. Afterwards, we will analyze the situation of academic
writing at the University of Cuenca. Finally, we will give an account of two
propositions from the Faculty of Philosophy in order to start a conversation
with other faculties and universities of the country.
Key words: academic literacy, reading, writing.

1 Este artículo se inserta dentro del proyecto de investigación titulado “Alfabetización
académica: comprensión y producción de textos en la universidad” (julio 2012), en el que
participan Manuel Villavicencio, Guillermo Cordero y Gloria Riera. Desde el Centro de
Escritura colaboran Nancy Mora y Cecilia Heredia.

224

Revista Pucara, N.º 25 (223-242), 2013

Escribir es un intento de pensar con precisión.
Adolfo Bioy CAsAres

Hemos comenzado planteando una pregunta porque, por curioso que podría
parecer, la necesidad de enseñar a escribir en la universidad, en muchos
ámbitos académicos locales, se considera una necesidad ya “satisfecha”
en la enseñanza secundaria o, en el mejor de los casos, una solución que
pretende remediar sus posibles deficiencias. Y no se trata de lo uno ni lo otro.
La emergencia de la alfabetización académica es una realidad consabida en
gran parte del orbe académico occidental y tiene su explicación.
¿Por qué enseñar a escribir en la universidad? La respuesta nos lleva
a recordar que, en primer lugar, el lenguaje es una habilidad de enorme
complejidad y que, además, entraña dominios específicos. Hymes, en
1971, introdujo la noción de competencia comunicativa y extendió su
significación. Una cosa, decía Hymes, es tener la competencia en el código
(saber la lengua, esa que aprendemos desde la cuna), otra cosa es poder
producir textos (requerimos saber reglas gramaticales, reglas de cohesión y
de coherencia). Además debemos tener competencia sociolingüística para
ajustar la lengua al contexto de uso, para saber cuándo emplear un lenguaje
formal y cuándo no, y competencia estratégica: el conjunto de habilidades
que nos ayudan a evitar dificultades o a reparar rupturas en la comunicación.
Por otro lado, la competencia lingüística que posee un literato difiere de la
competencia de un economista, un abogado o un médico, pues cada dominio
del conocimiento maneja unas prácticas comunicativas específicas. En
cada comunidad se presentan usos particulares de la lengua, ciertas reglas
de juego, como dice Cummins (82), que son asumidas por sus miembros.
Escribir no es, por tanto, una habilidad que se aprende de una vez y para
siempre, tampoco una adquisición elemental aplicable a cualquier contexto.
De estas dos afirmaciones se deriva, por silogismo, una tercera: la academia,
en tanto contexto específico, requiere competencias discursivas específicas.
La enseñanza de la escritura académica es, sin lugar a dudas, una necesidad
apremiante.
Pero, ¿qué competencias particulares demanda la academia? Su
particularidad deviene de la manera en que las disciplinas científicas
promueven la aproximación al conocimiento impartido, por eso es una
comunidad discursiva específica. Los textos científicos, como observa

225

¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la...

Hyland (3), poseen un sofisticado camino de representación de las ideas,
un uso que resulta “incongruente” con las prácticas de escritura que hasta
entonces había ejercitado el estudiante que recién ingresa a la universidad:
trata los eventos atendiendo las causas y consecuencias, establece relaciones
entre las ideas, ‘disfraza’ las enunciaciones para vestirlas con el lenguaje de
la disciplina (el ‘dolor de cabeza’ cambia a cefalea, la ‘viuda’ pasa a ser la
cónyuge sobreviviente). Carlino, por su lado, sostiene que el nivel superior
exige el análisis y la aplicación del conocimiento impartido, mientras que
la secundaria espera, comúnmente, la transcripción. Si en la universidad se
proponen distintas perspectivas acerca de un mismo fenómeno, en la escuela
media se enseña que el saber es verdadero o falso. Para la universidad,
el conocimiento tiene autores e historia, en los niveles previos los
conocimientos se presentan de forma anónima y atemporal (“Alfabetización
académica” 410).
Este uso específico obliga a usar géneros inéditos (artículos científicos,
ensayos argumentativos, tesis, monografías) y a emplear una retórica y
recursos formales que nunca habían sido manejados por el estudiante
que recién llega a la universidad: elementos paratextuales como notas al
pie de página, formulación de abtracts, inserción de citas largas y cortas,
continua alusión a nombres, la exposición de métodos, redacción de
conclusiones, entre otros. A esto hay que sumar las particularidades de los
discursos disciplinares, que emplean lenguajes icónicos, términos técnicos
y semitécnicos, subgéneros más específicos aún, por citar algunos ejemplos.
La naturaleza particular de estos saberes configura culturas que se traslucen
en métodos y prototipos de pensar y escribir.
Un segundo de enorme peso para impulsar la escritura académica: el poder
epistémico de la escritura. Como explica la psicología cognitiva, el lenguaje
favorece la expresión de los pensamientos y estos, a su vez, provienen de las
actividades intelectuales que desarrolla el ser humano. Cada pensamiento
busca efectuar conexiones entre las cosas e ideas (Visgostky 285) y de darle
sentido a esos nexos, luego busca los signos lingüísticos que expresarán
los significados que ha construido. No se trata de una supremacía de lo
escrito sobre lo oral, mucho menos estipular una causalidad entre escritura-
cognición y escritura-educación. Lo que recalcamos es el papel que cumple
la escritura en la organización del pensamiento, en un ambiente de educación
formal como la universidad: poner las ideas por escrito nos ayuda a procesar
la información que deseamos comunicar de forma diferente a como lo
expresaríamos por medio de la lengua oral.

226

Revista Pucara, N.º 25 (223-242), 2013

La actividad de la escritura propicia ciertos hábitos mentales y estimula
las destrezas cognitivas para clasificar, representar la escritura, analizar la
expresión, adecuar textos a ciertos contextos, exige organizar y jerarquizar
la información, establecer relaciones causales entre las ideas; favorece la
reflexión, el razonamiento lógico, la distinción entre datos e interpretación,
la adquisición del metalenguaje... En general, Vygostky (247) lo destaca, la
escritura implica una doble abstracción: la abstracción del sonido del habla
y la abstracción del interlocutor y esta abstracción beneficia a las funciones
cognitivas “superiores” de análisis y síntesis. Los procesos cognitivos que
entraña la escritura conforman un hábito de pensamiento porque se ponen en
juego mucho más que la armonía o la elegancia de un escrito.
El otro factor decisivo para entender la emergencia de la alfabetización
académica fue el constatar que la escritura del estudiante, como producto
final, poseía enormes deficiencias. De hecho, la inquietud por el asunto
es tema de muchas discusiones educativas, es prácticamente un discurso
público. Martins, en su artículo “Sobre la escritura académica en América
Latina: síntesis de los estudios en Argentina, México y Venezuela”
destaca algunas de las problemáticas más comunes de estos textos:
deficiente estructuración de las oraciones, escrituras descontextualizadas y
fragmentarias, composiciones que omiten términos o realizan sustituciones
incorrectas, alteraciones inadecuadas del orden sintáctico, limitaciones en la
ortografía, léxico impropio, mal uso de los signos de puntuación, falencias
al engarzar ideas causales, descuido de las normas gramaticales. La razón
de esta incorreción radica en la ausencia de reflexión sobre lo que implica
la tarea de escribir.
La perturbación se incrementó cuando se reparó que estos problemas influían
directamente en las prácticas investigativas que realizan las academias –la
escritura es parte de cualquier proceso de investigación– y esto afectaba
directamente en la calidad educativa de las universidades, cada día sujeta
a continuas evaluaciones, mediante la producción y divulgación del
conocimiento. El tratamiento lingüístico y pedagógico que se le entregue a
la escritura del estudiante puede repercutir proporcionalmente en un mejor
manejo de la escritura y un mejor manejo de la escritura puede dar paso a
profesionales con mejores herramientas para las tareas investigativas.
Los sistemas universitarios actuales, que se mueven dentro del modelo de
desarrollo de influencia filosófico positivista, se orientan por la ideología del
progreso, paradigma en el cual la investigación, la enseñanza-aprendizaje

227

¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la...

de las ciencias y sus aplicaciones tecnológicas deben producir un impacto
productivo y social (Didou 115). En este sentido, la universidad debe
permitir la inserción del alumno en esta cultura de la investigación para la
ciencia y debe probar, cada vez más, que está cumpliendo ese rol.
Uno de los índices, tal vez el más importante, que permite el control
del impacto productivo y social de una universidad está directamente
relacionado con la escritura académica, es la publicación científica: los
escritos se asocian con la investigación y la investigación con la calidad de
la universidad. La cantidad de elementos preparados para ser parte de este
modelo repercute en el estatus de la universidad y de las naciones, pues
supone que cuentan con recursos materiales y humanos disponibles para
incorporarse en el sistema productivo y social que producirá bienestar y
progreso (Lema 111). Esto es cierto a tal punto que, lo sintetiza Hyland, la
investigación, las disciplinas y las carreras profesionales están definidas y
construidas según lo que hagamos a través de la escritura.
En definitiva, las prácticas de escritura universitarias no pueden pasar
desapercibidas bajo el supuesto de que se trata de una competencia que
prolonga las habilidades aprendidas en la escolaridad previa o, peor aún,
bajo el supuesto de la inatención, pereza, educación pobre o deficiencias
cognitivas de los estudiantes. Afortunadamente, cada día se multiplican las
instituciones y las políticas que así lo entienden.
La escritura académica en el panorama occidental
La atención que debemos prestarle a esta escritura se puede juzgar con mejores
argumentos si revisamos el tratamiento que recibe en las universidades
norteamericanas que han urdido un complejo sistema pedagógico para su
enseñanza2. Desde el English for Specific Purposes (ESP), que prorrumpió
entre los años 1960 y 1970, han surgido subespecializaciones y hoy las
academias cuentan con varias disciplinas encargadas de satisfacer distintas
necesidades tanto de los aprendientes nativos como no nativos: English for
Academic Purposes
(EAP), English for Science and Technology (EST) o
English for Occupational Purposes (EOP).

2 No se puede menoscabar la atención que ha recibido el tema en países europeos,
por ejemplo en la República Checa, Čmejrková (1996); en Malasia, Ahmad (1995); en
Bulgaria, Todeva (1999); en Rusia, Namsaraev (1977); en Alemania, Schröder (1991); en
Francia, Eurin Balmet y Henao (1992), Gambier (1998), Lerat (1995).

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Revista Pucara, N.º 25 (223-242), 2013

Las políticas educativas no buscan remediar errores, sino prevenirlos. Los
universitarios deben aprobar materias de escritura en todas las universidades,
aunque la forma difiere de un centro a otro. Entre los mecanismos más
difundidos están los cursos de composición que se ofrecen al inicio de
la carrera. Algunas universidades ofertan materias de escritura en cada
departamento a más de estos cursos introductorios. Otras, las que han
acogido la pedagogía “Escribir a través del currículum” Writing Across the
Curriculum,
(WAC), ofertan varias materias destinadas a la composición
escrita. Allí se practica la escritura de una materia con el profesor de la
asignatura y con un profesor de lengua. En ciertas universidades también
poseen Centros de Escritura que ofrecen tutorías (a cargo de profesores
o alumnos de cursos superiores o de posgrado) a alumnos, profesores y
auxiliares docentes cuyas actividades están ligadas con la escritura. Incluso
su rango de influencia llega hasta el personal administrativo, que requiere
conocer el código académico

En las universidades hispanas, las políticas educativas son diferentes. Sin
embargo, la situación está cambiando y, poco a poco y desde la última década
del siglo xx para acá, las investigaciones y proyectos han comenzado a
multiplicarse, especialmente en países como Colombia México, Venezuela,
Argentina y España. Gran parte de esos trabajos se ha concentrado en
el diagnóstico de la situación que ha permitido tanto la revisión de los
problemas más destacados en las prácticas de escritura como la puesta en
marcha de ciertas acciones tendientes a mejorar tales dificultades.

Uno de los trabajos emblemáticos es la propuesta llevada a cabo por Paula
Carlino y su grupo de colaboradores en Argentina. Carlino, en su libro
Escribir, leer y aprender en la universidad, propone un diseño curricular
que consiste en proponer que los docentes de todas las asignaturas diseñen
actividades para que los alumnos puedan reconstruir el sistema de nociones
y métodos de la disciplina a través de una participación dinámica en las
prácticas de lectura, escritura y pensamiento, influida por la pedagogía
de enseñar a escribir a través del currículo. En la misma Argentina,
investigadores de la Universidad Nacional de Misiones implementaron
una microexperiencia relacionada con la comprensión y producción
textual científica, se llamó “Introducción al conocimiento científico”. El

229

¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la...

grupo identificó los problemas que tienen los alumnos en la utilización
de estrategias discursivas y cognitivas y elaboró una serie de ayudas para
canalizar esos problemas3.
En Colombia, Camargo documenta más de veinte y cuatro proyectos de
investigación relacionados con la lectura y escritura académica hasta 2011.
Uno de ellos es un proyecto ambicioso efectuado con la colaboración de
diecisiete universidades, fue llamado “¿Por qué se lee y se escribe en la
universidad colombiana? Un aporte a la consolidación académica del país”4.
Su objetivo fue describir, caracterizar, analizar e interpretar las prácticas
de la lectura y escritura académicas en la universidad colombiana, con el
afán de proponer orientaciones políticas al respecto. Otro proyecto fue
impulsado por el grupo de investigación Graphos de la Universidad Sergio
Arboleda, se denominó “Problematizar la lectura y la escritura académicas
en la Universidad”. El grupo determinó la necesidad de reconocer los
diferentes tipos de textos en la adquisición de las competencias lectoras
bajo la consciencia de la contradicción que existe entre la importancia
que le conceden los profesores y los educandos a las prácticas de
escritura; con esos fundamentos propendió un diseño curricular para la
enseñanza-aprendizaje de la escritura. La investigación “El portafolio:
diálogo necesario para calificar la escritura” fue desarrollado por la
Universidad del Norte. Partió del análisis de los problemas que enfrenta el
universitario para poder escribir como diagnóstico previo. Didácticamente,
empleó la estrategia del portafolio para rastrear las composiciones de
los aprendices. Concluyó en la necesidad de que el profesor fomente el
autodescubrimiento de la escritura con una noción precisa de las etapas
presentes en el proceso de escritura.
En México también se han propendido varias investigaciones. Entre
ellas tenemos “Formación de docentes en estrategias de composición de
textos escritos: una experiencia apoyada en el modelo de escrito experto
‘transformar conocimiento’” auspiciada por la Universidad Pedagógica

3 Paulina Carlina en su artículo “¿Qué nos dicen las investigaciones internacionales
sobre la escritura en la universidad?” adiciona otros proyectos efectuados en Argentina.

4 Pontificia Universidad Javeriana-Bogotá, Pontifica Universidad Javeriana-
Cali, Universidad de Antioquía, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad del Valle,
Universidad del Quindío, Universidad del Cauca, Universidad del Atlántico, Universidad
de Córdova, Universidad de Caldas, Universidad de la Amazonía Universidad Autónoma de
Occidente, Universidad Católica Popular de Risaralda, Universidad de Ibagué, Universidad
del Pacífico, Universidad Central del Valle del Cauca y Fundación Monserrate.

230

Revista Pucara, N.º 25 (223-242), 2013

Nacional de México. Se puso en escena una estrategia para la composición
de textos escritos dirigida a 16 docentes formadores de docentes. Tuvo como
meta reconstruir la estructura cognoscitiva de los profesores para propiciar
una mejora de sus capacidades escriturales lo que iría en beneficio directo
de sus alumnos. El Instituto Superior de Investigación y Docencia para el
Magisterio de Jalisco desarrolló el proyecto “Evolución de la producción
escrita de los alumnos de un posgrado para el magisterio: La Maestría en
Ciencias de la Educación del ISIDM”. Su propósito fue analizar los textos
producidos por los alumnos de la maestría para analizar su evolución. Los
estudiantes fueron apoyados por estrategias para el desarrollo de procesos
cognitivos útiles para efectuar una composición. “El papel de la gramática
en la enseñanza de la escritura” fue un estudio conducido por María del Pilar
Gaspar, relaciona la enseñanza de la gramática con la producción escrita
y demuestra que no es posible mejorar el texto escrito sin conocimientos
gramaticales previos. Criticó la forma de enseñanza tradicional de la
gramática y postuló que una buena forma de enseñar tales habilidades es a
través del análisis de la propia producción y la de otros.
En Venezuela también se han concretado algunas propuestas. La Universidad
Experimental Libertador, por ejemplo, impulsó “Procesos metacognitivos
en la construcción de la reseña científica con el fin de fomentar un modelo
metacognitivo para la elaboración de una reseña académica. Fue aplicado
a 32 alumnos de Maestría y terminó verificando una notable mejora en
la calidad de estas composiciones. La Universidad de Zulia y el Centro
de Investigación de la Comunicación e Información promovieron la
investigación “Desarrollo de estrategias a partir de una experiencia de
aula”, basado en el método etnográfico. Mediante tests controlaron las
actividades de escritura para medir la conducta de entrada y salida de los
estudiantes. Encauzaron los problemas usando aportes de la lingüística
textual. Otro proyecto, denominado “El desarrollo de la lectura y la escritura
en la universidad: una experiencia de integración docente” fue auspiciado
por la Facultad de Odontología de la Universidad de los Andes. Para su
ejecución destinaron cuatro horas semanales de clases presenciales y dos
horas para asesoría y revisión de borradores; los profesores se reunían dos
horas por semana para coevaluar los resultados. Los alumnos eran guiados
en sus tareas de composición que estaban en sintonía con las actividades que
debían cumplir como parte de su formación universitaria.
En España existe una corriente de investigación arraigada en Barcelona.
Allí, profesores como Daniel Cassany (1996, 1999, 2000 2004, 2007)

231

¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la...

y Liliana Tolchinsky (1993, 2001, 2003), entre otros, se han preocupado
por reconfigurar el panorama conceptual y didáctico para la enseñanza
de la escritura en los niveles escolar, secundario y universitario. En
otras regiones, se han analizado las prácticas de lectura y escritura de las
mismas universidades a través de encuestas y se han propuesto didácticas
específicas, como los trabajos realizados por Montserrat Castelló 2000;
Isabel y Nuria Castells, 2004; Estrella Montolío en 2002. Un proyecto de
singular valía fue el realizado por Didactext, del programa de Doctorado
en Didáctica de las Lenguas y Literatura de la Facultad de Educación de
la Universidad Complutense de Madrid. El grupo propuso un modelo de
enseñanza de la escritura mediante el desarrollo de las estrategias cognitivas
y metacognitivas específicas.
Es apropiado decir que estamos en un momento en que se reconoce que
debemos buscar una solución efectiva a la problemática de la escritura en
este nivel y que la educación es una solución. Se reconoce también que
la atención a estas escrituras acarrea el mejoramiento del desempeño
académico lo que, a su vez, influye de manera directa en la difusión de las
investigaciones.
Ecuador y la alfabetización terciaria
Si bien la mayor parte de la comunidad universitaria ecuatoriana es
consciente de los problemas de escritura que atraviesan los estudiantes,
poco ha hecho para solucionarlos. En parte porque se sigue pensando,
equivocadamente, que la enseñanza de la escritura no es una responsabilidad
de la universidad. En la introducción de Cómo escribir bien (2003), Hernán
Rodríguez Castello, una autoridad en el tema de la escritura en el país,
sostiene que su aprendizaje debe darse «en la educación básica, en escuela
y colegio. Colegio que no ha enseñado a escribir –advierte– está en deuda
con los alumnos que se confiaron a él» (10). Esta visión no tiene en cuenta
que la escritura, además de ser una actividad compleja, es un fenómeno
socialmente situado y que su forma y contenido varían de una comunidad
a otra, de un nivel a otro, de una disciplina a otra. Escribir en el colegio no
es igual que escribir en la universidad, escribir en medicina es diferente que
escribir en literatura. Si se reconoce que la universidad (y cada facultad), en
tanto comunidad, exige conocimientos y destrezas de escritura específicas,
parafraseando a Rodríguez Castelo, lo correcto sería decir: universidad
que no sigue enseñando a escribir está en deuda con los alumnos que se
confiaron a ella.

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Revista Pucara, N.º 25 (223-242), 2013

La emergencia de la escritura en el país se hace más visible desde que el
Estado, a través de la Ley de Educación Superior (LOES), comienza a
considerar el desarrollo de la producción escrita como índice para medir la
calidad de las universidades. El Indicador F.2.G.1: de la guía de Acreditación
de carreras, establecida por el Consejo de Evaluación, Acreditación y
Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CEAACES),
evalúa «la efectividad de la comunicación escrita del estudiante realizada
a través de informes, documentos de trabajo, etc.» (56). El examen de fin
de carrera de Comunicación escrita, establecido en el Plan de Contingencia
evalúa, por su parte, «la competencia para expresar ideas por escrito» (6) de
acuerdo a ocho niveles de desempeño. Un texto que califica en el nivel ocho
(correspondiente al escritor universitario ideal) debe ser un texto que

trasciende el estímulo dado, complejizando los planteamientos
de manera efectiva tanto a nivel de pensamiento como de recursos
lingüísticos. Incluye el problema planteado en un diálogo de ideas
y posiciones, en una perspectiva más amplia e intertextual que
construye y precisa su sentido. El texto de este nivel es de alto
interés y motivación para el lector, debido a la eficacia del escrito
(6).

Pero no solo están las exigencias externas, sino también las internas. Es la
propia universidad la que exige a sus miembros una escritura al nivel de
sus necesidades. El estudiante que quiera formar parte de una comunidad
académica (facultad, departamento, carrera, especialidad) y ser promovido
a instancias superiores dentro de ella (aprobar una asignatura, un semestre
o graduarse) deberá aprender, necesariamente, a comprender y producir los
textos académicos propios de su disciplina.
En el caso de los profesores e investigadores, es el Reglamento de Carrera
y Escalafón del Profesor e Investigador del Sistema de Educación Superior
el que exige, como requisito de ingreso y promoción, haber publicado obras
de relevancia o artículos indizados en el área en la cual dictará la cátedra o
llevará a cabo la investigación. Si bien la universidad precisa de escritores
competentes porque las instancias que la evalúan así lo exigen, no se debe
olvidar que la razón fundamental se encuentra en la necesidad epistemológica
que sustenta cualquier intento de evaluación de la competencia escrita:
el lenguaje condiciona la adquisición, el desarrollo y la transmisión del
conocimiento. En este sentido, la universidad necesita estudiantes que
sepan seleccionar la información, procesarla, comprenderla, organizarla,

233

¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la...

transformarla e integrarla a sus conocimientos; y docentes escritores cuya
misión no sea solamente “instruir” a los estudiantes en una disciplina,
sino desarrollar actitudes y competencias que les permitan comprender y
problematizar los contenidos propios de su campo disciplinario y el contexto
en que se producen a través de la lectura y la escritura.
La escritura en la Universidad de Cuenca
Son conocidas las dificultades que enfrentan los estudiantes de la
Universidad de Cuenca en la elaboración de los trabajos escritos (las
constatan los profesores en sus clases y algunos estudios de diagnóstico),
muchas de ellas motivadas por la falta de entrenamiento en la escritura de
textos académicos. Las dificultades que con mayor frecuencia enfrentan los
estudiantes al momento de escribir pueden englobarse en ocho aspectos:

a. Gramática (ortografía, morfosintaxis, entre otras).
b. Correcto armado de oraciones y párrafos (uso de la puntuación y

conectores).
c. Coherencia según el tipo de texto (estructura global, información

relevante, entre otros).
d. Variedad y registro adecuado (diversidad sociolingüística de la

lengua).
e. Manejo de los géneros académicos propios de la disciplina.
f. Tipos y métodos de citación, reformulación, parafraseo, reducción

y remisión de textos.
g. Conciencia y manejo del contexto comunicativo (autor, lector,

mensaje).
h. Proceso de composición (planificación, redacción, revisión).

Las causas de estas dificultades hay que buscarlas en dos niveles claramente
diferenciados del proceso de enseñanza de la escritura: la alfabetización
previa, que corresponde a la Educación General Básica (EGB) y el
Bachillerato (incluidos los cursos preuniversitarios o de nivelación), y
comprende las habilidades y conocimientos que sobre escritura debe poseer
el bachiller que aspira a ingresar en la universidad. Y, por otro lado, la
alfabetización académica, que comprende las habilidades y conocimientos
que debe desarrollar el estudiante universitario en el transcurso de su carrera
(Fig. 1). Definir las especificidades discursivas de uno y otro nivel es de
gran importancia al momento de establecer el papel de la universidad en la
enseñanza de la escritura, pues ha sido un error frecuente (incluso entre los

234

Revista Pucara, N.º 25 (223-242), 2013

profesores) pensar que el proceso está terminado en la educación secundaria
y que la tarea de la universidad, si es que la tiene, consiste en remediar
las falencias del nivel secundario, dejando a un lado el desarrollo de las
competencias discursivas propias del nivel superior.

Para desarrollar las destrezas de escritura que demanda la academia, la
Universidad de Cuenca contaba, hasta el ciclo marzo-agosto de 20125, con
una materia de introducción a la escritura académica: Expresión Oral y
Escrita. Esta materia tenía como objetivo iniciar al estudiante en la escritura,
reforzando, por un lado, la adquisición del código escrito (gramática,
ortografía, estructura textual) y, por el otro, el desarrollo de las destrezas que
forman parte del proceso de composición (generación de ideas, redacción y
revisión).

Además, contaba con el componente oral, que tenía como objetivo iniciar al
alumno en las prácticas discursivas orales de la academia (exposición oral,
debate, ponencia, entre otros). Sin embargo, el programa de esta asignatura,
abordaba la escritura de manera general (o con una gran carga de textos y
recursos literarios), sin tener en cuenta las necesidades específicas de otras
disciplinas. En este sentido, la metodología y los materiales con los que se

5 Con la implementación del Sistema Nacional de Nivelación y Admisión, esta materia
fue eliminada del sistema de créditos, pues se consideró, sin ningún criterio académico de
por medio, que Introducción a la Comunicación Científica venía a reemplazarla, incurriendo
así en el ya citado error de pensar que el aprendizaje de la escritura termina en el bachillerato.

Alfabetización
Previa

Escritura en EGB
Bachillerato
Nivelación

Introducción
a la escritura
académica

Escritura en las
materias del

currículo

Fig. 1

Escritura
de

tesis

Alfabetización académica
(pregrado)

235

¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la...

trabajaba tampoco favorecían el “proceso” de comprensión y producción de
textos.

En la actualidad, las dificultades de escritura producto de una deficiente
alfabetización previa son tratadas por la materia Introducción a la
Comunicación Científica, que forma parte del Sistema Nacional de Nivelación
y Admisión, y tiene como objetivo remediar los vacíos y deficiencias que
presentan los bachilleres aspirantes a las diferentes facultades. Esta materia,
cabe aclararlo, no aborda en ningún momento los conceptos y destrezas
específicas de la escritura universitaria. Al contrario, oculta el problema y,
por lo tanto, la posible solución. Al parecer estamos peor que al principio.

Nosotros creemos que es hora de realizar un estudio a fondo del problema. Es
necesario analizar los discursos de trabajos prácticos en alumnos universitarios
desde una perspectiva actual (metalingüística, construccionista, cognitiva,
sociocultural…), considerando que la producción textual es una condición
que posibilita la apropiación del discurso académico y la construcción social
de la identidad profesional en un determinado contexto socio-histórico. Un
proyecto de esta naturaleza nos permitirá rastrear las principales deficiencias
con las que llegan los estudiantes a la universidad, para más tarde proponer
un modelo de trabajo (aplicación de teorías, modalidades, capacitación,
elaboración de materiales…) que permita realizar los correctivos necesarios.

En otras palabras, la comprensión y la producción de textos escritos deben
ocupar un lugar importante en el contexto educativo (universitario) y social
(profesional, público, cultural, académico…), pues docentes y estudiantes
se ven enfrentados a la escritura de una gran cantidad de trabajos de diversos
formatos a lo largo de su carrera universitaria. Sin embargo, este no es
el único motivo que fundamenta la importancia de este proceso, pues el
ingreso a una cultura escrita posibilita también el ingreso a otros espacios
sociales, culturales e institucionales. Ya lo hemos dicho antes: la escritura
académica debe ser concebida como una práctica social, llevada a cabo
por unos miembros de una comunidad discursiva específica. Sus géneros,
contenidos y funciones están ligados a la naturaleza de los propósitos, las
relaciones con la academia y las identidades individuales que se manifiestan
a través de los textos.

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Revista Pucara, N.º 25 (223-242), 2013

Primera respuesta: El proyecto de investigación

En julio de 2012, el H. Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía, Letras y
Ciencias de la Educación aprueba la ejecución del proyecto de investigación
titulado “Alfabetización académica: comprensión y producción de textos
en la universidad”, que tiene como objetivos proponer y aplicar un modelo
metodológico capaz de generar competencias lecto-escritoras, considerando
nuestras particularidades sociales, culturales y educativas, a partir de
un diagnóstico sobre las principales deficiencias que tienen los alumnos
al momento de su ingreso a la educación superior. Esto les permitirá
cumplir satisfactoriamente con los diferentes requerimientos (elaboración
de resúmenes, reseñas, informes, ensayos, monografías, tesinas y tesis6),
que se exigen a lo largo de su formación profesional y que culmina con
la presentación de un trabajo escrito de graduación a nivel de pregrado y
posgrado.
Una de las primeras actividades realizadas por el proyecto de investigación
fue la recopilación y revisión de una bibliografía que nos permita establecer
el estado del arte en el tema de alfabetización académica, producción
y comprensión de textos. Posteriormente, en septiembre de 2012, se
ensayó una prueba de diagnóstico que buscaba medir los conocimientos y
habilidades de lectura y escritura a un grupo de estudiantes de primer ciclo
de las facultades de Arquitectura, Economía, Medicina y Filosofía. En un
tercer momento, durante el semestre marzo-agosto de 2013 se realizó un
trabajo de investigación-acción en dos asignaturas de la Carrera de Lengua,
Literatura y Lenguajes Audisovisuales, cuyos resultados serán presentados
en el VII Congreso Internacional Cátedra UNESCO que se llevará a cabo en
el mes de noviembre en Argentina.

Esta primera fase de la investigación nos permite confirmar que la llamada
“alfabetización académica” (academic literacy), comprende los modos
de buscar, comprender, elaborar y comunicar conocimiento mediante la

6 Es importante anotar que en estos días el Consejo de Educación Superior (CES)
está estudiando la posibilidad de eliminar la tesis como trabajo de graduación de pregrado.
Uno de los argumentos que sostiene esta propuesta es que el género tesis se convierte
en un obstáculo para que los egresados puedan graduarse; debido a una falta de tutoría y
metodología adecuadas y, sobre todo, al dominio de las destrezas de escritura necesarias.

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¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la...

escritura; así como el aprendizaje de las competencias lecto-escritoras
necesarias para la educación superior (Caldera y Bermúdez 2007), y que
debe constituirse en una actividad prioritaria de las instituciones educativas
(universidad y colegio), pues la comprensión y la producción escrita
es un proceso cognitivo y epistémico de elaboración del conocimiento
y de re-elaboración del pensamiento (Carlino 2005). Apropiarse de la
escritura académica es una condición para hablar de uno mismo, construir
o deconstruir el ser individual y colectivo, defender o cuestionar ideas, y
lograr el ingreso en espacios sociales e institucionales (Hernández 14). En
otras palabras, escribir es un proceso cognitivo-lingüístico mediante el cual
generamos nuestras ideas y dialogamos con las aje nas. Desde este punto de
vista, el texto académico es una polifonía.

La didáctica de la escritura basada en el proceso contempla un con junto de
subprocesos para que el escritor inexperto adquiera ex periencia y reflexione
sobre las dificultades que implican tanto la planificación, la textualización
como la revisión del escrito. De ahí que la idea esencial de cualquier
entrenamiento o acompañamien to lingüístico sea insistir con los estudiantes
en la escritura desde una perspectiva cognitiva y como un proceso dialógico,
procesual, constructivo y, sobre todo, reflexivo.
Los cursos universitarios sobre la enseñanza de la lengua han tenido
varias debilidades: en muchas instituciones son cursos teóricos, es decir,
su énfasis reside en contenidos sobre teorías gra maticales, ortografía, por
citar dos ejemplos. Esto no ha contribuido ni al aprendiza je conceptual
ni al procedimental de la lengua. En la actualidad, al gunas instituciones
universitarias le han dado un enfoque funcional a la enseñanza de la lengua,
por lo que se privilegia la construcción de textos funcionales, que llenen
necesidades tanto del autor como del público receptor. En estos dos niveles
hemos encontrado que se han realizado actividades meramente remediales,
sin ningún tipo de intervención pedagógico-didáctico que explote el
potencial epistémico de la escritura desde una matriz disciplinar.
Estamos conscientes que el encuadre teórico de este proyecto resulta
complejo en la medida que exige un enfoque que combine el modelo
lingüístico
, que implemente actividades progresivas en relación con los
movimientos retóricos del género: lectura y análisis de textos de referencia,

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Revista Pucara, N.º 25 (223-242), 2013

ejercicios específicos, presentaciones orales de algunas instancias de
producción, co-evaluación de las producciones y tareas. El cognitivo, que
nos remita a los procesos implicados en la producción escrita del texto:
planeamiento, textualización (o traslación) y revisión, instancias recursivas
para las distintas partes del informe de investigación. El pedagógico, que
gira alrededor del principio de “autorregulación”: grado en que los sujetos
son metacognitiva, motivacional y conductualmente participantes activos de
sus propios procesos de aprendizaje. Como meta de enseñanza, se pretende
que el propio alumno sea consciente de lo que piensa y de cómo lo piensa,
para que a largo plazo el mismo pueda analizarlo y modificarlo, de manera
autónoma, según sus necesidades.
En esta parte, vale preguntarse: ¿qué metodología es la más adecuada
para desarrollar las competencias lecto-escritoras en nuestros estudiantes
universitarios?, ¿qué materiales o productos tienen que emplearse para que
la comprensión y producción de textos académicos sea desarrollada en
forma transversal en la universidad?, ¿qué características deben tener estos
materiales de acuerdo 1. a nuestra realidad local, regional y nacional, y 2.
según el área de conocimiento: social, técnica o de la salud? Pero también
debemos preguntarnos: ¿Están los profesores universitarios capacitados
para asumir su responsabilidad como alfabetizadores académicos?
Segunda propuesta: La creación del Centro de Escritura Académica y
Científica (CEAC)7.

El Centro de Escritura Académica y Científica (CEAC) se presenta como
un espacio institucional destinado a fortalecer las prácticas de escritura en
el ámbito universitario. Sus principales objetivos son: mejorar, mediante
el desarrollo de la escritura académica, el desempeño de los estudiantes de
pregrado y posgrado en actividades que demanden procesos escriturales
y, ofrecer capacitación a profesores e investigadores para que la escritura
académica sea eficazmente integrada como herramienta de aprendizaje
(docencia), investigación (producción de conocimiento) y difusión
(publicaciones) dentro de las distintas disciplinas.

7 La creación del Centro de Escritura Académica y Científica (CEAC) fue aprobado por
el H. Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la educación en
noviembre de 2012.

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¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la...

El CEAC entiende la escritura académica como una práctica socialmente
localizada, llevada a cabo por los miembros (estudiantes, docentes e
investigadores) de una comunidad discursiva específica. Este concepto
permite focalizar el trabajo en las particularidades de la escritura universitaria
con respecto a las de la escritura desarrollada en otras instancias educativas
(EGB, bachillerato), así como a las diferencias que puedan existir entre
escribir en una u otra disciplina. La forma de un escrito (géneros, formatos,
estilo, sintaxis), su contenido (temas, vocabulario) y sus funciones (describir,
demostrar, argumentar, discutir) dependen de los propósitos que persiguen
cada una de las comunidades discursivas, las relaciones que se establecen
entre sus miembros y las identidades individuales que se manifiestan a
través de la escritura.

Apoyado en estos principios y en las recientes tendencias teóricas y
metodológicas de la enseñanza de la lengua, el CEAC busca sentar las bases
para la formación de una comunidad universitaria letrada, que cuente con
las herramientas y materiales necesarios para la elaboración del discurso
académico y científico; a través de una tarea indispensable: la investigación.

Para alcanzar sus objetivos, el CEAC se concentra en los siguientes EJES
DE TRABAJO:

1. Programas y proyectos de investigación. El CEAC fomentará el
desarrollo de programas de investigación que giren en torno a la escritura
académica, su implementación en la universidad, su relación con otras
disciplinas y su importancia como herramienta epistemológica.

2. Programa de posgrado en Escritura Académica. Destinado a formar
alfabetizadores académicos que apoyen los procesos de investigación desde
la enseñanza de la lectura y la escritura en la universidad, pero también en
los niveles de Educación General Básica, Bachillerato y profesional.

3. Programas y seminarios de escritura académica, a nivel de pregrado
y posgrado.
El CEAC tendrá a su cargo el diseño y la implementación
de programas sistemáticos de escritura académica dirigido a docentes
y estudiantes de pregrado y posgrado, bajo dos modalidades: Talleres de
escritura académica y científica y Talleres de escritura de tesis.

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Revista Pucara, N.º 25 (223-242), 2013

4. El e-learning como herramienta pedagógica. Considerando la
importancia e-learning, como una estrategia privilegiada de la sociedad de
conocimiento, el CEAC propone, como alternativa a la educación presencial,
la implementación, diseño y uso de plataformas de enseñanza y aprendizaje
virtuales, a través de las cuales se desarrollarán parte de estos programas.

5. Tutorías. Los programas descritos anteriormente se complementan con
espacios tutoriales opcionales, donde la orientación es más específica. Este
espacio está destinado a estudiantes que se encuentran en el proceso de
escritura de su tesis.

6. Información. El CEAC pondrá a disposición de la comunidad no solo
universitaria información, orientaciones, pautas y bibliografía para la
producción de textos académicos.

7. Libros de texto y manuales de escritura. El CEAC se propone desarrollar
diversos prototipos instruccionales (manuales, instructivos, libros de texto)
concebidos a partir de las necesidades de escritura de cada facultad y con la
adecuada adaptación para cada contexto.

8. Organización de eventos académicos. El Latinoamérica se ha realizado
algunos congresos o simposios, cuyo tema central ha sido la escritura
académica. Desde la Universidad de Cuenca, debemos convocar a un
evento de esta naturaleza al que asistan estudiosos del país y del mundo,
para reflexionar sobre esta temática.

Fuentes de consulta:
Carlino, Paulina. “Alfabetización académica: un cambio necesario, algunas

alternativas
posibles”, Educere Investigación. N.º 20, 2003, 409-420.
_____________. Escribir, leer y aprender en la universidad. Una

introducción a la alfabetización académica. Buenos Aires, Fondo de
Cultura Económica, 2005.

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_____________. “Representaciones sobre la escritura y formas de enseñarla
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N.º 336, 2005, 143-168.

______________. “¿Qué nos dicen las investigaciones internacionales sobre
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____________. “Enseñar a escribir en la universidad: cómo lo hacen en

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Cummins, Jim. Lenguaje, poder y pedagogía: niños y niñas bilingües entre
dos fuegos.
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La educación desde una visión emancipadora de los Derechos ...

La Educación desde una visión emancipadora de
los Derechos Humanos orientada a niñas y niños de

padres en prisión: Una experiencia educativa de Apoyo
Escolar del Programa “Mi otra casa”

Education from an emancipated Human Rights vision aimed to children
whose parents are imprissoned: an educative experience of “School

Support” as part of the Program “Mi otra casa”

Piedad Vásquez
Universidad de Cuenca, Ecuador
e-mail: piedadva66@hotmail.com

Resumen
Educación emancipadora desde un enfoque de derechos humanos
contexualizados, es decir, integrales y relacionales, trabajado con población
infantil de hijos e hijas de personas en situación de prisión. Con un marco
pedagógico y metodológico ético-crítico-político basado en el pensamiento
de Freire y otros pensadores latinoamericanos. Una metodología relacional.
Constituye una experiencia humanizadora no solo para los niños, niños y
sus familias sino para todas y todos los involucrados en ese proyecto
Palabras clave: educación emancipadora, derechos humanos, padres en
prisión.
Abstrac.
Emancipator education from a human rights approach shows comprehensive
and relational child population worked with children of persons in pretrial.
With an educational framework and methodological critical ethical-political
thinking based on Freire and other Latin American thinkers.A relational
approach. It is a humanizing experience not only for kids, children and their
families but for everyone involved in this project.
Keywords: emancipator education, human rights, parents in prison.

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Revista Pucara, N.º 25 (243-258), 2013

Introducción
Desde las visiones exclusivamente jurídicas, los derechos permanecen en
el ámbito conceptivo abstracto, en las que los derechos humanos parece
que tienen únicamente la capacidad para volvernos titulares de derechos,
mientras unos pocos seres humanos gozan de increíbles privilegios.
Nuestro enfoque de derechos humanos está centrado más en la cotidianidad
–en la concreción relacional de los contextos en los que se desarrolla la
vida de las personas, de los sujetos, personales y/o comunitarios–, que en
las concepciones abstractas. Desde nuestro abordaje, planteamos que no
podemos ejercer los derechos si no tenemos acceso a bienes, es decir,
a los valores de vida (alimentación, vivienda, vestido, educación, salud),
y también a la riqueza humana (desarrollo de nuestras capacidades y
potencialidades). Mientras la humanidad viva en contextos inequitativos
y represivos, los pueblos seguirán luchando por pan y libertades.

Optar por la visión de derechos desde la concreción relacional de los
contextos, nos lleva a constatar que los derechos humanos guardan más
relación con lo que hacemos en nuestras relaciones con los semejantes, ya
sea bajo lógicas o dinámicas de liberación o de dominación, que con las
visiones exclusivamente jurídicas. Desde esta perspectiva relacional, los
derechos humanos son emancipatorios si exigen condiciones para ejercerlos;
y, además, por el tipo de relación que se establece, apoyan los procesos de
generación y de transferencia de poder. Y pueden ser dominadores en la
medida en la que quedan en el ámbito de las formulaciones abstractas, que
corren el peligro de, incluso, estar listos para ser llenando de contenidos
de acuerdo a las conveniencias de poder de grupos y/o de los Estados,
que hasta pueden manipularlos, y llegar a dominar, en nombre de los
derechos humanos a otros seres humanos, y/o pueblos, a través de lo que
Hinkelammert denomina «proceso de inversión de los derechos humanos»
(F. Hikelammert 265), que implica agredir los derechos humanos en nombre
de los derechos humanos.

El defensor de los derechos humanos, Ignacio Ellacuría1, nos advierte
que cuando se habla de defensa de derechos humanos hay que plantearse:
¿Desde dónde? ¿Para quiénes? y ¿para qué? Y nuestro autor con su práctica
respondió: desde los pueblos oprimidos, para los sin derechos, para que
1 Rector de la Universidad Centroamericana del Salvador, asesinado por la junta
Militar Salvadoreña en 1989.

245

La educación desde una visión emancipadora de los Derechos ...

accedan a bienes tangibles e intangibles que posibilitan una vida humana
digna. Esta respuesta implica abordar los derechos humanos desde la
concreción y complejidad de los contextos en los que se desarrolla la vida
de las personas, de los sujetos, personales y /o comunitarios.

La defensa de los derechos humanos, desde la complejidad de los
contextos, siguiendo los planteamientos de J. Herrera: son un conjunto de
procesos sociales, económicos, normativos, políticos y culturales que abren
y consolidan –desde el “reconocimiento”, la “transferencia de poder” y la
“mediación jurídica”– espacios de lucha por la particular concepción de
dignidad humana (J. Herrera, 2000, lV.) En esta misma línea, para David
Sánchez, la defensa de los derechos humanos, quiere decir «asumir un
conjunto prácticas sociales, simbólicas, culturales e institucionales que
reaccionan contra los excesos de cualquier tipo de poder que impiden a los
seres humanos constituirse como sujetos» (D. Sánchez 109).

En consecuencia, trabajar en el campo los derechos humanos, enfocados
desde los contextos, nos aboca a aceptar como un imperativo ético-político-
pedagógico, asumir que educar en defensa del ejercicio de los derechos
humanos, implica una lucha «permanente en contra todas las fuentes
que generan indignidad» (J. Herrrera 43) y trabajar a favor de todo lo que
signifique la defensa de la vida y la dignidad humana y de la naturaleza.
Naturalmente que los parámetros para trabajar en este campo, no está dada
exclusivamente por la “ciencia”. «La ciencia, es, ciertamente lúcida, pero,
al mismo tiempo, también es ciega, ya que todavía no es capaz de hacer su
revolución, que consiste en sobrepasar, el reduccionismo y la fragmentación
de lo real que imponen las disciplinas cerradas» (E. Morin 35).

Entre estas fuentes, señalamos: la inautenticidad de un mundo asociado a
los valores básicos del capitalismo: el consumismo, apropiación privada de
todo, individualismo egoísta, acumulación de capital, eficiencia y la eficacia
sin mirar las consecuencias. La opresión que producen las estructuras
heredadas, en cuanto opuestas a la libertad, a la autonomía y a la creatividad
de los seres humanos. Estos, por esta opresión, se encuentran sometidos a
la dominación del mercado: fuerza impersonal que fija los precios, designa
a los seres humanos como productores o como servicios y los subordina a
relaciones de explotación y expropiación de su capacidad de hacer y rehacer

246

Revista Pucara, N.º 25 (243-258), 2013

mundos. La miseria y las desigualdades que pueblan nuestro universo
social y personal y se traducen o expresan en, procesos de división social,
sexual, étnica y territorial del hacer humano y colocan a los diferentes
individuos y grupos en una situación de desigualdad a la hora del acceso a
los bienes necesarios para una vida digna. El oportunismo y el egoísmo que,
favoreciendo solamente intereses particulares, actúan como mecanismos
destructores de lazos sociales y de las solidaridades comunitarias (J. Herrera
44). Las formulaciones de una democracia autoritaria, neutralizadora de las
exigencias de justicia.

Para contraponer estas fuentes de indignidad, que parecen estar presentes
en las culturas, habrá que oponer la lucha por el ejercicio de estos derechos
que, al menos provisionalmente, creemos que se los puede universalizar:


a) Derecho al acceso de los valores de vida relativos, es decir el

acceso a bienes que permiten la resolución de las necesidades
básicas (alimentación, vivienda, vestido, educación, salud); y
acceso a la riqueza humana (al desarrollo de potencialidades).
Esto implica, en términos de Negri el derecho “al salario social”,
que tiene que estar garantizado a toda la población, puesto que
toda actividad necesaria para la producción de capital tiene que
ser reconocida con una compensación equivalente para toda la
población ( M. Hardt, A. Negri 369).

b) El derecho a la integridad y a la Ciudadanía Global. Este derecho
se opone al aparato de control que impone el imperio sobre
la producción y la vida de las personas. Nadie tiene derecho
a torturarnos, ni física ni psicológicamente, a mutilarnos ni a
darnos muerte.

c) El derecho al Reconocimiento y a la Reapropiación. La
reapropiación (M. Hardt, A. Negri 372) implica el libre acceso
al conocimiento, a la información, a la comunicación y a sus
afectos; el reconocimiento, por su parte, supone un trato digno
a las personas, al margen de las condiciones étnicas, culturales,
de género, entre otros.

247

La educación desde una visión emancipadora de los Derechos ...

El derecho a exigir la igualdad, como dice Boaventura de Sousa Santos, es
irrenunciable cuando la diferencia nos perjudica y el derecho a la diferencia
es exigible cuando la igualdad nos homogeniza y nos desidentifica, en
suma, cuando nos lesiona. En el contexto de sufrimiento, la experiencia
educativa acumulada en las cárceles de Cuenca, desde una acción educativa
de derechos humanos que lleva a cabo el Aula de Derechos Humanos, en
coordinación con la Fundación Somos Familia, con la familias y niñas y
niños, hijas e hijos de personas en prisión, se constituye, paulatinamente, en
un ejercicio increíble de solidaridad basada en derechos, proceso en el que
las y los estudiantes voluntarios del Aula han encontrado un surtidor real de
humanización. Desde esta visión de los derechos humanos, encaramos el
proyecto socio-educativo, y nos acercamos a la sistematización, tomando
como referente Pedagógico elementos de la propuesta educativa: ético-
crítica- política Freireana.

Educación Emancipadora de orientación freireana. Síntesis de algunos
componentes del enfoque ético-crítico, funcionales a este trabajo.

Encarar este desafío educativo nos lleva a valernos de aportes de
educadores que realizan su reflexión desde un pensamiento emancipatorio
latinoamericano, entre los que destaca Paulo Freire. Y de algunos de sus
seguidores como Henry Giroux, y otros pensadores que trabajan los derechos
humanos desde una visión contextual emancipadora.

La propuesta pedagógica freireana, está fundamentada en el pensamiento
ético – crítico – político educativo de Paulo Freire. Las fuentes de esta
propuesta son el contexto; las experiencias de los sujetos de la educación y
los componentes teóricos de pensamiento emancipador fundamentalmente
latinoamericano; y, además, aportes emancipatorios presentes en el
imaginario de las luchas de los pueblos, que ayudan a clarificar, interpretar
y sistematizarla las experiencias, es decir, teorizar, reconstruir y producir
pensamiento partiendo de las experiencias, de manera especial de los
contextos de sufrimiento que implica la exclusión.

En consecuencia, esta propuesta no elabora un modelo teórico para luego
ponerlo en práctica, sino que parte de la complejidad de las situaciones
contextuales, y desde allí, con el aporte de elementos teóricos y de las
sabidurías ancestrales, se conecta con las diversas culturas y contextos.
Así van formulando y reformulando lineamientos teórico-metodológicos,

248

Revista Pucara, N.º 25 (243-258), 2013

es decir, referentes de pensamiento y estrategias de mucha potencia como la
del diálogo emancipador que orienta el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se
trata, pues, de un proceso de concienciación crítica y de respuestas vitales
pedagógicas-ético-políticas constatables en los procesos de educación
y organización popular. Prácticas constatables que Freire las pagó con
la prisión y con el auto-destierro, como medida para seguir viviendo; y,
continuar aportando en la construcción de una propuesta ético-crítica-
política. Tomamos en consideración una aproximación de algunos elementos
categoriales necesarios para nuestro propósito:

Una Ética Vital

Los valores éticos, como afirma Hinkelammert, son los que posibilitan
la existencia de todos, así se habla de “el valor de la vida” o “la opción
insobornable por la protección de la dignidad humana”, estos valores
refieren siempre a la vida humana como criterio que sirve para interpelarlos y
validarlos. Todos los valores deberían ser interpelados desde la constatación
de que, en última instancia, deben estar en armonía con la vida humana
–¿Buen Vivir?–. Cabe aclarar que al afirmar la vida humana no nos estamos
refiriendo únicamente al individuo sino, más bien, a la unidad corporal que
constituye la humanidad y a la percepción de que este cuerpo que somos
todos habita una misma casa, como afirma Leonardo Boff.

El eje rector de la propuesta freireana es la ética. Se trata de una ética de
contenido, una ética solidaria, una ética a la que Freire la denomina “ética
vital”. Esta visión ética, nos lleva a comprender que no podemos asegurar
nuestra vida destruyendo la vida del “otro” (el otro que yo, un alter igual
/ diverso) y de “lo otro” (la naturaleza). La opción por la vida humana
amenazada demanda la urgencia inaplazable de una ética vital solidaria que
nos obliga a encargarnos del otro, que como afirma Jon Sobrino, es una ética
que implica una revolución de la envergadura de Copérnico en astronomía o
de la de Kant en epistemología, la que significó un cambio total del centro
de las cosas. En el caso de la solidaridad ética, el centro ya no es el yo
personal o grupal (yo, nosotros somos los que damos y salvamos), sino el
“otro”, aunque el yo vuelva a recobrarse al recibir al otro (J. Sobrino 93).

249

La educación desde una visión emancipadora de los Derechos ...

Para Freire, al igual que para Ellacuría, Boff, Dussel2, el ser humano es
un ser relacional. Un ser inacabado, inconcluso, necesitado que busca su
plenitud en relación con el “otro” (el otro que yo) y con “lo otro”, y por
ende abierto a la ética, no por su voluntad sino por su propia estructura; con
capacidad para cerrarse a la ética cuando se cierra en sí. Es un ser que debe
ser partícipe de la transformación del mundo y de sí mismo por medio de
una educación ético-crítica que le ayude a ser crítico de su realidad y le lleve
a valorar su vivencia como algo lleno de valor real; a reconocerse como un
ser abierto a la ética por su estructura de inacabamiento.

Sentido común solidario

La opción por reivindicar la vida nos lleva a la urgencia de trabajar en
la formación de un sentido común solidario, de una solidaridad basada en
derechos, como alternativa al sentido común individualista y competitivo
desmedido, supra-valorando por la globalización neoliberal, que nos está
llevando a la ruptura del tejido social y la destrucción del ecosistema en
el marco de una desvalorización galopante de la vida. Este es desafío nada
fácil, cuando el individualismo y la competitividad están al orden del día,
pero urgente para defender la vida y las dignidad humana; y de toda forma
de vida, como reza la Carta de la Tierra.

Es necesario valorar el sentido común y otros tipos de conocimiento que son
considerados como inferiores y vulgares. Y es necesario valorar la dimensión
ética que se expresa a través de la responsabilidad, la preocupación y el
cuidado del entorno humano y no humano: el sentido común político que
está basado en la participación directa; el sentido común estético que es el
gozo más allá del consumismo; y la dimensión ética que se expresa a través
de la responsabilidad, la preocupación y el cuidado del entorno humano y
no humano.

Freire nos invita trabajar en la reivindicación de un sentido común solidario,
para lo que es fundamental que la visión crítica esté provista de una

2 Leonardo Boff, también, afirma la relacionalidad, cuando plantea la Ecología
como paradigma, de manera especial en la obran Ecología, El Grito de la Tierra, El Grito
de los Pobres
. Enrique Dussel plantea la ética de contenido, ente otros trabajos, en la Ética
de la Liberación
.

250

Revista Pucara, N.º 25 (243-258), 2013

dimensión emancipadora, vista como una herramienta de transformación
y cambio tanto social como personal ante las estructuras de poder que
producen opresión y dominación. Con este propósito, una teoría crítica
emancipatoria adopta una ubicación social preeminente, traducida en
un compromiso firme con lo humano, de manera especial con lo humano
excluido. La solidaridad, consiste en el conocimiento y reconocimiento
mutuo entre las personas, pueblos y culturas. Freire señala que de la cultura
del silencio se abra camino a la cultura de la palabra.

Este nuevo sentido común emancipador tiene, además, una sensibilidad
especial para descubrir fragmentos de visiones y conocimientos, sociales,
políticos y culturales que han sido soterrados y desprestigiados por el
canon de la modernidad occidental y cuya recuperación contribuirá a la
reinvención de la emancipación social (Freire 95).

Fuentes del pensamiento ético-crítico-emancipador

Son fuentes del pensamiento freireano: el contexto, las experiencias de
los sujetos de la educación y los componentes teóricos de pensamiento
emancipador tanto latinoamericano y de aportes emancipatorios presentes en
el imaginario de las luchas de los pueblos, que ayudan a clarificar, interpretar y
sistematizar, es decir, teorizar, reconstruir y producir pensamiento partiendo
de las experiencias, de manera especial de los contextos de sufrimiento que
implica la exclusión.

Valor de la experiencia

Walter Benjamin, hace un diagnóstico sobre la pérdida de la experiencia en la
modernidad, cuyo modelo de racionalidad refleja una racionalidad perezosa y
excluyente, porque no valora determinadas ideas y experiencias del mundo,
reduciendo a millones de seres humanos a la condición de basura social. Freire,
plantea el desafío de trabajar una inteligibilidad mutua entre experiencias
posibles y disponibles sin destruir su identidad. La confrontación y diálogo
entre los saberes supone un diálogo y una confrontación entre diferentes
procesos a través de los cuales, las prácticas diferentemente ignorantes se
transforman en prácticas diferentemente sabias (55).

251

La educación desde una visión emancipadora de los Derechos ...

Para Freire, la valoración de la experiencia tiene implicaciones no sólo en
el plano del conocimiento sino en la generación de poder y en el manejo de
poder. El poder se expresa, también, en un abanico de espacios y esferas
públicas de la oposición que se han caracterizado por ausencia de poder y de
cualquier forma de resistencia (56). Nuestro autor, invita a que se considere
las brechas, tensiones y contradicciones en diferentes esferas sociales, por
ejemplo en la misma escuela, en donde el poder puede ejercerse como una
fuerza positiva, como resistencia, de manera que el poder (la dominación)
no es algo simplemente impuesto por el Estado a través del Ejército, la
Policía, etc., sino que la dominación se expresa en la manera en la que
el poder, la tecnología y la ideología se ponen de acuerdo para producir
conocimiento, relaciones sociales y otras formas culturales concretas que
indirectamente reducen al silencio a las personas, de manera que la “cultura
del silencio”, es una forma de ejercicio del poder, puesto que quien tiene
la palabra, tiene el poder, afirma Freire. El poder y el control se traducen en
principios de comunicación, de allí la importancia del diálogo, así como del
miedo. Plantea que hay que asumir el derecho a tener miedo para desde este
reconocimiento superarlo, y llegar a lo que el obispo Casaldáliga afirma la
necesidad y el coraje de asumir “el miedo al miedo”.

El conocimiento se convierte en una forma de resistencia activa en contra
de la afirmación de sus propias posibilidades. Ante esta situación surgen las
interrogantes: ¿Cómo valoran y tratan, de hecho, los educadores críticos los
elementos represivos y el olvido en lo más hondo de esa represión? ¿Cómo
explicar las condiciones que provocan un rechazo activo a conocer o a
aprender en presencia del conocimiento que puede poner en entredicho la
naturaleza de la dominación misma? La visión de la experiencia y la visión
cultural aportan pistas para viabilizar procesos investigativos y prácticas
educativas de respuesta que están ligadas necesariamente con la dinámica del
poder, puesto que la cultura es concebida como representación de experiencias
vividas, de realizaciones materiales y de prácticas fraguadas en el contexto de
unas relaciones desiguales y dialécticas que diferentes grupos establecen en
una determinada sociedad y en un momento concreto de la historia. Y como
una forma de producción cuyos procesos están íntimamente relacionados
con la estructuración de diferentes formaciones sociales, específicamente, las
relacionadas con el sexo, la edad, la etnia y la clase social. Una forma de
producción que ayuda a los actores humanos, con la utilización del lenguaje
y de otros recursos materiales, a transformar la sociedad.

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Revista Pucara, N.º 25 (243-258), 2013

La utopía

La utopía, en términos de Paulo Freire, es entendida como el “inédito
viable”, lo no existente pero factible. Trabajar en la perspectiva de la utopía
implica no sólo un pensamiento crítico sino, en términos de la “analéctica”
de Dussel, una vigilancia ética constante sobre el despliegue de las
posibilidades, y con el apoyo de las emociones básicas cultivadoras de una
esperanza activa. La teoría debe estar formulada en clave de una utopía
movilizadora, crítica y realista a la vez, capaz de impulsar el anhelo de
lucha por un futuro más justo y más humano.

El método freireano, un método relacional

La reflexión freireana parte de los contextos, privilegiando aquellos
contextos en los que los excluidos viven sus vidas. El punto de partida
del proceso de concientización es la situación límite, entendida esta como
las experiencias de máxima negatividad. Negatividad que implica los
obstáculos que impiden el desarrollo de una vida humana digna, en el marco
de una estructura de injusticia. Situación generada por problemas de tipo
económico, social, político, cultural, psicológico. El diagnóstico de esta
situación compleja, lleva a la búsqueda igual de alternativas complejas,
multifactoriales interrelacionadas.

Dentro de este proyecto educativo ético-crítico freireano, el método juega
un papel importante, puesto que el proceso educativo, en general, es además
de innovador, un proceso de intervención de-colonizadora en una realidad
caracterizada por estructuras económicas, políticas y culturales injustas,
en la perspectiva de aportar en la construcción de una realidad en la que
podamos todos los seres humanos vivir con dignidad. Toda su reflexión
parte de los contextos, más concretamente de las experiencias, las mismas
que no pueden ni darse ni considerarse al margen de los contextos. Encarar
las experiencias rebasa los parámetros del método científico, el método se
interesa por lo que ocurre en la periferia, en las fuerzas y los impulsos que
trabajan en los márgenes de la política y del arte (Martín-Barbero, 1986,
p. 56) la palabra generadora es expresada por los alfabetizandos, como la
más significativa de sus saberes y vivencias, la más comunitaria, la más

253

La educación desde una visión emancipadora de los Derechos ...

contestataria3. Recordemos que el método de Freire es básicamente un
método alfabetizador, para Freire analfabeto no es únicamente el que no tiene
acceso a la lecto-escritura, sino aquel o aquella que no está en capacidad de
dar razón de la realidad en la que vive, a los que los denomina “analfabetos
políticos”.

El método de alfabetización presenta tres momentos, en forma esquemática;
estos son: a) De investigación: constituye el descubrimiento del universo
vocabular, se detectan palabras y temas generadores relacionados con la
vida cotidiana de los estudiantes y del grupo social al que ellos pertenecen.
El punto de partida es la situación límite, se trata de un punto de partida
material, económico y político, dice Dussel, a mi criterio es también cultural,
psicológica; en suma, es una situación límite humana, compleja, real y
relacional; b) Tematización: constituye la codificación y decodificación
conseguida en la etapa de toma de conciencia, contextualizándola y
sustituyendo a la primera visión mágica por una visión crítica social,
cultural y política. Es el excluido, la víctima (prioritariamente se trata de
una víctima colectiva, aunque no excluye que pueda ser también individual)
la que lleva a la toma de conciencia crítica. La conciencia no le llega desde
fuera, desde el educador. Este lo que hace es apoyar ese proceso de criticidad
(para eso se hace necesaria una teoría de la educación crítica liberadora).
Desde esta perspectiva, como dice Dussel, no se trata de una Teoría Crítica
de científicos que buscan después un sujeto histórico, sino que son los
sujetos históricos los que buscan quien puede educarlos (Dussel 433). La
metodología de liberación freireana ha sido y es trabajada en América
Latina. El teólogo de la liberación “Fray Beto”( afirma que buena parte de la
vigencia de los movimientos sociales en el Brasil de hoy se debe al trabajo
educativo liberador de Freire (1). En Ecuador, la influencia de Freire es
notoria en el trabajo de educación de política liberadora, especialmente en
el mundo indígena de Monseñor Proaño; en propuestas educativas de los
movimientos sociales. En nuestro caso, en el proyecto Mi Otra Casa de la
Fundación Somos Familia, la propuesta de Freire ha estado latente tanto en
la elaboración como en la ejecución de la propuesta.

3 Aquí el mito, el cuento, los proverbios, las canciones están presentes.

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Revista Pucara, N.º 25 (243-258), 2013

Lo que vamos alcanzado en nuestra experiencia desde esta visión
educativa: “Mi Otra Casa”

De los veinte y nueve niños y niñas (12 niñas / 6 niños) que participan en
el Refuerzo Escolar, en sus familias: seis padres, ocho señoras madres, dos
hermanos y dos familias tanto el padre como la madre están en prisión. Cabe
señalar que la situación de los niños y las niñas en la familia en la que la
madre está en prisión, es más crítica que cuando el prisionero es el padre.
En los casos en que tanto la madre como el padre están en prisión, los niños,
niñas y adolescentes viven un caos. Si en nombre de la ley, sus padres están
en prisión, ellos son las verdaderas víctimas, sufren las consecuencias de lo
que ellos y ellas no han cometido; además, sobre todo para poder sobre vivir
caen en manos de traficantes de droga y en redes de ladrones. Es algo que
debe interpelar a las políticas de Estado, a las instituciones y a la sociedad
civil, sobre el cumplimiento del “principio superior del niño”, en este sector
de la infancia y adolescencia. A manera de ejemplo ilustrativo, presentamos
un caso:

Caso Ilustrativo: Samuel
Experiencia trabajada por Natalia,
tutora en el Programa.
Palabra generadora:
Familia.
Contexto familiar:

Samuel tiene 8 años de edad; cuando tenía 5 años su madre fue detenida por
venta de droga. El niño al inicio fue a vivir con su padre radicado en Quito,
que le maltrataba constantemente. Su padre le llevaba a la cárcel una vez por
mes a visitar a su madre. El niño imploraba a su madre que no le obligue a
vivir con su padre. Para conseguir su petición se auto-agredía físicamente
y amenazaba con suicidarse, decía:

“Me quiero morir”. Intentaba lanzarse del segundo piso de la cárcel con el
objetivo de no ir con su padre. En algunos diálogos mantenidos con Samuel
nos ha dicho: “Le odio a mi papi, nunca más quisiera volver a verle”.

Ante la presión expresada por Samuel, su madre intervino ante el padre para
que el niño regrese a vivir en Cuenca con una hermana. Samuel vivió con la
familia de su tía materna, una señora con pareja y tres hijos. El compañero

255

La educación desde una visión emancipadora de los Derechos ...

de la tía, torturaba a Samuel con pinchazos de agujas. Según palabras de la
tía: “mi compañero le maltrataba a Samuel por su mal comportamiento”.
Posteriormente su tía, buscó “librarse” de Samuel por los problemas que
le acarreaba a su familia, de manera especial, con su pareja. Por esta
razón, le dejaron al niño con su madre en la cárcel. Samuel vivió tres días
“encarcelado” e intentó suicidarse. Ante esta situación, otra tía llevó al niño
a su casa, en donde permanece hasta hoy.

La convivencia en su nuevo hogar fue muy complicada, Samuel no
respetaba las normas establecidas de su nueva familia; la tía le castigaba
frecuentemente dejándole por horas fuera de la casa. La tía nos comentaba
“No puedo más con Samuel”, después de un de unos meses que Samuel está
en el Programa Mi Otra Casa, su comentario es: “el programa de Mi Otra
Casa ayuda para que Samuel tenga un comportamiento positivo”.

En la familia de Samuel, su madre, su padre y su abuela materna están en
prisión por droga y dos tíos están presos por asalto; por eso, la familia con
la que cuenta es el equipo humano de “Mi Otra Casa”.

Comportamiento inicial en el Programa

Al principio del programa Samuel era un niño incontrolable no hacía caso
a nadie ni a nada. Se enfadaba con mucha facilidad, siempre se peleaba con
sus compañeros y con los voluntarios, les agredía verbalmente con insultos y
palabras soeces y físicamente propinándoles golpes. Se escapaba de Mi Otra
Casa. Frecuentemente nos comentaba que de grande quería ser un ladrón
profesional. Sus juguetes predilectos eran las pistolas; con ellas agredía a los
compañeros. Su canción preferida:

“Los pollitos dicen
Esto es un asalto
Dame los zapatos
O si no te mato
La mama gallina
Busca cocaína
Y el tío Pancho
Tiene el culo ancho”.

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Revista Pucara, N.º 25 (243-258), 2013

Expresiones más frecuentes que tenía Samuel:

Samuel se expresaba: “Usted no es mi mamá para que me mande”.
“Me porto bien para que mi mami salga pronto”.
“Mi mami dice que si no me porto bien, me mandan a la cárcel de niños”.

Expresiones de hoy:

“Naty, ¿por qué será que ahora me porto menos mal?”.
“Naty, ¿cómo me porté hoy?”.
Samuel le dice a uno de los chicos que le dijo tonto a uno de sus compañeros:
“No te metas con él porque es mi hermano”.
Le dice a una niña de seis años: “¿Quieres que te ayude a hacer los deberes
para ir a jugar?”.
Me muestra su cuaderno, me pregunta: “¿Está bien?”.
“Naty, le cuento que mi profesor dice que he mejorado en mis calificaciones”.
Samuel, se está volviendo un niño receptivo y con capacidad de asumir
responsablemente lo que hace; por ejemplo, el martes pasado, se peleó
con un voluntario cuando jugaba fútbol, se enfadó mucho y le agredió
verbalmente, incluso estaba al punto de lastimarle. Pregunté a Samuel ¿Qué
pasó? No dijo nada pero noté que se exaltó, su rostro se puso rojo de coraje.
Le dije que se relaje y cuando esté calmado regrese para conversar. Luego
de unos minutos, fui a buscarle y le encontré relajado, ayudando a realizar
las tareas a su compañera. Le dije que debía disculparse con el voluntario
agredido, su actitud me sorprendió, pues, sin ningún reproche y en forma
diligente y espontánea me dijo: ¿Me disculpa? y luego me preguntó: ¿Cómo
le pido disculpas al profe?, le indiqué que sí conoce la manera de disculparse
y me alejé. Más tarde pregunté al compañero voluntario si Samuel se había
disculpado; me respondió que se habían disculpado mutuamente, porque
también él había tratado muy duro a Samuel.

Comportamiento de Samuel desde su integración en el Programa

Samuel comenzó a cambiar de actitud a los dos meses de integrarse en el
programa, luego ha seguido mejorando:
- pide las cosas de favor
- pelea menos con sus compañeros
- mejora en su vocabulario

257

La educación desde una visión emancipadora de los Derechos ...

- se muestra muy solidario
- mejora en el cuidado de sus cuadernos
- mejora en el rendimiento y comportamiento en la escuela
- se preocupa por mantener un buen comportamiento
- expresa afectividad por su madre.
- sus canciones y dibujos ya no son agresivos.

A manera de conclusión

Estos niños, niñas y adolescentes nos dan día a día lecciones de vida sobre
lo que implica responder a una propuesta educativa mínima (sólo dos días
a la semana), en la que cada uno hemos cuidado de tratarles como sujetos,
es decir, de manera digna. Si realmente los ciudadanos y las instituciones
visibilizaran y asumieran que invertir en educación para este grupo de niñez y
adolescencia, que casi está al margen del “meta-derecho” de tener derechos,
entonces no sólo se estaría apostando por restituir su derecho agredido y el
principio “Del Interés Superior de Niño” dejará de ser una mera declaración
y comenzará a ser una realidad vivida; y, además, como consecuencia, se
estaría garantizando una seguridad humana ciudadana.

El pasamiento emancipador latinoamericano es muy rico en sabidurías,
experiencias e incluso un acervo de visiones filosóficas, teórico-
metodológicas que constituyen un potencial para aportar a lo que Morín
plantea: El porvenir no es ya la marcha fulgurante hacia adelante; o mejor,
es la marcha fulgurante hacia delante de la amenazas de avasallamiento y
destrucción a la que hay también que resistir. Más ampliamente, desde hoy
en adelante, tendremos que resistir a la mentira sin cesar, a la resignación a la
ideología, a la tecnocracia, a la burocracia, a la dominación, a la explotación,
a la crueldad. Más aún, debemos prepararnos para las nuevas opresiones y la
nuevas resistencias (Morin 82-83).

258

Revista Pucara, N.º 25 (243-258), 2013

Fuentes de consulta:

Beto, Fray, Paulo Freire y la Reinvención del Brasil. Revista ALAI, América
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Boff, Leonardo. Ética Planetaria desde el Gran Sur. Madrid: Trotta, 2001.
De Sousa Santos, Boaventura. El Milenio Huérfano. Madrid: Trotta, 2005.
Dussel, Enrique. Ética de la Liberación. Madrid: Trotta, 1995.
Ellacuría, Ignacio. Filosofía de la Realidad Histórica. Madrid: Trotta, 1990.
Freire, Paulo. Pedagogía de la Autonomía. México D. F.: Siglo XXl, 1996.
__________. A la Sombra de este Árbol, Barcelona: el Roure, 1997.
__________. Pedagogía del Oprimido. México D. F.: Siglo XXl, 1999.
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Creatividad Humana. Sevilla: Aconcagua, 2005.
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Morín, Edgar. ¿Hacia Dónde va el Mundo? Barcelona: Paidós, 2011.
___________. ¿Hacia el Abismo? Globalización en el Siglo XXI. Barcelona:

Paidós, 2010.

259

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre...

Actitudes, conocimientos y creencias de los
adolescentes sobre la violencia de pareja

en Cuenca-Ecuador1

Attitudes, knowledge and beliefs of teenagers regarding violence against
women within a heterosexual relationship in Cuenca, Ecuador

Pinos G., Pinos V., Jerves M., Maenhout S., Enzlin P.
Universidad de Cuenca, Ecuador

Resumen
El objetivo de esta investigación fue el de explorar las actitudes,
conocimientos y creencias de los adolescentes sobre la violencia de pareja.
La información fue recolectada a través del desarrollo de doce grupos focales
con adolescentes varones y mujeres de colegios de la ciudad de Cuenca. La
discusión en los grupos fue dirigida a partir de una guía que contenía dos
historias sobre casos de violencia de pareja. Los datos fueron analizados
utilizando Análisis Temático. Los resultados evidencian la existencia de
una incoherencia entre el rechazo manifiesto de los adolescentes hacia la
violencia y la justificación implícita que ellos expresan con respecto a ciertas
situaciones de violencia dentro de la pareja. El estudio pone de manifiesto
que a pesar de que los adolescentes tienen conocimientos sobre la violencia
y sus factores de riesgo, existe aun la presencia de mitos y creencias que
están arraigados en el pensamiento y que justifican y normalizan la violencia
de pareja.

Palabras clave: Actitudes, Conocimientos, Creencias, Adolescentes,
Violencia de Pareja.

1 El presente estudio ha sido posible gracias a los fondos otorgados por el programa
VLIR-IUC de cooperación entre la Universidad de Cuenca y el Consejo de Universidades
Flamencas de Bélgica. Expresamos nuestro agradecimiento a Hana Van París y Rachad
Balitar, por su asesoría técnica en el análisis cualitativo y a Liesbeth Smeyers y Silvia López
por su ayuda en el diseño de la propuesta y recolección de datos, respectivamente.

260

Revista Pucara, N.º 25 (259-277), 2013

Abstract
The objective of this research was to explore the attitudes, knowledge and
beliefs of adolescents about dating violence. The information was gathered
through the development twelve focus groups with male and female
adolescents from high schools in the city of Cuenca. The discussion was led
from a guide that contained two stories about dating violence cases. Data were
analyzed using Thematic Analysis. The results suggest the existence of an
inconsistency between the apparent rejection of teenagers towards violence
and implicit justification they express with regard to certain situations of
violence within the couple. The study shows that although adolescents have
knowledge about violence and its risk factors, there is still the presence of
myths and beliefs are rooted in thought that justify and normalize partner
violence.

Key words: Knowledge, Beliefs, Attitudes, Adolescentes, Partner Violence.

***

Introducción

La violencia de pareja se refiere a cualquier comportamiento que cause
daño físico, psicológico o sexual a por lo menos uno de los miembro de una
relación íntima (Krug y col. 97). La OMS, en su Informe mundial sobre la
violencia y la salud (2003),
señala que entre el 10% y el 69% de mujeres
ha sufrido violencia física dentro de su relación de pareja. Estudios en
América Latina y el Caribe han encontrado que entre el 30% y el 75% de las
mujeres han sufrido violencia psicológica y entre el 10% y 30% violencia
física dentro de su relación (Buvinic, Morrison y Shifter 1). En Ecuador, un
estudio desarrollado con mujeres entre 15 a 49 años, encontró que el 41%
de ellas ha experimentado violencia psicológica, el 31% violencia física y el
2% violencia sexual por parte de su pareja (ENDEMAIN 11).

El modelo ecológico propuesto por Heise, Ellsberg y Gottmoeller, explica
la violencia a través de la existencia de factores individuales, relacionales,

261

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre...

comunitarios y sociales que se convierten en factores de riesgo para que esta
se produzca. Dentro de los factores individuales se reconocen: edad, consumo
excesivo de alcohol, depresión, trastornos de la personalidad, bajo nivel
educativo, bajos ingresos familiares, haber sido testigo de la violencia en la
niñez. Entre los factores relacionales se encuentran: conflictos de la pareja,
inestabilidad matrimonial, dominación masculina, presión económica. Los
factores de la comunidad son: sanciones débiles de la comunidad contra la
violencia doméstica, la pobreza y el capital social bajo. Finalmente, los
factores sociales incluyen los roles tradicionales de género y las normas que
apoyan y/o permiten la violencia dentro de la pareja (Buvinic, Morrison,
y Shifter 13-18; Krug y col. 105-109). En este mismo sentido, un estudio
local de la Universidad de Cuenca detectó como factores relacionados con la
violencia familiar a bajo nivel de instrucción, vivir en hacinamiento, haber
sido testigo o haber sufrido violencia en la infancia, y tener familiares con
un frecuente consumo de alcohol (Pinos, Calle, y Ávila 11-13).

Entre los factores expuestos, las creencias y actitudes tolerantes hacia la
violencia a la mujer constituyen un importante factor de riesgo para su
ocurrencia (Ferrer y col. 1). De hecho, las creencias y mitos culturales
respecto a la violencia a la mujer cumplen tres funciones: culpabilizan a
la mujer por la violencia sufrida, naturalizan o normalizan la violencia
hacia la mujer y, dificultan que la mujer salga de esa situación (Corsi 7).
Entre los mitos que naturalizan o normalizan la violencia hacia la mujer, se
han descrito: el enamoramiento (Rodríguez, Sánchez, y Alonso 193-194;
Zastrow y Kirst-Ashman 354), la creencia de que el hombre posee impulsos
incontrolables y de que la mujer puede tener tendencias masoquistas y por
lo tanto buscar y disfrutar de una relación violenta (Crooks y Baur 546-547;
Corsi 7).

De otra parte, se han encontrado como factores culturales asociados con la
violencia, a los estereotipos de género que señalan como valores femeninos
la debilidad y la sumisión, y como valores masculinos la fuerza, el control
absoluto, la dureza emocional y la utilización de la violencia (Díaz-Aguado
90). En nuestra cultura estos estereotipos de género han sido conocidos
como machismo y el marianismo (Crooks y Baur 75; Flake y Forste 20–21;
Shibley y DeLamater 337). El machismo es un modelo de masculinidad
que persigue resaltar una actitud de superioridad y dominación por parte

262

Revista Pucara, N.º 25 (259-277), 2013

de los hombres (Ingoldsby 57; Sequeira 7-14); mientras que el marianismo
se caracteriza por el culto e idealización de una feminidad basada en la
Virgen María, que rescata como virtudes la pasividad, la pureza, el sacrificio
personal, la sumisión, la aceptación de la violencia y la dependencia hacia el
hombre (Ingoldsby 59; Sequeira 28-35).

Pese a la importancia del tema, las investigaciones en nuestro país sobre
la violencia de pareja son escasas; además, la mayoría de ellas tienen un
enfoque cuantitativo y están centradas en la población adulta por lo que se
posee muy poco conocimiento sobre este tema desde la perspectiva de los
adolescentes. El objetivo de esta investigación fue, por tanto, explorar las
actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre la violencia
de pareja.

Método

El diseño empleado fue cualitativo, lo que permitió conocer el fenómeno
de manera contextualizada desde los valores, experiencias y percepciones
de los participantes (Hernández, Fernández, y Baptista 8-11). El estudio
se realizó durante el año académico 2009-2010, con adolescentes de dos
colegios de la ciudad de Cuenca, Ecuador (uno público y uno privado). Los
dos colegios fueron seleccionados de entre los participantes del proyecto
“Promoción de la salud sexual en adolescentes, HUMSEX”, desarrollado
dentro del programa de cooperación interuniversitaria entre la Universidad
de Cuenca y el Consejo de Universidades Flamencas, VLIR-IUC.

Para la selección de la muestra, se utilizó un muestreo intencionado por casos
típicos con ayuda de un informante clave (Pineda, De Alvarado, y De Canales
121), que fue el Psicólogo de cada colegio. La muestra estuvo constituida
por 127 adolescentes escolarizados, entre 11 y 19 años, distribuidos de la
siguiente manera: el 44.19% fueron hombres y el 55.90% mujeres; 36.22%
estudiaban en octavo de bachillerato, 32.28% en primero de diversificado y
el 31.50% en tercero de bachillerato. El 51.18% estudiaban en un colegio
fiscal y el 48.82% en colegio privado.

263

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre...

La recolección de la información se realizó por medio del desarrollo de 12
grupos focales, organizados según colegio, curso y sexo. Los moderadores
fueron profesionales de las ramas de la Psicología, Pedagogía, y Psiquiatría.
Los grupos fueron desarrollados luego de la aprobación de las autoridades
de los colegios, y con el consentimiento informado de los participantes,
quienes fueron notificados sobre el objetivo y los procedimientos de la
investigación, así como de los beneficios del estudio.

La guía empleada en los grupos focales, fue diseñada y aprobada en consenso
por los miembros del proyecto de investigación y estuvo constituida por
dos historias de violencia de pareja, una relacionada con violencia violencia
física y otra con violencia sexual. Cada historia tenía una guía de preguntas
para propiciar el debate sobre el tema. Las sesiones de los grupos focales
fueron grabadas y transcritas literalmente para su posterior analisis. El
análisis se lo hizo de forma manual mediante Análisis Temático (Braun y
Clarke 96). Los resultados se triangularon para asegurar la consistencia,
credibilidad y confiabilidad de los resultados; para ello, tres miembros del
equipo realizaron un análisis de los datos por separado, en varias sesiones
se compararon los resultados hasta llegar a un consenso sobre los mismos.
Como un sesgo a considerar se tiene que la historia de violencia física
incluida en la guía, contenía un componente de infidelidad hacia la mujer y
que en la historia de violencia sexual se incluyó un elemento de diferencias
de estrato socio-económico de los integrantes de la pareja. Estos elementos
captaron la atención de los participantes, por lo que fue necesario depurar
los datos para analizar sólo la información concerniente a la violencia de
pareja.

Resultados

Las categorías encontradas como resultado del análisis fueron: identificación
de la violencia; actitudes hacia la violencia; conocimientos y creencias sobre
la producción de la violencia; y violencia hacia el hombre.

Con el objeto de identificar el tipo de violencia sobre el cual se genera cada
cita, se emplearán las siguientes etiquetas: VS para la violencia sexual y VF
para la violencia física.

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Revista Pucara, N.º 25 (259-277), 2013

Identificación de la violencia

De entre los diferentes tipos de violencia, fue la física la que fue más
claramente identificada por los adolescentes participantes:

VF. “Es una brutalidad, perdón, pero ¿cómo? ¿cómo? (risas) es que
¡cómo le va a pegar! Es una agresión física…”. Participante
Mujer (PM).

Mientras, la violencia sexual no fue fácilmente identificable como tal para
los participantes, principalmente debido a que al no existir uso explícito
de la fuerza, sino más bien se da por coerción, esta no es reconocida como
violencia. Los participantes consideraron por tanto, que al no haber sido
usada la fuerza, la víctima podía haber evitado la violencia y al aceptarla se
demuestra un deseo sexual oculto:

VS. “¿Quién le va a creer de que le violaron así? es muy difícil
que le crean… es que, si fuera una violación, sería, como una
violación medio voluntaria, porque ella se deja así nomás
entonces ella también quiere”. Participante Varón (PV).

Actitudes hacia la violencia

En general, los adolescentes participantes de todas las edades y tanto varones
como mujeres, mostraron rechazo hacia el comportamiento violento,
enfatizando que al interior de la pareja debe haber respeto y comprensión:

VF. “…se supone que el respeto, es sumamente importante… ¡no!
¡Un hombre no debe tocarle un dedo a la mujer!”. PM.

VS. “… que respete la decisión de ella…tampoco le puede
obligar”. PV.

Sin embargo, algunos participantes consideraron a la violencia como algo
interno de la pareja, una especie de asunto privado, en el cual nadie debe
intervenir puesto que se trataría de un tipo diferente de relación:

265

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre...

VF. “A mí no me parece que esté bien…pero hay personas que
quieren de muchas maneras y hay parejas que se quieren así”.
PM.

Conocimientos y creencias sobre la violencia

Al discutir sobre los posibles factores relacionados con la violencia, los
participantes identificaron factores personales, relacionales, comunitarios
y sociales. Sin embargo, en sus expresiones, los adolescentes también
mencionaron ciertas creencias o mitos que ellos consideraron como factores
relacionados con la violencia.

Con respecto a los factores individuales relacionados con la violencia,
los participantes pudieron establecer factores tanto del agresor como de
la víctima. Entre los factores individuales del agresor señalados por los
participantes se encuentran: la edad, el haber sido víctima de violencia, la
falta de auto-control, los celos e inseguridad y el consumo del alcohol.

En lo que respecta a la edad, existió una diferencia en las percepciones entre
hombres y mujeres. Para los hombres, el comportamiento violento dentro de
las relaciones de pareja es más común entre adultos y jóvenes:

VS. “Adultos y jóvenes, ven la cara (engañan) [nota: en referencia
a aplicar presión psicológica a la mujer para tener relaciones
sexuales], más si son así mujeres de nuestra edad, de 15 o 16
años”, “Nosotros (los adolescentes), ¡no creo! yo creo que se ve
con otro sentido, vemos con otros ojos” PV.

Mientras para las mujeres este tipo de situaciones es más común entre los
adolescentes, y responde a su condición de inmadurez:

VS. “Si hay algunos hombres que respetan, pero no en la
adolescencia, porque no son maduros”. PM.

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Revista Pucara, N.º 25 (259-277), 2013

Los adolescentes participantes señalaron que, el haber sido víctima
de violencia lleva a conflictos en el individuo y que su influencia es tan
fuerte que afecta la relación con su pareja, donde es ella quien recibe las
consecuencias de esa frustración en forma de agresión:

VF. “Eh… es que como que tiene algún trauma, o algo que le ha
pasado y como que quiere desfogarse con esa persona que él
quiere, entonces… por alguna razón, él busca un desfogue y
ella sale golpeada, o algo así”. PM.


Para los participantes, una característica de la personalidad del agresor es su
falta de autodominio, de manera que el agresor resulta una persona que no
puede controlar su enfado por lo que incurre en actos de violencia:

Moderador: ¿Por qué actuó así el agresor?
VF. “Por falta de autocontrol… por mal manejo de la ira”. PV.

Se manifestó además que el agresor no tiene la capacidad de controlar sus
impulsos sexuales, los participantes consideraron que el hombre tiene esta
característica, lo cual implica que todo hombre, por su propia naturaleza, es
un agresor en potencia:

Moderador: ¿Por qué el agresor actuó así?
VS. “Porque los hombres tienen las hormonas alocadas y quieren

algo más que un abrazo, y van pidiendo más… Él va a decirle:
“dame una prueba de amor”. PM.

VS. “Así, casi la mayoría, sólo buscan sexo, sólo buscan placer…
complacerse ellos”. PV.

De otro lado, los participantes indicaron que los celos y la inseguridad
favorecen la violencia física:

VF. “La violencia física se da a veces por inseguridad… por
ejemplo: estoy inseguro de si ella me quiere y me pongo celoso
de cualquier cosa, desconfío de todo…”. PV.

267

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre...

Para los participantes, el consumo de alcohol surgió como un factor que
favorece la violencia, de manera que incluso una persona que habitualmente
no es agresiva, cuando está embriagada puede reaccionar de forma violenta:

VF. “Él le pega a una señora que vive por ahí, y más es los días
viernes, porque él, la mayoría de veces, llega tomado y coge
el carro y le hace dar vueltas por toda la ciudadela, y la señora
quiere meterle a la casa, pero no puede entonces el señor le
comienza a patear, a pegar y todo… ¡es todos los viernes la
misma historia! Pero sólo cuando está tomado, porque él los
otros días no hace nada y es cariñoso con ella y con los hijos y
pasan bien”. PM.

Entre los factores individuales de la víctima, los adolescentes atribuyeron
la predisposición a sufrir violencia a ciertas características, tales como el
masoquismo, la dependencia hacia el varón y la baja de autoestima.

En los grupos se sugirió que algunas mujeres pueden tener rasgos
masoquistas, pues les gustaría ser maltratadas; es decir, disfrutan de la
violencia y la buscan. Además, se indicó que si una mujer no escapa de la
situación de violencia es porque disfruta de esta:

VF. “…hay algunas mujeres que les gusta el maltrato”. PV.
VF. “O sea, hay personas que les dan duro (les golpean) y siguen,

son masoquistas…”. PV.

Los participantes indicaron que una mujer dependiente no es capaz de estar
sola o de dirigir propia vida, siendo esta la razón por la cual ella tolera la
violencia:

VF. “Es que hay mujeres que dependen de los hombres, dicen y
quieren estar ahí”. PV.

Los adolescentes participantes encontraron una cierta responsabilidad en la
víctima debido a su indecisión y baja autoestima, es decir, esa personalidad
sumisa le vuelve propensa a la violencia:

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Revista Pucara, N.º 25 (259-277), 2013

VS. “Ella tiene que saber qué mismo quiere, tiene que estar segura
de sí misma. Si la mujer tiene una buena autoestima va a saber
qué mismo quiere, o sea… si hace prácticamente todo lo que la
pareja le diga… ¿qué tipo de mujer, señorita o señora es?”. PM.

VS. “Yo creo que él abusaba de ella… o sea, ella me parece medio
tonta también, porque ella no debería dejarse, ella no se
defendía”. PM.

Con respecto a los factores relacionales para que se produzca la violencia, los
participantes encontraron características de la pareja así como características
de la familia de la víctima como posibles propulsores de la violencia.

De un lado, los participantes expresaron que si dentro de la relación de
pareja no existe amor, o si la relación se ha convertido en un hábito, surgen
los problemas de violencia, es decir, la pérdida del amor y de respeto son
aspectos cruciales que llevan a una mala relación, especialmente cuando es
el agresor quien no siente amor por su pareja:

VS. “Yo creo que él no le quería de verdad, porque cuando quieres
de verdad a una persona, no le obligas a hacer cosas que ella
no quiere”. PM.

Complementariamente, el amor que siente la víctima hacia el agresor
fue identificado como un factor que hace que se mantenga el círculo de
violencia, pues en nombre de la tolerancia y aceptación, la persona agredida
no es percibida como una víctima:

VF. “También depende de cuánto le quiere, puede que ella también
le quiera mucho a él para aguantar patadas”. PV.

VF. “…cuando una mujer quiere a un hombre, está enamorada, le
juro no le importa lo que le hagan…”. PV.

Pese a no admitirlo de forma expresa, algunos participantes trataron de
explicar la razón de la violencia física, indicando que la reacción del agresor
pudo ser producto de haber sido injustamente culpado. Es decir, que de
cierto modo, la víctima se merecía la violencia:

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Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre...

VF. “No, no justifico que le pegue, pero para que él reaccione así…
¡imagínese que una persona le reclame por cosas que no son
verdad!”. PV.

Con respecto a la familia, los participantes expresaron la falta de apoyo
de la víctima por parte de su familia, evidenciada en la falta de confianza
hacia sus padres, se convierte en un factor que permite que la violencia se
perpetúe:

VS. “…yo creo que ella no confiaba lo suficiente en sus padres
para contarles eso”. PM.

Para los adolescentes participantes, en estos casos se debe acudir a la familia;
esta alternativa es expresada sobre todo por quienes están en la etapa inicial
de desarrollo:

VS. “Yo creo que si ella les hubiera contado la verdad, ellos le
hubieran apoyado, porque los papás siempre quieren a sus
hijos”. PM.

Más aún, las características del ambiente familiar inmediato fueron
consideradas como promotoras de violencia, una vez que en su interior
se produce un modelado que transmite creencias y patrones de conducta
(círculo familiar de la violencia). Los adolescentes indicaron que en
la casa los padres son quienes refuerzan los estereotipos de género y los
comportamientos considerados normales para hombres y mujeres, que
muchas veces pueden estar relacionados con la violencia:

VF. “Porque se les han enseñado que los hombres le pegan a las
mujeres”. PV.

VF. “Porque han crecido viendo que el papá le pega a la mamá, y
el papá le dice que así es como debe ser”. PV.

Con respecto a los factores comunitarios, los adolescentes participantes
indicaron que es muy importante la comunidad, enfatizando que en nuestro
medio es en el ambiente rural en donde la violencia hacia la pareja es más
frecuente:

270

Revista Pucara, N.º 25 (259-277), 2013

VF. “…una vez estuve en la quinta de mi abuelo… y el tío o
novio de una chica le masacraba (golpeaba fuertemente),
nosotros estábamos como espantados y queríamos ir a ayudar,
y la chica nos terminó insultado, dijo que es problema de ella…
que dejemos que le pegue, que ha de ser por el bien de ella…”.
PM.

Finalmente, con respecto a los factores sociales, los adolescentes
consideraron que las normas sociales pueden actuar como factores que
permiten la violencia y la diferente evaluación de género, entre las cuales
destaca por su difusión: el machismo de nuestra cultura.

De hecho, los participantes indicaron que el machismo es un factor cultural
importante para que se produzca el abuso hacia las mujeres, porque existen
normas sociales que la justifican e incluso la celebran. Como resultado de
este modelo social, el hombre es agresivo y la mujer es permisiva:

VS. “…en nuestra cultura se tiene como excusa el hecho que dicen:
“la carne es débil, todos los hombres en realidad quieren”,
y utilizan esto como una excusa. Les da esa idea de que, si
tienen relaciones sexuales son machotes y siempre que tienen
a alguien, ella tiene que complacerles… es como un objeto
sexual…”. PM.

Los participantes indicaron que las creencias respecto al derecho del hombre
sobre la mujer, hacen que se permita la violencia, es decir, la tradición de
nuestra cultura puede llevar a la mujer a aceptar la violencia como algo que
es normal y hasta necesario dentro de una pareja:

VF. “… ellas creen que es una parte del matrimonio, que hay las
peleas, entonces dejan que pase…pero igual queda la herida”.
PV.

VF. “Una vez vimos que le estaban pegando a una cholita (mujer
indígena) y mi mami gritó por la ventana: “¿qué te pasa?
¡Déjale! La cholita le decía: ¡deje nomás! ¡Marido es!”. PM.

271

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre...

Los participantes expresaron que la sociedad observa y tolera la violencia,
no la evita; por tanto, para alcanzar un cambio es necesario que este se inicie
en la sociedad:

VF. “Yo creo que mucha gente hace las cosas porque la sociedad
lo permite. Si la sociedad dice: ¡eso está mal! entonces es como
algo mal visto”. PV.

VF. “Yo sí creo que la sociedad permite que la gente sea como
es, porque si la sociedad fuera diferente, las personas también
serían diferentes”. PV.

Un elemento sugerido por los participantes fue la falta de apoyo y ayuda
hacia las víctimas ante una situación de violencia, pues las personas en
situación de riesgo no siempre tienen a quién acudir:

VS. “… yo estaba saliendo de una disco con mi novio y él no se
había dado cuenta que yo ya había salido pronto…y habían dos
hombres hecho funda (embriagados), así y me dijeron: ¡Hey!
y me comenzaron a decir cosas horribles, y se comenzaron a
acercar a mí, y después… ¿Ud. cree que la gente que estaba
alrededor mío hacía algo? ¡Nada! todos eran hombres ¡y nadie
hacía nada!”. PM.

Al tratar de analizar las causas de esta aparente indiferencia los participantes
expresaron:

VF. “Uno prefiere alejarse del peligro, tal vez por instinto. Uno se
pone a pensar enseguida en el daño que te pueden causar a ti, o
sea, cada vez que pasa algo, no es que nos acercamos a ayudar,
porque tenemos miedo que algo nos pueda pasar”. PM.

La violencia contra el hombre

Si bien durante todos los grupos focales, al hablar de violencia de pareja los
participantes hicieron referencia a la violencia del hombre hacia la mujer, de
manera explícita se consultó a los participantes sobre su criterio respecto a
la posibilidad de existir violencia de la mujer hacia el hombre.

272

Revista Pucara, N.º 25 (259-277), 2013

Al poner a consideración la violencia física desde la mujer hacia el hombre
los participantes opinaron que esta es poco probable y de ocurrir, se
propiciaría que la mujer se convierta en víctima debido a la reacción que se
produciría en el hombre:

VF. “Es que es obvio de que el hombre nunca se va a dejar pegar
por una mujer, porque siempre existe el machismo de parte de
los hombres”, “Él va a reaccionar peor”. PM.

Mientras al considerar la posibilidad de la existencia de violencia sexual
desde la mujer hacia el hombre, los participantes expresaron que a su criterio
esto no es posible de ninguna manera:

VS. “¡No! ¡Eso no puede haber!”. PM.
VS. “Pienso que más es de hombres hacia mujeres. Porque los

hombres son más fuertes y más promiscuos. Porque los hombres
dicen que sólo piensan en sexo; en cambio; las mujeres piensan
en amor”. PV.

Los participantes varones expusieron que una de las razones por las que no
puede existir la violencia sexual hacia el hombre es debido a que él siempre
está dispuesto a mantener relaciones sexuales:

VS. “Él no se va a negar nunca, ¡dime si te negaras a una mujer!
¿Qué hombre no va a estar preparado? O sea ¿cómo se va a
negar a una mujer? O sea, que es mi novia y me gusta y me
quiere, o sea, no voy a negarme a ella”. PV.

Discusión

Los resultados de este estudio cualitativo permitieron identificar actitudes,
conocimientos y creencias de los adolescentes varones y mujeres de
cuenca con respecto a la violencia de pareja. Con respecto a las actitudes,
los participantes mostraron su rechazo contra la violencia; existiendo, sin
embargo, claros intentos de justificarla o racionalizarla.

273

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre...

En referencia a los conocimientos, los adolescentes participantes
identificaron las manifestaciones de violencia en las historias expuestas,
pese a mostrar dificultades para expresar verbalmente sus pensamientos. De
entre los diferentes tipos de violencia, la sexual por coerción fue la menos
reconocida.

Respecto a los factores que se relacionan con la violencia, se señalaron
factores personales, relacionales, comunitarios y sociales que coinciden con
los descritos en la literatura, principalmente en el Informe Mundial sobre
la Violencia y la Salud
(2003) y en el informe de La Violencia en América
Latina y el Caribe
(1999). Por ejemplo, como factores característicos
del agresor se mencionaron la edad, el haber sido víctima de la violencia
cuando niño, la falta de capacidad de autocontrol, los celos e inseguridad y
el consumo frecuente de alcohol (Buvinic, Morrison, y Shifter 15-17; Krug
y col. 106-109), este último destacado en estudios locales como frecuente
coadyuvante para la producción de violencia (Pinos, Calle, y Ávila). Entre
los factores personales de la víctima, en este estudio se identificaron, de
un lado, la aceptación de la violencia dentro de la relación, factor que nace
de los estereotipos de género que refuerzan la noción del “deber” de la
mujer de cumplir con sus obligaciones en el hogar (Buvinic, Morrison,
y Shifter 16-17; Krug y col. 108); mientras de otro lado se reconoce a
la dependencia de la mujer hacia la pareja como un factor importante, así
una mujer dependiente no es capaz de guiar su vida, lo que la lleva a tolerar
la violencia para evitar el abandono de su marido (Ingoldsby 59; Sequeira
28–35).

Entre los factores relacionales, los adolescentes identificaron a una relación
sin amor y la falta de comunicación como posibles elementos de riesgo
para que se produzca la violencia. Ante la ausencia de amor y la escasa
comunicación, la violencia aparece como una forma de terminar discusiones
y conflictos (Krug y col. 108). Otra tema analizado por los adolescentes
participantes fue la idealización de las relaciones amorosas, en las cuales el
amor de la víctima hacia el agresor, perpetúa las relaciones no saludables,
basadas en la premisa de que una forma de demostrar amor es aceptar al
ser amado tal como es (Rodríguez, Sánchez, y Alonso 193-194; Zastrow y
Kirst-Ashman 354).

274

Revista Pucara, N.º 25 (259-277), 2013

Con respecto a la estructura familiar, se destacó la falta de comunicación
con los padres, en donde la víctima no encuentra opciones de ayuda para
salir del círculo de la violencia (Buvinic, Morrison, y Shifter 16-17; Krug
y col. 108).

Entre los factores sociales identificados se destacan los procesos de
socialización que trasmiten generación tras otra, creencias que normalizan
y justifican la violencia; dichas creencias son internalizas formando un
“filtro psicológico” que limita la capacidad personal de percibir la violencia
(Krug y col. 108-109). En consecuencia, se produce permisividad hacia la
violencia, relaciones con desigualdad, y estereotipos de género, situaciones
que han sido detectadas en estudios previos por Díaz Aguado (2004). En
Latinoamérica, estos procesos de socialización han sido reconocidos en
patrones de comportamiento relacionados con el machismo y el marianismo,
que podrían hacer que la familia latina sea más susceptible de violencia
doméstica (Crooks y Baur 75; Flake y Forste 20-21; Shibley y DeLamater
337), pues en el hombre se resaltan como ideal masculino la búsqueda de
situaciones de violencia (Ingoldsby 57; Sequeira 7-14) y en la mujer la
disposición o hasta el deber de soportar la violencia en silencio (Ingoldsby
59; Sequeira 28-35).

De otra parte, entre los factores relacionados con la violencia, los participantes
establecieron como verdades, algunas creencias o mitos, situación peligrosa,
pues estas creencias arraigadas, se convierten en sí mismas en posibles
soportes para el desarrollo o permisividad de acciones violentas (Ferrer y col.
1; Corsi 7). De esta manera, el mito del masoquismo femenino que describe
aspectos que harían que la víctima disfrute de la situación de violencia y el
mito de los impulsos incontrolables del hombre, que establece que él, por su
naturaleza, no puede evitar la violencia, siendo responsabilidad de la mujer
el evitarla (Crooks y Baur 546-547; Corsi 7). Otro mito, es el que la víctima
se mantiene en el escenario de violencia porque quiere o porque no es lo
suficientemente inteligente para escapar de esta, sin analizar la situación en
su contexto, una vez, que a menudo existen mecanismos de presión, tales
como aspectos económicos, amenazas de pérdida de sus hijos, presión de
familiares que quieren evitar la “vergonzosa” separación, etc., que de una
manera u otra inmovilizan a la mujer.

275

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre...

Finalmente, con respecto a la posibilidad de agresión de la mujer al hombre,
los participantes manifestaron que esta situación simplemente no es posible,
pues en el caso de la violencia física el hombre puede evitarla o hasta
revertir la situación convirtiéndose en el agresor, mientras respecto a la
violencia sexual, se considera al hombre como un ser que siempre busca
placer sexual, por tanto, no puede existir una violación, pues siempre habrá
consentimiento por su parte, creencias que consideran que el hombre nunca
sería víctima de violencia y que mantienen coherencia con una concepción
machista.

Conclusiones

El presente estudio pone de evidencia la existencia de una incoherencia entre
el rechazo manifiesto de los adolescentes hacia la violencia y la justificación
implícita que ellos mismo expresan con respecto a ciertas situaciones de
violencia dentro de la pareja.

Los participantes en este estudio mostraron actitudes de rechazo hacia la
violencia dentro de la pareja; sin embargo, manifestaron también creencias
tolerantes y justificativas, que atribuyen a la mujer una participación activa
en el fenómeno analizado; escenario que es uno de los factores de riesgo
sociocultural más relevantes para que esta situación ocurra y se perennice.

Se destacó la importancia de que la persona violentada rescate su propio
valor para poder romper el ciclo de violencia, además, se consideró que la
sociedad y la familia deben cambiar hacia la equidad de género y al rechazo
de la violencia, como punto de partida para eliminarla. Los resultados
de este trabajo ofrecen perspectivas para trabajar con los adolescentes
por una cultura de respeto y buen trato hacia la pareja, que fomente una
interacción constructiva, superando los prejuicios de género que determinan
una serie de sesgos cognitivos que modelan actitudes y conductas con un
enfoque discriminativo entre los dos sexos, que vuelven incompatible una
convivencia complementaria y armónica.

276

Revista Pucara, N.º 25 (259-277), 2013

Fuentes de consulta:

Braun, Virginia, y Victoria Clarke. “Using Thematic Analysis in Psychology.”
Qualitative research in psychology 3.2 (2006): 77-101. Impreso.

Buvinic, Mayra, Andrew Morrison, y Michael Shifter. La Violencia En
America Latina y El Caribe: Un Marco de referencia para la acción
.
Washington D. F: Banco Interamericano de Desarrollo, 1999. Impreso.

Corsi, Jorge. La Violencia Hacia La mujer en el contexto doméstico. Buenos
Aires: Fundación Mujeres, 1994. Impreso.

Crooks, Robert, y Karla Baur. Nuestra sexualidad. Décima edición. México
D. F: Cengage Learning, 2009. Impreso.

Díaz-Aguado, María José. “La Evaluación de las actitudes hacia la violencia
y la diversidad”, en Prevención de la violencia y lucha contra la
exclusión desde la adolescencia
. Madrid: s/e, 2004. 89-196. Impreso.

Ferrer, Victoria, Esperanza Bosch, Carmen Ramis, Gema Torres, y Capilla
Navarro. “La violencia contra las mujeres”, en La pareja: creencias
y actitudes en estudiantes universitarios/as.
Psicothema 18.3 (2006):
359-366. Impreso.

Flake, Dallas, y Renata Forste. “Fighting families: family characteristics
associated with domestic violence in five latin american countries”
in Journal of family violence: fighting families 21.1 (2006): 19-29.
Impreso.

Hernández, Roberto, Carlos Fernández, y Pilar Baptista. Metodología de
la investigación
. Cuarta edición. México D. F: McGraw Hill, 2007.
Impreso.

Ingoldsby, Bron. “The latin american family: familism vs machismo” in
Journal of comparative family studies 22.1 (1991): 57-62. Impreso.

Krug, Etienne, Linda Dahlberg, James Mercy, Anthony Zwin, y Rafael
Lozano. Informe mundial sobre la violencia y la salud. Washington
D. F: OMS, 2003. Impreso.

Pineda, Elia, Eva De Alvarado, y Francisca De Canales. Metodología de
la investigación: manual para el desarrollo de personal de salud
.
Washington D. F: OPS, 1994. Impreso.

277

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre...

Pinos, Guido, Hugo Calle, y Janeth Ávila. “Prevalencia y factores de riesgo
de la violencia familiar en la ciudad de cuenca”, en Violencia y maltrato
en niños, niñas y adolescentes
. Cuenca: CCNA, 2012. Impreso.

Rodríguez, Vicenta, Carlos Sánchez, y David Alonso. “Creencias de
adolescentes y jóvenes en torno a la violencia de género y las relaciones
de pareja”, en Portuaria 6.2 (2005): 189-204. Impreso.

Sequeira, David. The Machismo and marianismo tango. Pittsburgh:
Dorrance Publishing Co. Inc., 2009. Impreso.

Shibley, Janet, y John DeLamater. Sexualidad Humana. Novena. México
D. F: McGraw Hill, 2006. Impreso.

Zastrow, Charles, y Kirst-Ashman. Understanding Human Behavior
and the Social Environment
. Séptima edición. Belmont: Thomson-
Brooks/Cole, 2007. Impreso.

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279

Noticia sobre los autores

Noticia sobre los autores

Niall Binns. Londinense de familia escocesa, es profesor de filología en la
Universidad Complutense de Madrid. Entre sus libros destacan: Un vals en
un montón de escombros: poesía hispanoamericana entre la modernidad y la
postmodernidad (1999), ¿Callejón sin salida? La crisis ecológica en la poesía
hispanoamericana (2004), La llamada de España. Escritores extranjeros de
la guerra civil (2004). Es también poeta: Tratado sobre los buitres (2002),
Canciones bajo el muérdago (2003) y Oficio de carroñero (Caracas, 2007).
Ha editado obras de Nicanor Parra, Dylan Thomas y Jorge Teillier.

Ana Luz Borrero. Licenciada en Ciencias de la Educación, Especialidad de
Historia y Geografía. Universidad de Cuenca, 1982. Máster en Artes, Ohio
University, 1984. Doctora en Historia y Geografía. Universidad de Cuenca,
1986. Posgrado, Especialista en Población y Desarrollo. Título Conjunto
U. De Chile – CEPAL, CELADE y N. U. Programa Mundial de Población,
1993, Candidata a Doctora (PhD) en Historia, Universidad Andina Simón
Bolívar, Sede Quito.

Santiago Carpio. Máster en Gerencia de Proyectos Educativos y Sociales,
Ingeniero Químico. Actualmente es docente y colabora con en el Proyecto
Prometeo en la Facultad de Ciencias de la Hospitalidad.

Guillermo Cordero. Licenciado en Lengua y Literatura Española por la
Universidad de Cuenca (2007) y Magíster en Estudios de la Cultura, con
mención en Literatura Hispanoamericana, por la Universidad Andina
Simón Bolívar (Quito, 2010). Como becario de la Fundación Carolina,
estudió Lingüística y Lexicografía en la Real Academia Española (Madrid,
2012). Ha realizado investigaciones sobre narrativa fantástica y policial
y colaborado en espacios de crítica literaria en distintas publicaciones
periódicas nacionales e internacionales. Actualmente se desempeña como
docente de la Universidad de Cuenca e investigador del Centro de Escritura
Académica y Científica en el proyecto “Comprensión y producción de textos
académicos en la universidad”.

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Revista Pucara, N.º 25 (279-283), 2013

Ana Cueva. Máster en Gestión de Destinos Turísticos de la Universidad
NHTV – Breda, Holanda. Actualmente ejerce la cátedra en la Facultad
de Ciencias de la Hospitalidad.

Paul Enzlin. Ortopedagogo, Magíster en Sexología y PhD en sexualidad.
Profesor en la Universidad Católica de Leuven. Director del Instituto para
los estudios de la Familia y la Sexualidad del Departamento de Desarrollo y
Regeneración, de la KU Leuven, en Bélgica. Terapista en Context, Centro
para la Pareja, la Familia y la Terapia Sexual, UPC KU Leuven, Bélgica.

Jenny Teresita Guerra González. Maestra en Estudios Latinoamericanos
por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente cursa
el Doctorado en Estudios Latinoamericanos en esta misma institución.
Ha impartido cátedra en la Universidad Autónoma del Estado de México
(UAEM), en la Universidad Autónoma de Sinaloa y en la UNAM. Es
colaboradora de la revista Quehacer editorial. Trabaja sobre la edición
universitaria latinoamericana y sobre las industrias de contenidos y la
economía de la cultura para la convergencia digital.

Elena Jerves. Licenciada en Psicología Educativa, ha obtenido su título
de Maestría en Gerencia y Liderazgo educativo. Profesora-Investigadora
titular de la Universidad de Cuenca, en la Facultad de Filosofía, Letras y
Ciencias de la Educación. Actualmente dirige el Centro de Investigación y
formación en Sexualidad y Educación sexual de la Universidad de Cuenca
y ejerce el liderazgo local del Proyecto “Promoción de la Salud Sexual en
adolescentes” dentro del Programa VLIR. Candidata a PhD en la Escuela
Doctoral de Medicina de la Universidad Católica de Lovaina.

Facundo Lafalla. Profesor en Historia por la Universidad Nacional de
Cuyo, Mendoza, Argentina. Es becario de la Secretaría de Ciencia, Técnica
y Posgrado de esa casa de estudios. Participa en el proyecto de investigación
“Reconocimiento y diversidad. El humanismo crítico de América Latina
en el siglo XX”, dirigido por la Dra. Adriana Arpini y avalado por dicha
Secretaría.

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Noticia sobre los autores

Sofie Maenhout. Obtuvo su maestría en sexología en la KU Leuven, en
Bélgica. Actualmente, es terapista de pacientes que tienen problemas físicos,
psiquiátricos y disfunciones sexuales en una organización de salud mental en
Groningen, Holanda. Profesora invitada de sexología en la Universidad de
Midwifery en Groningen, Holanda. Participa como investigadora voluntaria
en el proyecto “Promoción de la salud sexual en adolescentes” dentro del
proyecto VLIR.

John W. O’Neill. Ph.D. en Administración de Negocios en la Universidad
de Rhode Island in 1999. Últimos artículos publicados: Hotel occupancy:
Is the three-year stabilization assumption justified?”, “Face time in the hotel
industry: An exploration of what it is and why it happens”. Actualmente es
Docente e investigador de la Penn State University, USA, y colabora en el
Proyecto Prometeo en la Facultad de Ciencias de la Hospitalidad.

Sean Patrick McGinley. Máster en Ciencias de Gestión de la Hospitalidad
de Penn State University. Últimos artículos publicados: McGinley, S. P.,
O’Neill, J. W., and Mattila, A. S., (2013, January) Towards a Career Change
Model in Hospitality: A Grounded Theory Approach
. Poster presented at the
graduate education and graduate student research conference in hospitality
and tourism, Seattle, WA. McGinley, S. P., O’Neill, J. W., Van Hoof, H., and
Mattila, A. S., (2013, January) Understanding Career Change and Turnover
in a Cross Cultural Context.
Poster presented at the graduate education
and graduate student research conference in hospitality and tourism, Seattle,
WA.

Santiago Patarroyo Rengifo. Magíster en filosofía latinoamericana de
la Universidad Santo Tomás. Miembro del Grupo de investigación Fray
Bartolomé de las Casas sobre pensamiento colombiano y latinoamericano de
la Universidad Santo Tomás. En la actualidad se desempeña como docente
e investigador universitario, en la Universidad Los Libertadores.

Guido Pinos A. Doctor en Medicina graduado en la Universidad de Cuenca,
especialista en Psiquiatría (Universidad Central del Ecuador), Máster
en Investigación en Salud (Universidad de Cuenca). Autor de artículos

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Revista Pucara, N.º 25 (279-283), 2013

de investigación en el área de salud mental (violencia contra la mujer,
alcoholismo, maltrato infantil, sexualidad humana) y de textos docentes en
esta misma área (Psicología y Psicopatología). Docente de la Universidad
de Cuenca en pre y posgrado de la Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad de Cuenca.

Verónica Pinos V. Licenciada en Ciencias de la Educación mención en
Físico Matemático por la Universidad Técnica Particular de Loja. Autora de
artículos de investigación en el área de diversidad sexual, género y violencia.
Investigadora titular de la Universidad de Cuenca. Candidata a PhD por la
URV, España.

Gloria Riera. Licenciada en Lengua y Literatura por la Universidad de
Cuenca. Máster en Estudios Culturales mención Literatura Hispanoamericana
por la Universidad Andina Simón Bolívar. Posgrado en Lingüística y
Lexicografía por la Real Academia de la Lengua en Madrid. Profesora de la
Universidad de Cuenca.

Elisabeth Tómmerbakk. Licenciada en Lengua Española, Sociología
e Historia de las Religiones por la Universidad de Oslo, Noruega (1995);
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad de Cuenca (2001);
Máster en Sociología por la Universidad de Nordland, Noruega (2011).
Actualmente, es docente e investigadora de la Facultad de Ciencias
Económicas y Administrativas de la Universidad de Cuenca.

Piedad Vásquez. Profesora de la Facultad de Filosofía; Directora del Aula
de Derechos Humanos de la Universidad de Cuenca. Miembro del equipo de
investigación del Programa: I+D Laboratorio para el Estudio Sociohistórico
de las Sexualidades de España, desde enero 2012 a diciembre 2014, con
la participación de seis universidades latinoamericanas y cuatro españolas.
Doctora en Derechos Humanos y Desarrollo por la Universidad Pablo
de Olavide de Sevilla, Máster en Docencia Universitaria e Investigación
Educativa. Miembro de tres tribunales doctorales internacionales.
Publicaciones: Teoría Crítica de la Educación y Derechos Humanos:
Lineamientos para una Propuesta Educativa
(2006) Derechos Humanos

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Noticia sobre los autores

desde la Interculturalidad: Insumos para una educación intercultural y
diversa
(2009).

Manuel Villavicencio. Doctor el Literatutra Latinoamericana (Chile). Ha
participado en eventos académicos en Perú, Colombia, Uruguay, Cuba,
Chile, Canadá, Brasil, México, Argentina y Estados Unidos. Ha publicado
Ciudad ausente y ciudad tomada: los paradigmas del imaginario urbano en
la narrativa latinoamericana
(2011); Escribir en la universidad. Guía para
estudiantes y docentes de pregrado y posgrado (2011); Itinerantes: escritos
sobre literatura ecuatoriana y latinoamericana
(2008); Ciudad, palimpsesto
e ironía: las voces subterráneas en la narrativa de Dávila Vázquez;
co-
autor de La jerga juvenil en la ciudad de Cuenca (1998). Autor de varios
artículos sobre literatura, lingüística y cultura ecuatoriana y latinoamericana
publicados en revistas nacionales y extranjeras.

María Augusta Vintimilla. Ensayista, crítica literaria y catedrática
universitaria. Ha colaborado en revistas como El Guacamayo y la Serpiente,
Cultura y Kipus. Ha participado en calidad de ponente y comentarista en
algunos certémenes académicos nacionales e internacionales. En 1999
tuvo a su cargo la edición crítica de la obra poética de Efraín Jara Idrovo.
Actualmente, desempeña las funciones de Decana en la Facultad de Filosofía,
Letras y Ciencias de la Educación.

Hubert B. Van Hoof. Ph.D. en Administración Pública con énfasis en
Análisis de Políticas de Turismo Áreas de Interés: Gestión Estratégica,
Educación Superior. Últimos artículos publicados: Ecuador’s System of
Higher Education in Times of Change. Submitted for publication. Journal
of Hispanic Higher Education
”, Sharma, Amit, Van Hoof, Hubert B.
and Pursell, Barton (2012). An Assessment of Compliance Issues among
Undergraduate Students. Submitted for publication. International Journal
of Teaching and Learning in Higher Education.
Actualmente, colabora
con el Proyecto Prometeo en la Facultad de Ciencias de la Hospitalidad.

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285

PUCARA
Información a los autores

A lo largo de sus más de 20 años de vida, la Revista PUCARA de la
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación, se ha constituido
en un espacio de diálogo en el que autores nacionales y extranjeros
reflexionan sobre las diferentes manifestaciones de la cultura: literaria,
histórica, filosófica, educativa… PUCARA pretende ser una permanente
fuente de consulta para estudiantes de pregrado y postgrado, así como
para profesores e investigadores en las áreas de su especialidad; de
manera que puedan profundizar sus respectivos estudios y fortalecer
lazos de cooperación interinstitucional. PUCARA, en su afán de cumplir
con los estándares internacionales, convoca anualmente (julio-octubre)
a todos los investigadores y escritores de habla hispana que deseen
participar. Los artículos que se solicitan deben estar involucrados dentro
de un proyecto o programa de investigación avalado por una institución
académica reconocida y, sobre todo, deben ser originales.

Normas de publicación:

1. Tiempos y proceso editorial. Una vez recibidos los artículos, el
Comité Editorial evaluará el cumplimiento básico de los requisitos.
Obtenido el visto bueno del Comité Editorial, el documento pasará
a la evaluación por parte de un jurado anónimo y externo a dicho
Comité.

2. Artículos aceptados. Los autores de los artículos aceptados para
la publicación, recibirán dos ejemplares de la revista en la que
participaron, y serán notificados vía correo electrónico.

3. Parámetros y presentación de artículos y reseñas. La extensión
de los artículos debe ser de entre 10 y 20 cuartillas de extensión
(tamaño carta) incluidas las notas al pie. La extensión de las
reseñas no debe superar las 4 cuartillas y debe cumplir con los
mismos requisitos de edición que los artículos mayores.

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La revista basa su estilo de edición en una de las últimas versiones de la
MLA y todos los artículos deberán cumplir con las siguientes normas:

• Uso de la fuente Times New Roman en 12 puntos, doble espacio y
con márgenes de 3 cm. por cada lado.

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y cuatro palabras clave, en español y en inglés. El resumen no debe
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4. Reglas generales de edición:
• Espacios: El espaciado en el texto debe ser doble y sin espacios

adicionales entre párrafos.
• Las itálicas: Se utilizan para los títulos de trabajos como libros,

poemarios, revistas, páginas web, películas, programas de radio
y televisión. Entre las palabras extranjeras de uso común que no
llevan itálicas encontramos: ad hoc, versus.

• Capítulos: Si decide dividir su ensayo en secciones o capítulos
cortos, se recomienda que los numere, utilizando un número
arábigo seguido de un punto. Luego de un espacio escriba el
nombre de la sección.

5. Citas:
• La MLA utiliza el método autor-página en el uso de citas. Quiere

decir esto que el apellido del autor y la página o páginas de las que
la cita está tomada deben aparecer en el cuerpo del texto así como
la referencia completa debe aparecer en la bibliografía.

• Una obra que tenga múltiples autores (tres o menos) requiere que
se mencionen los tres o dos apellidos en el texto o entre paréntesis.

• Para una cita de más de tres autores puede utilizar todos los
apellidos de los autores separados por comas.

• Si va a citar varios trabajos del mismo autor utilice el título completo
de cada obra o una abreviación del mismo para diferenciar las
fuentes.

6. Bibliografía. Todos los trabajos citados en el cuerpo del texto deben
tener su correspondencia en la sección de bibliografía, y seguir el criterio
MLA.

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7. Dirección de los envíos: Los interesados en publicar en PUCARA
enviarán sus trabajos, por correo a:

PUCARA
Revista de Humanidades

Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación
Universidad de Cuenca

Av. 12 de abril. Ciudadela Universitaria.
Teléfono (593) 07 4051125

e-mail: pucara@ucuenca.edu.ec
Cuenca-Ecuador

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Presentación

La implosión del cuerpo en la era digital:
Un análisis del cuerpo como fuente de identidad personal y producción social desde enfoques
feministas y la tecnociencia
Elisabeth Tómmerbakk

Lo histórico y lo utópico en la propuesta política de Luis Villoro
Facundo Lafalla

La Madre España y sus lecciones.
El impacto de la guerra civil española en el campo intelectual ecuatoriano
Niall Binns

Pensamiento e ideas liberales en la Gobernación de Cuenca entre 1809 y 1814 y la aplicación
de los principios Constitucionales de Cádiz
Ana Luz Borrero Vega

Vivencia de un cuerpo entramado. Lectura político-corporal de una afrodescendiente en la
literatura chilena
Paulina Barrenechea Vergara

“Para llegar a McOndo”
Ezequiel De Rosso

Algunas reflexiones sobre el cyberpunk en México como género popular y de culto
José Eduardo Serrato Córdova

Del canibalismo como metáfora narrativa
María Augusta Vintimilla

Nostalgia de la hazaña. La infancia lectora en José Martí
María del Rocío García Rey

El Realismo Mágico: una lectura “otra”
Santiago Patarroyo Rengifo

Aplicación de la teoría fundamentada en la evaluación de las aspiraciones de carrera
de los estudiantes: Un estudio de caso
McGinley S., Van Hoof H., O’Neill J., Carpio S., Cueva A.

La edición universitaria como práctica de extensión y difusión cultural de las universidades
públicas en América Latina: Estado de la cuestión y actualidad
Jenny Teresita Guerra González

¿Enseñar a escribir en la universidad? La emergencia de la alfabetización académica
Cordero G., Riera G.,Villavicencio M.

La Educación desde una visión emancipadora de los Derechos Humanos orientada a niñas y niños de
padres en prisión: Una experiencia educativa de Apoyo Escolar del Programa “Mi otra casa”
Piedad Vásquez

Actitudes, conocimientos y creencias de los adolescentes sobre la violencia de pareja
en Cuenca-Ecuador
Pinos G., Pinos V., Jerves M., Maenhout S., Enzlin P.